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Magdalena, Colombia: la escasa divulgación científica amenaza nuestra competitividad


    Magdalena: la escasa divulgación científica amenaza nuestra competitividadMonografias.com

    Magdalena: la escasa divulgación científica amenaza nuestra competitividad

    Iniciativas que se pueden emprender desde las políticas educativas territoriales.

    Hace pocos días se celebró un evento, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el que se analizó cuánto ha avanzado Colombia, después de 20 años de haberse dado, según el periodista que reseña la noticia en Revista Semana, "el primer impulso al tema de la competitividad". La conclusión, según dicho análisis, es que todavía persisten grandes obstáculos que le restan competitividad al país como la infraestructura, la educación y la innovación. Sin embargo, como Colombia es un país de regiones, el análisis de las variables del avance o retroceso está desglosado por departamentos.

    edu.red

    Se socializaron dos estudios: uno liderado por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y El Caribe) que ha establecido su escalafón basado en cinco factores: economía, capital humano, infraestructura, ciencia y tecnología, y gestión y finanzas públicas. El otro estudio lo efectuó el Consejo Privado de Competitividad (CPC) en asocio con la Universidad del Rosario, denominado Índice de Competitividad Departamental.

    Con respecto al primer estudio, como ustedes pueden ver en la tabla que se expone a continuación publicada por la mencionada Revista, nuestro departamento se encuentra entre los "coleros" (que, dicho con menos eufemismo, está en el nivel "inferior", o por debajo de la categoría "bajo").

    Con respecto al Índice de Competitividad Departamental, el mismo se efectuó analizando 81 variables, en un estudio que, a primera vista, se percibe mucho más amplio y profundo. Para resumirles el cuento (ustedes pueden leer el artículo completo en la revista semana), confirma en mucho el IndiceCepal, pues en el top 5 están en los primeros lugares Bogotá y Antioquia.

    En este artículo quiero resaltar el factor "Ciencia y Tecnología" ya que, en cierta forma, es transversal a los otros cuatro, como ya veremos más adelante.

    Aunque para algunos lectores dichos informes revelaron (según las palabras de la edición de Semana) "grandes sorpresas", para muchos de nosotros, los magdalenenses (si acaso no todos), no representó ninguna novedad. ¿Por qué habría de hacerlo? La verdad es que estamos amarrados a nuestra tradición, una tradición que ha minimizado la importancia de la ciencia.

    Estuve buscando en internet "personajes ilustres del magdalena" y en algún sitio[1]aparecen catalogados así: Presidentes – Escritores e Intelectuales – Músicos compositores y cantantes – Reinas de belleza – Artistas – Actores – Deportistas, entre los cuales no figura ninguna personalidad de las ciencias o las tecnologías. Estoy muy seguro de que no es que no existan, sino que, lo que ocurre, es que no son noticia.

    Algo que dice mucho de nuestra vocación hacia las ciencias lo pude notar hace casi dos lustros, cuando la Universidad del Magdalena quiso abrir el pregrado de Ciencias Fisicas y, tras intentarlo en 3 ó 4 ocasiones, no hubo la cantidad mínima de inscripciones viables para abrirla. Otro hecho es nuestra tradición de bajos resultados en las pruebas saber departamentales. En una publicación efectuada hace un par de años por El Tiempo, la directora de calidad de la Secretaria de Educación Departamental, Nelly Barros Cerchar, afirmó que el Magdalena históricamente ha obtenido malos resultados en las pruebas Icfes, y únicamente en 2005 pudo superar la media nacional en el área de ciencias naturales (Benjumea, P. 27 de noviembre de 2011).

    A pesar de que los colombianos tenemos claro que "Las Ciencias Básicas se constituyen en la base fundamental de los procesos de desarrollo científico y tecnológico, sin los cuales es impensable la inserción de nuestro país en las dinámicas globales de desarrollo" (Colciencias, 2006), en nuestro departamento hace falta una mayor concientización de esta importancia. Para lograr ello, se formula el Plan Estratégico de Ciencias Básicas[2]el cual pasa por estrategias como la consolidación de la capacidad humana en Ciencias Básicas, el desarrollo de infraestructura física y de información para investigación en Ciencias Básicas, el apoyo a grupos de investigación y programas de doctorado, hasta el fomento de la divulgación científica. Y es en éste último donde quiero llamar la atención.

    Cuando hablamos de "Divulgación Científica" el imaginario de muchos se llena de escenas aburridas en las que un sesudo y despeinado investigador hace explicaciones en una jerga inexpugnable para el ciudadano común y corriente, ante un grupo de colegas, en un ambiente estratosférico y alejado de nuestras terrenales vicisitudes. Eso no es.

    Aunque la divulgación científica o comunicación de la ciencia incluye La comunicación entre pares, debe ir mucho más allá. Debe ser una actividad estimulante, interesante y motivadora, dirigida al común de la gente, y sobre todo a los niños y jóvenes, con el fin de sembrar en ellos la noción de la ciencia, el desarrollo del pensamiento científico y la importancia que tiene la misma en el desarrollo de la humanidad y sus artefactos, en el marco de una sociedad del conocimiento (es decir, una sociedad que tiene en la producción de conocimiento su más preciado sustento).

    En contraposición al pensamiento científico, está el llamado "pensamiento mágico", que, en ausencia de las habilidades de un pensamiento complejo (cuando se contemplan numerosas variables para enfrentar y resolver un problema de manera lógica), se construyen explicaciones traídas a cuento por medio de la casualidad o con sustento metafísico. Parafraseando a Marcos-Calderón (2002), en nuestra comunidad se trastocan los términos: la astrofísica se codea con la astrología, la psiquiatría con la parapsicología, la medicina con el curanderismo, la meteorología con la ufología, etc.

    Según algunos pensadores, el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación resulta indispensable para lograr el desarrollo de un país competitivo. Pero la lógica más elemental nos indica que para el desarrollo de la ciencia primero se necesita formar científicos, y que para formar científicos comprometidos (los de verdad verdad), primero hay que fomentar amor por la ciencia. Pero, ¿a dónde quiero llegar? ¿Qué papel le corresponde jugar a los docentes? Además, ¿Podemos establecer responsabilidades políticas?

    Permítanme parafrasear a Zully David Hoyos (2005) cuando dice que: la política, la ciencia y la tecnología e innovación deben conformar un mismo derrotero en el país, desde que, en el Siglo XX, la ciencia y la tecnología transformó el original canon de las ciencias por la ciencia para convertirse en la conciencia de la sociedad, y la política tuvo que comenzar a basar sus programas y acciones en presupuestos derivados y convalidados por la ciencia y la tecnología. En efecto, la política nacional de apropiación social de ciencia, tecnología e innovación de un país en procesos de modernidad y modernización como Colombia, en primera y en última instancia, es una política de políticas para convocar, movilizar y dedicar recursos y acciones de todos los actores a la tarea de ofrecerle a la sociedad colombiana, ahora inmersa en una compleja crisis de autodestrucción, un espectro de visiones reales, concretas y contemporáneas, derivadas del conocimiento valido, como la mejor de todas las opciones de concertación para la construcción de su futuro político, económico y social.

    Coherente con esta visión de modernidad, inicia el documento Conpes 3582 reconociendo que "la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTeI) han sido identificadas por la sociedad colombiana como fuente de desarrollo y crecimiento económico. Utilizar esta vía de desarrollo requiere de una política de Estado con estrategias que incrementen la capacidad del país para generar y usar conocimiento científico y tecnológico"(CONPES,2009).

    Adicional a esto, quisiera añadir dos de las conclusiones a las que llegaron los participantes de las Jornadas Iberoamericanas sobre Criterios de Evaluación de la Comunicación de la Ciencia, desarrolladas en Cartagena hace unos años (Lozano, M. C. Sánchez-Mora, 2008):

    • La comunicación de la ciencia y de la tecnología es imprescindible para desarrollar la cultura científica y tecnológica de la población iberoamericana

    • La cultura científica y tecnológica se constituye en factor de inclusión social y por consecuencia, influye de forma decisiva en la disminución de las pronunciadas desigualdades que caracterizan nuestro espacio geo-político iberoamericano.

    Quiero ampliar el valor de estas conclusiones mencionando, con Martinez-Turégano (s.f.), que la ciencia y la tecnología hoy en día tienen una influencia extraordinaria en nuestra sociedad, pues para entender el mundo y actuar como ciudadanos responsables debemos adquirir conocimientos científicos. Muchas de las decisiones de nuestra vida cotidiana están relacionadas con la ciencia, y por eso es cada vez más importante tener una cultura científica, entre otras cosas, para poder distinguir, entre la multitud de mensajes que recibimos cada día, las informaciones que son fiables de las que no lo son y diferenciar las opiniones de las creencias justificadas científicamente.

    Con estas ideas claras: 1. La Ciencia, la Tecnología y la Innovación (quiero resaltar ese orden) son fundamento del desarrollo que aspiramos tener. 2. Es necesaria una cultura científica para poder desempeñar una ciudadanía responsable en el siglo XXI. 3. Nuestros índices departamentales de apropiación de la ciencia son bajos. Podemos concluir que debemos emprender acciones que mejoren la divulgación y popularización o comunicación de la ciencia, con el fin de mejorar la cultura científica de nuestra comunidad.

    Pero ¿Cómo se hace divulgación científica? O dicho de otra forma, ¿Cómo logramos la apropiación social del conocimiento científico?

    Según el plan nacional de desarrollo científico, tecnológico y de innovación de Colciencias (Colciencias (2006)), se define la apropiación social del conocimiento como el conjunto de "actividades que contribuyan a la consolidación de una cultura científica y tecnológica en el país, es decir, que la comunidad científica y tecnológica, quienes toman decisiones sobre ciencia y tecnología, los medios de comunicación y el público en general, se apropien del conocimiento y desarrollen una mayor capacidad de análisis crítico sobre la ciencia, la tecnología y sus relaciones con la sociedad y la naturaleza"

    En el marco de dicho Plan, en los últimos años se han venido fomentando a nivel nacional programas de formación de vocaciones científicas para niños, niñas y jóvenes (programa Ondas de Colciencias), el desarrollo de programas orientados a toda la comunidad para la apropiación del conocimiento a través de centros interactivos (Parques de la ciencia y Museos Científicos como Maloka y Explora), programas especiales en medios de comunicación (programa de televisión Pa"ciencia), y la producción editorial relacionada con el tema.

    Pero una fuente más precisa de acciones de divulgación científica la encontramos en las memorias de las Jornadas Iberoamericanas sobre Criterios de Evaluación de la Comunicación de la Ciencia, efectuada en Cartagena (Lozano-Sánchez, 2006). Según dicho documento se consideran evaluables, entre otras, las siguientes acciones de divulgación científica:

    • EVALUACIÓN DE MUSEOS, CENTROS DE CIENCIA, PARQUES Y ZOOLÓGICOS: no sólo la existencia de dichos espacios, sino su relación con las escuelas, y que los esfuerzos de los educadores no se dirijan a la transmisión lineal de contenidos e informaciones sino a la búsqueda del aprendizaje construido desde las referencias culturales del visitante escolar.

    • EVALUACIÓN DE MEDIOS MASIVOS Y NUEVAS TECNOLOGÍAS: Que la Ciencia sea noticia, y que las noticias científicas no se limiten a la divulgación de los logros científicos (orientado a los logros y beneficios) sino que dé cuenta del proceso, las controversias y los riesgos de la ciencia.

    • EVALUACIÓN DE LAS ACTIVIDADES CIENTÍFICAS INFANTILES Y JUVENILES: se analizan las acciones emprendidas desde la política científica y tecnológica general y particular de comunicación. Para ello es necesario generar espacios en los cuales se socialicen los impactos sociales de los proyectos de ciencia y tecnología liderados por niños, niñas y jóvenes estudiantes, como las Ferias de Ciencia y Tecnología estudiantiles.

    • EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS DE FORMACIÓN DE COMUNICADORES DE LA CIENCIA: porque los comunicadores necesitan una formación adicional para dedicarse a comunicar la ciencia.

    Teniendo en cuenta las anteriores categorías, y tratando de cumplir con la intencionalidad del presente artículo, propongo las siguientes iniciativas:

    • 1. Una mayor divulgación de los logros que ha conseguido el programa Ondas, una ampliación de la base de participantes de ese esquema, y la creación de programa departamental de difusión científico-tecnológica estudiantil.

    • 2. Estimular, desde las diferentes administraciones territoriales, la realización de ferias estudiantiles municipales y departamentales de ciencia y tecnología.

    • 3. Otra iniciativa de gran impacto, pero de mayor esfuerzo político, sería realizar una inversión decidida y permanente en un museo o parque interactivo de ciencia y tecnología: un lugar donde los niños, niñas y jóvenes interactúen con fenómenos científicos y tecnológicos, y a través de allí encadenar acciones formativas a modo de foros, simposios y conferencias científicas entre las universidades y las escuelas.

    • 4. Desde la educación y de los medios de comunicación, vendría muy bien que emprendamos acciones intencionadas de promoción de la ciencia como un proyecto heróico de vida. En una sociedad tan permeada por la violencia, como la nuestra, es lamentable que la mayoría de los medios prefieran protagonizar los ejemplos de vida efectistas, poco esforzados y violentos, que proyectan interminablemente por la televisión. La redacción amarillista de los eventos noticiosos de la cotidianidad y la adoración inducida hacia los antihéroes nacionales como son los "capos", las "prepago", los mafiosos y los asesinos "de película", promueven un respeto mediático hacia los personajes equivocados del espectro social, e, indirectamente, una indiferencia colectiva hacia quienes de verdad están haciendo cosas útiles por el desarrollo de nuestra sociedad.

    • 5. Ofrecer, desde la Universidad y patrocinado por la entidad territorial, opciones de Formación Continuada en Periodismo Científico para comunicadores Sociales.

    Por último, quiero resaltar que por sobre todas las iniciativas anteriores, los principales mediadores entre los infantes y la ciencia son los padres y los maestros. Si ellos no ven en nosotros el interés por comprender el mundo y ejercer nuestra responsabilidad como ciudadanos involucrados y comprometidos con la problemática ambiental y social, si no les transmitimos nuestra admiración por los verdaderos héroes de nuestro bienestar tecnológico y nuestra salud, será más difícil para ellos entender la idea.

    En la fiesta de Halloween que se celebró hace poco, en la que los niños (y sus padres) salieron a desfilar disfrazados de sus anhelos de vida, no vi muchos disfraces de científicos. En la próxima navidad, estoy seguro, habrá muchas armas de juguete rodando entre las esquinas de nuestros barrios, y pocos telescopios, microscopios, libros o lupas. Y cuando un niño recibe estos últimos regalos, sus vecinitos los miran con lástima o compasión. Tengo un niñito vecino que ya me ha "matado" más de cinco veces con su pistola de juguete, a través de la ventana. Menos mal que en Colombia están prohibidas las armas "de verdad", ¿verdad?

    REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

    Benjumea Brito, P. (27 de noviembre de 2011) Pruebas Saber, campanazo de alerta en el Magdalena. Eltiempo.com Sección Nación. Recuperado el 03-11-13 desde http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-4991171

    Colciencias, 2006; Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; Ciencias Básicas. Bogotá, 2006. Recuperado el 03/11/2013 desde http://www.colciencias.gov.co/programa_estrategia/ciencias-b-sicas

    Consejo Nacional de Política Económica y Social CONPES (2009), DNP, Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Documento 3582, Bogotá. Recuperado el 03 nov2013 desde http://www.colciencias.gov.co/normatividad/conpes-3582-de-2009

    David Hoyos, Zully, (2005) Exclusión e Inclusión Social En Aguirre G. Julia (Ed) La Percepción que tienen los Colombianos sobre la Ciencia y la Tecnología, (pp. 25-40) Bogotá: Colciencias (la cursiva es añadida). Recuperado el 03 nov 2013 desde: http://repositorio.colciencias.gov.co/bitstream/11146/263/1/PercepcionColombianosCyT2005%20154.pdf

    Lozano, M. y C. Sánchez-Mora (Ed.), (2008): Evaluando la comunicación de la ciencia: Una perspec tiva latinoamericana, México D.F., CYTED, AECI, DGDC-UNAM, 206 p. Recup el 03 nov 2013 de http://aulavirtual.eaie.cvudes.edu.co/publico/lems/L.000.004.MG/Documentos/Anexos/Cap3/4.pdf

    Marcos, Alfredo / Calderón, Fernando. (2002) Una Teoría de la Divulgación de la Ciencia, Revista Colombiana de Filosofía de la Ciencia, año/vol.3, No 6-7, universidad El Bosque, Bogotá,2002. Pp 7-40.

    Martinez N. F. y Turégano J. C. (s.f.) Ciencia y Sociedad: El Trabajo Científico y su influencia en la Sociedad. Agencia Canaria de investigación, Innovación y Sociedad de la Información. Recuperado el 03/11/2013 desde http://www.cienciasmc.es/web/pdf/u1_ciencia_y_sociedad.pdfMagdalena

     

     

    Autor:

    Elkin B Márquez Fernández[1]

     

    [1] http://www.colombia-sa.com/departamentos/magdalena/personas1magdalena-es.html

    [2] Colciencias, 2006

    [1] Docente de Matemáticas del Distrito de Santa Marta, Tutor del programa Todos a Aprender del M.E.N., Especialista en Pedagogía del Aprendizaje Autónomo, Especialista en Administración de la Informática Educativa, Estudiante de la Maestría en Gestión de la Tecnología Educativa de la Universidad de Santander.