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La diversidad temática en la obra de los artistas locales: aproximación al fotógrafo Arnaldo Pou Pujol

Enviado por Vicente Robinson


  1. Introducción
  2. Algunos antecedentes
  3. Arnaldo Pou Pujol, lo diverso y lo local
  4. A modo de conclusión
  5. Bibliografía

Introducción

La fotografía ha sido calificada como "escritura con luz" (del griego potos: luz, y graphos que significa escritura) y "es la ciencia y el arte de obtener imágenes duraderas por la acción de la luz sobre papel, placas o películas recubiertas previamente por capas de sustancias sensibles a la misma". (Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, 1996,p.628)

La fotografía, surge en el siglo XIX como resultado del desarrollo industrial de la época. Desde su aparición, como otra forma de expresión, otro lenguaje para comunicar, ha estado sometida a las más diversas y controvertidas discusiones. Sus más feroces detractores llegaron a declarar que la fotografía era la invención de artistas fracasados; una manera de hacer sin valor, solo una técnica, propia de aquellos incapaces de tomar un pincel.

Después de muchos años, la discusión en torno a la fotografía ya no se centra en su validez como obra de arte sino en su condición testimonial ya que es considerada un importante descubrimiento de la humanidad, pues permite conservar la imagen fiel de un instante a través del tiempo, convirtiéndola en evidencia documental de los sucesos y personajes que han tenido importancia para la historia.

La fotografía es un documento no textual cuya información se constituye referencia obligada para cualquier tipo de investigación.

Es indudable su lugar dentro del universo de las artes, como fenómeno artístico ha logrado crear una dimensión deferente de los hechos trascendentales, al captar el tiempo o el momento propicio cuando precisamente ocurre el suceso que de alguna forma transforma la realidad.

Los aportes de la fotografía a la cultura la hace por excelencia un vehículo de expresión auténtico, no solo como evidencia legítima, sino también como construcción de la realidad.

El estudio y conservación de las fotografías aporta elementos sustanciales para estudiar y revelar el contenido cultural de las comunidades, que son finalmente, el inicio embrionario de una nación y de su identidad.

Es importante observar desde una perspectiva desarrolladora el aspecto textual de las imágenes locales, y valorizarlas atendiendo a su espacio material y la a las posibilidades reales que tuvieron esos artistas en cada uno de sus pequeños territorios. Este trabajo tiene como objetivo realizar un acercamiento a los valores estéticos y funcionales de la obra fotográfica de Arnaldo Pou Pujol, artista que realizó su obra entre 1910 y 1920, en la sureña zona de Surgidero de Batabanó, e intenta descubrir los valores artísticos de la misma, a partir de la diversidad temática que aborda.

Algunos antecedentes

Cuba es una nación que se privilegia de haber entrado en la fotografía desde que este arte comenzó a intervenir en la sociedad como tendencia artística, según apareció publicado en un artículo en El Noticioso y Lucero (5 de abril de 1840), el primer daguerrotipo llega a Cuba en ese año, por encargo del joven Pedro Téllez Girón, hijo del Capitán General. El artículo indicaba que "el curioso aparato llegó a esta capital en mal estado, inservible; manchadas las láminas metálicas, rotos los frascos de reactivos, y el termómetro. Por de pronto se creyó irreparable este fatal contratiempo, pero S.E. constante en su celo, firme en su decisión solicitó y obtuvo del Sr. D. Luis Casaseca la reparación del instrumento" .(…) "El ilustre joven tuvo inmediatamente el placer de ver coronado su primer ensayo de aplicación por un éxito felicísimo copiando por medio del Daguerrotipo la vista de una parte de la Plaza de Armas, que representa el edificio de la Intendencia, parte del cuartel de la Fuerza, algunos árboles del centro de la misma plaza, y en último término el cerro que al E. de la bahía contribuye a formar el puerto de La Habana todo con una perfección en los detalles que es verdaderamente admirable".

Un año después, el 3 de enero de 1841, la isla se precia de ser el segundo país del mundo y el primero en Hispanoamérica en inaugurar un estudio público en el "Real Colegio de Conocimientos Útiles", en Obispo No 26, por el daguerrotipista norteamericano George Washington Halsey.

Posteriormente una avalancha de artistas de todo el mundo se radica en la isla, instalando sus estudios y desarrollando su trabajo, llegan de Francia, Inglaterra, Venezuela, Alemania, Suecia, Estados Unidos y Hungría, el paisaje de Cuba, la diversidad étnica y cultural, la posibilidad de experimentar propician la actividad de esos fotógrafos.

Es Don Esteban Arteaga, profesor de daguerrotipo, considerado el primer fotógrafo cubano y es la señora Encarnación Iróstegui, la primera criolla que rompe con los moldes domésticos y tradicionales de la mujer para dedicarse a fotografiar. (Del Valle, R . 2008, Enero).

Muchos fueron los artistas que a lo largo de la historia cubana se dedicaron a la fotografía, incluso algunos en el período de la guerra entre 1895 y 1898, se convirtieron en testimoniantes de la contienda bélica, otros buscaron su identidad artística en los paisajes o en la fotografía de estudio, tal vez el género más clásico y recurrente, otros intentaron buscar la esencia misma del fenómeno de la luz realizando experimentos con diferentes objetos, perspectivas, juegos de luces, etc.

En Cuba, la fotografía realiza una función muy importante después del triunfo de la Revolución, los artistas del lente se vuelcan a revelar los cambios sociales que ocurrían. "Raúl Corrales, Osvaldo Salas y Korda, unidos a Salitas, Liborio, Ernesto Fernández y Mario García Goya, entre otros constituyeron el núcleo de fotógrafos que lograron transformar la fotografía política en una genuina expresión artística". (Corrales, 2007, p.4)

Estos artistas además de sobrado talento tuvieron la posibilidad de desarrollar su obra en un entorno que les propició tomar conciencia del momento crucial en el que estaban inmersos y la enorme responsabilidad que se abría ante ellos.

Arnaldo Pou Pujol, lo diverso y lo local

La fotografía constituye un elemento insustituible del patrimonio visual y documental de un país, forma parte de su historia y cultura. Los fotógrafos locales también, aunque anónimos, han dejado su legado en el devenir cultural de las comunidades, han sido catalizadores de la diversidad social, de las tradiciones, de las economías, de los eventos sociales ocurridos, de la arquitectura, proporcionando las evidencias gráficas necesarias para la reconstrucción de la memoria colectiva.

Arnaldo Pou Pujol (Mallorca,1887 – Cuba, 1940)

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Tal es el caso de Arnaldo Pou Pujol (Malloca, 1887-Cuba, 1940), quien entre 1910 y 1920 realizó su labor fotográfica unas veces en su pequeño estudio, otras en exteriores.

Radicado en Surgidero de Batabanó, Pou llegó a Cuba cuando tenía doce años, en ese entonces su formación escolar era muy limitada, apenas poseía las herramientas necesarias para leer y escribir. Fue jornalero en un taller de recortar esponjas, administrativo del Centro Balear, productor de carbón, fotógrafo, publicista, algo poeta y hasta promotor cultural, si se toma en cuenta el significado actual de esa actividad.

Surgidero de Batabanó, calle Independencia. (1933)

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Pero desde la opinión de esta autora, la fotografía fue la catarsis de sus necesidades creativas, y aunque no poseía antecedentes académicos para enfrentarse a esta forma de hacer arte, su sensibilidad y el interés en alcanzar otros niveles dentro de la fotografía, le permitió encontrar una dimensión muy personal y hasta cierto punto diferente.

Para Pou la fotografía fue un medio de subsistencia y su vehículo de expresión más próximo, aunque no existe un estudio que pueda dimensionar su obra, desde la modesta opinión de esta autora, merece un estudio más dedicado y la valoración justa, que lo inserte, a pesar de las limitaciones textuales que se puedan encontrar, en el justo nivel que precia toda su obra.

Barco llegando a puerto. (1915)

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La singularidad de la fotografía de Pou radica en su búsqueda e interpretación de las personas, del paisaje local, de la vida, con toda la carga de emotividad y realismo que implica, cabe entonces preguntar: ¿cuántas cosas en el plano artístico hubiera logrado de haber estado en contacto con las corrientes más modernas del arte?, pero Pou vivió en un pueblo pequeño, de costa, lejos de los eventos y reuniones artísticas, su modesta situación económica, la mantención de la familia y el fracaso de todas las empresas que iniciaba no le permitían sistematizar su trabajo artístico.

Su labor principal la desarrolló en el estudio, fueron grandes series dedicadas a matrimonios, amigos, grupos de personas, y es interesante la lectura que realiza de sus modelos, ya que la narratividad del fenómeno va más allá de lo que se ve a simple vista y es ese tal vez el valor de su obra.

Matrimonio (1915-1918)

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El conjunto de fotos dedicada a las parejas de matrimonios resulta bastante singular, porque no solo posaron ante Pou familias de la clase media del Surgidero de Batabanó de la época, también lo hicieron otras personas de menos posibilidades económicas y resulta interesante una foto realizada a una pareja de origen humilde, en esta imagen es el hombre quien está sentado en la silla de mimbre, su postura es elocuente y singular, pero a pesar de la apariencia que asume, no deja de sorprender la mujer, quien es la verdadera protagonista de esta imagen, porque narra su historia si solo miramos sus manos, surcadas de vena por el extenuante trabajo y el asomo de tristeza en sus ojos.

En pareja de pintores dos hombres descalzos, portando sus instrumentos de trabajo (brocha, pote de pintura, trapos), posan en un entorno totalmente diferente a lo que representan, alrededor están los ornamentos propios de un estudio, búcaros de flores, jarrones, manteles, evidentemente se advierte un contraste temático, que no molesta, y la jocosidad del momento invitan a participar, a compartir la ligereza y el desenfado.

Tal vez esta foto es el resultado ocasional de una circunstancia, tal vez no hubo otra intensión más allá que la de dejar testimonio de una jornada de trabajo, sin embargo la belleza de la imagen, y la dignidad con que fueron atrapados los modelos, hace que se vuelva a admirar una y otra vez la foto.

Conjunto Musical también divierte, la jocosidad de los músicos, la diversidad de expresiones, el carácter bohemio, está narrada en la foto. Además es visible un aspecto fundamental referido a la emigración de los mallorquines a Batabanó, y el propósito de estos hombres de mantener sus tradiciones musicales e insertarlas en la cultura local.

Pareja de Pintores. (1916)

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Las fotos que Pou dedicó a las labores económicas del Surgidero de Batabanó de principios del siglo XIX son un claro testimonio visual de la relación del hombre con la naturaleza, de la inmediatez de ese medio y la necesidad de enfrentar las bondades y agresividad que puede mostrar. En estas fotos la naturaleza en la actora principal, porque resume el concepto de supervivencia, el mar, las esponjas, los bosques donde los carboneros debían trabajar expuestos a todas las calamidades propias del medio salvaje.

La pesca y procesamiento de la esponja es un tema recurrente en la obra de Pou, la continuidad de esa labor que constituía uno de los medios de supervivencia más común, y que transitaba de generación en generación, de padres a hijos.

Hombres en corte de carbón (1921)

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Los cortes de carbón, actividad a la que Pou estuvo íntimamente ligado, la naturaleza agreste, las ínfimas condiciones de vida de esos hombres sumidos en una existencia precaria y brutal, no escaparon a la aguda mirada de Pou.

A modo de conclusión

La fotografías de Arnaldo Pou Pujol constituyen un referente para cualquier estudio sociocultural que se inicie en Surgidero de Batabanó porque reflejan la dinámica de una sociedad económicamente subordinada a empresas propias de una localidad costera, que por su rudeza y agresividad exponían a los hombres a situaciones extremas.

Desde el punto de vista documental, el material fotográfico de Pou refiere la evidencia visual de la diversidad social de la comunidad en la que vivió.

Es imposible valorar, careciendo de antecedentes teóricos sobre la repercusión de los fotógrafos locales, el espacio textual que refleja la obra de Pou, es además necesario evaluarla atendiendo a los recursos con que dispuso a la hora de hacer su trabajo, pero a pesar de las posibles limitaciones que todo teórico pudiera encontrar, la fotos de Pou poseen personalidad propia, y un espíritu revelador de lo que pudo haber logrado.

Nota

El pie de foto es de la autora.

Bibliografía

Corrales, Raúl. (2007). El ojo que piensa. Revista de la Fotografía Cubana, No 1. Año 3.

Del Valle, Rulfo (2008). Un recorrido por la Fotografía cubana del siglo XIX.. http://www.habananuestra.com

Melhog, P (1966). Historia de la Fotografía. En La Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana. (t XXIV p.628). Madrid: Espasa-Calpe; S.A

Robinson Echevarría, Orna E (2006). Arnaldo Pou, un artista desconocido. La Habana, Ed Unicornio.

 

 

Autor:

Lic. Orna Eshter Robinson Echevarría.

Enviado por:

Vicente Robinson