Diecinueve autores desfilan por las páginas de este libro, lo que contribuye a su heterogeneidad: endecasílabos, octosílabos, verso libre, poemas en prosa, cuentos para niños. Gil Beroes inicia el texto glosando un pie estrófico de autor anónimo, que ofrece reminiscencias de Santa Teresa, pero no a lo divino, el "muero porque no muero". Luego una estrofa de Andrés Eloy, de su conocido y celebrado soneto al mar. Entra seguidamente el libro en el ciclo de los decimistas, con Tito Delgado Medina, un profesional universitario, cofundador del grupo gaitero "Barrio Obrero", de Cabimas y cantor de los motivos de su tierra y de su gente. Luego, Rómulo Lira Bermúdez, nativo de Nazareth, de El Mojan. Sus décimas tienen raíces paraujanas con rumor de agua y palafitos sembrados allí para el recuerdo de la historia y la visión de los paisajes.
La geografía musical sigue en movimiento, y le toca el turno a Machiques en la personalidad de Víctor Hugo Márquez, abogado, sicólogo y profesor universitario. Dentro del ámbito de su popularidad es el juglar por excelencia; y el trovador, como aquellos señores que andaban por plazas y ventanas con el instrumento y el poema. Como una ofrenda de amor y gentileza. Víctor Hugo no abandona su cuatro, "hijo de alguna guitarra conquistadora", como dijo Julio Morales Lara. En sus cuerdas está su voz, su espíritu y el alma popular de su tierra.
Y volvemos a los territorios del agua. José Gregorio Ortega, mejor conocido como Chevoche, sabe a mangle, a la flor del mangle. La vida con su pobreza lo llevó a todas partes y lo condujo nuevamente a su poblado lacustre de Santa Rosa, donde continúa siendo un personaje querido, paradigmático, divulgado por las instituciones que se dedican allí a los menesteres culturales. No supo leer ni escribir, pero en la décima improvisada exaltó el fervor religioso y la capacidad afectiva de su pequeño pueblo hecho de agua.
Continúan en el texto las glosas a poemas de Miguel Ortega, Simón Palmar y Pedro Palmar, tres nombres reconocidos en el ámbito popular de la poesía, considerados maestros en el género; y luego, Iván Darío Parra, ingeniero, académico y editor, quien domina muy bien el octosílabo y ha publicado ya un conjunto de décimas muy bien logradas. Superado este autor en el texto, abandonamos el panorama de las aguas lacustres para abordar sabanas del Alto Llano.
Agua del Unare y sabanas zaraceñas por donde camina el verso de Ernesto Luis Rodríguez derribando nidos sobre su río pequeño y silencioso. Ocupa este espacio José Rodríguez Malaspina, cronista que dedicó su vida a unificar la memoria de su tierra; y poeta perdido por esos rumbos de las sabanas orientales.
Tiempo y sabana modelaron el binomio de sus inquietudes, Verso frágil y palabra llana en su prosa destinada a unir la historia ya pasada con la que vendrá, cuna de grandes hombres y escenario de una verdadera cultura.
Y volvemos las aguas, a los territorios insulares del lago. Ramón Yoris se vino desde Capatárida por los Médanos, entre cujís y cardones dolientes, y se quedó en Zulia, y es el versificador popular que de cualquier anécdota hace una décima, una gaita, cualquier cosa que sepa a tradición y a pueblo. Lo sigue Douglas Villalobos Fuentes, nacido en Santa Cruz de Mara; poeta culto en sus primeros tiempos cuando fue alumno de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia; y luego juglar de pájaros marinos y de pequeños veleros en fuga Poeta de muy buenas lecturas. Finalmente el autor cierra esta primera parte del libro, al glosar dos pies estróficos de su autoría.
La segunda parte del texto, denominada "Poemas", la integran cuatro autores; Reinaldo Gil Beroes, Conchita Juzgado de Cruz, Andrea Rossell Olmos y Mariela Isabel López González. Gil Beroes inserta dos poemas amorosos en verso octosílabo; y surge luego la primera voz femenina, la de Conchita Juzgado de Cruz, con un poema al Ávila, escenario de los grandes pintores y de los cronistas que exaltaron al hombre humilde que bajaba a la ciudad "penduleando racimos de flores". Cinco poemas breves de Andrea Rossell Olmos, quien cree en la liberación a través de la poesía; denota en ellos una firme vocación para el ejercicio de la palabra. Y cierra este paréntesis del libro Mariela Isabel López González, una poetisa cuya piel tiene olor de lluvia y de distancia.
Y nuevamente Conchita Juzgado de Cruz, espíritu de selección, bien dotado para el ejercicio de la narrativa para niños, para ese niño que llevamos por dentro y que no se libera nunca.
Conocíamos su primer cuento publicado, "El Pajarito que aprendió a volar", un texto antológico dentro del género. Con mucho regocijo tuvimos la oportunidad de presentarlo en la librería "El Quijote", delicadeza en la expresión y conocimiento pleno del futuro lector. Y cierra el texto un autor especial, Juan Diego Peña Gil, nieto del poeta. Un niño de nueve años que escribe para niños, para los maestros, copartícipes a veces en el aula de esas guerras internas y de manos secretas.
Dijimos al comienzo que este es un libro heterogéneo, quizás esa variedad fundamente su interés para el lector: niños, adultos y poetas que amen las dimensiones del agua y de las lejanías por donde cabalgan los caballos del horizonte.
Camilo Balza Donatti
Santa Cruz de Mara, 9 de Junio de 2010
GLOSAS
Si verte me diera la muerte
y el no verte me diera la vida,
prefiero morir y verte
que no verte y estar con vida.
(A:A)
I
Si verte me diera la muerte
dichoso por ti moriría,
mi entrega te demostraría
lo que te adoro, alma mía,
morir por tu amor es mi suerte
como vivir por ti mi destino,
si al recorrer mi camino
me iré sin poder poseerte,
no me dolerá perderte
Si verte me diera la muerte.
II
Y el no verte me diera la vida
mucho quererte me diera tu amor,
con ternura, pasión y mi calor
te sentirías correspondida,
todas esas raras sensaciones
que nos llegan al enamorarnos,
no dicen a nuestros corazones
si tendremos que olvidarnos,
hoy muero al saber tu despedida
Y el no verte me diera la vida.
III
Prefiero morir y verte
a todas horas del día,
que estar vivo y no tenerte
eres un sol alma mía,
te necesito a mi vera
pues tú complementas mi ser,
tu ausencia me desespera
porque te idolatro mujer,
y ante el temor de perderte
Prefiero morir y verte.
IV
Que no verte y estar con vida
es morir segundo a segundo,
es como si se fuese el mundo
sin avisar de su partida,
es no conocer la alegría
que siempre transmiten los niños,
es vagar solo y sin cariños
como nube en lejanía,
prefiero esta ansia contenida
Que no verte y estar con vida.
Reinaldo A. Gil Beroes
Andrés Eloy Blanco
Nació el 6 de Agosto de 1896, en Cumaná Estado Sucre, y murió el 21 de Mayo de 1955 en México.
Poeta, Ensayista, Cuentista, Dramaturgo, Orador y Político.
Bibliografía Directa:
El Huerto de la Epopeya
Tierras que me oyeron
Los Claveles de la Puerta
El amor que no fue a los Toros
La Aeroplana Clueca
Carta a Juan Bimba
Abigail
Barco de Piedra
Malvina recobrada, Liberación, Siembra
Baedeker 2000
Navegación de Altura
Sus Mejores Poemas
Poda
Homenaje a Roosevelt
El Poeta y el Pueblo
Bolívar en Méjico
Discurso de clausura de la Asamblea
Nacional Constituyente
Vargas el Albacea de la Angustia
Giraluna
Discurso pronunciado en la Casa Amarilla
A un año de tu luz
Alusión a Valencia
La Juambimbada
Reloj de Piedra y Discursos
El Árbol de la Noche Alegre
Obras de… (Venezuela)
Canto a los hijos
Obras selectas
"Siempre es el mar donde mejor se quiere
Siempre fue el mar donde mejor te quise,
Al amor, como al mar, no hay quien lo alise
Ni al mar como al amor, quien lo modere."
Andrés Eloy Blanco
I
Siempre es el mar donde mejor se quiere
siempre es el mar donde el sol nace y muere,
es que en sus aguas la pasión se crece
y en sus arrullos el amor florece,
algo de magia tienen sus colores
que deslumbran con polícromo encanto
haciendo renacer viejos amores
que regaron lejanías con llanto,
por esa distancia que tanto hiere
Siempre es el mar donde mejor se quiere.
II
Siempre fue el mar donde mejor te quise
y en esas playas el amor te hice,
bajo la luna que tenue alumbraba
a tu figura mientras yo te amaba,
fuimos los dueños de esa mar serena
cuando desnudos en su tibia arena,
nos olvidamos que el mundo existía
para nosotros nada más había,
y en su rumor que tantas cosas dice
Siempre fue el mar donde mejor te quise.
III
Al amor como al mar no hay quien lo alise
porque ambos, hermosos y profundos,
son génesis innegable del mundo
e inspiración para quien lo precise,
el primero es sublime y extraño
tan sublime que puede hacernos daño,
el segundo es insondable y bello
llegando a representar todo aquello,
que aunque la mente humana, analice
Al amor como al mar no hay quien lo alise.
IV
Ni al mar como al amor, quien lo modere
porque existen esenciales poderes,
que se escapan a nuestro raciocinio
que fluyen fuera de nuestro dominio,
por eso dicen que el amor es ciego
pero el amor necesita su riego,
hay tantos vacíos en nuestra mente
que al pensarlos de la forma que fuere,
nunca habrá una explicación coherente
Ni al mar como al amor, quien lo modere.
Tito Alberto Delgado Medina
Nace en los Puertos de Altagracia en el año de 1940, se graduó de Economista en la Universidad del Zulia.
La Producción poética de Delgado Medina, abarca décimas y gaitas; en 1956 a los 16 años, junto con otros músicos de corazón, funda el conjunto gaitero Barrio Obrero de Cabimas; la potente voz de Tito Alberto se convirtió en un emblema sonoro de la agrupación en la cual canta y compone; a los 18 años, comienza su actividad como docente, iniciándose como maestro en la Escuela Técnica de Cabimas y en el Liceo Pedro J. Hernández.
Sus versos están profundamente impregnados por la huella indeleble que le dejó la infancia en el pueblo portuario y de abolengo histórico, con frecuentes alusiones a las faenas del pescador. Sus composiciones, son un retrato de la cultura en la que vive y recrea con pasión, fuertemente influenciada por los afectos, dolores, luchas y tradiciones de la gente de la Costa Oriental del Lago.
"Evocando y desandando
Voy trajinando caminos,
Y escucho cerca los trinos
De algún pájaro cantando."
Tito. A. Delgado Medina.
I
Evocando y desandando
mil recuerdos y senderos,
por los mundos del te quiero
me van los años pasando,
se ha perdido en mi memoria
toda nuestra vieja historia,
un amor roto a destiempo
y al seguir en ti pensando,
va transcurriendo mi tiempo
Evocando y desandando.
II
Y escucho cerca los trinos
que me recuerdan tu risa,
cual arroyo cantarino
que se esparce con la brisa,
y al recordar tu sonrisa
vuelve la luz a mis ojos,
no me hieren los abrojos
evoco tus labios rojos,
sobre mi sombra me inclino
Y escucho cerca los trinos.
III
Voy trajinando caminos
voy tirando por la vida,
toda la ilusión perdida
sin saber porqué vivimos,
porqué todo lo perdimos
porqué no encuentro la zenda,
que me regrese con tu amor
contigo, mi hermosa prenda,
pero soportando el dolor
Voy trajinando caminos.
IV
De algún pájaro cantando
en la cercana espesura,
siento una rara dulzura
que el aire se va llevando,
la tarde va declinando
con su manto de tristeza,
que todo lo va llenando
solo queda la belleza,
en la cercana maleza
De algún pájaro cantando.
Rómulo Antonio Lira Bermúdez
Nació en el Barrio Nazareth de El Moján el 30 de Octubre de 1942, murió el 14 de Mayo de 2005.
A la edad de 10 años, queda huérfano de padre, por lo que desde muy niño le tocó trabajar fuertemente al lado de su madre, para ayudar a la manutención de sus hermanos menores, aprendió a leer y escribir, en un programa de educación para adultos, donde logró obtener el sexto grado. Fue una persona dada a la soledad y melancólico, características que serán motivo de varias inspiraciones, al igual que recuerdos de sus niñez. Entre sus composiciones encontramos, décimas, valses y bambucos.
"Tengo la mente cerrada
No consigo inspiración,
Le pregunto al corazón
Y no me responde nada."
Rómulo A. Lira Bermúdez
I
Tengo la mente cerrada
desde el día que te fuiste,
no se porque lo hiciste
tú estabas enamorada,
ese día en la alborada
lo dijiste entre mis brazos,
luego huiste callada
con esa mala jugada,
tu rompiste nuestros lazos
Tengo la mente cerrada.
II
No consigo inspiración
me siento como vacío,
como, aquel gran amor mío
me niega su motivación,
se que en ninguna ocasión
yo falte a nuestro cariño,
no es un cosa de niños
me debes un explicación,
y mientras contigo riño
no consigo inspiración.
III
Le pregunto al corazón
siempre mi fiel confidente,
los secretos de mi mente
los supo, con o sin razón,
ahora con gran desazón
presiento un silencio extraño,
algo que me hace daño
pues no tengo imaginación,
porque me hiciste este engaño
Le pregunto al corazón.
IV
Y no me responde nada
quizás nada haya que decir,
de aquello que pueda sentir
mi alma desconsolada,
mi gran pasión rechazada
mas no se debe sucumbir,
deberá el dolor resistir
igual que yo, mi corazón,
el entiende de tu traición
Y no me responde nada.
Valdemar Luzardo Morillo
Nació en los Puertos de Altagracia, el 12 de Noviembre de 1929, nutrida de viento y sal su infancia de pescador.
Valdemar Luzardo, se hizo Maestro cuando adulto, actividad que desempeño durante 35 años.
Su creación poética alcanza múltiples composiciones, que navegan entre los aires musicales de la gaita, canciones, poemas, y décimas; desde 1992 desgranó en estrofas de 10 versos, su amor por la vida, su sensibilidad por el milagro de la naturaleza y su profundo amor por la tierra que lo vio nacer.
Forma parte del proyecto cultural comunitario "Radio Coquivacoa 94.3 FM "del Centro de Educación Popular de Santa Rosa de Agua, donde moderó el programa "Tejiendo Sueños en Vigilia", para la difusión de la décima y sus decimistas.
"Muchos sueños he tenido
Contigo hermosa mujer,
Que me hacen padecer
Porque nunca los olvido."
Valdemar Luzardo
I
Muchos sueños he tenido
evoco nuestros momentos,
aquellos tus besos lentos
estando casi dormido,
recuerdo esos tus gemidos
extasiados de placer,
que entre tus brazos mujer
escuchaba complacido,
nuestro pasado suelo ver
Muchos sueños he tenido.
II
Contigo hermosa mujer
su curso cambió mi vida,
aquella pasión sentida
sueño volverla a tener,
aún trato de comprender
que pasó para perderte,
si yo supe comprenderte
y me muero por tu querer
como es que no puedo volver
Contigo hermosa mujer.
III
Que me hacen padecer
por ser un recuerdo triste,
si tanto tú me quisiste
porqué hoy no puedo volver,
cuanta agua bajo el puente
pasó desde nuestro ayer,
porqué siguen en mi mente
tus ojos, tus besos, tu ser,
como tortura latente
Que me hacen padecer.
IV
Porque nunca los olvido
sigo estando enamorado,
lo mejor que he vivido
siempre lo fue a tu lado,
nunca mi mente a borrado
lo hermoso de aquel pasado,
ahora, se que te he perdido
pero en mis sueños mujer,
sigues estando como ayer
Pero nunca los olvido.
Víctor Hugo Márquez García
Nace en Machiques de Perijá el 23 de Abril de 1950; dos importantes casas de estudio le abrieron sus puertas, se graduó como Sicólogo (UCAB 1973) y Abogado (LUZ 1975), ejerciendo como profesor universitario desde esa misma fecha.
Las Décimas que entona tienen su origen en el verdor de Perijá, Gaitas y Décimas, forman parte de su repertorio; ha logrado reconocimiento Nacional con sus temas: "Se nos muere el Lago" (1975), "Amor Marginal" (1976), "Perucho" (1977) y "El chofer y la Guajira" (1983).
En el año 1991, gana el primer premio del festival de "Décimas improvisadas" patrocinado por las Empresas Polar, con motivo de su 50 Aniversario. En 1993, participa en el "Primer Congreso de la Tradición Oral" en Almería España, en Agosto del mismo año es declarado "Patrimonio Musical del Zulia" y en Octubre del mismo año "Hijo ilustre de Machiques de Perijá". En Septiembre de 1994 gana el concurso "Un himno para el Municipio Machiques de Perijá", posteriormente en el año 97, en la XXX jornada Cucalambeana en las Tunas, Cuba, eleva su ponencia: "Variables Sicológicas que influyen en la Poesía Oral".
En el año 2002, participa en la trigésima cuarta versión de la "Leyenda Vallenata", en Colombia; igualmente a representado a Venezuela en numerosos "Encuentros Latinanoamericanos de Decimistas y Versadores" en la República de Méjico.
Víctor Hugo Márquez, es el poeta venezolano, que en más foros internacionales ha representado dignamente a Nuestro País. Decimista que improvisa versos en el día a día, su constancia habla de una creación de incontable patrimonio literario.
Víctor Hugo Márquez, continúa hilando versos con su cuatro y su musa en las húmedas y verdes montañas de Perijá.
La madre es lo mas sublime
Que Dios al hombre le ha dado
Su amor desinteresado
Ni condiciona ni oprime
Víctor Hugo Márquez.
I
La madre es lo mas sublime
en la mente del humano,
es quien no niega su mano
al hijo enfermo que gime,
es la mujer mas querida
aquella que nos dio vida,
calor, respeto y cariño
nos arrulló cuando niños,
y aún deseamos que nos mime
La madre es lo mas sublime.
II
Que Dios al hombre le ha dado
representándose en Ella,
en esa mujer tan bella
como su bien mas preciado,
y tan generoso ha sido
el Señor omnipotente,
que es el mas grande presente
que el humano ha tenido,
el tesoro mas amado
Que Dios al hombre le ha dado.
III
Su amor desinteresado
prueba su origen divino,
es génesis, es destino
es amar sin ser amado,
es el sentir verdadero
que no espera recompensa,
es diáfano, duradero
como es el alma indefensa,
y siempre será alabado
Su amor desinteresado.
IV
Ni condiciona ni oprime
sin distancia y sin medida,
por eso Madre querida
no hay como tu quien me anime,
no hay como tu quien me quiera
tu nobleza no es quimera,
y te ruego Madre mía
a tu regazo me arrimes,
pues su calor y alegría
Ni condiciona ni oprime.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Quienes en verdad te amamos
no es solo a primera vista,
es amor que nos conquista
desde que te respiramos.
Víctor Hugo Márquez
I
Quienes en verdad te amamos
Perijá Sierra querida,
es que en tu Lar, encontramos
el Tukuko cristalino
va forjando su camino,
por tu frondosa espesura
tus paisajes, su hermosura,
es algo que no olvidamos
Quienes en verdad te amamos.
II
No es solo a primera vista
que tu magnitud asombra,
lo esmeralda de tu alfombra
es obra de un regio artista,
así, el rumor de tu brisa
cual vuelo de mariposa,
es una dulce caricia
es canto de decimista,
a tu campiña preciosa
No es solo a primera vista.
III
Es amor que nos conquista
lo mágico de tu entorno,
es añorado retorno
arpegio de guitarrista,
la calidez de su gente
y su sentir campechano,
tu aire puro trasparente
nos hace sentir hermanos,
de una manera imprevista
Es amor que nos conquista.
IV
Desde que te respiramos
quedas en nuestro corazón,
tu recuerdo fue ilusión
con la que tanto soñamos.
No hay que ser perijanero
para admirar tu belleza,
la sabia naturaleza
te convirtió el romancero,
del que todos recitamos
Desde que te respiramos.
Crecí- canté en vos, madre serranía;
demarcarme ya en sí fusila mi alma;
mas, ni aún muerto al sicario daré calma,
pues, cantaré más fuerte todavía.
Víctor Hugo Márquez
I
Por ser un misionero del volante
brindó papá el volante al misionero
para llevar la fé hasta el monte fiero
donde volaban flechas desgarrantes
y proponerle un Cristo conciliante
a la tribu ancestral que resistía.
Siendo un tierno lactante me nutría
cada montaña tuya, un pecho santo;
y al crecer tributándote mi canto,
crecí-cante en vos, madre serranía.
II
Vos sois desde mi infancia la querencia
de guacamayos, garza y guacharaca;
el mugir tempranero de la vaca
y el cocuyo de suave intermitencia.
Simple poeta soy, tengo conciencia;
pero la magia que mi vida ensalma
es ver al Piyistako tras la palma,
verdor que solo aquí puedo mirar
y si el Tukuko me logran mutilar,
demarcarte ya en sí, fusila mi alma.
Víctor Hugo Márquez
III
Una heliconia wagneriana o roja,
bajo la sombra de un caracolí,
tiene mas importancia para mí
que la tiranía cruel que me despoja.
"La Cordillera" es vida hoja por hoja;
y si el exilio al fiel equino enjalma,
porque el demarcador me arranca el alma
asesinando sueños y querencias,
¡Dispare pues, ampute mi existencia!
¡Más, ni aún muerto, al sicario daré mi alma!
IV
El odio no podrá nunca frenar
la nave del amor cuando hinche velas,
ni el grito de Simón, Gandhi o Mandela,
pidiendo unión, perdón y bienestar,
tampoco a mi me pueden separar
de la madre y amada sierra mía
la vida unirá al Yukpa y al "Guatía"
en nuestro irrevocable Perijá
y ni la muerte me amordazará
pues cantaré mas fuerte todavía.
Víctor Hugo Márquez
José Rosario Ortega (Chevoche)
Cuando los buscadores de tesoros intangibles lo descubrieron entre los umbrosos caños y manglares de Santa Rosa, Chevoche, ya estaba cargado de años, aventuras y décimas. Su musa risueña y traviesa, conquistó desde entonces oídos y corazones más allá de su nativo lar y se enseñoreó, hasta convertirse en símbolo de la resistencia Paraujana de Santa Rosa de Agua.
José Rosario Ortega nació el 14 de Febrero de 1900, no pudo estudiar, ni aprendió a leer y escribir; como tantos otros niños de su entorno, debió empezar a trabajar desde muy temprano, recorrió diversos paisajes y oficios, desde pescador hasta cazador de caimanes en el Sur del Lago; por las asperezas de la vida no lo lograron aquietar su genio creador, por el contrario, sus versos improvisados y su hiperbólica narrativa cargada de humor, conjuraba por igual tempestades, tristezas o carencias materiales.
Lucía fue su fiel esposa hasta el final de su muchos días, cuando se marchó, Chevoche le dejó a Ella y a su Pueblo Santarroseño, una hermosura herencia de décimas que abarcaron todos los colores del arco iris de la vida Paraujana, sus amores, alegrías, congojas y esperanza de justicia siempre vivas.
Con sus hermanos EL Indio Miguel y el Zorrito, cuatrista de extirpe popular, el Licenciado Giovanny Villalobos Añez, funda el importante grupo musical "Venezuela en cuerdas y canto", para que se conociera el canto decimero en la voz de Chevoche.
El hombre que hizo suya la décima de Espinel, para sonreírle a la vida con humor y simpática exageración.
Yo también voy a pintar
La imagen de Santa Rosa
Y quedará tan preciosa
Que el pueblo se va a admirar.
José Rosario Ortega
I
Yo también voy a pintar
con maravillosos colores,
y cantos de ruiseñores
que me van a acompañar,
porque la voy a decorar
con una estrella en su cima,
a Santa Rosa de Lima
nuestra virgen adorada,
y así muy bien adornada
Yo también voy a pintar
II
La imagen de Santa Rosa
bañada por luz divina,
en el rostro se adivina
su gran dulzura de Diosa,
todo el Santarroseño
aunque es un pueblo pequeño,
tiene gran fe religiosa
en su altar nos cobijamos,
y con fervor veneramos
La imagen de Santa Rosa
III
Y quedará tan preciosa
con el pincel de mi lira,
que todo aquel que me mira
pintándola en forma ansiosa,
de seguro comentará
que Chevoche encontrará
con sus versos los mejores
los mas divinos colores,
de una reina mariposa
Y quedará tan preciosa.
IV
Que el pueblo se va a admirar
tan bella policromía,
donde para la fe mía
solo versos pueden pintar,
Santa Rosa va a rezar
con la mayor devoción,
pues la gente en oración
acercándose al Altar,
tal sorpresa se va a llevar
Que el pueblo se va a admirar
Esa niña se enojó
Porque un beso le pedí
Que me lo pida ella a mí
A ver si me enojo yo.
José Rosario Ortega
I
Esa niña se enojó
y para mi sin razón,
un zapato me arrojó
con su peor intención,
yo le pedí explicación
con mi finura de escuela,
que fuera donde mi abuela
si algo se me perdió
que problema que confusión
Esa niña se enojó.
II
Porque un beso le pedí
con especial gentileza,
me dio un palo en la cabeza
menudo trancazo allí,
de mi asombro no salí
hasta que llegó el hermano,
tipo grandote y malsano
que se abalanzó sobre mí,
no recuerdo cuanto corrí
Porque un beso le pedí.
Reinaldo Gil Beroes
III
Que me lo pida ella a mí
no obstante hombre modoso,
la complacería gustoso
aunque me sonroje, sí
exige de más un poquito
porque después de un besito,
cualquier cosa ocurría
porque la vida es así,
ojalá eso pasaría
Que me lo pida ella a mí.
IV
A ver si me enojo yo
y a la solicitud que dio,
muy poco la pensaría
rápido la abrazaría,
complaciendo sus antojos
pero sin cerrar los ojos,
pues si el hermano me vio
trataría de escaparme,
él buscará encontrarme
A ver si me enojo yo.
Tu recuerdo madre mía
Llevo grabado en mi mente,
Como una luz transparente
Que me protege y me guía.
Jesús Rosario Ortega
I
Tu recuerdo Madre mía
es mi luz, es mi doctrina,
en cada ave que trina
oigo tu Ave María,
nunca olvido tu mirada
complaciente, abnegada,
y tu expresión cariñosa
donde siempre bondadosa,
en mi razón quedaría
Tu recuerdo Madre mía.
II
Llevo grabado en mi mente
y siempre he de recordar,
la formación ejemplar
que me diste pobremente,
tampoco podré olvidar
que aunque bastante sufriste,
nunca te miré llorar
fortaleza la tuviste,
y tu amor siempre presente
Llevo grabado en mi mente.
III
Como una luz transparente
volcaste tu amor en mí,
por niño, no comprendí
tu dedicar absorbente,
al ir los años pasando
es cuando vino a mi mente,
es cuando fui asimilando
tu valor Madre querida,
que aún alumbra mi vida
Como una luz transparente.
IV
Que me protege y me guía
me acompaña en sufrimientos,
en todos buenos momentos
en tristeza y alegría,
a ti, acudo en mis problemas
tu apoyo ha sido mi emblema,
y al igual que cuando niño
en ti yo busco el cariño,
que siempre fortalecía
Que me protege y me guía.
Miguel Ortega
Conocido popularmente como El Indio Miguel, nació un 3 de Noviembre de 1911 en Santa Rosa y murió el 28 de Mayo de 2001.
Como la mayoría de los hombres de su época en América Latina, tuvo que abrirse caminos a fuerza de combates para vivir, desde los 7 años fue ayudante de carpintero de su Padre; a partir de los 12 años comenzó un periplo de actividades como cortador de mangle, pescador, constructor, caporal de los obreros de su suegro cortando concha de mangle para el curtido de chinchorros, en sus años mozos fue policía durante 2 años, llegando a ascender a oficial.
Entre tantos afanes diversos se mantuvo hasta los 29 años, cuando de tantos escuchar a otros decimistas, comenzó a crear y a cantar las suyas, al conjuro de su verso, nació su música y una composición literaria profunda y amplia. Sus décimas y versos de pique fueron conocidos Nacional e Internacionalmente.
El Indio Miguel valoraba las décimas de otros autores; tenía sus preferidos, consideraba a Simón Palmar su maestro, pues le enseño la métrica de la décima y lo calificaba como el mejor compositor de su género: y de su hermano de sangre y poesía Chevoche, decía que componía y cantaba bien, pero que era el embustero mundial, por las exageraciones en sus décimas.
Al Indio Miguel puede considerársele como uno de los decimistas de mayor vigencia y trascendencia en el Zulia; colaboro con la Universidad del Zulia como Misionero Cultural dentro y fuera del País.
Yo no te puedo borrar
De mi mente hijo querido,
Si sois el más consentido
Por tu conducta ejemplar
Miguel Ortega
I
Yo no te puedo borrar
nunca lo habría intentado,
pues el amor que me has dado
jamás lo podré olvidar,
todos mis hijos son buenos
y Dios los tenga en su gloria,
pero a vos te echo de menos
y siempre en mi memoria,
tendrás tu propio lugar
Yo no te puedo olvidar.
II
De mi mente hijo querido
se adueño tanto cariño,
que desde que eras un niño
por siempre me has tenido,
compañero de aventuras
y también por travesuras
regaños hemos sufrido
pero nunca güaramito,
te apartarás un poquito
De mi mente hijo querido.
III
Si sois el más consentido
de cuantos muchachos tuve,
a todos dí cuanto pude
pero vos sacás partido,
de aquello que te rodea
nunca ninguna correa,
contigo las tuve que usar
no te puedo imaginar,
con tristeza o afligido
Si sois el más consentido.
IV
Por tu conducta ejemplar
y tus buenos sentimientos,
fueron muchos los momentos
que me hacés recordar,
a tu Madre hacíais llorar
feliz por tanta ternura,
por esa alma tan pura
que siempre supiste mostrar
y te quiero felicitar
Por tu conducta ejemplar.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Santa Rosa es una Estrella
Tan rutilante y galana
Que las costas Venecianas
Las compararon con ella.
Miguel Ortega
I
Santa Rosa es una estrella
que brilla dentro del Lago,
para mi ha sido un halago
el haber vivido en ella,
decorada por manglares
que gentiles la rodean,
ha inspirado los cantares
que a mi nostalgia le crean,
pués apacible y bella
Santa Rosa es una Estrella.
II
Tan rutilante y galana
tan romántica y serena,
muy temprano en la mañana
se comienza la faena,
pescadores y aparejos
se montan en las piraguas,
en el Lago hasta muy lejos
van y vienen por sus aguas,
por su regreso se ufana
Tan rutilante y galana.
III
Que las costas Venecianas
y sus perfiles bonitos,
a modo de palafitos
en costas Americanas,
asombraron a Españoles
llegando al Coquivacoa,
mirando tantas canoas
a través de los pañoles,
sintiéndolas más cercanas
Que las costas Venecianas.
IV
Las compararon con ella
por su estructura lacustre,
que a la noche daba lustre
cual resplandor de una estrella,
y aquel pueblo sobre el agua
surcada por la piraguas,
Santo tu nombre de Rosa
les pareció tan preciosa,
y al recordarlas tan bellas
Las compararon con ella.
Simón Palmar
El maestro de los maestros. No hay poeta decimero que no vea en la figura de este genio de la décima, el resplandor de las más divina prosa y fuente clara de la poesía en Las costas del Coquivacoa.
Nace el 11 de Abril de 1915, en el sector Carrizal de Isla de Toas.
Junto a la brisa del Caribe, asumió la pesca y su vida como marinero desde muy joven, "El Indio Simón", solidario, trabajador, contestatario y gran defensor de su pueblo, tomo en sus manos la lanza de su palabra y su voz se dejo oír en los confines del Coquivacoa; poco cantaba Simón, nunca le hizo falta para dar a conocer su entrañable poesía.
Muere el 9 de Abril de 1990, pero su canto aún se escucha en los palafitos, en los cacuyos, entre mar y palmas, en el ir y venir desde Isla de Toas, hasta Mara.
Si la hembra es el misterio
Culpable para el pecado
Yo moriré condenado
Metido en un cautiverio
Simón Palmar
I
Si la hembra es el misterio
que nos embruja y provoca,
solo un soplo de su boca
nos arrastra al adulterio,
somos infieles a juro
aunque parezca muy duro,
y tu seas hombre serio
todo lo vale la vida,
por mas que sea sufrida
si la hembra es el misterio.
II
Culpable para el pecado
por toda su alevosía,
sus encantos han dejado
mas limpios que enfermería,
mas solos que pulpería,
más tristes que ranchería,
por eso aunque alelado
por su hermosura arpía
es la mujer noche y día
Culpable para el pecado
III
Yo moriré condenado
si por amar se condena,
si el estar enamorado
debe pagarse con pena,
que fue el causante de todo
fue su voz o sus sonrisas,
sus besos o sus caricias
aunque se que soy culpado,
sin sentirme apenado
Yo moriré condenado.
IV
Metido en un cautiverio
cercado por tus abrazos,
vigilantes tus ojazos
me someten a tu imperio,
tus labios son el cauterio
que me aplicas torturante,
me obligas a ser tu amante
sin importar mi criterio,
y yo te adoro anhelante
Metido en un cautiverio.
Deseo ser el reflejo
Del sol en el Occidente
Para cuando estéis ausente
Siempre verte desde lejos
Simón Palmar
I
Deseo ser el reflejo
de la luna sobre el Lago,
con tu hermosura me embriago
cuando lo usáis como espejo,
conservo tus mil detalles
en el fondo de mi ser,
tu rostro divino mujer
lo vibrante de tu talle,
de tus suspiros el dejo
Quisiera ser el reflejo.
II
Del Sol en el occidente
llegan lejanos destellos,
mi boca recuerda aquellos
besos que te dí oferente,
cuando en aquel amanecer
en mis brazos dulcemente,
fundiste en el mío tu ser
te entregaste tanto mujer,
que te oculte tiernamente
Del Sol en el occidente.
III
Para cuando estéis ausente
yo estaré en tus pensamientos,
siempre te tendré presente
con el rumor de los vientos,
y te buscaré en la playa
donde tanto nos amamos,
así mi recuerdo vaya
a recrearse en tu mente,
como los dos nos juramos
Para cuando estéis ausente.
IV
Verte siempre desde lejos
así lo quiso el destino,
igual que unos azulejos
volaremos el camino,
hasta encontrarnos amantes
y aunque ahora muy distantes,
el recuerdo es lo que queda
pero al seguir tus consejos,
me resigno a que pueda
Siempre verte desde lejos.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Es tanto lo que te amo
Que al ver a tus labios rojos,
Corre una sombra en mis ojos
Y sin mirarte te llamo.
Simón Palmar
I
Es tanto lo que te amo
que amarte mas no pudiera,
eres tu la primavera
que en mis versos yo derramo,
tus virtudes son un ramo
que en mi pecho a florecido,
y yo sin ser tu marido
te quise, quiero y te pido,
que sepas, porque declamo
Es tanto lo que te amo.
II
Que al ver tus labios rojos
algo se nubla mi mente,
siento el impulso demente
de besarlos a mi antojo,
eso te causa sonrojos
con un dulce escalofrío,
yo lo comprendo amor mío
es que actúa mi inconsciente,
no puede ser diferente
Que al ver tus labios rojos
III
Corre una sombra en mis ojos
cuando me besas, amada,
que gran ternura en manojos
entregas enamorada,
unidos en dulce abrazo
nos sorprende la alborada,
tu boca es límpido vaso
en donde sorbo de hinojos,
y mi alma extasiada
Corre una sombra en mis ojos
IV
Y sin mirarte te llamo
porque sin buscarte te hallé
eres la mujer que amo
en ti, mi verdad encontré,
y aquella playa olvidada
una noche enamorada,
recitó un verso precioso
yo me lo aprendí gozoso,
a tu cariño declamo
Y sin mirarte te llamo.
Pedro Palmar
Nace en el emblemático Barrio El Empedrao de Santa Lucía el 29 de Junio de 1924, pero a los pocos meses de vida, es presentado civilmente en la población del Moján.
Recorrió el camino de los niños sin fortuna de la época: la vida escolar, cedió espacio al trabajo, primero en una alfarería, luego en una granzonera con su Padre.
Su primer poema lo escribió a la edad de 11 años, fue un homenaje al Libertador Simón Bolívar, que le ganó la aprobación del sexto grado, en la población de Isla de Toas.
El acontecimiento escolar abrió, la cantera de su mente y corazón. Desde esa fecha Pedro Palmar ha compuesto incontables obras poéticas y musicales, su prolífica creación incluye gaitas, décimas y poesías.
Su presencia, de gestos enérgicos y vivo contraste, – el cabello blanco y la tez tostada,- constituye desde la década de los 80, una constante en cada escenario donde se defendía el canto de la décima, la cultura lacustre y la dignidad del pueblo. Fue en esa época cuando sus composiciones fueron interpretadas por conocidos artistas nacionales como Cecilia Todd y Simón Díaz, entre otros, lo que le dio un impulso a la décima zuliana, nacional e internacionalmente.
Viví de la pesquería
Desde mis primeros años
Mi oficio remendar paños
Mi hobby la poesía
Pedro Palmar.
I
Viví de la pesquería
como todos en mi casa,
en el Lago el tiempo pasa
inclemente noche y día,
solo la brisa traía
un reposo a la faena,
allá lejos en la arena
vislumbraba el caserío,
entre la bruma y el frío
Viví de la pesquería.
II
Desde mis primeros años
el Lago fue mi horizonte,
en sus riberas el monte
reseco, por siempre huraño,
de chivos pocos rebaños
compartían su escasez,
yo me afanaba por un pez
con mi práctica inmadura,
siempre el agua a la cintura
Desde mis primeros años.
III
Mi oficio remendar paños
cuando me hice mayorcito,
siempre atando pedacitos
de esos guarales castaños,
"que tengan los mismos tamaños"
mi padre siempre decía,
porque así aseguraría
que no se escape el pescado,
por eso fue delicado
Mi oficio remendar paños.
IV
Mi hobby la poesía
porque siempre en la piragua,
el Lago me distraía
aquel vaivén en el agua,
mil recuerdos me traía
y al fijarlos en mi mente,
surgió un verso de repente
con amor de lejanía,
desde allí sencillamente
Mi hobby la poesía.
Reinaldo A. Gil Beroes.
El que muere por la vida
No puede llamarse muerto
Ese tu decir tan cierto
A la lucha nos obliga
Neruda- Pedro Palmar
I
El que muere por la vida
o el que vive por la muerte,
no tiene caso es la suerte
que decide la partida,
vivir es una corrida
una suma de experiencias,
que puede elevar conciencias
cuando el honor las valida,
logra siempre diferencias
El que muere por la vida.
II
No puede llamarse muerto
quien se entrego con empeño,
quien idealizó su sueño
aunque soñara despierto,
quien mantuvo un juramento
con dolor y sufrimiento,
porque la fe inquebrantable,
supera lo imponderable,
quien de ella hizo concierto
No puede llamarse muerto.
III
Ese tu decir tan cierto
marca una elevada moral,
pues el bien vencerá al mal,
aunque al comienzo sea incierto,
todo humano es el espejo
de sus propios sentimientos,
y al proyectar su reflejo
siembra de ilusión un huerto,
renaciendo en su momento
ese tu decir tan cierto.
IV
A la lucha nos obliga
el legado que nos dejas,
que, de virtudes complejas
animan al que te siga,
luchando por la libertad
por imperio de la verdad,
la democracia es la espiga
y aquella tu gran premisa,
el respeto a la justicia
A la lucha nos obliga.
Reinaldo A. Gil Beroes.
Cuando escribo para ti
Estos versos Madre mía
Me inspiro en la fantasía
De la infancia que viví
Pedro Palmar
I
Cuando escribo para ti
lo hago con el corazón
me expreso con la ilusión
que siempre ha vivido en mí,
pues la dicha que sentí
en tu regazo de Santa,
llenó mi vida con tanta
ternura y amor de verdad,
que soy feliz, felicidad
Cuando escribo para ti.
II
Estos versos Madre mía
solo tratan de contarte,
que en mis sueños al llamarte
la noche se vuelve día,
la tristeza alegría
pues tu recuerdo bendito,
en mi vida marcó un hito
de abnegación y cariño,
son poemas de tu niño
Estos versos Madre mía.
III
Me inspiro en la fantasía
de aquel mundo tan risueño,
aquel gran mundo pequeño
que en mi familia tenía,
Ramón Gil sería el guía
tú a su lado, fortaleza,
ternura, amor y belleza
formando mi vida infante,
y desde allí en adelante
Me inspiro en la fantasía.
IV
De la infancia que viví
tengo recuerdos muy bellos,
que alegría la de aquellos
años en que conocí,
los juegos, los amiguitos
los dulces, los pajaritos,
todo te lo debo a ti
a tus cuidados sin pausa,
lo que he logrado es la causa
De la infancia que viví.
Iván Darío Parra Fuenmayor
Nación en San Rafael del Moján, el 20 de Agosto de 1941. Ingeniero Mecánico (LUZ 1970), Docente y Escritor en el campo de la Historiografía, así como autor científico en trabajos especializados. Fue secretario y Presidente del Centro de Ingenieros y Presidente de la Sociedad Bolivariana del Estado Zulia, también, a fungido como cronista de Ingeniería del Zulia: recibió importantes reconocimientos públicos y distinciones, por su constante dedicación al quehacer cultural. Su obra escrita es de valioso contenido y de acuciosa investigación, así, Seguridad Industrial en Maracaibo (1970), Venezuela Fertilizer Industry (coautor 1976): Antonio José de Sucre. Síntesis Biográfica, (1994 y 1995), La Gran Colombia, (1994); Urdaneta Síntesis Biográfica (1995); Ana María Campos, Homenaje (1995); Historia de la Ingeniería en el Zulia (1996 y 2001); Venezuela, Zulia y los símbolos venezolanos (2000); Ciro Adarme, su guitarra y su obra, (2004); Rafael Rincón González soñando para vivir, (2005); Orígenes de las escuelas primarias en San Rafael del Moján, (2006) y Prelados del Episcopado Zuliano, (2007).
A pasos de vencedores
Tito Balza Santaella,
Con un ángel y una estrella
Brindo con educadores.
Iván Darío Parra.
I
A pasos de vencedores
docto en literatura,
gramatiza la cultura
e idealiza los amores,
grande es su conocimiento
y sus nobles sentimientos,
que generoso comparte
pues la humildad es un arte,
propia de sabios señores
A pasos de vencedores.
II
Tito Balza Santaella
siempre ha dejado una huella,
de hidalgo comportamiento
seguida en todo momento,
por sus muchos educandos
que como norte buscando,
la gramática aquella
que con mística docencia,
enseñara con sapiencia
Tito Balza Santaella.
III
Con un Ángel y una estrella
nació en la noble Zaraza,
Pueblo de hombres de raza
en una campiña bella,
si, fue en tierra guariqueña
donde comenzó pequeña,
su inquietud por superarse
de las letras empaparse,
después de mirarse en ellas
Con un Ángel y unas estrella.
IV
Brindo con educadores
pues con moral y con luces,
se evitarán tantas cruces
por causa de luchadores,
de fuerza bruta, ignorante
y en nuestra mente anhelante,
de educación y cultura
esta es la buena ventura,
por eso de mil amores
Brindo con educadores.
José. S. Rodríguez Malaspina
Nace en Zaraza, Estado Guárico, desde muy joven se inclina por las letras con ensayos periodísticos: su primer libro de poemas titulado Motabán y Romance de la Tierra de Agua Negra, estudiando en el Liceo Bompland, con el paso del tiempo se convierte en extraordinario poeta, émulo y superador de su pariente Rodolfo Moleiro Sánchez, del popular Ernesto Luis Rodríguez, y del tan por él admirado José Antonio Armas Chitty.
En vez de acceder a estudios superiores, no solo se queda en su pueblo, sino que echó sobre sus hombros el peso alienante de las duras faenas campesinas. Todo esto lo mantuvo en el canon romántico-nativista y dentro del básico instrumento comunicacional del octosílabo.
Él es, el auténtico inacabado guariqueño. Terminado su transito vital, apenas nos queda, de lo que pudo ser una obra abundante y profunda, el recuerdo de sus afanes periodísticos, como fundador de efímeros periódicos y cronista emotivo del acontecer unareño; un ensayo sobre el Dr. José Ramón Camejo Farbós; cuatro textos acerca de personalidades, editados en 1988 con el nombre de "Arcilla Guariqueña"; un conjunto inédito de crónicas y relatos titulado "Cielo y Medano Gris" y un pequeño manojo de poemas, muestra elocuente de una fina sensibilidad poética y de una gran facilidad versificadora; entre otros: "Canción para una Niña Triste", y el grupo poético "Silbo y Tonada."
"Abro la copla temprano
Como la soga en la brisa,
Para amarrar tu sonrisa
Con brillo de oro Cochano."
José. S. Rodríguez Malaspina
I
Abro la copla temprano
cual canto de becerrero,
es el llamar del llanero
para el ordeño a mano,
lentamente la vacada
es conducida al tranquero,
ya despunta la alborada
silenciosa sobre el llano,
estamos en madrugada
Abro la copla temprano.
II
Como la soga en la brisa
que en la faena llanera,
ella es la fiel compañera
del enlace a toda prisa,
pues cuando se hace el marcaje
la práctica hace que encaje,
entre los cachos del toro
Ramoncito, el bordón de oro,
se mueve con su pericia
Como la soga en la brisa.
III
Para amarrar tu sonrisa
no basta con una tonada,
tu siempre esquiva mirada
es una mala premisa,
que estoy dispuesto a superar
porque te voy a conquistar,
con un verso hecho a tus labios
que domine los resabios,
que tu querencia precisa
Para amarrar tu sonrisa.
IV
Con brillo de oro cochano
el sol refleja en tu pelo,
al igual que mis anhelos
en tu sentir campechano,
es que mi amor es tan sano
como tu inocencia hermosa,
por eso pido tu mano
para vivir a tu lado,
iluminándote diosa
Con brillo de oro Cochano.
Ramón Yoris (Monche)
Nació en Capatárida Estado Falcón, el 5 de Junio de 1934, a los 22 años se traslada a Cabimas, donde labora en la industria petrolera hasta 1975, cuando por razones de salud se retira de la misma, dedicándose al trabajo informal en el transporte de pasajeros. Al concluir su jornada como chofer, Monche se bajaba de su carro con el morral de su ingenio repleto de anécdotas y vivencias que contaban sus pasajeros, bullendo hasta convertirse en gaitas y décimas.
El verso de Ramón Yoris, está signado por un humor singular, que igual cantaba en una fiesta familiar, en un encuentro popular o con el conjunto gaitero Barrio Obrero de Cabimas; agrupación musical que ha tenido influencia importante en la difusión de su obra.
Cantaré hasta que muera
No dejaré de cantar,
Y el que quiera criticar
Que critique lo que quiera
Ramón Yoris
I
Cantaré hasta que muera
y moriré con mi canto,
pues lo necesito tanto
que así morir yo quisiera,
no es que yo desee morir
no estoy loco ni amargado,
pero si me tengo que ir
será después de cantado,
eso es lo que yo pidiera
Cantaré hasta que muera.
II
No dejaré de cantar
porque cantar es mi vida,
y nunca me voy a callar
así me cueste una herida,
yo lo necesito expresar,
solo cantando se calma
mi desazón y tormento,
así es mi pensamiento
No dejaré de cantar
III
Y el que quiera criticar
puede hacerlo libremente,
nunca dejará mi mente
su pasión por interpretar,
con mi voz lindas canciones
que evoquen grandes pasiones,
románticas situaciones
donde el amor pueda enfrentar,
la incomprensión sin razones
Y el que quiera criticar.
IV
Que critique lo que quiera
a quien le puede importar,
y que lejos puede llegar
una opinión traicionera,
cuando la razón es justa
y la nobleza es la causa,
cantar la verdad no asusta
sin importarnos la pausa,
y así sea lastimera
Que critique lo que quiera
Douglas Villalobos
Como versos de Udon, fluye de este poeta, la más diversa gama de prosas y aires musicales en danza, contradanza, bambuco playero, canción protestataria, canción infantil, baladas, gaitas, merengues, salsa, vallenatos y décimas que brotan de las arterias de ese esquivo y desconocido compositor del Zulia.
Nación en Santa Cruz de Mara el 7 de Mayo de 1953; decimista, docente y pintor ambientalista profundo, Douglas Villalobos es un poeta que no deja envejecer, no tiene edad aparente.
Cada uno de sus versos, está marcado con la cadencia de este excelente cronista y conocedor de la historia contemporánea de Venezuela.
En sus décimas entona el quehacer de su pueblo y manifiesta su protesta, por el daño que el hombre le causa a la naturaleza.
La décima es manantial
Fuente clara de poesía
Es la rústica armonía
Del poeta popular.
Douglas Villalobos
I
La décima es manantial
que brota lleno de amor,
de belleza y de candor
cual abrazo fraternal,
es un romance cordial
de sentimientos hermosos,
subjetivos, veleidosos
dulce espinela celestial,
que si rima cadencioso
La décima es manantial.
II
Frente clara de poesía
inescrutable y hermosa,
la metáfora es la rosa
a quien rinde idolatría,
el verso, su mariposa
frágil, sutil, glamorosa,
que en una imagen preciosa
vuelve el amor pleitesía,
siendo la melancolía
Frente clara de poesía.
III
Es la rústica armonía
que sublime y preciosa,
muy variable y caprichosa
logra con suma hidalguía,
las rimas y consonantes
que en un arpegio incesante,
la razón elevaría
con musas y pensamientos,
y quien forja esos momentos
Es la rústica armonía.
IV
Del poeta popular
y su genio inagotable,
se nutren inobjetables
el Folklore y el cantar,
en cuna humilde nacido
con el verso esclarecido,
donde viaja su soñar
su devenir tan profundo,
por eso es tan grande el Mundo
Del poeta popular
Reinaldo A. Gil Beroes
Mis sueños tienen color
Son verdosos como el monte,
Azul como el horizonte
Rojos como el arrebol.
Douglas Villalobos
I
Mis sueños tienen color
ese color de tu aliento,
en el sublime momento
en que hacemos el amor,
también ellos tienen sabor
el de tu piel sudorosa,
cuando en mis brazos ansiosa
me entregas con todo, tu ser,
y aunque despierto mujer
Mis sueños tienen color.
II
Son verdosos como el monte
que observo en la lejanía,
como el bosque en la sequía
cuando llega el primer norte,
tienen diversos matices
que el vuelo de las perdices,
en los claros los confronte
al igual que tus ojazos,
que cuando sigo tus pasos
Son verdosos como el monte.
III
Azul como el horizonte
mis sueños son mi castigo,
lo que empezó como amigo
es arrullo de sinsonte,
solo audible para mí
y tu mirar de agua mansa,
logra esta pasión que avanza
como nunca antes sentí,
y es mi sueño aunque lo afronte
Azul como el horizonte.
IV
Rojos como el arrebol
tus labios son el ocaso,
que después entre mis brazos
tienen la intensidad del sol,
por eso es que el girasol
se vuelve hacia tu figura,
porque es tanta tu hermosura
y en tu boca hay tal dulzura,
con destellos de tornasol
Rojos como el arrebol.
Reinaldo A. Gil Beroes
Tienen mis sueños el trino
De los nidos en las ramas,
Y del manantial que mana
El murmullo cantarino.
Douglas Villalobos.
I
Tienen mis sueños el trino
de tu voz encantadora,
y esos momentos divinos
que mi mente atesora
te hacen cautivadora,
algo en nuestros corazones
algo que aun no adivino
logra de amor un derroche,
por eso todas las noches
Tienen mis sueños el trino.
II
De los nidos en las ramas
pajaritos juguetones,
como todos los pichones
quieren saltar a la grama,
sus padres muy vigilantes
ven retozar a sus crías,
hasta que lleguen los días
que emprendan su vuelo errante,
y dejen al fin las camas
De los nidos en las ramas.
III
Y del manantial que mana
susurrante entre la hierba,
más adelante a la selva
su propio espacio le gana,
tantas cosas en la vida
comienzan como el manantial,
y van creciendo enseguida
de una manera general,
como el río se engalana
Y del manantial que mana.
IV
El murmullo cantarino
del riachuelo en la fronda,
alegra toda la ronda
pues la brisa cuando vino,
esparció tanta frescura
que por toda la espesura
ahora se siente el virginal
rumorcito del manantial,
con su arpegio tan divino
el murmullo cantarino.
REINALDO A. GIL BEROES
Nació en Caracas el 11/10/1945.
Publicista y Poeta
No sé si fue por quererte
Que tu me estás olvidando,
Si no te hubiese querido
Tú me siguieras amando
Reinaldo A. Gil Beroes
I
No sé si fue por quererte
que te colmé de atenciones,
con mis versos y canciones
siempre busqué entretenerte.
Tus deseos y tus cosas
fueron mi noche y mi día,
del cielo las mariposas
a tu pelo adornarían,
enloquecí al poseerte
No se si fue por quererte.
II
Que tu me estás olvidando
ya lo intuí por tus besos,
mi cielo se va nublando
Y con repentino exceso.
Nuestra mente se autoniega
que vamos por calle ciega,
hasta que todo termina
casi nadie lo adivina,
mas yo lo estaba pensando
Que tu me estás olvidando.
Reinaldo A. Gil Beroes
III
Si no te hubiese querido
si no hubiera dado tanto,
tu no te me habrías ido
pues no tendrías quebranto,
en recibir lo que dabas
sintiendo lo que alcanzabas,
felizmente vivirías
nuestra unión continuarías,
en devenir mantenido
Si no te hubiese querido.
IV
Tu me siguieras amando
pues con poco te conformas,
pero en mi querer hay normas
que no puedo ir obviando,
como estar agonizando
al contacto de la amante,
el desear a cada instante
al amor irse entregando,
si no estuvieran pasando
Tu me siguieras amando.
Reinaldo A. Gil Beroes
Es tanto lo que me inspiras
Con tu picara mirada,
Que siento una llamarada
Cada vez que tu me miras.
Reinaldo A. Gil Beroes
I
Es tanto lo que me inspiras
cuando me veo en tus ojos,
que sin querer me sonrojo
aunque pienses que es mentira,
el arpegio de mil liras
te llevaré en serenata
le recordará a tu estrella,
que por ser mujer muy bella
es tanto lo que me inspiras.
II
Con tu pícara mirada
dices todo, dices nada,
como laguna encantada
que en la tarde se adormece,
nunca se lo que acontece
cuando observo tus ojazos,
que como certeros lazos
hacen que siga tus pasos,
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