El oficio del sociólogo, imaginario social / imaginarios sociales y economía y sociedad
Enviado por Carolina Flores Lara
PARTE I
El Oficio del Sociólogo
Pierre Bourdieu
1.- ¿En qué radica la dificultad epistemológica de las ciencias sociales y la deficiencia de las disciplinas que han abordado la pretensión cientificista de dar respuesta al fenómeno humano? Fundamente su respuesta.
La epistemología ("conocimiento", y logos, "teoría") es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento científico, que trata los problemas filosóficos que envuelven a la teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido.
Se señala en el texto que la mayoría de los errores en la practica sociología es que existe una representación falsa de la epistemología de las Cs. de la naturaleza y de la relación que mantiene con la epistemología de las Cs. del hombre
Dlthey afirma que no puede pensar en el método de las ciencias del hombre sino oponiéndole una imagen de las ciencias de la naturaleza originada en la preocupación por imitar, por diferenciar, así también el positivismo se preocupa por imitar una imagen de la ciencias natural fabricada según las necesidades de esa imitación, esta grosera equivocación llevó a desarrollar distinciones forzadas entre los dos métodos para lograr responder tanto a los deseos piadosos del humanismo, como a celebrar los redescubrimientos como tales y a entrar en el positivísimo de la experiencia como copia de lo real.
Al encarar los problemas específicos que plantea la transposición a las ciencias del hombre del saber epistemológico de las ciencias de la naturaleza, corre siempre el riesgo de parecer una reafirmación de los derechos imprescriptibles de la subjetividad.
En los conflictos propios de estudio en las ciencias sociales nos encontramos con la disyuntiva de la objetividad. Especificamos a través de la lectura de Bourdieu, que la objetividad en si misma en las ciencias sociales no existe, pero es deseable tratar de alcanzarla y lograr aproximarnos al máximo a través de las distintas discusiones en torno al método, situando el foco de interés en las alternativas que éste nos propone. Bourdieu señala que el primer obstáculo epistemológico a enfrentar es lo que cada individuo ya sabe a priori sobre los fenómenos y los procesos de lo social. Para enfrentar ese riesgo de "cegar" la construcción del objeto, perturbar esa realidad en la que se quiere trabajar, es asi que se propone la reflexión epistemológica con la finalidad de lograr la objetividad en su mayor alcance y de esa manera poder construir y crear el objeto de estudio. A partir de ello se toma en cuenta la importancia de las nociones de vigilancia y ruptura epistemológica. La noción de ruptura epistemológica contiene dos principios generales que contribuyen a su aplicación, el reconocimiento de los obstáculos que nos genera el conocimiento social y la aplicación de las técnicas de ruptura que evitan la voluntad reproductivista que genera no cuestionarnos a fondo conceptos a priori dados por obvios en la cotidianidad. Los obstáculos en el conocimiento de lo social en la ruptura a superar, son las percepciones del sentido común, el lenguaje común y las nociones comunes. Para atravesar el obstáculo del sentido común Bourdieu nos propone tomar una distancia necesaria del objeto de estudio para comprenderlo y mirarlo de una manera crítica y romper con la noción del saber inmediato, rompiendo también con los presupuestos inconscientes asumidos que nos generan prenociones. Definimos a través de la lectura las prenociones como aquellas percepciones de la "filosofía primera de lo social".
Bourdieu, sugieren tres distintos sesgos en la práctica sociológica:
1. Basadas en las características propias del investigador: clase, sexo, etnia.
2. Está ligado a la posición que el analista ocupa, no tanto en la sociedad en sentido amplio, sino en el microcosmos del campo académico.
3. El sesgo intelectualista, aquél que lleva a concebir el mundo como un espectáculo a ser interpretado y no como conjunto de problemas concretos que reclaman soluciones prácticas.
2.- ¿De qué manera los planteamientos de Marx y Durkheim dieron respuestas a la diferencia entre la naturaleza y la cultura?
La Noción de naturaleza humana es el factor transcultural, transhistórico, se corre el riesgo de dar por explicado aquello que hay que explicar o de dar cuenta sólo de las semejanzas de las instituciones dejando escapar lo que determina su especificidad histórica o su originalidad cultural (Lévi-Strauss).
El precepto de Marx que prohíbe eternizar en la naturaleza lo que es producto de la historia y Durkheim exige que lo social sea explicado por lo social y sólo por lo social, esta conserva conserva todo su valir pero a razón de que exprese no la reivindicación de un objeto real, efectivamente distinto de las otras ciencias del hombre, ni la tensión sociológica de querer explicar todos los aspectos de la realidad humana, no recurrir a un principio de explicación buscando otras ciencias, sea que se trate de cuencias biológicas o psicológicas, en tanto los métodos sociológicos no hayan sido completamente agotados.
En la perspectiva teórica de Bourdieu se fusionan la prohibición de Marx de eternizar en la naturaleza todo aquello que es producto de la historia, semejante al precepto durkheimiano que exige que lo social sea explicado por lo social y sólo por lo social y al weberiano que muestra la esterilidad de la explicación de las especificidades históricas por tendencias universales. Las tres visiones confluyen en una cuestión central: el rechazo de todos los intentos por definir la verdad de un fenómeno cultural independientemente del sistema de relaciones históricas y sociales de la cual es parte.
3.- Según Bourdieu, cuáles son los obstáculos o dificultades que ha debido afrontar la sociología. Enuncie dos principales y desarrolle sus argumentaciones con ejemplos.
Debe reconocerse en el texto la existencia en principios de dos epistemologías distintas y en conflicto:
Una concepción naturalista por parte de Bourdieu, a la cual se opone el pluralismo teórico que defiende Passeron. De este modo, el texto aporta tanto a la comprensión de la epistemología de Bourdieu como a la de Passeron.
El planteamiento de Pierre Bourdieu en el libro "El Oficio del Sociólogo expone en forma sistemática los conceptos fundamentales de ruptura epistemológica y de construcción del objeto, sostiene la necesidad que las ciencias sociales tomen la distancias con respecto al sentido común y los discursos corrientes, ya que lo específico de su conocimiento debe construir abiertamente en contra de ese mismo sentido común. Realiza así una operación fundacional de la ciencia social.
La ruptura epistemológica significa la necesidad que tiene el investigador, al estudiar un cierto fenómeno social, de romper con las opiniones del sentido común: las prenociones, las ideologías, como también con las propias tradiciones intelectuales en las cuales ese investigador ha sido socializado. Esa tarea, según Bachelard, constituye el nuevo espíritu científico (Bachelard G. El nuevo espíritu científico. La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo) y se cumple con la vigilancia de la razón, con la vigilancia epistemológica. Este tipo de vigilancia permite pasar de un conocimiento menos verdadero a un conocimiento más verdadero o mejor construido por el investigador. Además, con tal actitud es posible rechazar el tipo de empirismo ingenuo para el cual se puede tener un conocimiento directo, inmediato, del objeto de investigación.
Para el oficio del Sociólogo; el método debe plantearse a partir de un buen sistema de hábitos intelectuales. Los autores de las Ciencias Sociales deben marcar un límite ante el sentido común y los discursos corrientes, ya que son los obstáculos dominantes en el análisis y la construcción del objeto de estudio.
Retomando un paraje de Alicia en el País de las Maravillas, recordamos como la pequeña pregunta al gato hacia donde caminar. El gato responde: ¿a dónde quieres llegar pequeña?, a cualquier lugar, dice Alicia. Entonces, contesta el gato, camina, camina y algún día llegarás.
El método nos marca un camino, pautas, formas de examinar la realidad y entonces, nos encamina hacia el destino que nos planteamos conquistar.
PARTE II
IMAGINARIO SOCIAL/ IMAGINARIOS SOCIALES
BRONISLAW BACZKE
1.- ¿Cuáles son los problemas semánticos- las formas de designar- que concurren con la noción de imaginación en el campo socio-político?
En torno al concepto de imaginario social, Bronislaw Baczko (1991: 27) alude que "el adjetivo social define una sentido más limitado al designar dos aspectos de la actividad imaginante. Por un lado, la orientación de ésta hacia lo social, es decir, la producción de representaciones globales de la sociedad y de todo aquello que se relaciona con ella, por ejemplo de "orden social", de los actores sociales y de sus relaciones recíprocas (jerarquía, dominación, conflicto, etc.) de las instituciones sociales, y en especial de las instituciones políticas, etc. Por otro lado, el mismo objetivo designa la inserción de la actividad imaginante individual en un fenómeno colectivo". El imaginario establecería un parámetro valorativo de la realidad, en donde los individuos generan niveles de significación, atribuyendo validez y significación imaginaria a ciertos aspectos de nuestra realidad, los que forman la base interpretativa mediante la cual los sujetos estructuran y desarrollan su vida, dándole sentido, personalidad y carácter a un modo o estilo particular que se traduce en formas identitarias variadas que se manifiestan en expresiones colectivas.
En este proceso de construcción social de realidad, tiene un lugar de primera importancia el fenómeno de la imaginación como proceso mental de creación individual que se manifiesta como social, al ser compartido y formado en parte por la sociedad, que entrega las pautas y el capital de conocimientos para establecer las imágenes que se representan en la mente, en base a las cuales trabajan elementos compartidos y por lo tanto socializados. Los imaginarios sociales forman parte de nuestra cultura, puesto que al constituirse como un nivel interpretativo de la realidad, generan formas de pensar que se traducen o reflejan en prácticas objetivas.
Los políticos, son apreciados no sólo en razón de su competencia, de su energía, de su firmeza, de su voluntad, etc., sino también en función de la imaginación política y social que se le otorga o se le niega.
La asociación imaginación y poder era una prueba de la paradoja cuando no de la provocación, por el hecho mismo de que la palabra que en su acepción común designa una facultad productora de ilusiones, de sueños y de símbolos, y que ejercía un especial ligada a la poesía y a las artes, hacia su irrupción en un terreno reservado a lo "serio" y a lo "real".
En las ciencias humanísticas, podemos constatar fácilmente que la imaginación, acompañada por el adjetivo "social" o "colectivo", también ganó terreno en el campo discursivo y que el estudio de los imaginarios sociales se convirtió en su tema, atestiguaban, que la imaginación está en el poder desde siempre.
Ponían en evidencia que todo poder, y particularmente el poder político, se rodea de representaciones colectivas y que, para él, el ámbito del imaginario y de lo simbólico es un lugar estratégico de una importancia capital.
2.- ¿Cuáles serían las diferencias entre las posturas de Weber y Durkheim en torno a lo que significa la imaginación y su importancia en la vida social?
Durkheim pone el acento en las correlaciones entre las estructuras sociales y las representaciones colectivas, así como en la cohesión social que éstas asegurarían; Weber da cuenta del problema de las funciones que pertenecerían a lo imaginario en la producción de sentido que los individuos y los grupos sociales dan necesariamente a sus acciones.
Durkheim estableció las diferencias entre las representaciones individuales y las representaciones colectivas, explicando que lo colectivo no podía ser reducido a lo individual. Es decir, que la consciencia colectiva trasciende a los individuos como una fuerza coactiva y que puede ser visualizada en los mitos, la religión, las creencias y demás productos culturales colectivos.
Durkheim manifiesta que la sociología le corresponde analizar todo acerca de las representaciones colectivas.
Max Weber, el Estado no podía, sin embargo, evitar los emblemas, los signos simbólicos: banderas, escarapelas, condecoraciones, himnos nacionales, uniformes de las fuerzas armadas, etc., cuya historia y, en especial, su desciframiento están lejos de haber sido terminados. Los movimientos políticos y sociales que acompañan a este nuevo espacio político necesitan de igual manera sus emblemas para representarse, visualizar su propia identidad, proyectarse tanto hacia el pasado como hacia el futuro.
3.- El imaginario social y el simbolismo cómo se retroalimentan para proyectar la cohesión y la representación de una sociedad. Analice un ejemplo que entrega Baczke de la aplicación histórica del imaginario.
Backzo, la construcción del símbolo y de los sistemas de símbolos, que aparecen fuertemente estructurados y dotados de una notable estabilidad, del mismo modo que las relaciones entre lo imaginario y las formas simbólicas, presentan igual cantidad del problemas para los psicólogos y los sociólogos, para los semióticos y antropólogos. El historiado se enfrenta inevitablemente con la ambigüedad notoria del término símbolo; encuentra a la vez los demasiados y los demasiado poco en las definiciones, las hipótesis y los análisis que abundan en las ciencias humanísticas. Los símbolos designan tanto el objeto como las reacciones del sujeto hacia ese objeto; que la función del símbolo no es sólo la de instituir distinciones, sino también la de introducir valores y de modelar conductas individuales y colectivas; que todo símbolo está inscrito en una constelación de relaciones con otros símbolos; que las formas simbólicas que van desde lo religioso a lo mágico, desde lo económico a lo político, etc., forman un campo en donde se articulan las imágenes, las ideas y las acciones. Los símbolos más estables, anclados en profundas necesidades, terminan por volverse una razón de existencia y de accionar para los individuos y los grupos sociales, otras tantas condiciones simbólicas del cambio o de la inercia históricos.
El que se intercambia con los símbolos, no es la naturaleza por la convención, pero una convención por otra, "un término grupal por otro, bajo un principio estructurante, que puede ser el padre, el ancestral, dios, el Estado etc." Es el símbolo que permite al sentido engendrar límites, diferencias, tornando posible la mediación social, consagrándolo como orden irreducible a cualquier otra. El itinerario simbólico para la construcción del imaginario social depende de los modos de apropiación y uso de los símbolos, los cuales se refieren a un sentido, no a un objeto sensible. La hoz y el martillo en la bandera de la extinta Unión Soviética no aludían únicamente las herramientas de trabajo transportados para la cadena de simbolización, formulaban la idea de que el Estado Soviético perpetraba la alianza de trabajadores del campo y de la ciudad. De objetos, se tornaron signos portadores de mensaje ideológico: la bandera como traducción de la mezcla del socialismo con los intereses de los trabajadores.
Las instituciones no se reducen a la dimensión simbólica, pero sólo existen en el simbólico, pues son legitimadas por significaciones que traducen nociones de identidad reconocidas y legitimadas por las comunidades. Interfaz del individual con el institucional, el símbolo es, según Yves Durand, la "marca del incesante cambio existente, en nivel del imaginario, entre las pulsiones subjetivas y asimiladoras y las presiones objetivas provenientes del medio cósmico y social".
Los sistemas simbólicos emergen para unificar el imaginario social. Vale decir, establecen las finalidades y la funcionalidad de las instituciones y de los procesos sociales. A través de los múltiples imaginarios, una sociedad traduce visiones que coexisten o se excluyen mientras fuerzas reguladoras del cotidiano. El real es, pues, sobredeterminado por el imaginario, y en eso consiste la trascendencia de las ideologías: ellas expresan las relaciones vividas por los hombres.
PARTE III
ECONOMÍA Y SOCIEDAD
MAX WEBER
1.- Explique los fundamentos del autor sobre la "interpretación" y la "evidencia" en el ámbito de la ciencia social.
En la primera parte el Weber describe a los conceptos sociológicos fundamentales, la preocupación por definir los términos básicos, que luego utilizará profusamente en su discurso.
Para Weber, "Toda interpretación, como toda ciencia en general, tiende a la "evidencia". La evidencia de la comprensión puede ser de carácter racional (y entonces, bien lógica, bien matemática) o de carácter endopático: afectiva, receptivo-artística.
En el dominio de la acción es racionalmente evidente, lo que de su "conexión de sentido" se comprende intelectualmente de un modo diáfano y exhaustivo. Y hay evidencia endopática de la acción cuando se revive plenamente la "conexión de sentimientos" que se vivió en ella. Racionalmente comprensibles – es decir, en este caso: captables en su sentido intelectualmente de un modo inmediato y unívoco- son ante todo, y en grado máximo las conexiones significativas, recíprocamente referidas, contenidas en las proposiciones lógicas y matemáticas. Comprendemos así de un modo unívoco lo que se da a entender cuando alguien, pensando o argumentando, hace uso de la proposición 2 X 2 = 4, o de los teoremas pitagóricos o extrae una conclusión lógica – de acuerdo con nuestros hábitos mentales – de un modo "correcto".
Toda interpretación de una acción con arreglo a fines orientada racionalmente de esa manera posee – para la inteligencia de los medios empleados – el grado máximo de evidencia. Con no idéntica evidencia, pero sí suficiente para nuestras exigencias de explicación, comprendemos también aquellos "errores" (inclusive confusiones de problemas) en los que somos capaces de incurrir o de cuyo nacimiento podríamos tener una experiencia propia.
A esta clase pertenecen, por ejemplo, muchas acciones virtuosas, religiosas y caritativas, para el insensible a ellas; de igual suerte, muchos fanáticos de racionalismo extremado ("derechos del hombre") para quien aborrece de ello. Muchos afectos reales (miedo, cólera, ambición, envidia, celos, amor, entusiasmo, orgullo, venganza, piedad, devoción y apetencias de toda suerte) y las acciones irracionales (desde el punto de vista de la acción racional con arreglo a fines) derivado de ellos podemos "revivirlos" afectivamente de modo tanto más evidente cuanto más susceptibles seamos de esos mismos efectos; y en todo caso, aunque excedan en absoluto por su intensidad a nuestras posibilidades, podemos comprenderlos endopáticamente en su sentido, y calcular intelectualmente sus efectos sobre la dirección y los medios de acción.
Para Weber, "toda interpretación persigue la evidencia": es importante constatarlo, pues en sus aseveraciones muestra que la comprensión de la realidad social tienen como fundamento la interpretativa, ya que el tipo-ideal es una ficción útil que no existe como tal en la realidad. Pero ninguna interpretación de sentido, por evidente que sea, puede pretender, en méritos de ese carácter de evidencia, ser también la interpretación causal válida. En sí no es otra cosa que una hipótesis causal particularmente evidente"
La finalidad de los tipos ideales la expresa Weber de modo claro, cuando afirma que "en todos los casos, racionales como irracionales, se distancia de la realidad, sirviendo para el conocimiento de ésta en la medida en que, mediante la indicación del grado de aproximación de un fenómeno histórico a uno o varios de esos conceptos, quedan tales fenómenos ordenados conceptualmente.
2.- ¿Cuáles son los argumentos para determinar la existencia de una sociología comprensiva?
La sociología comprensiva no se aboca al estudio de los fenómenos fisiológicos, biológicos ni de la interioridad psíquica del individuo (placer, displacer y estados emocionales). Su propósito es el estudio de las referencias típicas orientadas por una acción provista de sentido mentado (subjetivo) y externo que persigue influir o transformar la conducta de otro.
Max Weber plantea en su obra Economía y Sociedad que el método de la sociología "comprensiva" es "racionalista". Este procedimiento no debe, pues, interpretarse como un prejuicio racionalista de la sociología, sino sólo como un recurso metódico; y mucho menos, por tanto, como si implicara la creencia de un predominio en la vida de lo racional. Pues nada nos dice en lo más mínimo hasta que punto en la realidad las acciones reales están o no determinadas por consideraciones racionales de fines.
(No puede negarse la existencia del peligro de interpretaciones racionalista en lugares inadecuados. Toda la experiencia confirma, por desgracia, este aserto).
Weber, sostiene que el objeto de estudio de la sociología es la acción social y la explicación de las relaciones causales que originan su desenvolvimiento, así como las derivaciones de dichas acciones sobre el individuo y las asociaciones e instituciones colectivas fundadas por la voluntad individual de tipo racional. En tal sentido, para Weber: Debe entenderse por sociología (en el sentido aquí aceptado de esta palabra, empleada con tan diversos significados): una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos. Por "acción" debe entenderse una conducta humana (bien consista en un hacer externo o interno, ya en un omitir o permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo. La "acción social", por tanto, es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo.
Por "relación" social debe entenderse una conducta plural -de varios- que, por el sentido que encierra, se presenta recíprocamente referida, orientándose por esa reciprocidad. La relación social consiste, pues, plena y exclusivamente, en la probabilidad de que se actuará socialmente en una forma (con sentido) indicable; siendo indiferente por ahora, aquello en que la probabilidad descansa (Weber 1992,
21).
En la relación social los actos individuales expresan elecciones conscientes que responden a una necesidad determinada para lo cual se emplean unos medios específicos, orientados a la consecución de un fin. Bajo esta concepción, el individuo participa con su actuación en la sociedad mediante la interacción social con el objetivo de alcanzar los fines que satisfagan o den respuesta a sus necesidades (acción social racional con arreglo a fines) o a la realización de valores morales (acción social racional con arreglo a valores). En resumen, la acción social es creadora del orden social y de todo lo contenido en éste.
3.- ¿Cuál es la importancia que asigna Weber a los "conceptos-tipos" en el campo de la sociología?
"Los conceptos contractivos de la sociología son típicos – ideales no sólo externa, sino internamente. La acción real sucede en la mayor parte de los casos con oscura semiconsciencia o plena inconciencia de su "sentido mentado". El agente más bien "siente" de un modo indeterminado que "sabe" o tiene clara idea; actúa en la mayor de los casos por instinto o costumbre. Sólo ocasionalmente – y en una masa de acciones análogas únicamente en algunos individuos – se eleva la conciencia un sentido (sea racional o irracional) de la acción. Una acción con sentido efectivamente tal, es decir, clara y con absoluta conciencia es, en la realidad, un caso límite. Toda consideración histórica o sociológica tiene que tener en cuenta este hecho en sus análisis de la realidad. Pero esto no debe impedir que la sociología construya sus conceptos mediante una clasificación de los posibles "sentidos mentados" y como si la acción real transcurriera orientada conscientemente según sentido".
El tipo ideal es una construcción abstracta realizada por el investigador en su gabinete de estudio, en el cual se resumen las notas esenciales que éste considera características del fenómeno. El tipo ideal aparece como una reconstrucción de las conexiones de sentido utilizadas por el actor, como una reconstrucción racional. Este modelo le permite interpretar al investigador la conexión de sentido y explicarla.
Una vez que se ha logrado construir el tipo ideal, se lo aplica a la realidad, pero la realidad nunca responde exactamente a tal construcción mental, sino que va a haber disparidades. El tipo ideal tiene que servir para ordenar coherentemente la realidad de forma tal de poder interpretarla y explicarla. El tipo ideal que cada investigador construye puede ser cuestionado por la realidad misma o por otro investigador.
El tipo ideal no existe nunca en su estado puro, porque el tipo ideal es un instrumento organizador de la realidad que permite explicarla.
Weber dice que cuando él construye un tipo ideal está construyendo un modelo explicativo que solamente debe servir para ese determinado aspecto de la realidad y que no tendría que poder ser utilizado para explicar otro aspecto diferente de la realidad.
Weber, nos advierte que no hay que confundir el objeto real con el objeto del conocimiento ("tipo ideal"); es decir hay que hacer una diferencia entre teoría y realidad, porque este acto nos permite comprender la pluralidad de la realidad social. No se trata de ajustar el "tipo ideal" a la realidad, sino de construir el "tipo ideal" que nos permita ordenar y constatar los fenómenos sociales, para en un segundo momento encontrar las diferencias y la diversidad que lo acompañan. En suma, el tipo ideal busca particularidades y comparaciones, es decir, intenta equiparar diferencias y pluralismo.
Autor:
Carolina Flores
Profesor: José Antonio Gonzalez
Magister en Ciencias Sociales, Mención Gestión Directiva Teoría Social y Ciencias Sociales