Freud la probo en si mismo descubrió, entre otras cosas, que lo ayudaba a mejorar su rendimiento intelectual, que su mal humor se trocaba en alegría, y que después de consumirla no sentía el mismo apetito que de costumbre. En consecuencia, comenzó a pensar en las posibilidades de aplicación de la cocaína en el campo de la medicina.
En junio de 1885, y gracias a una recomendación de Brucke, Freud obtuvo una beca de seis meses para estudiar en el extranjero, que decidió utilizar yendo a parís en octubre. Un mes antes de viajar fue nombrado Privat Dozent, un cargo de docente universitario libre, sin obligaciones académicas cuyos titulares gozaban de gran prestigio en las casas de altos estudio de lenguas alemana.
Realizaciones de deseos. (1886-1900)
Un año y un mes después del casamiento, el 16 de octubre de 1887, nacía Mathilde, la primera de los seis hijos de Freud y Martha. A Mathilde le seguirían en años sucesivos Sophie, Ernst, Mertin, Oliver y Anna (1895-1892). Esta última, tras la huella de su padre, llegaría a ser un célebre psicoanalista especializada en niños.
La situación económica de los recién casado seguía siendo precaria, pero el matrimonio y la paternidad parecen haber infundido un renovado optimismo en el espíritu siempre ansioso y proclive al escepticismo de Freud.
Hipnosis y Catarsis
En noviembre de 1887 Freud conoció a Wilhelm Fliess, con quien cultivaría una amistad que se prolongaría hasta fines de 1900.
A finales de 1887, comenzó a utilizar la sugestión hipnótica y, en 1890, el método catártico. Con respecto al hipnotismo, comenta que decidió utilizarlo "para hacer que el enfermo me revele la historia de la génesis de sus síntomas, sobre la cual no podía muchas veces proporcionarme dato alguno en estado normal".
Pero la novedad realmente importante que introdujo Freud en el tratamiento de sus pacientes fue de la experiencia de la asociación libre, que describió así: ""En lugar de llevar al paciente a manifestar algo relacionado con un tema determinado le invitamos a manifestara todo aquello que acuda a su pensamiento, absteniéndose de toda representación final consciente.
En estos años escribió una gran cantidad de artículos, entre ellos cuatro en francés. En 1896, presento un trabajo titulado Etiología de la histeria, en el que desarrollaba la cuestión de las causas sexuales de esta afección, ante la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de Viena, y que se publico en ese mismo año.
Fantasías Inconscientes.
Freud ya tenía en claro que en el inconsciente no existe la posibilidad de distinguir la verdad de la ficción afectiva. La nueva conclusión lo llevaba entonces a pensar que, si los síntomas de los histéricos provenían de trauma ficticios, es decir, que los episodios eran creados en sus fantasías, se imponía la necesidad de tomar en cuenta la existencia de una realidad psíquica con la misma seriedad con que se consideraba la verdadera realidad.
El sueño y los sueños
Este viraje conceptual le permitiría profundizar en adelante dos cuestiones que serian fundamentales para el desarrollo del psicoanálisis: la de la sexualidad infantil y las teorías de los sueños. La interpretación de los sueños, se publico a fines de 1899.
En busca de lo desconocido. (1901-1914)
Freud había sido reconocido con el cargo de docente privado ya en 1884, y a finales de la década de 1890 presento varias veces la solicitud que la complicada burocracia imperial exigía para aspirar a una cátedra universitaria.
Lo cierto es que a partir de 1902, y más allá del reconocimiento oficial que significo su nombramiento como catedrático, comenzó a sentirse cada vez más seguro de la solidez de su trabajo científico.
Psicopatología de la Vida Cotidiana.
En 1904, publicó Psicopatología de la vida cotidiana. Al año siguiente, 1905 publica dos libros: El chiste y su relación con lo inconsciente y Tres ensayos sobre la teoría sexual. En el chiste y su relación con lo inconsciente, Freud pone a prueba una vez más la experiencia psicoanalítica creada por él, aplicándola a un dominio poco estudiado por los psicólogos de su tiempo, como había hecho anteriormente con otros aspectos descuidados de la vida psíquica, como los sueños, los olvidos y equivocaciones, y los actos fallidos.
Aberraciones Sexuales y Sexualidad Infantil
En tres ensayo sobre la teoría sexual no sólo hay una aportación original al desarrollo de la teoría psicoanalista, sino que además se sostienen los principios a los que Freud había llegado a partir de su práctica, hasta 1923, cuando la revisión de determinado conceptos lo llevó a reformularlos, tal como había hecho en relación con la realidad de las escenas traumáticas en sus trabajos sobre la histeria.
En esta obra organiza el tema estudiando primero las aberraciones sexuales y luego la sexualidad infantil, para terminar con una teoría acerca de lo que llamó "" la metamorfosis de la pubertad"". Comienza a explicando que, así como existe la nutrición que permite explicar el hambre, en el lenguaje científico se apela al término ""libido"" para referirse a la pulsión sexual.
Entre las manifestaciones de la sexualidad infantil, menciona en primer lugar el chupeteo, o succión al que caracteriza como una práctica de autoerotismo en la que la pulsión no se orienta hacia otra persona sino que encuentra su satisfacción en el propio cuerpo. Después estudia las manifestaciones sexuales masturbatoria. En este sentido, señala que el niño considera los excrementos como una parte de su cuerpo y les da la significación de un primer regalo con el cual puede mostrar su docilidad a las personas que lo rodean a su negativa a complacerlas.
Fieles y Rebeldes.
Lo cierto es que a, medida que crecía el número de adeptos, el movimiento psicoanalítico se enfrentaba a nuevos problemas: los que derivaban de las diferencias de opiniones con respecto a distinto aspecto de la teoría. Tres figura importante de la época fundadora fueron apartándose, sucesivamente del movimiento por diferencias teórica que Freud y quienes pensaban como él consideraban irreconciliables: Alfred Adler, Wilhelm Stekel y Carl G. Jung.
El Cuerpo Ataca
Nunca había sufrido enfermedades graves, ni en la infancia ni en la adolescencia, ni en su edad adulta. Es cierto que siempre padeció fuerte jaquecas y algunos problemas digestivo, pero estas dolencias nunca le impidieron llevar una vida normal. Entre 1893 y 1896 había sufrido una serie de trastornos cardíacos, pero al parecer se trató de cuestiones episódicas, ya que no volvieron a repetirse.
Sin embargo, el doctor M. Schur, que fue médico personal de Freud desde 1922 dijo que entre fines de 1893 y 1896, Freud sufrió ataque de taquicardia paroxística, con dolores anginales y signo de fallo ventricular izquierdo, en ese periodo Freud hacia el intento de dejar de fumar.
Una Visión Profética.
Entre tanto, no dejaba de escribir, en el año 1918 publicó con el titulo historia de una neurosis infantil, uno de sus historiales clínico más famosos, el del llamado "" hombre de los lobos"", que había registrado en 1914. En 1919, los artículos fueron once, entre ellos la Introducción al simposio sobre las neurosis de guerra, Los siniestro y Pegan a un niño.
A mediado de ese año se fundó de Viena la Editorial psicoanalítica internacional cuya dirección Freud compartió con Otto Rank, Anton Von Freund y Sandor Ferenczi.
En el año de 1920 publico seis nuevos artículos, al años siguiente otro cuatro, y el libro Psicología de las masas y Análisis de yo, y en 1922 seis artículos más, entre ellos uno sumamente específico: sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad.
En septiembre de 1922, asistió al congreso que se realizó en Berlín, sin saber que sería el último en el que participaría en su vida. Su ponencia se titulaba Algunas observaciones sobre lo inconsciente, los concepto integrarían el libro El yo y el ello, que se publicaría en abril de 1923.
Ernest Jones se sintió alarmado cuando recibió una carta en la que Freud le contaba que"" habías descubierto una formación leucoplásica en el carrillo y el paladar del lado derecho, que me hice extirpar el día 20 de abril. Todavía no estoy en condiciones de trabajar y no puedo tragar alimentos. ""
A partir de entonces, y hasta el fin de sus días, el padre del psicoanálisis habría de llevar una existencia signada por el dolor y el padecimiento físico que, de todos modos, no le impedirían seguir haciendo contribuciones a la comprensión del alma humana.
Un Largo Adiós. (1923-1938)
En el año 1923, se publico El yo y el ello, obra en la que continuó desarrollando las ideas que había comenzado a plantear en Más allá del principio de placer. Conforme a este nuevo enfoque, sostiene que ""un individuo es ahora, para nosotros, un ello psíquico desconocido e inconsciente, en cuya superficie aparece el yo, que se ha desarrollado partiendo del sistema perceptivo, su nódulo. El yo no vuelve por completo al ello, sino que se limita a ocupar una parte de su superficie, esto es la constituida por el sistema perceptivo, y tampoco se halla precisamente separado de él, pues confluye con él en su parte inferior.
Entre el 4 y el 11 de octubre de 1923 fue sometido a una nueva operación radical, después de esa operación no pudo hablar por varios días y debió ser alimentado mediante un tubo nasal. Lo cierto es que los padecimientos recién comenzaban. Tras la intervención se le colocó una enorme prótesis para separar la boca de la cavidad nasal.
El 2 de noviembre hubo una tercera operación en la que se le extirpó gran parte del paladar blando, y el 17 una cuarta, para ligar los conductos deferentes de ambos lados, con la expectativa de que ello retardara la recidiva del cáncer.
A pesar de todo, en 1924 publicó entre otros trabajo, un texto que, aun siendo breve, se tornaría importante para el desarrollo de su teoría: El final del complejo de Edipo. En él propone una descripción de los mecanismos que llevan al yo del niño a apartarse de este complejo.
El trabajo más ambicioso que publico en 1927 fue El porvenir de una ilusión. Se trata de una obra que intenta una visión general de los mecanismos que posibilitan la existencia de la cultura, entre ellas la formación de las religiones, cuya evolución sigue desde el politeísmo al monoteísmo.
En 1930 recibió la distinción literaria más importante del mundo cultural de lengua alemana: el premio Goethe, que consistía en la suma de diez mil marcos alemanes.
En el 1933 fue particularmente amargo para Freud. El ascenso del nazismo en Alemania tras la llegada de Hitler al poder, incluyo, en su escalada de violencia, la quema de sus libros en Berlín. Freud comentó "" ¡cuánto progresamos ¡ en la edad media me hubieran quemado a mí ; ahora se conforman con quemar mis libros""
Freud, su esposa y su hija Anna salieron de Viena el 4 de junio de 1938. Primero recalaron en Paris, donde lo recibió Marie Bonaparte, y esa misma noche abordaron un ferry-boat que los llevó a Inglaterra.
En agosto lo médicos que lo atendían decidieron que era necesario volver a operarlo, pero él nunca se recupero del todo de los efectos de esta intervención y fue debilitándose paulatinamente.
La única satisfacción realmente importante que disfrutó en sus últimos meses fueron la publicación de Moisés y la religión monoteísta. No tuvo que esperar mucho. Pocos antes de la medianoche del 23 de septiembre de 1939. Cuando el otoño se adueñaba de Londres, Sigmund Freud abandonó este mundo.
Sigmund Freud
Anexo
ESCUELAS PSICOANALÍTICAS : Varias escuelas psicoanalíticas han adoptado otras denominaciones para indicar sus diferencias con las teorías freudianas ortodoxas.
Carl Gustav Jung, uno de los primeros alumnos de Freud, creó un movimiento que designó él mismo como psicología analítica.
Como Freud, Jung utilizó el concepto de libido; sin embargo rechazó el carácter exclusivamente sexual de la libido, y consideró que ésta constituía una energía de carácter universal basada en el conjunto de los instintos y pulsiones creativas que constituyen la fuerza motivadora de la conducta humana.
Jung rechazó la distinción freudiana entre el yo y el superyó, pero reconoció una parte diferenciada de la personalidad, con ciertas similitudes con el superyó, a la que denominó persona, que consiste en lo que aparentamos frente a los demás, en oposición a lo que en realidad somos. La `persona' es el rol que los individuos eligen representar en la vida, la impresión global que desean transmitir de sí mismos en el mundo social exterior
Rank, Otto (1884-1939), psicoanalista y psicoterapeuta austriaco.
Nacido en Viena y formado en la universidad de esta ciudad, fue uno de los primeros discípulos de Sigmund Freud, además de su secretario desde 1905. Su primer trabajo, El mito del nacimiento del héroe (1909), en el que aplicó las técnicas analíticas de Freud a la interpretación de los mitos, llegó a ser un clásico de la literatura psicoanalítica. Más tarde, con El trauma del nacimiento (1923), se distanció de Freud al atribuir el desarrollo de las neurosis a la experiencia traumática del nacimiento (según él, la más intensa en la vida de una persona) y no al complejo de Edipo. Como resultado de este desacuerdo, Rank se separó del círculo freudiano para desarrollar sus propias teorías, que otorgaban una mayor importancia a la situación presente del individuo que a su pasado, teniendo en cuenta también el medio social. Desde 1934 vivió en Estados Unidos, donde ejerció una considerable influencia en el campo de la psicoterapia. Otra de sus obras es: Las técnicas del psicoanálisis (3 volúmenes, 1926-1931).
Alfred Adler
Alfred Adler, otro de los discípulos de Freud, se diferenció tanto de éste como de Jung al acentuar la importancia que en la motivación humana tiene el sentimiento de inferioridad, que comienza desde el momento en que el niño es consciente de la existencia de otros más capaces de cuidar de sí mismos y de dominar su entorno. Desde que aparece el sentimiento de inferioridad, el niño trata de superarlo, debido a lo intolerable que le resulta, ya que puede ocasionar el descontrol de los mecanismos compensatorios organizados por la estructura psíquica, determinando actitudes neuróticas egocéntricas (véase Egocentrismo), sobre compensaciones e, incluso, la huida del mundo real y sus problemas.
Adler hizo hincapié en que los sentimientos de inferioridad nacen de las que él consideraba las tres relaciones más importantes: las que el individuo mantiene con su trabajo, con los amigos y con su objeto amado. El intento de evitar el sentimiento de inferioridad en estas relaciones conduce al individuo a adoptar objetivos vitales poco realistas, que a menudo se manifiestan como una voluntad poco razonable de poder y dominio que conduce a diversos tipos de comportamiento antisocial, desde la intimidación y la presunción a la tiranía política. Adler creía que el análisis podía fomentar un sentimiento sano y razonable de pertenencia a la comunidad, más constructivo que destructivo
Karen Horney
Horney trabajó básicamente en el terreno de la psicoterapia (en concreto con las neurosis), estableciendo una distinción básica entre situación neurótica y carácter neurótico. La primera nace de la ansiedad asociada a un conflicto simple, como la necesidad de enfrentarse a una decisión difícil. Aunque pueda paralizar al individuo temporalmente, haciéndole imposible pensar o actuar de forma eficaz, tales neurosis no están profundamente enraizadas. Por el contrario, la personalidad neurótica posee, debido a su carácter, una ansiedad y una hostilidad básicas, fruto de la carencia afectiva durante la infancia.
Sullivan
Sullivan creía que todo el desarrollo podía describirse exclusivamente en términos de las relaciones con los demás. Los distintos tipos de personalidades, así como los síntomas neuróticos, se explican como resultado del combate contra la ansiedad que nace de las relaciones con los demás, actuando como un sistema de seguridad que se mantiene con el propósito de mitigarla.
Melanie Klein
Melanie Klein Otra importante escuela de pensamiento psicoanalítico, especialmente en Europa y Latinoamérica, es la conocida como `escuela inglesa', que se basa en las enseñanzas de esta autora británica, que provienen básicamente de sus observaciones en el campo del psicoanálisis infantil.
Klein postuló la existencia de complejas fantasías inconscientes en los niños, incluso de menos de seis meses, cuya principal fuente de ansiedad es la amenaza sobre la propia existencia por el instinto de muerte. Dependiendo de cómo se materialicen las representaciones concretas de las fuerzas destructivas en la vida inconsciente fantaseada por el niño, aparecerían dos primeras actitudes básicas que Klein denominó `posición paranoide' y `posición depresiva'. En la paranoide, la defensa del yo se realiza proyectando los objetos internos peligrosos hacia algún elemento exterior que los represente, elemento que pasará a considerarse como una amenaza procedente del mundo exterior. En la depresiva, el objeto amenazador es retenido dentro del propio individuo, con lo que aparecen los síntomas de la depresión y de la hipocondría. Aunque hay serias dudas de que tales complejos infantiles actúen realmente en la mente del niño, estas observaciones han tenido bastante importancia en el desarrollo de la psiquiatría y la psicología de las fantasías inconscientes, delirios paranoides y teorías vinculadas en general con las primeras relaciones objetales.
Autor:
Yokaira Martínez
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