Intervención colorada, en los tiempos de Perón y en los tiempos de Kirchner (página 2)
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El presidente uruguayo Dr. Juan José de Amézaga, asumió la Primera Magistratura el 1 de marzo de 1943 y permaneció en ella hasta el 15 de febrero de 1947. Esto fue producto, de haberse realizado en el año 1942 las elecciones nacionales en el Uruguay y haber salido triunfador de la contienda electoral, el Partido Colorado con la formula José de Amézaga- Alberto Guani. Durante este periodo de gobierno, se hizo todavía más evidente la definición pro-aliada del Uruguay. Es decir, una política internacional contraria al "Eje Roma-Berlín- Tokio". Como se dice en el tomo 7 de la Historia uruguaya escrito por el equipo de historiadores Benjamín Nahún, Angel Cocchi, Ana Frega e Yvette Trochón "Dos hechos merecen destacarse en este contesto: el primero, a corto plazo, fue el intento de plasmar lo que se llamó la "Doctrina Rodríguez Larreta" ( nuestro Ministro de Relaciones Exteriores), que llegó a proponer en el concierto panamericano la necesidad de intervenir en los asuntos internos de los países que no adhirieran a los principios de la democracia y la defensa hemisférica. Esta iniciativa no tuvo éxito, pero sirvió para marcar las distancias frente a la Argentina, dónde el Cnel. Juan Domingo Perón afirmaba su carácter neutralista. El segundo, a mediano y largo plazo de indudables consecuencias, fue el comienzo de la estrecha vinculación que ligó a nuestras Fuerzas Armadas con los Estados Unidos, no sólo en materia de equipos y pertrechos bélicos, sino en la adopción de manuales técnicos, propuestas organizativas y concepciones estratégicas."
La doctrina sustentada por Rodríguez Larreta (Ministro de Relaciones Exteriores del Presidente Amézaga), se centraba sustancialmente en la necesidad de intervenir en los asuntos internos de los países latinoamericanos que no adhirieran abiertamente a los principios de la democracia y la defensa hemisférica. Con respecto, a la doctrina Larreta,
Carlos Real de Azúa dice lo siguiente "La doctrina Larreta se basa, como es notorio, en la innegable relatividad de las soberanías nacionales (usemos la fórmula pretenciosa: en "la caducidad creciente de la forma nacional") y en indisputables derechos que la Sociedad internacional posee. Derechos ante situaciones que pueden comprometer la comunidad de naciones entera; derechos ante lo que dentro de una frontera pueda violentar escandalosamente los presupuestos morales o políticos mínimos sobre las que todas viven o dicen vivir. La doctrina Larreta olfateó habilidosamente cierto aire de "política misional" que el mundo respira desde hace un cuarto de siglo, de esa conciencia de una "misión" que, según Eugenio D´Ors, significa "meternos donde no nos llaman"." La mencionada doctrina al adjudicarse y al adjudicarle el propio Rodríguez Larreta un status-rol de "política misional" que, según Real de Azúa, citando a Eugenio D´Ors significa "meternos donde no nos llaman" condujo a intromisiones por parte de organismos panamericanos en los asuntos internos de aquellos países latinoamericanos que no practicaban una política exterior pronorteamericana.
A esto se le suma, que el ascenso del movimiento peronista en la Argentina se dio al mismo tiempo que la doctrina Larreta estaba en pleno auge en nuestro continente y especialmente en el Uruguay. En relación a esto, Real de Azua dice lo siguiente "El advenimiento del peronismo, casi simultáneo a la ya examinada doctrina Larreta fue para el Uruguay el primer gran presente inmediato de esa post-guerra tan idealizada hasta poco tiempo antes, tan hosca cuando vino. El peronismo planteó a la línea nacional uruguaya un desafío estruendoso por su calidad irrecusable de vecino y por todas las implicancias que esta calidad aparejaba". Es asì que, el advenimiento del peronismo casi simultaneo a la doctrina Larreta, según Real de Azúa , fue para el Uruguay "La Suiza de América" una especie de contra-cara constante que no lo dejó dormir con tranquilidad. Por lo menos, hasta el año 1955.
En el año 1945, en la República Argentina y en el plano político, estaban ocurriendo hechos muy importantes y el gobierno uruguayo de Amézaga, no practicaba una política de no intervención en los asuntos internos de un país soberano.
El historiador uruguayo, Carlos Machado dice lo siguiente "Rodríguez Larreta, el canciller de Amézaga, le arrimó sus esfuerzos a Braden. El 8 de octubre, mientras se precipitaba una crisis y los mandos de Campo de Mayo se movilizaban para desplazar a Perón, declaró en el cine Radio City: "En una mano la bandera de las libertades, y en la otra, si fuera preciso, la espada de las sanciones", anticipando así las intenciones de apadrinar –desde Montevideo- la intervención conjunta en Buenos Aires. El "peronazo" fue un primer revés. Más de 300.000 trabajadores se volcaron sobre Buenos Aires para respaldar a Perón en aquel 17 de octubre. Igual pronunciamiento multitudinario se produjo en Rosario, Córdoba, Tucumán y la Plata., el matutino "El País," orientado por el canciller de Uruguay, llamó a la muchedumbre "chusmaje asalariado"".
La política seguida por Rodríguez Larreta, hacìa el gobierno de Farrell, era funcional a la E.E.U.U. y a su política llevada adelante por su representante diplomático en la Argentina, el inefable Spruille Braden. Además, la opinión de el matutino "El Paìs", orientado, según Machado, por el canciller, con respecto a lo ocurrido el 17 de octubre de 1945 en B. Aires, coincidía plenamente con la opinión de Enrique Mosca (candidato a la vicepresidencia por la Unión Democrática, en las elecciones nacionales del año 1946) "Fueron salvajes estallidos de las hordas analfabetas estupefactas por el alcohol". O con la definición dada por el diputado radical Ernesto Sanmartino "aluvión zoológico". El historiador Carlos Machado sigue diciendo "El canciller uruguayo entonces, decidió atacar. El 21 de noviembre cursaba su mensaje a las cancillerías proponiendo pasar por encima del principio de la"no intervención", preconizando –con la vista en el caso argentino- las "acciones multilaterales": "el principio de no intervención no ampara ilimitadamente la notoria y reiterada violación por alguna República de los derechos elementales del hombre y del ciudadano y el incumplimiento de los compromisos libremente contraídos (…) la no intervención no puede transformarse en el derecho de invocar un principio para violar impunemente todos los otros (…) una acción colectiva, multilateral, ejercida con total desinterés…se ejerce en beneficio de todos, incluso de aquel país que tan duro régimen soportaría" (!). Antes de la semana, James Byrnes, Secretario de Estado del gobierno de E.E.U.U. le dio su visto bueno: "Mi gobierno se adhiere a los principios enunciados por el distinguido ministro de RR.EE. uruguayo".El 29, Juan I. Cooke, canciller argentino, pronunció su enérgica respuesta: "No puede haber terreno más peligroso y resbaladizo que el de la apreciación externa de la actuación política de los países". Solo Guatemala, Costa Rica y E.E.U.U. secundaron la proposición uruguaya, mientras Panamá manifestó "reservas". Todos los otros países condenaron en términos severos aquella ocurrencia".
En nombre de los derechos humanos y su defensa, Rodríguez Larreta, apostaba abiertamente por la intervención en la Argentina. Es decir, como afirmaba el canciller uruguayo, una acción colectiva, multilateral, ejercida con total desinterés, donde todos van hacer los beneficiados. La Argentina, por supuesto, la primera beneficiada de la intervención salvadora. El gobierno de la E.E.U.U. por boca de su Secretario de Estado adhirió de una manera total y absoluta a la propuesta interventora de Rodríguez Larreta. No faltaba más. Esto ocurría en el año 1945. Como, muy bien dice, Carlos Machado "Faltaba, todavía. Cuando se aproximó la fecha de las elecciones ( enfrentando la candidatura de Perón a la de Tamborini, expresión de la "Unión Democrática" de radicales, conservadores, demo-progresistas, social demócratas y comunistas, sumados).el matutino "El País", oficioso vocero de la cancillería, apresuró pronósticos ligeros: -que hasta el momento, los grupos adictos a Perón no han registrado listas, suponiéndose que tendrán dificultades para hacerlo por carencia de candidatos; que está confirmada la impresión de algún observador según la cual el peronismo ha perdido sus ya escasos contingentes en los últimos días; que si dejan de votar, la mayoría democrática será de tres a uno.
El 22 de febrero del 46, a pocas horas de las elecciones, publicó un reportaje a Repetto. "Ahora es común que la cocinera o la mucama, con falsas acusaciones, haga comparecer a sus patrones ante la Secretaria de Trabajo. Evitando las reclamaciones de sueldos ya abonados, en el presente todas las familias argentinas hacen firmar recibos al servicio doméstico. Pero siempre se tiene la sensación de tener a un espía o a un enemigo dentro del domicilio", se quejó ".
El matutino "El Paìs" (que se auto-proclama, primero siempre), vocero oficioso de la cancillería, según Machado, apostaba a que el peronismo se desinflaba como fuerza política. Lo manifestado por Repetto, en el reportaje, da la impresión que la Argentina volviera a los tiempos del Restaurador, Juan Manuel de Rosas. Esto ocurría, en el año 1946. Faltaba mucho más todavía, Carlos Machado dice lo siguiente "La democracia ha triunfado en la Argentina," titula "El País", el 25. Calificó las elecciones como inobjetables, con los testimonios de los dirigentes de la oposición. Y mientras se aguardaban resultados, porque los escrutinios no fueron inmediatos, adelantó este juicio: "se realizan cálculos que establezcan la verdadera dimensión de la victoria de la Unión Democrática". El canciller seguro, le cursó un telegrama de felicitación al candidato de la coalición. Una insólita pifia.
Por un cuarto de millón de votos se produjo la victoria de Perón, que venció a Tamborini en todas las provincias, menos una". El matutino, que se considera primero siempre, apostó sus boletos al triunfo de la Unión Democrática, en las elecciones argentinas del año 1946. Pero, siempre hay un pero, al diario "El País" el tiro le salió por la culata. "Primero siempre", no quiere decir, "le acertamos siempre". Ganó Perón. Lo peor de lo peor, fue que Rodríguez Larreta, el canciller intervensionista, más que seguro, segurísimo, le cursó, según Machado, un telegrama de felicitaciones al candidato de la Unión Democrática. Ganó Perón. A el, también le salió el tiro por la culata y lo dejo con "traumatismo de cráneo" y con "perdida de conocimiento" intervensionista.
La abierta y fracasada intervención en los asuntos electorales de la Argentina, por parte del gobierno de Amézaga, tubo como resultado que el gobierno uruguayo quedara muy mal parado entre los países latino-.americanos
.El director, del semanario uruguayo "Marcha", Carlos Quijano, un 5 de abril de 1946 se refería a la política llevada adelante por el gobierno de Amézaga hacia la Argentina, de la siguiente manera "Afeitados y sin visita. Así hemos quedado, después de tantas alharacas; luego de tantas obsecuencias; a pesar de haber echado por la borda, los principios, los intereses y aún la auténtica tradición nacional y americana en la materia; no obstante habernos ganado el repudio y la desconfianza de las demás naciones americanas, cuando en nuestro triste papel de "caddy" que sigue la pelota, nos lanzamos a resucitar para mayor gloria del Sr. Braden y demás, la "doctrina" intervensionista. Así hemos quedado, ahora que Estados Unidos o mejor dicho el Departamento de Estado, cambia el rumbo impuesto por el desorbitado Braden y se dispone a reanudar sus relaciones con la Argentina. Final previsto de una política internacional sin precedentes por lo disparatada. Final previsto y que como tal, en tiempo, anunciamos. Era lo único que le faltaba al funesto gobierno del Sr. Amézaga para pasar a la historia. Que después de utilizarlo como punta de lanza, lo dejaran arrumbado atrás de la puerta. Si el país no ha perdido- y así queremos creerlo- el sentido de su decoro, no podría dejar pasar sin sanción, cuando la oportunidad llegue, tantas torpezas juntas de las cuales, en definitiva, él, él país, ha sido y es la principal víctima". Afeitados y sin visita, dice Quijano, refiriéndose a como había quedado el Uruguay y la administración intervensionista de Amézaga luego que el gobierno norteamericano mediante el departamento de Estado, cambia el rumbo impuesto por el inefable Braden y se dispone a reanudar sus relaciones con la Argentina. El gobierno norteamericano mediante Braden utilizo al utilizable gobierno de Amézaga, como punta de lanza, según Quijano, contra la Argentina de Farrell y del candidato a la presidencia, Juan Perón. Para después, ser tirado y abandonado por el Tío Sam como una escoba vieja en un basural de esquina.
El 1 de marzo de 1951, Andrés Martínez Trueba asumió la primera magistratura, siendo esto el resultado de las elecciones nacionales realizadas en el Uruguay en el año 1950. En esas elecciones, salió triunfador el Partido Colorado con la formula Andrés Martínez Trueba – Alfredo Brum, pertenecientes ambos a la lista 15. En la República Argentina, el 28 de septiembre de 1951, se produjo un alzamiento militar contra el gobierno constitucional de Juan Perón, pero fracasó rotundamente.
Con respecto, a lo sucedido ese 28 de septiembre de 1951, Gregorio Selser dice lo siguiente "Alzamiento militar comandado por el general Benjamín Menéndez, en Campo de Mayo y las bases aéreas de El Palomar, Morón y Punta Indio. Fracasa y Perón la designa despectivamente como "chirinada"." Para Claudio Rappolini, el 28 de septiembre de 1951 en la Argentina, sucedió lo siguiente " Se produce en Argentina una sublevación contra el gobierno de Juan Domingo Perón, encabezada por los generales Menéndez y Rawson. Aviones rebeldes sobrevuelan Buenos Aires, sin embargo la revuelta fracasó al no plegarse como había prometido el 8º Regimiento Blindado. Aviones con jefes rebeldes aterrizan en Uruguay buscando refugio y nuestro gobierno se los otorga, devolviendo los aparatos a Argentina"..
El gobierno colorado de Andrés Martínez Trueba les otorga refugio, a golpistas fracasados que se encontraban escondidos en el Uruguay debido a que habían querido derrocar a un presidente, como lo era Perón, elegido democráticamente por los ciudadanos argentinos. En el año 1954 un 26 de noviembre se realizaron las elecciones nacionales en el Uruguay. El ganador de las mismas fue nuevamente el Partido Colorado (había estado en el gobierno en los periodos 1943-1947,1947-1951 y 1951-1954) y dentro del partido el sector mas votado fue la llamada lista "15" conducida por Luis Batlle. El 1 de marzo de 1955 asumieron sus cargos los integrantes del nuevo colegiado (en el año 1952 había entrado en vigencia una nueva constitución nacional siendo su principal característica que el Poder Ejecutivo paso de ser unipersonal a estar organizado con un sistema colegiado integral), estando a la cabeza del mismo, Luis Batlle, por la lista "15".
En 1955 en la Argentina, el régimen peronista se encontraba bastante jaqueado por las presiones internas (la violencia política entre gobierno y oposición había aumentado), las externas (el imperialismo yanqui en el año 1954 había lanzado una fuerte contraofensiva en América Latina para derrocar a los gobiernos nacional populares como el de Jacobo Arbenz en Guatemala y luego Getulio Vargas en Brasil y el otro en su lista era Perón) y también por su situación económica.
Como bien dice Vivián Trías "El populismo es un hijo de la opulencia transitoria de la inmediata post-guerra, con cuantiosas reservas monetarias acumuladas por el conflicto y su hambre de productos básicos ("el oro no deja caminar en los pasillos del Banco Central", decía Perón). La caída de los precios de las exportaciones, el alza de los precios de los bienes importados, la competencia del capital extranjero en los mercados trastrueca el panorama. Las divisas se evaporan, hay que recurrir al crédito externo y la inflación asoma inquietante. Sólo con reformas estructurales que no produjo, el populismo pudo salvar el trance que le plantea el rea-condicionamiento de su entorno y continuar solventando dignos niveles de vida para las masas. No son los cambios en la coyuntura internacional los que lo bloquean y precipitan su caída. Pero es su presión la que desnuda las limitaciones y debilidades del populismo, la que exaspera sus contradicciones y envenena sus omisiones." En otros términos, los años "dorados" del peronismo ya habían quedado atrás en el tiempo-
En lo que hace, a Luis Batlle y su más que difícil diálogo y no diálogo con Perón, Carlos Machado lo resume así "Iguales expresiones, a lo largo del 55, se habían multiplicado en contra de Perón. Batlle Berres había sido autor, casi diez años antes, de un pronóstico errado: "la inmensa mayoría –no podemos decir, por desgracia, la totalidad, pero podemos decir una abrumadora mayoría de los trabajadores argentinos- están contra Perón ".Intento la defensa de Braden: "se pretende decir en estos instantes que EE.UU. quiere intervenir en la política Argentina… yo digo que es al revés". Profetizó disgustos: "si Perón alcanza el gobierno será para todos los vecinos motivo de inmensa preocupación y de grandes dolores de cabeza".Se acercó, sin embargo, a Perón, durante su primera gestión presidencial, intentando acrecer la corriente turística de procedencia argentina, comprando carne y vendiendo arena. Argentina denunció después la venta de esa carne para el exterior y detuvo sus compras denunciando apremios en los pagos ("se organizaron las compañías arenaras argentinas y hoy ciento cincuenta barcos y casi diez mil obreros argentinos viven de esa actividad", dirá luego Perón).
Indispuestas de nuevo aquellas relaciones se le dio "piedra libre"a los opositores argentinos para conspirar, sin mucho disimulo, desde el Uruguay. "Como si la hospitalidad que les brinda ese país tuviese por precio el ataque sistemático y soez al Presidente de la Nación Argentina", protestó Buenos Aires". Esta claro, que desde el año 1945 Luis Batlle, no tenia una buena opinión sobre Perón y llegado el año 1955 y estando ya al frente del segundo gobierno colegiado en el Uruguay, su opinión negativa sobre el presidente de los argentinos (ya en su segunda presidencia desde el 4 de Junio del año 1952), no había variado para nada.
En la República Argentina, el 16 de junio del año 1955, se produjo otra intentona golpista contra el gobierno constitucional de Juan Perón.
Con respecto, a lo sucedido el 16 de junio de 1955, Gregorio Selser dice lo siguiente "Como culminación de la serie de actos de desagravio a la bandera, se dispone que una escuadrilla de diez aviones a retropropulsión sobrevuelen la Catedral de Buenos Aires, en Plaza de Mayo. Ignorándolo Perón, ese vuelo debe convertirse en la señal de una insurrección conjunta de las tres fuerzas armadas y comandos civiles, que debía iniciarse a las 8. Pero debido a una imprevista niebla, los aviones sólo pueden alzar vuelo a las 10. Durante ese lapso Perón es informado de la conjura y se traslada al Ministerio del Ejército. Al mediodía aviones navales bombardean la Casa Rosada y sus adyacencias, al tiempo que fracasan los intentos de la infantería de marina de apoderarse del sector. Las víctimas se cuentan por centenares y los aviones que participaron de la acción parten hacia Uruguay".
Con respecto, al bombardeo en Plaza de Mayo por parte de los aviones navales, Miguel Bonasso, dice lo siguiente "Según algunos informes hubo 156 civiles muertos y unos 900 heridos. Fuentes sindicales elevan los muertos a 350 y los heridos a cerca de 2.000. Más allá de la exactitud de las cifras, fue el primer bombardeo de una ciudad latinoamericana sin que mediara guerra civil o convencional".
Lo que sucedió aquel 16 de junio de 1955 es una intentona golpista por parte de los sectores anti-peronistas de las fuerzas armadas argentinas contra un gobierno democráticamente elegido por sus ciudadanos. En las elecciones nacionales realizadas el 11 de noviembre del año 1951. Al fracasar el golpe de estado anti-peronista los aviones causantes de la masacre en Plaza de Mayo parten hacia el Uruguay.
En relación a esto, Leopoldo Amondarain, dice lo siguiente "Como el levantamiento fracasó en esa oportunidad, los aviones con sus asesinos se "rajaron" al Uruguay bajo la protección y asilo del gobierno del papá, don Luis Batlle Berres". En el Uruguay, el gobierno que estaba en ese momento al frente del país era el llamado colegiado de la "15" encabezado por Luis Batlle que, según Amondarain, le dio protección y asilo a los golpistas y asesinos de Plaza de Mayo. En los hechos, la llamada "Suiza de América" no mantuvo para nada una política de neutralidad ante el fuerte enfrentamiento que se daba en la Argentina entre peronistas y anti-peronistas. A esto se le suma, que Montevideo la "Atenas del Plata" se transformo en los tiempos de Perón en una santuario donde con-vivían es justo decirlo verdaderos perseguidos políticos del peronismo con terroristas anti-peronistas.
En la Argentina, el 16 de setiembre de 1955 comenzaba en Córdoba lo que luego sería llamada "Revolución Libertadora" y el 23 del mismo mes una columna de tanques y blindados llega a la capital y asume el gobierno de la república. Es decir, se produce en la Argentina un golpe de estado oligárquico-imperialista contra el gobierno constitucional de Juan Perón. En Uruguay, la población sintió una gran alegría cuando se entero por la radio del desplome del régimen peronista en la Argentina.
Es así que Claudio Rappolini dice lo siguiente:"Perón renuncia y se refugia en una cañonera paraguaya. Una multitud se vuelca a las calles en Montevideo". La "Atenas del Plata", en el día 20 de setiembre de 1955 era una interminable fiesta antiperonista.
En el año 1949, el historiador argentino Jorge Abelardo Ramos, decía lo siguiente "El papel jugado por la oligarquía uruguaya y su pequeña burguesía "democrática" es manifiestamente reaccionario y su pretendida defensa de las "libertades democráticas" es una hipócrita cobertura de su auténtica defensa de los negreros imperialistas del Norte en su lucha contra las conquistas nacionales y sociales del pueblo argentino. Uruguay se ha convertido en la punta de lanza del imperialismo en el Sur". Es así que, el Uruguay desde 1943 a 1958 estuvo bajo gobiernos pertenecientes al Partido Colorado que propiciaron una política abiertamente intervensionista en los asuntos internos de la Argentina de Perón que llevo a que el país se convirtiera en esos años, al decir Abelardo Ramos, en la punta de lanza del imperialismo yanqui en la Cuenca del Plata.
En el Uruguay del 2003, otro gobierno del Partido Colorado, en este caso, el presidido por Jorge Batlle (un neoliberal y además hijo de Luis Batlle), interviene abiertamente en los asuntos electorales de la República Argentina. El presidente uruguayo apostó sin lugar a dudas a que el resultado de las elecciones nacionales en el vecino país favorecería a Carlos Menen. Es decir, al neoliberalismo.
El muy seguro presidente Jorge Batlle le dijo a la cadena de noticias CNN lo siguiente"El próximo presidente de Argentina será Menen". Lo dicho por el presidente uruguayo, era un claro apoyo a que en la República Argentina se siguiera manteniendo un modelo de sociedad, el menemista, que por su "filosofía política" y su "economía política", se da de patadas con las banderas históricas del Justicialismo. Es decir, soberanía política, independencia económica, justicia social, tercera posición y unidad latinoamericana.
Finalmente, el ganador de las elecciones en la Argentina fue Néstor Kirchner. Un peronista que retoma al menos en el discurso las alicaídas o abandonadas banderas del peronismo fundacional. Después, que Néstor Kirchner es ungido presidente de los argentinos. El presidente uruguayo, tiene grandes diferencias con su par argentino, no solo en el tema de los derechos humanos (caso de la nuera del poeta argentino Juan Gelman), sino también, con otros temas, como el MERCOSUR, el ALCA y el Consenso de Buenos Aires. Las opiniones del presidente Batlle sobre el MERCOSUR y el ALCA están alineadas con la visión que tiene de estos dos importantes temas la administración republicana de George W. Bush. Es decir, son opiniones abiertamente anti-Mercosur y pro-alca.
En el año 1960, el escritor uruguayo Mario Benedetti decía del Uruguay lo siguiente "La verdad es que el Uruguay hace tiempo que vive de espalda a América. La verdad es que al Uruguay parece no interesarle la suerte de esos hermanos continentales a los que nuestros especialistas en democracia consagran tantos ditirambos de ocasión, tanta adulona y obviables de ternura, tanto verbo y tanta tinta junto a tan poca acción verdaderamente solidaria. ¿Qué ha pasado en nuestro país, qué curioso vuelco ha hecho posible, en sólo sesenta años, el retroceso que significa haber partido de Ariel de Rodó para arribar a los increíbles, tendenciosos editoriales de Eduardo Rodríguez Larreta, que consiguen premios Cabot en Norteamérica y atónita indignación en América del Sur? ¿De qué horrible culpa somos (en cuanto pueblo) responsables, como para que cerremos los ojos y no queramos ver que la desperdigada, incomunicada, dividida América Latina, al fin ha comprendido que debe unirse en un solo haz, concentrarse en un solo frente, si es que quiere sobrevivir y hacer oír su voz, original y noble como pocas? ¿Qué absurdo prejuicio nos impide a los uruguayos reconocer que, si seguimos en este rumbo, acabaremos por ser los únicos latinoamericanos pasibles de ser acusados de traición a América Latina?"
El Uruguay bajo el gobierno de Jorge Batlle al igual que los gobiernos colorados que van de 1943 a 1958 no solo vive de espalda a América Latina y mirando a la del Norte sino que peor aun asume el viejo papel de ser punta de lanza del imperialismo yanqui en la Cuenca del Plata. Esto quiere decir, sustancialmente, que el Uruguay siga jugando como hasta hoy el rol de ser un estado cuña entre la Argentina del presidente peronista Néstor Kirchner y el Brasil de Ignacio Lula Da Silva y así poder frenar toda política de ampliación y profundización del MERCOSUR. Que hoy, es sinónimo de integración sudamericana y latinoamericana.
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Autor:
Lic. Augusto Batista Stasiuk
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