Las fiestas populares campesinas – El Palenque del municipio Bayamo – Cuba
Enviado por Yaime Domenech Corrales
- Resumen
- Desarrollo
- Guateques
- Fiestas de torneo o de bandos
- Altares de cruz
- Velorios
- Procesiones y mascaradas
- Tambor Yuca
- Las fiestas populares campesinas vigentes en la comunidad El Palenque
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
Las fiestas populares campesinas, un reflejo de nuestra Cultura Popular Tradicional en la comunidad El Palenque. En el mismo se abordan elementos del tema desde sus inicios y como ha sido su comportamiento en cada etapa histórica social. Las fiestas populares campesinas, un reflejo de nuestra Cultura Popular Tradicional en la comunidad El Palenque. En el mismo se abordan elementos del tema desde sus inicios y como ha sido su comportamiento en cada etapa histórica social.
Las tradiciones desempeñan un papel insustituible en la formación de un estereotipo etnopsicológico determinado. En las sociedades elitista de denominación folklore al saber del pueblo, terminó en sí mismo discriminatorio, ya se refería solo a la cultura de las clases sociales desposeída, con un origen netamente popular, al margen de todo académico.
El folklore fue concebido como la no cultura, la incultura o el saber empírico de las clases dominantes; mientras, el concepto de cultura fue conservado por las manifestaciones intelectuales y artísticas, propias del sector dominante.
Desarrollo
El conjunto de hábitos y modos que muestra la sociedad reflejan la manera de hacer su cultura , de ahí que las costumbres se traduzcan en vestuarios, viviendas , festejos, religión, oralidad, música y otras manifestaciones inherentes al hombre en su habitad, desarrolladas a partir de sus necesidades. Entre las particularidades presentes en cada pueblo se destacan la especificidad psíquica y las características espirituales, fundamentales en la formación de la cultura nacional.
La Etnología o Etnografía es la ciencia que estudia al hombre en y sus costumbres con un sentido global: considera que la cultura es todo lo que la sociedad, tanto de carácter espiritual como material. Confiere especial valor a las tradiciones etnoculturales contemporáneas, pues tienen una importante función aglutinadora y continuadora de los lazos culturales intergerenacionales, que posibilita precisamente, la sucesión cultural, sin la cual no se conservan los elementos autóctonos de un pueblo, propios de su idiosincrasia nacional.
Nuestro país no ha sido una excepción: durante las etapas prerrevolucionarias, la cultura fue conscientemente desvirtuad, mientras que las obras de nuestros legítimos valores permanecían engavetados. Joyas de la cultura musical cubana, como las obras de Alejandro García Caturla y Amadeo Roldan, apenas eran ejecutados; algunas permanecieron inéditas, hasta el triunfo de la Revolución.
Lo verdaderamente cubano, lo criollo, lo genuino de nuestra cultura, se miraba con desprecio o se distorsionaba; lo que procedía del extranjero e convertía en moda. A pesar de esta situación, las clases populares fueron capaces de guardar las tradiones de la cultura nacional conforme las habían creado.
La Cultura Popular Tradicional es cultura porque constituye el compendio de expresiones que se transmiten de generación en generación, con el desarrollo de nuevas tradiones. Es tradicional porque esta en una ley que define y determina la perdurabilidad de las manifestaciones culturales, así como su índice de desarrollo, a partir de un proceso de asimilación, negación, renovación y cambio progresivo hacia nuevas manifestaciones las cuales trascienden por lo general, a diversas formas económicas –sociales.
Nuestro país abstenta una cultura basada en los orígenes étnicos que conforman nuestra nacionalidad., por medio de las manifestaciones que legitimizan la Cultura Popular Tradicional. Al triunfo de la Revolución en 1959, se hizo un llamado al rescate de tradiciones, y se promovieron investigaciones que ratificaban fechas y descubrimientos, datos necesarios para escribir nuestra verdadera historia.Se preconizó el conocimiento y valoración de nuestras tradiciones, de forma sistémica, en todo el ámbito nacional. Se acopiaron y estudiaron los elementos propios del acervo cultural tradicional del pueblo, pero ahora desde un punto de vista científicamente estructurado.
Por ello se hace necesario realizar un estudio de las fiestas populares campesinas. Porque se detectó que en muchas de las comunidades, se realizaban las mismas y se han ido perdiendo estas tradiciones.
Las fiestas organizadas por el campesino cubano hasta los años 50 de este siglo puede dividirse en dos grandes complejos: uno responde a la necesidad histórica del hombre de tratar de explicarse e influir sobre los fenómenos de la naturaleza, en la pretensión de su control a través de festejos propiciatorios, y el otro conserva estructuras propias de medios urbanos y clases sociales no concordante con el campesinado, las cuales, al ser retomadas por este, sufren adaptaciones y variantes correspondencias con el ámbito de reimplantación.
Si nos remontamos a su origen más primitivo, estas fiestas nos llegan de los rituales que se ofrecían a los dioses de la naturaleza para que propiciaran abundantes cosechas. Con el tiempo se convirtieron en fiestas que incluían teatralizaciones, así como distintas manifestaciones musicales y danzarías, por lo que derivó en actividades laicas. No obstante la iglesia mantiene el culto a San Isidro Labrador, patrón de los agricultores.
Como su nombre lo indica son festividades de ambiente rural. En Cuba, responde en general, a un origen hispano y en especial canario, por su asentamiento en numerosos lugares donde se dedicaron a varios cultivos, especialmente al tabaco.El campesino cubano por razones propias de su habitad, conservó con mayor fuerza las tradiciones propias de sus tierras de origen, aunque han evolucionado a partir de un proceso de asimilación y cambio natural en este tipo de manifestación.
Estas fiestas, casi siempre organizadas por un grupo familiar, agrupan a los vecinos del lugar, a veces de sitios cercanos. Sus motivaciones suelen ser disímiles, pues estas fiestas campesinas responden a una variada gama de intereses que van de la lógica de diversión y entretenimiento hasta los de carácter laboral, conmemorativo, lucrativo, carnavalesco y religioso. Cada uno de estos intereses o motivaciones se subdividen, a su vez, en correspondencia con la actividad específica dada.
Si una motivación es laboral puede poseer tres vertientes: comienzo de cosecha, fin de cosecha o ayuda mutua entre vecinos. La conmemorativa responde a acontecimientos familiares: bodas, bautizos y cumpleaños, o acontecimientos de especial valor entro del grupo, como algunos hechos de significación patriótica o social. Las fiestas adquieren un carácter lucrativo cuando se realizan con el propósito de recaudar fondos con beneficios públicos, construcción de un bien común o el mejoramiento de los existentes o con beneficio privado, enfermedad de algún familiar o vecino.
La celebración del día asignado en el santoral católico como propio del santo o deidad venerada, por el cumplimiento de una promesa, la petición de algún deseo o milagro y el propiciatorio de un resultado esperado, conforma las motivaciones religiosas. Por último, han aparecido restos de festejos, cuya razón de ser fue carnavalesca, como en el caso de las fiestas campesinas de mamarrachos o maharrachos; especie de mascaradas que se trasladaba de casa en casa en casa en toda sitiería o barrio rural.
La música también ocupa un lugar importante dentro de las fiestas campesinas. La misma constituye la base fundamental de su desarrollo, al igual que el vestuario y las formas de baile. Esta es de vital importancia en cualquier celebración campesina.
La música campesina es parte del proceso ocurrido en los siglos XVI y XVII en España y la confluencia de aquellos elementos portados por los conquistadores y emigrantes del sur de la península, que fueron nuestros pobladores primeros, ocurriendo en Cuba la cristalización de géneros de canto, por ende, muy similares a los que estaban surgiendo en las zonas de origen, pero en cada región tomaron caracteres y nombres particulares, las cuales fueron mutándose de acuerdo con las funciones sociales específicas de cada pueblo.( Linares Savio; 1999: 32).
En esta idea se enmarca la savia fundamental de la fusión de los elementos de orígenes en la música cubana. Aunque no es un aspecto conceptual, propiamente dicho, si revela la peculiaridad con que se asume esta expresión cultural. Su diversidad está condicionada por factores tanto geográficos, como sociales, económicos, políticos y de toda índole. Pede que su esencia, en términos generales, no pierde sentido, pero cada pueblo la adopta y la hace suya en diversas maneras de expresión, así se distinguen los cantos por diferencias zonales, ya sea caracterizado por el tipo de actividad económica que desarrollen o por sus modos, usos y costumbres.
La música campesina es por consiguiente una música propiamente del pueblo y para el pueblo, hasta tal punto que se podría hablar de la historia del país a través de la historia de su música.
La música campesina popular y tradicional sin excepción, significa por el amplio legado que de varias generaciones que quedan y prosigue en las nuevas. Debido a su profundo carácter tradicional, es la expresión musical que menos se ha visito afectada ante los nuevos cambios, en el sentido de que sus portadores poseen un arraigado sentido, aunque quizás se le considere, por muchos jóvenes, música propiamente de campesinos y todos logren una importante identificación con ella, es cierto que en su base se funda gran parte de la idiosincrasia del cubano.
A lo lejos una tonada campesina, nos trae el recuerdo ancestral del lamento árabe, o quizás el ronco gemido de canto gitano, no es casual, es la savia que asciende desde las profundidades de la historia, por la raíz de nuestro pueblo, crisol, donde, tras la imprescindible maceración ha surgido nuestra música. (2002:21)
Ante esta idea se defiende, la inevitable relación de la música cubana con su procedencia, naciente como fruto del maltrato de muchas culturas en las que se fue formando la autoconciencia nacional, y la música en su proceso de transculturación, se fundió como símbolo para la defensa de la identidad.
Ha servido como medio de comunicación e interacción entre los pueblos y manifiesta en su contenido, los rasgos de diferentes culturas, los acontecimientos principales de la vida, la historia de los pueblos, y un conjunto de elementos van construyen una realidad, que expresa los valores nacionales centrales de la sociedad.
Entre sus expresiones más representativas, se encuentra la décima. El abordaje al tema, desde esta visión, subraya la significación que tiene la décima para la historia de la nación, ya que esta expresión, recrea el mundo simbólico de sus portadores y de los cambios sociales que transcurres. Es reconocida como cronista de todos os tiempo. Su espectro abarca cada circunstancia de la vida social. Su estrofa es utilizada para diferentes géneros, muchos son las guajiras, sones y el punto en general que hacen gala de esta estrofa, denominada y reconocida como la estrofa nacional cubana.
Es considerada un signo de identidad y con profundo carácter popular, pues es una manera, que tienen los habitantes de construir la historia, de conformar los gestos de la nación, en sentido general "es la música que mejor nos define" (Leyva; 2002: 62). Desde sus orígenes es el modo de expresión preferido por los poetas y los improvisadores a lo largo de todo el archipiélago. La inmortalidad de los géneros musicales que la han utilizado se debe precisamente, a la memoria viva, escrita por la mano de los mejores poetas cubanos.
Las fiestas campesinas con plena vigencia resultan, por lo común casos típicos de adaptación de estructuras festivas originadas en un medio urbano y propias de clases sociales no emparentadas directamente con la vida rural .Aquí los campesinos han conseguido consustanciarse con el nuevo medio, pervivir, y conservarse, a despecho de las modificaciones que los años imponen a todo lo que se convierte en tradicional.
Existen cuatro estructuras bien definidas dentro de las fiestas campesinas, las cuales pueden adecuarse a varias de las motivaciones antes expuestas: changüí, parrandas o guateques, torneos o fiestas de bandos; altares, velorios o alumbrados, y fiestas de tambor.
Guateques
Es una fiesta que se caracteriza por una pequeña reunión de familiares y vecinos, en la cual se relatan cuentos, se participa en juegos de entretenimiento, se baila, se canta y se establece el singular diálogo de la improvisación en versos acompañados de música.
La antigüedad de estas fiestas no ha podido precisarse, pero se organizaron de forma espontánea desde los primeros asentamientos historiados de trabajadores de tierras en nuestro medio. A estas asistían todos los vecinos de un barrio, batey, sitiería o colonia, con la excepción de algunas regiones donde era muy fuerte la práctica de la segregación racial, aún para dichas fiestas, en estos casos, las familias blancas y negras de una misma zona realizaban sus guateques por separado.
Al referirse a la palabra guateque nos referimos a changüí. Por lo que podemos suponer que, en ese momento, esta última era la voz más usual, y la describe como bailecito y reunión de gentualla, a estilo de cuna.
En cuanto a la expresión parranda campesina, no se ha hallado referencia peo puede definirse como diversión con alboroto y jarana. Grupo de personas que salen de noche tocando y cantando para divertirse.
Un guateque, changüí o parranda puede tener como fin el simple entretenimiento o una motivación de carácter laboral, como los guateques de comienzo de zafra y las cobijas o juntas. También conmemoraciones de bodas, cumpleaños, bautizos y otros fechas de especial significación para el grupo, entre ellos las fiestas de fin de año.
Fiestas de torneo o de bandos
Estos pueden realizarse solo formar parte del guateque. Las formas culturales propias de una sociedad feudal como los torneos se mantuvieron entre las costumbres tradicionales de la nación. En América, el caballo resultó, además un aliado fundamental para el conquistador y llegó, incluso a formar parte indisoluble de su vida.
Los torneos, distracciones de las clases más acomodados de la colonia devinieron diversión idónea del campesino cubano. Adaptadas al nuevo medio con múltiples variantes como la corrida de cintas o de argollas etcétera.
Altares de cruz
El análisis de los orígenes, desarrollo y transformaciones de la festividad, corresponde a la presencia en zonas campesinas, su alto grado de pervivencia en ellas hasta los años 60 del presente siglo y la presencia de caracteres distintivos en comparación con el medio urbano.
Velorios
Estas fiestas, aún vigentes en las zonas rurales, también de tradición hispana y católica, consisten en el velorio y alumbrado ofrecido a un santo. En este caso es una cosa, donde se le coloca la imagen, se le rodea de velas encendidas, de flores y frutas, y alrededor se sientan los invitados para, con su presencia demostrar al santo su veneración.
La actividad se realiza durante veinticuatro horas. Los asistentes, reunidos en torno al santo, desarrollan varias formas de entretenimiento, ofrecen un modesto refrigerio con café, galletas etcétera. En ocasiones se baila, pues no es lo establecido comúnmente en este tipo de reuniones festivas. Ejemplo en Villa Clara, Santi Espíritus, Matanzas y la Habana a mediados de los años 80.
Procesiones y mascaradas
De este tipo de actividades festivas encontramos procesiones a San Isidro, patrón católico de los ladrones. Ella se realiza cuando había un tiempo de seca prolongado y los vecinos llevaban al santo a dar una vuelta por los sembrados, para que se conociera el estado en que se hallaban por falta de agua y luego se le sumergía en el río, poso o arrollo cercano. Durante todo el tiempo se le cantaba y rezaba para recibir su apoyo.
Tambor Yuca
La fiesta tambor yuca se efectuaban los Domingo día en que tradicionalmente los esclavos podían cantar con algunas horas de asueto. En esta fiesta donde se toma aguardiente y se come cerdo asado sobre ramas, se baila y se canta, realizándose competencia entre los solistas (o gallos). El nombre proviene del grupo de tambores que se utilizan en la visuna.
Podemos afirmar que la mayoría de las fiestas antes mencionadas tiene origen hispano, la mayoría eran grupos de trabajadores de la tierra en la zona rural del país, son tan campesinas y tradicionales que son incluidas dentro del conjunto de festejos desarrollados por el campesinado cubano de hoy día.
Las fiestas populares campesinas vigentes en la comunidad El Palenque
En la comunidad el Palenque lugar donde centramos nuestra investigación, existen vigentes algunas tradiciones de las fiestas populares campesinas como las fiestas de torneo o de bando, que en la comunidad no son reconocidas con ese nombre. Porque las fiestas que se realizan las denominan como la flor de virama y dentro de esta fiesta es realizan ellos las corridas de cintas y demás actividades. Por lo que podemos decir que estas actividades al enfrentarse a un nuevo medio sufrieron adaptaciones. Es muy importante recalcar que esta se estuvo realizando hasta el año pasado porque la dirección de cultura decidió que no se iban a realizar más en las comunidades.
Otras de las fiestas tradicionales en la comunidad es la del 17 de mayo día del campesinado cubano. Ese día en las cooperativas dígase las CCS conjuntamente con los campesinos aleados a la misma y los comunitarios disfrutan de buena música, les ofrecen comida, traen termos de cerveza, además muchas veces han traído órganos de música molida, con el financiamiento de la propia cooperativa.
También encontramos otra tradición el altar de cruz de un poblador, que se ha convertido en tradición de la comunidad. Todos los años en el mes de julio se celebra esta fiesta. Nos contó su dueño que el no realiza esta fiesta por promesas ni nada, sino que él desde pequeño se crió en ese contexto y lo único que él hizo fue seguir su tradición.
Muchos son los comunitarios que asisten las fiestas antes mencionadas pues con el decursar de los años se han mantenido vigentes en la comunidad. Además estas ayudan a que los propios comunitarios no vea a su entorno monótono, estático y demás aspectos que de cierto modo pueden afectar el desarrollo sociocultural de las personas que conviven allí.
Conclusiones
La fiestas populares tradicionales campesinas contribuyen a la conformación de la Cultura Popular Tradicional a través de las diferentes tradiciones culturales: los guateques, los velorios, las parrandas, los cultos a los santos, las fiestas tradicionales de celebración de fin de año, la culinaria, y entre otros elementos los cuales forman parte de nuestra cultura cubana.
Las fiestas populares tradicionales campesinas contribuyen a la conformación de la Cultura Popular Tradicional manteniendo la vigencia de las mismas en las comunidades, que van trascendiendo de generación en generación.
Bibliografía
Atlas Etnográfico de Cuba. Cultura Popular Tradicional. CD.
Cultura popular tradicional. Centro Juan Marinello. 1999.
Diccionario manual de la Lengua Española. Editorial Pueblo y Educación, la Habana, Cuba 1976.
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Fiestas y tradiciones cubanas. Virtudes Peliu Herrera. Editorial de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Marinello, la Habana, 2003.
Guanche, Jesús. Procesos etnoculturales de Cuba. Editorial Letra cubanas 1983.
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Martínez Casanova, M. Cultura Popular Tradicional. Selección de textos y materiales. 2008. UCLV.
Chao Carbonero, G y S. Lamerán. Folklore cubano I, II, III y IV. Guía de Estudio. 1979. Editorial. Pueblo y Educación.
Autor:
Lic. Yaimé Domenech Corrales.
Profesora Asistente Universidad de Granma.
Lic. Elena María Díaz Rosabal.
Profesora Asistente Universidad de Granma.
Lic. Ana Elisa Gorgoso Vazquez .
Profesora Instructora Universidad de Granma.