La expresión Educación Permanente, designa un proyecto global encaminado tanto a reestructurar el sistema educativo existente como a desarrollar todas las posibilidades de formación fuera del sistema educativo. En este proyecto, el hombre es el agente de su propia educación por medio de la interacción permanente de sus acciones y su reflexión lejos de limitarse al periodo de escolaridad, debe abarcar todas las dimensiones de la vida, todas las ramas del saber y todos los conocimientos prácticos que pueden adquirirse por todos los medios y contribuir a todas las formas de desarrollo de la personalidad. Los procesos educativos que siguen a lo largo de la vida, los niños, los jóvenes y los adultos, cualquiera que sea su forma, deben considerarse como un todo (UNESCO, 1976).
La política para la educación de adultos y la educación para toda la vida en México
Históricamente el estado mexicano ha manifestado su interés por brindar educación a las personas adultas, esto a través de campañas de alfabetización, por ejemplo, las organizadas por José Vasconcelos mientras fungía como rector de la Universidad Nacional y en la década de los cuarenta cuando a la par de una nueva campaña de combate al analfabetismo surgen iniciativas que ponen las bases formales para la institucionalización de la educación de adultos.
Ejemplo de esto es la creación de la Dirección General de Alfabetización y Educación Extraescolar además de la promulgación de la Ley de Alfabetización.
Bajo el amparo de esta ley, en el periodo comprendido entre la década de los años cincuenta y hasta la mitad de los setenta, se crearan los Centros de Educación Básica para Adultos (CEBAS) los cuales desarrollaran procesos educativos en la perspectiva de un enfoque educativo compensatorio o remedial (Pieck, 2005: 327) lo cual en cierta manera se correspondía con las orientaciones de las tres primeras conferencias internacionales sobre educación de adultos.
La política de la educación para toda la vida en la educación superior
En cumplimiento a un mandato de la Conferencia General en su vigésima novena reunión, la UNESCO organizó la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior que tuvo lugar en París, Francia del 5 al 9 de octubre de 1998, con la intencionalidad de aprobar un plan de acción mundial para una reforma de fondo de los sistemas de enseñanza superior.
La conferencia contó con la presencia de unos 4,200 participantes, de los cuales 130 eran ministros de educación, más de 500 rectores o representantes de universidades del mundo. También participaron cuatrocientos representantes estudiantiles así como numerosos profesores y especialistas en educación superior. De tal forma que, la Conferencia fue el más grande evento de fin de siglo en el campo de la educación superior a nivel internacional.
El éxito de la Conferencia estuvo respaldado por un largo proceso de preparación que tomó casi una década y por el hecho de que ésta fue precedida de una serie de conferencias preparatorias que tuvieron lugar en las diferentes regiones del mundo. Como resultado de los debates y reflexiones, se aprobó por consenso y de manera unánime una "Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción" y un "Marco de Acción prioritario para el Cambio y el Desarrollo de la Educación Superior".
4. FUENTE SOCIO-CULTURAL
Esta fuente aporta la información pertinente acerca del tipo de sociedad y del ideal de cultura para las cuales pretendemos formar a nuestros estudiantes. A partir de ella se pueden determinar los elementos conceptuales, procedimentales y actitudinales, necesarios para que el estudiante pueda incorporarse creativa y críticamente en la sociedad en que vive con la finalidad de mejorarla, enriquecerla o transformarla radicalmente. A partir de este componente del diseño curricular, se proyecta el formar a los estudiantes para que estén en condiciones de ser sujetos sociales emprendedores y responsables.
Considerando esta fuente, podemos informarnos respecto de las demandas que la sociedad le "realiza" a la educación formal y de las variables de tipo social y cultural que hay que tener presente y que son importantes en el momento de diseñar un plan o programa de estudios. Podemos decir que a partir de esta fuente "tomamos" contacto con la realidad sociocultural en la que se contextualizan los procesos escolares, como otras de las fuentes, ésta nos ayuda a resolver el problema de las finalidades educativas y que contenidos son los más adecuados a enseñar.
Algunos sociólogos consideran que el análisis de la sociedad concreta en la que se inserta la escuela, de su problemática, de sus necesidades y de sus particularidades, debe de constituir la fuente curricular más importante.
Reafirman la idea de que la escuela es la institución social propiamente facultada para contribuir a alcanzar las finalidades educativas, sin desconocer que existen otras instituciones que también contienen y desarrollan procesos educativos. Como lo plantea Casarini (1999, p. 42) a partir de las demandas sociales y culturales que se le realizan a la escuela, ésta contribuye a la socialización de los estudiantes al ser parte de la interiorización de las representaciones sociales conformadas históricamente. Ciertos autores, entre los que se encuentra César Coll (1987) consideran que en la actualidad esta fuente ha cobrado una importancia particular, debido a las sorprendentes transformaciones (de todo género) que las sociedades contemporáneas están viviendo y si la escuela no las atiende, estaría en riesgo de ocasionarse una ruptura entre las actividades escolares y las del mundo social.
Transformaciones que de manera general han propiciado que la sociedad actual pueda ser caracterizada como una sociedad del conocimiento, como una sociedad del aprendizaje, al demandar un aprendizaje permanente, un aprendizaje a lo largo de toda la vida. Ya en 1990 en la
Declaración Mundial Sobre Educación Para Todos "Satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje" se invitaba prestar atención al hecho de que:
El volumen mismo de información existente en el mundo mucha de ella útil para la supervivencia del hombre y para su bienestar elementales– es inmensamente mayor que el disponible hace solo pocos años y su ritmo de crecimiento continúa acelerándose parte de esa información sirve para adquirir conocimientos útiles con objeto de mejorar la calidad de vida, o aprender a aprender. Y cuando una información importante va asociada a ese otro avance moderno que es nuestra nueva capacidad de comunicación, se produce un efecto de sinergia.
Esta sinergia exige repensar la práctica de las instituciones escolares que tienen como eje central de su trabajo a la enseñanza y colocar al aprendizaje en su lugar, haciendo que en torno a él se estructuren las prácticas de la educación escolarizada de manera integral, tratando de formar con ello a las nuevas generaciones en el aprender a aprender.
Como se apuntaba en la introducción, bajo este mismo efecto podemos afirmar que la educación para las personas adultas dejó de ser pensada en los límites estrechos de la alfabetización. Articulada a la condición de marginación, la política educativa para los adultos tenía una disposición particularmente compensatoria, en nuestro país desde el proyecto educativo Vasconcelista iniciado en la década de lo años veinte del siglo pasado, este tipo de educación constituía una reivindicación del derecho a la educación.
Con la transformación del mundo del trabajo a partir de la introducción de nuevas formas de producción (basadas en el diseño y en la manufactura asistida por computadora, pero también en la introducción de formas diferentes a las ford-tayloristas para organizar el trabajo) y otras transformaciones sociales importantes como: las bajas tasas de natalidad en algunos estratos sociales y altas en otros, las nuevas tecnologías de la comunicación e información
(TIC), el abandono del Estado de Bienestar o Estado Social y su reemplazo por uno Neoliberal, el aumento de los procesos de migración; la información y el conocimiento se constituyen en un componente esencial en la vida del ser humano tanto a lo largo de su vida como en los diferentes espacios sociales de participación y creación.
Es necesario remarcar como este componente consustancial de la llamada sociedad del conocimiento o como también se le conoce sociedad de la información se expresa inevitablemente en el campo de la teoría y de la práctica educativa.
Nadie podrá negar que las transformaciones extensas en la economía, la tecnología, la política, la sociedad y la cultura instauran un contexto inédito en la historia de la humanidad, con problemas y desafíos totalmente novedosos y a los cuales la educación debe responder.
La Declaración Mundial Sobre Educación Para Todos "Satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje" ya había señalado, el primer desafío educativo en relación al desarrollo cognitivo de las personas, al reivindicar la noción de aprender a aprender. Es claro que en un mundo en el cual la generación y distribución de la información y del conocimiento tienen una importancia estratégica no es posible seguir pensando a la educación asociada a sólo algunas etapas de la vida
ni tampoco reducirla a la mera transmisión de información.
Por ello en el Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI de 1996, mejor conocido como Informe Delors o La educación encierra un tesoro, precisa los cuatro pilares sobre los que se basa la educación a lo largo de la vida o educación permanente, estos son:
• Aprender a conocer.
• Aprender a hacer.
• Aprender a vivir juntos.
• Aprender a ser.
La andragogía en el ámbito económico
Hasta aquí hemos señalado como, desde por lo menos, finales de la década de los años ochenta la articulación de la crisis estructural y el papel que la información y la comunicación empezaban a tener como factores esenciales de poder, permiten constatar la existencia de una sociedad del conocimiento o de la información como sustitución de la sociedad industrial.
Reemplazo en el que pronto se advirtió como el monopolio que la escuela había detentado desde el siglo XIX en la transmisión de la cultura se debilitaba, dando paso a procesos de adquisición de conocimientos y formación de valores y habilidades en lugares tales como: el hogar, el centro de trabajo, la vida social en general, perturbando con ello el trabajo de las instituciones escolares y de los maestros.
Este hecho propicio que se perfilara con mucha nitidez un nicho educativo para un segmento de la población que por su edad era poco importante en una sociedad industrial pero que en una sociedad del conocimiento adquiría una relevancia significativa: la población adulta alfabetizada que ya no participa de los procesos educativos formales.
Recordemos que en este contexto la educación de adultos deja de tener un sentido compensatorio para instituirse en un nicho del mercado que tiene como finalidad el facilitar el poder acceder a un puesto de trabajo y permitir la estabilidad laboral.
La andragogía en el ámbito laboral
La preeminencia que las empresas tienen en la sociedad del conocimiento, posibilita pensar a los procesos educativos como procesos de cualificación o capacitación. Las personas en aras de ingresar y lograr una permanencia estable en sus lugares de trabajo, estarían interesadas en desarrollar las capacidades indispensables para ello, inclusive el costo que implicara esa capacitación seria asumido por estas ya que ello les permite ser considerados como "aptos" y "competentes" en el mercado laboral, costo que es valorado no como un gasto sino una inversión.
Por ello, las personas (pero también las empresas) que desean lograr estándares altos de competitividad, buscan los caminos para adquirir la información y el conocimiento pertinente para subsistir en una sociedad en constante transformación y con necesidades tecnológicas notables. Esto explica la sobreabundante oferta de procesos educativos orientados a la capacitación o actualización y que asumen la modalidad de: cursos, seminarios, talleres, diplomados, especializaciones y congresos.
La andragogía, considera estas tendencias y ve a las TIC como un recurso didáctico esencial en los procesos educativos. La utilización de estos recursos se "ajusta" al intenso ritmo de vida de las personas que por lo regular tienen (debido a sus múltiples ocupaciones) escaso tiempo para asistir a un centro educativo formal-tradicional. Los espacios educativos que utilizan las TIC (llamados virtuales) superan la necesaria sincronía que debe de existir entre tiempo y espacio en los procesos de enseñanza-aprendizaje tradicionales.
La andragogía en el ámbito social
Ya se había señalado que dos de los procesos más importantes en las transformaciones sociales actuales es la gestación y consolidación de formas nuevas de segmentación y diferenciación social. La característica común de estos nuevos tipos de diferenciación es que se fundamentan tanto en factores naturales, (rasgos fenotípicos, la inteligencia o la pertenencia a una etnia) como en factores culturales decisivos en la adscripción a grupos u organizaciones sociales, políticas o culturales (religión, idioma, posturas políticas).
Ante esta problemática, es necesario desde la andragogía, reivindicar la democratización del acceso y permanencia a los espacios y procesos educativos en los que se genera y distribuye el conocimiento y la información más significativa, manteniendo un alto nivel de confianza en la potencialidad que tienen todos los seres humanos de aprender sin importar su edad. Planteamiento que la andragogía sostiene e interviene para que se puedan concretar dos derechos sociales fundamentales:
1. El derecho a la educación
2. El derecho de acceso a la información
Derechos que permiten el acceso a las producciones simbólicas en sus distintas expresiones así como la posibilidad de apropiación del conjunto de bienes culturales y académicos que permiten a los seres humanos adquirir el material simbólico imprescindible para participar creativa y responsablemente en la sociedad en que viven; lo que además, ayudará a que la totalidad de los derechos tanto humanos como sociales puedan ser disfrutados plena y personalmente
• Las habilidades necesarias para las relaciones interpersonales.
• El saber-hacer necesario para trabajar con las TIC.
Es claro que los modelos educativos tradicionales no tienen como finalidad desarrollar en los estudiantes procedimientos, conocimientos y valores necesarios para poder vivir plena y satisfactoriamente en la sociedad del conocimiento y de la información. Un trabajo andragógico, debe alejarse de las lecciones tradicionales, de la lectura y discusión de textos, de la simple transmisión de contenidos. La andragogía tiene como preocupación central el formar sujetos que sepan y puedan tomar decisiones, procedan teniendo como sustento el conocimiento y la información, desarrollando con ello soluciones creativas a problemas reales.
5. FUENTE PSICOPEDAGÓGICA
Esta fuente reconoce la importancia que para la pedagogía tiene conocer las características psicológicas concretas de los estudiantes a fin de diseñar con un mejor fundamento una propuesta curricular. La psicopedagogía nos proporciona información respecto a la fase evolutiva en la que se encuentran los estudiantes y sus posibilidades de aprender, pudiendo conocer de antemano aquello que los educandos son capaces de hacer y aprender en una determinada etapa o ciclo. Esto posibilita articular de la mejor manera el currículo a esas capacidades y posibilidades.
También, el conocimiento de cómo aprenden los educandos ayuda a fundamentar las estrategias de intervención que se tienen que desarrollar para poder generar procesos de aprendizaje y lo constituye la didáctica, comprendida como una disciplina del campo educativo que tiene como objeto de trabajo, brindar pautas, normas, orientaciones y sugerir instrumentos para articular dos procesos con esencias diferentes: la enseñanza y el aprendizaje. Procesos distintos, cada uno con su lógica, con diferentes exigencias de disposición, un modo de desarrollo propio y dificultades de realización distintas. Por ello la finalidad de la didáctica es proponer orientaciones acerca de cómo relacionar esos ámbitos para tener mejores procesos educativos.
En la educación para adultos, el no reconocer la importancia de esta fuente y el no fundamentar y diseñar propuestas educativas para la población en edad adulta a partir de la información que se pueda obtener de ella, origina que cuando un adulto participa en procesos educativos no andragógicos, este encuentre que esos procesos "no son exactamente lo que necesita o lo que desea, no corresponden a sus problemas inmediatos; ni los métodos de trabajo ni los contenidos ni los modos de evaluación le complacen" (Marín, 1977: 90)
Tomando como fundamento la teoría e investigación psicológica y pedagógica, disponible y actualizada, es imposible negar que existen evidencias que permiten establecer algunos aspectos del carácter específico de la educación destinada a los adultos como un tipo de educación propia que se diferencía de la que se realiza en los centros escolares para niños y adolescentes. De ahí la existencia de la andragogía como teoría pedagógica que fundamenta e interviene en los procesos educativos destinados a los adultos.
El conocer y analizar a las personas adultas desde una perspectiva psicológica, posibilita reconocer las particularidades del adulto como educando, como agente de aprendizaje y con ello, la función que ejercen en los procesos educativos.
La andragogía asume que el trabajo de educar difiere si los estudiantes son niños y adolescentes o personas en la edad adulta. Acepta que el considerar a la adultez como una etapa particular del desarrollo del ser humano, le faculta a especificar algunas de las características que necesariamente influirán en las prácticas educativas de los adultos.
Esto no siempre fue así, pero en la actualidad dentro del campo de la psicología tiene validez la tendencia teórica denominada del Ciclo vital (Baltes, 1991), para la cual el desarrollo del ser humano no se circunscribe a las transformaciones biológicas acontecidas en la infancia y en la adolescencia.
Por el contrario, considera al desarrollo como un proceso complejo y pleno de transformaciones que se originan durante el transcurso de la vida, influyendo en todas las dimensiones de los sujetos: biológica, psicológica, social y cultural.
La edad adulta obtiene existencia e identidad propia, es una etapa más de la vida en la que se promueven transformaciones importantes en el desarrollo, tesis que hasta hace no mucho tiempo no era ni siquiera pensada, la edad adulta se pensaba (y vivía) como el final no de un proceso de desarrollo, sino de crecimiento, siendo por lo tanto una etapa de estabilidad, cuando no de deterioro, y en la cual ya no se producía ninguna transformación psicológica importante.
En esta consideración y en relación a la educación, exclusivamente la niñez y la adolescencia eran las etapas formativas por excelencia, al ser ellas las únicas en las que era posible aprender, debido a las trasformaciones que el sujeto vive y las cuales pueden ser potencializadas por la educación. En la adultez ya no era importante la educación, porque al no haber transformación alguna no existía la posibilidad de aprender cosas nuevas.
La perspectiva teórica del Ciclo vital acepta la existencia de una psicología específica de las personas en edad adulta, admitiendo un verdadero proceso de desarrollo en el que la adultez es una etapa en la que ocurren transformaciones psicológicas significativas, y aunque no exista crecimiento, existe el desarrollo y por lo tanto el aprendizaje, el cual puede ser potencializado por la educación.
Una primera consideración en esta psicología de la adultez es el significado mismo del término adulto que tiene una condición social importante, en esta etapa los elementos socioculturales condicionan en cierta medida el proceso de desarrollo mismo, así como la manera en que los adultos son vistos y apreciados en la sociedad.
Al contrario de lo que ocurre en la infancia y en la adolescencia en donde los condicionantes biológicos del desarrollo son muy claros (Blanco Abarca, 1991: 202) la adultez en mucho esta condicionada por:
• Acontecimientos sociales (por ejemplo se llega a ser legalmente adulto, se alcanza la condición de ciudadano, se da el matrimonio).
• Por los roles que se asumen (trabajo, maternidad/paternidad, cuidado y educación de los hijos, atención del hogar, adquisición de responsabilidades cívico-políticas).
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Autor:
Willy Roger
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