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Teorías de la enseñanza


    1. Teoría del aprendizaje por descubrimiento
    2. Teoría instruccional ecléctica
    3. Teoría sistémica de la instrucción
    4. Teoría del aprendizaje significativo

    Las teorías de la instrucción, instruccionales o de la enseñanza, constituyen el complemento de las necesidades de explicación o fundamentación científica del proceso de enseñanza-aprendizaje.

    Ya en las secciones anteriores abordé el contexto general de las principales teorías que dan fundamento a una de las partes del binomio aludido. Es decir, he expuesto un panorama general de teorías que explican el aprendizaje.

    En seguida presentaré inicialmente, a grandes rasgos también, las características de cuatro de las más conocidas teorías de la enseñanza, también llamadas de la instrucción.

    Teoría del aprendizaje por descubrimiento

    – Teoría instruccional ecléctica

    – Teoría instruccional sistémica

    – Teoría del aprendizaje significativo

    Obsérvese el cuadro siguiente.

    MOMENTO DEL PROCESO

    T E O R I A S

    REPRESENTANTES

     

    APRENDIZAJE

    CONEXIONISMO

    Edward L. Thorndike

    CONDUCTISMO

    John B. Watson

    NEOCONDUCTISMO Y CONDICIONAMIENTO OPERANTE

    Burrhus F. Skinner

    PROCESAMIENTO HUMANO DE LA INFORMACIÓN

    Atkinson y R. Shiffrin

    GESTALT

    K. Koffka y W. Köhler

    PSICOGENÉTICA

    Jean Piaget

    PSICOLOGÍA DIALÉCTICA

    Lev S. Vygotski

    PSICOLOGÍA GENÉTICO-DIALÉCTICA

    Henri Wallon

     

    ENSEÑANZA

    APRENDIZAJE POR DESCUBRIMIENTO

    Jerome S. Bruner

    INSTRUCCIONAL ECLÉCTICA

    Albert Bandura

    INSTRUCCIONAL SISTÉMICA

    Robert Gagné

    APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO

    David P. Ausubel

    El norteamericano Jerome Seymour Bruner (1915 – ), actualmente profesor de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, afirma que las teorías de la enseñanza, de la instrucción o instruccionales, deben ocuparse de la organización y sistematización del proceso didáctico, a partir del establecimiento de dos componentes: uno de carácter normativo y otro de carácter prescriptivo.

    El componente normativo estaría constituido por los criterios y el establecimiento de las condiciones necesarias para la práctica de la enseñanza; mientras que el componente prescriptivo lo integrarían las reglas para obtener, de una manera eficaz, los conocimientos y las destrezas.

    Para conferirle un carácter científico a una teoría de la enseñanza debe ésta observar validez en lo empírico y consistencia en la lógica de su estructura interna.

    En este sentido una teoría, instruccional debe ser integradora de la teoría y la práctica de la enseñanza, pues una de las características básicas de una teoría de la instrucción es la de su capacidad para vincular los factores y elementos constitutivos de un proceso didáctico, tales como los objetivos, los contenidos, las actividades programadas, los recursos empleados, la evaluación, las relaciones sociales existentes en el aula y en la escuela, etc.

    La verdadera y trascendental importancia de las teorías de la instrucción es la de constituir una alternativa, y al mismo tiempo un modelo, de la posibilidad del mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje, y la de eliminar el estigma de que éste es casi absolutamente práctico, asistemático y hasta incoherente. Con la aplicación de las teorías de la instrucción, el proceso de enseñanza-aprendizaje se perfilaría como una verdadera actividad con carácter científico, pues resultaría posible la predicción efectiva y la innovación reflexiva y fundamentada.

    Teoría del aprendizaje por descubrimiento

    Esta teoría fue concebida por el ya citado Jerome S. Bruner, y el espíritu de ella es la de propiciar la participación activa del alumno durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, a partir de la consideración de que un aprendizaje efectivo depende, básicamente, de que un problema real se presente como un reto para la inteligencia del alumno, motivándolo a enfrentar su solución, y aún a ir más allá, hasta el fin primordial del aprendizaje que consiste en su transferencia.

    Resulta importante destacar el hecho de que en la mayoría de los aspectos a tratar, Bruner coincida con las ideas expuestas por Jean Piaget y su colaboradora Barbel Inhelder.

    Para Bruner, el desarrollo intelectual del alumno depende directamente de que éste domine ciertas técnicas. En este dominio deben considerarse como determinantes dos factores: la maduración y la integración.

    La maduración le permite al alumno representarse al mundo de estímulos desde tres dimensiones, que se van perfeccionando de manera progresiva:

    – La acción.

    – La imagen.

    El lenguaje simbólico.

    La integración consiste en el empleo de grandes unidades de información para la resolución de problemas.

    En su proceso de desarrollo, el niño percibe al mundo en tres formas consecutivas, mismas que guardan una estrecha analogía con los estadios del desarrollo cognitivo propuestos por Piaget. Las formas que Bruner señala son:

    – La forma enativa, que consiste en realizar la representación de sucesos pasados, por medio de la respuesta motriz.

    – La forma icónica, que depende tanto de respuestas motrices, como del desarrollo de imágenes representativas y secuenciadas de una determinada habilidad.

    – La forma simbólica, misma que tiene en el lenguaje, su expresión más objetiva, pues el lenguaje es un instrumento de cognición, a la vez que un medio para representar y transformar la experiencia del mundo. En esta forma de representación simbólica, los objetos no necesitan estar presentes en el campo perceptivo del niño, ni ofrecer un orden determinado.

    Bruner considera, pues, al lenguaje como el instrumento para superar el concepto de hombre natural.

    Este autor defiende la posibilidad de la enseñanza de cualquier cosa a un alumno, bajo la condición de que la enseñanza se realice en el lenguaje del propio alumno.

    Los contenidos a enseñar deben ser percibidos por el alumno como un aprendizaje importante y significativo, en el que él tendrá una acción determinante.

    Bruner expresa sintetizadamente su teoría afirmando que debe tenerse en cuenta que si la mayor aptitud del hombre es su superioridad intelectual, también debe tenerse presente el valor que, personalmente, le representa un hecho descubierto por él mismo.

    Por ello Bruner afirma que el descubrimiento realizado por un niño es semejante (como proceso) al descubrimiento que, en su laboratorio, realiza un científico.

    Bruner también menciona la existencia de cuatro grandes ventajas en la manera heurística e hipotética de presentar el material de enseñanza:

    – La potencia intelectual. El descubrir y resolver problemas por parte del alumno, habilita su capacidad de construcción y organización racional de los elementos de un problema.

    – Las motivaciones intrínseca y extrínseca. El alumno se recompensa con los efectos de sus propios descubrimientos.

    El aprendizaje y la heurística del descubrimiento. Sólo se aprende realmente a través de la solución de problemas y el interés-esfuerzo por descubrir.

    – La memoria. El alumno retiene con mayor facilidad lo aprendido si él mismo organiza sus materiales y procesos respectivos.

    Teoría instruccional ecléctica

    Esta teoría es obra del psicólogo norteamericano Albert Bandura, nacido en 1925 y doctorado por la Universidad de Iowa.

    Desde un principio, Bandura realizó trabajos que pretendían cambiar la orientación tradicional de las teorías del aprendizaje, trabajos que culminaron con la presentación de una alternativa estructurada: la teoría del aprendizaje observacional o modelado, misma que pondera el valor de los fenómenos sociales en el proceso del aprendizaje.

    En síntesis, la teoría del aprendizaje observacional puede apreciarse en los puntos siguientes:

    El alumno retiene en su memoria las imágenes y códigos verbales, producto de la transformación de la conducta del modelo observado, además de otros estímulos externos.

    La conducta original se reproduce, guiada siempre por la combinación que se realiza entre las imágenes y los códigos retenidos en la memoria y algunos indicios ambientales.

    Así, para una reproducción o imitación correcta se hace necesario que el alumno:

    – considere la conducta del modelo,

    – realice una codificación adecuada de las imágenes,

    – las retenga en la memoria y

    – sea poseedor de la capacidad motora indispensable para realizar las acciones, las que, además, requerirán de algún estímulo o refuerzo que afecte a la realización, pero no al aprendizaje en sí.

    Lo anterior constituye la base de los últimos trabajos de Bandura, afinados en la denominada teoría ecléctica de la instrucción, hacia finales de la década de 1960, y que recibe este nombre por la razón de que el autor rescata varias ideas correspondientes al conductismo combinándolas con otras de corte cognitivista, enfatizando siempre el papel preponderante de la sustitución, el simbolismo y la autorregulación del funcionamiento fisiológico del alumno, ya que todos los fenómenos de aprendizaje experiencial son, potencialmente, susceptibles de sustitución o de imitación.

    De tal manera que un alumno puede cambiar patrones de comportamiento a través de la simple observación, la cual es factible convertir, incluso, en un condicionador de las respuestas emocionales del educando, en virtud de las reacciones afectivas cuyas fuentes son los modelos productores de experiencias agradables o desagradables.

    Un ejemplo que Bandura expone para demostrar lo anterior e la alusión al procedimiento que los adultos emplean para evitar en los niños el miedo por cosas o situaciones a las que no deben temer.

    Los niños aprenden a no tener miedo, simplemente observando cómo el adulto interactúa con las cosas o situaciones que producen temor en el niño.

    La inversión de estas circunstancias puede derivar en lo contrario: provocar mayores miedos e inhibiciones.

    Esta teoría ha sido empleada en las técnicas de modificación de conductas, en el desarrollo de la personalidad y en el aprendizaje de valores.

    Bandura alude con el nombre de determinismo recíproco, al funcionamiento psicológico consistente en la interacción que se produce, de manera continua, entre la conducta personal del alumno y el determinismo del medio ambiente.

    Aceptando que C significa comportamiento; F, función; A, alumno; M, medio ambiente y la interdependencia su inicial I, el conductismo clásico expresaría la fórmula C=F(AM), misma que se expresaría: el comportamiento es igual a la función del alumno y del medio ambiente.

    Bandura propone, en su lugar, la fórmula C=F(IAM), es decir, el comportamiento, no considerando aisladamente las funciones del alumno y del medio ambiente, sino como la función de la interacción de ambos.

    La teoría de Bandura presenta la siguiente secuencia:

    Teoría sistémica de la instrucción

    La teoría sistémica de la enseñanza, como también se le conoce, se debe a la idea de Robert Gagné, y consiste, como resulta indicativo en su nombre, en la aplicación de la teoría general de sistemas al campo educativo.

    La teoría general de sistemas (TGS), aparece durante los años de la década de 1930, originalmente aplicada a la biología y a la unificación de las ciencias, con las tesis presentadas por Ludwig von Bertalanffy (1901-1972).

    El pensamiento sistémico puede integrarse en una especie de totalidad, a partir de la confluencia de los siguientes campos:

    • El concepto de sistema abierto y la filosofía biológica de Bertalanffy.
    • Los conceptos de retroalimentación y de automación, derivados de las investigaciones que sobre la cibernética han realizado Norbert Wiener y W. Ross Ashby. Nótese el empleo de automación y no de automatización, ya que, según estos autores, la automatización alude a la construcción de máquinas para el trabajo, sin la aportación del trabajo del hombre, mientras que el término automación es definido como el diseño de sistemas en los que habrán de intervenir tanto el hombre como las máquinas.
    • La teoría de Shanon, Weaber y Cherry, sobre la información y las comunicaciones.
    • La llamada investigación de operaciones, de E. C. Williams, institucionalizada actualmente en Inglaterra.
    • La teoría de juegos, estructurada por John von Neumann y Oskar Morgenstern.
    • Las técnicas ideadas por Jay Forrester, para la simulación de procesos sociales y ambientales por medio de la computadora.

    Bertalanffy, el principal exponente de la TGS, en oposición al pensamiento de Isaac Newton y de René Descartes, adopta una posición aristotélica al afirmar que el todo constituye algo más que la simple suma de sus partes, y para defender esa apreciación realiza las siguientes aseveraciones:

    – Los fenómenos complejos no pueden ser explicados a partir de la suma de las propiedades de procesos individuales.

    – El modelo tradicional de Newton y Descartes, únicamente posibilita el análisis de la relación existente entre dos o tres variables, pero no si las variables son en un número mayor.

    – La interacción de las unidades individuales correspondiente a un nivel de la realidad, le permitió afirmar que el carácter fundamental de un objeto viviente es su organización y, por ello, trasciende a sus partes, advertidas separadamente.

    Derivó, así, la primera noción de sistema, interpretado éste como la disposición de elementos interrelacionados que interactúan permanentemente, constituyendo un todo.

    Un sistema, entendido así, puede referirse a un dispositivo cibernético o tecnológico, y hasta un grupo social determinado.

    La aceptación que tuvieron estos y otros conceptos, propició que, en el año de 1954, se fundara la Sociedad para el Progreso de la Teoría General de Sistemas, cuyos objetivos básicos e iniciales fueron cuatro:

    • Promover transferencias entre distintos campos de conocimiento, considerando el isomorfismo que presenten sus conceptos, leyes y paradigmas respectivos.
    • Fomentar el desarrollo de modelos teóricos en el campo que así lo requiera.
    • Eliminar, o por lo menos, reducir, la duplicación de un mismo esfuerzo teórico en campos diversos.
    • Apoyar y mejorar la comunicación entre los especialistas, con el fin de buscar la unidad de la ciencia.

    A partir de esa fecha, la TGS ha penetrado en casi todos campos científicos.

    Tal es el caso de la teoría propuesta por Robert Gagné, quien la desarrolla dentro de un contexto en el que son estructurales los antecedentes, los procesos y los productos resultantes de ese esquema de aprendizaje.

    La teoría instruccional sistémica puede ser representada, de manera muy esquemática, en el cuadro siguiente, mismo que contempla las fases de todo aprendizaje y de las acciones de enseñanza que las motivan, según Gagné.

    Para Gagné, el aprendizaje es un proceso mediante el cual los organismos vivos adquieren la capacidad para modificar sus comportamientos rápida y permanentemente.

    El aprendizaje implica el concurso de cuatro elementos:

    – un sujeto social,

    – una situación propicia para el aprendizaje,

    – un comportamiento explícito del sujeto y

    – un cambio interno.

    Aunque en los últimos trabajos de Gagné se hace evidente una posición más consecuente con las concepciones cognitivistas del aprendizaje, no renuncia a enfatizar, de manera decidida, que el aprendizaje, para que sea considerado como tal, debe presentar las condiciones de visible y estable.

    Teoría del aprendizaje significativo

    Una de las más conocidas teorías de la enseñanza es la del aprendizaje significativo, diseñada por David P. Ausubel, quien en ella nos ofrece un punto de vista contrastante con el de Jerome S. Bruner. Veamos por qué.

    Para Ausubel, el sujeto obtiene el conocimiento, fundamentalmente, a través de la recepción, y no por descubrimiento, como afirma Bruner, pues los conceptos se presentan y se comprenden, pero no se descubren.

    Ausubel pondera el valor de la información verbal, de la cual se deriva el aprendizaje significativo.

    Por otro lado, no considera significativo al aprendizaje de memoria, pues, para Ausubel, el material que es aprendido de memoria no guarda relación con el conocimiento existente.

    Para tal efecto elaboró un modelo de enseñanza por exposición, a través del cual fomenta el aprendizaje significativo de las asignaturas escolares, por encima del aprendizaje de memoria por recepción.

    Pero, más allá de los conceptos anteriores que son parte de una concepción más o menos generalizada de la teoría del aprendizaje significativo de Ausubel, y tal vez por la asociación con la denominación de dicha teoría, existen algunas consideraciones importantes que perfilan con mayor propiedad a esta teoría.

    Por principio, el autor diferencia el análisis del concepto de aprendizaje de contenidos con sentido, el sentido lógico y el sentido psicológico, ya que el primero corresponde a los propios contenidos, mientras que el sentido psicológico consiste en la capacidad de transformar ese sentido lógico en comprensión psicológica, que es lo que el alumno realiza durante el proceso de aprendizaje.

    Sin embargo, he utilizado el concepto de aprendizaje de contenidos con sentido, sin considerar a éste como sinónimo de aprendizaje significativo. Aquí debe observarse una importante precisión que Ausubel realiza y que, muchas veces, no es advertida o aludida por la generalidad.

    El aprendizaje de contenidos con sentido constituye el mejor mecanismo para lograr la adquisición de la información ambiental existente, mientras que en el aprendizaje significativo los contenidos tienen sentido únicamente de manera potencial, pues el alumno puede aprenderlos significativamente o no. Por eso, la teoría de la enseñanza de Ausubel se enfoca más a la consideración de contenidos con sentido, que a los procesos cognitivos del alumno, ya que, como acabo de mencionar, un proceso cognitivo puede darse al margen de que el alumno comprenda o no el contenido. Piénsese, por ejemplo, en memorización de una poesía, aunque esta tenga sentido.

    Un concepto utilizado profusamente en la teoría de Ausubel es el de subsunción, con el que designa al mecanismo cognitivo mediante el cual el alumno, utilizando aprendizajes anteriores, es capaz de adquirir nuevos conocimientos.

    La subsunción puede manifestarse de dos formas:

    • Subsunción derivativa, cuando el nuevo contenido se ha inferido o derivado de un concepto previamente aprendido.
    • Subsunción correlativa, que constituye el caso más común en la escuela, ocurre cuando el nuevo contenido es una modificación del conocimiento previo.

    Otro concepto muy importante en la teoría de Ausubel y que resulta determinante es el de organizadores avanzados.

    Un organizador avanzado es un contenido introductorio, muy claro y relevante para el alumno, que servirá de vínculo entre los conocimientos previos y los conocimientos que el alumno necesita adquirir.

    Para el autor, un buen organizador avanzado debe integrar y relacionar los contenidos que habrá de introducir durante el proceso de aprendizaje.

     

     

    Pablo Rico Gallegos,

    en "Elementos teóricos y metodológicos para la investigación educativa", Unidad 164 de la Universidad Pedagógica Nacional, Zitácuaro, Michoacán, México, 2005, pp. 81-90