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Juan Carlos Onetti. Obra: "Cuando entonces". Título: "Magda: una mujer que no fue"

Enviado por genama


    1. Análisis de los paratextos en relación a la figura femenina de la novela
    2. Intertítulos
    3. Análisis del plano simbólico y de la dualidad muchacha-mujer
    4. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    La obra de Juan Carlos Onetti ha sido largamente transitada por la crítica, sus temas, obsesiones, sus personajes, su ya mítica Santa María, son reconocidos y asediados por múltiples miradas. La novela "Cuando Entonces", publicada en el año 1987 es la penúltima que publica y en 1993 su última novela: "Cuando ya no importe".

    Con la perspectiva que otorga un ciclo ya cumplido observamos que esta novela es un acorde más de un mundo coherente donde se respira una atmósfera y un estilo narrativo similar al que se observa en "El Pozo" del año 1939 quien da a inicio a este singular mundo onettiano. Mundo que tiene sus recurrencias y aquí, como en tantas otras obras, la atmósfera es nocturna: "…es difícil encontrar amaneceres luminosos, soles radiantes…" (Benedetti, M. 1973); lo medular de la anécdota ocurre en un cabaret-prostíbulo; Santa Rosa con su amenazante tronar se anuncia al comienzo de la novela; el personaje femenino eje de la historia es Magdalena, una prostituta, y los personajes, como es habitual, son seres solitarios y melancólicos. Toda su obra es "un universo indiferenciado". (Concha, J. 1973). La soledad es aquí también "una soledad sin salida, sin voluntad de salida y por lo tanto carece de sentido todo tipo de lucha en beneficio de algo". (Otero, E. 1970).

    En la novela que nos ocupa Lamas huye y se exilia solo, en Lavanda; Magda no lucha por mantener a su amor; el comandante sacrifica su amor por el deber y abandona a Magda. M. Benedetti destaca "…la increíble capacidad del narrador para hacer que sus novelas se crucen, se complementen y hasta recíprocamente se justifiquen". Fiel a su concepción del arte como un misterio se ha pasado omitiendo hechos importantes pero "en vez de confiarlos eternamente a la vocación remendadora del lector cómplice, con tales elusiones ha escrito nuevas novelas, en las cuales por supuesto también hay sectores omitidos". (Benedetti, M. 1973).

    Un mundo autoreferente y en esta narración como en tantas otras contar consiste en develar el significado y las consecuencias de algo que ocurrió antes y se hace con "Una escritura jadeante, poética y desgarradora que cuenta la misma historia en un gran libro de libros" (Capítulo Oriental, Número 28).

    Consecuentemente cada ficción se injerta en otras ficciones, los libros dialogan con otros libros y en el caso de Onetti y de esta novela en particular no sólo dialoga con su propio universo narrativo sino con otros universos literarios: hay referencias a Dante, al Fausto, a Voltaire, y a la Biblia. Ya lo afirmaba Jorge Luis Borges: "Hablar es una tautología".

    LOS PARATEXTOS: CAMINOS HACIA MAGDA

    El concepto de paratexto fue definido por Gerard Genette como: "Título, subtítulo, intertítulos, prefacios, epígrafes, ilustraciones y otro tipo de signos accesorios, autógrafos o alógrafos que dan al texto un entorno". Constituyen por lo tanto múltiples días de acceso a ese objeto estético que una vez leído retroalimenta a los paratextos generando así contactos más ricos y profundos.

    Iniciamos nuestro análisis con un paratexto icónico: la reproducción de la obra de un artista plástico: Grau Santos, titulada "Mujer" (Editorial Mondadori, 1987).

    La misma presenta la figura de una mujer construida con pinceladas muy marcadas de colores austeros. Su actitud es de espera, parece estar acodada, su cabeza reposa en su mano derecha y su rostro irradia una resignada melancolía. Su mano izquierda sostiene algo que destaca en una paleta ocre por su intensidad amarilla, ¿la indiferencia tal vez?. La figura está en un ambiente cerrado, oscuro y a pesar de su callada tristeza tiene un aire de provocación: la pollera corta, la ropa ceñida, la turgencia de un seno.

    Todos indicios que anticipan la figura de Magda, prostituta hermosa que desliza su vida en el cabaret Eldorado y que inexorablemente empujada por la desesperación cerrará trágicamente su vida. La atmósfera nocturna de la portada anuncia ese aire insomne que recorre a Magda y demás personajes de la novela que se trasladan del cabaret al bar o al apartamento en madrugadas desoladas.

    Continuando con paratextos alógrafos, es decir provenientes de otra persona sin ser el autor, la solapa inicial presenta al autor y a la obra dentro de su narrativa destacándola como "ejemplar dentro de la novela breve" y centrando su comentario en la figura de Magda: "una mujer cuyo propio nombre sugiere ya el mito (…) será la protagonista y la víctima de una esplendorosa, oscura y terrible historia de amor y sacrificio".

    Se anticipan también datos acerca de los modos en que se estructura la narración, los distintos puntos de vista y los temas: la violencia fatal del amor, la fidelidad, el destino, la coherencia del universo onettiano a través de "ese terrible pesimismo universal que lo caracteriza".

    El paratexto título es considerado privilegiado como vía de ingreso a la obra y es además autógrafo, es decir, procede de la propia mano del autor. "Cuando entonces" inicia una serie de acordes que vibran con el eco de otras voces instalando la intertextualidad; Ruben Cotelo afirma que este título es el Leit Motiv de "Poema con esperanza" de Idea Vilariño a quien Onetti dedica "Los Adioses" quien a su vez es el destinatario poético de "Poemas de Amor".

    Ateniéndonos a la clasificación de Genette se trata de un título simbólico conformado por dos adverbios de tiempo que ubican a toda la narración en una zona de preteridad.

    Cada uno de los cuatro capítulos intenta como en círculos concéntricos asediar un momento del pasado: ya sea como un confesión en el capítulo uno; como evocación en el dos; como testimonio de una tragedia en el tres o como demostración impersonal de lo inexorable del destino en el capítulo final.

    Desde el título se instala también el misterio, la ambigüedad tan cara al autor, es el comienzo de un enunciado inconcluso ¿cuando entonces, qué?, el resto como decía Shakespeare "es silencio", silencio que por otra parte la obra develará parcialmente y será una vez más el lector cómplice el que deberá llenar esos intersticios.

    Pero como afirma Umberto Eco "el título debe confundir las ideas, no regimentarlas" sin embargo desde la novela esos adverbios de tiempo enmarcan el lapso que cambió la vida de quien evoca y narra: el momento en que Lamas conoció a Magda: "cierta vez nos miramos y entonces ya fui de Magda, hasta hoy, pasara lo que pasó". Las consecuencias de ese encuentro con su carga de amor y tragedia marcaron su vida y aún hoy "es" en función de lo ocurrido "cuando entonces". Magda, pues, como un hito temporal erosionando destinos.

    El epígrafe constituye otro paratexto elegido por el autor, en este caso cita un fragmento de un poema de Walt Whitman:

    "Yo la veo cerca, a mi lado,

    con silenciosos labios,

    dolida y trémula."

    El epígrafe convoca el universo lírico de Whitman en el cual desborda una actitud vitalista y un empecinado compromiso con la libertad. De ese marco estético Onetti elige sin embargo unos versos que dibujan con nitidez la interioridad sufriente de una mujer quien nos muestra sus trémulos labios.

    Si como pensamos es otra clave de acceso el mismo anticipa el destino trágico de Magda, su postergado encuentro con la felicidad, su fatal desenlace. No obstante, si nos atenemos al mundo singular de Whitman que el poema conjura, Magda es el único de los personajes que toma una decisión: elige morir, elige el suicidio. ¿Elegir es, en este caso, ser libre?.

    De los tres personajes que conforman este triángulo de amores desencontrados Magda es la única que va hasta las últimas consecuencias, comprometiendo su ser entero a su pasión amorosa. ¿El compromiso vital sin concesiones de Whitman?.

    El epígrafe tendría entonces dos claves del personaje: angustia interior, elección desgarradora. Por otra parte sugiere lo que será una constante en la construcción del personaje femenino: es percibida y descripta desde un yo masculino: "yo la veo" ; desde aquí pues la mujer tiene una existencia vicaria.

    INTERTÍTULOS

    La novela presenta cuatro intertítulos uno por cada capítulo. En términos generales todos presentan la misma estructura gramatical. Enunciados en voz pasiva a quien le falta el complemento agente: "Donde Magda es nombrada, Donde Magda es amada, Donde Magda es apartada y Donde la teletipo escribe el final". También está ausente el antecedente del adverbio relativo que sugiere tiempo y/o lugar y que podría ser: el momento donde…o el espacio narrativo donde…o el capítulo donde…Son por lo tanto estructuras gramaticalmente dependientes que aluden tres de ellas directamente a Magda.

    Si bien se constituye desde aquí el personaje eje de la novela, no obstante, es dependiente en varios sentidos: narrativamente, porque existe a través de las voces y la evocación de otros narradores; vitalmente, porque el placer sensual parece ser uno de los móviles de su existencia; afectivamente, porque su entrega al amor solo es comparable al dolor de su pérdida. Su dependencia del Comandante fue total por eso una vez abandonada su vacío interior la abrumó. A lo largo de la novela ella no ha sido la constructora de su vida: desde joven, prostituta, y cuando amó, la abandonaron; las cosas le pasan a ella, convirtiéndola a perpetuidad en sujeto pasivo de acciones y decisiones ajenas. Por eso el uso de la voz pasiva se justifica , plenamente, desde el interior de la novela.

    PRIMER INTERTITULO: DONDE MAGDA ES NOMBRADA

    Desde los egipcios el nombre nunca podía proceder del azar sino de una relación con las cualidades de las cosas nombradas; en consecuencia el nombre representa "el reflejo del alma humana" (Cirlot, 1979).

    Nombrar es dar existencia; desde el punto narrativo Magda nace en este capítulo cuando el narrador la nombra: "y yo que le contaba de la Magda no juro que se llamara Magda, Magdalena". Lo primero que de ella sabemos y junto con él la duda de su veracidad, es una conjetura, no una certeza, abriendo así una zona oscura y ambigua en el personaje.

    Magdalena se engarza con el mito y los ecos bíblicos se hacen presentes: María de Magdala es la prostituta penitente que le lavó los pies a Jesús y fue redimida por éste. Magda es un apócope de Magdalena y es la forma recurrente en que la nombra Lamas cargada siempre de nostalgia y amor.

    Por otra parte Magdalena evoca el lugar de procedencia del Migdal que significa torre, por eso el significado de Magdalena es "la magnífica, la que vive sola en el torreón" y el personaje se encuentra solo entre los hombres, sola en su "covacha", sola en su apartamento de la calle Santa Fe, sola en su final. El paralelismo con el personaje bíblico no es casual porque ella también cuando alguien la vio y la amó como persona se sintió redimida. Los murmullos de la intertextualidad construyen también un personaje otorgándole, en este caso, un prestigio mítico.

    Treinta veces es nombrada en este capítulo Magda por Lamas, y además de las variantes aludidas, evoca otras maneras de llamarla como por ejemplo, "Flor de Té", la flor es "símbolo de la fugacidad de las cosas, de la primavera y de la belleza" y por su forma "una imagen arquetípica de alma" (Cirlot 1969); quizás aludiendo a lo efímero de su vínculo con ella: "me escapé de Magda" y también alude a ese aire de setiembre que recorre no solo toda esta novela desde el comienzo sino gran parte de la narrativa del autor. La confesión de Lamas en este capítulo se realiza esperando a Santa Rosa: "una vez más la historia comenzó para mí, en el día-noche de Santa Rosa…30 de setiembre. Siempre cumple y arrastra la primavera".

    Treinta veces nombrada, evocada, descripta, pero nunca dueña de la palabra en forma directa, siempre exiliada del discurso narrativo, del circuito del diálogo, su voz se escucha a través de otras voces; de este modo la fascinación que ejerce desde el pasado es total y no sólo sobre Lamas, el que la evoca, sino del que la escucha aún sin conocerla: "usted se va a enamorar de Magda"; fascinación que se extiende además, al lector.

    "En la relación entre historia y discurso enamorado, resalta una tendencia a la pausa narrativa: la acción se detiene para dar lugar a la contemplación. La deseada es espectáculo" (Moreira H. 1992). Su nombre evoca su figura, su andar, su perfume, su mirada y su misterio. "Más de una vez se me ocurrió que la mujer del cabaret y la muchacha que yo acompañaba en aquella madrugada no existían de verdad". El desdoblamiento mujer-muchacha corresponden respectivamente a Magdalena y Maga; pero es de la muchacha, de Magda, de quien se enamora Lamas. La que le inspira ternura y no deseo. Por eso él en todo el capítulo se refiere a ella como Magda y no como Magdalena, la prostituta.

    SEGUNDO INTERTÍTULO: DONDE MAGDA ES AMADA

    "Después de todo, ni la autodestrucción ni la casi abyecta condición de los personajes Onettianos llegarían a conmovernos o a aludirnos si no estuvieran construidos alrededor de una propuesta de amor" (Benedetti, M. 1968) En distintas oportunidades Onetti ha manifestado que su literatura es una literatura de bondad, que lo nuclear en ella es el amor, y que todo se justifica si se hace con amor.

    En este capítulo Magda es amada: la parábola de su vida llega al cenit, amada por el comandante quien la instala en un departamento, le entrega una llave de oro y una esquela de amor: "todo lo que encuentres es tuyo…debo partir…pero mi corazón reposa contigo". Amada por Lamas quien la evoca desde el dolor y con la imposibilidad de olvidarla y amada también por el coro de admiradores que noche a noche la rodean y que la llaman "nuestra Magda". "La misteriosa mujer cautiva al enjambre de hombres que revolotean como moscas, noche tras noche, alrededor de la mesa, donde el whisky rueda generoso pagado por el comandante. Magda irradia pasión y dolor" (Potdevin, P: 2004).

    En este capitulo donde el amor del comandante reconcilia a la prostituta con la vida y a quien redime, cuando se entrega a Lamas le confiesa que: "…todo el tiempo pensaba en él, imaginaba que era con él. Dios Mío. Me parece que estoy enamorada". Es aquí donde Lamas narrador vincula los orígenes de su historia de amor con un determinismo trágico, con un destino que "iban a ordenarme la entrad al recto laberinto de mi esclavitud y suplicio". Su aproximación a Magda es gradual pero en el momento en el que sus miradas se cruzan sabe que le pertenece para siempre. Aún después del encuentro íntimo con ella y de su terrible confesión: "te hice cornudo. Toda la noche metiéndote cuernos"; la sigue sintiendo: "hermosa, deseable y única".

    Es el capítulo donde el título se justifica también narrativamente porque es la primera vez en que el enunciador le cede la voz a Magda y la escuchamos refiriendo su historia; es además el momento en el que la pausa narrativa es mayor; Lamas describe morosamente a Magda realizando una prosopografía, es decir, concentrándose en su rostro, en su cuerpo, su perfume, su ropa, fragmentando su ser buscando zonas que van de lo sensual a lo espiritual; (por ejemplo cuando se refiere a la boca: "…hecha con labios delgados, austeros, engañosos, tan frecuentes en las mujeres que saben disfrutar de una cama" o cuando refiriéndose a su perfume afirma: "nunca en mi vida respiré un olor comparable, tan cargado de nostalgia y esperanza").

    El amor es presentado en sus aspectos más sublimes y más sombríos. Al encuentro pleno y fugaz con ella le sigue su ausencia sin retorno que determinará una búsqueda incesante. Magda amada, redimida, buscada, evocada. Amores en conflicto un triángulo de amor y desencuentro; Lamas la ama, pero ella ama al Comandante; éste la ama, pero la abandona.

    Esta evocación de Lamas que constituye el centro narrativo de la novela es la última prueba de que lo pasado todavía "es" y que "La aventura consiste en remontar el tiempo hasta ver como el pasado proyecta esa sombra de sí mismo que nosotros llamamos porvenir" (Benedetti, M. 1973).

    TERCER INTERTÍTULO: DONDE MAGDA ES APARTADA

    Pensamos que es un paratexto muy sugerente por las implicancias que tiene al cerrarse el ciclo de Magda en la novela ¿apartada de qué?. El alcance simbólico se da en distintos niveles: en el plano de la narración Magda es la última vez que está presente. Es apartada del discurso del narrador; no será ni nombrada ni evocada más. Es apartada por el Comandante quien la abandona y elige el deber y el compromiso: por lo tanto es apartada del amor y de la felicidad. Ella sabe que: "no hay mañana para mí" y además siente que "él sigue enamorado de mí y sólo de mí y yo de él hasta la muerte…" , como le confiesa a Pastor de la Peña momentos antes de morir. Apartada pues de la vida, de la única posibilidad de redención. Apartada finalmente en sentido directo: la cabeza separada de su cuerpo: "el tapado sobre la butaca, la mujer vestida de verde, y sin cabeza" , ella que nunca "fue" del todo (se duda hasta de su nombre) definitivamente deja de ser, pierde su identidad y abandona su tiempo vital reducida a un cuerpo sin rostro. "La muerte quiso imponerle una postura obscena", señala el narrador; ¿es que también se la aparta de la dignidad a través del amor? No se le concede ni la posibilidad de una postura mortuoria digna.

    CUARTO INTERTITULO: DONDE LA TELETIPO ESCRIBE EL FINAL

    Desaparecida Magda, la impersonalidad se apodera de la narración, culminando un proceso en el personaje fuel perdiendo el amor, la felicidad y la vida,ganando terreno la cosificación. Por eso es la teletipo la encargada de cerrar la historia. Lamas recibe el mensaje anunciando la caída del avión y la muerte del Comandante pero es tan infrasciente como narrador como lo fue siempre como lo es también Pastor de la Peña y no logra ver, porque no sabe, la ironía trágica que esconde el mensaje, el sacrificio inútil de Magda. Sólo el lector es omnisciente pues sólo él tiene los datos para armar la historia con su carga de futilidad y tragedia, "Onetti transforma, compromete al lector en la historia transformándolo en un personaje más" (Ruffinelli, J. 1973).

    El proceso de cosificación alcanza también a Lamas pues por primera vez no hace referencias a Magda ni a su amor ni a su dolor por haberla perdido; su espíritu parece anestesiado por la soledad. De regreso a Buenos Aires vivía pegado a la botella de vino para sobrevivir y cuando Olivares lo rescata manifiesta: "la verdad es que me salvó la vida o por lo menos, me la prolongó para mi bien o mi mal o para nada que tenga un sentido comprensible". Su frustración existencial se traduce en indiferencia y apatía y mientras lee el mensaje de la teletipo sigue "mordiendo hasta terminar la manzana". Ni siquiera se asume como narrador aún siéndolo trasladando su responsabilidad y protagonismo a la impersonalidad de la teletipo.

    SÍMBOLOS EN TORNO A MAGDA

    "La obra literaria así como la literatura en general forma un sistema; en ella nada se debe al azar" (Todorov, T. Material Bibliográfico 2004). Observamos una serie de referencias con una dimensión simbólica coherente y lo entendemos como un objeto de reflexión pertinente porque: "La significación simbolista de un fenómeno liga lo instrumental con lo espiritual, lo humano con lo cósmico, lo casual con lo causal" (Cirlot, 1979).

    Los nombres son altamente significativos como el caso de Magdalena ya analizado; Eldorado nombre del cabaret donde trabaja Magda, que es ese lugar descripto por Voltaire en "Cándido" : fabuloso, abundante en oro y felicidad, una especie de paraíso que resulta aquí patético por el oxímoron que encarna: un lugar de solitarios y desesperanzados en busca de amor; el No Name, el bar donde se refugian Lamas y Magda y donde transcurre el encuentro de Magda y Pastor previo a su muerte no tiene nombre porque quizás no importan las identidades de los que allí concurren sino lo que buscan: una comunicación nunca lograda, Magda con Pastor no dialoga sino monologa. El nombre Pastor significa el que cuida sus ovejas, sin embargo fue lo que él no hizo : abandonó a Magda a su desesperación y cuando reaccionó fue tarde.

    La calle donde Magda vivió su historia de amor es Santa Fe y pensamos que fue la fe en una posibilidad de redención lo que allí la llevó.

    El número de calle al que Lamas se refiere: " un número que estoy obligado a recordar y nunca a decir", es el 1000. Siguiendo a Cirlot el uno es símbolo del ser, de lo esencial, de la unidad espiritual base de la fusión de los seres y es allí donde ella tuvo la única oportunidad de ser feliz y así lo expresa: "…nosotros nos casamos para vivir dos años de felicidad".

    Por otro lado, el cero es el no ser, símbolo de lo latente y de lo potencial; en la existencia simboliza la muerte y la reiteración de un número multiplica su poder; en este caso son tres ceros quizás porque al encontrar Magda la esencia que dio sentido a su vida encontró también la razón para morir.

    Es una llave de oro la que le entrega el Comandante a Magda y se la muestra a Lamas diciendo: "mirá, la llave es una sola para las dos puertas y es de oro, como esta cruz." La llave simboliza "un arcano, una obra a realizar y el medio para su ejecución". Aquí aludiría al acceso al paraíso, al refugio. A su vez el oro "simboliza lo superior, la glorificación, la perfecta decisión espiritual". La cruz de oro que Magda siempre tiene en su cuello encarna lo que Cirlot describe como "la conjunción de contrarios: lo positivo y lo negativo, lo superior y lo inferior, la vida y la muerte" (Cirlot, 1979). En definitiva,el Comandante, llave y cruz en la vida de Magda.

    LA DUALIDAD MUCHACHA – MUJER

    "CUANDO ENTONCES" se teje con los elementos de un relato de la novela negra. Los personajes giran alrededor de una mujer, Magda, Magdalena, bíblica alusión a la mujer que lucha por alejarse de un mundo corrupto. Su salvación está en "el comandante", agregado militar de la embajada de una país vecino. Lo conoce en un cabaret de poca monta "Eldorado", "una sola palabra, no hay artículo". Allí la visita todas las noches, embrujado por el enigma que la rodea.

    Magdalena arrastra con su fatalismo a todo aquel que se atraviesa en su vida. Al periodista Lamas, quien lucha por sobrevivir sin su recuerdo.

    Precisamente en el primer capítulo es presentada a través de la lente de este periodista quien traza una oposición, en tre la Magda del bar No Name y Eldorado. A la Magda del No Name "la conoció durante los quince o veinte días en el que el militar estuvo ausente". La muestra con un vestuario de mujer pobre, " que no estaba hecha a su medida, más grande que ella…":Pero educada, con modales e inteligente, más inteligente que la mayoría de los hombres que la rodeaban y "más que el milico, seguro" Esta Magda no inspiraba en Lamas el deseo que surgía en Eldorado proveniente de su natural hermosura resaltada por los vestidos exhibidos y de su actitud ante el hombre : "reía cariñosa, humilde y embobada mirando al macho impasible" quien pagaba todos los gastos de los parásitos".

    Ella sólo tomaba té, de ahí que alguien del bar la bautizara "Flor de té".

    Lamas es asaltado por la duda, y se le ocurre pensar que la mujer del cabaret y la muchacha que lo acompañaba en las madrugadas no existían, que eran dos farsas: MUJER Y MUCHACHA. En ciertas oportunidades Onetti, define a la"muchacha" como objeto de seducción, diciendo "sin defensa, ni protección, ni máscara, con el pelo atado en la nuca, con el exacto ingrediente masculino que hace de una mujer, sin molestia, una persona..Eso inapresable, ese cuarto o quinto sexo que llamamos una muchacha" ( " La novia robada" Pág. 13)..Este cuarto o quinto sexo provoca el amor en Lamas y tiene un efecto, en este caso: la mera esperanza de enamorarse.

    La muchacha de Onetti al decir de Fernando Ainsa en "Las trampas de Onetti", no sucumbe con la pérdida de la pureza, sino que puede prolongarse por un tiempo la dimensión de su pureza absurda y maravillosa. El deterioro y la descomposición de sus mejores virtudes, anunciados simbólicamente, en nuestro caso, por en número mil y por el negro de su sombrero, será fatal, aunque la duración del proceso sea diverso y pese a todo no habrá forma de superar el límite cronológico de los veinticinco años. Pasado este plazo la muerte de la muchacha es inevitable: " El espíritu de las muchachas muere a esa edad- sentencia Onetti- más o menos, pero muere siempre"( El pozo" Pág. T34) Lamas deja de ver a aquella muchacha que suponía preguntando tonterías al comandante y sufría pensando en la supuesta intimidad de la pareja. Hasta que renuncia y se pone a comenzar el duro trabajo del olvido".

    En el proceso de lucha por alejarse de un mundo que la asfixia, Magda la muchacha, se "descompone"en mujer. El camino es siempre el mismo: buscar, descubrir el amor, pero saber que apenas se lo ha descubierto , ya está depositado en él su acelerada destrucción. En su afirmación está su negación, en la tesis, su antítesis. El amor solo podrá ser un instante: aquel en que se produce un espasmo y en que la exaltación logra su timbre más agudo.

    Sin embargo, hay un modo de preservar realmente el amor: haciendo que las muchachas mueran antes de transformarse y quedando así congeladas en la fijación juvenil que han provocado en el hombre que las amó. Así sucede en "El Pozo". y así sucede en nuestra novela .La evasión es la perfecta solución a los problemas y la solución a los problemas de Magda, a ese amor perdido por causas del destino Magda es un ser problemático, que ama pero no puede ser fiel, que se enfrenta a un mundo desolado, ante el cual nada puede hacer.

    En medio de su abatimiento físico –moral busca una salida, el comandante, pero todos sus esfuerzos quedan irremediablemente frustrados: la fatalidad parece dirigir todas sus acciones. Surge entonces una visión del mundo en la que los valores del presente se conciben como falsos y despreciables, una obstinada destrucción de toda ilusión y una falta de fe en la relación del hombre con el universo que lo rodea.: "todos los personajes y todas las personas nacieron para la derrota" afirma Onetti (Marcha, 1966)

    En el mundo narrativo de Onetti la dicha es efímera y todo vínculo humano está condenado a la caída. Onetti establece una profunda correlación entre el estado anímico del hombre y el medio ambiente, sin valerse del encadenamiento lógico de ideas propio de la descripción sicológica tradicional; la asociación es lírica y no conceptual. La inminencia de la desgracia venía insinuándose desde el comienzo del relato y se sugiere simbólicamente mediante el insistente anuncio del temporal de Santa Rosa el desamparo del ser en el mundo. El estado anímico del hombre se impone así con fuerza irresistible. Poco después, la tragedia, la muerte de la muchacha, se ha consumado. Es indudable que la naturaleza no sirve de telón de fondo, de simple decorado estático. Su estrecha conexión con la historia narrada cumple una función unificadora de diversos niveles de significación.

    La Magda mujer llega a una situación límite, en una zona extrema entre la vida y la muerte. El narrador la describe buscando" ese estado de estupidez y liberación " a través de la bebida, con voz ronca, muequeando desagradablemente, huyendo de lo femenino, lejos de toda transmisión sexual, imponiendo rechazo y frigidez y casi cerca del final regalando su cuerpo al contador porque"Total, este cuerpo ya no es mío. Te lo regalo y te juro que podés hacer con él todo lo que se te ocurra".

    Toda la novela es el desarrollo de la vida de Magda , el cual traza una parábola, alcanzando el cenit en la segunda parte:"Donde Magda es Amada" La cuarta y última parte, casi un epílogo, es solo el pretexto para cerrar el círculo iniciado cien páginas atrás. La trama se detiene en el instante final, por un acto volitivo: el suicidio. Este trágico destino avanza firmemente desde la primera página y este aspecto del tema divide el tiempo de la novela, la estructura narrativa de ésta y el mundo sicológico del protagonista en dos planos de realidad: un ayer y un mañana. El hoy es anecdótico, trivial, en el se presenta a Magda y su trágico destino: la muerte. Magda es la sobreviviente de un ayer que se acercó fatalmente a un mañana, la muerte en su versión mas desoladora: la nada.

    Lamas y el comandante aceptan la corrupción del amor has ta su forma más extrema: la prostitución. Magda la prostituta, es mostrada aquí, en las madrugadas con Lamas asumiendo una nueva forma de inocencia, a costa del ridículo. Es presentada con cierto aire infantil, inculta y de mal gusto, a través de su retrato y de la descripción del apartamento de Santa Fe al mil.

    En su vestimenta encontramos algo de "disfraz" y también en su aspecto de muchacha "con muñecas y tabillos infantiles"."Ella salía con un tapado de armiño. UNA ROPA QUE NO ESTABA HECHA A SU MEDIDA…""Y llevaba un sombrero negro, varonil, de alas anchas, anticipándose a la moda de ahora…".Esta, mujer cautiva al enjambre de hombres que revolotean como moscas, noche tras noche, alrededor de la mesa donde el whisky rueda generoso pagado por el comandante.

    Es una Magda que irradia deseo, pasión a través de "una cintura, unos pechos, unas caderas, que sólo pensarla desnuda ya era un lujo chiquito"Es una hembra deseable desde lo físico, donde lo que sólo se ve e importa es la juventud. Fernando Ainsa dice que donde la contradicción esencial de los sentimientos que provocan las mujeres en los protagonistas de Onetti, se da perfectamente tipificada es en las prostitutas, un personaje tipo recurrido por la seducción inevitable que provoca.

    La ambigüedad de los sentimientos , un amor revertido en odio, una piedad matizada por el desprecio, un desajuste agudizado al punto de ser chirriante, no impedirá que el personaje sea más definido que nunca, que sea un abierto desafío al orden vigente, que la mujer en cierto modo esté realmente lograda como tal a través del ejercicio de la prostitución. El juego de contradicciones parte de que la prostituta se reparte, en el universo amoroso de Onetti, por cuotas idénticas las zonas del odio y del posible amor que separa a las mujeres de las muchachas.Ellas serán las únicas capaces de suscitar la piedad, (un privilegio que solo tienen los locos), al mismo tiempo que el amor, (un privilegio de las vírgenes).

    La aparición de la prostituta como personaje es paralela al surgimiento de su mundo novelesco.

    Uno de los modos más crueles y drásticos que tiene ONETTI para diferenciar a las prostitutas por las que siente piedad o amor y aquellas otras que odia o desprecia, es el precio que ésta cobra por su ejercicio. Es el precio que la humilla, lo que envilece su condición.

    Paradojalmente no es el ejercicio de la prostitución misma. La prostituta que tiene un precio está muerta como muchacha o mujer: es un cadáver .De ahí provendrá el sobrenombre de Larsen: Junta cadáveres, dada su profesión de macró y proxeneta en la novela que lleva su apodo, JUNTACADÁVERES. MAGDA no tenía precio para el comandante porque el amor no lo tiene. En el universo irredento de Onetti, es lo único pasible de redención.

    BIBLIOGRAFÍA

    AINSA, F. (1970) : Las trampas de Onetti, Montevideo, Ed. Alfa.

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    MATERIAL BIBLIOGRÁFICO, Módulo IV, (2004) ANEP-CODICEN.

    MOREIRA, H. (1992): Mujer, deseo y comunicación, Montevideo, L. y Risso

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    POTDEVIN, P. (2004) :Onetti:un escritor aun con mucha cuerda.

    www.sololiteratura.com

    RUFFINELLI, J. (1973) : Onetti, Montevideo, Biblioteca de Marcha.

     Profesores de Lengua y Literatura:

    Jorge Sapka

    María del Huerto Leal

    Febrero de 2005