Detección de anticuerpos contra Trypanosoma Cruzi en donadores de sangre
Enviado por Pedro A. Reyes-López
La transfusión sanguínea es la segunda vía de infección con Trypanosoma cruzi. Con objeto de conocer la seroprevalencia de anticuerpos IgG anti Trypanosoma cruzi se investigaron 1 076 donadores de sangre del Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez". Se usó antígeno soluble completo preparado a partir de cultivos de T. cruzi. Los anticuerpos se detectaron con técnicas ELISA-DOT, ELISA y Western blot. A todos los donadores se les aplicó un cuestionario sobre su lugar de nacimiento y residencia los primeros años de vida; además se hicieron los exámenes que indica la norma técnica vigente para bancos de sangre. La prevalencia de anticuerpos IgG anti T. cruzi, confirmada con una prueba de alta especificidad, en la población estudiada fue 0.28 por ciento, cifra superior a la detectada para otros agentes infecciosos.
La investigación de anticuerpos contra T. cruzi debe ser incorporada a las actividades de control y seguridad biológica de los bancos de sangre. Palabras clave: donadores de sangre, anticuerpos anti Trypanosoma cruzi.
ABSTRACT
American trypanosomiasis is an endemic disease in Mexico. Blood transfusion has been recognized as the second main mechanism of transmission in South American countries. There is no definitive information available for Mexico. We obtained the prevalence of IgG antibodies against Trypanosoma cruzi among 1076 blood donors at the Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez" in Mexico City. We used an antigen freshly prepared from local isolates, and the complete and soluble antigen preparations were analyzed with the Western blot technique using sera previously characterized as reactive. Blood donors' antibodies were studied with DOT-ELISA and Western blot. All donors were asked in regard to place of birth, and blood samples were serologically tested as usual in transfusion practice. The presence of IgG antibodies to T. cruzi, confirmed with a high-specificity test, showed a prevalence of 0.28 per cent. Screening for antibodies to T. cruzi; should be included in the evaluation of blood donors in Mexico.
Key words: blood donors, antibodies to T. cruzi
La tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas es una parasitosis hemática y tisular causada por la infección con Trypanosoma cruzi que se encuentra en las heces de los triatominos vectoresque contienentripanosomas metacíclicos. (1) Los sujetos infectados, generalmente en los primeros años de la vida, pueden desarrollar una enfermedad aguda autolimitada seguida de una fase crónica. En las dos terceras partes de los infectados en fase crónica asintomática no hay indicio de enfermedad, la infección se reconoce sólo por la presencia de anticuerpos séricos a T. cruzi. Sin embargo, en la fase crónica sintomática hay parásitos en tejido y parasitemia esporádica y fugaz. Esta última condición hace posible la transmisión de la tripanosomiasis a través de la transfusión sanguínea. (2-3)
La tripanosomiasis iatrogénica post-transfusional es la segunda vía de infección en zonas endémicas, (4-5) y la única en países donde no hay tripanosomiasis o la infección por vector es muy rara, como en Canadá y en los Estados Unidos. Allí se ha probado que inmigrantes hispanoamericanos han transmitidotripanosomiasisamericanaporvía transfusional. (6-7)
En México la tripanosomiasis americana se conoce desde 1940, (8) pero sólo en los últimos 15 años ha habido interés creciente en el estudio de la enfermedad. Hasta donde sabemos no se han descrito casos post-transfusión y hay pocos estudios de seroprevalencia entre donadores de sangre. (9-11)
A esto hay que sumar que desde 1987 se prohibió la donación remunerada, (12-13) y también se han modificado los métodos serológicos de diagnóstico; lo anterior hace necesarios nuevos estudios para determinar la frecuencia de donadores seropositivos a T. cruzi.
En este trabajo se presenta la experiencia obtenida entre donadores familiares y altruistas en un centro cardiológico que concentra población de todo el país.
Donadores
Se solicitó el consentimiento de 1 076 donadores que acudieron al Banco de Sangre de la institución en un periodo de tres meses, para hacer un estudio serológico adicional con el propósito de buscar anticuerpos anti T. cruzi. Se les aplicó un cuestionario sobre su lugar de nacimiento y residencia los primeros años de vida. El suero fue conservado a -40oC en alicuotas hasta el momento del examen serológico.
Para evaluar reacciones cruzadas se incluyeron 50 sueros con anticuerpos identificados de individuos con leishmaniasis cutánea (donados por la doctora Tayde Sosa, Universidad de Campeche) y 10 sueros de individuos con diagnóstico de tuberculosis pulmonar (donados por el Laboratorio de Microbiología del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias).
Como control positivo se usó el suero de sujetos con diagnóstico de miocardiopatía chagásica. (14) Como control negativo se utilizó suero de sujetos con cardiopatías distintas sin ningún criterio sugestivo de enfermedad de Chagas.
Preparación del antígeno
La obtención del antígeno se realizó de epimastigotes de T. cruzi del aislamiento mexicano Ninoa cultivado en medio bifásico infusión de cerebro corazón (BHI). Durante la fase logarítmica de crecimiento se cosecharon, lavaron y sonicaron en presencia de inhibidores de proteasas, obteniendo el extracto completo. La fase soluble se obtuvo centrifugando a 10 000 g por 30 minutos. (15)
Ensayos inmunoenzimáticos
Se emplearon dos variantes del ensayo inmunoenzimático en fase sólida. (16)
Dot-Elisa
Sobre el centro de un cuadro de 1 cm2, se aplicó antígeno completo de T. cruzi a una concentración de 100 ng/ul; se dejó secar a temperatura ambiente por 15 minutos y se bloqueó con albúmina sérica bovina (ASB) 1% en amortiguador de fosfatos salino con Tween 20 al 0.1 por ciento (PBS-T 0.1%) durante 30 minutos a 37oC; se realizaron tres lavados con PBS-T. Cada cuadro se colocó en una dilución del suero 1:100; se incubaron 30 minutos a 37oC, seguido de tres lavados; se incubó la membrana con anti IgG humana conjugada a peroxidasa en dilución 1:1 000 durante 30 minutos a 37oC. Se hicieron tres lavados y se reveló la reacción durante 15 minutos con 30 mg de 4-cloronaftol diluidos con 10 ml de metanol y 50 ml de PBS con 50 ul de H2 O2 al 30 por ciento. Se lavó con agua corriente y se observó la membrana, considerándose positivos todos aquéllos con formación de mancha.
Elisa en placa
Se sensibilizaron placas de polivinilo (Immunolon II) de 96 pozos, con 1 000 ng de antígeno soluble de T. cruzi en amortiguador de carbonatos (0.05M, pH 9.6) toda la noche a 4oC.
Después de cuatro lavados con PBS-T 0.05 por ciento, se bloquearon con asb 1%-PBS-T 0.05 por ciento una hora a 37oC. Posteriormente se adicionaron 100 ul por pozo de los suerons diluidos 1:400 en ASB 1%-PBS-T 0.05 por ciento, por triplicado, y se incubaron una hora a 37oC. Se realizaron cuatro lavados y se adicionaron 100 ul por pozo de anti IgG humana conjugada con peroxidasa en dilución 1:40 000. Se incubaron una hora a 37oC, después de cuatro lavados se reveló la reacción con 100 ul por pozo de una mezcla de 8 mg de orto fenilendiamina con 20 ml de amortiguador de citratos (0.1M, pH 5.0) y 8 ul de H2 O2 al 30 por ciento durante 15 minutos y se detuvo la reacción con 50 ul por pozo de H2 SO4 2.5 N. Se leyó la absorbancia a 490 nm. El valor de corte de 0.15 U.D.O. fué establecido a partir del valor de la media más cinco desviaciones estandar de 50 sueros de una población urbana clínicamente sana.
Electroinmunotransferencia (Western blot, WB)
Se corrió en electroforési antígeno soluble de T. cruzi en gel de poliacrilamida al 10 por ciento; (17) posteriormente se realizó la electrotransferencia a membrana de nitrocelulosa por una hora a 100 volts. (18) Se bloqueó la membrana con ASB 3%-PBS-T 0.1 por ciento por toda la noche a 4oC. Se lavó cuatro veces con PBS-T 0.1 por ciento; se cortaron tiras de 0.5 cm y se colocaron en diluciones de los sueros 1:1 000; se incubaron por dos horas a temperatura ambiente; se hicieron cuatro lavados y se incubaron con anti IgG humana conjugada con peroxidasa en dilución 1:1 000; tras cuatro lavados más, se reveló con 30 mg de 4-cloronaftol diluidos en 10 ml de metanol y 50 ml de pbs con 50 ul de H2O2 al 3 por ciento. La reacción se detuvo lavando la membrana con agua corriente.
Análisis estadístico
Se analizaron los resultados con técnicas descriptivas y con pruebas de contingencia para determinar la sensibilidad, especificidad y el valor predicitivo del ensayo inmunoenzimático.
Los donadores, entre 18 y 50 años de edad, fueron 929 hombres (86%) y 147 mujeres (14%), de origen rural o urbano en proporción similar (51 y 49 por ciento, respectivamente). Todos estaban asintomáticos cuando fueron aceptados para donación de sangre por un médico que desconocía el estudio.
A todos se les practicaron, con técnicas estándar, las pruebas serológicas que establece la norma técnica No 277 de la Secretaría de Salud: anticuerpos contra el antígeno de superficie del virus B de la hepatitis, anticuerpos contra VIH y aglutinación con reactivo VDRL. (11)
La frecuencia de seropositivos (cuando son positivas las pruebas ELISA y WB) a T. cruzi detectados mediante los ensayos inmunoenzimáticos fueron los siguientes: 18 para DOT- ELISA (1.68%); cinco para ELISA (0.46%) y tres para WB (0.28%).
El porcentaje de seropositivos es mayor cuando se evalúa a través de DOT-ELISA ya que la prueba depende de la impresión subjetiva del observador, quien decide si hay o no mancha, y en este caso se aceptó cualquier imagen de color aunque se limitara a la periferia del sitio de la reacción (figura 1).
Los 18 sueros positivos en DAT-ELISA fueron sometidos a la prueba de ELISA en placa; cinco de ellos fueron positivos ya que tenían una D.O. por arriba del valor de corte. Así, hubo una reducción en la frecuencia de seropositivos de casi cuatro veces respecto al resultado en DOT-ELISA.
Cuando los sueros positivos en las dos técnicas ELISA se sometieron a electroinmunotransferencia, tres mostraron un patrón equivalente al de sueros chagásicos conocidos, de modo que se aceptó que tres de 1 076 sujetos son seropositivos (figura 2). Todos los donadores positivos son de origen rural, dos del estado de Guanajuato y uno de Puebla. (cuadro I).
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CUADRO I
Características de los sujetos con anticuerpos IgG anti T, cruzi.
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Donadores positivosELISAWBProcedencia por ELISA en placa D.O.
1 edad 0.777+ Guanajuato
2 edad 0.568+ Puebala
3 edad 0.238+ Guanajuato
4 edad 0.221- Hidalgo
5 edad 0.160- Hidalgo
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Valor de corte en el ensayo de ELISA 0.15 D.O
Las pruebas para antígeno de superficie del virus B de hepatitis, para anticuerpos a VIH 1 y la aglutinación con reactivo VDRL en el grupo estudiado, mostraron un frecuencia de positivos menor que la prueba contra T. cruzi. En el cuadro II se muestran los datos y se compara con la frecuencia de positivos a estas pruebas en 5 982 donadores que acudieron al Banco de Sangre del Instituto Nacional de Cardiología en 1990, no incluidos en este estudio.
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CUADRO II
Comparación de la frecuencia de hallazgos serológicos entre donadores
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Determinación DonadoresDonadores (grupo de estudios) (grupo no estudiando
No % No %
Total 1 076 100 120.20
HBsAG 10.09120.20
VDRL 00 130.21
HIV 00 50.08
T. cruzi30.28NR
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Especificidad y sensibilidad de las pruebas para T. cruzi
La prueba DOT-ELISA se aplicó a 50 sueros positivos a leishmania y 10 sueros de sujetos con tuberculosis; sólo dos de los primeros fueron reactivos (4%) y no hubo positivos entre sujetos con tuberculosis. Estudios previos en nuestro laboratorio han mostrado que los sueros de enfermos chagásicos, probados en inmunofluorescencia indirecta (IFI) con promastigotes de Leishmania mexicana mexicana dan resultado positivo en 9 por ciento de los casos. (10)
En contraste, en sujetos con diagnóstico de miocadiopatía dilatada por cardiopatía chagásica grave (provenientes de los servicios clínicos y estudiados en el laboratorio con las mismas técnicas empleadas en la evaluación de los donadores) la correlación de seropositivos con DOT-ELISA, ELISA y WB es de 100 por ciento. Esto no ocurre con sujetos con otras cardiopatías, incluso miocardiopatía dilatada alcohólica o miocardiopatía idiopática.
Al comparar en una tabla de contingencia los resultados de ELISA en el suero de 50 sujetos con miocardiopatía dilatada, incluyendo en este grupo a 18 con cardiopatía chagásica crónica (13) y 1 136 sujetos sin ese diagnóstico, se encontró alta especificidad (99.5%) congruente con el valor predictivo negativo muy elevado (97.2%). La sensibilidad, que depende de la prevalencia, es menor. Sin embargo, el valor predictivo positivo es de utilidad clínica (cuadro III).
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CUADRO III
Miocardiopatía dilatada
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Presente Ausente Total
E Pos. 18 725
L
I Neg. 321 129 1 161
S
A Total 50* 1 136** 1 186
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X^2 p< 0.0000001 límites confianza 32.7-260.0
Sensibilidad 36% Especificidad 99.35%
Valor predicto positivo 72%
Valor predictivo negativo 97.2%
* Enfermos de los servicios clínicos de Instituto
** Donadores más 50 sueros de leishmaniásicos y 10 tuberculosos.
Este estudio muestra una prevalencia de 0.28 por ciento de anticuerpos contra T. cruzi en los donadores que asisten al Banco de Sangre de una Institución de tercer nivel, localizada en el área metropolitana, pero que recibe población abierta de todo el país. El anticuerpo en los tres sujetos que fueron positivos en WB reconoció los mismos antígenos que reconocen los sueros de sujetos con enfermedad de Chagas crónica. Aunque en este trabajo no se estudió la reactividad de estos sueros con antígeno de leishmania, se sabe que menos del 10 por ciento de los enfermos chagásicos poseen anticuerpos séricos de reacción cruzada con L. mexicana mexicana, (10) mientras que los sueros de enfermos con leishmaniasis tienen títulos bajos de anticuerpos reactivos con T. cruzi, de modo que para detectar reacción cruzada en suero de enfermos con leishmaniasis se necesita un suero poco o nada diluido, y en el ensayo utilizado en este trabajo se usó una dilución alta. A mayor abundamiento, los donadores reactivos con antígeno de T. cruzi no tenían afección cutánea ni venían de zonas del país donde se ha identificado leishmaniasis, todo lo cual hace muy poco probable que los resultados sean explicados por reacción cruzada.
Las discrepancias observadas entre los resultados con las tres técnicas empleadas pueden explicarse en función del criterio de positividad tomado. Así, en DOT-ELISA la presencia de una mancha tenue sobre el papel es una apreciación subjetiva que estuvo sujeta intencionalmente a una sobrevaloración; mientras que de los cinco sueros reconocidos como positivos en la placa de ELISA, tres de ellos concordaron con una tercera técnica, la inmunoelectrotransferencia, y de los otros dos, uno mostró valor de positividad muy cercano al valor de corte en la placa de ELISA, la magnitud de la seroprevalencia del anticuerpo anti T. cruzi. El trabajo tiene sesgo de selección, común en los estudios de donadores de sangre, donde los hombres están sobrerrepresentados, pues la mujer en edad de donación tiene causas de rechazo como menor peso, embarazo, anemia y otras. Aceptando ese sesgo inevitable, el estudio muestra que la seroprevalencia es baja, sin embargo, es mayor que la encontrada contra HBsAg, contra la reagina reactiva con VDRL y la del anticuerpo anti-VIH en la misma población muestreada.
En nuestro país hay varios estudios previos sobre la prevalencia de anticuerpo anti T. cruzi entre donadores de sangre. (9-11) El primero fue realizado en la ciudad de Oaxaca; este estudio fue hecho antes de que hubiera una norma técnica relativa al manejo de bancos de sangre y prohibición de la donación comercial, y mostró una prevalencia global de 4.4 por ciento, 13 positivos de 298 donadores probados, al considerar cualquier prueba positiva entre las tres usadas, que fueron fijación de complemento con límite de corte >1:8, hemaglutinación indirecta y aglutinación directa con cortes >1:128 y 1:256. En forma individual esas pruebas mostraron prevalencias de 2.7 por ciento, para fijación de complemento, 2.0 y 2.0 por ciento para las pruebas de aglutinación. Se ha informado que en Oaxaca existe el mayor número de individuos con serología positiva a T. cruzi. (19-20)
En Puebla se realizó otro estudio en una institución de segundo nivel de atención, en donde se incluyeron donadores comerciales y se usó una prueba de hemaglutinación con corte 1:8 para aceptar positivos, la seroprevalencia fue de 14 por ciento (O. Velasco, comunicación personal).
En 1987 informamos la prevalencia de anticuerpos entre donadores de tres instituciones (dos Institutos Nacionales y el Hospital General de ciudad Nezahualcóyotl); en este estudio la prevalencia fue 1.1 por ciento. El grupo estudiado fue relativamente pequeño, no se aplicó cuestionario de factores de riesgo y se usaron pruebas serológicas diferentes a las empleadas ahora.
Se ha informado que entre 1 200 donadores estudiados en la zona oriente de la Ciudad de México, usando una prueba comercial de hemaglutinación, la seroprevalencia fue de 1.5 por ciento, sin diferencia atribuible al origen de los donadores. Se observó también que esa seroprevalencia es mayor que la encontrada en el mismo grupo para HBsAg, VDRL o VIH. (21)
En el reciente Congreso Iberoamericano de Bancos de Sangre y Medicina Transfusional, (22) se informaron otros estudios con prevalencia variable entre 0 y 7.6 por ciento, las más altas entre donadores de Oaxaca, Tamaulipas y Guanajuato.
En los países de Sudamérica y Centroamérica se ha informado también seroprevalencia variable entre 0.2 y 46.7 por ciento, valores influenciados por las características de la población general, por la condición remunerada o no de los donadores y por el método serológico usado y los criterios de positividad variables en cada prueba. El cuadro IV resume la información accesible; (5) por supuesto, la sola presencia de anticuerpos que reconocen antígenos de T. cruzi, no significa más que el contacto entre el huésped y el parásito en un momento biológico que inició una respuesta inmune, no es indicativo de infectividad, pero es la única forma de identificar al sujeto con infección chagásica que se encuentra en la llamada fase crónica indeterminada, y que a pesar de ser asintomático puede tener parasitemia esporádica y transitoria, lo que hace de él un donador peligroso. (23-24)
En el Instituto Nacional de Cardiología, con base en nuestros resultados y al riesgo de infección post-transfusión calculado por días, (23) podría esperarse que el número de casos posibles de infección chagásica iatrogénica por transfusión se sitúe entre tres y ocho casos por 10 mil transfusiones. Sin embargo, no se han visto casos clínicos. Esto no sorprende, ya que la infección chagásica iatrogénica tiene características particulares: de 10 a 20 por ciento de los infectados permanecen asintomáticos; los que manifiestan enfermedad tienen un periodo de incubación más largo que el que ocurre en la enfermedad transmitida por vector; en la forma iatrogénica es en promedio de 40 días pero puede ser hasta de tres meses; la enfermedad se expresa menos, suele haber fiebre y visceromegalia. Si no se piensa en esta posibilidad diagnóstica, el caso se confunde con infecciones virales asociadas a la transfusión.
Cabe recordar que desde que Mazza sugirió la posibilidad de transmisión de T. cruzi por vía sanguínea en 1936, idea que fue compartida por otros, (25-27) transcurrieron 13 años hasta que se encontraron donadores seropositivos y 16 años hasta que Freistas comunicó los dos primeros casos de infección iatrogénica por transfusión. (2-3) En Sudamérica, donde se calculaba que había 16 millones de individuos infectados, se habían reconocido 131 casos de enfermedad de Chagas post- transfusional; (23) la importancia de esta vía de infección se puso de manifiesto cuando se reconocieron casos de enfermedad de Chagas en Canadá, donde no existe transmisión natural. (7)
Es probable que ante la mayor atención que recibe la enfermedad de Chagas entre nosotros en los últimos años, pronto se reconozcan casos donde la vía de infección sea diferente de la natural transmitida por triatominos.
Es bien conocido que la sangre en condiciones de almacenamiento en Banco conserva tripanosomas viables, por periodos de hasta 42 días, (28) y las medidas de control como el añadir violeta de genciana no han sido eficaces por diversos motivos como el tinte, malestar general y rash. (29)
En suma, es probable que la seroprevalencia de anticuerpos anti T. cruzi en México se sitúe en los límites de prevalencia baja. En este estudio sólo se encontraron tres seropositivos de 1 076 donadores estudiados, que de todos modos es superior a la prevalencia de HBsAg, VDRL y al VIH y de ninguna manera resulta intrascendente. Creemos que, aunque hacen falta estudios que corroboren y extiendan esta observación, vale la pena considera la inclusión de un estudio serológico simple, económico y con especificidad suficiente para identificar en prueba de rastreo al donador "peligroso" en los bancos de sangre locales; el suero de estos donadores sería investigado con pruebas más complejas, incluyendo tal vez electroinmunotransferencia (WB) para decidir si se trata de positivos verdaderos. Dada la baja prevalencia que, en general, tiene la enfermedad, (30) es probable que el efecto de retirar las unidades de sangre "peligrosa" no sea importante en la eficiencia del servicio y se evita la remota, pero posible, transmisión iatrogénica de la enfermedad de Chagas en México.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo recibió apoyo del Consejo Asesor en Epidemiología. Los autores agradecen al doctor Raúl Izaguirre, Jefe del Banco de Sangre y a la señorita Marilú Hernández por su invaluable ayuda.
Solicitud de sobretiros: Dr. Pedro A. Reyes, Laboratorio de Inmunología, Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez", Juan Badiano 1,14080 México, D.F.
* Trabajo presentado en el Primer Congreso Iberoamericano de Bancos de Sangre y Medicina Transfuncional.
Fecha de recibido: 22 de septiembre de 1991
Fecha de aprobado: 10 de agosto de 1992
-1 Laboratorio de Inmunología, Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez", México.
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SALUD PÚBLICA DE MÉXICO ENERO – FEBRERO 1993, VOL. 35, N° 1
Autor:
Angélica A. Ramos-Echeverría, Q.F.B. -1
Victor M. Monteon-Padilla, M. en M., -1
Pedro A. Reyes-López, M.C. -1