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La formación profesional (página 2)

Enviado por lemes


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Considerando las SUM adscriptas a instituciones de otros organismos estatales, suman en total más de 2133 en todo el país.

En este modelo se identifican tres componentes principales que, en su integración, brindan una respuesta adecuada a la continuidad de estudios en estas carreras: 

      Un sistema de actividades presenciales.

      El estudio independiente.

      Un sistema de servicios de información científico-técnica y docente. 

El reglamento docente de las SUM es diferente y más flexible que el vigente para los jóvenes estudiantes de tiempo completo; así, por ejemplo, en el número de asignaturas matriculadas en cada semestre lectivo, sin determinación de tiempo límite para la culminación de los estudios, con establecimiento de horarios de consulta, facilidades de textos, etcétera.

Cuba aumentará a 83 mil 826 las plazas en los cursos regulares diurnos de la educación superior para el venidero período lectivo 2006-2007, lo cual permitirá ofrecer una matricula a todos los bachilleres graduados en el país.

Esa cifra, que representa más de 30 mil por encima de la oferta el pasado año, es muestra de la ocupación estatal por facilitar el acceso de todos los cubanos a los estudios superiores.

Para ese curso las carreras pedagógicas y de la salud ofrecerán la mayor cantidad de capacidades, dado el desarrollo del país en esas ramas y la necesidad de formar profesionales en las mismas.

Tales facilidades también incluyen el aumento de las plazas en las sedes universitarias municipales, lo cual forma parte de la Universalización de la Educación Superior, en particular en aquellas provincias donde es elevado el número de bachilleres.

Para la Enseñanza Técnico Profesional se mantiene la oferta de carreras en los diversos tipos de cursos (diurnos para trabajadores y en las sedes universitarias municipales), lo cual permitirá estudiar al mismo tiempo que se inicia o continúa la vida laboral.

Cuba se ha caracterizado por proponer, a partir de la unión entre la teoría y la práctica, modelos pedagógicos que constituyen realidades para su pueblo, mientras que para otros lamentablemente son sólo sueños por ahora inalcanzables.

La Universalización de la Educación Superior -que lleva la extensión de la Universidad y de sus procesos a toda la sociedad a través de su presencia en los territorios- permite alcanzar mayores niveles de equidad y de justicia social en la obtención de una elevada cultura integral de los ciudadanos.

Más que un método, simboliza la eterna confianza en los hombres y en que estos puedan alcanzar cada vez más peldaños superiores, por lo que se añade al conjunto de acciones sociales en cumplimiento de los programas de la Revolución.

Su objetivo es elevar la calidad de la educación, la atención a la niñez, los adolescentes y jóvenes, del trabajo social y desarrollar conocimientos integrales en el pueblo.

Con ese programa, iniciado en 2001, se trata de perfeccionar la obra realizada con ideas y conceptos pedagógicos enteramente nuevos.

El propósito es lograr un sistema educacional que se corresponda cada vez más con la igualdad, la justicia plena, la autoestima y las necesidades morales y sociales dentro de la sociedad que Cuba se ha propuesto crear.

Sobre esa base la masificación de los estudios universitarios está acuñada por el incremento cuantitativo de instituciones, carreras y matrículas, así como la ampliación de los espacios donde se ejercía la docencia tanto teórica como práctica.

Tal empeño tiene como fundamento el desarrollo social y tiende a resolver la emergencia de insuficiencias y males, en particular de sectores de la población más desprotegidos y necesitados de incrementar su cultura general y científica.

Este programa tiene como antecedente la formación masiva de trabajadores sociales, la modificación de regulaciones para el acceso a los estudios superiores, la forma de estudio en las carreras y el uso de la televisión nacional para la transmisión del programa Universidad para Todos.

Comprender el profundo contenido cultural, ideológico, sociológico y político del reto afrontado es percibir la necesidad de formar profesionales y, sobre todo, la formación de inteligencias que deberán dar continuidad al proyecto social cubano.

De ahí que desde hace algunos cursos se incrementa paulatinamente la matricula en las carreras de Humanidades y Ciencias Sociales, pues la realización en el empleo de grandes cantidades de graduados en el futuro solo podrá brindarla el sector de los servicios.

El reto que se impone con la reforma actual de la educación superior en Cuba es mucho más que un problema de formación masiva de profesionales, ya que se trata de alcanzar cultura científica, artística, literaria, humanista, con el fundamento de adquirir y generar conocimientos.

Así entre las más audaces transformaciones de este programa en los últimos años está la de convertir el estudio en una forma de empleo, principio bajo el cual más de 100 mil jóvenes entre 17 y 30 años desvinculados del estudio y el trabajo, hoy asisten a las aulas con una remuneración.

Por esos caminos de seguro la mayor isla del Caribe exhibirá una elevada cifra de graduados universitarios que se aproxima ya a los 800 mil.

Desde abril de 2002 en Cuba se ha estado llevando a cabo una reducción y reorganización radical de la industria azucarera. La forma en que se están efectuando estos cambios de gran envergadura es una viva ilustración de una revolución socialista al afrontar desafíos que se le presentan. Muestra lo que se hace posible conforme los trabajadores y agricultores les arrebatan el poder político y económico a los gobernantes capitalistas, reorganizan las prioridades sociales para responder a las necesidades del pueblo trabajador, y defienden sus conquistas con las armas en la mano.

"Hoy seguramente se convertirá en un día histórico", dijo el presidente cubano Fidel Castro ante más de 10 mil trabajadores y sus familias reunidos en la ciudad de Artemisa el 21 de octubre de 2002. "Por primera vez se pone en práctica el concepto del estudio como empleo, y seguramente uno de los más importantes empleos".

Unos 100 mil obreros azucareros cuyos empleos fueron eliminados siguen recibiendo sus salarios a medida que se convierten en estudiantes a tiempo completo o parcial y se capacitan para nuevos empleos.

Cuba tiene una población de 11 millones, y produce azúcar en todas las provincias menos una. Antes de abril de 2002, "había en esta industria unos 420 mil trabajadores y otro millón y medio estaban vinculados indirectamente", dijo Miguel Toledo, miembro del secretariado nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros (SNTA). "Así que la reestructuración ha afectado a todo el país".

El azúcar ha sido la columna vertebral de la economía cubana durante mucho tiempo, explicó Ross. Pero la mayoría de los ingenios cubanos son obsoletos, y sus costos de producción son altos comparados con los de otros países exportadores de azúcar. Al inicio de la década de 1990 -cuando la Unión Soviética y países de Europa oriental dejaron de cumplir convenios a largo plazo de compra de azúcar- Cuba enfrentó súbitamente la realidad de tener que vender su azúcar a precios del mercado mundial. Dichos precios, además, se redujeron por la mitad en el transcurso de esa década. Al mismo tiempo, Washington siguió escalando su guerra económica contra ese país. Estos y otros factores llevaron al gobierno revolucionario a lanzar una importante reestructuración económica y plantear la necesidad de diversificar más la agricultura y la industria cubanas.

El gobierno cubano, colaborando estrechamente con los sindicatos y otras organizaciones de masas, ha estado aplicando un plan para cerrar 70 de los 155 centrales azucareros, reducir en más del 25% el número de trabajadores dedicados a la producción azucarera, recuperar para otros usos agropecuarios cerca de dos tercios de la tierra antes asignada al cultivo de la caña, y ampliar el sistema educativo nacional para incorporar a decenas de miles de obreros del azúcar que ahora continúan sus estudios a todos los niveles.

El objetivo de esta transformación es la concentración de los recursos en los centrales más eficientes y en las tierras más aptas para el cultivo de la caña, a fin de reducir el costo medio de producción del azúcar: de unos 20 centavos por libra a 4 centavos, o sea, por debajo del precio medio a largo plazo en el mercado mundial. La meta es producir un promedio anual de 4 millones de toneladas de azúcar crudo, para satisfacer las necesidades del consumo interno y cumplir los contratos internacionales.

Al hacer esta reestructuración, que implica una importante reducción en el número de trabajadores en la producción azucarera, Cuba partió de dos principios: Primero, que ningún trabajador quedará desamparado, y segundo, que los trabajadores y las comunidades afectadas por la reestructuración quedarán en mejores condiciones a través de este proceso, y entenderán que se han beneficiado de éste.

En su discurso de octubre de 2002 en Artemisa, provincia de La Habana, para lanzar los Cursos de Superación para Trabajadores Azucareros, Fidel Castro informó que 84 mil trabajadores azucareros ya habían aprovechado la oportunidad de retornar a la escuela, de los cuales 33 mil estudiaban a tiempo completo y los demás a tiempo parcial. Los cursos están abiertos tanto para los obreros cuyos trabajos han sido eliminados como para quienes aún trabajan. En cuestión de meses, unas 122 mil personas se habían inscrito para ampliar su educación.

Dependiendo de su edad y nivel de escolaridad alcanzado, cada trabajador-estudiante se inscribe en uno de seis cursos distintos: clases hasta el sexto grado, del séptimo al noveno grados, del décimo al duodécimo, clases preuniversitarias, cursos técnicos y programas técnicos de postgrado.

A los que ahora completan cursos preuniversitarios y desean continuar, se les garantiza el ingreso a una de las nuevas universidades que se están estableciendo en cada municipalidad del país. O pueden ir a una universidad más lejos.

Lo realmente nuevo que podemos anunciar aquí, dijo Fidel Castro en el encuentro de Artemisa, "es que cada central azucarero se convierte en una sede universitaria. . . Eso sí que es una cosa extraña en el mundo, ¿verdad?, cualquier pueblo que tenga una secundaria básica o un tecnológico".

Nuestra meta, dijo Fidel, "que podía parecer un sueño, es ser el país más culto del mundo, con el sentido amplio de la palabra . . . un país poseedor de una cultura general integral, que comprende no sólo los conocimientos profesionales, sino los conocimientos relacionados con las ciencias, las letras y las humanidades".

El programa de estudio como empleo para los trabajadores azucareros se ha convertido en parte del esfuerzo más amplio del gobierno revolucionario para fortalecer la trayectoria proletaria de la revolución, la composición de clase de las universidades ampliando el acceso a la educación y la cultura para toda la población. Esto es un aspecto de lo que se conoce en Cuba como la Batalla de Ideas.

La Batalla de Ideas se inició en el año 2000, organizada y dirigida por la Unión de Jóvenes Comunistas, como contraofensiva política a la ofensiva ideológica imperialista y los valores pro capitalistas que fomenta, los cuales se refuerzan tras el derrumbe del campo socialista y la llegada del Período Especial.

La Batalla de Ideas comprende decenas de programas educativos y de empleos, y su esencia es la oportunidad que se ofrece de realizar estudios universitarios y de un futuro productivo a decenas de miles de jóvenes que habían abandonado la escuela y no tenían perspectivas de empleo.

"Se crea una fuente de empleo de todo tipo para los jóvenes. . . que no tenían perspectiva", explicó Fidel en el encuentro con los azucareros en Artemisa. "Todos estos planes, que se hacen con decenas de miles de jóvenes, significan empleo a edades relativamente tempranas, conocimientos, dignidad, autoestima y la posibilidad de ir incrementando sus perspectivas futuras".

Se han iniciado cursos emergentes para formar maestros de primaria e instructores de arte, así como cuatro escuelas para formar a miles de jóvenes trabajadores sociales. Se les ha abierto el acceso a la universidad.

El número de estudiantes por aula, desde la enseñanza primaria hasta los niveles superiores, se ha reducido casi a la mitad: de un promedio de 37 por aula en las escuelas primarias de La Habana un par de años atrás, a menos de 20 en la actualidad.

La Universidad para Todos, un programa de televisión diario transmitido a nivel nacional, ofrece cursos para personas de todas las edades y profesiones, en respuesta a una amplia gama de intereses, desde idiomas hasta historia y música.

Se han instalado televisores y videocaseteras en prácticamente todas las aulas, inclusive en las zonas rurales más remotas -algunas con apenas uno o dos alumnos- equipándolas con paneles solares para suplir la electricidad. Se han establecido centros de computación en cada municipalidad, y se están introduciendo computadoras a más y más escuelas.

También está en marcha un esfuerzo editorial para hacer accesible ediciones económicas de lo mejor de la literatura mundial y cubana. Bajo la bandera de la muy repetida consigna "La revolución no te dice 'Cree'. La revolución te dice '¡Lee!'" la feria internacional del libro, antes limitada a La Habana, se ha extendido a ciudades por toda la isla.

"La Batalla de Ideas ha permitido el avance que llamamos estudio como empleo, que es el elemento fundamental de las oportunidades que tienen los trabajadores cuyos empleos son eliminados por la reestructuración de la industria azucarera", explicó Tirso Sáenz, presidente de la Asociación Nacional de Técnicos Azucareros. Sin la Batalla de Ideas, apuntó, "no podríamos haber empezado las reducciones y la reestructuración que tanto hacía falta".

En un discurso pronunciado en febrero de 2003 ante una conferencia internacional de maestros, Fidel Castro dijo, "Como la educación es el instrumento por excelencia en la búsqueda de la igualdad, el bienestar y la justicia social, se puede comprender mejor por qué califico de revolución profunda lo que hoy, en busca de objetivos más altos, tiene lugar con la educación en Cuba".

"La propia vida material futura de nuestro pueblo tendrá como base los conocimientos y la cultura", dijo el dirigente cubano. "Nuestro país, en medio de una colosal crisis económica mundial, avanza en distintos frentes. . . Tal vez la más audaz decisión adoptada en fecha reciente ha sido la de convertir el estudio en una forma de empleo, principio bajo el cual se han podido dejar de utilizar 70 fábricas azucareras, las menos eficientes, cuyos costos en divisas convertibles superaban los ingresos que producían".

"Algunos proclamaron que era el fin de las ideas del socialismo", dijo Fidel en el encuentro con los trabajadores en Artemisa. Sin embargo, aquí encontrarán un país "haciendo cosas que ni en sueño puede ocurrírseles a los países que viven bajo el sistema capitalista".

Bibliografía

- CEPAL. (2003) "Cuba: Evolución Económica durante el 2002 y Perspectivas para 2003".

- CEPAL. (1997): "La economía cubana, reformas estructurales y desempeño en los noventa", Fondo de Cultura Económica, México.

– Figueroa Albelo, V. (2000): Ensayos sobre la construcción socialista en la experiencia de Cuba. //Capital Big. Facultad Ciencias Empresariales. UCLV.

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www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/vfa-trans.pdf

www.perspectivamundial.com/2004/2803/280305.shtml

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www.uh.cu/facultades/economia/Contenido/reflexionespoliticaeconomica/ponenciascentrales/III6jmarcof.doc

www.uom.edu.mx/trabajadores/18cuba.htm 

www.victoria.co.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=1022 

www.xoc.uam.mx/~cuaree/no40/cuatro/estudio.html

 

 

 

Autor:

Ariel Lemes Batista

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