Descargar

Narrativa en quichua santiagueño. El paradigma de los tiempos pretéritos


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Marco teórico
  4. Los tiempos de la narración
  5. Pretérito de habitualidad
  6. Análisis de los paradigmas del pretérito en la narrativa en quichua
  7. La descripción de los hábitos: pretérito de habitualidad
  8. Narración de hechos centrales: el pasado narrativo
  9. Resultados y conclusiones
  10. Abreviaturas
  11. Bibliografía

Resumen

El trabajo se propone una aproximación a la narrativa en quichua santiagueño, teniendo como objetivo la descripción y sistematización de algunas regularidades en las formas lingüísticas y de tópico en dichas narrativas, específicamente el uso de los paradigmas de los tiempos pretéritos en la narración de "casos" (Fernández Latour de Botas, 1988) sobre el Alma mula. Este estudio constituye un primer acercamiento a la tradición narrativa oral del quichua santiagueño, como locus de la relación entre lengua y cultura. Se considera que ciertos rasgos de los discursos narrativos pueden ser importantes para observar el vínculo entre lengua, cultura y sociedad (Sherzer, 1987), (Fishman, 1982). La investigación se ha desarrollado en el marco de una adscripción en la materia Etnolingüística, cátedra Golluscio, de la de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Introducción

El quichua santiagueño es una lengua hablada en Argentina, especialmente en la provincia de Santiago del Estero. Dicha lengua pertenece a la familia quechua, la cual se extiende geográficamente desde el sur de Colombia hasta el Norte de Argentina y posee más de 8 millones de hablantes (Unicef & Funproeib Andes, 2009). La familia quechua se clasificado en dos ramas Quechua 1 y Quechua 2 (Adelaar, 2004). Las lenguas quechuas sureñas, entre ellas, el quichua santiagueño, se encuentran en el segundo grupo. En la actualidad existen entre 140.000 y 160.000 hablantes, todos con alto grado de bilingüismo, en Santiago del Estero (Alderetes, 2001); pero también existen hablantes que han migrado a otras provincias, como Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires.

Este proyecto fue planteado en tres etapas: la primera fue la selección del corpus de narrativas de fuentes secundarias; la segunda constituyó la traducción y análisis morfosintáctico del curpus (lo que incluyó en todos los casos la segmentación de morfemas y la interlinearización de oraciones); por último, se realizó una sistematización de los usos de los tiempos pretéritos, desarrollada en este trabajo.

El análisis morfológico fue realizado empleando el programa Field Works Language Explorer (o FLEx) diseñado específicamente para la documentación de lenguas y tareas de análisis textual. Gracias al uso de este programa se lograron analizar y traducir las tres narraciones, a la vez que se creaba una base de datos lingüísticos, que al momento de finalizado el informe constaba de 170 entradas léxicas y gramaticales.

En esta sección (§1) se realizó una introducción a la lengua y al problema de investigación, a la vez que se especificaron las etapas del trabajo realizado. En §2 se desarrolla el marco teórico en el que se basa este estudio. En la sección §3 se presenta el trabajo de análisis de las formas verbales pretéritas empleadas en las narraciones seleccionadas. En esta sección se incluyen: (§3.1) los estudios antecedentes en la descripción de los paradigmas pretéritos en quichua santiagueño; (§3.2.1) la presentación del eje temático que atraviesa las narraciones elegidas; y (§3.2.2; §3.2.3) el análisis propuesto para los tiempos pretéritos sobre el corpus. Finalmente, en §4, se resumen los resultados y se presentan reflexiones finales.

Marco teórico

El presente trabajo sentará sus bases en aquellos estudios que, dentro de lo establecido por la Etnografía del Habla, están interesados en examinar las relaciones entre lengua y cultura. A continuación se mencionarán algunos aportes sobre el discurso (Sherzer, 1987; Hymes, 1972); el lenguaje narrativo como tradición (Woodbury, 2000); el arte verbal (Bauman, 1975) y el lenguaje poético (Friedrich, 1986).

Las hipótesis de Sapir y Whorf respecto del vínculo lengua­cultura­raza (Sapir, 1971; Whorf, 1971) han sido objeto de numerosas disquisiciones. En este sentido, consideramos valioso el aporte de Fishman (1982), respecto de los trabajos de Whorf. El autor propone un cambio en el enfoque con el que se abordan las mentadas ideas whorfianas, apuntando a una valoración de la perspectiva de la diversidad etnolingüística como patrimonio de la humanidad, lo que traduce como "whorfianismo del tercer tipo" (W3). El valor de W3 está ligado a la "conciencia social de las disciplinas que adscriben al estudio de la lengua­en­sociedad" (Fishman, 1982: 48).

Reconsiderando también las deducciones de Sapir­Whorf, Sherzer (1987) postula que es en el discurso artístico donde se activan en todo su potencial los recursos de la gramática y los significados y símbolos culturales. En este sentido, el discurso es la esencia de la relación entre lengua, cultura y sociedad. Los mitos, las leyendas, los cuentos, duelos verbales y conversaciones constituyen la vida verbal de una sociedad y son expresión y actualización de la intersección entre lengua y cultura. Estos discursos son el punto de partida teórico y metodológico del autor, por ser donde se intensifican el arte verbal y el juego lingüístico.

Por su parte, Woodbury (2000) postula que la "transmisión interrumpida de una herencia gramatical y léxica (…) significa el fin tajante de algunas tradiciones culturales y es parte del proceso de desenredar, reestructurar o revaluar otras" (Woodbury, 2000: 67). Todas las lenguas poseen una capacidad expresiva equivalente, pero es la realización de ese potencial lo que es emergente, progresivo y dependiente de los usos que le dan sus hablantes. Por su parte, Hymes (1972) propone que los hablantes de diferentes culturas construyen distintos sistemas de comunicación de la experiencia, hecho que va más allá de una simple diferencia de costumbres fijadas. Hymes afirma que "los valores y creencias culturales son, en gran parte, constitutivos de la realidad lingüística" (Hymes, 1972: 100). El estudio de la lengua debe abordar tanto su estructura, como los usos o patrones de usos de cada comunidad.

Respecto del lenguaje poético, Friedrich sostiene que "el lenguaje poético es el lugar de las diferencias más interesantes entre lenguas y donde debe estar el foco del estudio de tales diferencias" (Friedrich, 1986: 54). Bauman (1975), por su lado, se inscribe en las disciplinas que comparten el interés por el valor estético de la vida social y cultural manifestada en el lenguaje. Propone, así, centrar el estudio del arte verbal en la ejecución.

El enfoque centrado en la ejecución de Bauman (1975), así como el que subraya la importancia de los patrones de uso de Hymes (1972) son fundamentales para un estudio etnográfico del discurso. Sin embargo, el empleo estos ejes fundamentales de la Etnografía del Habla podrá ser más detallado una vez que se cuenten con fuentes primarias de los materiales narrativos.

Como señala Karlovich (2006), respecto de las piezas orales quichuas recopiladas por Bravo (1989), el acto de composición, lo que el autor llama la "factura" de la narración, queda mucho más expuesta que en un texto escrito: "Para acercarse adecuadamente a estos textos hay que escucharlos y no leerlos" (Karlovich, 2006: 25).

Los tiempos de la narración

En este apartado se desarrolla el trabajo analítico que constituye el objetivo principal de este proyecto. A continuación se realiza un análisis del empleo de los tiempos verbales del pasado en la narración y las diferentes formas de apelación a la dimensión espacio­temporal, que podrían responder a diferentes grados de distancia en el tiempo, grados de conocimiento del hablante, distanciamiento/identificación del hablante con los hechos narrados, segmentación episódica, entre otros.

Paradigma de los tiempos verbales pretéritos en quichua santiagueño

Se expondrá a continuación la clasificación propuesta por Albarracín (2009 y 2011) para los tiempos verbales pretéritos del quichua santiagueño.

Pasado simple o pasado experimentado

El pasado simple o experimentado está indicado con una marca constante para todas las personas ­ra (Albarracín, 2009). Dicho sufijo, proviene históricamente de la forma ­rqa, aún empleada en otras lenguas quechuas. Este tiempo verbal se emplea para la referencia de acciones terminadas que contaron con la participación consciente del hablante. Por esta razón, Albarracín (2009) también se refiere a este como "pretérito experimentado":

Pretérito de habitualidad

Esta forma se emplea para referirse a acciones habituales realizadas en el pasado y que el hablante recuerda como parte de su propia cotidianeidad, en especial de su forma de vida, de su tradición (Albarracín, 2011: 45). Se trata de una frase verbal que posee un auxiliar (verbo kay "ser"), con flexión de persona y tiempo, y un verbo principal derivado en participio, terminado en ­q (señalado en la glosa como nominalización):3

    Pasado narrativo

    El pasado narrativo es un tiempo verbal propio de la narración y se emplea para la referencia a tiempos remotos, no controlados por el hablante o inesperadas.

    Se trata de "acciones reales o supuestas que no han contado con la participación directa o consciente del hablante" (Albarracín, 2011: 113). Es así, el tiempo usado en el relato de hechos históricos, leyendas, cuentos, etc.; pero también es empleado para narrar hechos en los que el hablante se encontraba en un estado de consciencia alterado, por ejemplo soñando o borracho (Albarracín, 2011).

    Históricamente, y en la actualidad en otros dialectos, tuvo el siguiente paradigma (Tabla 1), en el que se emplea la forma ­sqa para la marca del pasado, mientras la raíz se mantiene invariable y las desinencias personales se conservan como en el presente (excepto para la tercera persona que adopta la forma ­ø):

    Paradigma histórico

    Traducción

    1ra persona singular

    nisqani

    "yo había dicho"

    2da persona singular

    nisqanki

    "tú habías dicho"

    3ra persona singular

    nisqa

    "él había dicho"

    1ra persona plural inclusiva

    nisqanchis

    "nosotros habíamos dicho"

    1ra persona plural exclusiva

    nisqayku

    "nosotros habíamos dicho"

    2da persona plural

    nisqaykichi s

    "ustedes habían dicho"

    3ra persona plural

    nisqanku

    "ellos habían dicho"

    Tabla 1. Paradigma histórico de pretérito narrativo. Fuente: Albarracín, 2011

    Sin embargo, como señala Albarracín (2011), este paradigma sufrió drásticos cambios y en la actualidad cuenta con dos paradigmas diferenciados en el dialecto santiagueño y solamente conserva la forma con el sufijo ­sqa para la tercera persona, y al parecer, de forma opcional.

    Los dos paradigmas existentes actualmente son los siguientes:

    1. Auxiliar kay

    "ser" en presente

    2. Auxuliar

    kay "ser" en pretérito

    Traducción

    1ra persona singular

    ruwasa kani

    ruwasa karani

    "yo había hecho"

    2da persona singular

    ruwasa kanki

    ruwasa karanki

    "tú habías hecho"

    3ra persona singular

    ruwasa kan/ruwasqa

    ruwasa kara/ruwasqa

    "él había hecho"

    1ra persona plural inclusiva

    ruwasa kanchis

    ruwasa karanchis

    "nosotros habíamos hecho"

    1ra persona plural exclusiva

    ruwasa kayku

    ruwasa karayku

    "nosotros habíamos hecho"

    2da persona plural

    ruwasa kankichis

    ruwasa karankichis

    "ustedes habían hecho"

    3ra persona plural

    ruwasa kanku

    ruwasa karanku

    "ellos habían hecho"

    Tabla 2. Paradigma actual del pasado narrativo en quichua santiagueño. Fuente: Albarracín, 2011

    El paradigma 1 emplea el verbo auxiliar kay "ser" en presente y el verbo principal con la forma apocopada de la nominalización ­sqa, ­sa (forma únicamente empleada para la formación de pretéritos compuestos). Este paradigma señala que el hablante toma consciencia al momento del habla sobre algún hecho que acaba de ocurrir o que ha ocurrido en un tiempo anterior y cuyos efectos se mantienen en el presente y del cual no tenía conocimiento ni control, también se emplea para relatar un hecho sorpresivo pero ocurrido en el pasado (Albarracín, 2011). Por ejemplo:

    3)

    qam

    qosa­yoq

    ka­sa

    ka­nki

    esposo­POS

    ser­NMLZ

    ser­2SG

    "(recién me doy cuenta que) había sido casada." (Albarracín, 2011: 117)

    El segundo paradigma mantiene al verbo principal con la nominalización ­sa pero el auxiliar kay "ser" se encuentra conjugado en pasado (con el sufijo ­ra del pretérito simple). Según Albarracín:

    se utiliza para relatar hechos ocurridos en un tiempo remoto, sin control ni participación directa por parte del hablante, como hechos históricos, cuentos, leyendas­ y que, en general, equivale al pluscuamperfecto del castellano. Todo ello sin dejar de abarcar, eventualmente, situaciones sorpresivas que han ocurrido en un tiempo desconectado del presente y sin el control consciente del hablante (Albarracín, 2011: 118).

    El análisis que se desarrolla a continuación pretende demostrar cómo el hablante despliega estos paradigmas verbales en las narraciones como recursos para manifestar distintas relaciones con los hechos: distancia respecto a la fuente, experiencia personal, distancia temporal, entre otras.

    Análisis de los paradigmas del pretérito en la narrativa en quichua

    • Presentación de las narrativas

    Los textos seleccionados para formar el corpus, se han incorporado según su adscripción a ciertos temas generales, representativos de la tradición narrativa quichuista. Se ha elegido para este informe el trabajo sobre tres relatos relativos a las apariciones de personajes sobrenaturales en el monte, lo que en Santiago del Estero, se conoce como "apariciones sacheras". Los tres relatos contituyen "casos", entendiendo por "caso": "los casos o sucedidos constituyen una categoría dentro de la narrativa popular. Relatan acontecimientos notables referentes a alguna persona del lugar o las cercanías, y su acción se ubica en tiempo presente o en un pasado inmediato" (Fernández Latour de Botas, 1988: 25).

    Debido a la prolífica narrativa sobre estos temas se ha seleccionado a un personaje representativo: el Alma mula, también conocida como Mulánima, Mujero Mula o Mula sin cabeza. Los textos seleccionados fueron extraídos de Bravo (1989) y son las tres recopilaciones que se dedican al tema en todo el libro:

    • Alma mula I – Narrado por Paula Montenegro de 70 años en Est. Atamisqui con fecha del 03/05/1962. (Bravo, 1989: 79­80)

    • Alma mula II – Narrado por Ernesto Silva de 65 años en La Banda con fecha del 15/06/1962. (Bravo, 1989: 102)

    • Alma mula III – Narrado por Donisia Ruiz de González en Tusca Pozo. s.f. (Bravo, 1989: 131)

    A continuación, se presenta una descripción breve de este ser sobrenatural que hemos podido reconstruir gracias a los relatos de quichuistas oídos de primera mano, recopilaciones realizados por otros investigadores de la zona (Bravo, 1989), así como literatura sobre cultura popular del Norte argentino (Colombres, 2009).

    Relatos que refieren a este ser están bien difundidos en el Norte y Centro del país (Colombres, 2009: 105). Se la suele describir como una mujer (la mayoría de las veces) que está condenada por haber tenido relaciones amorosas con un cura o un familiar, es decir, haber cometido incesto. Así, se transforma en una mula de largas orejas de color negro o castaño claro, rosillo. Las costumbres de esta mula consisten en salir por la noche por el monte, echando fuego por la nariz y la boca, gritando o rebuznando tristemente, acompañada por perros y arrastrando cadenas, como lo hacen muchos otros seres condenados. Para Ricardo Rojas, se trata de un ser invisible que viene volando en la punta sonora del viento (Colombres, 2009). No solamente se desplaza por el monte sino que atraviesa las poblaciones por entre las casas durante la noche (en especial los días jueves). Suele muchas veces correr o atacar a los animales de cría, como las ovejas, y también a los niños. Quien la mire a los ojos morirá o será víctima de alguna desgracia (Colombres, 2009).

    Existen diferentes maneras de salvar a esta alma condenada.4 Una de ellas consiste en que un "corajudo" la aguarde en el camino, recostado con la mirada hacia abajo (para evitar el contacto visual), con un cuchillo en forma de cruz. Cuando el Alma mula se acerque, el corajudo debe cortarle la oreja. Al día siguiente, si el Alma mula estaba condenada en vida, tendrá una cicatriz en el lugar del corte.

    Las tres narraciones seleccionadas abordan diferentes episodios acerca de alguna aparición del Alma mula. La primera, Alma mula I (a partir de ahora AMI) narra la historia de un Alma mula que solía aparecer en Atamisqui. El relato llega a oídos de la narradora por medio de su propio sobrino, es decir, la víctima de las acciones del Alma mula, quien quiso "tragarlo". Alma mula II, (AMII) por su parte, narra las costumbres de un Alma mula según lo que el hablante recuerda de su infancia. Luego de una primera parte descriptiva, se narra la historia de un hombre que se transforma en Alma mula, después de una jornada laboral. No se especifica quién ha contado esta historia al narrador. La última narración, Alma mula III (AMIII), se centra en la redención de una mujer que se había transformado en Alma mula. El relato se dedica a la "salvación" del Alma mula por parte de un cura y su comitiva. Al fin, la mujer logra abandonar su forma monstruosa y salvarse, volviendo a vivir una vida normal. La narración llega a conocimiento del narrador, gracias a su tía, quien fue testigo ocular de los hechos.

    La descripción de los hábitos: pretérito de habitualidad

    Los dos primeros relatos, AMI y AMII, señalan los hábitos y costumbres por las que se conoce al Alma mula en el mundo quichuista. Se narran los hechos sobrenaturales asociados con este ser, como son: su aparición por las noches, su "bulla", sus gritos o sus ataques a animales. Así en AMI, el empleo del pretérito de habitualidad sirve a los fines de la descripción de las costumbres de esta aparición: lloqseq kara y req kara, introducen los movimientos del personaje y sus hábitos:

    "El Almamula solía salir hace tiempo por las calles de Atamisqui, hacia aquí solía venir gritando."

    Más adelante continúa con la descripción: amoq kara "solía venir", cruzaq kara

    "solía cruzar":

    Las acciones presentadas con el pretérito de habitualidad son centrales y todas ellas toman como acciones principales a verbos de movimiento, en este caso "cruzar", "ir", "venir", "salir". El narrador presenta, de esta manera, a un ser ambulante que aterroriza al pueblo. El resto de las acciones se presentan con formas no finitas que acompañan a estos verbos de movimiento. Como en el siguiente ejemplo, donde a cruzaq kara "solía cruzar" se le suma una cláusula adverbial no finita qaparis "gritando", que especifica la forma en la que se realiza ese desplazamiento.

    En AMII, puede observarse la misma estrategia para la presentación de las costumbres del Alma mula. En este caso se describe la forma en la que se suelen encontrar a los animales atacados, con el verbo tareq karanku "solían encontrar":

    La forma del pretérito de habitualidad se emplea para describir una práctica frecuente en la vida de los familiares del narrador: el hecho de encontrar animales mutilados por el Alma mula.

    De esta forma, el pretérito de habitualidad es utilizado por los narradores para la descripción de hechos, es decir, para la introducción del personaje que será protagonista del caso central presentado a continuación. Con la insistencia en la habitualidad, el narrador parece querer dar veracidad a su relato, al aportar datos validados por la repetición y las costumbres del Alma mula, seguramente ya conocidas por el auditorio. Por otro lado, se emplea, a su vez, para presentar hechos de la cotidianeidad de su propio pasado, cosas que ha visto en reiteradas ocasiones y puede certificar.

    Narración de hechos centrales: el pasado narrativo

    Los tres relatos fueron contados a los narradores por terceros, se trata de "casos" (Fernández Latour de Botas, 1988) y no de hechos de experiencia personal. Por lo tanto, es esperable el uso del pretérito narrativo (§3.1.3) para la narración de los sucesos.

    En AMI, las acciones centrales toman la forma del pasado narrativo: el acontecimiento que lleva a la mujer a la condena: pecau atunta ruwasa kara "había cometido un gran pecado"; y el evento que puso en peligro la vida de su sobrino mishpunaasa kara "había querido tragar".

     

    AMII presenta una larga narración de la anécdota que se constituye como el centro del relato: la anécdota del obrero de durmientes que, para espanto de su compañero, se convierte en Alma mula. Toda la narración de este episodio se realiza mediante el empleo del pretérito narrativo, comenzando:

    La introducción del pretérito narrativo realiza un quiebre muy claro en el relato señalando el comienzo de los hechos centrales suk vueltata campamentopi tiyasa kara "Un vuelta estaba en un campamento". La ubicación espacio­temporal se realiza mediante esta forma verbal y en todos las acciones siguientes: apisa kara "había tenido", en adelante.

    En el tercer relato, AMIII, solo una oración actúa como introducción, señalando la fuente del relato. En esta introducción se emplea la forma del pretérito simple cuentaara "me contó", ya que se trata de un hecho experimentado por el hablante

    (10).

    Luego, sin describir al personaje (como lo hacen los relatos anteriores mediante el pretérito de habitualidad), se introducen los sucesos centrales:

    De esta manera, la forma ruwakusa kara "se había transformado", inicia una secesión de eventos que llevan a la descripción de las formas de redención/castigo que padecían este tipo de condenados, que involucraban generalmente torturas y vejaciones.

    En las tres narraciones, por lo tanto, puede apreciarse el empleo del pretérito narrativo para la exposición de los hechos que son reportados y que se constituyen como los sucesos principales del "caso" que se representa (Fernández Latour de Botas, 1988).

    Puede verse el contraste entre información reportada e información de primera mano en el contraste entre el pretérito narrativo y el pretérito simple, por ejemplo, para la presentación de la fuente del relato. Así en AMI se emplea willaara "me contó" en pretérito simple (12):

    Lo mismo puede verse en el comienzo de AMII, que emplea la forma del pretérito simple castellanizada cuentaara "me contó" (10) y más adelante en la narración, nera "me contó" (13):

    Resultados y conclusiones

    En este escrito se ha pretendido presentar el trabajo realizado acerca de los usos de los tiempos verbales del pretérito en el quichua santiagueño. Este análisis se trata de un estudio preliminar sobre el tema, en el que se han empleado tres narraciones a modo de ensayo de la metodología de investigación y del abordaje del tema.

    Por un lado, se ha logrado iniciar el trabajo de documentación y procesamiento digital de datos de fuentes secundarias en quichua santiagueño. Por otro lado, se ha identificado una relación entre formas lingüísticas y patrones de uso. El empleo de los tiempos del pasado tiene específicas funciones y distribución

    dentro de la narrativa en quichua santiagueño. Las formas del pretérito de habitualidad se emplean, según pudimos relevar en los relatos, para la presentación y descripción de los personajes y las circunstancias previas al relato del "caso". Por otro lado, el pretérito narrativo es la forma elegida por excelencia para la narración de hechos reportados, que contrasta claramente con el pretérito simple, de experiencia personal.

    Forma verbal Uso

    Pretérito de habitualidad

    ×

    ×

    Descripción, presentación. Hechos habituales (4, 5, 6 y 7)

    Pretérito narrativo

    ×

    Narración de hechos principales reportados. (9, 10 y 11)

    Pretérito simple o experimentado

    ×

    Suceso de experiencia personal (12 y 13)

    Tabla 3. Resultado de uso de formas verbales

    En palabras de Woodbury (2000), hemos logrado vislumbrar casos de una expresión dependiente de la forma. Como señala el autor, el arte verbal es el ejemplo paradigmático de la expresión dependiente de la forma, ya que todos los niveles de la forma lingüística están engarzados: "motivos de géneros y marcos de expectativas retórica cuyo significado y valor interpretativo a menudo están basados en conocimiento, convenciones y circunstancias culturales" (Woodbury, 2000: 70).

    El estudio de un corpus de narraciones más caudaloso; la relación entre los tiempos verbales entre sí y con otra estrategias de la lengua; y la profundización en los contextos de producción y la ejecución de las narrativas serán aspectos valiosos para futuros trabajos sobre el tema.

    Abreviaturas

    1, 2, 3=primera, segunda y tercera persona; ABL= ablativo; AC= acusativo; CAUSA= causa; DES= desiderativo DIR= direccional; ESTR= estribo, morfema vacío; EXCL= exclusiva; INCL= inclusiva; LIM= limitativo; LOC= locativo; MS= mismo sujeto; NMLZ= nominalizador; OBJ= persona objeto; PAS= pasado; PL= plural; POS= posesivo; RFL= reflexivo; SG= singular; TOP= topicalizador

    Bibliografía

    ADELAAR, W. F. H. (con la colaboración de P. Muysken) (2004). The languages of the Andes. Cambridge: Cambridge University Press.

    ALBARRACÍN DE ALDERETES, L. I. (2009). La Quichua. Gramática, ejercicios y diccionario Castellano­Quichua. Volumen 1. Buenos Aires: Dunken.

    ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ (2011). La Quichua. Gramática, ejercicios y diccionario Quichua­Castellano. Volumen 2. Buenos Aires: Dunken.

    ALDERETES, J. 2001. El quichua de Santiago del Estero. Gramática y vocabulario.

    Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán.

    BAUMAN, R. (2002) [1975]. "El arte verbal como ejecución". En GOLLUSCIO, L. y colaboradoras (comp.), La etnografía del habla. Textos fundacionales. Buenos Aires: EUDEBA.

    BRAVO, D. A. (1989). Estado Actual del Quichua Santiagueño. Cuadernos de Humanitas Nº 19. Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán.

    COLOMBRES, A. (2009). Seres sobrenaturales de la cultura popular argentina.

    Buenos Aires: Del Sol.

    FERNÁNDEZ LATOUR DE BOTAS, O. (1988). Atlas de la cultura tradicional argentina para la escuela. Buenos Aires: H. Senado de la Nación.

    FERNÁNDEZ LÁVAQUE, A. M. (2002). "Análisis de una narración quechua de Santiuago del Estero. Argentina". En PALACIOS, A. y GARCÍA, A. I. (eds.), Cuadernos de Filología.. Valencia: Universidad de Valencia.

    FISHMAN, J. (2000) [1982]. "Whorfianismo del tercer tipo: la diversidad etnolingüística como propiedad social universal". En COURTIS, C. (comp.) Lenguaje, cultura y sociedad. Buenos Aires: OPFyL.

    FRIEDRICH, P. (2000) [1986]. "Relativismo lingüístico e indeterminación poética. Una reformulación de la posición de Sapir". (Fragmentos). En COURTIS, C. (comp.), Lenguaje, cultura y sociedad. Buenos Aires: OPFyL.

    HYMES, D. (2002) [1972]. "Modelos de interacción entre el lenguaje y la vida social". En GOLLUSCIO, L. y colaboradoras (comp.), Etnografia del habla. Textos fundacionales. Buenos Aires: Eudeba.

    KARLOVICH, A. (2006). "De la oralidad a la escritura". En TEBES, M. C. y KARLOVICH A., Sisa Pallana. Buenos Aires: Eudeba.

    SAPIR, E. (1971) [1921]. "Lenguaje, raza y cultura" (adaptación). En COURTIS, C. (comp.) Lenguaje, cultura y sociedad. Buenos Aires: OPFyL.

    SHERZER, J. (2002) [1987]. "Una aproximación a la lengua y la cultura centrada en el discurso". En GOLLUSCIO, L. y colaboradoras (comps.), Etnografia del habla. Textos fundacionales. Buenos Aires: Eudeba.

    UNICEF Y FUNPROEIB ANDES (2009). Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas de América Latina. Recuperado de: http://www.proeibandes.org/atlas/tomo_1.pdf.

    WHORF, B. L. (1971). "Lenguas y lógica" (adaptación). En COURTIS, C. (comp.).

    Lenguaje, cultura y sociedad. Buenos Aires.: OPFyL.

    WOODBURY, A. (2000) [1993]. "Una defensa de la afirmación, "Cuando muere una lengua, muere una cultura"". En COURTIS, C. (comp.) Lenguaje, cultura y sociedad. Buenos Aires: OPFyL.

    Notas:

    1 Mayra Ayelén Juanatey realizó una adscripción a la cátedra de Etnolingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires a cargo de la Dra. Lucía Golluscio. El presente trabajo resume algunos de los planteos y resultados obtenidos a partir de esa adscripción, realizada en el período 2011­2013 bajo la dirección de la Prof. Paola Pacor.

    2 Para todas las citas de Bravo (1989), he normalizado la escritura. A su vez, la interlinearización, segmentación en morfemas y traducción me pertenecen en todos los casos. Ver las abreviaturas en sección §5, al final del trabajo.

    3 Albarracín se refiere a los sufijos ­q y ­sqa como participios. Aquí serán tratados como nominalizaciones, al igual que los sufijos ­na e ­y.

    4 La descripción desarrollada aquí fue comunicada por Mario Cayetano Tébes a Alejandro Lew, de quien la oí en el año 2008.Revista del Departamento de Letras

    www.letras.filo.uba.ar/exlibris

     

     

     

    Autor:

    Mayra Juanatey.

    UBA