La televisión de provincias en Cuba: Desafío a los laberintos del verticalismo
Enviado por Juan Ramirez Martinez
La televisión de provincias en Cuba: Desafío a los laberintos del verticalismo
La televisión, en tanto medio de difusión (comunicación) e industria cultural, es hoy día objeto de estudio de varias disciplinas: Comunicología, Sociología, Lingüística y Semiótica, por mencionar algunas. Incluso, existe una nueva disciplina denominada Television Studies cuyos máximos exponentes radican en universidades norteamericanas e inglesas.
El espectador cubano consume con agrado todo tipo de series y telenovelas, fundamentalmente, aquellas que han sido concebidas con un carácter globalizador al estilo de las realizadas por las grandes corporaciones como Globo y Televisa, por ejemplo. Existen evidencias de cómo se promueve el cambio en prácticas culturales bajo la influencia mediática: los restaurantes no estatales son denominados paladares luego de haber visto a una emprendedora mujer brasileña en una tele novela. Algunas formas de vestir o de llevar el cabello toman su nombre de personajes como Raquel o Clara. Y por último podemos citar el caso del merolico, modo de ocupación callejera que nos llegó de Méjico con Gotita de gente.
Diversos son los disentimientos en torno a la forma en que se elaboran las parrillas televisivas y los contenidos o formas de presentación de muchos de los programas televisivos; o mejor dicho, productos televisivos. Del mismo modo, muchos son los ataques contra series y telenovelas y por supuesto, a quienes les promueven, los medios de comunicación, específicamente; la televisión:
"En el caso de los medios de comunicación cubanos en particular, hay como una especie de dobles mensajes que te hacen preguntarte por dónde es que va el tiro. Porque, ¿qué están proponiendo Las Chicas Gilmore?; ¿qué está ofreciendo la televisión como paradigma de poder ser dentro de una sociedad?; el consumismo, lo superficial. La mayoría de las series norteamericanas que tienen como protagonistas a jóvenes y adolescentes lo que destacan es la frivolidad." [1]
Aunque el artículo citado parta con el ejemplo la serie Las chicas Gilmore, sería bueno acotar que esa percepción se suele apreciar, además, en el espacio de la telenovela con lacrimosas historias brasileñas y colombianas; así como películas manipuladoras –agrupadoras de una gran tele audiencia a su alrededor- que podemos apreciar a cualquier hora del día desde que amanece sea por nuestra red de TV o por otros artefactos electrónicos. Las series norteamericanas, sobre todo, señorean en muchas televisoras del mundo[2]y cuando no penetran por la vía del canal televisivo lo hacen, en nuestro país, por los canales piratas de los "negocios privados".
Aunque parezcan inofensivas, las series y otras facturas o productos audiovisuales de nuestra TV nacional, marcan profundamente el imaginario y los gustos populares. Pero, ¿Qué sucede con/en la televisión que se hace en las provincias –no habaneras- donde no se permiten series ni telenovelas? ¿Qué patrones rigen la producción televisiva en las provincias? ¿Cuál es la verdadera función de estas televisoras? ¿Cómo se ven a sí mismos los realizadores y directivos de estas televisoras? En busca de estas y otras respuestas hemos tomado para estudio de caso a la CNC TV, televisión de la provincia de Granma, y de ese modo adentrarnos en algunos de los laberintos que le acompañan.
Existe algo que a juicio nuestro debe ser el punto de partida en estos análisis y es el hecho de que las llamadas televisoras provinciales, locales y/o comunitarias[3]o tele centros, no acaban de definir su nombre identitario partiendo de sus funciones, relaciones con los públicos y confección de sus productos. Estas televisoras toman como paradigmas –o mejor dicho, se les impone como paradkigma, por los directivos y ejecutores o productores- la continuación/contaminación de los patrones de realización de la televisión nacional. La mayoría de los programas nuestros se hacen a partir de cánones ortodoxos pre-establecidos y de reglas de producción de televisoras capitalistas, obviando el postulado que tanto se repite de "hacer de nuestra televisión una televisión culta y educativa"[4]
Para que un programa de una provincia sea bueno tiene que parecerse al que se hace en La Habana aunque nuestros públicos sean diferentes. ¿Será que aún no nos hemos percatado de que estas entidades -a las cuales llamaré a partir de este momento Televisión de proximidad– aunque pequeñas, son industrias culturales con posibilidades de crear productos singulares? ¿Deben permanecer y prevalecer en un país socialista los patrones creativos televisuales del modo de producción capitalista cuando se carece de un financiamiento adecuado mínimo? ¿Hasta que punto está reflejada la identidad de sus públicos en las televisoras de proximidad? Es necesario acometer estos problemas y buscarle respuestas no solo desde el mundo de la comunicación y del arte, sino recurrir también a las ciencias mencionadas con anterioridad.
Según el investigador Fabio Roche, "Las propuestas de las televisiones comunitarias en términos de nuevos formatos y géneros televisivos y en términos de lo que se quiere hacer en estos espacios desde el punto de vista estético y de lenguajes, presentan hoy día un escaso nivel de maduración y aún de reflexión sobre el tema".[5] A nuestro juicio, se hace necesario definir, ante todo, la esencia de estas televisoras para poder dejar claros sus territorios por lo que uno de los primeros elementos que se deben dejar sentados claramente es la diferencia entre un telecentro, una televisión comunitaria, una local, una territorial, y una Televisión de proximidad. Propongo comenzar el análisis en le mismo orden que les menciono teniendo en cuenta el grado de familiaridad de los términos con los realizadores principalmente.
Comencemos por dejar claro que el término telecentro, el más extendido entre nosotros lo cubanos, ha sido empleado de manera incorrecta si tenemos en cuenta que así se conoce, por Resolución, en America Latina a las entidades que nosotros hemos denominado Joven Club de Computación.[6] Este hecho no debe ser desconocido por nuestros investigadores y funcionarios de los medios ya que pertenecemos a la Unión Latina y se han presentado reportes de cómo se desarrolla este tipo de trabajo en el país.[7]
De acuerdo con el informe citado Los "telecentros comunitarios" son experiencias que utilizan las tecnologías digitales como herramientas para el desarrollo humano en una comunidad. En los telecentros comunitarios se forman facilitadores/as y promotores/as comunitarios/as, no solamente en aspectos técnicos de información y comunicación sino también en los usos estratégicos de las tecnologías digitales para el cambio social. Los locales de los telecentros comunitarios son lugares de encuentro e intercambio, espacios de aprendizaje, crecimiento personal, y movilización para resolver problemas y necesidades de la comunidad. De hecho, proponemos, entonces, descartar el término telecentro aplicado a la televisión de provincias para evitar duplicidad y/o confusiones.
Destaquemos que el término telecentro, cuando lo aplicamos a las televisoras provinciales, no provine de la nada. La investigadora Neyki Machado Flores[8]nos dice que los telecentros o canales provinciales constituyen: emisoras de televisión sin frecuencia radioeléctrica propia, que utilizan para sus transmisiones un horario asignado por el sistema televisivo nacional a través de uno de sus canales. Realizan una programación orientada a informar sobre los acontecimientos provinciales, promover la idiosincrasia del territorio donde están enmarcados y entretener a la audiencia. (Cabrera y Legañoa, 2007: 77); el empleo de este nombre para las televisoras provinciales tiene su origen en una de las denominaciones primarias dadas sin ánimos de confundir, sino de definir o nombrar algo.
Si bien Machado Flores y otro grupo de investigadores se acercan responsablemente al análisis de las televisoras de los municipios, hay algo que no queda claro y es la diferencia entre lo local y lo comunitario. No obstante ello, "en líneas generales, al hablar de Televisión comunitaria (o como queramos llamarle hasta este momento) se refiere a espacios de comunicación en primera instancia guiados por el intercambio de saberes locales" (Machado, 2010)
El empleo de de la frecuencia de un canal nacional[9]para la transmisión, en el caso de los canales no nacionales, es uno de los mayores obstáculos pues no pueden disponer de un horario que pueda re-conocerse como propio ya que no hay independencia pues cada vez que el canal matriz necesita la señal la toma. La usurpación de la señal por el canal matriz puede durar hasta más de 10 días en dependencia de los eventos o hechos que vayan a ser transmitidos por el Canal nacional. Esta situación crea otros problemas o nuevas encrucijadas: personal sin trabajo durante todo ese tiempo y ruptura de la sistematicidad de entrega de productos televisivos de proximidad a los públicos creados.
El término "Televisión comunitaria," en Cuba, hemos visto que no guarda ningún tipo de relación con lo expuesto anteriormente. De acuerdo a otros paradigmas y conceptos establecidos por países latinoamericanos con proyectos televisivos no centralizados, podría definirse como televisión comunitaria a la Televisión Serrana[10]dado el trabajo que desarrollan los jóvenes de esa institución. Varios son los trabajos investigativos que hemos leído en torno a esta peculiar institución.
Cuando hablamos de "televisión local", aún, este concepto sigue siendo un engendro de ideas estéticas donde se funde y prima la subjetividad del calco a partir de lo que se ve en televisoras internacionales o nacionales, unas veces por ingenuidad y otras por imposición. El término local, por tanto, hasta este instante, se escapa de parámetros para su definición.
La televisión comunitaria, que referiremos, en cambio, basa sus trabajos en la vida del ámbito de una comunidad y va dirigida a esa comunidad partiendo de las prácticas culturales de sus públicos. Lo local lo podemos apreciar en la señal de los llamados canales municipales.
Veremos lo local, en este trabajo, como un espacio físico, social y geográficamente delimitado, donde tiene lugar un sistema de interacciones económicas, políticas, sociales y culturales, que producen y reproducen relaciones interpersonales e intergrupales sobre la base de problemas, demandas, objetivos, necesidades e intereses que en alguna medida le son comunes a sus miembros.[11]
En el centro de la definición identitaria de lo local, podría ubicarse el sentido de comunidad hasta cierto punto, si lo vemos instalado obviamente en la subjetividad social, donde son percibidos y sentidos un conjunto de valores y aspiraciones comunes a una colectividad, los cuales se configuran en las prácticas transmitidas y compartidas por los individuos y sus grupos.
Lo comunitario está encerrado en un perímetro más claramente delimitado y con otras características. Lo comunitario se circunscribe más al barrio, -tal y como se piensa y connota este perímetro en Cuba- que a la localidad, de acuerdo a como se tiene en sentido general concebida esta televisión de acuerdo con el término.
Fabio Roche en su artículo Medios comunitarios: medios alternativos, tejido social y ciudadanía en Bogotá toma una televisora comunitaria de un barrio bogotano y hace un desmonte de la parrilla de esa entidad verdaderamente comunitaria y aunque él no lo menciona sería bueno que observemos cuidadosamente los elementos que este investigador relaciona:
"Miremos a continuación algunos de los temas y espacios que han tenido cabida en las transmisiones del Canal 8 de "Telecomunidad", (…) se han montado programas de promoción de cantantes y artistas locales y barriales, se han transmitido actos culturales de jardines infantiles y de colegios, bazares que se realizan en los barrios, partidos de microfútbol de básquetbol, o el campeonato de tejo de un barrio. [12]
El elemento que este autor deja de mencionar es el término "prácticas culturales". Realmente, el canal mencionado de televisión comunitaria se ha ido al reflejo de las prácticas culturales de un barrio, de una comunidad, donde los intereses son más homogéneos a pesar de la diferencia lógica entre individuos: lo identitario, lo barrial, se refleja en una parrilla –aunque inestable- que responde a las prácticas culturales de sus públicos.[13]
Es evidente que el término de TV comunitaria se va definiendo no solo por su alcance, sino por sus objetivos. La televisión comunitaria puede tener transmisión por cables, o puede ser por medio de debates públicos con medios de reproducción propios como el DVD o el video proyector. Lo que si debe quedar claro es que debe estar despojada de todo prejuicio o tara de las que prevalecen en la televisión "otra"; la verticalmente convencional con alcance mayor y públicos diferentes.
Una televisora que esté en la constante búsqueda de ratings y tratando de competir con otras en un país como el nuestro no tiene sentido, más cuando todas responden a una misma política cultural y de programación. La diferencia solo puede estar marcada por el reflejo de la identidad local, comunitaria o de proximidad, según corresponda. Lamentablemente, no son estos los aspectos que se manejan, generalmente, al estructurar sus parrillas.
Llegamos, de este modo, a la señal de nuestro canal CNC TV, de la provincia de Granma. Esta rebasa las fronteras del barrio o la comunidad y queda por encima de una territorialidad concebida en la concepción geográfica de la provincia. En el caso de canales de este tipo, también deben construir sus parrillas desde necesidades y prácticas culturales. Solo que estas prácticas rebasan el límite de lo comunitario, lo local, lo provincial y demás conceptos asociados al sitio donde se encuentra enclavada la televisora, al alcance de su señal y llega a públicos diversos; los públicos que están próximos a la señal y a los cuales se puede aproximar el mensaje de los productos de este tipo de televisora: públicos de proximidad. Entendamos la proximidad no solo en términos de distancia, sino, principalmente, en términos de intereses próximos entre las diversas comunidades y localidades que reciben la señal.
El término de televisión de proximidad donde primero lo hemos encontrado es en redes locales o televisoras no comerciales ni estatales de España[14]En España se han denominado televisoras de proximidad, indistintamente, a las que cumplen las condiciones que estableceremos en este trabajo como a las comunitarias, de acuerdo a lo ya descrito. O sea, que nuestra forma de ver e interpretar la proximidad es diferente por cuanto en España sucede con el concepto de proximidad lo mismo que hemos visto anteriormente en Cuba con los términos de locales, comunitarios, tele centros, etc. A pesar de haber sido pensadas de otro modo como se evidencia en el marco legal mediante el cual se instituyen las televisoras de proximidad en España.[15]
La televisión de proximidad es un medio al servicio de mediaciones socio culturales. "Los diferentes soportes técnicos agrupados en el término medios de comunicación de masas, tienen como característica el hecho, como el concepto lo indica, de mediar, de establecer espacios de comunicación, de establecer contactos, donde se otorgan nuevos significados a la realidad y donde se produce sentido social, cuya organización orienta hacia un receptáculo de mensajes que navegan en múltiples direcciones, a los cuales los individuos y grupos pueden o no acceder, quieren o no usar."[16] De modo que las "Televisoras de proximidad" -cuya difusión es realmente limitada a las zonas aledañas a su unidad transmisora con un radio que aunque restringido como hemos dicho anteriormente-, además, transgreden los límites geográficos de lo que conocemos como un barrio o "comunidad", al menos en Cuba.
La televisión de proximidad tiene entre sus retos hacer una programación que responda al reforzamiento de las prácticas culturales existentes en sus zonas próximas por cuanto es mucho más compleja la elaboración que la de una televisora comunitaria. O sea, esta televisión crea sus productos para la localidad de Granma si abrimos el diapasón y nos ajustamos una vez más al concepto de lo local antes mencionado.
Esta televisión, a la cual hacemos referencia, enfrenta los retos de una mayor variedad de prácticas culturales dentro de las diversas localidades de la provincia. Granma se construye a partir de diversas localidades; diversas características identitarias; cada una de esas localidades se construyen desde sus prácticas culturales y al ampliarse el área se amplían las necesidades materiales y espirituales de diversos públicos; los públicos próximos no solo a la señal, sino, además, próximos en identidad, características lingüísticas, étnicas, etc. y demás factores culturales. Estos valores es lo que en un modo los definen como públicos de proximidad.
Dentro de los públicos de proximidad, por consiguiente, existen diversas manifestaciones culturales y clases sociales con su multiplicidad de prácticas culturales. De modo, que esta televisión tiene que trabajar desde la interculturalidad endógena de sus públicos de proximidad constituidos en el conglomerado de localidades para los cuales debe trabajar la televisora en cuestión. Granma tiene públicos de llanos, serranos, urbanos y rurales. Por las razones expuestas se propone que identifiquemos los canales de televisión de las provincias como televisoras de proximidad.
Por tanto, la proximidad debe entenderse no solo desde la distancia, sino desde el acercamiento conceptual que porten los productos de acuerdo a la identidad de los públicos para los que se trabaja. La proximidad está en lo intercultural y en la gestación endógena de sus componentes. En la proximidad se encierran los significados y significantes convenidos entre consumidores y productores a través de las prácticas culturales mediadas por la industria. Se trabaja para unos públicos que no están ampliamente representados en los canales nacionales –a no ser en los noticieros y programas especializados- y que necesitan sentirse presentes y representados en sus intereses socio culturales.
Los públicos de la televisión de proximidad deben verse reflejados en la misma y los directivos de estas entidades deben olvidar la carrera por ratings o de los patrones conceptuales ajenos a las necesidades y posibilidades de estos canales. Es necesario que estos canales tengan mayor independencia creativa y que se elimine la verticalidad estética.
La televisión de proximidad intercultural produce, reproduce, promueve y oferta, aunque no comercializa dadas sus características de entidades subvencionadas por el Estado, sí oferta para un consumo de los públicos de proximidad; y de cualquier manera, cumple con las reglas de una industria que propone como producto la cultura y las ideas a partir del goce estético.
Las televisoras de proximidad intercultural, como industrias culturales, son en esta era digital, difusoras y portadoras de la cultura, tanto de la cultura popular como de la cultura de masas asociada a la modernidad y a la industrialización. Cualquiera de las industrias culturales sirve como medio de difusión de este tipo de productos. Por ello, esta nueva industria debe mostrar el desarrollo de sus públicos de proximidad con todo aquello que haya sucedido, sucede o esté por suceder en su perímetro; puede y debe incidir y llevarlo por medio de la difusión a los demás vecinos de las proximidades para influir en la estructuración de posibles nuevas prácticas culturales o enriquecimiento de las existentes.[17]
BIBLIOGRAFÍA.
– Álvarez Álvarez , Fidel Luís. Dr. Cultura y desarrollo local. Examen mínimo de PSCCT. Bayamo M. N. 2003.
– De Moragas, C. Garitaonandía y B. López (Editores). Televisión de proximidad en Europa. Experiencias de descentralización en la era digital. Valencia, España, 1999.
– Rubio, Baldía. Calle G ¿guarida o espejo? La Calle del Medio. Número 23. Marzo de 2010. Publicación cultural de Prensa Latina. La Habana, Cuba. 2010.
– López de la Roche, Fabio. MEDIOS ALTERNATIVOS, TEJIDO SOCIAL Y CIUDADANIA EN BOGOTA. Universidad Nacional de Colombia. Abril de 2010.
Machado Flores, Neiky. La televisión en los municipios cubanos: ni comunitaria, ni municipal. Razón y Palabra. Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx
-Parra, Juan David. Sintonizando la participación política en la televisión comunitaria. Temas de portada. Palabra Clave, Vol. 9, No 2 (2006). Colombia.
– Ruano López, Soledad. Las Industrias Culturales el Negocio de la Era Digital. Universidad de Extremadura, España. 2005.
-García Canclini, Néstor; "Consumidores y Ciudadanos – Conflictos multiculturales de la globalización" Introducción – Consumidores del siglo XXI, ciudadanos del XVIII. Conferencia. 1995.
– Serrano, Yenny. UNA INTRODUCCIÓN A LAS PRÁCTICAS CULTURALES Y LA ANTROPOLOGÍA CONDUCTUAL. Asociación Colombiana para el Avance de las Ciencias del Comportamiento (ABA Colombia) Biblioteca Virtual www.abacolombia.org.co
– Contreras Soto, Ricardo. ANÁLISIS CRÍTICO DE LA CULTURA. PRÁCTICAS CULTURALES. Contribuciones a las Ciencias Sociales. Universidad de Guanajuato. Facultad de Ciencias Administrativas. Área de investigación. Enero 2008
– Horkheimer, Max y Theodor Adorno. La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas. Publicado en HORKHEIMER, May y ADORNO, Theodor, Dialéctica del iluminismo, Sudamericana, Buenos Aires, 1988. Tomado de Nombre Falso. www.geocites.com/nombrefalso
– Galarza Neira, María Teresa, El papel de las industrias culturales del cine y la televisión en la producción y reproducción de imaginarios discriminatorios.
Autor:
Juan Ramírez Martínez.
[1] Rubio, Baldia. Calle G ¿guarida o espejo? Entrevista a la Msc. Pañellas Álvarez Daybel, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. La Calle del Medio. 2011.
[2] Ver. Torres Murillo, Dulce María. “Las series norteamericanas como fuente de aculturación. Estudio de caso: Serie Friends primera temporada”. UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO. Escuela de Lengua y Literaturas Hispánicas. Morelia, Mich., enero 2011
[3] A partir de este momento le llamaremos televisora de proximidad o televisión de proximidad indistintamente.
[4] Waldo Ramírez de la Rivera. Vicepresidente del ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión) Clausura del Festival Nacional de Televisión 2010.
[5] Roche, Fabio. Texto leído en la Asamblea Mundial de Medios de Comunicación Comunitarios en Oaxaca el 1 de junio. La televisión comunitaria. Carlos G. Plascencia Fabila. Rebelión.
[6] JOVEN CLUB – Cuba. www. El Jóven Club de Computación y Electrónica se inició como un proyecto social del gobierno de Cuba, con el objetivo de socializar la enseñanza de la computación y la electrónica, dando prioridad a la niñez y juventud. Debido a la situación particular que atraviesa la sociedad cubana, los equipos con los que cuenta cada Joven Club son muy obsoletos y no tienen conexión a Internet. Sin embargo, son unos centros de preparación inicial y espacios de aprendizaje colectivo sobre el uso de tecnologías digitales. Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) de Canadá. tele-centros.org/tcparaque/tcpqtexto.doc
[7] Las Políticas nacionales se operacionalizan a través del nuevo Ministerio de la Informática y Comunicaciones creado en Enero del año 2000. “La creación del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones mas que agrupar contenido e instituciones significa la creación de un organismo nuevo y esencial con variadas funciones y objetivos…..que incluyen la regulación y atención al desarrollo de la informática, las telecomunicaciones, la radiodifusión, el uso del espectro radioeléctrico, las redes de intercambio de información, los servicios de valor añadido y los servicios postales.” Políticas, legislación y nuevas iniciativas en torno a los telecentros y las TICS – Cuba. Tomado de www.Cubasí.cu
[8] Machado Flores, Neiky. La televisión en los municipios cubanos: ni comunitaria, ni municipal. Razón y Palabra. Primera Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación. www.razonypalabra.org.mx
[9] Los tele centros transmiten su señal por la frecuencias del Canal Tele Rebelde en determinaos horarios del día.
[10] Proyecto de realización audiovisual radicado en las montañas de Buey Arriba en el oriente del país
[11] Este concepto de localidad tiene el inconveniente que las demarcaciones de los Consejos Populares y las circunscripciones, no siempre coinciden con los límites culturales del lugar que ocupan y pueden en alguna manera ser un obstáculo en el aprovechamiento de potencialidades de la dimensión cultural del desarrollo local, pero es un riesgo que se corre también en otras delimitaciones espaciales como el municipio, la provincia, incluso en determinados países. (M.sc. Fidel Luís Álvarez Álvarez. Cultura y desarrollo local. Examen mínimo de PSCCT. Bayamo M. N. 2003.)
[12] Con respecto a programas infantiles hubo una experiencia interesante cual fue la de “El computador es divertido”, consiste en la competencia de algunos niños sobre operaciones matemáticas, utilizando software educativo (…) Han tenido lugar también espacios de opinión, intervenciones de candidatos a la Presidencia y a la Vicepresidencia de la República, así como de funcionarios de la Administración Distrital, como también programas de denuncia sobre el caso de los humedales, que representan una reserva ecológica (…) los formatos utilizados incorporan formas de interactividad con los televidentes (…) Un servicio informativo importante que se presta a la comunidad es el de transmisión a través del generador de caracteres, de información sobre eventos de interés local o barrial.
[13] “Uno de los aspectos que distingue a la televisión comunitaria de la televisión comercial, es esa capacidad de integrar a la comunidad, de convertirse en portavoz de las expresiones auténticas de los habitantes de los pueblos, en busca de cambios sociales y el mejoramiento de las condiciones de vida. Sin esta condición, no puede hablarse de televisión comunitaria”, Texto leído en la Asamblea Mundial de Medios de Comunicación Comunitarios en Oaxaca el 1 de junio. La televisión comunitaria. Carlos G. Plascencia Fabila. Rebelión.
[14] Ver. Moragas, Garitaonandía y López intitulado Televisión de proximidad en Europa. (1999).
[15] Televisión de proximidad sin ánimo de lucro. 1. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, mediante Resolución del Secretario de Estado, planificará frecuencias para la gestión indirecta del servicio de televisión local de proximidad por parte de entidades sin ánimo de lucro que se encontraran habilitadas para emitir al amparo de la Disposición Transitoria Primera de la Ley 41/1995, de 22 de diciembre, de Televisión Local por Ondas Terrestres, siempre que se disponga de frecuencias para ello. (…) Tienen la consideración de servicios de difusión de televisión de proximidad aquellos sin finalidad comercial que, utilizando las frecuencias que en razón de su uso por servicios próximos no estén disponibles para servicios de difusión de televisión comercialmente viables, están dirigidos a comunidades en razón de un interés cultural, educativo, étnico o social. (…) El canal de televisión difundido lo será siempre en abierto. Su programación consistirá en contenidos originales vinculados con la zona y comunidad a la que vayan dirigidos y no podrá incluir publicidad ni televenta, si bien se admitirá el patrocinio de sus programas. (…) La entidad responsable del servicio de televisión local de proximidad no podrá ser titular directa o indirectamente de ninguna concesión de televisión de cualquier cobertura otorgada por la Administración que corresponda.
[16] Revista Mad. No.2. Mayo 2000. Departamento de Antropología. Universidad de Chile http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/mad/02/paper03.htm La Televisión en la Vida Cotidiana: Elementos para Comprender su Importancia Cristián Santibáñez. Sociólogo. Magíster © en Lingüística. Universidad de Concepción.
[17] N del A. (Reinterpretando a M. Parenti) Las industrias creativas -libros, cine, disco- y los grandes medios de comunicación masivos tales como prensa plana, radio y televisión, suman, en la actualidad, la inmensa mayoría del peso económico de la cultura y la comunicación industrializada y mercantil. Pensemos en el hecho de que dadas estas circunstancias van quedando fuera las actividades culturales clásicas, aunque ampliamente mercantilizadas en esta década como el teatro, los conciertos y la danza o el ballet, entre otros. Por tanto, esas áreas pueden ser tomadas por las industrias culturales televisoras de proximidad partiendo de su interculturalidad y ser exhibidas a sus públicos dentro de la parte cognoscitiva de ampliación del gusto y de la cultura existente