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Metodología para el desarrollo de la preparación psicológica de las atletas de Judo


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Metodología para el desarrollo de la preparación psicológica de la judoca juvenil en el proceso de enseñanza – aprendizaje
  3. Sistema categorial – conceptual de la metodología
  4. Conclusiones Generales
  5. Recomendaciones
  6. Referencias Bibliográficas

Resumen

Esta investigación se dirige al perfeccionamiento del proceso de enseñanzaaprendizaje del judo juvenil femenino de la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (E.S.P.A.) de Santiago de Cuba, partiendo de determinar las insuficiencias que se manifiestan en el rendimiento de las judocas durante este proceso en este deporte.

En tal sentido se valora que el desarrollo de la preparación psicológica actual en el proceso de enseñanza – aprendizaje del judo juvenil femenino soluciona el problema mediante la elaboración de una metodología, sustentada en un modelo pedagógico de preparación psicológica que implicara la formación de atletas para la competencia en tanto fueran capaces de tener un mejor conocimiento de sí.

El objeto de esta investigación lo constituye el proceso de enseñanza – aprendizaje de las atletas de judo y el campo de acción la preparación psicológica para este proceso.

Como objetivo se plantea la elaboración de una metodología para contribuir al desarrollo de la preparación psicológica en el proceso de enseñanza – aprendizaje de las atletas de judo juvenil, sustentada en un modelo pedagógico de esta preparación que favorezca el rendimiento deportivo.

En la idea a defender se plantea: si en el proceso de enseñanza – aprendizaje del judo para atletas juveniles se emplea una metodología para la preparación psicológica, centrada en la reflexión individual y grupal a través de diferentes técnicas reflexivas, sustentada en un modelo pedagógico de esta preparación, que tiene en cuenta la relación entre las aspiraciones, expectativas y logros de las atletas, entonces se contribuye a la mejor formación de éstas para la competencia desde el proceso de entrenamiento deportivo.

La investigación presenta un modelo pedagógico de preparación psicológica para las atletas, que promueve el desarrollo de la personalidad en el proceso de enseñanza – aprendizaje, constituyendo esto el aporte teórico del trabajo. La significación práctica se revela en la propuesta de una metodología para ser aplicada a la atleta de judo juvenil en el proceso de enseñanza – aprendizaje que potencia la formación de la personalidad de éstas, además de brindar metódicas para evaluar el estado psíquico del prearranque en el trabajo de los entrenadores y psicólogos deportivos.

Metodología para el desarrollo de la preparación psicológica de la judoca juvenil en el proceso de enseñanza – aprendizaje

En el proceso de enseñanza – aprendizaje se observa la limitada preparación psicológica, con relación al papel que se le da a la potenciación de actitudes reflexivas en las atletas, que permitan su autorreflexión para ganar en recursos personológicos, teniendo en cuenta la actividad y la comunicación en todo el proceso.

En este capítulo se presentan los distintos aspectos relacionados con una metodología para el desarrollo de la preparación psicológica de las atletas de judo juvenil de la ESPA de Santiago de Cuba en el proceso de enseñanza – aprendizaje, para promover la reflexión individual y grupal sobre la base de un modelo pedagógico concebido para esta preparación, que considera relaciones esenciales las que favorecen la solución de la contradicción, que se produce entre lo individual y lo grupal en las atletas.

Modelo pedagógico de preparación psicológica para la formación del atleta.

La modelación pedagógica de la formación del atleta en el proceso de enseñanza – aprendizaje, constituye el punto de partida para contribuir al desarrollo de la preparación psicológica. Se presenta una concepción general de elementos necesarios a considerar y las relaciones que se dan entre ellos, destacando la integración de la preparación física, técnico – táctica y dinamizadora de este proceso, haciendo énfasis en una participación reflexiva del atleta tanto en lo individual como en lo grupal, donde está su protagonismo, a partir de la organización de técnicas que favorezcan posiciones reflexivas y su plena actuación consciente.

Los aspectos abordados en el Capítulo 1 ofrecen sustentos teóricos – metodológicos y prácticos para la concepción de este modelo pedagógico. Como presupuestos epistemológicos de este modelo, se precisan las concepciones de psicólogos con orientación marxista sobre personalidad resumidas en autorreflexión y enfoque personológico y personalizado del proceso.

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El modelo propuesto es aplicado en el deporte Judo partiendo de la formación integral del atleta con altos resultados competitivos, teniendo en cuenta que este deporte y su relación con la personalidad evidencia el logro de lauros deportivos. La formación integral del atleta no solo comprende rendimiento deportivo, sino también desarrollo de reflexiones sobre sí mismo que contribuyen a su crecimiento personal en la formación de valores como el colectivismo y el patriotismo, que forman parte de nuestro proyecto social.

El judo condiciona la formación y desarrollo de la personalidad que se desea formar en el sistema de relaciones sociales, donde pueden ocurrir transformaciones en relación con la modificación de su entorno y la repercusión que tengan en su individualidad.

Las exigencias del judo y del entrenador a la atleta, deben responder a la sociedad en general, por las manifestaciones conductuales de la deportista acorde a los principios de nuestra sociedad, que exige un comportamiento positivo dentro y fuera del proceso; siendo el deporte judo el centro "agente socializador" y de desarrollo de la personalidad, por el carácter dirigido, planificado y sistemático del proceso de enseñanza – aprendizaje que en ella se desarrolla, concretándose en sus resultados finales.

Quiere esto decir que en cualquier propuesta pedagógica en el proceso de enseñanza – aprendizaje deportivo se debe considerar:

  • Necesidades sociales deportivas actuales y perspectivas.

  • Necesidades del entrenador.

  • Necesidades del equipo en general y de cada atleta en particular.

  • Condiciones del proceso de enseñanza – aprendizaje.

  • Potencialidades del deporte.

Esto concreta las relaciones del proceso de enseñanza – aprendizaje y el contexto social como ley de la didáctica (Álvarez, C., 1995).

Las exigencias actuales enfocan a una personalidad deportiva que se forme y desarrolle en el sistema de relaciones del equipo, para ir luego accionando en esa propia realidad e incidir en su objetivo, todo lo cual justifica expresiones y manifestaciones de las atletas en el deporte.

Fig. 1: Relación deporte – personalidad – resultado deportivo

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El proceso de enseñanza – aprendizaje que propicie la formación integral del atleta en la dinámica del mismo, para el futuro en particular de su desarrollo, contempla los procesos internos – externos que se expresan en participaciones activas y conscientes, logrado en el proceso de su formación al mostrar su grado de compromiso, responsabilidad, nivel de crítica y autocrítica. Su formación transcurre en relación dialéctica con las influencias que recibe de la comunicación en el deporte, desde donde se promueven modelos de actuación profesional, se legalizan necesidades, se valorizan las aspiraciones, intereses e intenciones profesionales deportivas y se brindan informaciones que en general la atleta procesa y pone en relación con sus expectativas.

La atleta de judo que esté apta para lograr en el propio proceso de su formación, el comportamiento expresado en correspondencia con las aspiraciones de la sociedad, está en el sistema de relaciones que se implica, siendo capaz de procesar las múltiples influencias que recibe y que le permiten al entrenador enfrentar las tareas educativas, promoviendo lo reflexivo del atleta con lo que se favorece el desarrollo cognitivo y afectivo.

Fig. 2: Relación entre la actividad práctica externa y la actividad interna en la formación integral del atleta.

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En el proceso de enseñanza de las acciones motrices del judo se desarrollan conocimientos, habilidades y hábitos que influyen en la adquisición de un conjunto de valores en las atletas, el mismo le permite desarrollar sus formaciones psicológicas y con ello adoptar una actitud hacia la realidad, pueden conocerse a sí mismas, para así reflexionar sobre sus posibilidades reales hacia el deporte y lograr establecer las relaciones adecuadas entre sus necesidades y los recursos que garantizan la satisfacción de éstas.

Por otra parte el equipo incide en la formación de la atleta, a través del mismo se trasmiten modos de conducta, expectativas y aspiraciones. Entre el proceso de entrenamiento y el equipo se establece una relación cuya dinámica les permite a la atleta formar y expresar sus compromisos con el deporte.

En sentido general la actividad práctica externa y la actividad interna del desarrollo de la judoca se interpenetran dialécticamente; por su parte, los procesos que caracterizan las posiciones internas del desarrollo se presentan como aquellos contenidos afectivos, motivacionales y cognitivo – instrumental.

En su esencia, la unidad de lo cognitivo y lo afectivo en el desarrollo de la personalidad de la atleta, implica la capacidad de ambos procesos de integrarse en su expresión psicológica. En este sentido lo cognitivo expresa determinadas emociones en cada momento de las expresiones de éstas bajo la influencia del medio, siendo considerada su formación integral en el proceso de enseñanza – aprendizaje al alcanzar resultados sobre la base del conocimiento de sí.

El desarrollo de la personalidad de la judoca es posible siempre que éste se lleve a cabo a través de un proceso de enseñanza – aprendizaje personalizado, que propicie potencialidades en los procesos de su desarrollo, teniendo en cuenta sus funciones reguladora y autorreguladora para autorrealizarse en su actividad, al considerar a la atleta desde una perspectiva integral, para ubicarla en el centro del proceso que desarrolla aspectos morales, volitivos y emocionales, íntimamente relacionado con lo cognitivo, garantizando así el cumplimiento del principio de la unidad de lo afectivo y lo cognitivo en el estudio de la personalidad.

En tal sentido, la judoca logra una posición activa, consciente, reflexiva y comprometida con sus puntos de vistas, valoraciones, juicios, a partir de su concientización.

Para garantizar el enfoque personalizado se debe tener en cuenta: (Paz,I .1999)

  • La personalidad en su integridad.

  • La unidad y diversidad en el desarrollo de la personalidad.

  • La autoeducación de la personalidad.

Esto se logra en la preparación psicológica, que se manifiesta en el marco del proceso de enseñanza – aprendizaje personalizado, en tanto la atleta pueda ser capaz de:

  • Orientar su actuación deportiva consciente e independiente hacia el deporte.

  • Asumir una actitud consciente hacia el deporte.

  • Participar de forma activa y protagónica en el entrenamiento.

  • Conceder significación y compromiso al deporte.

  • Protagonismo en el propio proceso de su formación.

  • Reflexión personalizada de sus capacidades, a través de determinar necesidades, deseos, intereses, aspiraciones e intenciones profesionales deportivas.

  • Independencia para reestructurar el sentido de sus relaciones con todas sus compañeras en un sistema mucho más complejo centrado en sí misma, en la individualidad y en la buena comunicación para la interrelación e interacción deportiva.

Este proceso se da en niveles de desarrollo por la esencia del comportamiento en relación con la personalidad que alcanzan las atletas, por la regulación inductora y ejecutora expresadas en su dinamismo, reflexión, grado de compromiso personal, responsabilidad, decisiones y necesidades esenciales.

Para la formación de la atleta con un nivel superior de preparación, se debe contemplar la relación del contenido de la preparación física y técnico – táctica, así como la psicológica, de cuyo arsenal se nutre la judoca en el logro de su predisposición para alcanzar resultados, satisfaciendo sus necesidades en la motivación al rendimiento.

Se significa que los contenidos de preparación a tener en cuenta en el proceso tienen la orientación en las diferentes estructuras del mismo. Esto se logra a través de la relación de la preparación física y la técnico – táctica ( información, conocimiento) dinamizada por la preparación psicológica ( permite desarrollar potencialidades de la personalidad, sensibilizando y concientizando los procesos de desarrollo).

La preparación física tiene una estructura psicológica que incluyen los conceptos sobre las cualidades físicas propias y las percepciones especializadas de éstas en su manifestación integral.

El resultado deportivo supone el desarrollo y la educación en las deportistas de las cualidades físicas necesarias. En esta preparación se dan posibilidades de desarrollar la motivación deportiva, relaciones interpersonales, cualidades morales volitivas, formar valores y educar rasgos del carácter.

La preparación técnico – táctica se relaciona con el dominio y perfeccionamiento de los procedimientos técnicos del deporte, que se aplican en correspondencia con las condiciones de la competencia y posibilita el desarrollo de la capacidad intelectual.

Estas dos preparaciones de la deportista se interpenetran a través de la preparación física y ésta es base para el desarrollo de lo técnico – táctico. Ambas preparaciones, se dinamizan a través de la preparación psicológica, que es base de la preparación física y técnico – táctica, siendo la psicológica la que se relaciona con las posibilidades de desarrollar aspectos cognitivos y afectivo – motivacional, promoviendo la formación de la personalidad de la judoca, revelando su lugar en el proceso de enseñanza – aprendizaje, debiendo propiciar un clima psicológico positivo para favorecer la reflexión, buscando normas morales en el equipo, regulación del estado y conducta de las atletas, y comunicación entre todos los sujetos implicados. Esto releva el lugar de la preparación psicológica en el proceso de enseñanza y aprendizaje, que permite mover a la atleta, encaminada a crear de manera previa una disposición favorable para la actuación dada en sus vivencias, disposiciones, recursos cognitivo- instrumental, desencadenando la disposición para lograr un estado físico óptimo y en la misma medida una disposición para la asimilación de los elementos técnicos y racionales.

La preparación psicológica, según se ha concebido, es para desarrollar en las atletas: seguridad, autoanálisis, autocontrol y dominio de conducta y emociones, capacidad de vencer distintos obstáculos objetivos y subjetivos, crítica para valorar logros y reveses, motivación al rendimiento, cualidades positivas y relaciones interpersonales, buscando el desarrollo personal y deportivo en la atleta y el equipo, en el marco del proceso de enseñanza – aprendizaje con carácter personalizado e interactivo, que favorezca la actividad grupal. Se orienta, ante todo, a la formación de la atleta de judo juvenil, durante todo el proceso para la competencia.

Este enfoque personalizado, implica que debe favorecer que se personalicen los componentes didácticos de este proceso de preparación psicológica, que la atleta los haga suyos y que pueda tomar conciencia de sus procesos de desarrollo para su formación, en dependencia de la comunicación en las relaciones que se establecen en la atleta consigo misma, entre atleta y atleta, y entre atleta – entrenador – psicólogo.

Fig. 3: Triángulo de interrelación e interacción activa de la preparación psicológica desde el proceso de enseñanza personalizado.

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Así, las atletas deben manifestar un desarrollo de formaciones motivacionales, afectivas y valorativas, a partir de la toma de decisión para alcanzar sus objetivos previamente definidos, en relación con aquellos elementos que resultan trascendentes en la vida de la atleta y que tienen importancia vital para su desenvolvimiento futuro en el deporte.

La atleta, en relación con su equipo de trabajo y su equipo deportivo, autorreflexiona en dependencia de la regulación del equipo de trabajo, que posibilita la actividad de la atleta de acuerdo con sus necesidades y motivos y ésta se valora desde el punto de vista de sus fines vitales, manifestando de sí misma un conjunto de cualidades positivas o negativas de su personalidad, orientadas hacia el deporte y que cree poseer tanto con su realización en la conducta, como en la exigencia de su vida y sus aspiraciones futuras, así como capacidades, intereses y otros, que están comprometidas en la realización de sus aspiraciones.

El equipo deportivo no es un simple intermediario entre lo social y lo individual, entre el proceso de enseñanza – aprendizaje y la vida, constituye un espacio indispensable de transformación para la judoca en el desarrollo de su individualidad, a partir de los valores que existen en el equipo y que la atleta va haciendo suyos, de las valoraciones que del equipo deportivo recibe y de todas las modificaciones que se van presentando en las deportistas con relación a sus concepciones, motivaciones, cualidades y expectativas. Es decir, que el equipo debe lograr mayores niveles de independencia para enfrentar los problemas esenciales de su preparación para el futuro, favoreciendo el desarrollo individual teniendo en cuenta provocar cambios para la disposición deportiva y alcanzar nuevos logros.

Los vínculos que se establecen en el equipo de trabajo de entrenador y psicólogo deportivo dinamizan las relaciones atleta y equipo deportivo, favoreciendo la socialización al interior del equipo en el proceso de enseñanza – aprendizaje, donde la actividad externa mediatiza la actividad interna del desarrollo, garantizando posiciones reflexivas para la transformación en la personalidad de las atletas.

El equipo de trabajo se orienta hacia la preparación de la atleta para el futuro, para la formación, por ello debe promover la autorreflexión de la atleta en el equipo deportivo, dada por el carácter de las relaciones que se establecen.

El entrenador dinamiza el equipo deportivo, en su rol de conducir el proceso, problematizar la realidad, ayuda a comprender; su posición activa requiere de un proceso comunicativo entre los sujetos implicados y que se convierte a la vez en un elemento movilizador para su actuación dinámica. Este mediatiza, la relación atleta y equipo deportivo y éstos al mismo tiempo dinamizan la relación entrenador y psicólogo deportivo.

En esta interrelación e interacción activa se responde al desarrollo de la personalidad a nivel individual y grupal como contradicción general, que se expresa en el ámbito de la preparación psicológica de cada atleta.

De tal forma en el proceso de enseñanza – aprendizaje personalizado se debe significar el papel de los métodos con vista a lograr el desarrollo de la judoca en la interrelación e interacción atleta – equipo deportivo, propiciando las vías o técnicas para la reflexión y la personalización.

Los métodos se constituyen como medios de conocimientos, que se adoptan en la ejecución del proceso por el entrenador y el psicólogo, para llevarlos a cabo cuando éstos conciben acciones a través del sistema de relaciones que se establecen en el equipo. Los métodos son uno de los componentes del proceso, consisten en el modo de desarrollar la actividad para alcanzar el objetivo propuesto, es decir, son la secuencia de actividades del entrenador, psicólogo y las atletas dirigidos a lograr los objetivos previstos.

El método es uno de los aspectos más flexibles y dinámicos del proceso, pudiendo el entrenador y psicólogo pasar de uno a otro en una misma actividad, sin limitar la utilización, empleándolos en sistema; lo cual garantiza la participación de las atletas a través de la exigencia de la reflexión y el análisis para que los participantes arriben a sus propias conclusiones y hagan del aprendizaje un proceso que les reporte satisfacción personal y social.

Los métodos que se emplean para la enseñanza y aprendizaje de las acciones motrices, la educación de la deportista, así como los del psicodiagnóstico que junto a las técnicas de intervención psicológica integralmente, deben incluir procedimientos reflexivos, que están relacionados con el planteamiento de técnicas para el análisis de cada atleta sobre sí y en relación con las otras en el proceso de su enseñanza – aprendizaje, y que deben ser utilizados considerando condiciones para su aplicación y características del desarrollo de la deportista. Estas técnicas deben contribuir al desarrollo de la preparación psicológica y alcanzar sus objetivos, a partir de dar oportunidades similares de participación reflexiva a la personalidad de la Judoca.

Las técnicas son el recurso para desplegar el método, se conciben como vía para operar en el plano del conocimiento al buscar formas interactivas de actuar, que en el desarrollo deportivo exija atletas más preparadas, siendo imposible ignorar en el proceso sus necesidades, aspiraciones, problemas, motivaciones, valores, tolerancia a la frustración y concepto de sí misma para encausar en su personalidad, proyecciones deportivas personales y grupales. Éstas, analizadas, son participativas y metódicas, que al estructurarse facilitan a la judoca la posibilidad de su autovaloración, autorreflexión para que expresen conocimiento de sí, de sus estados emocionales, reflejando la relación de lo cognitivo y lo afectivo, materializado en el comportamiento de la atleta en el proceso; por tanto, se pueden trabajar en un primer momento que permite reflexionar desde lo grupal a lo individual, así como en un segundo momento desde lo individual a lo grupal, en un proceso interactivo.

Fig. 4: Relación preparación psicológica – técnicas – métodos.

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Se incluyen entonces, en los métodos, aquellas técnicas que permiten ir desarrollando la preparación psicológica, orientando la conducta de la atleta. Las técnicas para la reflexión están encaminadas a la transformación del proceso de enseñanza – aprendizaje del judo juvenil femenino donde cada atleta se analice, valore sobre sí y en relación con las otras, propiciando la autorreflexión al dar respuestas a interrogantes como: ¿Cómo soy en el deporte?, ¿Cómo me ven los demás en el judo?, ¿Cómo desarrollo mis cualidades morales – volitivas? Y ¿Con cuáles de éstas contribuyo al desarrollo del equipo?, ¿Qué aspiro en el judo?, ¿Qué aspiran las demás en el judo?, ¿Cómo proyecto mi futuro deportivo?, ¿Qué le falta a mi YO para lograr mi futuro deportivo?

Estas técnicas se tienen en cuenta en el proceso de enseñanza – aprendizaje que deben desarrollar el entrenador y el psicólogo, se proponen para contribuir al desarrollo de la autovaloración y favorecer el conocimiento y la educación en general de las atletas; por ser importantes para el desarrollo de la personalidad de la judoca y reconocerse a sí misma con las potencialidades para el deporte; esto ayudará a mejorar y ampliar sus relaciones interpersonales y a aumentar su rendimiento deportivo.

La preparación psicológica para el desarrollo de las atletas en el proceso de enseñanza – aprendizaje, tiene una relación dialéctica con los métodos que se establecen en ella y se manifiestan en dependencia de cómo el equipo de trabajo los promueva. Esta relación es dinamizada por las técnicas para la reflexión y autorreflexión, que en el sistema de técnicas contribuyen a la formación de la deportista.

En la práctica del judo femenino, la reflexión tal y como se propone para utilizar en los métodos del proceso en la relación atleta – equipo deportivo – entrenador y psicólogo, apunta al desarrollo de los procesos personológicos de las atletas al tomar conciencia de los procesos de la actividad por los cuales ellas se realizan.

El desarrollo de la reflexión garantiza una orientación activa – transformadora de la atleta hacia el conocimiento, convirtiéndola en sujeto del proceso de aprendizaje para el desarrollo de todas sus potencialidades, mientras que la pobreza de la reflexión conduce a una orientación pasiva – descriptiva de la atleta conformando su información solo para cumplir con una exigencia que les resulta externa, camino por el cual la enseñanza pierde todo su valor educativo, no teniendo ninguna significación para el desarrollo de la personalidad

La reflexión en la atleta debe estar en la dinámica del proceso que garantice la preparación psicológica para favorecer el desarrollo de la personalidad de ésta, a través del par dialéctico autorreflexión – autovaloración.

La reflexión individual y grupal se manifiesta en:

  • Reflexión de la atleta sobre sí.

  • Reflexión de la atleta sobre las demás y, de éstas sobre cada atleta.

  • Reflexión del entrenador y psicólogo sobre la atleta y el equipo.

La reflexión conjunta hacia el interior del proceso de enseñanza – aprendizaje, donde interactúa la valoración externa que recibe la judoca y la que establece sobre las demás; considera el desarrollo de la valoración y su autovaloración, dinamizada por la autorreflexión, en tanto éstas constituyen una síntesis de esa relación dialéctica esencial que propicia la concientización de la atleta y de sus potencialidades para la victoria.

Se considera el desarrollo de la reflexión a través de la valoración, por la relación de los autorreferentes: autorreflexión – autovaloración que favorecen la formación de las atletas, teniendo en cuenta:

  • Autovaloración de la atleta.

  • Valoración de la atleta por su equipo.

  • Valoración del entrenador y psicólogo a la atleta y al equipo.

Esta autovaloración puede estar en primer nivel desarrollador, por tener amplios conocimientos, segundo nivel por su conocimiento medio y tercer nivel por un pobre conocimiento.

En la atleta adolescente el nivel de autovaloración se manifiesta en el hecho de que la misma puede personalizar valores esenciales del deporte, ello implica mostrar su grado de compromiso, responsabilidad, nivel de crítica y autocrítica, de lo cual se desprende que su comportamiento tiene una expresión en la autorregulación que en ella tiene lugar y, que condicione su reflexión a través de la preparación psicológica del judo en la que participa, para su formación con la aplicación de métodos en diferentes espacios, que se originan en el proceso de entrenamiento a través de la dinámica de la preparación psicológica.

El nivel de autovaloración que caracteriza a la judoca, se concreta en las relaciones en la que se implica la atleta y que se establecen entre el equipo y, el entrenador y psicólogo.

Fig. 5: Dialéctica de las relaciones esenciales de la reflexión entre atleta, equipo deportivo y equipo de trabajo (entrenador – psicólogo).

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En el proceso de formación de las atletas adolescentes es necesario la reflexión por cuanto, los autorreferentes en el desarrollo de su personalidad aún no están completamente desarrollados. Se centra la atención en los autorreferentes: autorreflexión y autovaloración, que son esenciales como parte de los recursos personológicos, que expresan la unidad de lo cognitivo y lo afectivo en su actuación; esto permite analizar la relación entre autovaloración y autorreflexión que incluye el análisis de sus conductas, motivaciones, cualidades morales – volitivas, valores, expectativas, conocimiento de sí y del deporte, proyecciones y relaciones interpersonales.

Así, la judoca adolescente, para favorecer la autovaloración, precisa el desarrollo de la autorreflexión en la personalidad. La reflexión favorece la autovaloración y ésta permite un proceso autorreflexivo más objetivo, dinamizando esto, la valoración – reflexión, en la medida en que la atleta va reflexionando sobre sí, va conociéndose y autovalorándose lo que le permite ir determinando su actuación en relación con su valoración, lo que a su vez posibilita la reflexión individual y grupal, revelando el desarrollo de la autorreflexión de la personalidad.

La preparación psicológica para la formación de la judoca se manifiesta en las atletas partiendo de la relación dialéctica reflexión – autorreflexión, dinamizada por los métodos y la preparación psicológica en su relación dialéctica, constituyendo la reflexión un proceso por el cual se desarrolla la autorreflexión como expresión integral de la atleta en su comportamiento, de ahí que este modelo pedagógico, va dirigido al desarrollo de esta preparación, mediante el cual se pretende resolver la contradicción entre lo individual y lo grupal en la formación de la atleta.

Fig. 6: Reflexión individual y grupal dentro de la preparación psicológica

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Para la reflexión, desde el proceso de enseñanza – aprendizaje del judo, se debe tener en cuenta la relación entre los sujetos implicados y el establecimiento de la comunicación que apunte a los procesos personológicos de la atleta en el proceso. De ello se desprende que el comportamiento de la misma tiene una expresión, en la autorreflexión que en él tiene lugar y que condicione su reflexión individual y grupal dentro de la preparación psicológica en la que participa para su formación.

La formación de la judoca precisa de influencias educativas que respondan a sus necesidades concretas en el proceso de enseñanza – aprendizaje; a través de la personalización, conducta autorregulada expresada en los intereses, reflexiones, valores, posición activa y consciente.

Se ha significado que en la formación de la deportista debe estar presente la relación de la preparación física, técnico – táctica y la psicológica, donde ésta considere su concreción desde el proceso de enseñanza- aprendizaje personalizado, que implica la reflexión de la atleta, a través de un proceso interactivo que transforme su personalidad, mediante el desarrollo de su autorreflexión, autovaloración reflejado en sus expresiones ante la posibilidad del logro o no de las aspiraciones, lo que se manifiesta en determinadas expectativas.

Este análisis permite precisar que los métodos en la formación de las atletas deben favorecer la reflexión de éstas en relación con la tríada aspiraciones- expectativas- logros.

Se definen las aspiraciones como conjunto de metas y objetivos que los sujetos desean lograr, los cuales están en correspondencia con sus intereses y necesidades.

Al analizar los logros se precisan como las diferentes adquisiciones materiales o espirituales que los sujetos expresan y su sentir por lo obtenido.

Las expectativas se refieren a la apreciación subjetiva de la posibilidad de logros de las aspiraciones objetivas o metas trazadas estimadas en determinados periodos de tiempo.

Es importante que la atleta se vaya planteando las aspiraciones en correspondencia a los logros que van obteniendo y sobre esta base, las expectativas que se van trazando de su preparación, que como atleta responde a las posibilidades reales para alcanzar o casi alcanzar, poco alcanzar o no alcanzar sus aspiraciones.

En la atleta, sus posibilidades reales se clarifican como resultado de una adecuada valoración que recibe de las demás, tanto de su equipo como del entrenador y psicólogo.

Figura # 7: Relaciones del nivel de aspiraciones, expectativas y logros de las atletas.

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A partir de las relaciones que se establecen, la aspiración que desea alcanzar la atleta, se debe verificar en la valoración objetiva que hace en cuanto a sus potencialidades de rendimiento físico y psíquico, por ser un aspecto a tomar en cuenta para el proceso de su formación.

La atleta valora sus resultados obtenidos en el rendimiento cuando está o no en correspondencia al nivel de aspiraciones, para evitar un fracaso subjetivo o el nivel real de sus posibilidades para un fracaso objetivo. Es importante que éstas sepan cómo lograr las aspiraciones en función del logro por la relación entre lo que se aspira y lo que se quiere alcanzar; ante la posibilidad del logro de las aspiraciones planteadas en determinado período de tiempo se dan las expectativas en las judocas.

Los logros mediatizan la relación entre las aspiraciones y expectativas, donde se orientan los esfuerzos cognoscitivos y comportamentales que deben estar en la solución para el objetivo, al saber si lo modifica o lo evita.

Los logros se evidencian en el rendimiento y éste, desde el punto de vista psicológico en el entrenamiento propicia en el desarrollo de la conducta de la atleta una participación consciente, donde ésta, de manera crítica, valora sus expectativas, aspiraciones y logros para el éxito de su actividad.

La preparación psicológica de las atletas es resultado y reflejo de la valoración sobre lo logrado, lo que se aspira y lo que se espera alcanzar, en correspondencia o no con los elementos esenciales que se han jerarquizado por el sujeto. Esta preparación se va configurando como resultado del juicio valorativo que hace sobre la base de sus propios referentes cualitativos personales en relación con los condicionantes externos, este juicio puede por tanto reflejar como es el proceso de formación en sí, también cómo la atleta piensa acerca de eso y cómo se siente con respecto a esto, todo lo cual se sintetiza en un nivel determinado de preparación.

En tal sentido en la preparación se sintetiza la percepción y la vivencia de la atleta, en tanto ésta hace un reconocimiento cognitivo de sus recursos, que puede ser distorsionado o no; y esto le impregna cierto tono positivo o negativo a su valoración en la medida que lo percibido se corresponda o no con las aspiraciones, necesidades principales de las judocas.

De tal manera la preparación psicológica expresa una cierta relación entre lo que actualmente existe, es decir lo que se tiene, lo aspirado y lo esperado, y que a su vez se conecta con las necesidades jerarquizadas por las atletas. El proceso de moverse hacia las aspiraciones, es tan importante incluso como la fase final de un objetivo logrado, de tal manera que las expectativas cobran un lugar de significación en la preparación que va alcanzando el sujeto, de ahí la necesidad de utilizar el nivel de las expectativas y el de aspiraciones así como el control percibido, como referentes internos para explicar esta preparación.

Esta concepción modelada para la el desarrollo de la preparación psicológica en la formación del atleta desde el proceso enseñanza aprendizaje, con una generalidad que abarque el proceso de formación de cualquier disciplina deportiva, es aplicada en el judo juvenil femenino.

De manera que, el modelo pedagógico propuesto favorece la preparación psicológica al concretarse en una metodología que se analiza a continuación.

Metodología para el desarrollo de la preparación psicológica de la judoca juvenil en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

La metodología está dirigida a propiciar la preparación psicológica en el proceso de enseñanza – aprendizaje del judo con un enfoque personólogico, teniendo momentos proyectivos en cada fase para afrontar, esclarecer diferencias creadas y manifestadas en el sistema de acciones para la búsqueda de procesos dinámicos.

Esta metodología no puede verse separada del proceso de enseñanza – aprendizaje, no se añade al mismo, no se busca un nuevo espacio, "sino" que se integra en el proceso de enseñanza – aprendizaje con una visión integral en espacios para el papel activo de las atletas y del entrenador desde el propio proceso de enseñanza – aprendizaje por el triángulo psicológico – deportivo (atleta – equipo – entrenador y psicólogo).

Es por eso que la metodología es un proceso de participación activa guiado por el entrenador y psicólogo que en la práctica posibilitan la formación y desarrollo de la atleta y del equipo, en la medida que se hace consciente su desarrollo, ejemplo: los valores colectivismo, responsabilidad, disciplina, honestidad, etc., para tener lugar a formas cualitativamente diferentes entre sí por el tránsito hacia formas superiores de regulación del comportamiento de la atleta en el proceso de su formación.

En su construcción, al determinar los pasos a dar para su aplicación se consideró partir de premisas generales como:

  • La integración de la preparación de la atleta como un todo, dándole la importancia a todas las partes.

  • Concientización de todos los sujetos que están implicados en la preparación de la atleta por la importancia de la preparación psicológica.

  • La concepción de alcanzar la transparencia necesaria para las atletas bajo la guía de los entrenadores.

  • La preparación del entrenador.

  • La motivación deportiva.

  • Condiciones del proceso de enseñanza – aprendizaje.

Su proceso de construcción o determinación implica tener en cuenta el objetivo del deporte, objetivo general de la preparación psicológica así como el pronóstico de meta de la atleta y del equipo, por su papel en el judo a partir de las condiciones o factores externos e internos que inciden en la preparación e insertarse en las formas de control de sus resultados. Su base teórica metodológica es personalizada en la dinámica del proceso de enseñanza – aprendizaje para el desarrollo de la personalidad.

Objetivos.

General:

  • Promover una preparación psicológica integral desde el proceso de enseñanza – aprendizaje que sitúe a la atleta en condiciones óptimas para enfrentar el momento competitivo.

Particulares:

  • Desarrollar el autoconocimiento, la autorreflexión de la atleta con respecto a los recursos personológicos que se comprometen en la preparación psicológica para la competencia.

  • Propiciar relaciones favorables entre los entrenadores, psicólogo y atletas.

  • Favorecer estados psicosociales saludables.

  • Estimular estados motivacionales y afectivos positivos.

Sistema categorial – conceptual de la metodología

Entrenamiento: Proceso pedagógico sistemático que por medio de procedimientos adecuados desarrolla las capacidades físicas y psíquicas de la deportista, para obtener rendimientos superiores en la competición.

Partes: 1, 2
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