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Sistemas de comunicación de personas sordociegas

Enviado por Pablo Turmero


Partes: 1, 2
Monografía destacada
  1. Introducción
  2. Heterogeneidad de los sistemas de comunicación
  3. Sistemas alfabéticos
  4. Sistemas no alfabéticos o signados
  5. Sistemas basados en la lengua oral
  6. Sistemas basados en códigos de escritura
  7. Recursos de apoyo a la comunicación
  8. Otros sistemas
  9. Ejercicios de autoevaluación
  10. Bibliografía

Introducción

Uno de los principales rasgos que caracterizan a la población sordociega es su heterogeneidad, que viene determinada, como se ha analizado en el capítulo anterior, por diversas variables que generan una serie de peculiaridades únicas en cada individuo sordociego. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, hay un aspecto que es común a todo el colectivo de personas sordociegas: los problemas de comunicación.

Cuando una persona nace o se queda sordociega, lo más urgente es intervenir para dotarla de un nuevo sistema de comunicación funcional o adaptar el que venía utilizando. Este sistema deberá ser seleccionado de acuerdo a las características sensoriales y a las capacidades individuales de cada persona, con el fin de que le permita conectar con el mundo y cubrir sus necesidades en cada momento; es decir, el sistema será determinado de manera 멮dividualizada뮠Así pues, el profesional que trabaje con personas sordociegas se va a encontrar una gran gama de formas y sistemas de comunicación, acorde con la variedad de situaciones individuales que presenta este colectivo.

En este capítulo se van a presentar los principales sistemas de comunicación más frecuentemente utilizados por las personas sordociegas en España, junto con las principales adaptaciones de los mismos, que se va a poder encontrar cualquier persona que desee comunicarse con este colectivo.

Heterogeneidad de los sistemas de comunicación

La forma que cada persona utiliza para transmitir sus pensamientos, ideas y sentimientos a los demás, para comunicarse con ellos, es un rasgo que viene determinado tanto por la cultura y la sociedad en la que está imbricada, como por el entorno educativo y familiar en el que se ha desarrollado; en resumen, por las circunstancias en las que se ha visto envuelta desde el momento de su nacimiento.

En el caso de las personas sordociegas sucede lo mismo. Cada persona sordociega es, en primer lugar, una persona y, como tal, sus características individuales, sus necesidades, su historia personal y sus expectativas son únicas y diferentes a las de cualquier otro ser humano, oyente y vidente o sordociego. Así pues, el sistema de comunicación que va a utilizar vendrá determinado igualmente por la situación personal que le ha acompañado en el transcurso de su vida. La realidad es que no todas las personas cuentan con las mismas habilidades y capacidades personales, ni las mismas oportunidades educativas, familiares y sociales que les permitan conseguir buenos niveles de aprendizaje y acceso a la formación, ni las mismas historias sensoriales. Así, nos vamos a encontrar con una panorámica y unas situaciones comunicativas muy variadas dentro del colectivo, pero, a la vez, únicas en cada persona sordociega:

  • a) Personas que no cuentan con ningún sistema de comunicación para relacionarse con el entorno.

  • b) Individuos que no manejan un sistema completo, sino tan solo determinado aspectos del mismo.

  • c) Personas cuyo sistema de comunicación inicial deja de ser funcional, debido a la evolución y empeoramiento de su situación sensorial y que aún no aceptan aprender otros sistemas más adecuados a las nuevas circunstancias, lo que hace que utilicen un sistema que en la práctica ya no es eficaz para ellos.

Muchas personas sordociegas han disfrutado desde la infancia y durante la mayor parte de su vida de adultos de una visión, una audición o ambas, normales o suficientemente funcionales y que posteriormente se han ido deteriorando. En general, mientras aún poseen restos sensoriales de vista, de oído o de los dos, van a preferir aprovecharlos para comunicarse, aunque estén dañados, es decir, que pretenden seguir utilizando su forma habitual de comunicación tanto tiempo como les sea posible, e incluso más allá. Lógicamente, esto hace sentir a la persona que sigue 붩viendo como antes묠que se mantiene vinculada a su vida anterior, lo que supone para ella una ruptura menos traumática, le hace mantener su identidad y aferrarse a lo conocido y familiar.

Cuando estos restos se van perdiendo o ya no les son útiles, es muy complicado que acepten, además de otras implicaciones de la sordoceguera, la necesidad de cambiar de sistemas de comunicación auditivos o visuales a otros táctiles. Sienten frustración por tener que adaptar su forma de comunicación, ya que este paso supondría el reconocimiento y la aceptación psicológica de su nueva situación, lo que conllevaría a comenzar a buscar los recursos necesarios que le permitan cubrir las nuevas necesidades. Por ello, es frecuente que haya personas sordociegas que sigan utilizando sistemas que realmente no les permiten recibir adecuadamente los mensajes, pero que anímicamente les hacen sentirse más seguros.

Evidentemente, el interlocutor nunca forzará la situación de 멭poner렵n sistema de comunicación que, aunque pudiera ser más adecuado, aún no ha sido aceptado ni demandado por el usuario.

  • d) Individuos sordociegos que dominan varios sistemas de comunicación. Hay personas que, aun teniendo restos sensoriales, se esfuerzan por aprender nuevos sistemas que les permitan comunicarse con más personas del colectivo de sordociegos, nuevas formas que les ayuden a percibir mejor los mensajes en su nueva situación sensorial e incluso nuevos sistemas que les preparen para el futuro, anticipándose a la situación en la que va a derivar la progresión de su pérdida: aprender el sistema de lectoescritura braille para cuando pierdan definitivamente la visión, o el sistema dactilológico, aun cuando todavía poseen restos auditivos, para cuando ya no puedan oír a su interlocutor.

Ciertamente es distinta la situación de la persona que se ha quedado sordociega recientemente de la de otra que lleva ya un tiempo más o menos largo y ha aceptado la discapacidad, puesto que le ha permitido desarrollar más estrategias y recursos comunicativos para suplir los fallos en la comunicación y será más fluido su uso.

  • e) Personas sordociegas o de su entorno que, ante la necesidad imperiosa de comunicarse, dan muestras de creatividad y de búsqueda de recursos y generan nuevos sistemas o formas de comunicación, ajustados a las necesidades y características de la persona.

  • f) Algunos de los sistemas no son utilizados de la misma forma por todos los usuarios, sino que se realizan adaptaciones o modificaciones individuales según las necesidades de la persona: por ejemplo, respecto al sistema de escritura en palma, algunos usuarios no lo realizan escribiendo letra sobre letra, con mayúsculas, sino palabras completas con letras minúsculas.

  • g) Las condiciones del entorno (iluminación, ruidos), la situación personal (fluctuación en el funcionamiento y cansancio de sus sentidos deteriorados, comodidad), las características del interlocutor, etc., hacen que una misma persona sordociega pueda comunicarse con sistemas de comunicación diferentes o con distintas adaptaciones de acuerdo al momento. Por ejemplo, una persona que habitualmente se comunica en lengua de signos, en momentos de fatiga visual, de gran concentración, en largas sesiones de trabajo, en condiciones luminosas inadecuadas o por encontrarse a una distancia más corta de lo necesario, puede requerir del interlocutor comunicarse en lengua de signos táctil. O una persona que normalmente se comunica a través de la lengua oral adaptada, en una situación con un entorno ruidoso, puede pasar a comunicarse con el sistema dactilológico.

  • h) Una misma persona puede utilizar distintos sistemas de comunicación a lo largo de su vida, puesto que las necesidades comunicativas pueden variar mucho con el paso de los años.

  • i) Algunas personas con sordoceguera utilizan un sistema diferente para su comunicación expresiva y receptiva, como puede ser el caso de una persona con sordoceguera adquirida que se expresa utilizando la lengua oral y recibe los mensajes a través del sistema dactilológico táctil.

Todo esto genera una situación muy variada en cuanto al tipo de sistemas de comunicación que se utiliza dentro del grupo, lo cual crea barreras de comunicación incluso dentro del propio colectivo, como detecta M.ª Soledad Brioso, persona sordociega y que fue Delegada Territorial de la Asociación de Sordociegos de España en Andalucía (Brioso, 2001):

A mi parecer, antes de eliminar estas barreras de comunicación surgidas entre la sociedad normalizada y nuestro colectivo, habría que tratar de suprimir las que surgen en el propio seno del grupo, ya que formamos una colectividad muy heterogénea, al igual que heterogéneos son nuestros sistemas de comunicación. Con esto quiero decir que si, por ejemplo, yo que utilizo la lengua de signos y otra persona que utiliza el sistema dactilológico nos negamos a aprender otros sistemas de comunicación, sería imposible establecer contacto entre los dos, generándose así una barrera de comunicación.

A continuación, se pasa a clasificar y definir los sistemas de comunicación más habitualmente utilizados por las personas sordociegas de España, con las adaptaciones más frecuentes, y algunos otros sistemas que, aunque no son utilizados por el colectivo de nuestro país, es interesante conocer, puesto que muestran la riqueza comunicativa que se ha desarrollado en distintos países por parte de las personas sordociegas. Como se puede observar, algunos sistemas de comunicación utilizan para su recepción el canal visual, otros el auditivo y otros el táctil. De todos ellos, la vía táctil es la única que es exclusiva de las personas sordociegas.

Cuadro 1. Clasificación de los sistemas de comunicación

SISTEMAS ALFABÉTICOS

  • SISTEMA DACTILOLÓGICO

  • VISUAL O EN EL AIRE

  • VISUAL-TÁCTIL

  • TÁCTIL O EN PALMA

  • ESCRITURA EN LETRAS MAYÚSCULAS

  • EL DEDO COMO LÁPIZ

  • ALFABETO LORM

  • BRAILLE MANUAL

  • MALOSSI

  • MORSE

SISTEMAS NO ALFABÉTICOS

O SIGNADOS

  • Lenguaje de signos naturales

  • Lengua de signos

  • Lengua de signos en campo visual

  • Lengua de signos a corta distancia

  • Lengua de signos apoyada en la muñeca

  • Lengua de signos táctil o apoyada

SISTEMAS BASADOS

EN LA LENGUA ORAL

  • Lengua oral adaptada

  • Lectura labial

  • Tadoma

SISTEMAS BASADOS

EN CÓDIGOS DE ESCRITURA

  • Escritura en caracteres ordinarios

  • En papel

  • A través de medios técnicos

  • Escritura en braille

  • En papel

  • A través de medios técnicos

RECURSOS DE APOYO

A LA COMUNICACIÓN

  • Tablillas de comunicación

  • Tarjetas de comunicación

  • Mensajes breves en caracteres ordinarios

  • Mensajes breves en braille

  • Dibujos

OTROS

  • Dactyls

  • Bimodal

Sistemas alfabéticos

Los sistemas alfabéticos son aquellos que se basan en el deletreo del mensaje, transcribiendo letra a letra el contenido del mismo. Para ello, cada letra del alfabeto tiene una representación y se ejecuta, en la gran mayoría de los casos, sobre la palma de la mano de la persona sordociega. En todos ellos se conserva la estructura propia de la lengua oral.

Algunas personas sordociegas los utilizan como sistema de comunicación habitual y otras como sistema de apoyo, pero también se pueden emplear para el aprendizaje de la gramática, la ortografía, etc., gracias a que permiten la transcripción literal de las estructuras lingüísticas del código fonético-auditivo. Es una forma de conseguir estructuras de lenguaje, además de servir para la discriminación fonética. Para el niño pequeño, como único sistema, no es lo mejor, ya que hay que introducirlo en el momento evolutivo adecuado.

A continuación se incluyen las características definitorias de este grupo de sistemas:

  • La persona sordociega puede recibir el mensaje bien en su mano derecha o en la izquierda, dependiendo de sus preferencias y costumbres. El interlocutor deberá adaptarse a ella, preguntándole antes de iniciar la comunicación. De ello dependerá su colocación.

  • Al principio de la utilización del sistema, cuando la persona sordociega aún no lo usa de forma muy fluida, el hacer una pequeña pausa entre las palabras le facilitará la discriminación de las mismas.

  • La velocidad del deletreo dependerá de las condiciones sensoriales de cada persona sordociega, su habilidad y fluidez en el sistema, etc.

  • No se usan acentos ni signos de puntuación, a no ser que se quieran utilizar como un elemento para dar énfasis a la comunicación.

  • Se utilizan signos de interrogación o admiración, porque dan una información necesaria para la comprensión y contextualización del mensaje. Dependiendo de acuerdos o hábitos individuales de cada usuario, puede incluirse más información (paréntesis para indicar que es un comentario aparte, etc.).

Para que una persona sordociega pueda utilizarlos como sistema de comunicación habitual, es imprescindible que conozca la estructura de la lengua oral, es decir, que van a ser utilizados por individuos que están familiarizados con la lengua oral por haberla utilizado antes de la adquisición de la sordoceguera, esto es, los Grupos III y IV de población (v. capítulo 3); será en general un sistema de apoyo para las personas del Grupo II (usuarios de la lengua de signos que lo utilizan para expresar nombres o palabras que no tienen signo, igual que las personas sordas); y algunas personas del Grupo I de alto nivel de funcionamiento.

Son métodos analíticos (letra por letra), que requieren que la persona tenga una buena capacidad de síntesis para integrar la palabra y la frase, y una buena capacidad de discriminación táctil (Gómez, 2000). Por otra parte serán difíciles de usar para personas que tengan problemas con el tacto (diabetes), excepto el sistema del 뤥do como lápiz뮼/font>

Los sistemas alfabéticos tienen una gran variedad de formas y variantes que se podrían clasificar de la siguiente manera:

  • 1. Configuraciones de la mano: Cada letra del alfabeto se corresponde con una forma, una configuración de la mano y de los dedos del interlocutor, que se hace en el aire o se apoya sobre la palma de la mano de la persona sordociega, según las modalidades.

  • Sistema dactilológico o alfabeto manual. Puede ser unimanual o bimanual, según su uso en cada país (en España es unimanual).

  • 2. Trazado de letras: Se transmite el mensaje representando cada letra del alfabeto por su correspondiente grafía de la escritura; el interlocutor escribe con su dedo sobre la palma de la mano de la persona sordociega. También se puede utilizar el dedo de la persona sordociega para dibujar las letras sobre su palma, en el aire o sobre una superficie.

  • Escritura en letras mayúsculas (utilizado en España).

  • El dedo como lápiz (utilizado en España).

  • 3. Trazado de símbolos: Cada letra del alfabeto está representada por un símbolo: una línea, un toque en un punto, un roce con la mano嬠que se ejecutan sobre distintos puntos de la mano de la persona sordociega.

  • Alfabeto Lorm (no utilizado en España).

  • 4. Toques con los dedos en un punto de la mano: Cada letra está representada por un toque ligero con la yema de los dedos del interlocutor sobre distintos puntos de la mano de la persona sordociega: su palma, las falanges o las puntas de sus dedos. La mano del sordociego puede estar en varias posiciones: boca abajo, boca arriba, vertical con los dedos hacia arriba弯font>

  • Braille manual (utilizado escasamente en España).

  • Malossi (no utilizado en España).

  • Morse (utilizado escasamente en España).

A continuación se presenta una descripción de los sistemas utilizados más habitualmente por el colectivo de personas sordociegas españolas. Además se incluyen algunos sistemas que, aunque no son utilizados en España, son los más frecuentes y más extendidos en otros países, como muestra de la riqueza que existe en este terreno.

2.1. Sistema dactilológico o alfabeto manual

En el sistema dactilológico, también denominado alfabeto manual, cada letra se corresponde con una configuración de la mano y de los dedos del interlocutor, es decir, son distintas posiciones y formas de la mano, cada una de las cuales representa una letra.

En cada país existen sistemas dactilológicos diferentes, la mayoría de los cuales son los mismos o provienen de los que utilizan las personas sordas de ese país conjuntamente con la lengua de signos, para deletrear algunas palabras que no tienen signo propio. Las personas sordociegas los utilizan con algunas adaptaciones, según sus necesidades sensoriales. Los hay de dos tipos:

  • Unimanuales, como son el español, el americano y el sueco, entre otros. En ellos el interlocutor solo utiliza una mano para configurar las letras, tanto en la versión visual como en la táctil.

  • Bimanuales: como el inglés o el noruego. En la versión visual, cada una de las letras se configura con las dos manos del interlocutor. La ejecución táctil sufre algunas variaciones, de forma que el emisor lo realiza con una de sus manos apoyándola en distintos puntos de la mano de la persona sordociega.

El sistema dactilológico usado en España, según los restos de visión de la persona sordociega, se puede realizar en varias versiones:

  • Sistema dactilológico visual o en el aire

Esta modalidad es igual que el sistema dactilológico utilizado por las personas sordas españolas. Se realiza en el aire y es captado visualmente, pero, debido a las especiales condiciones visuales de las personas sordociegas, deben realizarse una serie de adaptaciones que faciliten su recepción.

Ambos interlocutores se colocan de frente, pero la distancia a la que se ubican va a depender de las características visuales de la persona sordociega: la patología visual que padezca, la amplitud de su campo de visión, la conservación de su agudeza visual, etc.

El lugar de realización de las letras debe ser muy ajustado, ya que hay que ejecutarlas en un espacio que sea fácilmente perceptible por la persona sordociega. Si esta padece un problema de campo de visión, deberá deletrearse dentro de su campo visual. En general el interlocutor debe ubicar su mano más cerca de su cara y de su boca, ya que los receptores complementarán, en su mayoría, la discriminación de las letras con la lectura labial y la expresión facial del interlocutor. Además, al estar utilizando este sistema como complemento a la lengua de signos adaptada, los ojos de la persona sordociega estarán fijos en ese espacio reducido que incluye la cara del emisor y la parte superior del tronco.

La velocidad de ejecución del sistema está completamente determinada por las características del resto visual de cada usuario sordociego, así como por la fluidez y habilidad de la persona sordociega en el uso de este sistema.

En cualquier caso, es conveniente no mover mucho la mano al deletrear, ya que podría salirse fácilmente de su campo de visión.

Este sistema será generalmente utilizado por personas sordociegas que primero han padecido una pérdida auditiva y que han utilizado la lengua de signos como sistema de comunicación. Cuando van perdiendo visión, y mientras sus restos visuales se lo permiten, continúan utilizando la lengua de signos adaptada a su pérdida visual, y el sistema dactilológico en el aire o visual como apoyo para ese deletreo de palabras sin signo.

Foto 1. Sistema dactilológico visual o en el aire

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Foto 2. Alfabeto dactilológico español

(Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla y León)

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En esta versión, el interlocutor realiza igualmente las letras en el aire. La persona sordociega, para percibirlas, va tocando y reconociendo cada una de las letras con su mano.

La colocación de ambos interlocutores será de frente y cerca el uno del otro, puesto que, en general, la persona sordociega utilizará esta modalidad del sistema dactilológico, junto con la lengua de signos apoyada en la muñeca o la lengua de signos táctil, como apoyo para las palabras que no tienen signo.

La ejecución de las letras debe hacerse despacio, dando tiempo a la persona sordociega para que reconozca cada una de las letras y pasando a la siguiente solo cuando ha entendido la anterior. Generalmente, suelen hacer una señal para dar a entender a su interlocutor que han entendido esa letra y que puede continuar, tal como un pequeño movimiento de la cabeza o un breve apretón en la mano que deletrea.

Esta modalidad del sistema suele ser utilizada por personas del Grupo II, cuya visión sigue deteriorándose hasta llegar a tener un resto insuficiente para captar la comunicación por el canal visual o ningún resto. En estos casos, aún no tienen la preparación psicológica o la sensibilidad necesaria en su tacto como para recibir las letras por el canal táctil (sistema dactilológico táctil). Por ello, suelen utilizar la lengua de signos táctil y el dactilológico en esta versión. Si tienen un pequeño resto visual, su tacto complementa lo que ven sus ojos.

Foto 3. Sistema dactilológico visual-táctil

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  • Sistema dactilológico táctil o en palma

Esta modalidad del sistema dactilológico consiste en deletrear el mensaje apoyando cada una de las letras sobre la palma de la mano de la persona sordociega, para que esta pueda captarlas táctilmente.

La forma de colocarse dependerá, esencialmente, de las costumbres y preferencias de cada persona sordociega: a su derecha, para interpretar sobre su mano diestra (de frente a él o mirando ambos hacia delante), o a su izquierda (los dos mirando al frente); dependerá también de las posibilidades del lugar en el que se encuentren y de la colocación de terceras personas, si las hubiese. Puesto que este sistema de comunicación es cansado para ambos interlocutores, debido a la colocación corporal, el desgaste físico, además de la concentración, hay que tratar de que la posición de ambos sea lo más cómoda posible.

Especialmente si la comunicación o la interpretación van a ser prolongadas, la persona que emite los mensajes debe tratar de sentarse con el tronco derecho y relajado, para evitar dolores en los costados, y con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, si es posible. Los brazos relajados al lado del cuerpo, sin elevarlos. Debe evitar tensionar sus hombros y su cuello, para que no se eleven y contraigan. Su mano activa no debe estar tensa. Debe ejecutar las letras sin doblar innecesariamente la muñeca y sin separar prácticamente el codo de su cuerpo, ya que las letras están preparadas para hacer los menores movimientos y lo más sencillos posibles.

Para no mantener el brazo de la persona sordociega suspendido en el aire durante mucho tiempo, se puede usar una mesa de apoyo, una silla con reposabrazos, o incluso apoyar el codo de la persona sordociega en la rodilla del interlocutor, colocando un cojín o alguna prenda de vestir para que amortigüe la presión sobre la pierna. Si se cuenta con una mesa de reuniones, puede ser cómodo para ambos el ubicarse uno a cada lado de una esquina.

El interlocutor toma la mano receptora de la persona sordociega con su mano libre, quedando la mano abierta y con la palma hacia arriba, para que se pueda 륳cribir렳obre ella. La mano de la persona sordociega debe quedar firmemente apoyada en la del interlocutor para que no oscile al apoyar las letras. No apretarla demasiado ni sujetarla por la muñeca. Es conveniente sujetar suavemente los dedos de la persona sordociega con el pulgar del interlocutor para evitar que se cierre su mano.

El interlocutor configura con su mano cada una de las letras y la apoya sucesivamente sobre el centro de la palma de la mano de la persona sordociega deletreándole el mensaje. En algunos casos la persona sordociega apoya su mano libre sobre la del interlocutor, para recibir así información por dos vías: sus dos manos.

La presión de las letras sobre la palma debe ser intermedia, ni demasiado fuerte, porque se perdería velocidad y se cansarían las manos, ni tan floja que no lo perciba la persona sordociega. Hay que apoyar toda la letra sobre la palma, no solo la punta, ya que existe el peligro de que al deletrear con más velocidad, se apoye solo una parte de la letra, lo que hace que la persona sordociega no reciba una información completa y correcta para procesarla. Es aconsejable deletrear con un movimiento continuo, sin dar saltos entre letra y letra.

La velocidad de ejecución y la realización o no de pausas entre palabras vendrá dada por el dominio que tenga la persona sordociega del sistema.

Esta versión la suelen utilizar personas sordociegas totales o con un resto de visión no funcional: personas del Grupo II que la usan junto a la lengua de signos táctil por haber perdido sus restos visuales; personas de los Grupos III y IV, como sistema habitual a nivel receptivo, ya que dominan la lengua oral y lo utilizan respetando la estructura de esta lengua; y algunas personas del Grupo I de alto nivel de funcionamiento.

Foto 4. Sistema dactilológico táctil realizado sobre la mano derecha de la persona sordociega

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Foto 5. Sistema dactilológico táctil realizado sobre la mano izquierda de la persona sordociega

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El sistema dactilológico táctil español proviene del sistema dactilológico utilizado por las personas sordas de nuestro país. Las letras que se emplean en la versión táctil son muy similares a la visual, pero con algunas modificaciones en su configuración o ejecución que favorecen una mejor discriminación táctil (son más fácilmente perceptibles a través del tacto por las personas sordociegas), evitan la confusión de determinadas letras al ser captadas por el tacto y buscan la comodidad tanto del interlocutor como de los usuarios sordociegos (de forma que no haya que girar las manos o muñecas para su ejecución).

Este sistema se unificó hace unos años para evitar que las personas sordociegas de distintos puntos de España utilizaran configuraciones diferentes y facilitar así su difusión, conocimiento y utilización por parte de todos aquellos implicados en el mundo de la sordoceguera.

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2.2. Escritura en letras mayúsculas

El interlocutor escribe el mensaje con su dedo índice sobre el centro de la palma de la mano de la persona sordociega. Se utilizan letras mayúsculas, de imprenta, lo más neutras y estándares posible, evitando estilos personales diferentes. Se deletrea letra a letra, trazándolas una sobre otra, pero tratando de hacer el menor número posible de trazos, es decir, levantando lo menos posible el dedo de la palma. Se utiliza la estructura de la lengua oral, como si se estuviera escribiendo con el alfabeto ordinario.

A veces, dependiendo de la costumbre de la persona sordociega, y siempre que ella lo demande, se puede escribir en letras minúsculas (al principio será necesario disminuir la velocidad hasta que la persona sordociega se habitúe al estilo particular de la letra del interlocutor). También puede darse el caso de alguna persona sordociega que no le guste escribir letra sobre letra, sino varias letras seguidas en un renglón.

La colocación de ambos interlocutores dependerá de la mano sobre la que se vaya a escribir, según las preferencias de la persona sordociega: si es la derecha, pueden sentarse uno frente a otro, de modo que quien emite quede enfrentado a la mano de la persona sordociega como si fuera un cuaderno, o uno al lado del otro mirando ambos de frente, tanto si es la mano izquierda como la derecha.

Igual que en el sistema dactilológico, es conveniente tratar de que la posición de ambos interlocutores sea cómoda y que el interlocutor adopte una colocación corporal lo más relajada posible, para evitar posibles molestias.

El modo de sujetar la mano de la persona sordociega para escribir sobre ella es igual que en el sistema dactilológico táctil (v. apartado 2.1.3 de este mismo capítulo).

La velocidad de ejecución, como en todos los sistemas, dependerá de la fluidez de la propia persona sordociega.

Si la persona sordociega aún no está muy habituada al uso de este sistema, sería conveniente hacer una pausa detrás de cada palabra para facilitarle la descodificación del mensaje.

Para que este sistema sea válido para la persona sordociega, deberá conocer la lengua oral y la escritura en caracteres ordinarios; por lo tanto, no sería útil para personas ciegas que solo conocen el sistema de lectoescritura braille o para personas analfabetas.

En muchos casos, este sistema se utiliza como recurso en los primeros momentos tras la aparición de la sordoceguera, por varios motivos: es más sencillo e inmediato, ya que la persona afectada sabe escribir y no tiene que aprender ningún nuevo sistema en esos momentos tan traumáticos, lo que supondría tiempo y esfuerzo, retrasando el restablecimiento de la comunicación con su entorno. Es más familiar para ella, más cercano, por lo que no se siente forzado a utilizar algo extraño, que puede sentir como 뤩scapacitante뻠así, comunicarse supone una experiencia menos traumática, ya que no lo ve tan relacionado con su nueva situación, no le hace sentirse diferente (aprender otros sistemas alternativos es más difícil, ya que está relacionado con la aceptación de la discapacidad, requiere voluntad). Es más fácil para las personas del entorno, que no tienen que hacer el esfuerzo de aprender un nuevo sistema; le amplía el abanico de relaciones, el círculo de posibles interlocutores con los que puede comunicarse, hecho importante dado el aislamiento al que aboca la sordoceguera.

Aunque muchas personas sordociegas aprenden posteriormente otras formas de comunicación, pueden seguir sirviéndose de este sistema para entablar una conversación con personas que no saben comunicarse con ellas.

Foto 7. Forma de realizar los trazos en el sistema de escritura en letras mayúsculas

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2.3. El dedo como lápiz

El interlocutor toma el dedo índice de la persona sordociega y escribe con él como si fuera un lápiz. Las letras utilizadas pueden ser mayúsculas o minúsculas, según la costumbre de la persona sordociega o el conocimiento que tenga de su interlocutor. Se puede escribir en el aire, sobre la palma de la mano de la persona con sordoceguera, la palma de la mano del interlocutor o sobre una superficie: carpeta, mesa…

La colocación del emisor debe ser la que más favorezca la aplicación del sistema, es decir, el interlocutor debe sentarse en el lugar en el que le resulte más fácil tomar la mano de la persona sordociega y escribir con ella, siempre en el lado de la mano que se vaya a utilizar.

Las pautas para la colocación corporal del interlocutor y la velocidad de emisión son las mismas que en el sistema dactilológico táctil y el sistema de escritura en letras mayúsculas (v. apartados 2.1.3 y 2.2 de este mismo capítulo).

La persona sordociega debe conocer la lengua oral y la escritura en caracteres ordinarios. La ventaja o diferencia con respecto a la escritura en letras mayúsculas es que el sistema del dedo como lápiz le aporta más información, puesto que la persona sordociega, además de recibir la forma de las letras, percibe los datos que le dan los movimientos de su mano (sentido propioceptivo).

Este sistema es frecuentemente utilizado de forma inmediata después de la aparición de la sordoceguera; posteriormente, si han aprendido otros sistemas alternativos, pueden seguir usándolo como vía de contacto con personas que no conocen los sistemas de comunicación específicos del colectivo de sordociegos.

Foto 8. El sistema del dedo como lápiz, realizado con la mano izquierda de la persona sordociega sobre su palma derecha

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Foto 9. El sistema del dedo como lápiz, realizado con la mano izquierda de la persona sordociega sobre una superficie

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2.4. Alfabeto Lorm

Este sistema no es utilizado en España, sino que está muy extendido en países como Alemania, República Checa, Bélgica, etc. En él, cada letra del alfabeto se corresponde con unos puntos específicos de la palma o el dorso de la mano de la persona sordociega, y algunas letras van acompañadas del movimiento de la mano. Así, el interlocutor deletrea letra a letra el mensaje señalando o haciendo presión en determinados puntos de la mano de la persona sordociega.

La persona sordociega presenta su mano en posición vertical, con los dedos hacia arriba y un poco separados.

El método consiste (ver el dibujo representativo del sistema):

  • Un punto: El interlocutor debe tocar con la punta de su dedo el punto que se indica en el dibujo.

  • Dos o más puntos: El emisor toca el área indicada en el dibujo con el número de dedos indicados.

  • Una flecha: El interlocutor ha de desplazar la punta del dedo a lo largo del lugar indicado por la flecha, respetando su dirección. Cuando la flecha está dibujada cerca de la mano y no sobre esta, el dedo debe recorrer el costado de la mano, siguiendo el movimiento de la flecha.

  • Tres flechas paralelas: El emisor debe deslizar la palma completa a lo largo de la mano del receptor respetando la dirección señalada por las flechas.

  • Dos flechas cortas que apuntan la una hacia la otra: las puntas de los dedos que se indican en el dibujo deben apretarse una contra la otra, como un pellizco.

Foto 10. Esquema del alfabeto Lorm

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2.5. Braille manual

El sistema braille en sí, es un método de lectoescritura a través del tacto que utilizan las personas ciegas y deficientes visuales y que les facilita el acceso a la lectura, la escritura, la información y la cultura. En el caso de las personas sordociegas que lo conocen y lo utilizan, el braille no se limita solo a eso, sino que puede convertirse en un sistema alternativo de comunicación, tanto directo e inmediato, si se utiliza para la transmisión de mensajes entre dos personas (braille manual), como de comunicación a través de la tecnología, tanto para una comunicación cara a cara, como en la distancia.

En el caso del braille manual, se trata de aprovechar el conocimiento que tiene la persona sordociega de este sistema para aplicarlo a la transmisión de mensajes y a la interpretación. El interlocutor deletrea el contenido de lo que desea comunicar letra a letra, utilizando las correspondencias de cada letra del alfabeto con el sistema braille. Se sigue la estructura de la lengua oral y la condición indispensable es que ambos tienen que conocer este sistema de lectoescritura. En España no es muy utilizado.

Hay varias opciones, dependiendo de la comodidad, preferencias o facilidad para percibirlo de cada persona; entre otros podemos encontrar:

  • La persona sordociega coloca sus manos con la palma hacia abajo y el intérprete utiliza los tres dedos centrales de cada una de las manos de la persona sordociega como si fueran las 6 teclas de un teclado braille estándar, que se corresponden con los 6 puntos del signo generador braille.

Foto 11. Dos personas sordociegas totales

se comunican a través del braille manual

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  • El interlocutor escribe con 6 dedos (los dos dedos corazón, los dos índices y los dos anulares) como si escribiera en braille sobre su palma.

  • Cualquier otra variante que sea útil para la persona sordociega.

Foto 12. Cada una de las letras del alfabeto

en una de las posibles variantes del braille manual

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2.6. Malossi

No es usado en España, sino fundamentalmente en Italia. En este sistema cada una de las letras del alfabeto se corresponde con un punto de los dedos de la mano de la persona sordociega, por ejemplo: la P está ubicada en la punta del dedo pulgar, la O está en la punta del dedo índice, etc. La persona sordociega coloca su mano, ya sea boca abajo, boca arriba o vertical con la punta de sus dedos hacia arriba, y su interlocutor irá deletreando el mensaje punteando o pellizcando los distintos puntos según la letra que desee 륳cribir뮼/font>

Igualmente, la persona sordociega que utilice este sistema tiene que conocer la estructura de la lengua oral.

Cuando la persona sordociega está comenzando a aprender este sistema o cuando desea comunicarse con un interlocutor que lo desconoce, se suele utilizar un guante que lleva escritas o cosidas las letras en el punto que le corresponde. La persona que va a recibir el mensaje se coloca el guante y puede ir siguiendo el mensaje visualmente.

Foto 13. Dibujo del Malossi

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2.7. Morse

Utilizado muy escasamente en España, el sistema morse consiste en la representación del alfabeto mediante puntos y rayas presentados en forma sistemática. En su adaptación para la comunicación con personas sordociegas:

  • El interlocutor da un toque con la punta de su dedo índice sobre la mano del receptor para representar el punto del sistema morse.

  • Una raya del morse se transforma en un golpe que efectúa el emisor con la punta de su dedo sobre la palma de la persona sordociega.

Partes: 1, 2
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