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El Nietzsche de Heidegger (página 2)


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§3 La definición aristotélica como base del modelo heideggeriano de la "metafísica"

En los textos sobre Nietzsche Heidegger da varias definiciones de lo que él comprende como metafísica, pero entre todas ellas hay una realmente tradicional la cual ya había supuesto como básica para las ideas de su obra magna, El ser y el tiempo. En el libro titulado Nietzsche podemos leer lo siguiente: "La esencia de la voluntad de poder puede ser investigada y pensada (…) solamente con vistas al ente en tanto tal, es decir, metafísicamente." (NII 264) Lo que importa aquí es la segunda parte de la cita, es decir la concepción de que lo "metafísico", la "metafísica", se refiere "al ente en tanto tal". Obviamente se trata de la famosa definición aristotélica al inicio del libro cuarto de la Metafísica. En El ser y el tiempo Heidegger se refiere explícitamente a este pasaje diciéndonos: "La filosofía misma es definida (…) como una pπιστxµη, θεωρε› τ΅ ¤ν ¥ν, como ciencia que considera al ente como ente, es decir, con vistas a su ser." (SZ 213) Esta es, por supuesto, la idea clásica de Aristóteles, la metafísica como ciencia que no considera ningún grupo o clase especial de entes sino el ente meramente en cuanto que es, es decir, "el ente en tanto tal".

El hecho de que Heidegger está aplicando precisamente esta idea en el pasaje que ahora nos ocupa del libro Nietzsche se puede comprobar inmediatamente, pues Heidegger continua como sigue: "La verdad de este proyectar el ente sobre el ser en el sentido de la voluntad de poder tiene carácter metafísico. Ella [la voluntad de poder] no admite ninguna fundamentación que se remita a la especie y estructura de un ente específico (…)" (NII 264), es decir, que se remita a alguna región o clase especial de entes; se trata en verdad, insiste Heidegger a continuación, del "ente en tanto tal" (NII 264, c. a.). "Metafísico" es, pues, para Heidegger de acuerdo con Aristóteles, cualquier punto de vista, cualquier investigación o modo de pensar que se remita al "ente como ente" o "ente en tanto tal", dicho de todavía de otra manera: que se refiera al ente en tanto que es o al ser del ente, a su entidad (Seiendheit).

Heidegger utiliza la definición aristotélica de la metafísica para emparentar a Platón y a Nietzsche como metafísicos. En efecto, veamos pasajes heideggerianos que aplican tal definición. Por ejemplo: "Platón, con quien principia el pensamiento de la metafísica, conceptúa el ente en tanto tal, es decir, el ser del ente, como idea." (NII 272). Compárese con el siguiente pasaje en el cual Heidegger se refiere ya no a la "idea" platónica sino al término nietzscheano "voluntad de poder". Heidegger dice: "La voluntad de poder es el carácter fundamental del ente en tanto tal." (NII 264) O bien: "(…) el ente en tanto tal es voluntad de poder (…)" (NII 286). Con todo, Heidegger aplica una idea adicional para definir la metafísica, idea adicional que explicita su interpretación de la concepción aristotélica de la metafísica.

§4 Hacia la explicación del modelo heideggeriano de metafísica: "el ser" como ente

Heidegger va a enfatizar ahora no el "ente en tanto tal", es decir, el "ser del ente", sino el "ser mismo" (NII 335). A partir de tal énfasis Heidegger va a tener una versión propia de la metafísica, la cual es tributaria de la aristotélica y, sin embargo le permite colocar a Platón, al mismo Aristóteles y a Nietzsche en una historia supuestamente unitaria de la metafísica. Esto es lo que tenemos que ver a partir de aquí.

"Metafísico" es, según Heidegger aquel pensamiento que se mantiene en el nivel del "ser del ente" sin pasar a "el ser mismo". Lo cual, como es bien sabido, es a los ojos de Heidegger una deficiencia. Tal deficiencia constitutiva de la metafísica sería, de acuerdo a Heidegger, común a Platón y a Nietzsche. Así Heidegger nos dice: "Empero, tampoco en el pensamiento de Nietzsche puede despertar la pregunta por el ser mismo porque él ya tiene la respuesta a la pregunta por el ser (en el único sentido conocido, a saber, en el sentido del ser del ente). »Ser« es un valor. »Ser« significa: el ente en tanto tal (…)" (NII 335). La idea heideggeriana clave en la última oración no es otra que decir que para Nietzsche el ser es (comprendido como) un ente. Y esto lo había prohibido Heidegger ya desde el inicio de El ser y el tiempo: "El ser del ente no »es« él mismo un ente. El primer paso filosófico en la comprensión del problema del ser radica en no µ·θ ν τινα διηγε™σθαι, en »no contar cuentos«, es decir, en no determinar el ente como ente (…) reconduciéndolo [durch Zurückführung] a otro ente, como si el ser tuviese el carácter de un posible ente." (SZ 6)6

La idea de Heidegger básica y crítica respecto de Nietzsche es muy simple: no se trata de entender al ser como un ente, así sea como un "valor", ya que también el "valor" es un ente, una versión del ente. Y aquí da lo mismo que se hable de "valor" o de la "voluntad de poder", según vimos arriba y según lo podemos comprobar ahora nuevamente: "(…) el ente es el ente como la voluntad de poder (…)" (NII 337, c. a.). El ente "es", da lo mismo, "valor" o "voluntad de poder". En otros términos "el ser del ente" queda determinado "como valor" o "como voluntad de poder", pero ellos mismos no son ambos otra cosa que un "ente".

Por supuesto, esto presupone a lo más una ligera variante del concepto heideggeriano amplio de "ente", tal como lo encontramos explícitamente al principio de El ser y el tiempo, a saber, ente como correlato de un comportamiento. Heidegger dice, en efecto: "(…) »ente« llamamos muchas cosas y en diferente sentido. Ente es todo aquello de lo cual hablamos, lo que pretendemos, aquello respecto de lo cual nos comportamos de una u otra manera (…)" (6s.). Obviamente, el valor es tal ya por el mero hecho de ser correlato de la voluntad. Además: "La voluntad es voluntad de sí misma [Der Wille will sich selbst]."7 Es decir, la voluntad se tiene a sí misma como correlato – es decir, se comporta respecto de sí misma – es, pues, un ente.

Dado que el "valor" y la "voluntad de poder" son entes, determinar "el ser del ente" como "valor" o como "voluntad de poder", no es, de acuerdo a este modelo, más que un caso del "contar cuentos" del que habla Heidegger El ser y el tiempo, ya que se estaría "reconduciendo" el "ente como ente" a "otro ente", en este caso al "valor", a la "voluntad de poder". Esta idea tenemos que discutirla con mayor cuidado. Para ello veamos primero algunos pasajes del libro Nietzsche.

5 Los añadidos entre corchetes dentro de una cita son nuestros en todos los casos.

6 Cf.: Hemos traducido zurückführen literalmente de acuerdo al término latino reducere: conducir de vuelta a,

reconducir, regresar algo a algo. Para efectos de posible control reproducimos el texto original: "Der erste philosophische Schritt im Verständnis des Seinsproblems besteht darin, nicht »µ·θ ν τινα διηγε™σθαι«, d.

h. Seiendes als Seiendes nicht durch Rückführung auf ein anderes Seiendes (…) zu bestimmen, gleich als hätte Sein den Charakter eines möglichen Seienden." (6) Sobre la importancia de las ideas contenidas en este pasaje para el conjunto del pensamiento heideggeriano véase nuestro libro IV, parte 1, cap. 2, parte 2, cap. 4, y también nuestro trabajo MP.

§5 El "explicar" el ser mediante el ente

En el contexto del reproche según el cual Nietzsche no se ocupa de "el ser mismo", Heidegger dice: "La exclusión de la ausencia del ser en tanto tal aparece bajo la figura de la explicación del ser como valor." (NII 361). O en otra fórmula similar: "El ser queda determinado como valor y, con ello como una condición puesta del »ente« en tanto tal explicada desde el ente." (NII 338). Con esto tenemos lo que por ahora es la idea básica: "explicar el ser como valor" vendría, según las citas y según el concepto heideggeriano amplio de ente, a ser lo mismo que "explicarlo desde el ente". El "valor" es, pues, de acuerdo a Heidegger una versión del ente, a saber, la versión nietzscheana del ente. Por el contrario, lo que según Heidegger debería buscarse – de hecho el procedimiento no metafísico -, sería "moverse en la región del ser mismo, región que ya no explicaríamos desde otra parte (…)" (NII 364), a saber, "desde el ente" – por el contrario: "De acuerdo a su esencia más propia, el ser debe ser determinado partiendo de él mismo, desde él mismo." (NII 216) -.

Con ello estamos confrontados con una variación específica – ente como valor – de una idea que Heidegger ya había aplicado por lo menos desde El ser y el tiempo: "(…) el ser no puede explicarse por medio de ningún ente. (…) Si el título de idealismo quiere decir el hecho de que (…) el ser no es explicable jamás por ningún ente sino que (el) ser es en cada caso ya para todo ente lo »transcendental«, entonces en el idealismo está la única y justa posibilidad de desarrollar

los problemas filosóficos." (SZ 207s.)8 De acuerdo a esta idea tampoco sería admisible "explicar" el ser por el "valor" o "como valor". La "explicación" del ser como valor remitiría, pues, al ente y, con ello, no se "movería" en "la región del ser mismo", determinaría al ser "desde otra parte" pero no "desde él mismo". Lo importante ahora es que tal explicación sería, según Heidegger, lo propio de la metafísica. Para confirmar esto podemos recurrir a otro aspecto del modelo específicamente heideggeriano de la "metafísica".

7 Hw 230. Véase también: "(…) el querer es quererse a sí mismo (…) [das Wollen ist sich-selbst-Wollen]" (NII 65).

8 Acerca de esta concepción y su carácter filosófico transcendental, véanse nuestros dos trabajos ya indicados arriba.

§6 El "regreso al ente"

Heidegger tiene una paráfrasis importante de su idea de la "explicación del ser mediante el ente", a saber, la del "regreso" al "ente" o del "fundamentar el ser en el ente". Veamos primero como aparece esto en el libro Nietzsche y su relación con la "metafísica", según Heidegger. Heidegger nos dice: "La metafísica reconoce ciertamente: [el] ente no es sin el ser. Pero apenas dicho esto, coloca el ser nuevamente en un ente, ya sea éste el ente más alto en el sentido de la causa primera, ya sea el ente sobresaliente en el sentido de sujeto (…)" (NII 347), a lo cual Heidegger lo llama el "fundamentar el (…) ser en lo que más es de aquello que es [es decir, del ente] (…)".9

Por supuesto, lo de "colocar nuevamente" al ser en el ente, o recolocarlo ahí, no es otra cosa que la idea del "regreso al ente". Heidegger dice: "En la medida en la que [la metafísica] piensa el ente en tanto tal, roza con el pensamiento el ser, pero sólo para ya con ello saltárselo a favor del ente, al cual regresa (…)" (NII 351). O bien: "Gracias a (…) su esencia la metafísica piensa el ente (…) pero sólo (…) para regresar a él." (NII 350).

Es importante señalar aquí todavía que la idea del "regreso" también aparece en El ser y el tiempo explícitamente, aunque se trate de otra aplicación especifica, a saber, al "ser ahí". Heidegger dice: "Interpretación ontológica del ser-ahí no significa regreso óntico ontisches Zurückgehen a otro ente." (SZ 209s.)

§7 La prohibición de la reconducción al ente

Lo cierto es que, gracias al formalismo de su pensamiento, Heidegger es muy prolífico en la producción de paráfrasis para cualquiera de sus modelos10, de tal manera que la "explicación por medio del ente", la "recolocación en el ente", el "regreso al ente", tienen todavía por lo menos la versión muy importante que ya citamos del inicio de El ser y el tiempo. Dada la importancia del asunto, citaremos nuevamente: "El ser del ente no »es« él mismo un ente. El primer paso filosófico en la comprensión del problema del ser radica en no µ·θ ν τινα διηγε™σθαι, en »no contar cuentos«, es decir, en no determinar el ente como ente (…) reconduciéndolo [durch Zurückführung] a otro

ente, como si el ser tuviese el carácter de un posible ente." (6)

Esta versión es especialmente importante, tanto para clarificar la acusación que Heidegger le hace a Nietzsche de ser un metafísico, como para entender el significado del énfasis heideggeriano en "el ser mismo". Veamos una versión de la acusación o, si se quiere, crítica a Nietzsche: "Nietzsche", nos dice Heidegger, "reconoce el ente en tanto tal." (NII 337) Esto colocaría a Nietzsche ya en la definición aristotélica compartida con Heidegger de lo que es lo "metafísico".

Directamente a continuación encontramos la reformulación de lo metafísico en términos heideggerianos del énfasis en "el ser" aplicada a Nietzsche a través de una pregunta retórica: "Sin embargo, ¿reconoce él ya en tal reconocimiento también el ser del ente y, ciertamente, Él mismo [Es selbst], el ser, a saber, en tanto el ser?" (NII 337, c. a.) Viniendo de Heidegger el espíritu de la respuesta es completamente obvio, pues enseguida nos dice lapidariamente: "De ninguna manera." (NII 337s.)11 Y la explicación es lo ya citado arriba: "El ser queda determinado como valor y, con ello como una condición puesta del »ente« en tanto tal explicada desde el ente." (NII 338). Llegados a este punto necesitamos una aclaración cuidadosa.

La metafísica en la definición propiamente aristotélica refiere al "ente como ente", al "ente en tanto tal"; pero tal referencia implica, en la interpretación heideggeriana de dicha definición, según lo vimos en la repetida cita del principio de El ser y el tiempo, que el "ente como ente" no debe ser "reconducido a otro ente". La idea aquí es que en caso de tal reconducción, lo que el ente es, o en términos heideggerianos, la "entidad del ente", el "ser del ente" queda "explicado mediante el ente". Es decir, la pregunta por "el ente en tanto ente" es ya lo característico o definitorio de la metafísica en la versión aristotélica tradicional; y Heidegger interpreta esto diciendo que si tal pregunta se responde mediante "el regreso al ente" o, equivalentemente, por la "reconducción a otro ente", entonces, en este caso, realmente no se ha llegado a "la región del ser mismo". Entonces "el ser mismo" ha sido llevado de "regreso al ente", "recolocado en el ente". Sin embargo, esta interpretación heideggeriana de la definición aristotélica de la metafísica remite nuevamente a Aristóteles, según veremos a continuación.

9 Véase: "Diese Begründung des (…) Seins im Seiendsten des Seienden (…)" (NII 347).

10 Cosa, dicho sea de paso, que a aquellos interpretes que se apegan a la mera letra, sin ver la estructura – el modelo – detrás de ella, les dificulta reconocer la continuidad básica en todo el pensamiento de Heidegger y encuentran supuestos cambios y "regresos" (Kehre) a cada paso.

§8 La crítica platónico aristotélica a los "viejos" filósofos

En realidad, lo que hasta ahora ha aparecido como el énfasis en "el ser mismo" no es en principio nada más que una paráfrasis heideggeriana de cierta idea común a Platón y Aristóteles mediante la que es posible explicitar la propia definición aristotélica de la metafísica.

Recurramos a la cita de El ser y el tiempo en la que se prohíbe el "contar cuentos". La esencia del pasaje radica en prohibir la "reconducción a otro ente", de hecho Heidegger iguala dicha "reconducción" al mero "contar cuentos". Con esto estamos confrontados con una concepción heideggeriana plenamente desarrollada, más aún, se debe distinguir entre la forma ocasional en la que la introduce y, por el otro lado, su núcleo. Lo ocasional es la referencia al "no contar cuentos" en El sofista de Platón (242 c, como lo indica el propio Heidegger). Ahora bien, a partir de 1994, año en el que se publicó el volumen 19 de las obras completas de Heidegger, sabemos que la expresión en cuestión se refiere a la crítica que Platón hace en El sofista a los filósofos presocráticos que trataban de explicar qué es lo que son las cosas "reconduciéndolas" a, por ejemplo, "principios", tales como lo "húmedo"o lo "seco", lo "frío" o lo "caliente", etc., es decir, "reconduciéndolas" a otras cosas. En la lección acerca del diálogo El sofista de Platón Heidegger interpreta el pasaje 242 c de El sofista acerca de "no contar cuentos" diciendo: "(…) esto significa que en la medida en la que los antiguos hablaban del ser, simplemente hablaban del ente (…), no pudieron lograr ninguna comprensión del ser del ente", de hecho, "(…) tomaban cierto ente al cual le asignaban alguna importancia especial y explicaban el ente partiendo del ente. Ese es el significado [de la expresión]: »contaban cuentos«, es decir, se movían en la dimensión del ente y no arribaron a la dimensión del ser." (B19 441) Es decir, los filósofos antiguos pensaban que "[e]l ente se compone de varios entes o de [sólo] un ente; por tanto, (…) no llegaron a la pregunta del ser." (B19 444) Entonces, de acuerdo a la interpretación de Heidegger del pasaje 242 c del El sofista, tomar uno o varios entes especiales y tratar de "explicar" otros entes a través de aquellos, no es otra cosa que "contar cuentos", y tal es el sentido de la prohibición heideggeriana de reconducir el ente como ente a otro ente, y recuérdese: la expresión "ente como ente" implica, según Heidegger, el "ser del ente".

Lo importante ahora es la relación entre el no "contar cuentos" platónico y la interpretación heideggeriana del "ente como ente" en la definición aristotélica de la metafísica. A fin de mostrar de una manera precisa la forma en la que Heidegger piensa esta problemática, recurriremos nuevamente a la lección del semestre de invierno de 1924 / 25. En ella Heidegger dice: "Y en a28 y subsiguientes él [Aristóteles] indica que los [filósofos] antiguos al preguntar por los (…) elementos del ente y dar diferentes respuestas: agua, aire, tierra – propiamente no estaban preguntando por ninguna región específica del ente (…). En vez de ello los conducía el interés de determinar el ser del ente. Pero no arribaron al tipo de pensamiento el cual comprende que el ente como ente no puede ser explicado partiendo de una región específica del ente sino sólo [partiendo] del ser mismo." (B19 211) Nótese la similitud con la manera en la que Heidegger interpreta el pasaje platónico 242 c discutido arriba de El sofista. Más aún, Heidegger dice: "Los antiguos trataron de clarificar el ente (…) en el sentido más amplio – lo que ya está ahí -, (…) y ciertamente mediante la deducción del mismo a partir de otro ente específico." (B19 436) Empero, "deducir" el ente "en el sentido más amplio" partiendo de otro ente equivale a tratar de "explicar" el ser "a través del ente". Así pues, el rechazo basado en Aristóteles a la "reconducción" del "ente como ente" a "otro ente", equivale al rechazo visto arriba a "explicar" el ser "a través del ente".

En otros términos, el énfasis heideggeriano en "el ser mismo", o en la explicación del ser "desde él mismo", es la versión muy propia de Heidegger del rechazo platónico aristotélico a recurrir, por ejemplo, a "principios" o "elementos", es decir a otros entes, en el esfuerzo por explicar "el ente en tanto tal".

11 Compárese: "¿Piensa la metafísica el ser mismo? No y nunca." (NII 345s.)

§9 Conclusión: Nietzsche como "apartamiento del ser"

A estas alturas queda claro que en el caso de Nietzsche Heidegger aplica el mismo modelo básico:

la metafísica ciertamente preguntaría por el "ente como ente" pero sólo para "regresar" o "reconducir" al ente. Con ello, no arribaría a la "región del ser mismo" o "la dimensión del ser". Lo novedoso del asunto es ahora que en el paso que Heidegger da del rechazo platónico aristotélico de los "elementos" a poner el énfasis en "el ser mismo", los acusados no son ya meramente los "viejos" filósofos, sino toda la filosofía, incluyendo a los mismos Platón y Aristóteles y llegando hasta Nietzsche. Los "viejos" recurrieron al agua, al fuego, etc., pero Platón recurrió a la δnα (NII 229), el propio Aristóteles recurrió a la pνnργεια (NII 237, 405) o a la pντελnχεια (NII 228, 405), el medioevo al actus (NII 238, 413), es decir a Dios como el "ente más alto" o como actus purus (NII 415, 425), Leibniz recurrió a la vis primitiva activa (NII 237), Kant a la "subjetividad (NII 238), Schopenhauer a la "voluntad y la representación" (NII 238), Hegel al "espíritu" (NII 238) y, en general, la ilustración recurrió a la "razón" (NII 238). En esta misma línea de pensamiento Nietzsche habría recurrido a la "voluntad de poder" (NII 238). En todos los casos se trata, según Heidegger, de "explicar" el ser, es decir el "ente en tanto tal", "mediante un ente".12 La filosofía ha sido, según el modelo heideggeriano que nos ocupa, formalmente presocrática, ya que toda ella en su conjunto "roza" el problema de "el ser mismo" sólo para "regresar al ente" – en particular, Platón y Aristóteles también tendrían su versión de los "elementos", aunque ésta sea "suprasensible" -.

Con esto queda claro el sentido del modelo general heideggeriano y del acento que el mismo pone en "el ser": remitirse a un tipo de ente – así sea este "lo que más es de lo que es", el summum est (NII 415), así sea "lo »suprasensible«" (NII 33), platónica cristianamente o, por el contrario, sea éste el "valor", la "voluntad de poder", nietzscheanamente – no es otra cosa que el "abandono del ente tanto tal" y, por tanto, el "retiro del ser mismo" (NII 355). Tal sería la refuncionalización que Heidegger hace de la negativa contenida en la idea aristotélica del "ente como ente", o del "ente en tanto tal", a referir el ente a alguna región especial. Platón, al igual que los "viejos filósofos", e igual que estos también Aristóteles y, como él, el resto de la filosofía incluyendo a Nietzsche y con la sola excepción del propio Heidegger, habría sido incapaz de arribar a "la región del ser mismo". Ahora bien, tal incapacidad sería, según Heidegger, lo que realmente define a la metafísica, lo que la definiría como "apartamiento del ser" (Abkehr vom Sein) (NII 366). Por el contrario, Heidegger parte de la definición aristotélica de la metafísica para, en un juego de palabras germánicas, hacer el movimiento de "regreso al ser" (Kehre zum Sein) – el cual según vimos está formulado ya por lo menos desde el principio de El ser y el tiempo. Tal "regreso" pretende partir de la constatación de que toda la filosofía, desde los presocráticos, pasando por el propio Aristóteles e incluyendo a Nietzsche, no es más que metafísica, entendida ésta como el "rozar" el ser y al mismo tiempo como fracaso en arribar a "la dimensión del ser". Más aún, tal fracaso, según vimos, lo considera Heidegger como "regreso al ente", lo que equivaldría al "apartamiento del ser". Con ello, el Nietzsche de Heidegger parece en principio estar condenado a ser poco más que otra versión de la autocomprensión (¿o autoestilización?) del propio Heidegger como "el pensador" del "regreso al ser". Nótese de pasada que el famoso "regreso al ser" heideggeriano no sería, de acuerdo a lo anterior, algo que suceda apenas después de El ser y el tiempo, sino algo que tal obra ya presupone, ya que esa obra se basa en el acatamiento riguroso de la prohibición de la reconducción al ente.13 Tal prohibición es la versión original del famoso "regreso al ser" heideggeriano. Y en aras de tal prohibición Nietzsche – y con él toda la filosofía – es acusado de "abandonar el ser".

12 Por supuesto, esto sigue presuponiendo el concepto heideggeriano amplio de "ente" ya referido arriba.

Bibliografía y abreviaturas

IV = Carrillo Canán, A. J. L., Interpretación y verdad. Acerca de la ontología general de

Heidegger, en: Analogía filosófica, núm. especial 4, México 1999.

MP = del mismo, Mundo y predicados ontológicos en Heidegger, en: A Parte Rei, núm.

10, revista electrónica (http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/index.html), Madrid 2000.

B19 = Heidegger, M. Gesammelte Werke, vol. 19, Platon: Sophistes (1924/25). 1. ed., Frankfurt/M. 1992.

SZ

=

del mismo, Sein und Zeit (1927). 16. ed., Tübingen 1986.

Hw

=

del mismo, Holzwege (1950), 6 ed., Frankfurt / M 1980.

NII = del mismo, Nietzsche (1961), vol. II. 4. ed., Pfullingen, sin indicación del año de

esta edición.

c. a. = cursivas del autor del texto citado

13 Acerca de las implicaciones lingüísticas de tal acatamiento véase nuestro trabajo MP.

 

Alberto Carrillo Canán

Partes: 1, 2
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