Descargar

La herencia moderna – Arquitectura

Enviado por Manuel Baca


  1. Introducción
  2. La importancia de la teoría en la arquitectura moderna
  3. Hacia un teoría integrada de la arquitectura
  4. Afirmaciones conceptuales
  5. La arquitectura moderna como arte de lo espacial
  6. El propósito de la arquitectura moderna

Introducción

La arquitectura está muy asociada a otras disciplinas y se nutre de otras artes y ciencias, de experiencias y de líneas de pensamiento, a manera de silogismo existen premisas que hay que considerar en el momento de encarar un proyecto, premisas como las exigidas por el cliente, el entorno, los materiales, las leyes, etc., y la conclusión sería el resultado formal y perceptual, conformado a su vez de no solo el tiempo que le dediques sino del que usaste anteriormente para desarrollar otros, un proceso de acumulación que permite un resultado ascendente hacia lo óptimo.

En argumentos Vitrubianos, la labor de un arquitecto es como la de un arte que no puede cultivarse sí no es gracias a una educación completa y a un total conocimiento de todo tipo de instrucciones, un arte que se desliga del mero trampolín para conseguir dinero, una ciencia noble que en estos tiempo de fragmentación, cae muchas veces en manos inexpertas e incluso de individuos que no tienen la más mínima idea ni de arquitectura ni de construcción, convirtiendo a la autoconstrucción en una alternativa, discutible pero que es el resultado de desconocimientos y desconfianzas.

La transmisión de la experiencia de profesionales arquitectos nobles y sinceros con el oficio proporciona una influencia significativa en sus colaboradores, es una herencia sólida con variantes excepcionales, una visión permanente y perpetua en la misión como discípulos y profesionales.

La herencia moderna es en muchos casos una línea estilística fuerte en la producción arquitectónica, que generación tras generación se va difundiendo a modo de enseñanza y que ha marcado la mayoría de proyectos en los que muchos han participado en todo éste tiempo de ejercicio profesional constante. Su controlado nivel de abstracción, su predilección por la práctica y su discreta afición por la experimentación son características que ejemplifican la práctica de éste tipo de arquitectura, diversas oficinas representan esta experiencia que da lugar a nuestra competencia en arquitectura y a un "saber hacer" que se conserva y difunde.

Finalmente la arquitectura moderna, que "se ve y se toca", que aun continúa como paradigma vigente y que sirve de ejemplo para futuras generaciones define en gran magnitud muchas de las obras que presentamos en el siguiente trabajo de investigación, documento que mostramos como una manera de destacar y agradecer a los "maestros" que nos acompañaron y acompañarán en todo el transcurso de la vida profesional.

La importancia de la teoría en la arquitectura moderna

Por desgracia, muchos profesionales de la arquitectura toman decisiones en el momento de la proyectación arquitectónica, sin mayor soporte técnico o científico que su "intuición", su preparación teórica (cualquier cosa que eso signifique) y una experiencia que, en el mejor de los casos, suma a la práctica de proyectos anteriores algunos viajes y ciertas lecturas de libros y revistas que usualmente muestran solo a los arquitectos de moda (el fin, al igual que las revistas de arte o de modas, es el de crear mercados a pintores, modistos y por supuesto a arquitectos). Y estas decisiones tienen efectos, con frecuencia adversos, sobre la conducta, la salud, la convivencia, la economía y en suma, el bienestar de los habitantes de sus proyectos.

Algunos aspectos de importancia particular mencionados en el libro de Luis Miró Quezada Garland: Introducción a la teoría del diseño arquitectónico son que:

La arquitectura ha caído nuevamente en la mera estilística sin consideraciones al contexto intrínseco y extrínseco que exige el ser de la obra arquitectónica.

Se reafirma la esencia especial de la arquitectura, enfatiza la necesaria educación del espacio arquitectónico a la función que allí deberá cumplirse, ("el espacio vivible", "el espacio eficiente"), señala el acondicionamiento que imponen los materiales y los sistemas constructivos con los que es preciso erigir los elementos que conformaran dichos espacios.

Tanto el acondicionamiento espacial (función), las envolventes o membranas (construcción) y los volúmenes (expresión formal) se integran en intima relación y deben tener una aceptación de importancia primordial.

La teoría arquitectónica es un proceso especulativo espiritual que nos permita dilucidar los principios generales que acondicionan la creatividad, en vez del conjunto de conocimientos extraídos de aplicaciones particulares.1

La teoría arquitectónica no es algo que se impone ni rige el proceso de una actividad, es dinámica ya que debe entenderse como un proceso mental que me acerque al mundo de las ideas, que me haga plantear hipótesis, juicios y síntesis para llegar a un concepto creativo particular.

La teoría es un sistema construido por el pensamiento, proviene de hipótesis total o parcialmente comprobadas, las teorías son sometidas constantemente a críticas, con un objetivo de disciplinar el pensamiento, la teoría de la arquitectura trata de teorías estéticas, su dominio es el de las puras apariencias; tenemos también de manera diferenciada las teorías de diseño, cuyo campo está relacionado con los medios con los cuales esas apariencias se consiguen. La arquitectura durante siglos ha tenido como objetivo más común el de tratar de dirigir con una visión normativa el diseño posterior.

Usualmente en teoría de la arquitectura encontramos tres tipos de estudios:

Los estudios descriptivos, cuyo objetivo es el de divulgar el actual (o el pasado) estado del objeto arquitectónico, así como los usuarios relacionados con estos objetos.

Los estudios explicativos, que intentan descubrir por qué cada edificio ha tomado la forma que tiene. Las razones se pueden tomar del pasado o del contexto concurrente, o alternativamente de las intenciones del diseñador

Los estudios normativos, que procuran precisar en qué aspectos podrían ser mejorados el objeto del estudio, y el método de hacerlo. Cuando el resultado de estos estudios normativos es generalizable a objetos similares, suele denominarlo teoría del diseño.

La arquitectura durante siglos ha tenido como objetivo más común el de tratar de dirigir con una visión normativa el diseño posterior. Se debe reflexionar sobre el estado de la teoría contemporánea, ahondar en las relaciones entre teoría y realidad construida revisando la crítica reciente.2

Los tipos de edificación se manejan, en cierto modo, como un catálogo, distinguiendo entre edificios monumentales, industriales y de viviendas sobre una base puramente funcional. Este tipo de clasificación es, sin duda, necesario, pero, en la mayoría de los casos, tiene un carácter descriptivo que vincula los programas a tipologías convencionales.

1. Luis Miró Quezada Garland, Introducción a la teoría del diseño arquitectónico. Edit. El Comercio S.A. 2003. Pág. 11

2. Percy Acuña, Teorías de la arquitectura. Texto virtual: http://www.urbanoperu.com/node/241

Según Norberg Schulz, la calidad de la arquitectura no depende solo de la relevancia de los componentes, sino también de su grado de articulación. Una totalidad en la que están totalmente coordinados varios niveles articulados e interconectados dentro de cada dimensión, tiene una mayor calidad que una totalidad en la que se reúnen niveles relativamente inarticulados y separados.3

Los resultados de la arquitectura tienen un valor público, deben satisfacer problemas comunes y accesibles a la percepción y participación común, hacerse un símbolo común, sin ser confundido como solo una exigencia ligera de lo que se demanda, servir a la comunidad a pesar de deseos individuales, la calidad arquitectónica depende de la correspondencia entre el significado y la forma.

Mientras que la investigación teórica debe descubrir las posibles dimensiones de la obra de arquitectura, la experiencia inmediata debería captarla como una totalidad, como un objeto intermediario. La teoría y la experiencia, por lo tanto, no se sustituyen mutuamente, pero pueden ayudarse entre sí. No obstante, deberíamos evitar confundirlas.4

Hacia un teoría integrada de la arquitectura

Debemos decir que las diferencias entre unas arquitecturas mas (vale el termino) "esforzadas" en una integración con la ciudad y las construcciones preexistentes en otras partes de una misma ciudad son muy diversas y muestran tendencias diferentes, se hace difícil analizar que tendencias estilísticas y que contenidos marcan el estado actual de la arquitectura. Se vive hoy en un medio en donde los modelos de referencia son nulos, el movimiento moderno, con todas sus variedades, fue el ultimo que ofreció modelos de referencia eficaces, sin embargo las constantes variaciones de las que hemos hecho variaciones e interpretaciones impertinentes así como el individualismo proyectual causan un desorden en la visión de conjunto de la nuevas y antiguas construcciones que conviven en un mismo espacio y lugar.

¿Cuáles son los modelos aplicables?, ¿de donde son los modelos aplicables?, ¿de dónde tienen que "copiar" los albañiles que construyen la gran masa de "arquitectura corriente"? Tendrían que "copiar" de la "gran arquitectura" que sirve de base a los congresos y las universidades y a la cual se da publicidad, con elogios consistentes, en las mejores revistas internacionales. Ahora bien, esa arquitectura excelente ¿quiere dejarse copiar?, ¿tiene voluntad de ser un modelo? Me parece que no, y quizás ello sea un hecho nuevo, insólito, en la historia de la arquitectura. No quiere ser modelo porque su función,…es una función publicitaria-aunque sea en el mejor sentido de la palabra-para la cual es indispensable la autonomía e incluso el distanciamiento abrupto y agresivo respecto al resto de la arquitectura que se hace a su alrededor, no solo no quiere, sino que no puede, porque la finalidad asumida la obliga a unos sistemas constructivos, a unas exuberancias económicas y, en general, a unas formas no traducibles a muchos más temas, y ni tan siquiera a las series más modestas del mismo tema.5

Afirmaciones conceptuales

Es cierto para nosotros que ha habido muy pocas proclamaciones y fundamentos que hayan conseguido estructurar una escuela con cierta permanencia en los últimos años. Del brutalismo al minimalismo, del situacionismo a la deconstrucción, del neorracionalismo al regionalismo critico, además de las famosas utopías formales, todo se ha presentado de manera esporádica y hasta superpuesta y casi nunca han llegado a definir un estilo.

Ha habido sectores que no han querido crear un estilo pero que han influido en los métodos para encarar un proyecto arquitectónico, un ejemplo son Aldo Rossi y Robert Venturi, que publicaron sus textos fundamentales La Architettura della Città y Complexity and Contradiction in Architecture el mismo año 1966, pero lo importante de estos aportes es que no querían ser propuestas estilísticas, sino afirmaciones conceptuales que cambiaran algunos presupuestos proyectuales como la relación con la estructura urbana, la reinterpretación de las tipologías establecidas o los valores de la comunicación. Pese a ello ambas fueron interpretadas como propuestas estilísticas, apareciendo el rossianismo y por otra parte el posmodernismo adquirió vuelos incontrolados e inexplicables a pesar del asombro de Venturi que no quiere ser considerado como fundador del mismo.

3. Norberg Schulz, Intenciones en arquitectura. Edit. GG, Barcelona, 1998. Pág. 117

4. Ibíd., pág. 57

5. Oriol Bohigas i Guardiola, Contra la incontinencia urbana: reconsideración moral de la arquitectura y la ciudad. Barcelona, Ed. Electa, 2004. Pág. 44

En 1964 Christopher Alexander (arquitecto, nacido el 4 de octubre de 1936 en Viena, Austria) había publicado Notes on the Synthesis of Form, un libro que prometía cambios en el devenir de la arquitectura por su intento en racionalizar la metodología en los procesos de diseño centrado en investigaciones que en ese campo se realizaban, el intento se refería a aspectos funcionales y operativos y, por lo tanto sin consecuencias estilísticas, aunque en textos posteriores profundizó su teoría del lenguaje de patrón con el libro A Pattern Language: Towns, Buildings, Construction, en el que describía un sistema práctico de arquitectura en una forma que un matemático teórico o un científico de la computación llamaría gramática generativa. El término lenguaje de patrón, es un método estructurado que pone la arquitectura al alcance de personas no especializadas profesionalmente en la materia, y que popularizó en su libro. En el libro se suministran reglas e imágenes, y se recomienda que las decisiones sobre la construcción del edificio se tomen de acuerdo al ambiente preciso del proyecto. Se describen métodos exactos para construir diseños prácticos, seguros y atractivos a cualquier escala, desde regiones enteras hasta la simple perilla de una puerta. Un aspecto notable del libro es que el sistema arquitectónico mostrado consiste únicamente de patrones clásicos probados en el mundo real y reseñados por múltiples arquitectos por su practicidad y belleza. Sin embargo "…el autor trato con demasiada ingenuidad de pasar al tratado metodológico al manual para las decisiones particulares sin ninguna ideología: quería ser una colección de tipos y solo era una serie de prótesis para socorrer el desenfreno."6

Existen otros ejemplos de propuestas generalizadoras como Il Territorio dell"Architettura de Vittorio Gregotti (arquitecto italiano, nacido en Novara 1927), lleno de sugerencias que hubieran podido tener consecuencias más decisivas si su difusión hubiera sido más incidente en las nuevas generaciones, Para el autor el proyecto en arquitectura es "…el modo de organizar y fijar arquitectónicamente los elementos de un problema…", habiendo sido seleccionados, elaborados y cargados de intención subjetiva durante el proceso que implica la proyectación.7 Para Gregotti la arquitectura es "la forma de las materias ordenadas en consonancia con el hábitat."8 El concepto de hábitat rebasa a la vivienda y a la ciudad, refiriéndose a toda forma habitable y de transformación del ambiente físico que es proyectado y construido de acuerdo a un objetivo. El problema central del autor es, precisamente, el hábitat como territorio de la arquitectura. Alude al autor acerca de las posibles intervenciones al hábitat: geográficas, topográficas y directas sobre objeto arquitectónico, además de temas relativos al paisaje que circunda a la obra.

Concerniente al significado de la ciudad como una de las manifestaciones -la más compleja- del hábitat, expresa la existencia de dos formas de interpretación complementarias; una objetiva referida al ambiente físico y otra semiológica, relacionada con la concepción unitaria de los distintos lugares que conforman el espacio urbano. Señala que la estructuración de hábitat a través del proyecto requiere además de una visión artística y creativa, el reconocimiento del concepto de naturaleza -ambiente- como valor. Expone además que la arquitectura se puede revisar -tanto en el nivel teórico como en el fáctico- a través de la historia. Ella, aunque cargada de la subjetividad que le implica su construcción por ciertos individuos o grupos, es un medio para fijar la memoria. Analiza el papel de los materiales como parte de la obra construida; estudia la significación asociada al material, así como la imposibilidad de continuar con esa especie de simbolización dados los procesos de normalización industrial; de igual forma, asume una posición crítica respecto a la historia como legitimadora de una arquitectura pasada y mejor, como valor conferido socialmente.

Procede a una revisión de los conceptos racionalidad y funcionalidad y los desmitifica, para finalmente hacer recaer en el proyecto, la posibilidad de intervenir en los proceso de transformación que van constituyendo la historia, como medio para que el proyectista pueda participar en ellos activamente. Por último, se aboca al estudio de los conceptos de tipicidad, uso y significado en arquitectura. De la tipicidad reconoce varios entendimientos, y sin señalar su cualidad de buena o mala, expresa que en ocasiones se constituye en un auxiliar valioso como medio de clasificación conceptual; concerniente al uso, combate su asociación semántica al funcionalismo, a la simple organización de los espacios respecto de una sola actividad, invocando a contrario su posibilidad múltiple y subjetiva de utilización. Y finalmente, respecto al significado, señala que el arquitecto, como sujeto de la historia, debe concretarse a transformar a la arquitectura como soporte de la sociedad, pero no pretender ser causa del cambio social a través de ella, ya que su papel como comunicador ha sido grandemente rebasado por otros medios, que más rápidos y eficientes, penetran con mayor celeridad en la conciencia social.

6. Bohigas, Oriol. Op. cit., pág. 57

7. Vittorio Gregotti, El territorio de la arquitectura. Traducción castellana, Ed. GG Barcelona, 1972. Pág. 13

8. Ibíd., pág. 29

Se trata a mi juicio de un texto muy bien logrado en el que el autor sabe separar en la exposición, la narrativa de las ideas propias respecto de las que no lo son, sometiendo a juicio a esta últimas no con afán destructor, sino de esclarecimiento del devenir de los conceptos, para mostrar por último sus tesis como una consecuencia. Ubicar el territorio de la arquitectura en el hábitat, en el ambiente que fue proyectado intencionadamente y en el que le acompaña como entorno, muestra la preocupación de Gregotti de globalizar nuestra actividad profesional, inculcando un respeto por el medio natural tanto como hacia el construido. Pero dicha preocupación no es motivo para que confunda que epistemológicamente el territorio de la arquitectura puede abarcarlo todo, esto es, que no es motivo de la arquitectura -o por lo menos no con suficiente claridad- el sin fin de actividades y temáticas a las que el arquitecto se enfrenta pragmáticamente, por lo que éste debería de encontrar en el proyecto un instrumento de síntesis de la información que se le brinda, como medio para regresar al origen de su actividad. Los arquitectos no deberíamos pretender "…construir un ambiente físico desde el que dirigir o influenciar el comportamiento humano; pretendemos simplemente hacer más disponible el ambiente físico."9

Christian Norberg Schulz con su libro: Intenciones en arquitectura es muestra también esbozos de una estructura sistemática y completa para la descripción de la Arquitectura. Su estructura organiza de manera armónica la psicología de la Gestalt, la mecánica de la percepción, la teoría de la información, la filosofía analítica moderna y la teoría general de los signos y símbolos, articulándose de manera que cada material tiene su lugar y propósito dentro de un plan articulado, hacia la construcción de una teoría de la arquitectura. Una teoría capaz de tratar, no sólo la arquitectura como arte, sino de extender y profundizar sus efectos sociales, psicológicos y culturales, integrando las divergentes procedencias de materiales en una construcción teórica basada en la ciencia moderna y la doctrina de la forma simbólica. Para Schulz la teoría de la arquitectura debería tener una base semiótica, los conceptos deben estar unificados en un sistema, sin soluciones particulares, capaz de considerar estructuras arquitectónicas de todas las épocas. Establecer la dimensión técnica de la arquitectura como una categoría independiente, considerar la relación con el entorno como un aspecto subordinado, teniendo a la luz como factor arquitectónico, considerando la escala de los edificios o a la interrelaciones de las dimensiones físicas y el de la incorporación de las artes plásticas, inmersas tanto en la dimensión funcional como la formal. La descripción de la totalidad arquitectónica debería llevarse a cabo mediante tres dimensiones básicas: el Cometido, constituir a la arquitectura como un medio de orden entre el ambiente y las relaciones humanas, la Forma y la Técnica. Para Schulz la teoría nos capacita para llevar a cabo análisis estructurales y explicar la arquitectura como un sistema de símbolos.

El texto de Schulz identifica los problemas que posee el arquitecto y la arquitectura en el ejercicio profesional a raíz de no poseer una visión teórica para hacer y explicar su obra, su teoría se construye a partir de explicar el cometido del edificio, la forma, la técnica, la semántica y la totalidad arquitectónica, hace un balance así del objeto arquitectónico y la aplicación de una teoría integradora, dejando de lado la crítica, producción e investigación de experiencias históricas.

Nosotros mostramos en esta tesis la pertinencia con la que los planteamientos de una teoría del estudio de la construcción de lugares para vivir puede ser útil al mejoramiento de los problemas de adecuación entre el nuevo objeto arquitectónico y su entorno, en esta ocasión con las teorías topogenéticas del arquitecto Josep Muntañola, en esto se centra la tesis, pero reitero nuestra necesidad en tener en cuenta lo que se ha dicho en otras teorías pues todo debe sumarse en pro del mejoramiento del "hacer" arquitectura.

En todo caso podemos decir que la diferencia entre la teoría de Schulz la de Muntañola es que el primero comienza su teoría a partir de los problemas que presenta la arquitectura en su concepción y ejecución por la ausencia de una visión teórica y mas por la ausencia de una teoría unificadora que contemple el hacer arquitectura en una sociedad fragmentada, pero su teoría, pienso, no da referencia de una crítica de la producción histórica y de las experiencias pasadas, ya que al generalizar una teoría a partir de las experiencias presentes no es punto fijo para analizar experiencias pasadas, esto puede ser debido a que no parte de un concepto principal como puede ser el lugar, concepto que Muntañola analiza para construir una teoría que abarca varios dimensiones de la arquitectura y desde la cual puede servirse para analizar los referentes pasados y presentes, ya que el concepto de lugar ha estado ligado a la concepción arquitectónica siempre, por lo cual el recorrido temporal no presenta problemas.

Con esto de ninguna manera desvalidamos la teoría de Schulz, pienso que la una es tan válida como la otra, es solo una visión crítica de su obra, la cual es un aliento significativo en la búsqueda de una mejora en la producción arquitectónica y por consiguiente a la sociedad.

9. Gregotti, Vittorio. Op. cit., pág. 110

La arquitectura moderna como arte de lo espacial

La arquitectura es la creación de una entidad formal de espacios y por ello su esencia es la espacialidad, no es mera y exclusivamente un hecho artístico; según Kant definía lo artístico como aquello que tiene una finalidad sin fin, la expresividad artística como único fin, la finalidad arquitectónica es una finalidad utilitaria, nace para satisfacer un fin de utilidad. El espacio es lo no tangible, es una nada con potencialidad de convertirse en algo.

El espacio vivible: la obra arquitectónica tiene un fin, es realizada para que en ella se efectúe tal o cual actividad, vivibles no solo conforme a requisitos fisiológicos sino también de confort, comodidad y agrado.

La arquitectura pasa por el proceso constructivo: en la noción de construcción podemos distinguir lo referente a los materiales de construcción, a los sistemas constructivos y a los procesos de realización, hay una estrecha relación entre los tres aspectos.

El proceso creativo arquitectónico: Le Corbusier alguna vez escribió:"el corazón solo será tocado cuando la razón sea satisfecha".

Como arte que es, la arquitectura es una forma expresiva, lo cual es muy distinto a sostener que la arquitectura es una manera de expresarse y por este camino convertir a la arquitectura, como al arte, en un vehículo de comunicación; en un procedimiento semiótico más que en una creación artística.10

La esencialidad de la obra arquitectónica es la de ser un ente integrado, en la que el valor artístico de la obra arquitectónica no está determinado solo por la función, la forma o el método constructivo empleado. En arquitectura es fundamental señalar que su tarea es organizar los elementos participantes en elementos integrantes, formar un ente integrado, en una entidad.

Según Sullivan (arquitecto estadounidense de la Escuela de Chicago (1870-1893): "según entiendo, no son las palabras las que hacen los poemas, es la forma en que las palabras son ordenadas, organizadas y vitalizadas, lo que hace que de ellas nazca un poema; hay una lógica por encima de la lógica teórica a saber, la energía subconsciente que llamamos imaginación. Con todo la lógica formal tiene su propósito y lugar".

La obra arquitectónica es expresiva en un sentido más bien metafórico, es un medio sensorial, no un medio intelectual; no se hace para comunicar esto o aquello, su génesis es subjetiva.

Las formas no son signos de expresión, pero las formas pueden ser en si expresivas.

No es muy usual hablar de imágenes arquitectónicas mnémicas (aquellas que son representativas de objetos y entidades existentes), es en cambio frecuente escuchar hablar de una arquitectura simbólica (símbolo: figura u objeto a la que se le ha agregado una significación convencional) que suele caer en una interpretación y no un generante (producto de la aplicación de un sistema de representaciones simbólicas, de un conjunto de estructuras formales asociado a un grupo de significados).

Según Henri Focillón (historiador del arte francés, Dijon 1881 – New Haven 1943): la obra no significa, la obra se significa, lo artístico no es que la forma signifique sino que la forma se signifique.

La obra debe contener una cargazón afectiva intrínseca que va mas allá de los datos perceptibles pero que necesariamente parte de ellos.

Es de la misma estructura formal de donde surge un significado, o sea, que la forma artística es forma significativa de su contenido formal.

La forma arquitectónica es significativa a través de la forma misma y que lo es en la medida de la energía de creatividad artística del arquitecto.

El propósito de la arquitectura moderna

La arquitectura posee un propósito práctico y uno artístico, la arquitectura es un instrumento práctico y un sistema de símbolos. "La arquitectura es explícitamente una actividad sintética que ha de adaptarse a la forma de vida en conjunto. Esta adaptación no requiere que todas y cada una de las obras deban relacionarse con la totalidad del conjunto." Las nuevas concretizaciones arquitectónicas no pueden imitar el pasado ni romper completamente con la tradición. Dependen de la existencia de sistemas de símbolos que tengan capacidad de desarrollo. Esto significa que deberíamos conservar los principios estructurales de la tradición, antes que sus motivos.11

10. Luis Miró Quezada Garland, Introducción a la teoría del diseño arquitectónico. Edit. El Comercio S.A. 2003. Pág. 46

11. Norberg Schulz, Intenciones en arquitectura. Edit. GG, Barcelona, 1998. Pág. 122

 

 

Autor:

Arq. Manuel Baca García

Lima, 2013