Influencia del español en la unidad latinoamericana desde la diversidad y lo común
Enviado por Robby-Ann Thomas
Resumen
El idioma español llegó a América primero a través de los viajes exploratorios de Cristóbal Colón, y luego con el resto de los colonizadores, a fines del siglo XV. En ese momento ya estaba muy consolidado en la Península Ibérica. Sin embargo, en el "nuevo mundo" ya se había establecido el español, como resultado de un proceso que los historiadores denominaron "hispanización".
Latinoamérica, en sentido amplio, es todo el territorio americano al sur de Estados Unidos. En sentido más estricto, Latinoamérica comprende todos los países que fueron colonias de España, Portugal y Francia. Dado que los idiomas de estos países provienen del latín (la lengua española), el término Latinoamérica ha servido para designar a las naciones las cuales fueron sus colonias en el Nuevo Mundo.
La lengua española es la lengua románica, derivada del latín, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo; es la lengua oficial de España y de las naciones de Sudamérica y Centroamérica —excepto Brasil, las Guayanas y Belice— y, en el Caribe, de Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana; cuenta con unos cuatrocientos millones de hablantes, entre los que se incluyen los hispanos que viven en Estados Unidos y algunos cientos de miles de filipinos, así como los grupos nacionales saharauis y los habitantes de Guinea Ecuatorial en la costa occidental africana.
El objetivo de este trabajo es mostrar la influencia de la lengua española en la unidad latinoamericana desde la diversidad y lo común, mediante el análisis de variadas fuentes bibliográficas e ilustraciones basadas esencialmente en una comparación de dos países representativos: Cuba y Venezuela para contribuir al fortalecimiento de la conciencia do los pueblos latinoamericanos.
Introducción
La lengua es un medio de comunicación entre los seres humanos a través de signos orales y escritos que poseen un significado. En un sentido más amplio, es cualquier procedimiento que sirve para comunicarse. Algunas escuelas lingüísticas entienden el lenguaje como la capacidad humana que conforma al pensamiento o a la cognición.
Además de comunicación entre los seres humanos, también se establece entre pueblos, regiones, países y continentes y ella promueve intercambios culturales, sociales, que llevan a la unificación de naciones que profesan el mismo idioma.
En este trabajo, se pretende hacer un llamado a la conciencia de cada latinoamericano sobre la importancia, el valor y la influencia de la lengua española como factor unificador de la cultura y las ideas propias de cada uno de sus pueblos. Por consiguiente, el objetivo es: Mostrar la influencia de la lengua española en la unidad latinoamericana desde la diversidad y lo común, mediante el análisis de variadas fuentes bibliográficas e ilustraciones basadas esencialmente en una comparación de dos países representativos: Cuba y Venezuela para contribuir al fortalecimiento de la conciencia do los pueblos latinoamericanos.
Problema:
Necesidad de la determinación de la influencia del español en la unidad latinoamericana.
Objeto:
Influencia del español en la unidad latinoamericana.
Desarrollo
La conquista de América por los españoles tuvo consecuencias graves en el desarrollo de la cultura de los aborígenes y todos la ven como una de las acciones más malas del mundo. Pero nadie medita sobre la importancia que tuvo esta conquista en la unificación de América, la llamada Latinoamérica.
¿Puede pensarse cuanto sería difícil para los países que tienen varios dialectos tomar uno como lengua oficial? Y en las cumbres, ¿cuál sería la lengua dominante? Y si el gobierno de uno de esos países de muchas etnias quisiera comunicarse con la población, ¿en qué idioma lo haría?
De hecho, este sería un problema que hasta hoy se está luchando para resolver. Pero los colonizadores con la imposición de su idioma hicieron que ella se convirtiera en un elemento unificador que en esencia refleja las raíces comunes e intereses de toda Latinoamérica. Esto puede contestarse en algunas frases martianas como en las que se refiere a la importancia de la lengua española para hacer a la América libre.
Sin dudas, el español ocupa un papel destacado y hoy no se imagina la América sin dicho idioma, aunque se verifica algunas diferencias que varían en los distintos países. La lengua, como patrimonio fundamental de la cultura de un pueblo, está expuesta a sufrir deformaciones y graves deterioros como efectos de esos cambios, a menos que se sepa adoptar y producir estos sin dañar la estructura básica y lo que Andrés Bello llamó la índole o el espíritu de la lengua. La idea no es poner barreras y delimitaciones al desarrollo y transformaciones de la lengua propia, lo cual sería inútil, sino de canalizarlos de tal forma que en lugar de empobrecerse y deformarse, se enriquezca como medio expresivo y de comunicación, con la incorporación de elementos, códigos, estructuras, pero manteniendo la lengua original.
Sociológicamente la unidad de la lengua es un hecho fundamental en la total unidad latinoamericana. Entre los pueblos de América Latina las variantes propias de cada comunidad deben defender y mantener sin mengua la unidad sustancial que cada uno debe tener. ¿Cómo podrían hablar veinte países separados por la inmensidad de las cordilleras, ríos, selvas y desiertos? Cada uno de los hermanos de una misma familia tiene su propia individualidad, la responsabilidad de los padres y el rol de los educadores, versa en respetar esa individualidad y armonizarla dentro de la unidad familiar.
Andrés Bello, pensador convencido y creyente de la indispensable unidad hispanoamericana, se pronunció sobre el carácter dinámico, la vitalidad de la lengua y la importancia del uso popular y necesidad de mantener siempre el idioma "como un cuerpo viviente". Simón Bolívar dijo, en 1818: "una sola debe ser la patria de los americanos ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad"(1), constituye una forma de equilibrio dinámico, esencial para el logro del destino histórico de la gran patria que integra la conciencia a los problemas económicos, sociales y políticos, necesarios y urgentes para fortalecer el poderoso factor de unidad el cual resulta del lenguaje al romper las barreras que aíslan a las personas.
Pretender la unidad lingüística a cambio de la supresión de los particularidades, nacionales y locales, sería monstruoso, casi tanto como aspirar a la unidad política sin respetar la soberanía.
Entender la integración y la unidad desde la diversidad implica reconocer que hay distintas modalidades propias de la formación, nivel cultural y proceso de cambio político-ideológico. Esto no destruye ni modifica la unidad del lenguaje, pero además, por encima de estas diferencias, existe un solo pueblo.
El lenguaje es un importante reservorio de la memoria colectiva producto de los procesos particulares que vividos por cada país, refleja cabalmente la cultura de un pueblo en todos sus estratos, desde lo más encumbrados hasta los sectores más populares, de aquí la presencia de múltiples variantes del español, surgidas en el tiempo, en el espacio, en los estratos culturales y en las estratégicas estilísticas de los hablantes.
En muchos países de habla hispana los versados en la materia debaten si se habla bien o mal, lo que constituye un planteamiento equivocado del problema, según Alexis Márquez Rodríguez (2), ya que los términos bien o mal son convencionales o relativos porque lengua española, tan extendida geográficamente, no tiene un modelo único, en su expresión popular, literaria, entre otros; las convenciones por el mismo dinamismo del lenguaje no lo permiten. No obstante, esto no justifica su uso impropio, lo importante es la materialización de modelos educativos de elevados niveles que no solo muestren las reglas del lenguaje sino que incentive la conciencia de la lengua para utilizarla con "gran libertad, eficacia y sentido creador," como lo afirma Márquez (2).
Esta conciencia del uso, rescate y prevención de la lengua, dentro de la diversidad, es lo que permitirá mantener la identidad como hispanoamericanos. En palabras de Márquez. "No se puede hablar de integración, unidad, sino se mantiene la defensa de la lengua común (2)." Esta necesidad de preservar el idioma no solo es planteada en la actualidad, el mismo Andrés Bello en toda su obra manifestó la preocupación de conservar la unidad lingüística, también lo hizo Martí, Neruda, Guillén, etc., quienes no solo demostraron su gran capacidad comunicativa de las realidades latinoamericanas, sino que siempre utilizaron un lenguaje sencillo tal como lo es usado por los hispanohablantes.
A modo de ilustración, se han seleccionado dos países muy representativos: Venezuela y Cuba.
Venezuela
Según el artículo 9 de la Constitución de la República Venezuela, el idioma oficial es el castellano. Los idiomas indígenas también son de uso oficial para los pueblos indígenas y deben ser respetados en todo el territorio de la República, por constituir patrimonio cultural de la nación y de la humanidad. El español de Venezuela presenta características particulares, porque particulares son también la historia, la cultura y la estructura social de ese país. La conveniencia de describir la actual situación del español venezolano radica en que seguramente hay aspectos compartidos con otros países hispanohablantes que, una vez descritos, pueden ayudar a configurar un panorama general destinado a trazar una adecuada planificación lingüística de alcance supranacional, si ello es posible. Los factores que atentan actualmente contra la unidad del español son muchos y de muy variada índole; algunos son problemas generales del mundo actual, otros son particulares de este propio territorio.
Cuba
El idioma oficial de Cuba es el español y no existen dialectos, utilizándose el idioma inglés en operaciones comerciales. En el idioma se refleja la mezcla de las lenguas de distintas razas y se distingue la influencia de palabras aborígenes y africanas, como por ejemplo de las lenguas indígenas se encuentran Habana, Jagua y Guanahacabibes, mientras que congrí, malanga y conga son de origen africano, entre otras influencias.
Una comparación
(Ver anexo 1): En Venezuela y Cuba hay diferentes significados asignados a una misma palabra y distintos vocablos que tienen como base la esencia originaria.
El cubano denomina sancocho a todos los desperdicios y residuos de comida que le echan a los puercos. El venezolano degluta el buen sancocho preparado con mucha dedicación y entusiasmo, convirtiéndose en la atracción principal de algunos eventos sociales.
Esta ejemplificación demuestra la necesidad de continuar enriqueciendo las posibilidades de unión y la consolidación en la diversidad.
Conclusiones
Después del estudio realizado, ha podido llegarse a las conclusiones siguientes:
1. La madre lengua sigue siendo un instrumento de unidad entre los pueblos, al fortalecer sus lazos de hermandad y compromiso. Pretender una unidad lingüística que envuelva la supresión de las particularidades nacionales y locales sería un error, pues quedaría todo un saber popular olvidado, lo cual es parte de la idiosincrasia.
2. Ante el inminente avance y evolución de la humanidad, es necesario y urgente el fortalecimiento del factor unitario que resulta el lenguaje, rompiéndose las barreras, las cuales puedan existir. Es indispensable citar la importancia del castellano para los distintos países que integran la mayor parte de América Latina, inspirados en Andrés Bello, Martí y Bolívar.
3. El lenguaje es diverso, complejo, pero es un fin único para todos estos países, marcados de una u otra manera por una colonización y si bien fue un instrumento de dominación y de independencia, hoy representa el factor indispensable capaz de guiar la integración latinoamericana. No entender esto, es la entrega sin lucha a quienes hoy quieren la esclavitud humana.
Recomendaciones
Fomentar el fortalecimiento del factor unitario que se desprende del lenguaje para el beneficio de la América mediante:
Intercambios.
Estudios que enriquezcan el uso de la lengua.
Bibliografía
Colectivo de autores: Lengua y Comunicación. Curso de Iniciación Universitaria. Misión Suere, 2003.
Microsoft Corporación. Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ®, 1993, 2004, 2005, 2011.
Referencias Bibliográficas
1. Rodríguez, Leticia: Español y Literatura, noveno grado. Editorial Pueblo y Educación, 1997, página 25.
2. Márquez Alexis: "La lengua y la unidad continental", En: Con la lengua, V.I., 1997, páginas 97 y 98.
Anexos
VENEZUELA | CUBA |
bolsa– especie de saco de tela u otra material, que sirve para llevar o guardar algo. | jaba– bolsa de tela, plástico, etc., para llevar a mano. |
franela– camiseta (prenda interior). | Pulóver– prenda de vestir de pronto, cerrada y con mangas, que cubre desde el cuello hasta la cintura aproximadamente. |
autobús– vehículo automóvil de transporte público y trayecto fijo que se emplea habitualmente en el servicio urbano. | Guagua– vehículo automotor que presta servicio urbano o interurbano en un itinerario fijo. |
residencia– casa donde conviven y residen, sujetándose a determinada reclamación, personas afines por la ocupación, el sexo, el estado, la edad, etc. | albergue– establecimiento benéfico donde se aloja provisionalmente a personas necesitadas. |
pantalón tejano- pantalón de tela recia, ceñido y en general azulado, usado originariamente por los vaqueros de Texas. | pitusa– pantalón tejano. |
falda– prenda de vestir o parte de vestido de mujer que cae desde la cintura | saya– falda. |
sancocho– olla compuesta de carne, yaca, plátano y otros ingredientes, y que se toma en el almuerzo. | sancocho– resto de comida que se usa como alimento para los cerdos. caldosa o ajiaco– guiso de carne con carne, frutos y tubérculos picados en trozos y especias que varían, según los países. |
caraota- semilla de judía. | frijol– fruto y semilla de judía. |
polvorón– torta, comúnmente pequeña, de harina, manteca y azúcar, cocida en horno fuerte y que se deshace en polvo al comerla. | tortita– torta fina de harina y otros ingredientes, que se hace a la plancha y se sirve acompañada generalmente de nata y chocolate o caramelo. |
ahorita– ahora mismo, muy recientemente. | ahorita– después, dentro de un momento, en seguida. |
ahora– dentro de poco tiempo. | ahora– a esta hora, en este momento, en el tiempo actual. |
lechosa– papaya. | fruta bomba– papaya. |
patilla– sandía. | melón de agua– sandía. |
coger– realizar el acto sexual. | coger– asir, agarrar o tomar. |
venir– dicho de una persona o cosa que llega a donde está quien habla; de moverse de allá hacia acá. | venir– dicho de un afecto, de una pasión o de un apetito: excitarse o empezarse a moverse. |
auyama-fruta de calabaza, grande, redonda, de pulpa amarilla y abundantes semillas. | calabaza– fruto de la calabaza, muy variado en su forma, tamaño y color, por lo común grande, redondo y con multitud de pipas o semillas. |
cambur– planta de la familia de las Musáceas, parecida al plátano, pero con la hoja más ovalada y el fruto más redondeado, igualmente comestible. | Plátano– planta herbácea de grandes dimensiones, que en algunos países llaman banano. Pertenece a la familia de las Musáceas. |
batata– tubérculo comestible de color pardo por fuera y amarillento o blanco por dentro y forma fusiforme. | Boniato– planta de la familia de las Convolvuláceas, de tallos rastreros, hojas alternas lobuladas, y raíces de fécula azucarada. |
ocumo blanco– planta de la familia de las Aráceas, con tallo corto, hojas triangulares, flores amarillas y rizoma casi esférico con mucha fécula. Es comestible. | malanga– planta arácea, de hojas grandes acorazonadas, tallo muy corto y tubérculos comestibles, que se cultiva en terrenos bajos y húmedos. |
ensalada– hortalizas o conjunto de hortalizas mezcladas, cortadas en trozos y aderezadas con sal, aceite, vinagre u otras cosas. | ensalada– refresco preparado con limón, hierbabuena y pina. verduras-hortaliza, especialmente la de hojas verdes. |
vianda– comida que se sirve a la mesa. | vianda– frutos y tubérculos comestibles que se sirven guisados, como el ñame, la malanga, el plátano, etc. |
arvejas– algarroba (planta leguminosa). | chícharo– guisante, garbanzo. |
onoto– bija. | bija– árbol de la familia de las Bixáceas, de poca altura, con hojas alternas y de largos peciolos, flores rojas y olorosas, fruto oval y carnoso, que encierra muchas semillas. |
Autor:
Robby-Ann Thomas
Universidad Hermanos Saiz Montes de Oca
Departamento de Idiomas
"Año 55 de la Revolución"