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Boves a su paso por San Joaquín. Narración Histórica ficticia (página 3)


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Al paso por las calles de la comarca, se iban deteniendo en algunos sitios, se bajaban del caballo y el corneta de una forma chocante y desafiante, imprimía notas mas fuertes a el clarín, cuando era al frente de la casa de un gran señor, este se levantaba de su lecho, donde placidamente dormía su siesta cumpliendo así con el sagrado deber de la misma, le interesaba averiguar cual era el escándalo al frente de su casa, salía a la puerta de su casa en actitud violenta, el ánimo que le invadía era el de reclamar con derecho,… ¿el por que le perturbaban su siesta?…pero al darse cuenta de la situación en ese momento en el pueblo, así como las caras de terror de los ocupantes de su casa, calmaba sus ímpetu y procedía a recogerse en el mas profundo de los silencios, solo lo acompañaban en su soledad las premoniciones y sus pensamientos.

Los extraños y tenebrosos actores se dieron a la tarea de recorrer con una libertad absoluta y a todas sus anchas el área de la población, anunciando casa por casa, una invitación que les hacía su jefe, que de paso no lo mencionaron, para que todos los habitantes el poblado, cayendo la tarde, se concentraran al frente de la iglesia, específicamente la plaza, el propósito que todo el pueblo se diera cita en el sitio, deberían asistir todo el grupo familiar, incluso los enfermos, paralíticos, niños, viejos y ancianos…dicha concentración era de carácter obligatorio, nadie ni por ninguna razón deberían quedarse en la casa, de paso las puertas de las casa deberían quedar abiertas para la requisa obligada por parte de los soldados, la información dada fue muy clara y tajante, …nadie en absoluto se debe quedar en casa…muchos dueños y familias, mostraron su indignación otros mas osados reclamaron airadamente, pero el soldado de una manera cínica, se coloca verticalmente el dedo en la boca ordenándole con su actitud, que guardara silencio y cero cuestionamiento, cuando se montaban en su caballo para retirarse la despedida era…no dejen de asistir para que se eviten lamentaciones y arrepentimientos innecesarios…Nunca estos cabezas de hogar recibieron información de quien era el anfitrión que hacia la invitación y cual era el propósito de la reunión o concentración, a la vez se preguntaban, ¿…por que tenían que cumplir con una invitación de alguien que no conocían, y de paso había que cumplir con ella, conociendo solo su obligatoriedad…?

Como a las cinco de la tarde los habitantes del pueblo presenciaban algo nunca visto, muchos quedaron boquiabiertos, a otros se le desorbitaban los ojos por lo que estaban presenciando, era un espectáculo jamás visto ni imaginado en la mente de un mortal, ¿…será un espejismo un sueño o una pesadilla…? Era lo que revoleteaba en el cerebro de los presentes, cuando se dieron cuenta que los cerros que circundan a San Joaquín, se vieron eclipsado por miles de banderolas negras con unas calaveras en el centro y otras roja, escoltadas por la bandera de España., la entrada del pueblo presentaba el mismo espectáculo, era una policromía que a la vista no dejaba de ser algo llamativo, pero en el fondo lo que presagiaba era terror, las calles de la población retumbaban por la presencia de unos diez mil jinetes, con el mismo aspecto de los que recorrieron la población horas antes, en tal montoneras se podía apreciar algunas mujeres y niños que a lo sumo tendrían doce años, pero con un odio hacia los presentes y una actitud agresiva, venían bien apertrechados y con una personalidad bastante recia, al frente de esas hordas, hacía acto de presencia un hombre de estatura normal, pelo rubio ensortijado, nariz aguileña, muy quemados por los rayos del sol, su vestimenta pobre con algunas insignias militares de oficial realista, su mirada fija en el horizonte, dando muestra que no le importaba el ambiente que lo rodeaba ni los actores presentes, hombre y cabalgadura parecían uno solo, el caballo muy alto y bastante brioso, era de color bayo cabo negro, parecía haber copiado al carbón la personalidad del jinete (este caballo remplazó al caballo mas querido por Boves llamado el ATINOO, caballo negro imponente, muerto en el ataque que este guerrero efectuó al Ingenio Bolívar en San Mateo).

De repente resonó el clarín de ordenes del rubio comandante y a paso lento y calculador avanzó en dirección este oeste, mas atrás iba seguido muy de cerca por los miles de jinetes que lo acompañaban, una vez que efectuó el recorrido por la terrosa calle principal del pueblo, se detuvo al frente de la plaza, haciéndolo también la descomunal fuerza de caballería que lo secundaba, y procedió a penetrar solo a la iglesia y siguió a caballo por la nave central hasta el fondo de la edificación, allí se bajó del caballo lo amarró de unos de los reclinatorios y se poso al frente del altar mayor.

Mientras tanto la soldadesca lo esperaban pacientemente y el público presente comentaba en voz baja todo tipo de comentarios referente a la impresión que causó la acción de penetrar solo al recinto de Dios.

San Joaquín, pueblo pequeño en extensión no se daba abasto para alojar tantos jinetes, por todas partes se veía el ondear de las banderas negras, rojas y la de España, pero lo que causaba mas terror eran las enseñas negras y en particular la calavera en el centro, sinónimo de muerte.

Al fin los habitantes de San Joaquín se dieron cuenta, quien era el personaje que había hecho la invitación a la concentración en la plaza, y conociendo por boca de otros, lo sanguinario sin piedad, del anfitrión, había que asistir por obligación. Las hordas o soldadescas, las banderolas y la figura del líder o comandante del grupo, era la presentación que el hacía a los sanjoaquineros, era en persona el ser mas temido de la guerra de independencia, el mismito, sin mas ni menos, el asturiano José Tomas Boves (a) el Taita.

C A P I T U L O VII

Boves en San Joaquín a su paso hacia Valencia

"…Después de la victoria de Calabozo sus partidas invadían los pueblos y villorrios y levantaban nuevas facciones. Mataban a cuantas personas calificaban de patriotas o tenían algunos bienes para robarlos. Lo que no se podían llevar como muebles y enseres de trabajo lo hacían pedazos. Cada cual mataba a su arbitrio. Cuando Boves estaba presente le llevaban a empellones viejos, mujeres y niños y les pedían sus cabezas. El tirano de ordinario las concedía, y las victimas perecían a lanzazos o arrastradas a la cola de los caballos, como objeto de irrisión. Estos bárbaros forzaban a las señoras y a las niñas, luego las azotaban o les quitaban la vida cuando no las guardaban para repetir los ultrajes. Solo se salvaron las familias de Ortiz, El Sombrero y de algunos otros pueblos del alto llano, huyendo a los territorios republicanos o refugiados en los montes, mientras se ponían al amparo de jefes amigos o de deudos influyentes…"

Boves, antes de llegar a San Joaquín, después de la victoria obtenida en la Puerta y la Victoria, se unió al Coronel Francisco Tomas Morales en la Cabrera de allí se dirigió a Valencia y en San Joaquín incorporó a sus huestes al bandolero José Ruiz con 800 hombres provenientes de San Carlos y sus alrededores, en la plaza del pueblo fusiló al Comandante patriota Pedro del Castillo.

A todas estas los habitantes de de San Joaquín, estaban concientes de que el pueblo era muy apacible el cual no representaba un objetivo estratégico para ninguno de los dos bandos, de todas formas estaban a la expectativa por si algo anormal sucediera y por eso habían tomado las previsiones requeridas, dentro de ellas, estaba la constitución de un comité de recepción, para recibir como se merecía a cualquier jefe militar realista o patriota.

Tan pronto el asturiano entró a la iglesia, un grupo de señoras encopetadas de la población estaban a la espera de que hiciera acto de presencia en la calle, para presentarles sus saludos y formularle una invitación a una cena que en su honor darían esa noche y demostrarle la hospitalidad pueblerina, Boves oyó sin balbucear palabras, lo que las señoras le manifestaban, una vez aceptada la invitación, les agradeció el gesto y les comunicó que haría extensiva esta invitación al cuerpo de oficiales que le acompañaban, a las siete de la noche, se reunió lo mas selecto y refinado para asistir a la cena en honor a Boves, a la vez, brindar por los permanentes triunfos del caudillo sobre los patriotas, Boves, se presentó a la cena con unos doce negros y zambos ex esclavos y los presentó como su Estado Mayor, los mismos se presentaron harapientos, con la misma ropa que habían mostrado a la entrada de la población, muchos de los anfitriones consideraron esta actitud de los oficiales, como una afrenta por la actitud de mal gusto, se notaba la gran diferencia entre esos soldados y los señores que habían formulado la invitación, ya que estos últimos vestían las mejores galas para eventos de esta naturaleza. Antes de iniciarse la cena se llevo a cabo el brindis, desde ese momento se puso de manifiesto la falta de educación y cultura así como los mas elementales modales de comportamiento por parte de los ex esclavos, que Boves llamaba o hacía llamar su Estado Mayor , dentro del mal comportamiento de estos actores, estaba el hablar con la boca llena de comida, sacarse con las manos las hebras de carne que les había quedado entre las muelas, embuchaban las bebidas cuando tenían comida dentro de la boca, algo que todos aceptaron por conveniencia, se reían de sus expresiones fuera de lugar y chistes de muy mal gusto para el momento y en particular al frente de las damas.

Una vez finalizada la cena, se volvió a brindar, Boves, aprovecho para agradecer tan bonito gesto de la sociedad del pueblo, inmediatamente un lugar teniente del caudillo, habló en nombre de todos los oficiales y soldados del ejercito realista presentes para ese momento en la población, en su intervención, hizo mucho hincapié a la concentración de toda la comunidad en la plaza al frente de la iglesia, no había excusa para no asistir porque aquí todos están bien hartos y a la vez es de carácter mandatarios para todos los presentes, decía el oficial en su disertación.

La gran mayoría, de los comensales deseaban retirarse a sus casas de habitación, una vez terminada la cena vieron sus deseos frustrados y a regañadientes se levantaron de su sitio y se dirigieron al lugar de la concentración.

Tal cual las hordas del asturiano José Tomas Boves, habían informado a los habitantes de la población de concentrarse en la plaza al frente de la Iglesia, empezó el lugar a colmarse de personas de una forma muy heterogénea, nunca visto en el pueblo, notándose la diferencia en los sexos y edades, pero lo mas impactante era la vecindad entre el mas poderoso económicamente y el esclavo o el peón y unos que otros negros y mulatos, compartiendo el terror con el gran señor de la casa, las casas de habitación, de acuerdo a las instrucciones dadas por los soldados, fueron paulatinamente quedándose solas, la soldadesca era la encargada de inspeccionar y revisar el interior de las residencias, a fin de constatar que la orden se había cumplido y que nadie permanecía dentro de la morada, por supuesto todos sin excepción habían recibido y aceptado la invitación de la mejor manera ya que consideraban un desdén al gesto del asturiano, el no atender a la invitación.

El convento, diagonal a la plaza, fue totalmente desalojado, ya para las ocho de la noche se veían unos ocho monjes y monjas mezclados con las personas asistente a la invitación, que era para todo el pueblo, el espacio se hacía pequeño no cabía una persona mas en el sitio, los rostros de los presentes era de incertidumbre, reflejaban terror, miedo, con muchas expectativas en relación al propósito de la reunión, todos los presentes esperaban impacientemente la entrada o llegada del anfitrión al sitio de la concentración, parecía un teatro colmado de público asistente, pendiente del primer acto de una premier de teatro o de arte.

En un rincón apartado de la plaza, estaba un grupo de soldados molestando a el único pederasta en la población, prácticamente lo tenían acosado, el mismo lloraba de tantas bromas pesadas que estaba soportando por parte de un grupo que componían las huestes del asturiano, este infeliz era el cocinero en una de las casas de un gran señor de la sociedad Sanjoaquinera.

Serían las diez de la noche, cuando súbitamente el murmullo y los corrillos de las personas presentes, se rompió y todo el mundo se cobijó en un profundo silencio, cuando se inició un largo y mantenido toque de clarín anunciando la presencia de José Tomas Boves al unísono un lúgubre tañido de campana que procedía del campanario de la iglesia de la población.

¿…Pero, donde esta…? No se vé por ningún lado, de repente todos los presentes dirigieron su mirada hacia la parte alta de la iglesia, allí se notaba la figura del asturiano, no muy clara por la penumbra, de inmediato unos soldados encendieron dos antorchas a cada lado del balcón del coro de la iglesia, en la que se encontraba el caudillo, su pose era la de un emperador romano.

La plaza parecía una procesión de cocuyos, ya que la misma estaba alumbrada con una serie de antorchas, iguales a las que daban claridad a el sanguinario Boves, éste había tenido la osadía de haber profanado la iglesia cuando penetro a la misma en su caballo y lo amarró a uno de los bancos usados por los feligreses para la oración diaria.

Boves, con aquella cara de maldad, observaba todo a su alrededor con una socarrona mueca de placer.

Era común dentro de las huestes del sanguinario, viajaba con el, un grupo de músicos que amenizaban y alegraban los momentos de ocio y descanso de los soldados a la vez complacía al Boves con su pieza favorita intitulada El piquirrico, Boves, se encontraba en el balcón del templo, las personas que colmaban la plaza junto con la soldadesca, esperaban impacientemente cualquier tipo de comunicación verbal por parte del asturiano, de repente, éste elevó la mano derecha, como señal de espera y la bajó violentamente, de inmediato los músicos de sus hordas, iniciaron el toque de una de sus piezas favoritas, con esa pieza se daba inició a la fiesta programada para esa noche.

Todos los presentes se concentraron en las melodías interpretada por los músicos, mientras tanto los soldados conminaban a todos los asistentes a la concentración, a que bailara con la parejas que ello deseaban, la borrachera de los soldados era a tal extremo que la algarabía reinante era insoportable, las familias, los peones y esclavos estaban inquietos y extremadamente preocupados por lo que acontecía y pudiera acontecer, mas aun, dándose cuenta de la borrachera descontrolada de estos villanos sin autoridad que los llamara al orden.

Dentro del grupo, muy heterogéneo, cualquier soldado llamaba a un esclavo o negro y bajo amenaza de muerte lo obligaba para que invitara a la gran señora o la niña de la casa, para que bailara con el, si la gran señora y la niña de la casa lo rechazaba, las sacaban del grupo y las obligan a bailar a empujones con el soldado mas andrajoso y harapiento del grupo, los improperios, las insolencias, gestos pornográficos, era el ambiente que se vivía, no pudieron faltar los incidentes entre los soldados borrachos y la gente de la sociedad sanjoaquinera, particularmente las damas fueron blanco de los actos indecorosos de estas hordas, el ridículo era la orden del día, tanto a las damas como a los caballeros presentes sin importarle la edad, su condición social, era una anarquía lo que se viví en esa aciaga noche, era la mas horrenda y larga pesadilla despiertos, que jamás cerebro humano llegó a pensar, era la comunidad sanjoaquinera que la estaba sufriendo.

En esos momentos de euforia que aparece de repente por la ingesta descontrolada de aguardiente, un efectivo irrespetó a una de las damitas de la población, lo que ocasionó que su prometido un joven de sociedad, reclamó airadamente al soldado, el cual exigía, lo que estos desalmados no conocían, como era el respeto, esto trajo como consecuencias que el soldado en completo estado de ebriedad, le metió las manos por entre las falda, a fin de constatar que las mujeres de la aristocracia eran iguales a las mujeres de los pobres.

Este mozalbete que se atrevió a desafiar y llamar al orden al irrespetuoso soldado, estaba firmando su suplicio en manos de las huestes de Boves, era un joven de apenas diez y ocho años el cual fue obligado a desnudarse públicamente y que bailara al compás de la música con la madre de su prometida, la madre de la prometida, presagiando lo que podía acontecerle al joven, accedió gustosamente sin chistar, mientras todas estas tropelías sucedían en la plaza del pueblo y las calles circunvecinas, el asturiano, desde el balcón de la iglesia, disfrutaba a sus anchas del circo romano que el había creado, siendo para el una nueva u otra velada en un escenario diferente, en esa oportunidad había seleccionado al apacible e idílico pueblo de San Joaquín.

Uno de los lugar teniente del caudillo. Subió al alto y le comentó a Boves, lo que había ocurrido entre el valiente y osado joven con uno de los soldados, cuando este mozalbete pretendió defender el honor de su prometida, a todas esas Boves, le manifestó al chismoso que le trajera al joven y su prometida a su presencia, cuando la parejita estuvo al frente del hombre fuerte, lo felicitó por su actitud valiente y le pidió disculpas por el incidente, así mismo le comentó que el era un amante de las comedias teatrales y que ellos dos eran las personas ideales para dramatizar públicamente la comedia de Shakespeare, conocida como Otelo, el joven aceptó sin ningún problema el deseo de Boves, pero cuando el mozalbete se enteró y conoció de que se trataba el drama, se retractó y se negó a complacerlo.

El drama en cuestión, consistía en la representación que el joven iba hacer como Otelo, la dama, su novia representaría a Desdémona, Otelo al sentir celos de su prometida, debería enloquecer y estrangularla públicamente, una vez que el jovencito se negó a cumplir con semejante y macabro acto, Boves ordenó que se los llevaran de su presencia, al día siguiente apareció todo ensangrentado, colgado por los testículos en un árbol de mamón, vía camino real entre la hacienda cura y la población, la prometida la desaparecieron de la escena y apareció completamente desnuda y ultrajada, en la explanada que fungía de calvario durante la semana Santa.

La soldadesca de Boves continuaba con el jolgorio, los habitantes del pueblo habían cumplido con exactitud la orden dada por el asturiano y dentro de los presentes aglomerados en la plaza, había muchas personas que padecían dolencias, como: paralíticos, lisiados de un brazo o una pierna, los soldados al compás de la música que no cesaba de sonar, inventaron un juego el cual consistía en poner a bailar a los paralíticos unos con otros, algo imposible porque no podían mantenerse en pie cayendo estrepitosamente a el suelo, lo cual era motivo de risas y burlas por parte de los soldados, luego seleccionaron a los mudos y los obligaban a cantar o a declamar, cuando se veían incapacitados de articular palabras y que humanamente no podían satisfacer las exigencias de los monstruos de Boves, se lo llevaban a empujones hasta el calvario y allí procedían a cortarle la lengua e igual suerte corrían los sordos a los cuales le mutilaban el pabellón de la oreja, en vista de que muchos no soportaban ese suplicio, morían en el sitio, se les amputaba una pierna o un brazo y se la entregaban a un lisiado para que la usara en calidad de préstamo, hasta el día que se fueran del pueblo la cual tenían que devolverla en perfectas condiciones. Mientras se desarrollaba este circo romano o mejor dicho esta orgía de sangre por parte de los soldados que estaban en la plaza, otro grupo de ellos se dedicaba a la tarea de revisar las casas y constatar que todos los habitantes del pueblo estaban concentrados en la plaza y habían cumplido la orden con exactitud, los soldados aprovecharon la oportunidad para cometer algunas tropelías como el pillaje, saqueos, robos etc. Si por desgracia encontraban a alguien que no había atendido el llamado de concentrarse en la plaza, procedían en ejecutarlo y sentarlo en la sala de la casa, en actitud de espera por alguien, lo mas macabro era que lo degollaban y la cabeza se la colocaban entre las pierna sostenidas con sus propias manos, si encontraban animales eran degollados y procedían a colgarlos del zaguán de la casa o la puerta principal.

Boves dio instrucciones a través de su ordenanzas que concentrara las niñas entre trece y veinte años a fin de que los soldados disfrutaran de las bondades de estas jovencitas, la borrachera de los soldados era algo inadmisible, algo que acostumbraban hacer en los pueblos y caseríos donde ellos iban, estas tropelías eran para el goce y el disfrute de José Tomas Boves, por su nueva comedia donde los actores eran sus huestes y el pacifico pueblo de San Joaquín.

Muy entrada la noche ya para empezar un nuevo día, Boves, a través de su lugar teniente, ordenó que se corriera la voz que ya podían retirarse a sus casa, porque al día siguiente les iba a deparar nuevas diversiones, todos fueron retirándose al cobijo de sus hogares, cabizbajos y con una gran tristeza por lo que habían presenciado, imaginémonos por un momento la angustia e impotencia de padres y madres , que por orden de Boves, sus hijas se habían quedado a la orden de la soldadesca del asturiano, de igual forma aquellas familias que desconociendo de lo que era capaz el sanguinario presente, encontrarse de regreso de a la casa con el ser que de una u otra razón se le imposibilitaba ir, al llamado del Satanás personificado, cuyas huestes eran otros diablos que lo seguían, al encontrarlo decapitado y con la cabeza sobre las piernas sosteniéndola con sus propias manos.

Al día siguiente, con lo que habían vivido y presenciado la noche anterior todos los habitantes de San Joaquín estaban presos de terror y horrorizados, el pánico se apoderaba de las fibras mas profundas de la comunidad entera, las escenas macabras que habían presenciado, se reflejaba en el rostro de cada uno de los ciudadanos, era un pánico colectivo, sobre todo en aquellos que directa o indirectamente habían sido protagonistas del censurable vandalaje por parte de los integrantes de la fatídica Legión Infernal, hechura de José Tomas Boves, mas cuando se percataron que para cerrar ese capitulo con que se iniciaba la comedia, el asturiano había ordenado colgar por el cuello a varios señores respetables de la sociedad sanjoaquinera junto con los religiosos que habitaban el convento, sus cuerpos sin vida, adornaban de una forma macabra los árboles de caobas de la plaza, aduciendo razones baladíes, como el haber dado alojamiento a las tropas patriotas o porque el Libertador tomó agua en una determinada casa, otra razón el haberse negado a cumplir la orden del asturiano, cuya invitación estaba reñida con los principios y valores morales de los religiosos.

Ese mismo día se inició la continuación de su tragicomedia a las once de la mañana, cuando hizo venir a su presencia al bodeguero conocido como el Isleño, quien un día hizo valer sus derechos al cobrar lo que parte de la soldadesca de Boves habían consumido en su bodega, el Isleño, conociendo lo maligno del asturiano, cuando estuvo frente a el, le manifestó que olvidara la deuda, Boves, no acepto la negativa del bodeguero y le manifestó que lo esperaba a las dos de la tarde para cancelarle la deuda contraída por sus soldados, a las dos en punto se presento el infeliz a recibir el pago por lo que le debían, mientras tanto el asturiano dormía placidamente en una hamaca colgada en uno de los corredores de la casa de alto, la cual había tomado temporalmente para instalar su Cuartel General, después que el bodeguero esperó por un tiempo prudencial, vino un lugarteniente del diablo personificado, y le manifestó que lo siguiera hasta la iglesia, allí le hicieron entrega de una túnica morada y una corona hecha con ramas espinosas de trinitaria y rosas, fue obligado a vestirse como Nazareno y lo obligaron a cargar un madero bastante pesado, un soldado le encajó la corona de espinas y luego lo empujó a la calle para que representara en vivo la pasión y el sufrimiento de cristo, inició el Isleño su suplicio por toda la calle real, y los hombres que un día no le pagaron lo consumido, eran los que hacían las veces de soldados romanos, con un látigo cada uno de ellos lo flagelaban, primero para ser real pasión de cristo y segundo porque se sentían ofendidos por la actitud del Isleño cuando le cobró lo que le debían, Mientras tanto Boves se encontraba sentado placidamente en el balcón de la casa que había tomado como Cuartel General, disfrutando del espectáculo, de tanto suplicio el desgraciado bodeguero cayó para no levantarse mas, era otro ciudadano útil al pueblo que había sido pasto de la sicopatía del asturiano, cuando cayo sin vida, le ordenó a uno de sus soldados que lo amarrara a la cola de su caballo y lo botara fuera del pueblo.

El resultado de las tropelías fue sangriento, cumplió con sus cometido, tal como se lo recomendó el realista Antoñanzas en Calabozo cuando lo liberó de la condena que estaba pagando, y le recomendó, "…donde quiera que vaya, hágase sentir para que nunca se olviden de Ud. elimine todo lo que le estorba…" Los abusos y las acciones fueron sangrientos dejando sembrado el terror en el pequeño pueblo de San Joaquín, el ultraje a muchas niñas de la sociedad fue la orden del día, las borracheras y el abuso de los soldados fue denigrante e inmoral, que se les permitía cometer cualquier fechoría con una pasmosa y absoluta libertad, amparados en su líder que los apoyaba en todos cuanto emprendían y los complacía en cada uno de sus antojos.

El asturiano era el dueño de la vida de loa sanjoaquineros, el decidía quien iba a vivir o a morir, con la estadía de Boves en el poblado la vida no valía nada, sus hombres le obedecían ciegamente y todo cuanto ellos hacían tenían la aprobación de su jefe, en éste aspecto surge la aparición del líder paternalista y conjugaba su actitud con el líder autocrático, personalista y déspota, la prepotencia se le desbordaba por encima de la ropa, al extremo de vanagloriarse cuando decía que el representaba el binomio Nerón-Calígula, Boves se comportaba como el verdadero demonio cuando lo retaban o cuando tenía al frente alguien que lo había adversado.

Gracias a una damita de la sociedad del pueblo, Boves no ordenó mas ejecuciones, detuvo y limitó sus ordenes arbitrarias, ya que se enamoró perdidamente de de esta damisela y ella le correspondió de igual manera, era una niña que frisaba los diez y ocho años, la cual logro calmar los ímpetus de sangre y criminales de José Tomas Boves, en conversaciones con sus hombres, el asturiano manifestaba, que esa hermosura era la domadora de Boves.

Amaneció un nuevo día y todas las calles estaban desoladas, la paz había regresado a la población, boves abandonó el pueblo rumbo a Valencia y nadie se dio cuenta de su partida, la damita que lo cautivó se fue con el, fijando su residencia en Valencia en cuya ciudad fue asesinada por varios de sus enemigos, los buscó y los encontró, tomando venganza contra ellos con los peores suplicios jamás sufrido, como fue el haberlos empalados hasta que murieran desangrado y a la vista de todo los presentes en la ejecución.

C A P I T U L O VIII

Vuelve la calma pero el terror permanece…1814

"…La batalla de Urica se produjo el 5 de Diciembre de 1814, todos los batallones patriotas fueron destrozados y muertos casi todos sus integrantes a lanzazos o pasados a cuchillo. Pero en medio del fulgor del combate, un lanzazo atravesó a José Tomas Boves, matándolo. ¿Quién mató a Boves? Muchas controversias se ha tejido sobre el asunto, algunos lo atribuyen al Coronel Pedro Zaraza, porque un soldado manifestó estar a su lado cuando sucedió el hecho. Otra versión dice que su segundo, el Comandante Morales, viéndolo herido en el suelo, termino de rematarlo. Otra versión cuenta de un soldado patriota, Ambrosio Bravante, fue el autor por venganza, debido a que Boves había ultrajado a su hermana en Calabozo. Existen otras versiones menores, pero la que mas ha cobrado fuerza es la del Coronel Zaraza, quien nunca afirmó ni negó el hecho. Zaraza y Boves tenían una cuenta pendiente. Boves había asesinado en el pueblo Chaguaramal de Perales hoy Zaraza, a los amigos del entonces Coronel Pedro Zaraza, en un sitio cercano al pueblo y denominado popularmente el "Cerro de Boves": igualmente había incendiado algunas casas del mismo pueblo, situación que Zaraza lo había tomado como un duelo personal. En Urica, Zaraza lo estuvo cazando, por lo cual no es extraño que sea el autor del suceso…"

…Una vez que José Tomas Boves, abandonó el pueblo de San Joaquín, acompañado sus hordas y como trofeo su damisela, así como otros que voluntariamente se plegaron a el, la calma y la tranquilidad regresaron a la comunidad, pero a pesar de todo, la desolación, el terror y el dolor en el cual quedaron muchas familias estaba, presente, los pobladores se negaban a creer que la pesadilla había terminado, a cada paso por una calle u otro parajes de la población, se sentía y palpaba la huella dejada como funesto recuerdo de los desmanes cometidos por los desalmados soldados del asturiano, muchos hogares quedaron traumatizados y sumidos en el mas grande dolor motivado a la perdida de uno de sus seres queridos, frente a la plaza donde estaba localizada la bodega del Isleño, quedaba solo el recuerdo, sus puertas no volverían abrir para satisfacer las necesidades de víveres y otros productos a las familias de San Joaquín, niños y niñas confundidos en particular muchas damitas que sentían en carne propia las vejaciones y lo aberrante de una violación, para el disfrute y gozo de las huestes del caudillo.

Muchos señores, que antes de la llegada del sanguinario, eran hombres respetados por la comunidad, después de abandonar el pueblo, se sentían avergonzados y sumidos en su yo interno, como reflexionando y preguntándose ¿…por que sucedió lo que estaban sufriendo…? Fueron tantas las vejaciones y expuestos al ridículo al cual fueron sometidos, delante sus esclavos y peones, que la vergüenza, no les permitía salir a la calle, como acostumbraban hacerlo antes de la llegada de Boves a la población. La iglesia no daba descanso en el repiquetear de sus campanas, el toque era lúgubre, como respeto y hondo recogimiento a todos los que pagaron inocentemente con sus vidas, los desmanes de las salvajes hordas de José Tomas Boves.

En toda la geografía del poblado se respiraba una atmósfera muy pesada, era una combinación de dolor, miedo y se sentía como un vacío interno, el olor a sudor dejado por los soldados del asturiano, impregnaba el ambiente.

Transcurrieron muchos días, semanas y meses para que la normalidad hiciera acto de presencia, normalidad en el amplio sentido de la palabra, hubo muchos que jamás se recuperaron de la larga y horrenda pesadilla vivida, la angustia, el dolor, la vergüenza, se fueron con ellos y ellas a la tumba.

A pesar de que San Joaquín, no se vio involucrado directamente en la guerra de la independencia, si se vio envuelto indirectamente en las acciones que se desarrollaban, en principio era un pueblito de paso obligado por los ejércitos patriotas y realistas, muchos jefes militares aprovecharon lo apacible y tranquilidad de la población para pernoctar en el, nunca los habitantes del poblado llegaron a sentir el fantasma de la muerte sobrevolando el pueblo, como lo presintieron, sintieron y palparon cuando José Tomas Boves hizo acto de presencia instalándose en la comarca por cinco largos y eternos días.

San Joaquín, un remanso de tranquilidad, un oasis de paz, había aportado y pagado su cuota de sacrificio con sangre de hombres y mujeres que no supieron ni aceptaron la tormenta enviada por el infierno y sus habitantes, que se convertiría en una huella indeleble, considerar al pueblo como un objetivo estratégico de primera línea, pero si, tácticamente importante, debido a lo accidentado del terreno, conformados por colinas, serranías y explanadas de las cuales goza el poblado.

Las familias que formaban la comunidad sanjoaquinera, eran de abolengo, muy pocos los adinerados, el resto vivían del producto de su trabajo, pero si eran muy celosos en cuidar la pureza de su apellido.

Nunca se pensó ni se soñó en vivir ni sufrir los estragos de una guerra de exterminio como la que se estaba viviendo, y menos soportar las penurias de las cuales fueron objeto por parte de las huestes u hordas salvajes de José Tomas Boves,

San Joaquín, conformando un binomio con sus habitantes, no se merecía el infierno vivido por culpa del asturiano, siendo posible que una de las razones de que este caserío es pasivo y apacible, es la herencia dejada por aquellos que vivieron y sobrevivieron en toda su magnitud los estragos de una carnicería la cual se convirtió en una horrenda pesadilla, como la sufrida a su paso por ésta comunidad el psicópata José Tomas Boves.

El nombre del sereno de la localidad, era Luciano, todas las personas concientes de su trabajo, lo respetaban y apreciaban, lo llamaban Don Luciano, un buen día muy temprano, detuvo su turno para informar a la comunidad y a todo aquel que se encontraba a su paso, que de acuerdo a unos viajeros los cuales venían huyendo de oriente por la guerra sangrienta que se desarrollaba en esa región, le habían informado que el asturiano José Tomas Boves, había pasado a ser parte de la historia, pues ya no existía, porque un lancero patriota lo atravesó de banda a banda de un lanzazo, en el fragor de la batalla que se escenificaba en Urica.

Los realista ganaron la batalla, pero su máximo jefe murió en el combate fue enterrado en Urica por el Padre LLamoza su Capellán. Por requerimientos del Gobierno Español, el Padre Llamoza firmó un acta de defunción, dos años mas tarde. Dicha acta decía:

"…Don Josef Ambrosio Llamoza, Dignidad de esta Santa iglesia Metropolitana, Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica condecorado por SM. El Rey de los franceses con la flor de lis. Como Vicario y Capellán primero que fui del Exercito de SM. En Barlovento certifico en debida forma que el señor Don Josef Tomas Boves, Coronel de los reales exércitos y Comandante General de aquella División, falleció en la acción que dimos en las inmediaciones de Urica, a primeros de Diciembre de 1814, cuyo cadáver conduje yo mismo del campo de batalla en compañía de Andrés Tomé, Juan Esteban Velásquez y Don José Sánchez Correa: y le di sepultura en el primer tramo de la iglesia parroquial del pueblo de Urica. Y para que conste, lo firmo en esta ciudad de Caracas, a 4 de Diciembre de 1816…"

Muerto Boves, le celebraron sus misas por increíble que parezca. En la Gaceta de Caracas Nº 3 (etapa realista) de fecha 15 de febrero de 1815 apareció esta nota:

"…Ayer se ha celebrado en la Santa Iglesia Metropolitana de esta capital los funerales por el alma del señor Comandante General Josef Tomas Boves, muerto en la gloriosa batalla de Urica. En el siguiente numero se hará la descripción de un espectáculo tan grandioso y circular, cual pocas veces se vio en Venezuela…"

De igual forma la Gaceta de Caracas, en su numero 1, del miércoles 1 de febrero de 1815 (etapa relista) publica un articulo en el cual se reseñaba la muerte de Boves de esta manera:

"…El 23 se reunió en Urica el valiente Boves con el entonces segundo Comandante General, Don Francisco Tomas Morales. El 5 de Diciembre 4227 hombres (según los cálculos cogidos en los baúles del secretario de estado L. Lanz) mandados por Rivas y Bermúdez atacaron Exercito en las llanuras de aquel pueblo. Un golpe de lanza terminó la vida del ilustre Boves, pero su muerte fue vengada con la sangre de mas de 3000 personas…"

A los documentos anteriores, los cuales no son ficticios son reales y veraces fueron los que convencieron a los habitantes de San Joaquín de la muerte del supremo Boves, como señala en los escritos anteriormente mostrados, a estos se agrega uno más, de acuerdo al historiador Valdivieso, el cual hace el siguiente comentario.

"…Desprendido, a su muerte en Urica, solo legó a su heredera, su madre, pues que murió soltero, trescientos pesos, como herencia única, ya que las contribuciones solo las aprovechaba para el mantenimiento de su ejército y los botines producto de los saqueos, los daba a sus tropas. Fue sobrio y desprendido hasta el extremo de no tener con que vestirse…"

De acuerdo a lo señalado anteriormente, su cuerpo fue velado y enterrado con todos los honores en la población de Urica, su tumba aun permanece en el cementerio de la población mencionada y es muy frecuentada por muchas personas, lo que no se sabe si es en señal de admiración, de respeto o curiosidad.

La noticia de la muerte del caudillo, corrió como pólvora y se incrusto en todos los rincones de nuestro pueblo, algunos recordaron sus maldades y lo maldecían, otros aseveraban que tuvo un final no merecido, porque debió haber terminado su existencia sufriendo las peores penurias, la gente hacía comentarios y daban gracias a Dios por haber sacado del camino a tan funesto personaje, quien no tenia que envidiarle a Nerón o Calígula, la gran mayorías de las personas se alegraron cuando conocieron el trágico fin del Asturiano y confirmaron que murió sin conocer los resultados finales de una batalla que ganó después de muerto, muchos oficios religiosos se celebraron para manifestar a Dios, la desaparición del carnicero José Tomas Boves. La pregunta obligada ¿Qué se hizo su ejército? Ese ejercito que el formó, con una alta moral, entrenado por Boves, nunca saboreó la derrota, fueron triunfos uno tras de otro, se replegó con tristeza por la perdida de su líder, el Taita. La gran mayoría de los oficiales y soldados que habían estado bajo el comando de Boves, encontraron refugio en el ejercito patriota y llegaron a conformar el Batallón Bravos de Apure, comandados por el General José Antonio Páez.

En la autobiografía del General José Antonio Páez, comenta y dice lo siguiente:

"…En bailadores me separé del General Rafael Urdaneta, porque el Comandante General de Caballería, un tal Chávez, dispuso quitarme el caballo que yo montaba para dárselo a otro oficial, injusticia que resistí no obstante que al fin tuve que ceder por pura obediencia militar, disgustado sin embargo, resolví separarme y poner en práctica la resolución que había tomado en Mérida de irme a los llanos de Casanare, para ver si desde allá podía emprender operaciones, contra Venezuela apoderándome del territorio de Apure y de los mismos hombres que habían destruidos a los patriotas bajo las ordenes de Boves, Ceballos, Yánez. Etc. Todos aquellos a quien comunique mi proyecto creían que eran poco menos que delirios, pues no veían posibilidad de que los llaneros, que tan entusiastas se habían mostrado por la causa del Rey de España y que tanto se habían comprometido en la lucha contra los patriotas, cambiasen de opinión y se decidieran a defender la causa que estos, siendo muy difícil vencerlos en los encuentros que necesariamente había de tener con ellos, superiores como eran en números y caballos…"

Tomando como referencia lo expuesto por el General José Antonio Páez, siete años después, se llevo a cabo la Gran Batalla de Carabobo, 24 de junio de 1821, donde el Batallón Bravos de Apure, fue el mas golpeado por el Batallón realista Burgos, pero el Apure, a la vez que decidió el resultado positivo de la batalla a favor de los patriotas, tuvo la ayuda oportuna e intervención del Batallón Británico, el cual fue diezmado por las tropas realistas, este batallón se inmoló y permitió al Batallón Bravos de Apure, rehacerse y derrotar al batallón Hostalrich, al Burgos y al Barbastro batallones elites de los realistas.

Basándonos en estos acontecimientos, donde esos hombres formados para la guerra por José Tomas Boves, que integraron la fatídica Legión Infernal, o en otras palabras los lanceros de Boves, se podría decir que este asturiano después de haber desaparecido del escenario de la guerra, con su ejercito bajo otro mando, fue el vencedor en Carabobo, tal vez si Boves no muere en Urica y se enfrenta a los patriotas, con su ejercito de caballerías e infantes, en apoyo a las fuerzas del Mariscal de Campo Miguel de la Torre, hoy día las paginas de la historia patria, serían diferentes en su contenidos.

Muchos de aquellos integrantes del ejercito de la muerte y el terror o sea la desaparecida Legión Infernal, y posteriormente del ejercito patriotas, reciben las bondades, el reconocimiento y admiración de la Republica, al rendírseles honores como héroes nacionales.

Apéndice

"…Para infortunio de la Republica, ninguna experiencia obtuvo Mariño de su nada gloriosa derrota en Arao seguro de batir fácilmente a Boves, renunció a esperar al Libertador y se dirigió al encuentro del caudillo quien hábilmente lo dejó situarse en la planicie cercana al fatal sitio de la Puerta, donde Bolívar, noticioso del inconsulto avance del jefe oriental, apenas alcanzo a llegar, cuando el combate en condiciones desventajosas era inevitable. El 15 de Junio de 1814, se trabó la histórica batalla que habría de cerrar los destinos de la segunda República, la segunda batalla de la Puerta, en la cual fueron totalmente exterminados por las hordas de Boves las ultimas fuerzas patriotas…"

JOSE TOMAS BOVES

Vida y cualidades Militares

"…José Tomas Boves, nació en la ciudad de Oviedo, provincia de Asturias, España, en 1782, hizo sus estudios en el Instituto Asturiano, en el cual a los quince años se graduó de piloto marítimo, su aspecto era la de un hombre fino, cabellos rubios, grandes ojos pardos y blanca tez, su cuerpo de estatura mediana, poderosamente musculado y ágil, sostenía una gran cabeza, cuya frente amplia y chata hablaba de esa inteligencia suya, iluminada por fulgores primitivos. Los rasgos de su rostro impregnado de sombría fiereza, presentaba una extraña hermosura varonil, en sus ojos azules e inquietos, su mirada brillaba con avasallador magnetismo, y en el corte de su boca, a la que hacía marco una escasa barba de tinte rojizo, se esbozaba frecuentemente, un gesto cruel y despectivo, capaz de soportar las fatigas mas extraordinarias. Desde muy joven se traslado a Venezuela, y en la ciudad de Puerto Cabello, se dedicó al contrabando desde Curazao, fue sorprendido y capturado por las autoridades españolas y se le condenó a ocho años de presidio, se salvo por unos amigos suyos e influyentes de apellido Joves, quienes lograron conmutarle la pena por la de confinamiento en la ciudad de Calabozo, por gratitud a sus protectores cambió sus apellidos por el de Boves ya que su nombre era José Tomas Rodríguez.

Cuando en 1810, estalló el movimiento revolucionario en Caracas, Boves convicto en Calabozo, comprendió claramente que la causa republicana estaba perdida a menos que se modificara radicalmente la actitud vacilante del Gobierno Republicano, y al llegar a Calabozo, después de un corto viaje hasta San Carlos, así lo manifestó a todos, sin disimular los peligros que corría la nación y los errores de sus mandatarios. Esta actitud, favorable indudablemente a la causa patriótica, fue interpretada por los gobernantes de la provincia y por los enviados del gobierno central, como contraria a la seguridad pública, y fundándose en el origen español de Boves le acusaron de traidor y alarmista y le hicieron reducir a prisión.

Entre los muros de la cárcel de Calabozo, el alma de Boves se envenenó de odio contra los republicanos, y en el terrible silencio de los días que pasó en ella, este hombre fiero, ayer condenado por los españoles y hoy por los patriotas se convirtió en un desesperado silencioso y cruel, cuyos sombríos rencores solo se saciarían con terribles espectáculos de sangre y de muerte.

Comprendiendo el futuro caudillo que en los llanos no habían logrado encontrar arraigo los patriotas, porque la Independencia y la Republica que ellas ofrecían nada significaban para la inmensa población de mestizos e indios que los habitaban, se propuso estimular sin escrúpulos el odio de raza y de clases para levantar las gentes de color contra los blancos "mantuanos" que dirigían el movimiento emancipador. ¡Guerra a los blancos explotadores del pardo y del indio¡ fue su grito de combate, que resonó en el llano como una invitación al alzamiento general. Las tierras de los blancos para los "pardos" fue la promesa que levantó el entusiasmo de aquellas gentes, porque ella estaba mas cercanas de sus corazones que los derechos individuales y las constituciones federales ofrecidas por los teóricos de la Republica. Así la reacción monárquica se convirtió en el llano en una lucha a muerte no a favor de España, sino contra el blanco venezolano y su propiedad. Fernando VII y la religión católica, hasta el momento las banderas realistas, pasaron a un segundo plano, para ser sustituidas por una feroz lucha de razas, donde emergían a la superficie en forma de una barbarie difícil de imaginar, el odio de siglos de las clases oprimidas que como una enorme marea se precipitó sobre la Republica para exterminarla…" (1)

El asturiano fue un hombre controversial y en éste aspecto muchos historiadores le han dedicado capítulos enteros en las páginas de la historia.

Con el fin de que el lector se forme una idea de su capacidad militar se hará una breve reseña de su actuación como líder militar haciéndose conocer a través de sus campañas militares en contra de los patriotas y a favor de los realistas, presentándolo como un verdadero estratega y líder militar, hacedor y conductor de ejércitos.

  • (1) AGUIRRE INDALECIO, Lievano, BOLÍVAR, Págs. 158-159-160.

Supo Boves aprovechar su estadía o confinamiento en la ciudad de Calabozo para dedicarse al comercio, efectuando un sin fin de viajes por la región que le permitió conocerla profundamente, tanto el terreno como el pensar y actuar de los hombres que allí habitaban.

Se puede decir que entre las diferentes regiones que formaban la Capitanía General de Venezuela, la corriente civilizadora se había extendido al norte del país, a todo lo largo de la costa hasta la zona de las montañas, cuyo clima suave se prestaba para la formación de ciudades y el trabajo de la agricultura siendo la principal riqueza de Venezuela.

Mas allá de la montañas se levantaba la llanura sin límite, semidesierta, semibarbara, en este medio, la vida primitiva aun, era una lucha abierta contra la naturaleza. Así los pobladores de ésta región estaban preparados, bajo muchos aspectos para la guerra, y se caracterizaban por su valor, barbarie y destreza en los ejercicios corporales.

Desde el comienzo mismo de la guerra, la inmensa mayoría de los llaneros se pronunciaban por la causa realista, solo les faltaba un jefe que se les impusiera, un caudillo que los arrastrara y los llevara a la guerra, ese jefe, tenía que ser como ellos, surgir entre ellos mismos, para poder dominarlos y guiarlos con el ejemplo, el valor bruto de la barbarie y la popularidad. Durante la Independencia estos hombres semi-salvajes, encontraron los jefes que reunían tales condiciones, José Tomas Boves, que habría de sepultar nuevamente la Republica y José Antonio Páez que haría factible la independencia.

El historiador J.M. Siso Martínez, dice lo siguiente:

"…La figura histórica de Boves se proyecta en primer plano en el año de 1814, quizás no haya hombre más execrado dentro de la historiografía venezolana…"

Juan Vicente González, quien fue el primer escritor en atisbar las causas sociales y económicas que determinaron la guerra de la independencia, dice que el héroe y el bandolero se confundieron en el y lo llamó el primer jefe de la democracia venezolana…"

"…Vallenilla Lanz, le dedica todo un capitulo para demostrar como es una encarnación de la insurrección popular que se verificó en Venezuela bajo las banderas reales.

Los instintos de crueldad de José Tomas Boves, fueron despertados por un gran golpe moral y lavó con sangre la injuria recibida, conservando en medio de aquellos estragos su carácter indolente y fiero de marino, mataba y pasaba sin detenerse a ver como expiraban sus victimas.

Vallenilla, es quien mejor lo ha estudiado y lo integra dentro del duro medio físico, el llano venezolano, donde transcurrió la mayor parte de su vida. El llano creó una sociedad con características especiales, sentido nómada, respetó a la fuerza, la escasa noción de propiedad privada. En ella como lo anotamos anteriormente, encuentra Vallenilla todos los rasgos del carácter nacional, conciencia del valor personal, altivez y espíritu igualitario, hospitalidad y lealtad como base de la moral política, incapacidad para constituir gobiernos estables, propensión a sustentar aristocracia, oligarquías o clases privilegiadas, indiferencia religiosa, aptitud a la abstracción y amor a la poesía. Estos rasgos hay que tomarlos a beneficio del inventario ya que vallenilla tendrá preconcebidamente a burilar su gendarme necesario.

Vallenilla, lo enjuicia y estudia como hijo legítimo del medio y como representante del resentimiento social de los pardos, lo que explica el ascendiente que logró sobre los llaneros. Es el jefe de una sociedad sui generis, que se opone a la sociedad urbana que representan los patriotas. La guerra entre Miranda y Monteverde, prácticamente se había realizado entre facciones sociales con la misma escala de valores. Lo que va a encarnar Boves es distinta es una sociedad pastoril contra una de agricultores y como ha sucedido en estos casos, triunfo la primera con las consecuencias esperables…"

Señala Vallenilla, lo que Baralt comenta en relación a el asturiano José Tomas Boves.

"…Así como muchos otros españoles, fueron partidarios de los patriotas, Boves, tomó parte en ella con calor, pero un acto de injusticia lo arrojo mas tarde en el partido opuesto, y fue el caso que fingiendo mirarlo como desafecto, un juez inicuo que quería despojarlo de sus bienes, le condenó a servir de soldado en el ejercito, mandándolo a tener en la cárcel de Calabozo, Guarico, hasta que fuese conducido a su destino. Allí se hallaba cuando Antoñanzas ocupó la ciudad el año de 1812 y desde entonces abrazó la carrera militar reuniendo a los llaneros y formando con ellos la caballería de los realistas, la temida Legión Infernal, Monteverde, lo nombró Comandante General de los llanos de Calabozo, allí no tardó en desarrollar su innato don de mando. El difunto Boves, dice Morales, dominaba con imperio a los llaneros, gente belicosa como tal, que es preciso saberla manejar para aprovechar de su número y destrezas; con ellos venció en la Puerta, Valencia, Bocachica, los Llanos y en la capital, y últimamente en Urica, donde perdió la vida. Los soldados lo adoraban y le temían y entraban en las acciones con la confianza de que su valor y denuedo había de sacarlos victoriosos. Comía con ellos, dormía entre ellos, y ellos eran toda su diversión y entretenimiento, hablaba como ellos como un veguero más del grupo y cantadito como hablan los llaneros, diestro en el manejo de las riendas, jinete como ninguno, sabiendo que solo así podía tenerlos a su devoción y contar con sus brazos para los combates, reluciendo mas estas verdades con el contraste de los ejércitos o divisiones mandadas por los jefes de la provincia con patente de soberanía; buenos testigos son los Taguanes, Carabobo, Araure, que vieron sucumbir las armas del rey a las infames huestes de sus enemigo.

El móvil con el cual los movió, fueron su ascendiente como caudillo natural, y el económico, el reparto de los bienes de los patriotas.

La crueldad con la cual Boves signó sus acciones raya los linderos de lo verosímil y constituyó la pesadilla de los pueblos que sufrieron su paso. Los documentos todos de la época hablan de un lenguaje aterrado. Su propio Capellán, el prebistero José Ambrosio Llamoza, dice de la forma como eran cumplidas sus ordenes…CITA…Todos los habitantes, hombres, mujeres y niños de los pueblos de San Joaquín y Santa Ana de la Provincia de Barcelona, fueron degollados en numero de mas de mil por el Teniente de caballería D.N.Molinet, francés, en virtud de orden de Boves y con otro por separado de éste al Sargento Primero Don Domingo Camero, para que si Molinet, no cumplía exactamente su orden, le matase Camero: Estos dos individuos tenían las ordenes originales que leí y habiéndoles reconvenidos amigablemente y suplicado que no le ejecutasen, al menos con las mujeres y niños, me contestaron que no podían porque peligraban sus vidas, por cuya conservación cumplieron exactamente las ordenes de Boves, y fueron incendiados los pueblos con sus iglesias, habiendo ascendido Molinet a Capitán por su puntual desempeño…FIN DE LA CITA…(2)…"

La invasión de Oriente en 1813, por un grupo de oficiales venezolanos, obligó a Monteverde a trasladarse a esa parte del país con el objeto de dirigir las operaciones contra los patriotas.

En esta oportunidad se inicia Boves, en la carrera milita, ya que se le ordenó acudir con sus 300 jinetes al Oriente para reforzar las fuerzas de Monteverde. El proceso de Monteverde en Maturín hizo disolver sus tropas y Boves marcho con Cajigal, como segundo jefe de esa columna hacia Guayana, pero a poco se desprendió de este ejercito y se dispuso actuar solo y por si cuenta.

Boves, tenía todas las características del guerrero semisalvaje, con perfecto conocimiento del terreno y de los hombres con su valor temerario, con osadía sin igual, actividad no reconocida hasta entonces y con el don de mando aparente para el pueblo: era el caudillo de los llanos y el nervio de la guerra a muerte. A su voz surgían los ejércitos, volaban los voluntarios y morían los que siquiera se mostraban reacios a seguir la bandera real. Con su carácter dominante, apoyado por el temor que inspiraba le fue fácil adquirir predominio absoluto sobre la gente de color. La táctica de Boves consistía en un golpe de vista muy certero, en engañar al enemigo y traerlo a combatir donde el quería.

Así surgió Boves en la Historia Militar patria, hasta convertirse en el caudillo máximo de la guerra de independencia en el bando realista.

Boves, fue un gran organizador de ejércitos, fue el quien agitó por vez primera la bandera de la lucha entre clases. En los llanos pregonaba que no debía quedar un blanco vivo, por dos razones: la primera por tener destinado tal territorio para los pardos y la segunda para tener asegurada su retirada en caso de derrota, pues no se fiaba de los blancos, por otra parte, daba la libertad a los esclavos que formaban en sus filas y predicó un odio eterno a la raza blanca.

Indudablemente que tales ideas y procedimientos, fueron del agrado y tuvieron gran acogida entre los llaneros, a quienes les prometió las riquezas de los blancos; de esta forma Boves logró arrastrar ejércitos numerosos que condujo a todas partes en la lucha contra los patriotas.

Campañas militares de Boves

"…Al frente de su Legión Infernal, Boves inició la marcha hacia los linderos de los llanos, siguiendo por el camino del Calvario en dirección a Calabozo. El Coronel Montilla, a quien Bolívar había destinado con una pequeña tropa a vigilar los llanos, sin apreciar la importancia del peligro que le amenazaba, despacho a su encuentro, con fuerzas que juzgo suficientes, al Teniente Coronel Carlos Padrón, quien encontró a Boves en el cañón de Santa Catalina, en las cercanías de Calabozo. La batalla fue corta pero terrible, fácilmente desorganizadas las filas patrióticas por el empuje de los escuadrones de jinetes, se dispersaron sin orden y fueron implacablemente alanceadas por los llaneros, obediente a la orden de no dejar a nadie con vida. Logrado este primer triunfo, los llaneros avanzaron sobre Calabozo, tomaron la población que había visto a su jefe encarcelado e hicieron en ella la mas salvaje carnicería, de la cual no se salvaron las mujeres ni los niños; luego se retiraron en busca de una región mas propicia para descansar antes de comenzar el ataque sobre las altiplanicies…"

P r i m e r a C a m p a ñ a m i l i t a r d e B o v e s..

Pocos días después de separarse de Cajigal, había logrado ya reunir 800 hombres con los cuales inició su primera campaña. Estas operaciones las inició derrotando cerca de Santa María de Ipire a una columna patriota comandada por el Teniente Coronel Antonio Freytes y los Capitanes José Tadeo y José Gregorio Monagas.

Siguió su avance hacia Calabozo y en el camino derrotó a un cuerpo ya de mayor consideración de los patriotas.

Para ésta época emprendía el Libertador sus operaciones de limpieza en el centro del país y envió al Coronel Tomas Montilla hacia Calabozo con el objeto de destruir la partida Boves.

El Coronel Montilla destacó 600 hombres al mando del Capitán Manuel Cabrera para que destruyese a Boves, pero Cabrera fue deshecho el 23 de Septiembre en el combate de Santa Catalina por el asturiano.

Al obtener la información del Coronel Montilla, el Libertador escogió al Coronel Campo Elías, para la misma misión de destruir a Boves. En efecto con 1000 infantes y 1500 jinetes que reunió sobre la marcha se dirigió Campo Elías hacia Calabozo.

Por su parte Boves contaba ya con 500 infantes y 1000 jinetes y al saber del avance de Campo Elías, avanzo a su vez contra el, Campo Elías entretanto batía una partida realista en el Sombrero y el Calvario y seguía hacia Calabozo.

El 14 de octubre de 1813, cerca de Calabozo, en la llanura de Mosquiteros, se libró el primer encuentro entre estos dos jefes; la batalla encarnizada al extremo, estaba ya favorable a los realistas cuando un error del propio Boves, decidió la lucha a favor de los republicanos. El desastre español fue completo y la matanza hecha por Campo Elías en el campo de batalla, de acuerdo a los postulados de la guerra a muerte, fue bárbara.

Boves, a duras pena logró retirarse con un centenar de jinetes hacia el Río Apure.

De esta manera, concluyó la primera campaña de Boves, de esta derrota habría de surgir mas poderoso y mas potente que nunca.

S e g u n d a C a m p a ñ a m i l i t a r d e B o v e s

Solo mes y medio después de tan tremendo descalabro, Boves había logrado organizar un ejército de 3000 plazas, el mes de Noviembre fue aprovechado por el asturiano para adiestrar caballos salvajes y entrenar a los reclutas.

En el norte, entretanto, los patriotas se veían acosados por inmensas facciones realistas y el Libertador lograba disipar el peligro de la brillante jornada de Araure.

En el Oriente el General Mariño con un poderoso ejército de 3000 hombres se negaba repetidamente a cooperar con el Libertador, poniendo toda serie de trabas y de excusas para su marcha al centro.

La guarnición de Calabozo había acudido con Campo Elías a la concentración del ejercito republicano para la batalla de Araure, por tal motivo dicha ciudad se encontraba desguarnecida, ya que en ella solo se había dejado un destacamento al mando del Coronel Aldao.

El asturiano, comenzó su campaña apareciendo el 11 de Septiembre al sur de Calabozo, en donde se le unió su segundo el Coronel Francisco Tomas Morales, con lo cual quedaron aumentados sus efectivos a 3500 jinetes y 500 infantes.

Al saber el Coronel Aldao la presencia de Boves, con 1000 hombres, salió de Calabozo y fue aniquilado en el combate de San Marcos, una vez en Calabozo, con el material capturado a los patriotas en San Marcos, Boves se dedicó aumentar su ejército lo cual no le costó ninguna dificultad, tal como dice el Historiador Tosta García….CITA…La alborada del año de 1814 saludole con un ejercito de 5000 jinetes y 2000 infantes y una artillería metódicamente organizada…" …FIN DE LA CITA…

El Libertador, ante la amenaza llanera, hace prodigios y logró formar un ejercito de 3000 hombres al mando de Campo Elías, para oponérselo al asturiano.

Una vez reorganizado su ejército, Boves emprende el avance hacia el centro y el 25 de Enero ocupa San Juan de los Morros, el 3 de Febrero, entra en Villa de Cura y San Juan de los Morros, en la Puerta se enfrenta por segunda vez al vencedor y vencido de la batalla de Mosquiteros.

La batalla fue más recia y mas brava que la de Mosquiteros y mas la supremacía del material realista, fue la habilidad táctica de Boves, la que decidió la batalla a favor de los llaneros.

La derrota, la tremenda derrota de Campo Elías, hizo vivir la patria venezolana días negros de angustias y dolor. La Legión Infernal como el mismo Boves había bautizado a su ejército aniquiló todo lo que encontraba en su camino después de la batalla el 3 de febrero, no había ningún obstáculo aparente para la marcha triunfal a Caracas.

Para esa época la Republica vivía un oscuro panorama en Barinas García de Sena abandonaba la ciudad a el español Yáñez, de allí este realista atacó a Ospino donde murió en el ataque a esta ciudad. Yáñez era considerado uno de los más valerosos y prestigiosos jefes español, antes de enrolarse a las fuerzas realistas, fungía como dependiente y dueño de una mercería en el centro de Caracas, allí logró información de la guerra librada y se plegó a los realistas, su sucesor fue el Teniente Coronel Sebastián de la Calzada, perteneció al batallón de la Reina, donde prestaba sus servicios como un soldado mas, nunca obtuvo jerarquía por su mala conducta, fue condenado por hurto el año de 1810 y libertado de galeras el 19 de abril.

Al unísono en los Valles del Tuy, operaba Francisco Rosete, cuya ocupación antes de la guerra de independencia era la de pulpero en un pueblo de los llanos, esta actividad igual que Boves, le permitió conocer a los llaneros a quienes prodigaba favores de igual manera a la región donde ellos habitaban, fue un oficial de las huestes de Boves y no tuvo limitaciones ni obstáculos para comandar grupos de partidas llaneras, por la guerra de independencia llegó a ser uno de los mas valerosos y sanguinario jefe español.

Después de la jornada de la Puerta, Boves envió un destacamento por el sur de Caracas, mientras Boves avanzaba por el centro y Rosete por Ocumare, el objeto del destacamento que operaba por el sur de Caracas era operar una operación de diversión, lo cual le permitiría lanzar una operación comandada por su segundo el Coronel Francisco Tomas Morales a tomar y apoderarse de la Victoria. A raíz de la Campaña Admirable, Todos los españoles capturados por rendición y aquellos sospechosos fueron encarcelados en las prisiones de la Guaira. Bolívar le puso condiciones a Monteverde para canjearlos pero el jefe realista no aceptó tal proposición trayendo como consecuencia la ruptura de las conversaciones. El Gobernador de Curazao intercedió por los prisioneros, lo que el Gobierno Republicano no aceptó ya que de ser liberados irían a engrosar las filas realistas, como había sucedido anteriormente, igual repuesta se le dio al arzobispado el 8 de febrero.

Ante de la amenaza y cercanía de los realistas a la Guaira, su comandante Coronel Leandro Palacios, pidió instrucciones a Bolívar, éste le dirigió el siguiente oficio. "…Por el oficio de Ud. del 4 del actual, que acabo de recibir me impongo de las criticas circunstancias en que se encuentra esa plaza, con poca guarnición y un crecido numero de presos. En consecuencias, ordeno a usted que se pasen inmediatamente por las armas a todos los españoles presos en esas bóvedas y en el hospital sin excepción alguna…" La forma como se cumplió tan tremendo mandato, lo dicen los partes oficiales, firmados por el Coronel Palacios el 13 de febrero de 1814. "…En obediencia a orden expresas del excelentísimo Señor General el Libertador para que sean decapitados todos los presos españoles y canarios reclusos en las bóvedas de este puerto, se ha comenzado la ejecución pasándose por las armas esta noche 100 de ellos 14 de febrero de 1814…" "…Ayer tarde fueron decapitados 150 hombres de los españoles y canarios encarcelados en las bóvedas de este puerto, y entre hoy y mañana lo será el resto de ellos…" 15 de febrero de 1814. "…Ayer tarde fueron decapitados 247 españoles y canarios, y solo quedaban en el hospital 20 enfermos y en las bóvedas 108 criollos…" 16 de febrero de 1814. "…Hoy se han decapitado los españoles y canarios que estaban enfermos en el hospital, últimos restos de los comprendidos en el orden de su SE…." 17 de febrero de 1814.

Arismendi, Gobernador militar de Caracas, comunica el 25 de febrero que la orden fue cumplida tanto en la Guaira como en Caracas y que el número asciende a 800 españoles y canarios.

Paralelo a estas ejecuciones se efectuaba el intento del Coronel Francisco Tomas Morales, segundo de Boves, de tomar la Victoria.

Al amanecer del 12 de febrero de1814, con 3000 hombres inicia el Coronel Morales, lugarteniente de Boves, un ataque masivo contra la ciudad de la Victoria, Rivas su defensor soporta la oleada de la caballería e infantería del asturiano de una manera valiente y heroica, solo 1000 hombres le hacen oposición a las fuerzas de Boves, después de diez horas de acoso, los estudiantes adolescentes traídos de Caracas, y al atardecer, los defensores estaban al borde de la derrota, solo hacía falta un nuevo ataque enemigo para que quedara consumado el triunfo realista, pero en la critica situación, Campo Elías, el derrotado recientemente en la Puerta, con 200 hombres vino en socorro de la población y decidió el triunfo patriota.

El Coronel Francisco Tomas Morales, hubo de replegarse maltrecho a Villa de Cura. La batalla de la Victoria con el triunfo de las fuerzas patriotas, vino a constituir uno de los mas gloriosos ejemplo de nuestra Historia Militar.

Después del descalabro de la Victoria en solo trece días, Boves, reorganiza sus derrotadas unidades, y a la cabeza de su ejército de 7000 hombres se dirige a Caracas, pero también el Libertador Simón Bolívar, al frente del ejército republicano salió hacerle frente al enemigo, en efecto con 1200 hombres y 600 jinetes organizó posiciones en su hacienda de San Mateo situada entre este pueblo y la Victoria.

El día 25 se mueve Boves de la Villa y ocupa a Caguas y el 27 lanza el primer ataque contra el frente republicano siendo rechazado, el primero de Marzo el Libertador hizo ajustes a su dispositivo defensivo y tomó la iniciativa para hacer bajar de las alturas a los llaneros, pero estos sin la dirección de su caudillo rechazaron el combate. Tal situación no cambió en nada hasta el día 15 de marzo, en el cual Boves otra vez al frente de su tropa, montó un violento ataque contra las posiciones patriotas, el cual fue rechazado como los anteriores, es de señalar que en este ataque de Boves contra las posiciones de los patriotas, perdió a su noble caballo de nombre ATINOO, era lo más querido que tenía y después del juramento ante su caballo atacó las posiciones patriotas con mas vigor y con un odio que le salía de lo mas hondo de su ser.

Siguieron ligeras escaramuzas hasta el día 25, en el cual Boves al mismo tiempo mandaba un destacamento para envolver a los republicanos y caer sobre la retaguardia en el depósito de municiones, atacó con tremendo ímpetu el frente de las posiciones patriotas.

Ese día se llevó a efecto el más rudo de los combates, parte de las posiciones de los patriotas y el ingenio cayeron en poder de Boves, pero un vigoroso contraataque por parte de los republicanos, permitió recapturarlas, cuando la batalla tomaba caracteres dramáticos, a las cinco de la tarde, el destacamento enviado por Boves, caía por sorpresa en el depósito de municiones y ocupaba la altura crítica en la retaguardia republicana, fue cuando el sacrificio de Ricaurte se consume, para impedir que los realistas se apoderen del parque de municiones.

Boves, se replegó a las alturas, con la intención de volver al ataque, pero tal plan no pudo llevarse a efecto debido a que Mariño se aproximaba por el sur con 3500 hombres.

Boves concibe el audaz plan de volverse rápidamente sobre Mariño y batir al jefe oriental en la Puerta, para enseguida volver al ataque contra el Libertador. Con tal motivo durante la noche desocupa posiciones y marcha sobre Villa de Cura, Mariño por su parte había ultrapasado el abra de la Puerta y dejando sin efecto el plan concebido por el asturiano.

Más acá de la Puerta en Bocachica, se llevó a cabo el 31 de marzo la batalla del mismo nombre. Boves al frente de 3000 hombres y Mariño, el libertador de oriente, con 4000 hombres, combatieron durante todo el día, Boves lanzó el ataque y al no poder destruir el flanco derecho cambió su ataque sucesivamente sobre el flanco izquierdo y el centro del ejército oriental. Las violentas cargas de caballerías se estrellaron una y otra vez contra la muralla defensiva del ejército de Mariño, ya al final de la tarde, el jefe llanero intentó un envolvimiento sobre el flanco derecho de los patriotas, pero Mariño accionó sus reservas y los realistas sufrieron un serio revés. Después de esta derrota José Tomas Boves se retiro a valencia y luego a Calabozo, por su parte Mariño se retiró a la Victoria

Ignorando el Libertador, la decisión de Mariño de seguir hacia la Victoria, ordenó al Coronel Mariano Montilla, a que interceptase a Boves en Magdalena, única vía de escape, mientras el permanecía en sus posiciones para estrechar el cerco de los realistas.

Boves en efecto se dirigió por Magdalena hacia Valencia, sitiada por Ceballos y fue interceptado en la localidad arriba mencionado por Montilla, quien lo derroto y persiguió hasta Guigue, en donde se dispersó la mayoría de su tropa y perdió la artillería.

El 2 de Abril se presentó Boves con 500 hombres, restos de los 7000 con que iniciara su campaña a Valencia, no encontrando a Ceballos que había levantado el sitio de la plaza al conocer el resultado de Bocachica, no le quedó otra salida que retirarse a los llanos.

T e r c e r a C a m p a ñ a M i l i t a r d e B o v es

Los antecedentes de la tercera Campaña de Boves se encuentran en la Victoria, San Mateo, Bocachica y la heroica defensa de Valencia por el General Rafael Urdaneta, despejando el oscuro panorama republicano.

Después de Bocachica, el Libertador ordenó a Mariño que siguiese a Ceballos quien una vez levantado el sitio de Valencia, se había situado con 2500 hombres en San Carlos: Mariño movió sus tropas con ese objeto y Ceballos le presentó batalla en el sitio en el sitio denominado el Arao, más allá del Tinaco. Mariño, a pesar de las observaciones del General Urdaneta, aceptó la batalla en un terreno que le era completamente desfavorable y fue derrotado por los realistas.

El Libertador, que atendía al sitio de Puerto Cabello, al saber la noticia del desastre anterior levantó el sitio se dirigió a Valencia, asumió el comando del Ejército y salió al encuentro de Ceballos, el cual se había reunido a Cajigal que ostentaba el cargo de Capitán general.

La sabana de Carabobo fueron escogidas por el Libertador para la batalla y el 28 de mayo se libró la primera batalla del mismo nombre, en donde fueron aniquilados los 6000 hombres de Cajigal y Ceballos por los 5000 hombres que hábilmente conducía el Libertador.

Ningún cuerpo organizado quedo en el occidente del país después de Carabobo y el Libertador, destacando un ejército al mando de Urdaneta para que persiguiese al derrotado enemigo, estableció el sitio de Puerto Cabello y enviaba a Mariño con 2500 hombres a someter definitivamente los llanos.

Mientras se desarrollaban estos acontecimientos, dos meses apenas de los tremendos desastres del centro, Boves levantaba nuevamente un poderoso ejército de 5000 hombres de caballería y 3000 fusileros, avanzaba desde Calabozo con su Legión Infernal, dispuesto a vengar sus derrotas pasadas, nadie pensó jamás que el asturiano lograra rehacerse, en tan cortísimo tiempo había realizado una hazaña prodigiosa, de aquí que su presencia en el país constituyera una sorpresa para el Comando Patriota, Mariño se situó en Villa de Cura, a la salida del llano, mientras Boves avanzaba desde Calabozo hacia San Juan de los Morros.

B a t a l l a d e l a P u e r t a.

Para el 5 de junio, el ejército de Mariño estaba organizado de la siguiente manera: 1500 infantes que constituían los batallones "Cumana" "Aragua" y 700 jinetes que formaban los escuadrones "Barcelona" "Maturín" y "Alto Llano" la artillería contaba con nueve piezas de campaña.

La organización de la caballería de Boves no estaba sujeta a la ordenanza, cada escuadrón se componía de los vecinos del pueblo cuyo nombre llevaba, sin importar el numero, "Guayabal" solo tenía 200 hombres "Tiznados" sumaba 600 hombres.

El ejército de Boves ascendía a 5000 jinetes y 3000 infantes y al mismo tiempo que avanzaba hacia el corazón del país, el pánico se producía en la población civil, al solo nombre de la Legión Infernal, el terror corría como onda eléctrica, por los Valles de Aragua y lo que hoy se llama Carabobo y en Caracas la población emigraba en masa a solo oír el nombre de Boves.

Ocupado San Juan, Boves escogió el mismo terreno para la próxima batalla, en donde había aniquilado a Campo Elías, y trasladándose a la llanura de la Puerta, espero a Mariño. El 14 de junio supo Mariño el avance de Boves y la ocupación de San Juan de los Morros moviéndose con sus unidades al encuentro del asturiano. El 15 de junio primer aniversario del Decreto de Guerra a Muerte, se llevó a efecto la segunda batalla de la Puerta.

Boves, había escogido hábilmente el terreno, ya conocido por el, y colocó sus fuerzas situando la infantería en la llanura con dos ligeros destacamentos de caballería en ambos flancos y el resto de su poderosa caballería detrás de las ondulaciones de la llanura.

Mariño por su parte, ocupó la entrada de la llanura y ocupó también las alturas del desfiladero hacia Villa de Cura, la artillería colocadas en las colinas de la izquierda y apoyadas en estas y en las colinas de la derecha, situó el resto de de la infantería, mientras que la caballería fue puesta a la izquierda del camino.

La posición defensiva de Mariño era excelente, porque no podía ser flanqueada; era difícil la entrada de frente e inutilizada la caballería enemiga por falta de campo donde evolucionar.

Boves, entonces resolvió atraerlo a la llanura y aniquilarlo con sus lanceros ocultos, su plan de batalla fue conducido con ese fin.

Empeñado el combate, la infantería realista avanzó resueltamente contra las posiciones patriotas y las montoneras de Boves se estrellaron contra ellos para volver dos veces consecutivas al ataque con el mismo resultado.

Durante el desarrollo de la batalla, llegó al campo republicano el Libertador con su Estado Mayor, la artillería patriota hacía estragos en las filas enemigas, Boves, ordenó a su unidad élite, los cazadores que capturaran las posiciones de la artillería patriota.

Habiendo fracasado el intento, las tropas realistas comenzaron a replegarse en desorden, el Libertador, viendo la batalla ganada, ordenó la acción de la caballería al mismo tiempo que la infantería desalojaba sus posiciones y bajaba a la llanura para completar la destrucción del enemigo.

Esto era, precisamente, el momento esperado por Boves y cuando los patriotas saboreaban laureles de triunfo tres enormes masas de caballería realista surgieron detrás de las colinas y desbarataron al ejército patriota.

En esta acción final se distinguió notablemente el Batallón Cumana, el cual rodilla en tierra y envuelto por un bosque de lanzas enemigas, sucumbió hasta el ultimo hombre en defensa de la patria.

A las dos de la tarde tres mil cadáveres republicanos quedaron en el campo de batalla y en poder de Boves miles de fusiles y nueve piezas de artillería.

Muñoz Tebar y Antonio Rafael Mendiri, secretarios del Libertador, murieron en la batalla, el Coronel Diego Jalón y todos los prisioneros fueron fusilados, Bolívar, Mariño y Ribas huyeron a Caracas.

El desastre de la Puerta fue el más serio revés sufrido por los republicanos en la independencia y constituye la batalla modelo de Boves. Dice Don Eduardo Blanco lo siguiente: "… Con el ultimo disparo de la Puerta comenzaron los funerales de la Patria…"

Partes: 1, 2, 3, 4
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