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Irak: Armas de Desinformación Masiva (2003) (página 2)

Enviado por Leonardo Ferreira


Partes: 1, 2

detrás de la historia

Esta fue la gran falla de los medios. No dedicaron recursos suficientes a la búsqueda y a la explicación del por qué se llegó a tomar la decisión de invadir a Irak. Tampoco supieron explicarle al consumidor de noticias, de una manera clara, los antecedentes de una guerra avisada.

Las reglas del juego se establecieron en reuniones que sostuvieron oficiales del Pentágono con jefes de medios en Washington, en octubre del año pasado y en enero del corriente. Sin embargo, en un documento obtenido y publicado el 14 de febrero en la página de Internet de Editor and Publisher, se desplegó la estrategia del Pentágono en relación con los periodistas. En el artículo sobre este documento, se cita al Mayor Tim Blair, encargado de las relaciones con los periodistas "incrustados", diciendo: "Dichas reglas del juego cambiarán de acuerdo a cada misión y a cada lugar. El principio que nos guía en el manejo de los incrustados es el de control de seguridad en la misma fuente". Lo que en otras palabras se traduce a que el jefe de cada unidad militar tendría plena discreción y control sobre lo que los reporteros asignados a su grupo podrían hacer, o no.

Fue así como dentro de este ambiente preconcebido, los medios de comunicación de los Estados Unidos, a excepción de algunos pocos, se prestaron a participar en un evento orquestado por el gobierno de los Estados Unidos, diseñado para asentar y reafirmar su indiscutible posición de potencia militar y económica dentro del nuevo orden internacional. No somos amigos de las teorías de conspiración, pero en este caso tendemos a verla tanto como la excepción que puede confirmar la regla y como una explicación suscinta que subsume bien la situación. Veamos por qué.

El Centro de Estudios de la Fundación Carnegie por la Paz Internacional llevó a cabo un análisis profundo sobre la posición que los Estados Unidos ha tomado desde la desintegración de la Unión Soviética. Haciendo un recuento profundamente breve y, por razones de espacio, sin entrar en particulares sobre cómo y quién cultivó, armó y puso a Saddam Hussein en la posición de poder que ahora se le retira, se puede ver que Hussein dejó de ser pieza clave en el nuevo orden mundial. La idea de deshacerse de Saddam Hussein viene desde la gestión de Bush padre (1989-1993).

Joseph Cirincione (especialista en temas de defensa, exmiembro del equipo del Comité de Servicios Armados del Congreso, autor del libro "Arsenales Mortales: La Búsqueda de Armas de Destrucción Masiva", profesor de la Universidad Georgetown y miembro adjunto del Centro de Estudios de la Fundación Carnegie por la Paz Internacional) en una entrevista concedida a la cadena de radio pública de los Estados Unidos, NPR, declaró: "En 1991 cuando terminó la primera guerra del Golfo, Paul Wolfowitz , ahora Subsecretario de Defensa y miembro de un grupo de analistas de políticas estadounidenses que trabaja con la administración actual, ferviente creyente de que el papel de los Estados Unidos es transformar el mundo y rehacerlo a su imagen, no solamente controlarlo, produjo un documento sobre la estrategia por seguir.

Este grupo ve a Irak como el principio de la Doctrina Bush. Ellos piensan que después de Irak, según su agenda, la gente de los países vecinos, Siria e Irán, se van a animar a deponer a sus gobiernos contando con la ayuda de los Estados Unidos y de esta manera crear una región, un mundo, más estable. Después de Irak la idea se extiende al resto de los países, incluso a Arabia Saudita. Quieren transformar el mundo árabe, darle a Israel un compañero con credibilidad y estabilidad, para negociar con la autoridad palestina democrática. Así los Estados Unidos aseguran su posición y tiene garantizados sus intereses vitales en esa región por décadas por venir".

La meta de este grupo de neoconservadores, continúa Cirincione, es desacreditar a las instituciones internacionales, como las Naciones Unidas, establecidas para promover la paz, la seguridad y la democracia en el mundo. Uno de los miembros de este grupo es Bill Crystal, editor de la revista conservadora "The Weekly Standard". En su portada de la edición del 17 de marzo, titula "Presentes en la destrucción, implosión de las Naciones Unidas". El artículo que le sigue dice que esta entidad no es más que un impedimento a la seguridad mundial y un obstrucción al poder y la hegemonía mundiales de los Estados Unidos y a la vez propone y le pide al presidente el retiro de los Estados Unidos de la misma.

En 1998 el mismo Bill Crystal, encabezando un grupo de 18 neoconservadores llamados "El proyecto para un nuevo siglo americano", le envió al entonces Presidente Bill Clinton una carta sugiriéndole que la estrategia por seguir con Hussein debería ser una de cambio de régimen por la fuerza, en lugar de la de contención establecida por el propio presidente. De estos 18, asegura Cirincione, hay 15 que trabajan en la administración del Presidente Bush, entre otros Richard Pearl y Paul Wolfowitz.

En el 2000 este mismo grupo publicó: "La reconstrucción de las defensas americanas, fuerzas estratégicas y recursos para el nuevo siglo". Este documento es el mismo, mejorado y aumentado, que le presentaron a Clinton y que él omitiera; sin embargo, para todos los efectos prácticos se ha convertido en el eje de la política exterior del gobierno de Bush. Este llama a un aumento en el presupuesto de defensa, aboga por los ataques preventivos, sugiere cambios y movimientos de las bases militares de los Estados Unidos de Europa al Oriente Medio y a Asia, con el fin de extender la esfera de influencia del país y sacarle mayor ventaja a la caída de la Unión Soviética. Hay quienes lo ven como una nueva forma de colonialismo, ellos lo ven como expansión de la democracia y el poder Norteamericano en el nuevo orden mundial, concluye Cirincione.

En su discurso ante el American Enterprise Institute, el presidente Bush dijo que deponiendo a Saddam Hussein se le retira un apoyo económico a los palestinos suicidas que estén dispuestos a volar en pedazos, lo cual alivia la amenaza de terrorismo en Israel y permite la llegada de un gobierno palestino democrático que busque la paz. En su discurso señaló que, "hay que aprovechar toda oportunidad en busca de la paz. Y el final del régimen actual en Irak crea dicha oportunidad".

Ahí está la falla de los medios. Esta información no es nada difícil de conseguir, mucho menos de difundir. Sólo basta visitar el sitio web del Poynter Institute y la página web de Cirincione, ProliferationNews.org, entre otros.

En medio de los medios

Uno de los mayores beneficiados, monetariamente hablando, fue el sitio de comercio electrónico en Internet, Ebay. Este sitio de remates, según reportó el Washington Post, durante la primera semana de se vio congestionado por usuarios que buscaban todo cuanto estuviera relacionado con Irak y la guerra. Se remataron miles de artículos, desde monedas de Irak, hasta camisetas de Saddam.

Yahoo, el portal web más grande de Internet, reportó un tráfico de 2.6 millones de visitantes únicos por semana y ventas, durante el primer trimestre del año, por una suma de $46.7 millones de dólares, equivalentes a 8 centavos por acción. Esto comparado con la pérdida neta de $53.6 millones de dólares, o 9 centavos por acción, reportada el año inmediatamente anterior. La ganancia total de Yahoo aumentó un 47 por ciento comparada con el año anterior y alcanzó $283 millones totales durante el trimestre en cuestión.

Ahora bien, todos los servicios de noticias en línea aumentaron significativamente su tráfico durante la guerra. MSNBC.com experimentó un aumento de un 38 por ciento en tráfico, con un promedio de 3.3 millones de visitantes únicos, durante las primeras semanas de la guerra. El NYTimes.com, por su parte, reportó 1.1 millones de usuarios, mientras que el WashingtonPost.com señaló 1.07 millones de visitantes, equivalentes a un aumento en tráfico de un 34 por ciento. Según la empresa Nielsen-Net Ratings, el tráfico de USAToday.com se duplicó.

De interés fue ver el aumento del tráfico en los Estados Unidos que registraron los sitios web de la BBC y del periódico inglés The Guardian. El sitio de noticias de la BBC vio crecer su tráfico en un 47 por ciento, mientras que el diario The Guardian obtuvo un gran aumento del 83 por ciento.

Otros sitios web que experimentaron un aumento significativo durante la guerra fueron los sitios oficiales. Los sitios del Departamento de Defensa, lo mismo que del nuevo Departamento de Seguridad del Suelo Patrio, según la empresa NewsFactor network, aumentaron su tráfico reflejado en un tercio del total de visitas provenientes del la población estadounidense en Internet.

Por su parte, según el Instituto para la Lectura, para la prensa escrita la guerra en Irak no trajo buenas noticias. De acuerdo al último reporte FAS-FAX del Buró de Circulación (ABC) demuestra que la gente no está comprando periódicos. La prensa escrita vio su circulación aumentar en un promedio de un 15 por ciento durante la primera semana y continuar en un aumento decreciente durante las semanas subsecuentes. Los grandes periódicos estadounidenses vieron su circulación disminuir, en lugar de aumentar. La del New York Times, por ejemplo, cayó en un 5 por ciento y la del Washington Post, se vio reducida en casi un 2 por ciento. Mientras que el periódico de Los Ángeles, Investor Business News, sufrió una caída en circulación de un 11 por ciento, con un total de ventas de 242.000 ejemplares. El otro diario de negocios, el Wall Street Journal, logró un aumento mínimo para alcanzar ventas de 1.820.600 periódicos.

Los beneficiados, en este segmento, fueron el New York Post, que aumentó en un 10 por ciento, el San Antonio Express, con casi un 4 por ciento de incremento y el Tampa Tribune, 6 por ciento. Sin embargo, la prensa en español mostró aumentos fenomenales. El diario Hoy que se publica en Nueva York, de la empresa Tribune, reportó un aumento en circulación de un 21 por ciento, reflejado en la venta de 91.156 ejemplares. Esto lo pone en segundo lugar en ventas en el medio escrito hispano; detrás de éste está La Opinión, de Los Ángeles, que sufrió una rara caída en ventas de un 2 por ciento. Para El Nuevo Herald se reportaron ventas de 90.264 ejemplares, para un aumento del 1.2 por ciento. USA Today sigue siendo el indiscutible líder en este medio, reportándosele ventas que totalizaron 2.162.454 ejemplares, casi un millón más que el New York Times, para un aumento promedio de un 1.5 por ciento.

Sin embargo, no importa qué tanta acogida haya tenido Internet o qué tanta decaída haya sufrido la prensa escrita, el medio que prima entre los medios sigue siendo la televisión. Entre las estaciones que transmiten noticias las 24 horas, el ganador fue el canal de Noticias de NBC, MSNBC. Fox con un promedio de 7 millones de televidentes, equivalente a un aumento porcentual de un 379 por ciento, comparado con el mismo período del año anterior ocupó el tercer lugar. CNN logró un aumento de un 393 por ciento comparado con el mismo período del año anterior y MSNBC obtuvo un aumento de un 651 por ciento. A pesar de esto, las cifras importantes se siguen produciendo en los canales abiertos. La cadena NBC los encabezó con un promedio de 18 millones de televidentes, le siguió la CBS con 13 y cerró ABC con un promedio de casi 11 millones.

Para el cierre de esta nota no habían disponibles los niveles de sintonía de las cadenas Univisión y Telemundo. Sin embargo, su cobertura sirvió bien a su medio y a la vez de complemento al sentimiento patrio de los hispanos en los Estados Unidos. Ambas recalcaron que el 15 por ciento de soldados inmigrantes se encuentran prestando servicio en Irak, cifra que equivale a unos 30.000 soldados.

El fin justifica los medios

Hay una gran diferencia entre transmitir verdades a medias, para el consumo y a nombre de la batalla por el control de sintonía y de admitir, en círculos menores, que se ha mentido y engañado al público, sólo con el fin de poder decir que los medios admiten sus errores. Esto fue precisamente lo que hicieron el editor de la revista Newsweek, Michael Hirsh, y el editor y Presidente Ejecutivo del periódico San Francisco Chronicle, Phil Bronstein.

Hirsh, como miembro de un panel reunido en la Universidad de Yale, dijo que las transmisiones de la guerra de la Gran Bretaña y de Canadá fueron muy diferentes a las de sus homólogos en los Estados Unidos. "Fue como ser testigo de dos guerras diferentes", señaló Hirsh en una nota escrita por Mary O’Leary del New Haven Register. Y calificó a los medios estadounidenses de ensimismados y patrioteros, y dijo además que el escepticismo de los medios se perdió el 11 de septiembre. Igualmente calificó a la diplomacia de George Bush como "desatrosamente mala".

Mientras tanto, en el Club Common Wealth de California, como miembro de un panel que incluyó a Mike Cerre, periodista de la cadena ABC y a Ted Glasser, director del programa de postgrado de periodismo de la Universidad de Standford, Bronstein ante una audiencia de unas 100 personas en un programa reproducido por la emisora NPR, admitió que la cobertura de los medios estadounidenses fue incompleta y que su periódico había publicado unas cuantas verdades a medias sobre la invasión a Irak. Bronstein es el mismo que castigó a uno de sus periodistas por participar en una demostración pacifista.

Una de las víctimas por haber hablado lo que piensa fue la periodista Ashleigh Banfield de la cadena MSNBC, -reportado por el diario The Topika Capital-Journal- quien en la Universidad de Kansas se atrevió a decir que la cobertura fue una serie de imágenes gloriosas que mantuvieron a mucha gente en sintonía y a los publicistas muy emocionados acerca de las noticias por cable. En ese mismo foro, el Director General de la BBC, Greg Dyke, dijo que la credibilidad de los medios estadounidenses había sido minada, debido al apoyo casi incondicional que le brindaron a la guerra. Dyke señaló en particular el patriotismo ciego de la cadena de noticias Fox. Por hacer comentarios como este, Banfield fue removida del estudio y puesta de regreso a reportar desde afuera, en la calle. La otra víctima fue el reconocido y veterano periodista de guerra Peter Arnet, que fue destituido por ofrecer comentarios, considerados favorables a Irak, en una entrevista que concedió a medios árabes. En fin, periodista o ciudadano que cuestione el fin de la guerra, se expone a una crítica que equivale a su destrucción profesional.

El caso del fotógrafo Walsky

Otro caso curioso fue el esfuerzo que hizo Colin Crawford, jefe del fotógrafo del periódico The Los Angeles Times, Brian Walsky, quien alteró una foto de la guerra. A él se le ofrecieron formas para disculpar su error. Walsky habló con el periodista David Walker y reveló que Crawford, le había dicho: "dame una excusa. Dime que fue algo, algo como un problema de transmisión del satélite". El error que cometió el señor Walsky fue alterar, retocar una foto de un soldado que cargaba un bebé en medio de la guerra. Él combinó dos fotos para lograr ésta que eventualmente se publicó en la portada del Times y del The Hartford Courant, entre otros diarios. Los demás medios realizaron lo mismo: han retocado la información y sin embargo nadie parece estar dispuesto a cuestionarlos.

El periodista Michael Kinsley, en un artículo publicado en la revista Time, dijo: "el militarismo en los Estados Unidos de América es un tren encarrilado hacia la muerte. La habilidad del Presidente para decidir cuándo y dónde utilizar el poder militar de la nación es ahora un poder absoluto. El Congreso no lo puede detener. Esto no es lo que la Constitución dice, y no es lo que el Acta de los Poderes de Guerra expresa, pero en la práctica es como está funcionando".

Pese al despliegue de cientos de periodistas y de equipo humano y tecnológico, a un costo millonario, las imágenes y reportajes que se trasmitieron sólo dejaron al espectador medio o mal informado. En resumen, una inversión millonaria para proyectar una imagen borrosa de un acto cruento e inhumano que violó todos los preceptos del derecho internacional de guerras justificables e injustificables y cometido frente a todos los consumidores de noticias. Noticias aterradoras pero bien filtradas para satisfacer el gusto del lector, televidente y radioescucha de los Estado Unidos y para aumentar la circulación, el tráfico y los niveles de sintonía. Un ejemplo clásico de esto fue el trato que se dio a la noticia sobre el "heroico" rescate de la soldado Jessica Lynch, y sobre cuyas características surgieron posteriormente versiones contradictorias. Ese rescate fue, talvez, la mejor muestra de lo que puede suceder cuando el cuarto poder rinde su independencia a la presión patriótica: el mito y la conjetura se hacen más fuertes que la realidad y los hechos.

Hoy, a pesar de que el nivel de desempleo sigue en aumento, que la bolsa de valores no se recupera, que el déficit presupuestario del Estado amenaza con hipotecar el futuro de las generaciones por venir y que los intereses están por dispararse para evitar una deflación, el Presidente Bush goza de un buen nivel de aceptación de su gestión y se prepara para la campaña de reelección. No se extrañen si en el proceso de esa campaña se transmiten anuncios publicitarios que muestren a un George Bush de casco bajo el brazo, vestido de aviador y aterrizando en el portaviones Lincoln. Esto viniendo de alguien que se enlistó en la Guardia Nacional para prestar su servicio militar, solamente para desertar luego y desaparecer por 18 meses. En fin parece ser que el amor no es el único ciego, el patriotismo también. 

 

Leonardo Ferreira

Miguel Sarmiento

Revista Chasqui Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para

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