Descargar

Aspectos básicos para la crianza y manejo de lechonas y cochinatas (página 2)


Partes: 1, 2

Durante las dos primeras semanas la limpieza de los corrales se hará en seco, incluyendo comederos y bebederos que así lo requieran. Pasadas las dos primeras semanas la limpieza de los corrales se ejecutará con agua a presión. Se mantendrá la limpieza de los pasillos, atarjeas y los alrededores de la nave

Se garantizará agua de beber durante las 24 horas del día.

(Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Cruzamientos. P 36-37)

Manejo en la etapa posdestete

El manejo posdestete es muy importante, especialmente el que se realiza en las dos primeras semanas posdestete. Este es en gran parte el responsable de la perdida o la baja ganancia de peso posdestete, y a su vez, una de las principales causas de la perdida en eficiencia productiva y económica en el mundo porcino. Whittemore (1989) establece que un cerdo a los 5.10 y 20 kg tiene una capacidad para ganar 400, 700 y 1000 g de peso, sin embargo, es común obtener hasta menos de un 50% de esos rendimientos, debido a problemas de alimentación y manejo posdestete.

Efecto del medio ambiente en la etapa posdestete

Existe una relación estrecha entre el ambiente y el peso posdestete. Coalson et al. (1976) presentaron un estudio donde clasificaron el ambiente en excelente, regular y malo. Esta clasificación estuvo basada en el tipo de instalaciones, la ventilación, la temperatura y el manejo. Ellos concluyeron que el peso posdestete tenia un efecto importante en cualquier tipo de ambiente, pero que las diferencias mas grandes en rendimientos se obtenían con los animales mas livianos en los diferentes ambiente.

Los cerdos que recibieron un manejo excelente crecieron 42 y 56% mas rápido, que con el manejo regular y malo cuando pesaban 5.1 y 5.8 kg respectivamente, mientras que cerdos con pesos con pesos de 6.2 y 6.5 kg crecían 14 y 32% mas eficientemente que los cerdos con los mismos pesos, pero en un ambiente regular y/o malo.

Ambiente climático

Curtis(1973) de4mostro que un cerdo .parado a diferentes temperaturas (10C0 a 30 Co )pierde de 9.5 hasta 18.2kcal/hora por efecto del ambiente, por lo que la energía que consume no es suficiente para mantener una ganancia de peso y a temperaturas bajas tiene que usar la grasa de sus reservas corporales como fuente de energía.

Temperatura ambiental

Los cerdos jóvenes destetados entre la 3 y 5 semanas de vida requieren de temperaturas de entre los 25 los 30 Co (Aherne, 1980). Entre mas pequeño sea el cerdo requerirá una mayor y mas estables temperatura. Pijoan (1989) establece que las fluctuaciones de temperaturas son el agente más estresante que afecta a un cerdo recién destetado, y que las fluctuaciones en temperatura y las corrientes de aire producen una supresión. Del sistema inmune. Con variaciones diarias de más de 2 Co se pueden causar diarreas y bajos rendimientos. Nichols et al. (1984) encontraron que la reducción de la temperatura por la noche a 20 Co produce una reducción en la ganancia de peso y un aumento en la Conversión alimentaria.

Ventilación

Cuando loe edificios que alojan a los cerdos están cerrados, la ventilación es un factor importante que puede afectar los rendimientos productivos de los cerdos por problemas de acumulación del polvo proveniente del alimento y/o la acumulación de gases. Ambas situaciones causan problemas respiratorios. (Curtis, 1974). Además de que se facilita la labor de los operatorios al remover parte del olor de los cerdos y ayudar a su salud, para evitar la contaminación por polvo que pueda ser causa de problemas por alergias y de reacciones inflamatorias en el sistema respiratorio (Aherin y Muehlings, 1986). Brent et al.( 1975) recomiendan una taza de ventilación mínima de 0.04 metros cúbicos/hora y una tasa de ventilación máxima de 0.2 metros cúbicos/hora.

Ambiente Social

El ambiente social en que se desarrolla un cerdo recién destetado, influye sobre su comportamiento y como consecuencia sobre los rendimientos productivos de los animales. Curtis (1978) establece que los ajustes no correctos en el comportamiento de un cerdo son la base para que los animales queden rezagados de su grupo. Este mismo autor establece que los factores que afectan el ambiente social son, el orden de dominancia y la mezcla de camadas, el tamaño de grupo y el rasgos de de peso, el espacio por corral y de comedero.

Especio de comedero

El espacio de comedero para el cerdo es un factor importante que afecta sus rendimientos productivos. El espacio optimo depende de la forma como se alimente el cerdo, si es a libre voluntad o restringido y del tipo de comedero que se utilice (Brent et al. 1975). Este mismo autor recomienda que mientras el cerdo se adapta al nuevo ambiente los primeros 10 días después del destete, es necesario proveer suficiente espacio de comedero. Campabadal y Navarro (1994) recomiendan un espacio de comedero de 5 a 6 cm por cerdo para animales entre 7 y 18 kg si son alimentados a libre voluntad.

De acuerdo a Easter y Ellis (2000) el periodo de desarrollo y engorde empieza cuado los cerdo tienen un sistema digestivo capaz de utilizar dietas simples, y responder adecuadamente a situaciones de estrés calóricos e inmunológicos. Este periodo ocurre cerca de los 20 kg de peso y termina cuando el cerdo es enviado al mercado. Tradicionalmente, el periodo de desarrollo y engorde para los cerdos de razas puras tradicionales y algunos híbridos comprendían pesos de entre los 30 y 50 kg para la etapa en desarrollo y de 50ª peso al mercado, de (90-100 kg) , para la etapa de engorde. Sin embargo, para las nuevas líneas genéticas, estos valores cambian según las etapas en que se dividan y el peso final a mercado. Por ejemplo la línea comercial PIC divide el periodo de crecimiento y engorde en cuatro etapas, que se inicia con un peso de 22 kg y termina con un peso a mercado de 118 kg (PIC, 2000). Genetiporc, otra línea genética utilizada en el área latinoamericana, establece un peso inicial a los 60 días de edad de 25 kg y un peso final de 105 kg a los 115 días de edad. Ellos utilizan tres etapas a los 25 a 45 kg, de los 45 a 75 kg y de ahí al peso final de mercado (Genetiporc, 1997).

Las clasificaciones de las diferentes etapas de alimentación para el período de desarrollo y engorde es de vital importancia, pues permite una máxima utilización de los nutrientes. Como se explico anteriormente existen variaciones, según sea la línea genética y su capacidad para producir carne magra. En la tabla 1 se presentan la clasificación por fases de alimentación recomendadas por la Universidad de Illinois y que tiene como objetivo aprovechar al máximo la capacidad de los cerdos para producir carne magra durante el periodo de desarrollo (Hollis, 1996).

Tabla # 1 Fase de alimentación para cerdos en desarrollo y engorde.

Etapa

Peso Kg

Etapa

Peso Kg

Crecimiento

Engorde

Fase 1

20-35

Fase 1

55-75

Fase 2

35-55

Fase 2

75-95

Fase 3

95-120

Una alimentación eficiente en el periodo en desarrollo y engorde, debe cumplir con tres metas importantes que son, minimizar la eficiencia de producción de tejido muscular en relacion al tejido graso de la canal y la producción de carne magra con caracteristicas fisicas, quimicas y sensoriales aceptables (Stahly, 1993).

Crecimiento

Los animales de ambos sexos recibirán al menos tres raciones al día, en caso de tener comederos abiertos. De existir comederos tolva, pueden optar por una sola distribución al día, siempre y cuando se cubra la norma de consumo planificada. La cantidad de pienso a suministrar estará en función del peso. Esta categoría dispondrá de dos tipos de pienso: inicio y crecimiento.

Desde el día del destete hasta los 75 días de edad promedio las crías seguirán consumiendo pienso inicio. De 76 a 96 días se suministrará pienso de crecimiento. En el programa comercial consumirán a partir de los 76 días pienso B. Las técnicas de alimentación a garantizar en esta categoría son:

  • Las normas en esta categoría son una base para los cálculos de necesidades y la oferta será a voluntad. garantizando que los animales siempre dispongan de pienso fresco y limpio.

  • Todos los cambios de pienso se harán paulatinamente y se dispondrá al menos de tres días para lograr la adaptación de los animales. Por ej. si deseamos cambiar de pienso inicio para crecimiento, el primer día consumirán una mezcla de 75% de inicio y 25% crecimiento, el segundo día el 50% de cada uno de los piensos, el tercer día recibirá el 25% de inicio y el 75% de crecimiento y finalmente el cuarto día consumirá el 100% de crecimiento.

  • Cuando no se disponga de los comederos tolvas será necesario distribuir los alimentos como mínimo tres o cuatro veces al día. Pero el secreto del triunfo radica, que en el comedero siempre haya alimento fresco y limpio.

  • El día del destete por la tarde a la preceba se le suministrará una ración de alimento.

  • Durante las dos primeras semanas post-destete se tendrá un cuidado especial en la alimentación de los animales.

  • El pienso se distribuirá uniformemente a lo largo de todo el comedero (comederos lineales).

  • El pienso se distribuirá en vasijas taradas o cualquier otro método que garantice el percápita normado. Las técnicas de alimentación de las lechonas son las mismas que las expuestas para la categoría de preceba.

Tabla # 2Tecnología de alimentación en preceba

Sección

Edad

Consumo, kg

Tipo de pienso

1

2

X

3

4

5

6

34 – 40

41 – 47

34 – 47

48 – 54

55 – 61

62 – 68

69 – 75

0.25

0.55

0.40

0.80

1.08

1.32

1.50

Inicio

"

"

"

"

"

"

X

48 – 75

1.175

Inicio

7

8

9

76 – 82

83 – 89

90 – 96

1.65

1.90

1.95

Crecimiento

"

"

X

X

76 – 96

34 – 96

1.83

1.22

Crecimiento

(Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Alimentación. P 51).

Cochinatas

Generalidades

El comportamiento reproductivo de las cochinatas tiene un efecto significativo sobre la prolificidad total del rebaño y un manejo inadecuado de ellas contribuye al 40% o más de días no productivos en la mayoría de las explotaciones. El intervalo entre la entrada de la cerda en la granja y el momento del servicio se utiliza como una medida de la eficiencia del manejo de las hembras de reemplazo. Además, debido a los elevados niveles de reemplazo que actualmente tienen las granjas, los fallos en cumplir los períodos de tiempo más adecuados en el manejo de cochinatas dan lugar a una importante reducción en el número de lechones destetados por cerda y año (Foxcroft et al., 2002).

Un manejo inadecuado de las nulíparas contribuye al 30 % o más de días no productivos en la mayoría de las explotaciones, aunque este hecho a menudo se desconoce o se ignora por parte de los granjeros. El intervalo entre la entrada de la cerda a la granja y el momento de su cubrición se utiliza como una medida de la eficiencia del manejo de las cochinatas. Además, debido a los elevados niveles de reemplazo que actualmente tienen las granjas modernas, los fallos en cumplir los períodos de tiempo más adecuados en el manejo de las cerdas nulíparas dan lugar a una importante reducción en el número de lechones destetados por cerda y año (Foxcroft et al., 2002).

Segunda selección

Los viernes de cada semana, coincidente con el fin de la etapa de desarrollo menor, se realizará la segunda selección. En esta segunda selección se eliminarán todas aquellas hembras que:

  • Presenten poco desarrollo.

  • Algunos de los defectos señalados en la primera etapa, que no fueron detectados.

  • Afectaciones en las extremidades o hayan padecido de enfermedades infecto-contagiosas.

  • El desecho previsto para esta etapa es de un 15%, incluyéndose el que se realiza sistemáticamente desde el destete hasta el final de la etapa.

Hembras seleccionadas para la reproducción, con una edad mínima de 103 días y una máxima de 210 días. Los animales de esta categoría se conocen con el nombre de cochinatas. (Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Manejo de las reproductoras. P 37).

En cuanto a las atenciones y cuidados sólo se diferencian de las lechonas en:

  • La etapa tiene una duración de 107 días, para lo cual se requerirán 16 secciones, para garantizar la estancia de los animales y los días establecidos tecnológicamente para las habilitaciones sanitarias y mantenimiento.

  • Se garantizará por animal un espacio vital de 0,9 m² y 27 cm. de frente de comedero.

Cochinatas Mayores

Hembras supuestamente aptas para la reproducción, poseedoras de todas las características genotípicas y fenotípicas de la raza y/o cruce. Tecnológicamente se definió:

Edad Promedio, no superior a los 210 días.

Peso mínimo de 95,0 kg

Mantendrán la condición de cochinatas hasta tanto, no reciban su primera cubrición o inseminación, lo cual no será más allá de los 270 días de edad promedio y con un peso mínimo de 115,0 kg. Siempre después de haber presentado el segundo o tercer celo controlado.

La organización tecnológica define:

  • Las cochinatas se recibirán mensualmente en la unidad o en el área de reproducción y en las cantidades necesarias para garantizar un reemplazo anual entre el 33 y el 40 %, así como los posibles incrementos planificados.

  • En la unidad existirán dos grupos de cochinatas uno con edad y peso para la cubrición o inseminación, el cual se alojará en la nave de fecundación, lo más próximo posible a los sementales y otro que estará en proceso cuarentenario o en la espera de arribar a la edad y peso requerido periodo en que se estimulará el celo con el verraco, de forma controlada.

A esta categoría se le deben garantizar las siguientes atenciones y cuidados

  • Deben disponer de 1,0 a 1,5 m² de espacio vital y no menos de 32 cm de frente de comedero per cápita.

  • El grupo debe ser lo más homogéneo posible, atendiendo al tamaño y el peso de los animales.

  • Semanalmente se tratará, que el número de cochinatas que se incorporan a la reproducción coincida con la cantidad necesaria para reponer la cantidad de reproductoras desechadas (1,2:1).

Diariamente se ejecutarán las labores de limpieza de los corrales, comederos y bebederos, momento que se aprovechará para bañar a las cochinatas cuando sea necesario. (Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones Porcinas. 2002. Manejo de las reproductoras. P 10-11).

Desarrollo

Pubertad

En las cerdas, la capacidad fisiológica para reproducirse (pubertad) aparece entre los 4 y 5 meses de edad; sin embargo al no haber aún completado su desarrollo anatómico, no están suficientemente preparadas para afrontar una concepción prematura (Brooks, 2001).

Beltranema et al. (1991) demostraron que la edad mínima a que se alcanza la pubertad es a los 160 días y que a esta edad la hembra debe haber alcanzado los 90 kg. de peso si se la ha alimentado adecuadamente. Si las cerdas se manejan como si fueran cerdos de terminación, muchas de ellas pueden superar estos niveles de crecimiento. Estos autores demostraron que existe una relación curvilínea entre los niveles de crecimiento y la edad a la que se alcanza la madurez sexual. Parece ser que no es adecuado, para reducir la edad a la que se alcanza el primer celo, aumentar los niveles de crecimiento entre 550 y 600 g/día durante el período prepuberal. El aumento del nivel de crecimiento de la cerda da lugar a unos pesos corporales mayores que los necesarios en el momento de alcanzar el primer estro, con el riesgo de aumentar significativamente los costos de mantenimiento de los animales (Foxcroft et al., 2002).

Temperatura

Un grupo de autores reportaron que la exposición de la cochinata a altas temperaturas ambientales puede retardar la llegada a la pubertad (Warnick y col, 1965; Teague y col, 1968 y Edwards y col, 1968).

Existen evidencias de las diferencias innatas en la maduración sexual, sin tener en cuenta el rendimiento del crecimiento. (Deligeorgis et al. 1984), Beltranena et al. (1993), Almeida (2000a,b). La estrecha relación entre la inducción a la pubertad, rasgos dependientes de la camada y otros aspectos de la fertilidad fueron mostrados por Almeida (2000b), en las cuales se vieron influenciadas las camadas por el status endocrino de la cerda en el periodo peri-estral e incluso por la amplitud del ciclo estral. Ambiente gaseoso:

Hay algunas pruebas de que el ambiente gaseoso podría afectar la llegada a la pubertad de las lechonas. Concentraciones de amoníaco tan bajas como 20 ppm, en galpones con ambiente controlado, han resultado en la disminución de la proporción de lechonas que llegaban a la pubertad (Brooks, 2001).

En un estudio controlado, la cantidad de cerdas que llegaban a la pubertad dentro de los 7 a 10 días después de haber sido expuestas al macho era significativamente mayor si se criaban en un ambiente "limpio" (limpiando las fosas para el excremento dos veces por semana) que en una instalación de "control" en la que se permitía la acumulación del estiércol. El estudio sugiere que la presencia de altos niveles de gases como el amoníaco, puede interferir con la recepción de la feromona por las lechonas y bloquear así el efecto del macho sobre la pubertad.

Brooks (2001) sugiere que la vida reproductiva de las futuras madres debe iniciarse a partir de los 7 u 8 meses de edad y con un peso vivo de alrededor de 130-135 kg. 

Edad del primer servicio

Le Cozler et al. (1998) menciona que la edad a primer servicio afecta la longevidad de la cerda y que la edad optima para este dependerá de la estrategia de manejo de la granja.

En la actualidad las cerdas están expuestas a otras circunstancias las cuales han provocado que en tiempo de vida productiva o longevidad se acorte, ya que las cerdas reciben su primer servicio con mayor peso (120 Kg en promedio) pero con un espesor de grasa dorsal menor.

Las hembras preñadas a temprana edad disminuyen sensiblemente su capacidad reproductiva, lo cual se pone de manifiesto en camadas poco numerosas y de bajo peso al nacimiento (Brooks, 2001).

Aherne (1996) plantean como razonable la cubrición de las hembras en su segundo celo, a un peso corporal cercano a los 125 kg y con 15 mm más de espesor de la capa de tocino dorsal.

Edad a primer parto

Le Cozler et al. (1998) estudiaron el efecto de la edad a primer parto, donde mencionan que existe un efecto de la edad de primer parto sobre el número de lechones nacidos vivos, así como el número de parto cuando son desechadas (cuando las cerdas parieron antes de los 370 días de edad, pero disminuye cuando el parto ocurre a mayor edad). En el caso de la longevidad de la cerda, mencionan que las cerdas que tienen el primer parto posterior a los 360 días, son desechadas a mayor edad. Concluyen que las cerdas con menor edad al primer parto muestran un eficiencia reproductiva menor, por lo que recomiendan una edad promedio a primer parto alrededor de los 356 días.

Schukken et al. (1994) hipotetizan que las cerdas primerizas con baja fertilidad son hembras de mayor edad al primer servicio y que estas tienen alta probabilidad de ser desechadas a temprana edad por falla reproductiva

Espesor de la grasa dorsal

Los programas de selección en los últimos años han estado encaminados con gran éxito a la reducción del espesor de la grasa dorsal, esto aunado a una excelente eficiencia alimenticia y al crecimiento magro de los cerdos durante su crecimiento. La consecuencia de esta estrategia de selección a dado como un incremento en la maduración del tamaño corporal (Whittemore, 1996).

En Inglaterra Edwards (1995) observó que en hatos comerciales donde se ha disminuido el espesor de grasa dorsal se ha incrementado el porcentaje de cerdas desechadas así como la mortalidad. Por otra parte en importante tomar en cuenta que las cerdas pueden perder grasa dorsal durante la lactancia, debido al posible bajo consumo de alimento provocando con ello la movilización de reservar durante esta etapa, dando como consecuencia la disminución de la fertilización después del destete, lo cual a mostrado que es importante determinar el nivel grasa al iniciar la lactancia (Trujillo, 2003).

Estos trabajos sugieren que es necesario que la cerda primeriza obtenga reservar de grasa de la pubertad al primer servicio, sin embargo para obtenerlas una posibilidad sería el suministro de mayor cantidad de alimento, sin embargo no hay que olvidar que cerdas con alto potencial de deposición de tejido muscular dietas abundantes van a provocar mayor tamaño corporal y no altas reservas de grasa dando como otra consecuencia negativa la necesidad de modificar las jaulas para alojarlas (Trujillo, 2003).

Otra posibilidad se ha visto de retener el momento del primer servicio de la cerda primeriza para que exponga su potencial de deposición muscular, no siendo este punto visto como una prioridad, y además establecer un programa nutricional a partir de este momento (Trujillo, 2003).

Los programas de alimentación van encaminados a promover y conservar las reservas de grasa dorsal en cerdas jóvenes, tratando de restringir el crecimiento de tejido muscular esto es desde que la cerda presenta su pubertad y durante la gestación usando dietas con baja cantidad de proteínas, altos niveles de amino ácidos durante la gestación y suministración de energía metabolizable, complementado con dietas densas durante la lactancia (Dowd et al., 1997).

Por lo cual Trujillo, (2003) considera que la cerda primeriza deberá ser servida con más de doscientos días de edad, con más de 120 kg y tener entre 17 a 20 mm de espesor de grasa dorsal.

Manejo del efecto macho

No existe sustitutivo del contacto directo con el verraco para estimular el inicio de la pubertad de las cerdas. Se ha demostrado muchas veces que el acceso directo de una ó más hembras al estímulo de las feromonas salivares de un verraco maduro es el mejor sistema para acelerar la llegada a la pubertad (Hughes (1982); Deligeorgis et al. (1984)). Los verracos liberan una feromona en su saliva, que puede considerarse como una hormona esteroide masculina modificada. Las hembras se ven atraídas por esta feromona y pueden estimularse por este sistema varias hembras simultáneamente. El manejo de las hembras debe realizarse de forma que aproveche al máximo de las feromonas producidas por el verraco como una ayuda en la detección del celo, tratando siempre de evitar la habituación a ellas causada por una exposición demasiado prolongada a los verracos o por el stress causado por un contacto físico en los momento próximos a la inseminación artificial. Se ha demostrado que un contacto continuado con los verracos o la ubicación de las cerdas a menos de 1 metro de estos verracos antes de la cubrición produce una comportamiento anormal en el momento de detectar el celo mediante el método de la presión dorsal (Foxcroft et al., 2002).

El manejo de la interacción nulípara/verraco se facilita mucho utilizando verracos vasectomizados de un tamaño apropiado. Estos animales deben dejarse sin un excesivo control durante el período de la estimulación diaria (Foxcroft et al., 2002). Brooks (2001) sugiere que deben usarse, o cerdos maduros o, preferiblemente, una rotación de cerdos, para reforzar el efecto estimulante.

Aunque las lechonas son capaces de responder al efecto macho desde los 140-190 días de edad, Brooks (2001) plantea que la respuesta mejor sincronizada parece que se logra cuando son expuestas por primera vez entre los 160 y los 170 días

Foxcroft et al. (2002) recomienda que las hembras con un buen desarrollo corporal, sobre todo en lo que se refiere al desarrollo del tejido magro sean inducidas al ciclo sexual antes de la media de la explotación, probablemente a los 120-140 días de edad, con una óptima utilización de la estimulación sexual con un verraco.

La reubicación de las lechonas al comienzo de la exposición es beneficiosa y es esencial cuando ellas han sido criadas con machos o han tenido contacto en la cerca con ellos durante el período prepuberal. La introducción de hembras con estros largos dentro del grupo pueden mejorar la llegada a la pubertad (Brooks, 2001).

Los verracos estimuladores deben tener al menos 9 meses de edad y una fuerte libido. Los cerdos físicamente grandes pueden ser ventajosos inicialmente porque su estructura provoca una respuesta conductual diferente en las lechonas. Brooks (2001) recomienda el uso de verracos nuevos como estimuladores.

Foxcroft et al. (2002) expone el programa standard de manejo de cerdas nulíparas que utiliza en sus explotaciones donde tienen cerdas PIC Camborough. Las hembras se introducen con un peso de 80 kg. y consiguen las mejores respuestas respecto a la aparición del celo cuando las hembras tienen un peso de 90 kg en el momento de la estimulación por el verraco. Estimulan diariamente 6 cerdas, en rotación con tres verracos vasectomizados y, cuando sea posible, se cubren las hembras en su primer celo detectado. Además de mejorar la fertilidad, este sistema ayuda a mantener una elevada libido en los machos y evita que éstos se vuelvan agresivos cuando se hallen en presencia de las hembras.

El ambiente para la cría

Hasta hace muy poco tiempo, se ha venido aceptando que las lechonas necesitaban acumular un cierto nivel de grasa corporal antes de poder llegar a la pubertad. Como al aumentar la densidad de población disminuye generalmente la tasa de engorde y, por lo tanto, la acumulación de grasa corporal, se suponía que ello explicaba por qué las lechonas que crecían muy apretadas en confinamiento tendían a llegar más tarde a la pubertad (Brooks, 2001).

Sin embargo, en algunos estudios australianos recientes, las restricciones de espacio capaces de disminuir la tasa de engorde durante la crianza no aumentaron la edad de llegada a la pubertad en lechonas expuestas a machos desde los 160 días de edad.

Estudios canadienses han sugerido que la tasa de crecimiento de proteína, más que el contenido de grasa, podría tener más relevancia de lo que se pensaba anteriormente. Cuando se hacía crecer a las lechonas hasta el máximo de su acumulación de proteína y ellas tenían diferente acumulación de grasa, se encontró que el contenido de grasa no tenía efecto sobre el desarrollo sexual. Así que tenemos que buscar otra explicación para los efectos que se han observado que tiene el tipo de local de cría. Vale la pena mencionar tres candidatos: la época del año y el foto período; el impacto del ambiente gaseoso y el ambiente en que la lechona tiene contacto con el macho (Brooks, 2001).

Época y foto período:

Aunque el cerdo doméstico ha perdido su dependencia de las estaciones, ésta no ha desaparecido completamente. En consecuencia, tanto la época del año como las condiciones ambientales tienen cierto efecto sobre el funcionamiento reproductivo (Brooks, 2001).

Aunque las lechonas tienden a responder más al efecto del macho durante los meses más frescos, es sorprendente lo poco que se ha trabajado sobre el efecto del fotoperíodo. Aumentando el fotoperíodo hasta 15 horas cuando se va reduciendo el largo del día se ha visto que disminuye la edad de la pubertad en 20 días. Sin embargo, la iluminación suplementaria cuando los días se alargan de nuevo no tuvo efecto sobre la edad de la pubertad. Hay muy poco trabajo sobre el cual se puedan proponer las intensidades luminosas convenientes para las instalaciones que albergan a lechonas prepúberes, salvo uno muy breve en el que no se encuentra ventaja en aumentar la intensidad más allá de los 90 lux (Brooks, 2001).

El ambiente de contacto

El efecto macho requiere contacto físico (no en la cerca) entre la lechona y el cerdo estimulador. Para establecer una interacción individual entre macho y lechona, Foxcroft et al. (2002) y Brooks (2001) sugieren de 10 a 15 minutos diarios.

Para lograr un adecuado ambiente de contacto Brooks (2001) recomienda incrementar el tiempo de interacción cuando aumente el tamaño del grupo o si ocurren distracciones, mejorar la respuesta de la pubertad llevando las cerdas al macho en lugar de llevar el macho a las cerdas, tratar de lograr contactos frecuentes (2 a 3 veces diarios). El tiempo que se permite que el macho esté con las cerdas, el tamaño del grupo de hembras y la densidad de población afectarán el estímulo que el macho pueda proporcionar (Foxcroft et al., 2002). Brooks (2001) recomienda en grupos de 6 a 10 animales al tiempo.

El ambiente en el que ocurre el encuentro entre los machos y las lechonas puede afectar las interacciones de comportamiento entre ellos. Para que pueda ocurrir una buena estimulación por el macho, éste debe acceder a todas las lechonas del grupo e interactuar con ellas hocico con hocico. Debe tener tiempo suficiente para interactuar con todas y cada una de las que forman el grupo, y suficiente espacio para que esta acción sea efectiva.

Edad al primer contacto con el verraco.

La edad a la cual las atas. deben tener su primer contacto con el verraco ha sido muy estudiada, si analizamos llos mejores resultados se obtuvieron cuando las atas. tenían entre 160-169 días de edad, lo cual fue ratificado por otros autores (Deligeorgis y col, 1984).

Peralta,W. (1999) reportó muy buenos resultados al iniciar el primer contacto de las atas. con el verraco a 140 días de edad, 85 kgs de peso vivo.

Edad del verraco al contacto con las atas.

En sentido general se considera que el verraco no debe tener menos de 11 meses de edad, para que su producción de feromonas sea capaz de causar el estrés necesario (tabla 3).

Tabla # 3. El efecto de la exposición al verraco de atas. de diferentes edades sobre la llegada a la pubertad y la tasa de ovulación.

Exposición

Edad a la pubertad (días)

Intervalo a la pubertad (días)

Peso a la pubertad (kg.)

Tasa de ovulación

Verraco 2 años de edad

182.0 ab

18.8 ef

88.8

13.2

Verraco 11 meses de edad

181.6 cd

18.3 gh

87.5

13.0

Verraco 6.5 meses de edad

206.0 ac

42.4 eg

102.4

12.4

Control

203.0 bd

39.4 fh

98.3

12.3

Medias seguidas con la misma letra difieren a P<0.01

Detección del celo

En la cerda, el celo se presenta con una periodicidad de 19 a 21 días y tiene una duración de dos a tres días. Los síntomas visibles de la hembra en celo son los siguientes: excitación, emisión de gruñidos característicos, tumefacción y enrojecimiento de la vulva, disminución del apetito, cambio de comportamiento hacia otras hembras (tendencia a montarse entre ellas) y búsqueda del macho e inmovilidad ante su presencia. Precisamente este último síntoma es el que permite determinar con exactitud el momento más oportuno para realizar el servicio ya que coincide con la aceptación del macho. Se comprueba ejerciendo presión con ambas manos sobre el lomo de la cerda ante la presencia del padrillo (I.N.T.A., 2003).

Monta Natural

Como norma se realizan dos saltos por cerda, el primero a las 8-12 horas de haber detectado el celo y el segundo 12 horas después (I.N.T.A., 2003). En la práctica, es conveniente hacer la detección de celo a la mañana temprano y en las primeras horas de la tarde. Las hembras que presentan el reflejo de inmovilidad a la mañana deberán recibir el primer servicio a la tarde del mismo día y el segundo servicio a la mañana del día siguiente. Las hembras detectadas a la tarde se sirven a la mañana y a la tarde del día siguiente.

Esta técnica, donde el servicio se hace en forma individual llevando una cerda por vez al celador se denomina usualmente servicio dirigido o controlado. Otra alternativa en los sistemas al aire libre es el servicio colectivo, donde varias hembras son servidas por dos o más celadores (I.N.T.A., 2003).

Inseminación Artificial

La inseminación artificial es una técnica que permite incorporar germoplasma de alto valor genético a un costo relativamente bajo al mismo tiempo que reduce el riesgo de introducción de enfermedades en el criadero. La misma puede ser realizada por el productor o médico veterinario. Por cada servicio se efectúan no menos de 2 inseminaciones. Por lo tanto, se manejarán dos dosis por hembra (I.N.T.A., 2003).

Dependiendo del tipo de envase (frasco, sachet, tubo), cada dosis contendrá entre 80 y 100 ml con un número mínimo de espermatozoides de 3.000.000.000. Las mismas deben ser conservadas a 15ºC y al abrigo de la luz. I.N.T.A.(2003) recomienda dejar a las cerdas tranquilas en su lugar de alojamiento habitual con la presencia del verraco celador que desencadena en la hembra los reflejos de la monta natural vía oxitocina, facilitando la inseminación.

El momento óptimo para inseminar depende de la aparición del celo (reflejo de inmovilidad), I.N.T.A.(2003) sugiere el siguiente esquema.

 reflejo de inmovilidad

1ª inseminación

2ª inseminación

a la mañana

a la tarde del 1º día

a la mañana del 2º día

a la tarde

a la mañana del 2º día

a la tarde del 2º día

También recomienda no inseminar inmediatamente cuando aparece el reflejo de inmovilización. Esperar 8 a 12 horas de comenzado el mismo. Inseminar por segunda vez 8 a 12 horas luego de la primera inseminación. Además plantea que se logran buenos resultados y se puede trabajar con mayor exactitud siguiendo el siguiente esquema:

 CONTROL DE CELO

MOMENTO 

DEL DÍA

DÍA 1

DÍA 2

una vez por día

mañana

celo

1ª inseminación

2ª inseminación

dos veces por día

mañana

tarde

celo

1ª inseminación

2ª inseminación

mañana

tarde

celo

1ª inseminación  

2ª inseminación

En todos los casos, una tercera inseminación a las 12 horas de la 2ª, si persiste el celo, puede ser realizada. Sin embargo, los resultados obtenidos entre una y dos inseminaciones son muy diferentes, no ocurriendo lo mismo entre dos y tres.

Foxcroft et al. (2002) coincide con este programa siempre que la detección del celo se realice con una buena línea de verracos vasectomizados pero si la detección de celo se realiza por el procedimiento de la presión dorsal, en ausencia de verracos, se debe considerar que el momento de celo de la cerda es posterior al que registraremos si esa detección se realiza con verracos. En este caso se recomienda inseminar inmediatamente, en el momento que se detecta el celo por presión dorsal.

Mortalidad embrionaria

La supervivencia embrionaria el día 30 de gestación se considera, generalmente, como el componente más importante de las pérdidas pre-natales, con un 20-30 % de ovulaciones que no dan lugar a un feto viable el día 30 de gestación. Esta estimación puede estar en consonancia con una gran variabilidad en los niveles de fertilización, que son el factor más importante en la reducción del tamaño de la camada, en el caso de que la técnica de cubrición no sea la más adecuada.Un 5-10 % de embriones parecen perderse durante las fases de pre-implantación de la gestación. Sin embargo, en experiencias llevadas a cabo en un número importante de genotipos comerciales contemporáneos, se ha observado que la distribución de las pérdidas pre-natales puede variar de una forma muy importante entre genotipos e incluso dentro de ellos. La paridad en que se halle la cerda, el estado sanitario de la misma y los sistemas de manejo son factores muy importantes que contribuyen a esa variabilidad (Foxcroft et al. 2002).

En un estudio llevado a cabo por Jindal et al. (1997) se demuestra que una elevada ingesta de alimento inmediatamente después de la cubrición, disminuye significativamente el nivel de supervivencia embrionaria. Además, estos y otros datos obtenidos por Foxcroft (1997) indican que este efecto nutricional parece tener una estrecha relación con la progesterona. El aumento de las pérdidas embrionarias se ha asociado con unos bajos niveles de progesterona plasmática en las primeras etapas de la gestación.

Alimentación

Los efectos nutricionales y metabólicos sobre la reproducción de las cerdas nulíparas ha sido estudiado por Booth et al. (1994) donde concluye que siete días de una restricción de alimento, diseñada para mantener los requerimientos del animal, casi inhibe totalmente la secreción de hormona luteneizante (LH) aunque no tiene efecto alguno sobre la secreción de la hormona folículo-estimulante (FSH). Si volvemos después a una alimentación ad libitum, observamos un retorno inmediato a la secreción episódica de LH y después de 7 días de la alimentación sin límites, se detecta un aumento significativo en el desarrollo folicular ovárico. Los cambios metabólicos aparecidos tras la restricción alimenticia, parecen dar lugar a un cambio inmediato en los niveles de insulina, que influye sobre la secreción de LH (Booth et al. 1996). La importancia de los cambios en la ingesta energética y en la insulina se puede confirmar induciendo una respuesta similar de LH en cerdas alimentadas con una dieta restringida mediante infusiones parenterales de glucosa (Booth, 1990). Respuestas similares, a corto plazo, en la secreción de LH a una dieta restringida y a una posterior alimentación ad libitum se han observado en el medio último período prepuberal (Cosgrove et al., 1993).-

En los estudios llevados a cabo por Booth et al. (1996), el aumento a largo plazo de los niveles periféricos del factor 1, similar a la insulina (IGF-1), durante la realimentación puede actuar de una forma endocrina para sensibilizar el ovario a una estimulación gonadotrófica. Alternativa-mente, los factores de crecimiento sintetizados en el ovario pueden funcionar de una forma autocrina o paracrina para controlar los efectos del estado metabólico del animal sobre la función ovárica (Charlton et al., 1993; Samaras et al., 1994).

Desde un punto de vista eminentemente práctico, los trabajos con una corta restricción de alimento y posterior realimentación, demuestran que algunas de las respuestas a la ingesta alimenticia y al estado metabólico son muy rápidas. Así, pueden aparecer importantes efectos sobre la función reproductiva a las pocas horas de comenzar la restricción en la dieta (Foxcroft et al., 2002).

Además, también existen mecanismos que actúan a largo plazo, los cuales pueden tener un extraordinario interés para la determinación de la sensibilidad ovárica y, consecuentemente, de la fecundidad de la cerda nulípara o multípara. En estas respuestas se basan las estrategias en las que se administran grandes cantidades de alimento a las cerdas para maximizar los niveles de ovulación ("flushing"). Según afirman Beltranena et al. (1991) el flushing alimenticio simplemente asegura que tanto las cerdas nulíparas como las adultas expresen su potencial ovulatorio, y no puede considerarse como una respuesta superovulatoria .

Según Foxcroft et al. (2002) durante al menos 10 días antes de la cubrición, las cerdas deben ser alimentadas ad libitum para asegurar que unos bajos niveles alimenticios limiten su potencial tamaño de camada. Es también muy importante evitar ciertas prácticas de manejo que lo pueden limitar, como la mezcla de nulíparas con otras cerdas desconocidas, poco antes de la cubrición. Esto daría lugar a una serie de reacciones agresivas que producirían, en las cerdas menos agresivas, en una pérdida de apetito.

Efectos nutricionales de la cerda nulípara gestantes

Al incrementarse el potencial de las cerdas, ha sido necesario modificar los sistemas de alimentación y los requerimientos de las cerdas sobretodo en lo referente la energía y los aminoácidos. La estrategia de alimentación de la cerda debe de estar basada en lo siguiente: 1) maximizar el consumo de los nutrientes durante la lactancia 2) durante la lactancia la alimentación debe de estar encaminada a minimizar los cambios de las reservas corporales (Noblet et al., 1997).

Una parte crítica del manejo nutricional de las cerdas en gestación es proporcionar, tanto a las nulíparas como a las multíparas, el alimento necesario para cubrir las elevadas demandas nutritivas que tendrán durante la lactación sin movilizar excesivo tejido corporal. En términos económicos, es muy importante tener en cuenta que los mayores problemas en el manejo durante la gestación se deben, probablemente, a la sobrealimentación (Foxcroft et al., 2002).

Foxcroft et al. (2002) recomienda que, en la práctica, el flushing alimentario sólo debe practicarse hasta el momento de la cubrición, restringiéndose después, tanto en nulíparas como en multíparas, hasta los niveles normales de gestación (aproximadamente 1.5 veces mayor que los niveles de mantenimiento).

Un aumento en la cantidad de alimento durante el resto de la gestación, administrándolo según la madurez de la cerda y su peso corporal en el momento de la concepción, daría lugar a un aumento de 30-40 kg en tejido magro y a 5-8 mm en la capa de tocino dorsal (Aherne, 1996). La sobrealimentación durante la gestación ha demostrado tener un impacto negativo sobre la ingesta alimenticia durante el período de lactación, dando lugar a un excesivo catabolismo tisular para proporcionar los componentes necesarios para la producción de leche.

Desecho

En el caso de las cerdas se espera que se tenga un porcentaje de desecho entre el 35 al 45% anual y

que produzca 5 partos, considerando que los mejores partos son entre el tercero y el séptimo parto. De los anterior se considera que el mayor porcentaje de desechos ocurre en los dos primeros partos, lo cual económicamente en una granja es muy costoso (Trujillo, 2003).

Para lo cual Stalder et al. (2002) estimaron cual es el valor neto por cerda por parto cuando el número de lechones varía, siendo que si se tiene un promedio de 8.6 lechones, el valor neto por cerda siempre negativo (es decir, que la explotación pierde dinero en cada parto) sin importar el número de parto, no así, si el promedio de lechones se incrementa a 9.10 entonces a partir del quinto parto se observará una tendencia positiva (es decir, la explotación gana dinero a partir de este parto) al valor neto y si el promedio de lechones paridos vivos se incrementa a 11.60 a partir del segundo parto se observa una tendencia positiva. También estimo el efecto del momento en el que la cerda es reemplazada donde varia el costo del momento de realizar la operación, para lo cual si el precio de la cerda primeriza es de 125 dólares y es desechada tempranamente el valor neto siempre es positivo, pero si precio aumenta a 150 dólares, el valor neto empieza a provocar un efecto negativo a partir del primer parto.

En un estudio realizado por Mabry J, (2002) dentro de las principales causa de desecho de cerdas se tiene: Problemas reproductivos 49.1%, problemas físicos 14.1%, edad 8.6 %, problemas agalactia 6.2%, pobre o deficiente producción 1.1%, por otra parte en este estudio establece que la edad de desecho en los últimos 10 años en granjas en Iowa, USA de 3.4 a 3.6 partos y que en 2000 y 2001 fue a los 4.0 partos y declino en el 2002 a 3.4 partos.

La pobre o deficiente productividad se ha relacionado con la vida productiva o longevidad de la cerda dentro de la explotación, ya que las ser desechada la cerda, hasta disminuye el promedio de edad de la cerda en la granja y eleva con ello los costos de producción. Siendo para lo cual que se considera que el porcentaje de cerdas que debe de tener una granja entre el tercer al sexto parto deberá ser de alrededor del 60%, del 30% para hembras entre el primer y segundo parto y el resto para hembras de 6 o más partos.

Algunas de las causas que pueden producir el desecho de las cerdas pueden ser heredas como los problemas de las patas, el espesor de la grasa dorsal, entre otros. Para lo cual López-Serrano et al. (2000) analizaron cerdas de la raza Large White y Landrace durante 17 años, encontraron el índice de heredabilidad para la longevidad hasta el tercer parto fue de 0.10 en las dos líneas genéticas. También encontraron que existe correlación entre el estado de las piernas y la longevidad, es decir que al tener mejores piernas se incrementa la longevidad, por lo cual sugieren que es posible implementar un programa de selección basándose en la condición de las piernas si se quiere mejorar la longevidad (Trujillo, 2003).

Utilización de hormonas

La pubertad en las cochinatas puede ser inducida mediante la aplicación de hormonas (Paterson, 1982) pero plantea serias dificultades; el comportamiento después de la inducción fue malo; un bajo porciento de las hembras ovulando presentan los síntomas del celo, la tasa de parto y el tamaño de la camada varió mucho.

Recomendaciones para el servicio

Sirva las lechonas cuando se acerquen a un peso de 104 a 108 kg. El servicio debe hacerse cuando llegan a los siete meses de edad. Para estar seguros de que las cerdas están ciclando para ser servidas a esa edad, es deseable encerrarlas cerca de un macho cuando tienen 5 meses y medio. El olor y la vista del macho inducirá a las lechonas a entrar en celo.

Las cerdas pueden ser servidas de nuevo durante el primer estro después del destete si los lechones son destetados después de los 17 días o más. Generalmente este es el sistema más factible. Aunque menos eficientes, otros sistemas como la producción de cerdos de exhibición, hacen necesario permitir que la cerda se salte uno o más períodos de celo antes de volverla a servir para que las camadas se produzcan cuando las deseamos.

En la Tabla # 4 damos recomendaciones para realizar servicios.

Tabla # 4 . Información sobre servicios

Edad para inseminar a las lechonas Antes de los 7 meses Peso de las lechonas a servicio 104-108 kg Duración del período de celo 2-3 díaMejor momento durante el celo 1er. ó 2º día Cantidad de servicios por cerda 2 servicios, con intervalos de 24 horas Intervalos entre períodos de celo 21 días (varía entre 18 y 24) El celo ocurre después del destete 5 días (varía entre 2 y 10) Período de gestación 114 días (varía entre 109 y 120) La monta controlada va ganando popularidad. Con esta técnica, los verracos no son encerrados junto con la hembra. Las hembras son llevadas al macho para ser servidas cuando están en celo, o viceversa. Esta técnica requiere más mano de obra que el servicio en corrales pero tiene muchas ventajas.

Hay menos estrés en el macho cuando sirve gran cantidad de hembras y se requieren verracos que con el sistema de corrales. Es más fácil saber exactamente la fecha de servicio y cada hembra puede ser servida dos veces en el momento más deseable. Se ha visto en las investigaciones que dos servicios durante el período de celo, entre 12 a 24 horas, aumentan el tamaño de la camada en un promedio de medio lechón, comparado con un solo servicio.

Cuando se sirve en corrales, se suelta un macho entre un grupo de lechonas, esperando que todas sean servidas en un período de 21 días. Cuando las cerdas son destetadas en grupo, después de 5 semanas o menos de lactancia, la mayoría deberían ser inseminadas dentro de un período de 10 días después del destete (generalmente de 3 a 7 días). Si las cerdas tienen camadas pequeñas (menos de 5 lechones) y/o una lactancia larga (más de 6 semanas), podrían ovular antes de destetar y aparecería el estro en cualquier momento durante los 21 días después del destete.

Los productores que usen el sistema de servicio en corrales deben contar con suficientes verracos. Se recomienda una proporción de 8 a 10 cerdas por verraco maduro y de 4 a 6 cerdas por macho joven (menos de 1 año). Es más eficiente una relación de 4 a 1 cerdas por cada verraco maduro y de 2 a 1 cerdas por cada verraco joven cuando se desteta a las cerdas por grupos.

William G. Luce y Glenn E. Selk.. Manejo y nutrición de las cerdas y lechonas servidas. Fuente: Servicio de extensión Oklahoma. Artículos Libres. No. 44 – Pág 07. Consultado el 12 de febrero del 2008.   

Indicadores

Fertilidad

La Efectividad en las cubriciones es un indicador básico de la fertilidad del rebaño y se expresa como la proporción de partos en relación a las cubriciones realizadas, ya sea por monta natural o ingerminación artificial (Anon. 2001). Son muchos los factores que influyen en la efectividad como el desbalance nutricional., el estado de las reproductoras después del destete, la paridad, la prolongación de la lactancia, los problemas fisiológicos y patológicos, la época del año, la edad y peso a la primera monta Moya, (1998) plantea que el hacer coincidir el momento de la inseminación artificial o la monta directa, con la ovulación de la cerda, constituye uno de los aspectos de mayor importancia para lograr mejor Efectividad Económica (partos vs cubrición,%) y crías nacidas totales (CNT). Esto precisa además del conocimiento de los procesos neuroendocrinológicos que determinan cada uno de los eventos biológicos que transcurren durante el proceso de fecundación del óvulo y desarrollo embrionario La prolificidad es el número de lechones nacidos por cerda, incluyendo los nacidos muertos Martín et al, (1999) señalaron que una de las bases para mantener una prolificidad alta durante la vida productiva de la cerda es determinar el momento de la cubrición de las nulíparas permitiendo un desarrollo correcto del aparato genital, clave para una respuesta optima de los parámetros reproductivos y particularmente de la prolificidad al primer parto (Díaz, 1997) y Le Cozler et al, 1998).Según Acosta, (1987); Forjan,(1991); Alonso, (1997) plantearon que dado que el tamaño de la camada es el producto final de los esfuerzos y manipulaciones que intervienen en la explotación es importante considerar como pueden maximizar. Aumatrie, (1998) expresó que las razas blancas, Landrace, Large White y Yorkshire, tienen una ventaja modesta en tamaño de camada (Ruiz, 2001). No obstante, existe tanta variación entre líneas genéticas dentro de una raza como la hay entre razas. Además, las tentativas de mejorar el tamaño de la camada por selección genética no han sido exitosas (Segura, 1988; Fernández, 1999 y González, 2002).También Lund et al (2002) analizaron la relación entre los efectos directos o genéticos maternales sobre el tamaño de la camada. Las camadas/cerda/año depende de los valores de los días de gestación, largo de lactancia y los días no productivos Batista, (1998) recomienda un presupuesto de 2.3 camadas al año.Campabadal y Navarro, (2001) expresó que otro aspecto en el manejo de la alimentación que nos permite aumentar el tamaño de la camada es la utilización del Flushing, que consiste en aumentar la ración por 10 o 15 días previos a la cubrición lo cual, según ha sido reportado por varios autores, aumenta la ovulación de la cerda y el tamaño de la camada en al menos un lechón al parto (Close, 1998 y Ronald, 1999).Daza, (1993); Aumatrie, (1998) y López, (2002) afirmaron que las condiciones de manejo de una granja porcina de reproducción se muestran como un factor decisivo de variación en la productividad, tanto individual de cada hembra como colectiva en toda la explotación. (Gadd, 2000).Alfonso, (2005) refiere que la productividad numérica depende de:· de la cerda: fertilidad, prolificidad y calidad lechera.· de las crías: vigor, aptitud para el crecimiento.· de los factores del medio: condiciones ambientales pre y postnatales.Alfonso, (1999) y Aumatrie, (1999) comentaron que la característica económica más importante en la producción porcina es el número de lechones destetados por cerda/año. Es esencial que todas las cerdas de cría conciban lo antes posible, paran camadas numerosas y desteten un alto porcentaje de los lechones nacidos; por lo que el manejo para lograr el máximo rendimiento reproductivo implica servir correctamente, buena nutrición, que haya salud en el rebaño y el ambiente (Mota, 1998 y Trujillo, 2002).En el caso de los rebaños genéticos a este factor se une el hecho de que una mayor prolificidad y supervivencia, implica un mayor número de candidato a la selección y por consiguiente una mayor intensidad selectiva y mayor progreso genético vendidos (Andersson, 1984).

Conclusiones

  • En la cerda la pubertad puede aparecer entre los 140-160 días de edad. Se recomienda cubrirlas solo cuando alcancen más de 120Kg peso y tener entre 17 a 20 mm de espesor de grasa dorsal; una edad superior a los 220 días, con un segundo celo o más controlados y no cubrir con menos de 210 días.

  • Las mejores respuestas respecto a la aparición del celo se han logrado cuando las hembras tienen un peso de 90 kg y una edad entre los 160 y los 170 días en el momento de la estimulación por el verraco. Cubrirlas en su primer celo detectado, además de mejorar la fertilidad ayuda a mantener una elevada libido en los machos y evita que éstos se vuelvan agresivos cuando se hallen en presencia de las hembras.

  • El porcentaje de desecho de cochinatas debe estar entre el 35 al 45% anual y que produzcan 5 partos, considerando que los mejores partos son entre el tercero y el séptimo parto y el mayor porcentaje de desechos ocurre en los dos primeros partos.

Bibliografía consultada

Acosta, M.Estimación del efecto paridad sobre el tamaño de la camada en puercas Yorkshire con padres Landrace y Duroc en los centros multiplicadores de las provincias orientales. I Congreso Cientìfico Porcicultura. Resumenes, P 56. 1987.

Aherin,R.A andA.J.Muehlings. Respiratory protection for workers in livestock buildings. Illinois Swine Seminar. Sharpen Efficiency Strengthen. Profits. University of Illinois. P 55-61. 1986

Aherne, F.X. Nutritional management to optimize breeding performance. Advances in Pork Production 7: P143-155. 1996.

Aherne,F.X. Management and nutrition of the newly weaned pigs. University of Illinois Pork Industry Conference. P 55-78. 1980.

Alfonso, L. Productividad numérica de la cerda en función de la edad al destete. ITEA. Producción Animal. Vol. 95, (2): 759-761. 1999.

Alfonso, P. Bienestar animal en la producción porcina. ACPA, Vol. 24: P52-54. 2005.

Almeida, F.R.C.L., Mao, J., Novak, S., Cosgrove, J.R. and Foxcroft, G.R. Effects of patterns of feed restriction and insulin treatment during the luteal phase on reproductive, metabolic and endocrine parameters in cyclic gilts. F.C.R.L. Almeida, PhD Thesis, Chapter 5, University of Alberta. 2000. Alonso, R. La reproducción de la cerda. Ediciones Express. MES. p 194-196. 1997.

Alonso, R. La reproducción de la cerda. Ediciones Express. MES. P 194-196. 1997.

Andersson, L. Cerdos. Reproducción e inseminación en animales. E.S.E. Ed. Interamericana, 4ta Edición. México, p 54-70. 1984.

Anon, I. Colectivo de autores. Procedimientos Técnicos para la Crianza Porcina. Instituto de Investigaciones Porcinas La Habana: P10-145. 2001.

Aumatrie, A. Efecto del manejo de la cerda y de las estrategias del destete sobre la productividad de la hembra y sobre el desarrollo de los lechones. ANAPORC, (177): P 26-30. 1998.

Aumatrie, A. Efecto del manejo de la cerda y de las estrategias del destete sobre la productividad de la hembra y sobre el desarrollo de los lechones . 1998.

Aumatrie, A. Sistema de manejo de alta productividad para cerdas en Europa. VI Simposium Internacional de Reproducción e Inseminación Artificial Porcina. 1999.

Batista, L. Importancia de la evaluación de parámetros reproductivos. V Simposium Internacional de Reproducción e Inseminación Artificial Porcina. México. 1998.

Beltranena, E., Aherne, F.X. and Foxcroft, G.R. Innate variability in sexual development irrespective of body fatness in gilts. J. Anim Sci. 71: P417-480. 1993.Beltranera E.; Aherne F.X.; Foxcroft G.R. Kirkwood R.N. Endocrinology of nutritional flushing in gilts. Can. J. Anim. Sci., 71. P 1.063-1.071. 1991.

Booth, P.J. PhD Thesis, University of Nottingham. 1990.

Booth, P.J., COSGROVE, J. R. AND FOXCROFT, G.R.. Endocrine and metabolic responses to realimentation in feed-re s t r i c-ted prepubertal gilts: Associations among gonadotropins, metabolic hormones, glucose and utero-ovarian development. J. Anim. Sci., 74. 1 9 9 6.

Booth, P.J., CRAIGON, J. AND FOXCROFT, G.R. Nutri-tionl manipulation of growth, metabolic and re p roductive status in prepubertal gilts. J. Anim. Sci., 72, 2.415-2.424. 1994.

Brent,G.D Hovell,RF. Ridgeon andW.J.Smith. Early weaning of pigs. Farming Press Limited. Fisrt De. P 11-74. 1975.

Brooks P. Maximice el efecto macho. Publicaciones Profesionales C.A. Valencia, Venezuela. 2001.

C h a r lton, S.T., COSGROVE, J.R., GLIMM, D.R. AND FOX-CROFT, G.R. Ovarian and hepatic insulin-like growth factor-1 gene expression and associated metabolic responses in pre p u b e r t a l gilts subjected to feed restriction and refeeding. J. Endocrinol., 139: P 143-152. 1993.

Campabadal, C. Navarro. H.A. Alimentación de los cerdos en climas tropicales. ASA , México, P 280. 2001.

Campabadal,C y H. Navarro. Manejo y alimentación del lechon pre y posdestete. Asociación America de Soya. ASA/ Mexico .A.N. No. P 92.21. 1994.

Close, W.H. Nutrición y alimentación del ganado porcino. Nulípara, cerdas adultas y verracos. ANAPORC. Vol. 18. (178): P5-43. 1998.

Coalson,J.A. The effect of enviroment and weaning weight on subseguent pig growth. Procceedings of the 24th annual swine short course. Texas Tech University. Agricultural Sciences Technical Report No. T-5-115: P76-78. 1976.

Cosgrove, J.R., URBANSKI, H.F. AND FOXCROFT, G.R. Maturational changes in gonadotrophin secretion: the LH response to realimentation and a nocturnal increment in LH secretion of feed-res-tricted prepubertal gilts. J. Reprod. Fert., 98: 293-300. 1993.

Curtis, S. Practical enviroments that piglets encounter. Procceedings 22nd Annual Swine Short mCourse. Texas A &M Universituy Special. Report426: P7-9. 1973.

Curtis, S. The pig is air enviroment. Oregon State University Special. Report 426: P 7-9. 1974.

Curtis, S. The enviroments of swine housing. Pork Industry Handbook. PHI-54: P4. 1978.

Daza, A. Efecto de algunos factores determinantes de la prolificidad de la cerda, ITEA. V. 89(1): P11-21. 1993.

Delegeorgis, S.G., English, P.R., Lodge, G.A. and Foxcroft, G.R. Comparison of two methods for evaluating reproductive development in prepubertal gilts. Animal Production 38. P 283-291. 1984.

Díaz, N. La paridad con relación al tamaño de la camada, peso nacimiento y al destete. La Habana: Instituto Superior de Ciencias agropecuarias de la Habana. Informe p/examen estatal: P 50-9. 1997.

Dowd SO, Hoste S, Mercer JT, Fowler VR, Edwards SA. Nutritional modification of body compositionand the consequences for reproductive performance and longevity in genetically lean sow. Livest .Production Science 52 : P 155-165. 1997.

Easter, R.A. and M. EllisFeeding the growing-finishing pig. In Porc. Swine Nutrition LANCE Coerce. Chap. 8, P1-10. San Jose Costa Rica.. 2000.

Edwards, R. L.; Omtvedt, I. T.; Turman, E. J.; Stephens, D. F. And Mahoney, G.W.A..reproductive performance of gilts following heat stress prior to breeding and in early gestation. J. Anim. Sci. 1968

Edwards, S. A. Realising the potential of modem genotypes. Changing times- Proceedings of the 23rd Annual Symposium Irish Pig Heath Soc, P 17-19 (Citado por Dowd SO et al., Nutritional modification of body composition and the consequences for reproductive performance and longevity in genetically lean sow.Livestock Production Science 52 (1997): P 155-165. 1995.

F o x c r o f t, G.R. Mechanisms mediating nutritional eff e c t on embryonic survival in pigs. J. Reprod. Fertil., Suppl. 52. P 47-61. 1997.

Fernández, H.W.. comportamiento reproductivo de la raza Yorkshire en dos centros genéticos. Trabajo de Diploma. Universidad Agraria de la Habana. P 63. 1999.

Forjan, R.S. Genetic and phenotypic parameters for pig growth and body composition estimated by interracial correlation and parent offpring regresión. J. Animal Sci. Vol. 74 (12): P 4337-4341. 1991.

Foxcroft GR, Aherne F y Kirwood R. Fisiología y manejo de la cachorra de reposición. Alberta Pork Research Centre. Department of Agriculture, Food and Nutritional Science. Pig Research Group, Animal Industry Division. Alberta Agriculture, Edmonton, Alberta, CANADÁ. Fuente: Agrupación de Consultores en Tecnologías del Cerdo (A.Con.Te.Ce.) 2002.

Foxcroft, G. R.; Aherne, F.; y Kirwood, R. Fisiología y manejo de la cachorra de reposición. CANADÁ. Fuente: Agrupación de Consultores en Tecnologías del Cerdo (A.Con.Te.Ce.). 2002.

Gadd, J. Cómo mejorar el tamaño de las camadas: registros, Evaluaciones y Acciones. Cerdos-Swine, Año 3; (35): P 14-19. 2000.

García, J.A. Análisis de las fallas reproductivas. II Parte. Acontecer Porcino. Vol. 6 (33):52-55. 1998.

Genetiporc. Feeding Guide. Genetipoc Internacional Bulletin. . 1997

González, C. Influencia de numero de partos y la época del año sobre indicadores reproductivos en una unidad porcina. Resultados preliminares. XVIII Congreso Panamericano de Ciencias Veterinarias. Memorias. La Habana. 2002.

Guerrero, J. Algunos aspectos de importancia en la reproducción porcina. Boletín Reseña. G. Porcino. Minagri, P 5-21. 1981.

Hollis, G.R. Feeding management for all classes of swine. En: Memorias de LANCE, San Jose, Costa Rica. P1-30. 1996.

Huerta, R. Determinación de los parámetros de la producción porcina tecnificada en México. Tesis presentada en opción al título académico de Doctor en Ciencias. Camagüey. 2004.

Hughes, P.E. Factors affecting natural attainment of puberty in the gilt. In: "Control of Pig Reproduction", Eds. Cole, D.J.A. and Foxcroft, G.R.: Butterworths, London, Chp. 8, pp P161-177.1982.

I.N.T.A. Reproducción. INTA EEA Pergamino  Ruta 32 km 4,5 . B2700WAA, Pergamino – Buenos Aires, Argentina. 2003.

Jindal, R., COSGROVE, J.R. AND FOXCROFT G.R. Pro-gesterone mediates nutritionally induced effects on embryonic survi-val in gilts J. Anim. Sci. 75: 1.063-1.070. 1997.

Knap, P. W. Modelización de la producción porcina: factores ambientales. Anaporc. Revista de Porcinocultura. N" 196. P31-38. 2000.

Kole, E. Fisiología veterinaria. Editorial Acribia. Zaragoza. España. 559-661. 1971

Le Colzer Y, Dagorn J, Lindberg JE, Aumaite A, Dourmand JY. Effect of age at first farrowing and herd management on long-term productivity of sows. Liv Prod Sci (53): P135-142. 1998.

Le Colzer Y, Dagorn J, Lindberg JE, Aumaite A, Dourmand JY. Effect of age at first farrowing and herd management on long-term productivity of sows. Livest. Prod Sci 53: P 135-142. 1998.

López Serrano M, et al. Genetic correlation of growth, back fat ickness and exterior with stay ability in Large White and Landrace sows. Livestock Production Sciene 64: P121-131. 2000.

López, O. F. Comportamiento reproductivo de cerdas Yorkshire en la región central de Cuba. XVIII Congreso Panamericano de Ciencias Veterinarias. Memorias nes. ANAPORC, (177): P 26-30. 2002.

Luiting, P. The role of genetic variation in feed intake and its physiological aspects: results fron selection experiments. In Regulation of feed intake (eds. D. Van der :Heide, E.A. Huisman, E. Kanis. J.W.M. Osse & M.W.A. Verstegen). CAB Iternational, Wallingford. P. 000-000. 1999.

Lund, M.S., Puonti, M., Rydhmer, L., Jansen, J. Relationship between litter size and perinatal and pre-weaning survival in pigs. Animal Science (74): P 217-222. 2002.

Mabry J. Trends in sow longevity and sow death rate in the US industry. http:/www.nsif.com. 2002.

Manual de Crianza para Centros Genéticos Porcinos. Desarrollo. Lechonas y lechones. Grupo de Producción Porcina. Edit. MINAG. P 39-40. 2002.

Martín Rillo, S.; De Alba, C.; Falato, M. V.; Peralta, W.; Bustamante. JEfecto del aparato genital de la primeriza sobre la productividad de la cerda. VI Simposium Internacional de Reproducción e I.A porcina. Anaporc, Madrid, del 3 al 5 de mayo. 1999.

Mota, R. D.. Clave reproductiva para aumentar la productividad. Los Porcicultores y su entorno. Año 1, (5). 1998

Mota, R. D. Efecto del manejo de la cerda parturienta sobre la presencia de descargas vaginales purulenta. Cerdos-Swine. Año 3, (27): P8-11. 2000.

Moya, A .Reproducción e Inseminación Artificial Porcina. Public. CIMA. C Habana, Cuba: P7-9. 1998.

Nichols, D.A., F. Bleacha, R.H. Hines and M. Johnston. Effect of reduced night time temperature on nurcery pig performance. Kansas State University. Swine Day 1984. P73-74. 1984.

Noblet J, Dourmad JY, Etienne, Dividich JL. Energy Metabolism in pregnant sows and newborn pigs. J Anim Sci 75: P 2708-2714. 1997.

Paterson, A. M. The controlled induction of puberty. In control of pig reproduction. Eds. D.J.A. cole y G.R. Fosxcroft. Butterworths. London. P 139. 1982.

Peralta, W. Sistema de producción en Chile. VI Simposium Internacional de Reproducción e Inseminación Artificial Porcina. Madrid Memorias. P120-132. 1999.

PIC. PIC USA. Nutrient Specifications. Techical Update. Vol1. No.1. P1-13. 2000.

Pijoan, C. Assessment of inmunity of nursery age pigs exponed to cold air drafts or fluctuating temperaturas. National Pork Production Council. Reserch Investment Report. P 100-103. 1989.

Porcinas. Manejo de las reproductoras. P 10-11. 2002.

Porcinas.Manejo de las reproductoras. P 37. 2002.

Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones

Porcinas. Fases y áreas productivas. P 6. 2002.

Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones

Porcinas. Manejo de las reproductoras. P 8-32. 2002.

Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, Instituto de Investigaciones

Porcinas. Cruzamientos. P 35-37. 2002.

Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones

Porcinas. Cruzamientos. P 36-37. 2002.

Procedimientos Técnicos para la crianza Porcina, instituto de Investigaciones

Porcinas. Alimentación. P 51. 2002.

Ronald, K. Como incrementar el tamaño de la camada. Los porcicultores y su entorno. Año 2; (7), México. 1999.

Ruiz, A. R. Mejoramiento genético del tamaño de la camada. Acontecer porcino, Vol. X .P 12-15. 2001.

Samaras, S.E., HAGEN, D.R., BRYAN, K.A., MONDSCHEIN, J.S., CANNING, S.F. AND HAMMOND, J.M. Effects of growth hormone and gonadotrophin on the insulin-like growth factor system in the porcine ovary. Biol. Reprod., 50: P-178-186. 1994.

Schukken YH, Burman J, Huirme RBM, Willense AH, Vernooy JCM, van den Broeck J, Verheijden JHM. Evaluation of optimal age first conception in gilts from data collection in commercial swine herds. J Amin Sci 72: P1387-1392. 1994.

Segura C J C. Factores genéticos y ambientales que afectan la eficiencia reproductiva en una piara comercial en la Chontalpa, Tab. Memorias del XXIII Congreso Anual de la Asociación de Médicos Veterinarios Especialistas en Cerdos, León Guanajuato. P162-165. 1988.

Stahly, T. Impact of nutricional regimen on lean growth and carcass composition. Winter Swine Series. Breeding, feeding and marketing lean pork. Iowa State University. 1993.

Stalder KJ, Lacy RC, Cross TL, Conatser GE. Financial importance of sow longevity in a breed to wean swine operation University of Tennessee and University of Georgia http:// www. Agriculture.utk.edu. Proceedings of the Annual Meeting of the American Association of Swine Practitioners. P471-479. 2002.

Teague, H. S.; Roller, W. L. And Griffo, A. P. Jr. influence of high temperature and humidity on the reproductive performance of swine. J. Anim. Sci. 27. P 408-411. 1968.

Trujillo Ortega Maria Elena. Factores de Manejo que afectan la logividad dela cerda reproductora. XI Congreso Brasileiro de Veterinarios Espacialistas em Suinos 30/9 a 30/10 del 2003: P28. 2003.

Trujillo, M. La piara reproductora. México. Mundi-Prensa, , p 244-246.2002.

arnick, A. C.; Wallace, H. D.;Palmer, A. Z.; Sosa, E.; Duerre, D. J. & Caldwell, V. E. 1965. Effect of temperature on early embryo survival in gilts. J. Anim. Sci. 24. P 89-92.

Whittemore C.T. Nutrition reproduction interactions in primiparous sows: a review. Livest Prod Sci 46. P 65-83. 1996.

Whittemore,C. Nutrition and management of weaners. Proceedings of the Banff Porfk Seminar. January m25-27-1989. P 41-44. 1989.

 

 

Autor:

DMV. Dayami Rodríguez Companioni

Instituto de Investigaciones Porcinas

 

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente