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Naturaleza y propiedades del pensamiento (página 2)


Partes: 1, 2

En este acto sublime de la creación, la mente se sintió, o se pensó separada de su entidad creadora que fue su Ser, y originó, a su vez, la dualidad o polaridad en sí misma. Al quedar escindida, como lo haría en la mitosis una primera célula fecundada; tomaría su propia autonomía relativa y aparente, y también, con su poder creativo originó las dos voces, o sistemas de pensamientos para comunicarse y relacionarse con el mundo: por una parte, la voz del ego, y por la otra, la voz del Ser. Esto originó, en la práctica, otra dualidad: la mente consciente como la expresión de la voz de ego, o la personalidad, y la mente inconsciente como la voz del Ser. Aquí pudo nacer, también, el mito literario de la separación y de la expulsión del Paraíso, tan común en casi todas las religiones del mundo.

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El mundo físico, el primer nivel de la realidad, esta representado por el hombre de Vitrubio de Da Vinci; en esta simbología de Leonardo, el hombre es la medida de todas las cosas, y con su potencialidad mental y espiritual puede interactuar con los otros niveles del Universo.

El segundo nivel, es el universo mental que abarca el universo físico o primer nivel.

El tercer nivel, es el infinito que abarca, a su vez, los dos niveles: el físico y el mental. El triangulo, simboliza la interconexión entre los tres universos, o la naturaleza trinitaria del hombre. Ya que éste es cuerpo-mente-espíritu a la vez. Todo en una trinidad inseparable. El cuerpo físico, sin la potencia de la mente, no vive; la mente sin el soporte del espíritu, no tiene la conciencia.

Metafóricamente, somos una copa extraída del océano que sería el tercer nivel; el agua del océano seria el Ser, el contenido; el continente la copa, es el cuerpo físico que pertenece al primer nivel de la realidad. Son dos naturalezas diferentes manifestadas en una sola unidad. La mente articularía el Continente y el contenido, es decir, el espíritu y la materia.

Desde las entrañas de las cavernas, la especie humana, con el poder de su atención, e intención, su estructura cerebral se enriqueció bastante con la generación de nuevas sinapsis, o interconexiones neuronales para poder proyectar así, al mundo exterior, el orden lógico que el prehomínido observó en el entorno material. Ese aumento cuantitativo en las interconexiones, o sinapsis, dio origen a nuevas neuronas y por consiguiente al aumento de su capacidad cerebral o la cerebración creciente, la cual se ha traducido en un cambio cualitativo del poder de su mente; pues ésta opera a través de aquél, como dos entidades interconectadas no linealmente, y complementarias. Esto, desde luego, se dio en el transcurso evolutivo que tardó millones de años; dando origen a un cerebro dual: el hemisferio izquierdo y el derecho. Pero los hábitos mentales de focalizar la atención e intención, a los procesos racionales y a la estructuración del lenguaje, favorecieron más el desarrollo neuronal del hemisferio izquierdo. Esto nos conduce a inferir, quizás, que la razón sea el método inmanente de la conciencia humana para apropiarse de la realidad, quedando así facultada la mente para proyectar los contenidos racionales al mundo externo, y descubrir su orden lógico matemático. En ese proceso mental-material y formando un circuito de retroalimentación del mundo interior con el exterior, el homínido pudo elaborar la percepción; la cual consiste en la proyección de todos los contenidos de su mente, pues lo mental y lo material brotan juntos y se manifiestan en esa interacción como elementos interdependientes y complementarios en la Naturaleza. Las formas y relaciones matemáticas que descubrió muy pronto el hombre, en el mundo externo del espacio y el tiempo, son las proyecciones que hace su mente de sus ideas, es decir, son como simetrías matemáticas entre sus ideas y lo observado afuera. Un triángulo, por ejemplo, no existe como tal en el mundo físico, pues solamente existe como idea pura y perfecta en la mente humana. Así mismo, todas las cosas materiales del mundo, son meras copias físicas de sus ideas, según lo formuló Platón. Pues la causa primigenia del universo físico, tiene una fuente metafísica: la idea. Esta afirmación, no nos debe asombrar, si admitimos que todo lo material, desde un árbol hasta una galaxia procede de las fluctuaciones cuánticas del vacío atómico, donde todo es información pura, o de naturaleza mental. La teoría Cuántica, nos permite postular, la creación de partículas elementales a partir de las fluctuaciones cuánticas en el vacio, con un par de partícula y su respectiva antipartícula; en su colisionar eterno y aleatorio se originaron las primeras bases de toda la materia; la anterior por: E=mc2, donde "m" se convierte en masa, aquí se evidencia la equivalencia entre la energía y la materia; el resto son detalles que se encarga la Naturaleza en su evolución cosmológica. A la inversa, en el último extremo de lo material, está la información pura, o la idea. Por ejemplo, si empleáramos el método reduccionista de dividir un cuerpo material en partes cada vez más pequeñas, ene veces, podríamos llegar al átomo y por medio de un acelerador de partículas destruir su núcleo para escindirlo en sus componentes totalmente inestables, como los protones y neutrones; a su vez, si rompemos por medio del acelerador, un protón, encontramos los quarks, que no son propiamente partículas o entidades materiales, son información pura. Nadie ha visto un quark, es una simetría matemática, o una proyección mental que brota de una teoría científica dejando huellas fantasmales, por millonésimas de segundo, en una cámara de niebla de un acelerador de partículas. Inferimos de la teoría lo que queremos ver. Cabe preguntarse, ¿Dónde esta esa partícula material? Se transformó en un patrón de energía e información. Ahora si que le perdimos todo rastro físico a toda entidad que consideramos material.

"Nuestro conocimiento de la realidad está basado en una dimensión no material, cuya substancia es una nube de cifras. El universo no es otra cosa que una inmensa red de información que esconde un secreto de abstracta elegancia: un orden hipermatemático, relacionante y espiritual que hace que el universo sea orden y no caos. En este sentido, el acierto de la teoría cuántica es estar edificada al margen y, la mayoría de las veces, en contra de la razón ordinaria". La anterior es una elegante reflexión de Enrique Araos, a propósito del libro de Jean Guitton: Dios y la Ciencia. Por otra parte, Werner Heisenberg, uno de los arquitectos de la Mecánica Cuántica, y descubridor de la ley fundamental del corazón de la materia: El Principio de Incertidumbre, en un memorable artículo: El descubrimiento de Planck, y los problemas filosóficos de la Física Atómica. Publicado en la revista alemana UNIVERSITAS, en 1958, sostiene lo siguiente: "En Platón las partes más pequeñas de la materia son, hasta cierto punto, no más que formas geométricas…, como no poseen extensión espacial, no existe ya algo propiamente material, sino una forma matemática; si se quiere, una estructura espiritual. La última raíz según la cual el mundo puede ser comprendido en un modo unitario es en Platón la simetría matemática, la imagen, la idea". Más adelante, adopta una posición neoplatónica: "Las partículas elementales de la Física moderna, semejante a aquellos cuerpos regulares de la Filosofía de Platón, se hallan determinadas por imperativos matemáticos de simetría, no son eternas ni inalterables, y, por lo tanto, apenas sin son reales, expresado esto en el más propio sentido. Por el contrario, esas partículas son representaciones simples de aquellas fundamentales estructuras matemáticas a la que se llega tras el intento repetido de dividir de continuo la materia, y que constituyen justamente el contenido de las leyes naturales básicas. Para las modernas ciencias naturales, lo primero a considerar no es la cosa material en si misma, sino la forma, la simetría matemática. Y toda vez que la estructura matemática es, al fin y la postre, un contenido espiritual, se podría decir también, en palabras del Fausto goetiano: " en el principio era el sentido". Conocer este sentido en todos los detalles y con plena claridad, por cuanto él afecta precisamente a la estructura fundamental de la materia, es la tarea de la actual Física atómica y de sus mecanismos –a menudo, por desgracia, tan complicado". Por lo que hemos visto, todo esto nos conduce a pensar que la esencia última de la materia es de la misma naturaleza que la de nuestros pensamientos. Siendo la conciencia un campo cuántico unificado con niveles de vibración y longitud de onda más infinito y sutil que el campo de vibración de la materia. El maestro Buda intuyó ésta correlación entre mente y materia al expresar: Mente y materia, son dos formas de una misma y una sola cosa. También una antiquísima enseñanza hermética dice: La sustancialidad, o esencia de todo lo material en el universo, es de naturaleza mental. Quizás, la conciencia y la materia forman campos de energía que interactúan a un nivel desconocido todavía por la ciencia. Lo anterior, se ha podido evidenciar en los experimentos de partículas elementales, donde el observador del fenómeno cuántico y la partícula observada, forman un conjunto indisoluble y para quedarnos perplejos: el primero es determinante, o sea la conciencia del observador, sobre el segundo.

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Cuadro de la figura eximia de Platón en la Academia, detalle de una pintura de Rafael.

Es importante, enfatizar aquí, antes de continuar con nuestra exposición, la distinción entre la mente y el cerebro: la mente es un proceso, no es una cosa material, y ese proceso es el de cognición. El cerebro, en cambio, es la estructura material mediante la cual ese proceso opera; nuestros cerebros son los receptores, y la vez los moduladores de las frecuencias electromagnéticas que emite toda la materia del universo, así como también, de las frecuencias infinitamente sutiles que emite la mente universal; para intuir mejor esto haremos uso de una metáfora un poco atrevida: el cerebro es una máquina biológica cuántica que es semejante a un condensado Bose-Einstein coherente asociado a la mente, es decir, sería el Hardware; la mente en cambio, sería el programa o software. Hardware y software conformarían la red sicosomática del cuerpo.

Esto hay que tomarlo, desde luego literalmente, como una metáfora. La mente y la estructura material a la cual se asocia emergen juntas, en el instante mismo de la manifestación del ser. A medida que transcurre el tiempo aumenta la complejidad por la interacción entre estos dos elementos (mente y materia), entonces, surge la conciencia la cual nos permite plantearnos la antigua premisa: ¿Quién soy? Por otra parte, las leyes de la mente y las propiedades objetivas de la materia se correlacionan e interactúan a un nivel todavía desconocido por la Ciencia. En tal sentido, lo que se genera en la mente, (como causalidad a nivel metafísico); aparece necesariamente en el mundo físico como efecto. Se piensa que es todo lo contrario, que en el mundo físico está la causa de todo. Esta es una vieja controversia entre los materialistas, empiristas, idealistas, etc. que jamás será resuelta con posiciones extremas y sectarias; quizás, la luz a todo esto la encontremos conciliando los Contrarios con una visión integral de la vida, donde mente y materia son el continuo primordial necesario para que se genere la vida inteligente en un primer nivel, y segundo, la inteligencia consciente a un nivel evolutivo más avanzado. Por lo tanto, se piensa y se conoce con la mente, no con el cerebro. A pesar de que son dos entidades diferentes, en el mundo de la manifestación, paradójicamente en esencia, mente y materia, son dos formas de una misma y una sola cosa. Así pues, la mente utiliza a la materia, en éste caso al sistema neuronal, o el cerebro, como su principio activo para su manifestación, haciendo uso de sus dos hemisferios. Pero, históricamente, lo ha hecho con el izquierdo especialmente, y las sinapsis o interconexiones entre las neuronas se han visto favorecidas más que las del hemisferio derecho.

Hipotéticamente, en la atención e intención humanas, podría encontrarse el eslabón entre mente y materia, porque es con el uso de éstas facultades, en su interacción con el mundo externo, es como creamos las moléculas neurotransmisoras y los circuitos neuronales para que un pensamiento se transforme en una acción física. Parece que ese fuera también, a mi modo de ver, el proceso que se da, cuando adquirimos un nuevo conocimiento: creamos nuevas sinapsis con la atención e intención. Por otra parte, la memoria, tiene las propiedades del holograma, porque con cualquiera de los sentidos del cuerpo, en su interacción con el mundo exterior, éstos se convierten en los detonantes para muchos recuerdos. Cuando recordamos algo, se estremece toda la red sicosomática.

Ahora trataremos de esquematizar las ideas anteriores en una secuencia más simple. Veremos cómo a partir de una señal externa apropiada por la mente, se establece la mecánica para crear las ideas; cómo se transforman éstas en los juicios, luego en pensamientos, y con éstos se crean los razonamientos, los conceptos y finalmente, con ellos se construyen a lo largo de historia las teorías, con estas originamos las creencias, para luego, proyectarlas en el proceso de la percepción. Como corolario de lo anterior, se podrá inferir, que la ley de causalidad se invierte. Donde la causa de todo lo que experimento y vivo esta en mi mente, y no afuera. Por eso, cuando vivimos y experimentamos situaciones que nos desagradan y nos hacen sufrir, no culpemos a nada, ni a nadie, pues esta realidad que estamos experimentando, apenas es el efecto de nuestros pensamientos y emociones del pasado. Ahora, si deseamos cambiar nuestra realidad, debemos cambiar las causas que las producen, las cuales no son otras que nuestras estructuras de pensamiento y emociones asentadas en nuestra mente. El mundo causal esta a nivel metafísico, porque la causa de todo lo vivido opera en nuestra mente; el mundo de los efectos esta a nivel del mundo físico que capta nuestros sentidos. Entonces, mis pensamientos mis ideas son por lo tanto, los creadores del mundo exterior; lo que parece estar afuera, el mundo que veo afuera no puede existir independiente de los pensamientos que le dan origen. Estos pensamientos, estas ideas, no necesariamente son las creadas por mí son también, las que acepto pasivamente en mi conciencia impuesta por el entorno social en la cual estoy inmerso:

1* Todas las cosas materiales emiten señales para interactuar con todo en el Universo en frecuencias vibratorias que tienen su longitud de onda de acuerdo a la naturaleza de los elementos simples que las componen: estas señales carecen de significado.

2* Los sentidos del cuerpo recogen las señales y las modulan en una frecuencia que la mente se apropia con su yo voluntario y se la envía al Tálamo para que la codifique en una imagen holográfica que se extiende por toda la red sicosomática. La inquietante propiedad común al holograma y al cerebro es la distribución de la información a través del sistema. Cada fragmento está codificado a fin de reproducir la información de todo el conjunto. El todo esta en la parte, y en la parte, vemos el todo; como es arriba es abajo, como es abajo es arriba, enseña El Kybalión. "La imagen no está localizada sino dispersa en el sistema nervioso" afirmó Karl Pribran, neurólogo y neurocirujano, también, postuló lo siguiente: "Nuestro cerebro construye matemáticamente la realidad interpretando frecuencias que vienen de otra dimensión, dominio de realidad significante, primariamente arquetípica, que transciende el tiempo y el espacio. El cerebro es un holograma interpretando un universo holográfico".

Quizás, la imagen holográfica como la aplicación práctica de una de las propiedades de la materia, entendida como ondas electromagnéticas, fue lo que intuyó Platón, hace más de 25 siglos, cuando se refería a los arquetipos universales de la mente humana. En la percepción se observan, o proyectan, la copia de mis ideas, como simetrías matemáticas, o arquetipos universales. Platón definió los arquetipos como modelos eternos de las cosas que establecen un vínculo entre la divinidad suprema y el mundo de la materia. Si eventualmente esto fuera cierto, entonces, el mecanismo del pensamiento estaría ya explicado.

A este nivel el conocimiento de las cosas es emocional, sin calificación alguna por el juicio racional. Esta es la etapa de las sensaciones en la conciencia.

3* Las imágenes holográficas formadas con las señales del mundo exterior, interactúan con las otras imágenes de la misma naturaleza asentadas en la memoria para procesarlas como información calificada. Cuando la información o señal es calificada con la emoción, se originan las ideas. Las ideas estarán siempre teñidas con el colorido de las emociones. En ésta forma, los pensamientos y las emociones modifican la bioquímica de nuestro organismo. Por tal motivo, sostenemos que toda idea aparecida en nuestra conciencia tiene su contraria originada en la emoción, debido especialmente a que la emoción humana es dual; ésta dualidad emocional es la del temor o la aceptación para calificar a todas las señales que emite el universo material y que son apropiadas por nuestros sentidos.

4* Las ideas son la materia prima con la que se fabrican los juicios, y éstos se basan en la ley de los contrarios; es decir, cada idea tiene siempre sus contrarios para armar los juicios. Sin ideas contrarias, no habría la pluralidad, ni el colorido y la dinámica del Universo. En esta dinámica universal se origina la dialéctica, o interacción de los contrarios en la naturaleza.

5* Con los juicios se crea el pensamiento racional, y con éste se elaboran los conceptos, las teorías, y los paradigmas en la historia de la humanidad. El pensamiento racional, es una de las propiedades de la mente, más no la única para ésta apropiarse de la realidad.

6* Los pensamientos y los conceptos de las cosas los proyecto afuera, por medio de los sentidos del cuerpo, en el proceso de la percepción. Aquí, evidenciamos que la "Proyección" da origen a la "Percepción". Es aquí, también, "donde yo alumbro al mundo", utilizando la expresión del científico chileno Humberto Maturana, y establezco una ecuación personal donde mi mundo interior es igual a mi mundo exterior. Se establece, además, una unidad cognitiva que se retroalimenta en la relación con los demás. Cuando decimos que la proyección origina la percepción, nos referimos, desde luego, al significado de la cosa que la mente proyecta al mundo. El hombre fabrica, con su industria y su mano de obra los objetos materiales para su uso y comodidad, pero no los brota desde su mente, como en un cuento de Hadas. Lo que proyecta primero, es su modelo mental con su significado y después, manos a la obra, a transformar la materia. No hay nada de magia en esto, el mundo en sí mismo no significa nada, el significado se lo da nuestra mente. Por eso físicos, galardonados con el Nobel como, Edwin Schorodinger, Edward Wheeler, decían que nuestro universo es un universo de significado e información.

CONCLUSIONES

A manera de conclusiones, es bueno enfatizar que si mi mente, es decir, mi mundo interior, no contiene las imágenes arcaicas en mi memoria holográfica para poder interactuar con las imágenes procedentes del exterior, entonces, "se aborta la percepción" por que no se pueden configurar las ideas, ni los pensamientos, los cuales necesitaría, como hemos dicho, para construir la percepción. Si carecemos de una imagen en la memoria del pasado para "interactuar" con la imagen del presente que nos muestra los sentidos, no podríamos pensar nada. Es decir, en este caso, las señales que emite el universo físico externo, no significan nada para mí. Por tal hecho, los sentidos del cuerpo nos muestran un universo amorfo, sin significado y sin valoración alguna. En este caso tenemos las sensaciones de las cosas captadas por los sentidos, pero no percepciones, pues estas implican la proyección de nuestras ideas y creencias. Lo que percibimos está en función de lo que creemos, pues ésta es un espejo y no un hecho objetivo.

Por todo lo que hemos expuesto, la realidad es relativa, histórica y cultural, pues depende de la teoría con que se le defina. El mundo "real" que observo afuera es una proyección de mi mente. No significa esto que el universo sea virtual, como podría inferirse con cierta ligereza. Mi mente tiene que estar alimentada con datos previos para poder ver. El universo que recojo con mis sentidos, el que observo y siento afuera, apenas, es la copia de mis ideas. Esto ya lo había señalado Platón, hace muchas centurias, pero se han tomado sus enseñanzas en un sentido peyorativo como un idealismo insulso y sin ninguna utilidad práctica para el buscador de la verdad. Los que han sostenido semejante opinión han escondido la verdad con razonamientos sofistas, pues, lo que este sabio griego había puesto al descubierto fue:" La verdadera naturaleza del conocimiento". Su teoría de las ideas se puede entender mejor en términos de entidades matemáticas. Un círculo, por ejemplo, se define, según lo propone Euclides, como una figura compuesta por una serie de puntos en el plano, todos equidistantes de un mismo lugar. Sin embargo, nadie ha visto en el mundo real esa figura. Para Platón, entonces, la forma del círculo solo tiene realidad como idea, pero no en el mundo físico del espacio y del tiempo. Pues, solo existe como objeto inmutable y perfecto en el mundo abstracto, en el ámbito de las ideas, que solo puede ser conocido mediante la razón, es decir, en la proyección de mis pensamientos. Con la proyección de mis pensamientos, puedo construir en el Universo físico espacio-temporal un círculo simétrico a mi idea. Para éste filósofo, es en mi mente donde están las ideas o arquetipos universales de las cosas que reconozco afuera como reales en el mundo de la manifestación del espacio y el tiempo, a manera de entidades o simetrías matemáticas. Desde luego, mis ideas, mis pensamientos, mis conceptos, se generan en mi mente en un proceso que se retroalimenta con el mundo exterior, y su vez, lo que percibo del mundo externo, es una proyección que hago con el contenido de mi mente, (el observador y lo observado); en otras palabras, reitero, que si mi mente careciera de éstos contenidos, no podría ver nada. Pues, nada puede haber en nuestra mente si que antes haya pasado por el tamiz de nuestros sentidos. En esa Interacción de mi mundo interno con externo, es como se construye nuestra propia realidad. Todo esto opera mediante un proceso Mecánico Cuántico, como el descrito en las páginas anteriores.

 

 

 

Autor:

Nestor Jaramillo Hernandez

Medellín, noviembre de 2002.

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