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La legitimidad del poder (página 2)

Enviado por meansa


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El autor se pregunta si vale más ser amado que temido, llegando a la conclusión de que es más seguro ser temido antes que amado, porque los hombres temen menos ofender al que se hace amar que al que se hace temer, sin embargo el príncipe que se hace temer debe obrar de modo tal que si no se hace amar al mismo tiempo, evite el ser aborrecido.

Maquiavelo tiene en claro la necesidad de propender la seguridad general del orden y de los súbditos.

Kelsen: (1881 Praga)

Parte del supuesto de la igualdad, puede inferirse que nadie debe dominar a nadie. La experiencia demuestra que para seguir siendo iguales necesitamos soportar un dominio ajeno. Entonces ya que debemos ser gobernados, para que exista un orden obligatorio y por ende la sociedad y el Estado, debemos aspirar a ser gobernados por nosotros mismos.

De este modo la libertad natural se convierte en libertad social o política. Es políticamente libre quien aún estando sometido, lo está solamente a su propia voluntad y no a la ajena, así surge la idea de la democracia.

Según Kelsen el principio democrático de la libertad requiere que se reduzcan al mínimo los casos de aplastamiento de las minorías, lo cual se logra a través de la mayoría absoluta (mitad más uno), significa esto la aproximación relativamente mayor a la idea de libertad.

Marx: (Alemania 1818-1883 Londres)

Para salir del estado de naturaleza es necesario la destrucción del estado. El poder de la sociedad burguesa suprime el estado de naturaleza, creando así un medio de opresión y de dominación de la clase económicamente dominante. Esta clase posee los medios de producción, siendo la clase fundamental de la sociedad y es la que detenta el poder. En cambio el proletariado, clase débil de la sociedad pero que detenta la fuerza de trabajo, se encuentra bajo el dominio de la clase burguesa.

Weber: (Alemania 1864-1920)

El poder consiste en la probabilidad que tiene un hombre o una agrupación, de imponer su voluntad en una acción comunitaria. La aspiración a tener poder viene motivada por el honor social que este produce.

La forma en que se distribuye el honor social dentro de una comunidad hace surgir un orden social, relacionado con el orden jurídico y económico –forma de distribuir y utilizar los bienes y servicios económicos.

Weber distingue el poder político de las otras formas de poder – el ideológico y económico -, por el medio específico a través del cual es ejercido, es decir la coacción física legítima, la amenaza a ejercer coerción en caso de trasgresión al orden, a la norma o al mandato.

Cabe distinguir tres tipos de poder:

Poder político: quien lo detenta posee los medios de coacción física en forma legítima.

Poder económico: caracterizado por la posesión de bienes y riquezas.

Poder ideológico: basado sobre el control de los medios de persuasión, lo que permite actuar o influenciar sobre el pensamiento de los demás.

Como se puede apreciar, todas las ideas nos hablan del poder como la capacidad para actuar e influenciar sobre otros seres.

Intentando una definición del poder político, tomaremos como base la de Andre Hauriou,

"El poder es una energía de la voluntad que se manifiesta en quienes asumen la empresa del gobierno de un grupo humano y que les permite imponerse gracias al doble juego de la fuerza y la competencia",

añade además que, "cuando no está sostenido más que por la fuerza, tiene el carácter de poder de hecho y se convierte en poder de derecho por el consentimiento de los gobernados."

Aquí, cabe hacer una pausa para aclarar ciertas definiciones:

Competencia: aptitud para dar soluciones justas a los problemas que se plantean para la conducción del grupo.

Dominación: Se refiere a la aptitud o capacidad de coacción basada en la fuerza, y que es la otra parte intrínseca del poder.

En el ejercicio del poder, la competencia ocupa el primer puesto, y el segundo corresponde a la dominación.

Política: "Lo que se relaciona con los asuntos públicos" (Littré)

Política: "Conocimiento de todo lo que tiene relación con el arte de gobernar un Estado y dirigir sus relaciones con los otros Estados" (Robert)

Tipos de Poder.

Hechos los alcances de la página anterior, podemos ahora definir los tipos de Poder Político:

Poder de Hecho: En un sin número de situaciones a través de la historia de los pueblos, los gobiernos no siempre han sido producto de la aceptación de los gobernados. Cuando un grupo minoritario, se impone frente a los demás por su audacia, por su fuerza o por su organización, no estamos frente a un caso en el cual la autoridad se imponga por su competencia, sino por el contrario, por la voluntad de dominación del grupo que es el que se impone como autoridad. En estos casos es un Poder de Hecho o gobierno de Facto, este está basado en los actos propios de la dominación, actos de Fuerza.

Los gobiernos de Hecho se caracterizan por el predominio de la dominación sobre la competencia.

Poder de Derecho: Por el contrario, cuando los elementos propios de la dominación seden espacio a los de la competencia – que no es otra cosa, como hemos visto, que la capacidad de encontrar soluciones satisfactorias y justas para el grupo – en los gobernados existe la idea de aceptación del gobernante, entonces ya no es necesaria la fuerza para imponer la decisión o voluntad del gobernante, sino que lo que se impone es la autoridad previamente establecida y aceptada.

Los gobiernos de Derecho se caracterizan por el predominio de la competencia sobre la dominación.

Otro tipo de clasificación del poder político, se refiere a la naturaleza jurídica del grupo o la institución que detenta la titularidad del poder en un estado.

Así tenemos, Poder Civil y Poder Militar.

Poder Civil: Es aquel en donde el poder es ejercido por los civiles sin que la estructura militar se incorpore como estructura de gobierno. Si bien casi siempre existe una estructura militar, está institución como tal está sometida al poder civil. Los ejemplos se dan actualmente en todos los países de Sudamérica, en donde sus gobernantes son los representantes de la voluntad civil, y las organizaciones militares están a las ordenes de ese poder.

Poder Militar: En este caso la estructura del poder reposa en la institución y con las formas militares y hasta con sus propios procedimientos. Es el típico caso de los gobiernos golpistas de Sudamérica, de la década de los 70, Pinochet en Chile, Velasco en Perú, Videla en Argentina, etc, etc, pues es una lista sin fin.

En cuanto a la forma como quién detenta el poder entiende la posibilidad de dejarlo en algún momento, BURDEAU lo clasifica en:

Poder Abierto: "Es aquel que admite el pluralismo de las aspiraciones colectivas y se adapta constantemente a las modificaciones que se suscitan en los deseos de la colectividad." Este es el poder típico de una democracia, donde la crítica es tolerada, y la alternancia en el poder es la principal base de evitar el abuso, la corrupción y sometimiento de unos a otros.

Poder Cerrado: "es aquel que unas vez instaurado sobre la base de una representación de la sociedad, que es inmutable, se cristaliza, escapando "en adelante a toda revisión porque la forma en que se ejerce la potestad estatal hace que esta potestad sea monopolizada por la fuerza política que se erige en dueña del Estado." Este es el Poder típico de las dictaduras en todas sus formas, ya sean civiles o militares, en don de quienes detentan el poder harán todo lo que sea necesario para perpetuarse en él. Es el caso de Noriega en Panamá, Somosa en Nicaragua, Castro en Cuba y lo que intentaron hacer Fujimori con Montesinos en Perú.

En cuanto a su concentración el Poder se puede clasificar en:

Poder Centralizado: Es aquel en el que el Poder está monopolizado por una sola persona, la misma que, naturalmente delega alguna de sus funciones en otras personas ante la imposibilidad de realizarlas todas, pero el TITULAR del Poder es una sola. En la medida que lo desee o necesite variará su decisión sobre la delegación realizada.

Poder Descentralizado: Es aquel en el que el Poder se sustenta en autoridades de distinto origen, que responden a su propia base; que no dependen en cuanto a sus competencias, de lo que señale la autoridad central. Cada nivel de la autoridad, puede hacer u ordenar hacer una serie de cosas y tomar diversas decisiones y hacerlas cumplir con su propia fuerza en caso de incumplimiento. Al depender de distintas autoridades el poder central ejerce menos presión sobre los gobernados.

La Legitimidad.

La legitimidad, es uno de los componentes fundamentales del elemento competencia, que hace duradero a cualquier gobierno, o sistema de gobierno.

Para mejor comprender la idea, también aquí, citaremos las opiniones de algunos ilustres escritores:

Hobbes: El principio de legitimidad de la sociedad política es el consentimiento. Los hombres para salir del estado de guerra y encontrar la seguridad y la paz, se someten a la voluntad de otro hombre o de una asamblea. Es ese consentimiento o consenso lo que legitima el poder de ese monarca.

Locke: La legitimidad del poder está por el consenso de los miembros de la comunidad a someterse a ese poder; al ser el hombre libre por naturaleza no puede suponerse que se someta a ningún poder terrenal si no es por su propio consentimiento, el cual legitima y justifica el poder.

Rosseau: El hombre es libre solo cuando obedece a la ley que el mismo ha creado. El único modo que el ciudadano sea libre es dictando sus propias leyes. El poder político reside en la naturaleza general, la legitimidad se encuentra en el consenso de cada particular de someterse a esa voluntad general.

Maquiavelo: Un estado solo puede ser permanente si admite una cierta participación del pueblo en el gobierno y si el príncipe dirige los asuntos ordinarios del estado de acuerdo con la ley y respetando debidamente la propiedad y los derechos de los súbditos. El gobierno es más estable cuando participa en él la mayoría. La legitimidad se basa, en principio, en la fuerza; pero también es necesario que el príncipe no solo sea odiado sino que cuente con el afecto de la gente, y que se encuentre sometido a la ley.

Kelsen: Busca fundar todo poder en el intento de reducir la noción de estado a la de ordenamiento jurídico, por ello el poder último equivale al poder soberano de la tradición, sobre una norma superior que autoriza el poder, así éste es legítimo solo cuando es autorizado por una norma.

Marx: Ve como la justificación de un poder a las ideologías, cuya formación histórica depende de las condiciones materiales. Las ideologías vienen siempre después de la institución en la medida que se consideran como mistificadoras del dominio de clases.

Las ideas de la clase dominante son, las ideas dominantes, es decir, la clase que es la potencia material es al mismo tiempo su potencia espiritual.

La filosofía de la clase media era la justificación y la racionalización ideal del derecho de esta clase para explotar al trabajador, ya que racionalizó y santificó sus fines en nombre de los derechos del hombre.

Weber: La legitimidad es entendida como la justificación de estar investido de poderes de mando. El monopolio de la fuerza no es suficiente para caracterizar un poder como político, en la medida que también es necesario que el poder sea legitimado, reconocido válido bajo algún título.

Se trata de un orden que los sujetos se representan mentalmente como reglas que se deben observar. Esa representación descansa en el carisma, la tradición o la legalidad.

En cuanto a los escritores peruanos, debemos hacer mención a las referencias de Alberto Borea Odría, quien nos recuerda los planteamientos de Llerena y Ventura "el poder es legítimo, cuando es discernido de conformidad a los criterios admitidos como válidos por el grupo político sobre el cual se detenta ese poder". En otras palabras, la legitimidad depende del grupo de personas sobre las cuales se ejerce dicho poder. También nos ilustra con el pensamiento de Duverger, quien sostiene que "cada sociedad se forma ideas particulares sobre la naturaleza y las modalidades del poder y la obediencia ….Se puede definir la legitimidad como la cualidad que presenta un poder de ser conforme a la imagen del poder que se considera válida en la sociedad considerada."

Los tipos de Legitimidad.

El concepto de legitimidad esta referido al derecho a mandar y al deber de obedecer, y este hecho se produce en el momento mismo en que una persona asume esa posición- la de mandar- y por virtud de esa decisión los demás presumen que deben de obedecer.

Según Max weber, en el origen hay tres tipos de legitimidad:

Legitimidad Racional: Descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad.

Legitimidad Tradicional: "Descansa en la creencia cotidiana de la santidad de las tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa tradición para ejercer esa autoridad."

Legitimidad Carismática: Se obedece al caudillo calificado por razones de confianza personal.

En resumen, citaremos al autor peruano, quién sostiene que "la legitimidad es la creencia extendida y aceptada en la sociedad, del derecho o la razón que para mandar tiene un gobernante y que motiva principalmente la obediencia de los súbditos."

Desde este punto de vista, es parecer del Dr. Alberto Borea Odría, que la legitimidad se juzga fundamentalmente desde su origen. "La legitimidad implica un mínimo de consenso de los valores básicos. Es por eso que la legitimidad puede hallarse mucho más fácilmente en países con una tradición cultural homogénea o cercana a la homogeneidad".

La resistencia al poder; un elemento siempre presente en los seres humanos, y por ende en la sociedad; gracias a la legitimidad, se convierte en un fenómeno menor o casi nulo. El que manda no va ha ser contestado en su condición de gobernante.

La Pre-legitimidad:

"La legitimidad va precedida por un estado preparatorio que podemos llamar pre-legitimidad. La pre-legitimidad es la legitimidad en pañales".

Este es el momento del primer gobernante en el nuevo sistema, o de los primeros gobernantes. Durante todo este período el poder se apoya más en la fuerza que en el consentimiento. La convicción que los dirigidos tienen del derecho a mandar de los gobernantes no es completa. En este caso, "el principio de legitimidad. en lugar de sostener al poder, tienen necesidad de ser sostenido por él contra las oposiciones abiertas y ocultas con que tropieza ". Eso sucede en efecto. En la etapa de los primeros gobiernos de un nuevo sistema, muchos ciudadanos pueden resistirse a cumplir con las órdenes del gobernante, esta adhesión se producirá luego -en caso de asentarse dicho criterio- o dejará el sistema paso a otro mayor que cuente con un más extendido predicamento.

El gobierno pre-legítimo es, en consecuencia, un gobierno en el cual el poder es conferido y ejercido de acuerdo con reglas y principios que el pueblo no acepta todavía, pero que el gobierno respeta". Vale decir, hay una nueva lógica que quien manda sigue fielmente y de cuya bondad quiere convencer al resto de la sociedad para que ésta preste su aceptación.

La pre-legitimidad es un camino hacia la legitimidad. Hay una minoría que se esfuerza para plasmar desde el poder toda una concepción de las relaciones al interior del Estado y de vida en sociedad. Ese fin lo sigue con unas más o menos cierta fidelidad. El pueblo, aunque perciba fallas en la concreción, repara también que estas fallas no son atribuibles al sistema mismo, sino a la falencia humana.

La ilegitimidad, es por el contrario, la ausencia de justificación compartible por la comunidad. Puede ser que quien manda tenga la idea de lo que quiere y cómo lo quiere, pero la misma no prende en en quienes están llamados a obedecer, o peor aún, el pueblo la rechaza.

En este punto es conveniente distraernos un poco de la secuencia, para hacer notar el caso de los distintos golpes de estado en nuestro país.

En todos los casos lo común en las acciones de los golpistas, como se verá en el capítulo que hemos dedicado a ellos, fue el buscar la aceptación casi inmediata de los gobernados, para darle a su situación de gobiernos ilegítimos, un tránsito acelerado a la posición de pre-legítimos. De los últimos casos, está el de Velasco en 1968, da el golpe bajo pretexto de moralización del gobierno. En 1992, Fujimori para justificar su autogolpe, "disuelve" el Congreso de la República "por costoso, ineficiente y por estar alejado de la realidad del pueblo y dedicarse a discusiones infructuosas", planteamientos que se granjearon rápidas simpatías entre el pueblo.

El Consentimiento.

El otro componente del elemento competencia, sustento fundamental del poder, se puede decir que la contraparte de la legitimidad, es el Consentimiento.

Si bien hemos visto que la Legitimidad tiene que ver en mucho con la idea, o ideología que un pueblo o sociedad tienen de la forma en que se ha de ejercer el Poder, el Consentimiento, está más bien ligado a la actitud individual de cada uno, para aceptar dicho Poder, con la mínima resistencia.

Sostiene Karl Destch "…Los hábitos de obediencia son el socio invisible del gobierno, pero realizan más del 90 % del trabajo".

Como ya hemos visto, El Poder está siempre en manos de una minoría de individuos aislados o de pequeños grupos, pero siempre bien organizados.

Es por esta razón que se impone sin demasiadas dificultades, dado que el grueso de la población prestan una obediencia espontánea a sus decisiones. El Poder más fuerte se derrumbaría en unas cuantas horas y la policía y la justicia se paralizarían completa e instantáneamente si todos los súbditos se pusiesen de acuerdo para negarse simultáneamente a obedecer"

Es decir que si no hay un mínimo de aceptación el Poder cae, NO PUEDE mantenerse.

Como es una actitud individual de cada uno, se reconocen tres tipos bien definidos de Consentimiento:

Consentimiento Activo: Dado por el grupo de personas que están comprometidas con el Poder y que impulsan la obediencia a sus dictados, buscando influir en la población para que respalde al mismo.

Es el caso de aquellos funcionarios del gobierno y de quienes están cerca por interés, convicción, simpatía, etc. Se nota claramente entre los integrantes de los partidos de gobierno, activistas, medios de prensa comprometidos y otros similares en los gobiernos democráticos.

Consentimiento Pasivo o Presunto: Consiste en la "Conformidad forzosa que, con su inacción, otorgan prácticamente todas aquellas personas que en su fuero interno desean otras instituciones de gobierno, o que repudian a las concretas personas que en un determinado momento las rigen", pero que no hacen nada material ni expresan de forma activa ese repudio. Es también el caso de quienes no se preocupan por el Poder y sus decisiones, simplemente acatan porque "Tienen que acatar". Es el caso de la MAYORIA de la población.

Consentimiento Negativo: En este punto, Alberto Borea reconoce dos tipos de actitudes:

Primera: la de aquellos que tolerando el sistema, rechazan al gobernante en concreto o los actos o disposiciones que el gobernante toma. Son la Oposición en una democracia.

Segunda: la de aquellos que no solo no consienten al gobernante, sino que rechazan al sistema, y rechazaran a cualquiera que gobierne bajo dichos supuestos de legitimidad. Llamémoslos Rebeldes.

Finalmente, es preciso recopilar apuntes de Burdeau, quien nos aclara sobre la idea de que siendo el consentimiento una actitud individual de cada miembro de la sociedad, esto deviene en excepcional cuando no utópico, ya que estamos siempre condicionados por:

La Costumbre, es decir aceptamos el tipo de gobierno por que así ha sido desde……,

El simple temor al castigo, los que se opongan podrían ser considerados rebeldes por los gobernantes, o

Incapacidad para concebir otro sistema de gobierno distinto.

A todo esto hay que añadir, también del mismo autor, que en la actualidad las disciplinas gremiales, disciplinas partidistas y las disciplinas intelectuales creadas por los medios de propaganda y divulgación, utilizan procedimientos de persuasión destinados a situar al individuo de cierta manera frente al Poder.

Así tendremos que los sindicatos influyen en función a las mejores económicas y laborales que plantean obtener.

Los partidos encasillan a sus seguidores en función a los planteamientos y aspiraciones propias del partido.

Y la propaganda trabaja sobre la parte emocional y poco racional del individuo frente a la orquestación de las ideologías.

Decaimiento del Principio de Legitimidad.

La legitimidad nace como un pensamiento que se expresa y crece cuando esa idea se esparce y se acepta como válida en la sociedad, y cuando el conjunto de valores propuestos se considera como deseables para regir la vida de esa colectividad y para la organización de su sistema de poder.

Cuando hay correspondencia entre los valores planteados y la forma en que se conduce la sociedad, la legitimidad crece y se desarrolla.

Pero, por el contrario, si se produce un divorcio entre la idea que la sociedad reconoce como la deseable para su sistema de poder, y el sistema vigente, la legitimidad inicia su deterioro, y en la medida que, ese pensamiento inicial seda espacio ante la nueva idea de sistema político, devendrá el primero en ilegítimo.

Cuando una sociedad no encuentra competencia para la solución de los problemas colectivos, cuestiona si la persona que detenta el poder es la indicada para ejercerlo, en este caso, lo que se busca cambiar es al gobernante y no al sistema, así la legitimidad del sistema casi no sufre; pero cuando el cuestionamiento es en base a que si el sistema de gobierno es el adecuado, lo que se está socavando es la legitimidad del sistema mismo.

CONCLUSIONES.

De la investigación y las lecturas realizadas, el grupo ha llegado a las conclusiones siguientes:

El poder político, se basa en la sesión voluntaria de parte de la libertad que tienen los hombres, para poder convivir en forma pacífica y ordenada y buscar así el bienestar común.

Las distintas formas de poder, están fundamentadas en las creencias y/o sentimientos que en determinadas épocas o momentos de su vida, han experimentado y experimentan las sociedades.

La legitimidad es una idea o ideología que comparte una sociedad o gran parte de ella.

El consentimiento, es por el contrario, el sentimiento individual y particular de cada individuo de esa sociedad con respecto a quien detenta el poder o sus actitudes.

Uno de los grandes problemas para la duración de los gobiernos en Perú y Latinoamérica, es la falta de una tradición cultural homogénea, y la inexistencia de un consenso mínimo de valores básicos.

BIBLIOGRAFÍA

Borea Odría, Alberto.

"Los Elementos del estado Moderno" Tomo I

Editora Hochman Internacional S.A.

1994.

Derecho Constitucional e Instituciones Políticas. Barcelona, Editorial Ariel, 1980.

M. Duverger, "El Poder del Estado"

"Instituciones Políticas y Derecho Constitucional",

www.monografías.com/Origen y Fundamento del Poder/

Recopilación de Fernando Santiago

Naranjo Meza, Bladimir

Obras citadas por los autores consultados.

Max Weber, "Economia y Sociedad" Georges Burdeau, "Metodo de la Ciwencia Poolítica"

Llerena y Ventura, "El Orden Político"

Ferrero, Guglielmino. "El Poder" citado por A.Borea Odría pag.386

Deustch, Karl. "Política y Gobierno"

Zafra, José. "Poder y Poderes"

 

 

Autor:

Miguel Saravia

Partes: 1, 2
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