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Transición hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Consideraciones preliminares (página 2)

Enviado por eladio2000


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5. Metodología y áreas de trabajo

El propósito fundamental de esta perspectiva está basado en las eventuales transfiguraciones políticas (Maffesoli; 1992) del orden institucional de los sistemas políticos actuales y sus regímenes democráticos: las implicaciones en la gobernabilidad democrática es el desideratum. Ello intenta constituir un enfoque distinto para la comprensión de la problemática actual del orden político y socioinstitucional (Lechner; 1986), así como también, de la cultura y los ambientes modernizadores. Tres son las áreas requeridas de la politología:

  1. en la gobernabilidad democrática,
  2. en el orden socioInstitucional, y
  3. en las organizaciones sociopolíticas.

Sólo la convergencia de estos tres aspectos en la comprensión de las transformaciones significa un reto de elaboración teórica y de alcance analítico de amplias y complejas proporciones. En consecuencia, se hace necesario elaborar un punto de partida operacional que enmarque el propósito primordial en cinco consideraciones:

  1. Creación de una red de innovación en estas áreas de la Ciencia Política que coincidan en el procedimiento común de la problemática, sin reducir sus alcances y manifestaciones más emblemáticas.
  2. Desplegar espacios que permitan conocer las nuevas relaciones de poder socioinstitucional con el propósito de estudiarlas y analizarlas para su resolución conflictual durante la transición.
  3. Favorecer el debate teórico, analítico y metodológico que contribuya a la reformulación de nuevas orientaciones epistemológicas sobre la era de la información y el impacto de las nuevas tecnologías para el conocimiento y su popularización.
  4. Instauración de redes de información y conocimiento, amplias y de fácil acceso, para las personas que logren recoger aportes e iniciativas en el desarrollo permanente de las sociedades democráticas y su ambiente.
  5. Apoyar a los investigadores en la reformulación temática de los problemas sociopolíticos e institucionales a través de nuevos estudios y análisis politológicos.

6. La Problemática

Sobre la gobernabilidad democrática.

En qué términos y proporciones la gobernabilidad democrática mejorará o no, en la Sociedad de la Información y el Conocimiento y cuáles serán las transformaciones organizacionales que se derivarán de ella, es una pregunta que el ciudadano común se hace; pero, su respuesta, implica una dimensión de lo político (Beck; 1999) que no parece de fácil resolución.

Está clara la importancia de los instrumentos de comunicación en las sociedades contemporáneas (Sartori; 1998), así como también el efecto de las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento en la red virtual de las interrelaciones humanas, pero, lo que no está claro aún, son los impactos que las nuevas tecnologías y digitalización de la información están ocasionando en los procesos políticos de las naciones y sus instituciones, así como tampoco en las formas y modos democráticos que va adquiriendo la socioinstitucionalización de la postmodernidad y sus cambios (Lanz; 2000).

La sociedad de la información y el conocimiento le imprime una mayor versatilidad a la indagación y al discernimiento, más transparencia a los procedimientos y una mayor rapidez a los eventos; en consecuencia, aprendemos más rápida y eficientemente. El homo politicus se enriquece fugazmente con la sociedad de la información de la misma forma como la complejidad de los acontecimientos se van incrementando con el conocimiento. Es una relación simétrica y de transversalidad del hecho social y del acaecer político. Mientras, por una parte, aparece figurado un progreso constante y permanente, por el otro se reduce y se turba al patrimonio sociocultural del sujeto y los modos de su relación intrasocietal.

La democracia y sus formas de expresión han tenido a todo lo largo y ancho del suceder histórico un desenvolvimiento rítmico, acompasado y cuando no ha sido así, las transiciones la han acompañando. Todas las formas políticas han dejado en la historia de los pueblos su impronta en la política y sin afirmar que las últimas son las más importantes, si alegamos que es la que más esta contribuyendo a la generación de un ser político novedoso o en el menor de los casos, más información y con mejor conocimiento. Lo cual implica una mayor participación y protagonismo en contraste con la delegación y/o representación tradicional del sujeto político.

Los procedimientos democráticos no serán, en el futuro inmediato, lineales sino que, por el contrario, tomaran los mismos derroteros de la red de redes, atajos interconectados de fácil acceso, con mayor rapidez y con un tiempo digitalmente construido. La participación ciudadana ha dejado de ser un requerimiento exhortativo, para convertirse en un imperativo sistémico del Estado Social de Derecho y de Justicia. Desde la cómoda interconexión vecinal y habitacional, pasando por la telefonía celular hasta la organización institucional de lo virtual. Cientos de formas, por no decir miles de organizaciones se formulan en torno al hecho político. La comunicación se ha transformado en acaudalada información y el conocimiento en versátil deliberación.

Sobre el orden socioinstitucional.

El sujeto y el objeto de la política se están transfigurando como consecuencia de las nuevas tecnologías digitalizadas y su impacto en la estructura social de cara a la era de la información. Nuevos aportes para la constitución del poder y los modos y formas de gobernar.

El ordenamiento socioinstitucional es la discusión. Es por ello que la cuestión se debe centrar en las formalidades y maneras que la geotemporalidad de la información y el conocimiento determinen. Hoy, las relaciones entre incluidos y excluidos, entre la nueva y la vieja división del trabajo y la brecha digital, son sólo unos ejemplos de lo que queremos destacar. Los beneficios desde la actualidad, en la configuración de un nuevo sujeto como operador político de la cotidianidad postmoderna es nuestra interrogante: ¿derivaremos hacia un populismo virtual o disgregaremos al Estado y sus instituciones en la Red? (Plattner; 2000). La pluralización de los poderes públicos parece una consecuencia de la evolución inmediata, y otra, el protagonismo volátil de los ciudadanos y sus organizaciones. En otros términos, un problema de múltiples ramificaciones para las instituciones democráticas actuales y la aparición de complejos procesos sociopolíticos.

Más y mejores procedimientos serán requeridos por parte de la ciudadanía. Las comunidades exigirán, cada vez más, mayor eficiencia y eficacia en una gobernabilidad compartida. Los procesos electorales y consultas ciudadanas, por ejemplo, estarán a la orden del día y los requerimientos de su implementación serán el nuevo modus vivendi de la sociedad de la información y el conocimiento: ¡hacia una nueva era democrática estamos transitando y no nos estamos dando cuenta de ello!

La democracia ya no es solamente comunicación, es también información y conocimiento. Queremos saber cuándo, cómo y dónde ocurre la toma de decisiones y la formulación de políticas públicas y nos atreveríamos a decir, privadas, así como también, por qué y cuáles sus consecuencias. Teniendo medianamente claro que las interrogantes de la participación y el protagonismo ciudadano es un desiderátum. La democracia electrónica (Browning; 1996) o digital (Negroponte; 2000) será un instrumento, un medio, más transparente, versátil y rápido para actuar; en consecuencia, las actuales estructuras de poder serán socavadas en sus fundamentos históricos, por el nuevo accionar ciudadano y la incongruencia de las instituciones democráticas tradicionales.

Sobre las organizaciones sociopolíticas.

Del debate cotidiano, intelectual y académico sobre la gobernabilidad se pueden extraer algunos elementos configuradores de la semiótica del discurso, o en el menor de los casos, que están formando parte de nuevas ideas que generan confrontación socioinstitucional. Por ejemplo, existe una peregrina ideología que sostiene el principio determinista de que todo acto gubernamental debe ser previamente consensuado con los principales actores, sean estos los partidos o empresarios, lo cual no tiene asidero en una democracia que se precie de serlo, la divergencia es inmanente a la democracia participativa y protagónica. Gobernar es una función permanente de cualquier régimen político, la diferencia entre un régimen autoritario y otro democrático es el modo en que actúa, y si está manera de gobernar está apegada a la básica relación entre la legitimidad y la legalidad institucional, no se puede hablar entonces de arbitrariedad autoritaria -y su derivación subliminal hacia el autoritarismo-, por el contrario debemos discutir entonces del eficaz y eficiente auctoritas democrático.

Otra idea que subyace en el debate sociopolítico contemporáneo es la que se desprende de la frase: gobernar los cambios políticos. Los cambios no son gobernables, se guían; la gobernabilidad los rige. Todo proceso de transformación necesita una dirección a través de la cual se procuran alcanzar nuevos objetivos, según la intención y voluntad de los operadores políticos, pero, una vez alcanzados los objetivos, las modificaciones, radicales o no, surgidas de un proceso de transición política conllevan un nuevo ordenamiento socioinstitucional, el cual se consolidará en la medida en que los nuevos postulados organizacionales resulten congruentes con las expectativas sociales, y eso no se puede lograr si no existe estabilidad institucional y capacidad para regirlos, en la sociedad actual o en la sociedad de la información y el conocimiento.

La transitoriedad no es permanente. Su permanencia estará signada que nuevos postulados se configuren y aprueben, posteriormente se consolidarán o no. La transición política es un proceso que discurre entre la extinción de un modelo político y la aparición de otro, en donde el ordenamiento institucional logra ser transformado; pero esas nuevas modificaciones deben ser estables, seguras, confiables y permanentes, aunque la cultura democrática no lo sea. No se debe confundir la transitoriedad de una institución cuyos fines y propósitos han sido transformados, por la incertidumbre que se desprende de los logros y objetivos de su gobernabilidad y, que a su vez, se desean alcanzar, o que la dinámica impone, con las nuevas funciones de las entidades públicas y privadas también.

7. Hacia la sociedad de la información

La Sociedad de la Información y el conocimiento significa para el mundo contemporáneo -y el por venir- una revolución. Las transiciones no son permanentes, como lo ha demostrado la historia, pero toda revolución es una etapa de profundos, sistemáticos y violentos cambios, que a diferencia de las transiciones suelen ocurrir con una cierta dosis de mutabilidad de lo existente en el orden socioinstitucional.

La gobernabilidad de estos procesos, derivados de la transición de la sociedad postinsdustrial a la sociedad de la información y el conocimiento, está signada por la incertidumbre, es decir, comportan riesgos que proceden de los mismos planes de los transformadores una vez que alcanzan el poder. Pero ello no permite inferir que el proceso de consolidación de esos cambios, llamados revolucionarios, es infinito y menos aun, cuando provienen de una sociedad vigilante (Roiz; 1998). Las transformaciones se consolidan o no, la incertidumbre no puede ni debe ser costumbre para los gobernados ciudadanos y mucho menos para las gobernantes autoridades.

La disposición de todo gobernante debe ser el seguimiento inamovible del ordenamiento institucional y del apego a los valores, creencias y actitudes que se derivan de la cultura democrática de un pueblo. Pretender gobernar, o ser gobernado, a través de los intersticios de las normas establecidas como son los pactos o acuerdos extra-normativos, es crear inestabilidad permanente en la gobernabilidad republicana, en los órganos del poder público y en la ciudadanía.

En consecuencia, la pretensión de gobernar la transición hacia la Sociedad de la Información y del Conocimiento puede resultar contraproducente cuando lo que está en juego son los intereses de la propia sociedad. Guiar no es regir, aunque parezcan iguales a la luz de muchos discursos y planteamiento intelectuales. Se puede guiar una eventual conducta, señalar sus ventajas, explicar sus objetivos, pero solo se puede regir en la medida en que, tanto gobernados como gobernantes, acepten el mandato con apego a la institucionalidad y las normas que las tutelan. El político orienta hacia los ideales que se desean alcanzar y el gobernante debe cumplir con los objetivos que le señalen las instituciones sociopolíticas y ello debe formar parte de cualquier decisión que pretenda fundamentar una política pública.

Todo proceso de transformación lleva implícito un momento de irreversibilidad y este punto de no retorno o de momento crítico, es lo que determina la transformación hacia un nuevo origen, en este caso la SIC. La novedad, el origen y la violencia, además de la irresistibilidad como momento crítico propiamente dicho (Arendt; 1967), fueron los aspectos más importantes a considerar en los procesos de transformación revolucionaria ocurridos a lo largo de la historia política y sus grandes momentos, pero si entendemos la política con un sentido de la responsabilidad cívica, entonces la persuasión y no la violencia desgarradora es la que dominará la racionalidad intersubjetiva de los ciudadanos en su relación con el ordenamiento institucional de lo político, en consecuencia, las transformaciones de la sociedad postmoderna hacia la sociedad de la información y el conocimiento implicará o exigirá, entre muchas otras cosas, de un amplio consenso societal. Y este último, no será posible sin la participación activa de los ciudadanos, las organizaciones sociales y las institucionales: el cómo se logrará es y será objeto inmanente en nuestro reflexionar.

8. Conclusiones

Sin pretensión alguna de concluir podemos afirmar que el reto planteado se circunscribe a tres aspectos básicos de todo proceso transitorio, o en otras palabras, dimensiones que debemos tomar en cuenta para lograr alcanzar la era de la información y el conocimiento y sus resultados en la nueva sociedad emergente de la modernidad (Touraine; 1994), a través del formas organizativas que superen las ataduras, costumbres e insuficiencias actuales. La primera, en la manera de gobernar. La democracia electrónica nos exige más eficiencia y eficacia en la formulación de políticas y toma de decisiones. La acción pública será cada vez más bidireccional, determinado por una ciudadanía más informada y con mayor conocimiento, la cual aspira mayor participación pública. Un portal no es suficiente, debe interactuar con el funcionario y este último responder eficazmente. Las insuficiencias presentes deben ser superadas En segundo lugar, el orden socioinstitucional será recompuesto por los mecanismos de la participación ciudadana. Ya no se esperará solamente la respuesta, sino que no darse adecuadamente con las expectativas, la acción cotidiana no cesará, comprometiéndose así la propia legitimidad de las instituciones políticas. La normativa tendrá que hacer un esfuerzo extraordinario para colocarse al frente de los movimientos sociopolíticos y su capacidad de ordenarlos para el bien colectivo. De lo contrario, el permanente accionar político mellará la legalidad constitucional de las naciones. Y, por último, las organizaciones sociopolíticas de la ciudadanía se incrementarán geométricamente y en relación directa con la ineficiencia institucional de la gobernabilidad democrática, poniendo en entredicho las propias formas políticas de la actualidad.

Nuevas sensibilidades sociales acompañan a una ciudadanía en tránsito hacia una nueva era de informatización. De las instituciones depende su éxito el cual no se puede ver sino a través de la equidad y justicia social.

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Notas

[1] – Trabajo de investigación adscrito al Programa de Investigación sobre la Sociedad de la Información y el Conocimiento (PISICON) del Centro de Investigaciones Posdoctorales (CIPOST) de la Universidad Central de Venezuela, junio del 2003.

Eladio Hernandez Muñoz –

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