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Abuso sexual (página 2)


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¿Qué debes hacer?

Sin volverte obsesiva, debes fijarte muy bien quiénes y cómo son las personas que están a tu lado. Si notas que alguno de ellos trata de estar a solas contigo o te toca mucho, mejor aléjate y nunca estés sola con él.

Cualquier comportamiento sospechoso de una persona coméntalo con tu mamá, con tu papá o con la psicóloga de tu colegio. Nunca te quedes callada. Estrecha la confianza con tus padres, pues ellos por su experiencia pueden advertir los peligros y ayudarte a resolver problemas.

Ten claro que ningún papá ni padrastro puede tener acercamientos sexuales de ninguna clase contigo. Si los tienen, no es normal y pueden abusar de ti sexualmente.

En este último caso es muy común que algunas mamás se nieguen a creer tu testimonio, por obvias razones, pues se trata de su esposo. Por eso, si éste llega a ser tu caso, mejor consúltalo con un psicólogo o con una persona mayor que te pueda orientar.

No te dejes atemorizar por nadie, ni te dejes manosear. Tu cuerpo es sagrado y nadie tiene por qué tocarte, salvo que tú se lo permitas. Si alguien lo hace en contra de tu voluntad, denúncialo. El abuso sexual se castiga con cárcel.

La clave siempre es hablar, por más pena y miedo que se sienta. De lo contrario esa situación puede durar años, arruinarte la vida y sucederle a alguien más.

ABUSO SEXUAL DE HOMBRES Y NIÑOS

El abuso sexual es una realidad en muchos países y, sin embargo, continúa siendo un tabú. En las últimas dos décadas, el movimiento de mujeres ha contribuido enormemente a abrir la discusión del abuso sexual. Ese trabajo básico ha hecho posible que los hombres que, al igual que yo, han sufrido abuso sexual hablemos sobre nuestras experiencias y busquemos ayuda para superar el trauma del abuso.

Tanto las mujeres como los hombres son víctima de abuso sexual. En Australia, las estimaciones conservadoras indican que uno de cada 11 niños y una de cada cuatro niñas han sufrido algún tipo de abuso sexual antes de cumplir 18 años. Los hombres son los perpetradores de casi todos los casos de violencia sexual (97 por ciento), pero los hombres también constituyen una significativa proporción de todas las víctimas: 26 por ciento de menores de 18 años.

Investigaciones recientes realizadas en los Estados Unidos sugieren que hasta un 20 por ciento de los hombres sufrió abuso sexual en la niñez. Adicionalmente, debemos reconocer la incidencia de ataques sexuales contra hombres adultos. El ataque sexual se presenta en muchas formas, que incluyen abuso sexual infantil, violación, acoso sexual, incesto y cualquier otra forma de violación sexual de la cual la víctima nunca es culpable. La responsabilidad recae en el ofensor y en nuestra sociedad, una sociedad que permite y promueve la violencia sexual.

EL ABUSO PUEDE INCLUIR

penetración vaginal, oral y anal. – penetración digital

– caricias

– proposiciones verbales explícitas.

Millones de niños en todo el mundo sufren de abuso sexual. Pese a la gran incidencia de abusos sexuales a menores, no hay pruebas de que en la actualidad haya más casos que hace 40 o 50 años. La detección sí ha sufrido un aumento. Aún así sólo se conocen entre el 10 y el 20% de los casos reales. Hoy por hoy se estima que el 23% de las niñas y un 15% de los niños sufre abusos sexuales antes de los 17 años, en España. El abuso sexual a los niños puede ocurrir en la familia, a manos de un padre, un padrastro, hermano u otra persona; o fuera de la casa, por ejemplo, por un amigo, la persona que lo cuida, un vecino, un maestro, o un desconocido. Sin embargo, cuando el abuso sexual ha ocurrido, el niño desarrolla una variedad de pensamientos e ideas angustiantes. No hay niño preparado psicológicamente para hacer frente al estímulo sexual. Los niños de dos o tres años que aún no saben que la actividad sexual es "mala", desarrollarán problemas, fruto de su inhabilidad para hacer frente a la sobreestimulación. A mi modo de ver, el más dañino de los abusos es el abuso sexual. Las consecuencias en la vida adulta de la víctima son enormemente complejas y dolorosas, afectan a todas sus relaciones interpersonales. El abuso sexual se puede definir como contacto o interacción entre un niño y un adulto en donde el niño está siendo usado de alguna manera por el adulto para ser un placer sexual. Se expresa de muchas maneras, desde algo impersonal, como el exhibicionismo, hasta contacto físico sexual, que incluye manoseo de las partes privadas del niño, masturbación con el cuerpo del niño, contacto genital/oral, estímulo vaginal y anal y penetración. También hay abuso sexual que explota al niño por medio de la pornografía y la prostitución.

LA naturaleza de este tipo de abuso, que es llevado a cabo en secreto, bajo amenazas y, en la mayoría de los casos, por personas que el niño considera de confianza, produce una sensación de culpabilidad y temor en el niño que le impide contar a un adulto lo que ha pasado. Muchos piensan que nadie les va a creer, o que alguien los va a culpar a ellos.

Además, la mayoría no maneja un vocabulario adecuado como para explicar el abuso que se ha cometido. Algunos creen que es una expresión normal de amor, aun cuando se sienten muy incómodos con lo que está pasando. Otros creen las amenazas que el abusador les ha dicho:"Si tú cuentas esto, no te van a querer más", "Me mandarán a la Cárcel por tu culpa", "Te van a echar del colegio si lo cuentas", "les voy a contar a tus amigos lo que hiciste y no te van a querer más".

RESPONDIENDO AL ABUSO SEXUAL A LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES

Cuando un niño/niña le confía a un adulto que ha sufrido abusos sexuales, el adulto puede sentirse muy incómodo y puede no saber qué decir o hacer. Se deben seguir las siguientes sugerencias para responderles a los niños que dicen haber sido abusados sexualmente:

QUÉ DECIR

Si el niño de alguna manera indirecta indica que ha sufrido abuso sexual, aliéntelo a hablar libremente de lo que le pasó. No haga comentarios pasando juicio.

  1. Demuéstrele que usted lo comprende y que toma muy en serio lo que dice. Los siquiatras de niños y adolescentes han encontrado que los niños que tienen quien los escuche y comprenda reaccionan mejor que los que no lo tienen. La respuesta a la revelación de abuso sexual es crítica para la habilidad del niño para resolver y sanarse del trauma del abuso sexual.
  2. Asegúrele al niño que hizo bien en decirlo. Si el niño tiene una relación cercana con el que lo abusa, se sentirá culpable por revelar el secreto. El niño se sentirá aterrado si se le ha amenazado con hacerle daño a él o a su familia como castigo por divulgar el secreto.

Dígale al niño que él/ella no tiene la culpa por el abuso sexual. La mayoría de los niños tratando de hacer algún sentido del abuso piensan que ellos fueron la causa del abuso o se imaginan que es un castigo por cosas malas (reales o imaginarias) que hicieron.

  • Finalmente, ofrézcale protección al niño, y prométale que hará de inmediato todo lo necesario para que el abuso termine.

QUÉ HACER

Informe cualquier sospecha de abuso sexual. Si el abuso ocurre en la familia, repórteselo a la Agencia de Protección Infantil local. Si el abuso ocurre fuera de la familia, infórmeselo a la policía o a la oficina del fiscal de su distrito. Los individuos que informan de buena fe los abusos están inmunes de ser procesados judicialmente. La agencia que recibe el informe conducirá una investigación y tomará la acción necesaria para proteger al niño/niña. Los padres deben de consultar con su pediatra o médico de familia, quien podrá referirlos a un médico que se especialice en la evaluación y el tratamiento del abuso sexual. El médico que examine al niño podrá evaluar su condición y dar tratamiento a cualquier problema físico causado por el abuso; podrá también obtener evidencia que ayudará a proteger al niño y le asegurará que todo está bien. El niño/niña que ha sido abusado sexualmente deberá someterse a una evaluación siquiátrica, por un siquiatra de niños y adolescentes o por otro profesional de la salud mental calificada para determinar cómo le ha afectado el abuso sexual y así determinar si necesita ayuda profesional para superar el trauma del abuso. El siquiatra de niños y adolescentes también puede ayudar a otros miembros de la familia que puedan estar muy afectados por el abuso. Aunque la mayor parte de las acusaciones de abuso son verdaderas, puede haber acusaciones falsas en casos de disputas sobre la custodia infantil o en otras situaciones. En algunas ocasiones la corte puede pedirle a un siquiatra de niños y adolescentes que le ayude a determinar si el niño/niña está diciendo la verdad, o si le hará daño prestar testimonio en corte acerca del abuso.

Cuando el niño/niña tiene que testificar, se pueden tener consideraciones especiales (tales como el uso del vídeo para grabar el testimonio, pausas frecuentes, la exclusión de expectadores o la opción de no tener que mirar al acusado) las cuales hacen la que la experiencia cause menos estrés. Los adultos, dada su madurez y conocimiento, siempre son los culpables en los casos de abuso. Nunca se le debe de echar la culpa al niño que ha sido abusado. Cuando el niño hace una confidencia a alguien acerca del abuso sexual, es importante darle apoyo y cariño; éste es el primer paso para ayudar al niño a que restablezca su confianza en los adultos.

Violencia sexual

Son las acciones que obligan a una persona a mantener contacto sexual o a participar en otras interacciones sexuales mediante el uso de la fuerza, la intimidación, el chantaje, la amenaza o cualquier otro mecanismo que anule o limite la voluntad personal.

Las siguientes son formas de maltrato sexual:

Violación

Violación

Es la realización de cópula con una persona de cualquier sexo en contra de su voluntad y mediante la utilización de la fuerza física o moral.

Abuso sexual

Es la realización de actos sexuales o tocamientos sin que se llegue a la cópula en contra de la voluntad del otro.

Estupro

Acto de cópula con persona mayor de doce años y menores de dieciocho, obteniendo su consentimiento por medio de engaño.

  • Hostigamiento sexual

Es el asedio reiterado a personas de cualquier sexo, valiéndose de su posición jerárquica, derivada de sus relaciones laborales, docentes, domésticas o cualquier otra que implique subordinación.

Efectos y daños de la pornografía

Desde que nació la revista Playboy en los años 50, la sociedad en general poco a poco se ha vuelto más tolerante a la pornografía, pero no sin graves consecuencias. Los investigadores han mostrado que exponerse regularmente a la pornografía puede conducir a violaciones y al abuso sexual a los niños.

  • La pornografía es responsable de divulgarla mentira de que las mujeres están disponibles instantáneamente para satisfacer las exigencias sexuales de los hombres. En la mayoría de los casos, presenta a las mujeres como objetos sin inteligencia que sólo existen para cumplir los caprichos sexuales de todos los hombres. Además propaga una perspectiva degradante tanto de las mujeres como de los hombres porque los presenta como si no fueran otra cosa más que animales interesados en el sexo.

NOTICIAS

"Abuso sexual"

Los monstruos

Desalmado acabó con vida de menor hace cuatro meses y desde entonces permaneció escondido. Cae "Monstruo de la vía expresa" que raptó, violó y asesino a niña.

Esclarecen crimen. Luego de más de cuatro meses la Policía capturó ayer al "Monstruo de la vía expresa" quien el pasado 22 de mayo raptó, violó y asesinó a una niña de apenas cinco años de edad. El homicida cayó luego de que una sordomuda lo reconociera, informaron fuentes policiales.

"El Padre Martín"

La Segunda Fiscalía Provincial Penal de Lima, a cargo de la fiscal Ana María Romero Felipa, dispuso ampliar las investigaciones que se siguen contra el sacerdote Martín Sánchez por el presunto delito de abuso sexual. La magistrada solicitó también que se le practique al religioso un examen psicológico y siquiátrico para establecer su perfil psicológico y comportamiento sexual

 

 

"Sacerdote violador"

Con más de 130 denuncias de abuso sexual en su contra, Geoghan estaba en la cárcel por sólo un caso de violación.

 

La asesina de niños Myra Hindley.

La mujer más odiada del país (Reino Unido) y su amante abusaron sexualmente, torturaron y mataron a cinco menores a mediados de los años 60.

¿Saben qué?

Ninguna clase de noticia da solución a los abusos sexuales, sólo se dedican en meterlos presos y queda ahí nada mas.

  1. Pero ¿qué pasa después?
  2. Cómo quedan psicológicamente afectadas las victimas

INDICADORES

SÍNTOMAS EMOCIONALES

  • Gran timidez predominante.
  • Sentimiento de inseguridad.
  • Sensación de esconder algo u ocultación de sí mismos.
  • Constante culpabilidad, se sienten avergonzados de sí mismos.
  • Inhibición frente a miradas profundas, evitan mirar a los ojos.
  • Incomodidad al ser entrevistados, evaden dar respuestas profundas
  • frente a cuestionamientos de su vida familiar o personal.
  • Cautela al expresarse, evitan dar respuestas inmediatas.
  • Trastornos de identidad, falta de autoestima y problemas de
  • sociabilidad.
  • Anulación de la propia iniciativa.

SÍNTOMAS FÍSICOS

  • Enrojecimiento y /o dolor en los genitales.
  • Marcas extrañas en el cuerpo, moretones, mordeduras, etc.
  • Presencia de enuresis (incontinencia urinaria) o encopresis (defecarse).
  • Infecciones urinarias.
  • Trastornos del sueña, insomnio, pesadillas.

SÍNTOMAS CONDUCTUALES

  • Conducta sexual precoz.
  • Práctica de juegos sexuales precoces.
  • Mayor exposición a una nueva situación de abuso. Debido al desarrollo de
  • conductas sociales precoces y a la constante búsqueda de afirmación de
  • su persona, el niño abusado busca el contacto íntimo con otros.
  • Tendencias obsesivas: comprar y limpiar en exceso, abuso de sustancias.
  • Fuga del hogar.
  • Sentarse al filo de la silla y con los brazos cruzados, producto de la gran inseguridad que les aqueja.
  • Posición encorvada del cuerpo (hombros hacia delante), lo que reflejo su sentimiento de inseguridad y vergüenza.
  • En algunos casos, dificultad en la coordinación de sus movimientos.
  • Comportamientos extremos de acuerdo a sus rasgos de personalidad, que van de ser muy callados y reservados, con un comportamiento de extrema sumisión, hasta tener conductas hiperactivas, agresivas o inadaptadas.
  • Temor frente a figuras de autoridad o adultos cercanos.
  • • Vergüenza de su propio cuerpo, lo consideran sucio, feo, y poco atractivo, lo que los lleva a desarrollar conductas de seducción y/o promiscuidad para probarse a sí mismos que tienen valor para los demás y que son deseables.

FACTORES FAMILIARES

  • Marcado hacinamiento que no permite intimidad para la pareja (padres/padrastros).
  • Cambio frecuente de una de las figuras parentales.
  • Padres con historias de abuso o maltrato.
  • Padres muy negligentes en el cuidado de sus hijos.
  • Padres muy permisivos, el niño transcurre mucho tiempo en la calle o en
  • diversas casas del barrio ( con familiares o vecinos).
  • Presencia del alcoholismo, drogadicción y/o prostitución en uno o ambos
  • padres.
  • Situaciones de violencia intrafamiliar.

¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE LA VIOLENCIA SEXUAL?

La violencia sexual siempre tiene consecuencias negativas cuyas dimensiones, según las investigaciones realizadas, dependerán de varios factores. En general, se plantea que no se puede determinar la existencia de un cuadro o síndrome del niño o la niña ahusada, pues las consecuencias pueden ser muy diversas según la edad, el tipo y duración del abuso, el vínculo con el abusador, las propias características personales del niño o niña (temperamento, fortaleza de recursos internos y externos, alteraciones o dificultades anteriores a la situación de abuso).

Por ejemplo, se sabe que el daño puede ser mayor en los casos de violencia sexual intrafamiliar, como ocurre con el incesto, por el que alguien querido y admirado por el niño o la niña traiciona su confianza (como los casos de Karina y Claudia); o cuando el abuso es repetido durante un largo tiempo (como en los casos de Jorge y Carlos). El impacto emocional que produce sentir que la persona llamada a proteger cause daño, o que el abuso sea reiterado, puede ocasionar muy posiblemente -si no se brinda alguna ayuda consistente- consecuencias patológicas en la estructuración de la personalidad.

Un factor muy importante está constituido por las variables del contexto, que tienen que ver con la respuesta de soporte social y emocional que se brinde en estos casos (el manejo saludable o patológico de la familia, de los amigos, de las redes de soporte comunitarias, de los servicios especializados). La reacción del entorno puede empeorar o disminuir las consecuencias; por eso es tan importante el tratamiento que se da a estos casos.

Cuando el abuso se da en la infancia, existen consecuencias de corto plazo (que algunos prefieren llamar iniciales porque a veces pueden extenderse hasta por dos años) y que casi se identifican con los llamados "indicadores", como podrían ser, en el nivel físico, dolor y picazón en los genitales, infecciones, embarazo; en el nivel psicológico, baja autoestima, justificación del abuso y culpa, vergüenza, terror, miedo a ser dañado/a, rabia, hostilidad, depresión, sentimiento de traición; en el nivel de la conducta, bajo rendimiento escolar, regresión a comportamientos de niños menores, aislamiento social o agresividad contra los otros, mentiras y robo, comportamiento sexual precoz, intentos de fuga y comportamiento autodestructivo que puede llegar al suicidio.

También en el caso de las niñas y los niños, pueden darse problemas psicopatológicos más graves como transtornos del sueño o de la alimentación, o configurarse un cuadro de estrés postraumático. Es muy importante saber que muchas de las manifestaciones mencionadas también pueden expresar otro tipo de problemas, por lo que no se puede decir que la presencia de algunos de estos signos o síntomas implica necesariamente abuso sexual. Siempre es necesario explorar y confirmar los hechos sin alarmar a los niños y las niñas.

Pero también existen consecuencias de la violencia sexual a largo plazo, que aparecen más adelante y que van a influir en el desarrollo posterior de las personas: en la adolescencia y adultez. Por ejemplo, en el nivel emocional y de la autopercepción, se encuentra un autoconcepto negativo, culpa, miedos, fobias, aislamiento, depresión, ansiedad y tensión, todo ello como características que se instalan en el tipo de personalidad; en el nivel de las relaciones interpersonales, se observa dificultad para confiar y amar, temor al rechazo, ansiedad en situaciones de intimidad física, "revictimización" física o sexual (se involucran inconscientemente en situaciones donde son agredidos/as física o sexualmente, por ejemplo eligiendo parejas violentas, como el caso de Carlos), dificultades para establecer y mantener relaciones de pareja, disfunciones y transtornos sexuales (desde inhibición hasta promiscuidad sexual), tendencia a sexualizar las relaciones y a confundir necesidad de afecto con demanda sexual.

También pueden configurarse problemas psicopatológicos más graves: disociativos, personalidad múltiple, transtornos limítrofes de la personalidad, estrés postraumático cronificado, abuso de sustancias psicoactivas, etcétera.

Entre las principales consecuencias, el doctor Jorge Barudy resalta una especialmente relevante por la importancia que tiene en el circuito de la reproducción de la violencia sexual: "la pseudo-madurez y el bloqueo del proceso de crecimiento psico-social". Esto significa que a muchas personas que han sufrido violencia sexual en la infancia o adolescencia les resulta difícil continuar con un desarrollo saludable de su personalidad y quedan atrapadas en modos relacionales dependientes y sexualizados que repetirán posteriormente.

Más allá de todos los posibles efectos mencionados, existe un impacto más íntimo que tiene que ver con el sentimiento profundo de la propia identidad, el cual se manifiesta como una "dolorosa sensación de que algo intrínseco en ellos (as) estaba profunda e irreversiblemente dañado".

En la mayoría de los casos el abuso sexual provoca en las víctimas numerosas secuelas negativas a nivel físico, psicológico o comportamental.

Podemos distinguir consecuencias a corto y a largo plazo. ADIMA (1993) indica que, a largo plazo, los abusos determinan una presencia significativas de los trastornos dísociativos de la personalidad corno son alcoholismo, toxicomanías y conductas delictivas, aparte de graves problemas en el ajuste sexual.

Las consecuencias son diferentes si el abusador es un familiar, un extraño u otro niña (aunque se habla de abuso cuando el agresor es significativamente mayor que la víctima o cuando está en una posición de poder o control sobre ella), también es diferente si la relación sexual ha sido violenta o no. Los abusos en familia suelen ser más traumáticos, ya que para el niño suponen además sentimientos contradictorios en cuanto a la confianza, la protección, y el apego que esperamos y sentimos con relación a nuestros propios familiares.

Personalmente opino que no todos los niños manifiestan el mismo grado de afectación, para algunos, el abuso, puede significar un trauma y para otros las consecuencias pueden ser diferentes. En algunas ocasiones, puede suceder que el grado de sufrimiento no esté relacionado o en proporción con el suceso en el que el niño ha estado involucrado.

El trauma es el resultado de un acontecimiento al que la persona no encuentra significad o, y que experimenta como algo insuperable e insufrible. Finkelhor, y Brame (1985) definen la dinámica traumagénica como aquella que altera el desarrollo cognitivo y emocional de la víctima, distorsionando su autoconcepto, la vista del mundo y las habilidades afectivas. l trastorno de estrés postraumático se manifiesta en las personas después de un acontecimiento catastrófico e inhabitual. Ullmann y Werner (2000) exponen en su obra los .distintos tipos de traumas que pueden sufrir los niños por causas muy diferentes como pueden ser la separación de los padres, la muerte de estos, la vivencia de una guerra o el abuso sexual. Los síntomas más frecuentes del trauma son, vueltas al pasado y sueños con representación del suceso ocurrido, insomnio y depresión. Síntomas que suelen persistir durante mucho tiempo, arias, y a veces, durante toda la vida. Sobre el tratamiento del trauma, Malacrea (2000) hace una amplia disertación acerca de niños que han sido víctimas de abuso y expone su larga experiencia en este tipo de tratamiento.

Topper (19881 indica que Félix López, catedrático de Sexología de la Universidad de Salamanca en sus investigaciones, ha llegado a la conclusión de que no todas las víctimas necesitan terapia, pero todos necesitan ayuda. La víctima puede necesitar una terapia, el agresor la necesita siempre. Nuestro trabajo, repetimos, va dirigido a la víctima niño/a), aunque otras personas relacionadas con el abuso sufrido necesiten también algún tipo de tratamiento.

Arruabarrena (1996) y Cantón y Cortés (2000) expresan que las manifestaciones negativas de los menores suelen ser: confusión, tristeza, irritabilidad, ansiedad, miedo, impotencia, culpa y autorreproche, vergüenza, estigmatización, dificultad tanto en las relaciones de apego como déficit en las habilidades sociales, aislamiento social, desconfianza hacia todos, o a veces, hacia personas del sexo del agresor, baja auto-estima, impulsividad, trastornos del sueño o de la alimentación, miedo, problemas escolares, fugas del domicilio, depresión, labilidad, conductas autodestructivas y / o suicidas, etc. Según Arruabarrena (1996) los menores víctimas de abuso pueden convertirse en potenciales agresores; suelen manifestar además, conductos hipersexualizadas como la masturbación compulsivo, conductas seduc-tores, o un exceso de curiosidad por los temas sexuales.

Un estudio detallado y con abundante bibliografía sobre la síntornatología de las víctimas y la relación con el tipo de abuso, la edad y el género, lo encontramos en Cantón y Cortés (2000).

López (1995) indica que existen diferencias en cuanto a edad y género. Si las víctimas son suelen manifestar depresión y ansiedad. En el caso de los niñas puede ocurrir, que se anifiesten más agresivos o que se conviertan en abusadores de otros niños. Aunque, de Paúl (2000), Profesor Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco, en una conferencia pronunciada en la Universidad de Málaga, indicó que es frecuente decir que los abusadores han tenido en su infancia una historia de abuso sexual o al menos así lo relatan. Pero no es posible decir que haya una transmisión intergeneracional porque no cuadran las cifras, la mayoría del abuso se produce de varón a mujer y la mayoría de las mujeres no son abusadoras sexuales. Sí, se puede decir que puede pesar la historia de abuso sexual en cuanto a varones que han sido víctimas de abuso sexual por parte de otro varón, y que van a abusar sexualmente de otros varones, o también haber sido víctimas de abuso sexual por parte de un varón y abusar de mujeres.

Recientemente Finkelhor (2000), afirma que existe una mayoría de abusadores menores, un tercio del 90% masculinos; estos menores a los que nos referimos suelen imitar el abuso han sufrido. Es posible que tengan una historia de rechazo social y de estigmatízación sin que ellos mismos sepan el motivo o la causa inicial de estos problemas.

Martínez y de Paúl (19931 distinguen efectos que ocurren asociados a la edad del niño: Preescolar, infancia y Adolescencia. Según el tiempo: se distinguen síntomas que van a aparecer a corto y a largo plazo. Estos autores indican además, otras variables que afectan a la gravedad de las consecuencias, tales como la frecuencia y la duración.

Todos los datos anteriores respecto al tipo de abuso se obtienen durante la evaluación y son previos a la intervención terapéutica. En nuestro trabajo partimos de que esta evaluación ya ha sido realizada y además se han conseguido establecer lazos de empatía con el nido. Gallardo, Triones y Jiménez (1998) expresan que esta evaluación previa en la que el niño manifiesta sus problemas supone un desahogo no traumática que deja al niño relajado y e la atención recibida. Es cierto que la misma evaluación debe tener desde su inicio intención terapéutica.

¿Cómo puedo perdonar a alguien que abusó de mí sexualmente cuando todo lo que siento es odio y rabia?

Usted dio el difícil y vital paso de confrontar al que abusó de usted, pero lejos de proporcionarle una resolución, la reacción de esa persona dejó establecido claramente que sigue sin remordimientos ni arrepentimiento. No es de sorprender que usted se sienta molesto.

No necesita sentirse culpable de esos intensos sentimientos. Dios nos diseñó para sentir una fuerte respuesta emocional al mal. Su natural repugnancia al pecado del que la gente no se arrepiente no es mala en sí misma, ni tampoco debe considerarse contraria al perdón. El perdón nunca ignora el daño que alguien nos ha causado. Pero aunque no tiene que sentirse culpable por escandalizarse, es bueno que sea consciente de ello. El que conozca sus sentimientos hará posible que ellos mismos le instruyan, en vez de que le consuman.

Efesios : dice: "Airaos, pero no pequéis." La ira en sí misma no es mala. Lo que es malo es ser controlado por ella de tal manera que lleve al pecado. Nuestra ira puede estar parcialmente motivada por una rabia justa, pero a causa de nuestra naturaleza caída, un elemento de nuestra ira siempre es como la furia de una bestia peligrosa, arraigada en una lascivia de poder y venganza. Es por eso que aunque no podamos impedir que salgan nuestros sentimientos naturales, necesitamos hacernos cargo de cómo respondemos a ellos.

Se necesitó coraje para que usted introdujera el tema al que abusó de usted. Además, el hecho de que esté desilusionado con su respuesta implica que estaría listo para perdonarlo si él mostrara arrepentimiento. En este momento, la distancia emocional que existe entre usted y su abusador es mayormente consecuencia de la actitud y conducta de esa persona. Usted no puede acortar esa distancia solo.

Jesús nos dijo que amáramos a nuestros enemigos. Amar significa procurar lo mejor para la otra persona. A través de nuestra relación con Cristo podemos encontrar la fortaleza para procurar lo mejor para aquellos que nos han hecho daño. Pero procurar lo mejor para los demás incluye hacerlos responsables de su pecado (Mateo 18:15-17).

No hay nada de amor en proteger a una persona que hace mal de la fealdad de su pecado. Jesús no ayudaba a los malvados que procuraban ocultar sus obras. Aunque Él era la personificación del amor, calificó verazmente a la gente que resistía la verdad a consciencia de víboras (Mateo 12:34), ladrones (Mateo 21:13), sepulcros blanqueados (Mateo 23:27), mentirosos (Apocalipsis 3:9) y homicidas (Juan 8:44).

El asunto clave es la actitud del que abusó de usted. Jesús dijo claramente que el perdón y la reconciliación están vinculados al arrepentimiento (Lucas 17:1-4). Es sólo cuando un ofensor confiesa su pecado voluntario que podemos perdonarlo justamente por lo que ha hecho. Este hombre tendrá que arrepentirse sinceramentel para beneficiarse de la gracia de Dios (Levítico 26:40-42, Job 42:5–6; alto 32:5; Proverbios 28:13; Jonás 3-8-9; Lucas 15:21; 2 Corintios 7.9-10; 1 Juan 1:9). Aunque podemos orar por un ofensor y tomar medidas para buscar la restauración, la relación no se puede sanar hasta que él haya hecho lo correcto para aceptar la responsabilidad de su malas acciones pasadas.

¿De verdad es parte del amor confrontar tanto? Sí. A veces es el único curso de acción que demuestra amor. La confrontación puede ser el primer paso para probar que usted cree en el potencial de piedad de una persona. Es probable que el rey David no se hubiera arrepentido de su maldad al tomar la mujer de otro hombre y planear la muerte de su esposo si el valiente profeta Natán no le hubiera contado una parábola que representaba su pecado en toda su fealdad ni hubiera dicho: "Tú eres aquel hombre" (2 Samuel 12).

Este patrón refleja la manera en que el mismo Dios lidia con nuestro pecado. La Biblia declara que Dios puede perdonar todo pecado, incluyendo el más cruel e intencional. El mismo Dios pagó el precio de la reconciliación con todos los pecadores (Juan 3:16; romanos 3.24–25; Efesios 1:7; 1 Juan 4, 9). Pero aunque Dios proporcionó la base para el perdón, no impone el perdón a nadie contra su voluntad. También espera que los que nos han hecho daño hagan restitución cuando sea posible, o tomen las medidas necesarias para reducir al mínimo las probabilidades de perjudicar a otros (Isaías 1:16; Lucas 19:8-10; Juan 8:11; Hebreos 10,26).

Sus sentimientos de ira son un factor importante para impedirle ofrecer un perdón prematuro que permitiría al abusador restar importancia al mal e ignorarlo. Sin embargo, sus acciones no deben estar basadas en su ira, sino en una disposición a honrar y obedecer a Dios (Exódo 23:4; Proverbios 24:17; 25:21-22; Mateo 18:21-35; Efesios 4:32; Colosenses 3:13: 1 Tesalonicenses 5 :15)

Cada uno de nosotros comienza la vida odiando a Dios y al Hijo que El envió para redimirnos. En Cristo, Dios nos da el supremo ejemplo de perdón. Su ejemplo deja claramente establecido que no debemos estar alimentando odio ni deseando venganza. Más bien debemos estar dispuestos a perdonar cuando nuestro ofensor se arrepienta de verdad. Sin embargo, el perdón y la restauración no pueden tener lugar hasta que el abusador se muestre verdaderamente triste por lo que ha hecho.

¿Por qué es tan difícil confiar para las víctimas de abuso sexual?

La confianza es una lucha universal. Todos luchamos hasta cierto punto con la desconfianza en los demás a causa de experiencias dolorosas de traición. Cuando la fuente de esa traición es alguien cercano a nosotros, puede ser especialmente devastadora (Salmo 55:12-14). En ningún caso es esto más cierto que cuando un niño o adolescente es víctima de abuso sexual por parte de un familiar, un amigo cercano a la familia o alguna otra figura de autoridad en quien confiaba. La seducción y la explotación sexual por parte de personas en quienes uno confía crean el ambiente adecuado para que por el resto de la vida haya una batalla con la desconfianza.

Los perpetradores de abuso sexual a menudo abusan del anhelo que tiene la víctima de conexión y amor. Atraen a personas susceptibles a su trampa colmándolas de cariño personal y amabilidad. Una vez se ganan la confianza de la víctima, los abusadores buscan la oportunidad de aprovecharse de su confianza abusando de ellos sexualmente y luego desechándolos como si fueran un objeto sin valor.

Puesto que el anhelo de amor y conexión de una víctima es lo que prepara el escenario para la situación de abuso, se vuelven más sospechosos de cualquiera que despierte sus profundos anhelos de intimidad. Para ellos, puede tratarse de otra trampa. Mientras más se despierten esos profundos sentimientos (por muy buenas intenciones que tenga la otra persona), más temor tiene la víctima de caer en la trampa del abuso otra vez. Por consiguiente, una víctima de abuso lucha profundamente para confiar en alguien, sobre todo en aquellos que le expresan amabilidad y cariño.

Dedico este trabajo a la persona que me hace sentir la mujer más feliz del mundo, a mi futuro esposo, esto es para ti: Jhon Michel Gamarra Cano.

Agradezco a Dios porque hasta aquí Él me ha ayudado.

 

Carla Claros Flores

"-AÑO DEL DEBER CIUDADANO"

UPLA

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES

DOCENTE: ROSARIO ZARATE CARDENAS

Lima, 25 de Setiembre del 2007

Partes: 1, 2
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