PROCESO DE CREACIÓN DEL GRUPO Y DESARROLLO DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA
El Proyecto CADS/Araucaria posee varias unidades de atención, lo que facilitó, por medio de visitas, el conocimiento de las acciones de salud desarrolladas. En cada centro de salud visitado se preguntó al profesional de enfermería responsable, la existencia de programas de salud relacionados con el adulto, sobre las características de la población objeto, las necesidades de la unidad y el interés en un proyecto educativo.
Al tener en cuenta la amplitud del área que conforma la Gran Curitiba y los escasos recursos de orden económico, fue necesario limitar el área de investigación. Por tanto, se seleccionó una unidad de salud específica para el desarrollo de este estudio.
Vale destacar que antes de iniciar el trabajo, se presentó la propuesta y los objetivos del estudio a los hipertensos, y se solicitó a los que deseaban ser entrevistados que se dirigieran a una sala previamente seleccionada. También se informaba que los que no deseaban participar se les atendería según lo establecido rutinariamente, sin sufrir ningún perjuicio, y que podían frecuentar las reuniones del grupo cuando quisieran.
Esta primera etapa permitió mayor interacción con el hipertenso, preguntándole su día a día y cómo se estaba cuidando, con cuáles estrategias y cuáles eran las dificultades que encontraba para realizar su cuidado.
La entrevista tenía preguntas abiertas y cerradas; las abiertas se referían a los datos sociodemográficos y las cerradas al autocuidado. Los datos obtenidos en esta entrevista permitieron la formación del grupo de convivencia, que se presenta a continuación.
A los pacientes se les preguntó durante la entrevista sobre la posibilidad de asistir a un grupo de convivencia; respondieron 32% que no podían participar por vivir lejos, o trabajar, o no disponer de tiempo libre. Sin embargo, 68% contestaron estar interesados, porque consideraban importante intercambiar conocimientos sobre la enfermedad. Esto se debió a que casi todos eran jubilados, no estaban comprometidos con sus horarios y tenían facilidad para desplazarse al puesto de salud para participar de las reuniones. Las reuniones se realizarían siempre los viernes de las 9 a las 10, completándose 5 reuniones entre septiembre y noviembre.
De acuerdo con Zimmermand10, el ser humano es social, sólo existe y subsiste en función de sus interrelaciones grupales. Desde el nacimiento, participa de diferentes grupos, en una constante dialéctica que tiene que ver con la búsqueda de su identidad individual y con la necesidad de una identidad social y de grupo.
Con base en esa premisa, a los adultos hipertensos se aplicó un formulario de entrevistas durante las consultas de enfermería, para definir paralelamente el cronograma y el sitio donde se realizaría el trabajo, y se optó por horas en una sala de preconsulta, que permitía hacer una consulta sin prisa, sin interrupciones y sin aglomeración.
El diálogo surgía durante el proceso interactivo, se conversaba con el hipertenso, se le preguntaba sobre su día a día, cómo se cuidaba, qué métodos seguía y qué problemas tenía para aplicarlos. Con este enfoque se buscaba el intercambio mutuo de conocimientos por medio de las orientaciones, siendo una constante las preguntas sobre la posibilidad de realizar determinado tipo de cuidado; si no lo hacía se buscaba saber porqué y qué modificaciones proponía. Muchos pacientes también contaban sus temores en relación con las complicaciones; en ese momento se aclaraba el porqué de la frecuencia y la importancia del autocuidado como manera de prevenirlas. Además, otros compartían las maneras propias de cuidarse y el efecto que tenían en su presión, enriqueciendo así el proceso interactivo; en las reuniones siguientes se preguntaba sobre la efectividad de las orientaciones y se daban nuevas sugerencias si era necesario.
Cuando respondían positivamente a la invitación para participar del grupo de convivencia de hipertensos, se invitaban a participar de las reuniones que al principio se realizarían todos los viernes una hora, excepto los días de fiesta, o los dedicados a otras actividades. Se informó también que se podrían presentar cambios en caso de otro horario más viable para ellos; además, las reuniones se informarían por medio de invitaciones escritas, que se entregarían en la consulta, y carteles de aviso puestos en las salas de espera de la unidad.
Las reuniones se realizaron en una sala específica, con poca ventilación y sin infraestructura para las reuniones; sin embargo, por estar disponible, se aceptó como única opción para el trabajo. Con el fin de volverla más agradable y menos formal, los asientos se colocaron en círculo durante las reuniones.
Tratando de volver más agradable cada una de las reuniones, se elaboró una planeación flexible, que ofrecía una orientación sobre el funcionamiento del grupo, sobre las reuniones y otros datos relacionados con actividades o asuntos sugeridos por el grupo.
Se destaca que el grupo estuvo compuesto por los adultos invitados durante las consultas, así como por aquellos que venían ese día para controlar su presión arterial y tenían intéres en participar del grupo; es decir, había participantes fijos y otros esporádicos.
Las reuniones se iniciaban con la presentación personal de la becaria o del investigador del proyecto, y en seguida se estimulaba a cada integrante para que se presentara ante los asistentes. Luego se hacían preguntas sobre el problema de la hipertensión, con respecto a la autopercepción y el autocuidado. Con las discusiones surgían otros temas y el intercambio de experiencias era efectivo, pues había momentos en los que las orientaciones y aclaraciones permitían un conocimiento mejor de la enfermedad. Para esta actividad se utilizó la exposición con diálogo y el uso de cartulinas con dibujos explicativos. Al terminar la reunión, se decidían juntos cuáles asuntos se discutirían en la próxima reunión. Si faltaba alguno de los asistentes, se hacía visita domiciliaria a los que vivían en sitios cercanos a la unidad, a fin de estimular su regreso, lo que permitía establecer relación e interación mayores.
Mailhiot11 refiere que la participación del individuo en la formación de la dinámica de grupos le proporciona ayuda porque lo descentra de sí mismo y lo sitúa en relación con el otro, lo libera de las fijaciones o de su egocentrismo, y lo prepara en el aprendizaje del alocentrismo, donde cada integrante se compromete personalmente en la experiencia de grupo de acuerdo con su ritmo, y puede desarrollar una actitud atenta para sí y para los demás y una postura más flexible en relación con el mundo.
Se adoptó la metodología problematizadora para trabajar los contenidos, discutir y profundizar las temas que surgieron en las reuniones.
De las 38 referencias la más común fue estrés/preocupación. La familia, la situación económica, la falta de trabajo remunerado se señalaron como principales estresores. Para Lipp y Rocha12 el estrés se caracteriza como una tentativa de adaptación de cada persona a los sucesos que la confunden, la atemorizan o la emocionan profundamente; cuando es intenso y prolongado, provoca modificación de los límites normales, los considera más altos e interfiere en la percepción de reducción de su valor, pues el organismo no lo reconocería como erróneo sino normal. Son capaces de actuar sobre el sistema simpático y provocan liberación de sustancias que obran sobre órganos específicos y aumentan la presión sanguínea13.
El exceso de peso se puede relacionar con poca práctica de ejercicios, ambos citados como segunda dificultad. Muchos refieren tener pereza, falta de tiempo, pérdida de interés para realizarlo. Estos datos no sorprenden si se tienen en encuenta el ajetreo diario, el deseo de descansar y la ociosidad. Sin embargo, según Pianzola et al.14 las actividades físicas regulares y constantes contribuyen en el descenso de la presión arterial, al producir efecto psicológico positivo, atmósfera relajante y contribuir a la pérdida de peso. Furtado15 comenta que observó que «la pérdida de 1 kg de peso puede llevar a una disminución de 1 mm Hg en la presión arterial media,» así como también en la reducción de otros factores como la hiperlipidemia y la acumulación de líquidos.
La dieta hiposódica fue el tercer obstáculo, pues tenía la consecuencia de percibir la alimentación como poco sabrosa o con mal sabor. El carácter de las comidas se relaciona con la costumbre y la cultura de cada uno. La sal aumenta la presión arterial al obrar sobre los riñones, produce retención de líquidos, aumenta el volumen de los fluidos corporales, y conduce a una actividad excesiva del sistema nervioso porque sube su sensibilidad a la hormona noradrenalina12.
Al preguntar si utilizaban alguna terapia alternativa para bajar la presión arterial, 44% informaron el uso de bebidas aromáticas como cidrón, limoncillo, camomila, sidra, y el empleo del ajo. Esta cifra es significativa porque la refieren casi 50% de los hipertensos. El uso de hierbas caseras se basa en la cultura que pasan otras personas, además de ser fáciles de adquirir, baratas y apreciables; posiblemente por este motivo tengan gran aceptación.
Entre las dificultades encontradas por los investigadores para constituir un grupo fijo de hipertensos se puede citar el largo período existente entre las reuniones, la presencia de días festivos, el compromiso de actividades extras que dificultan la presencia de los investigadores en el campo, la existencia de pacientes poco participativos, y la falta de un sitio específico para reuniones, entre otros y la interrupción del trabajo debido a las vacaciones de los motoristas que transportaban el equipo de Curitiba a Araucaria.
Se sabe que las dificultades existen como en cualquier otra actividad; pero las mayores se relacionaban con la programación de las reuniones que casi no coincidían con las posibilidades del servicio y de la escuela; otro factor fue la falta de un trabajo multiprofesional, además de la comunicación inicial de la escuela con el servicio, lo que se superó de manera gradual con el desarrollo de las actividades.
Entre los temas discutidos en el grupo se destacan los factores que influyen en el aumento de la presión arterial, como fumar, el nerviosismo, la preocupación con la familia, la falta de dinero; además del uso correcto de los medicamentos, la alimentación saludable, el control periódico de la presión, la falta de trabajo remunerado y la falta de valorización por la sociedad de los que saben un oficio; las dificultades actuales en desarrollar relaciones interpersonales, consecuencia del capitalismo individual, resulta en la soledad, entre otros.
Características de los pacientes. Se realizaron 25 entrevistas en el período correspondiente a la recolección de datos. La frecuencia de personas hipertensas es mayor en el grupo de 41-60 años de edad (48%) con predominio de mujeres (28%); luego siguen los de más de 60 años (36%) con predominio de hombres (28%). Esto es contrario a la afirmación del Ministerio de Salud6 que hay más hombres hipertensos en el grupo inferior a los 40 años, pues en el sexo femenino el predominio está en la faja superior a los 40 años.
Con respecto a la ocupación, 44% de los entrevistados son jubilados, 20% están en el hogar y 46% mencionan profesiones diversas como costurera, agricultor, celador, mecánico, tapicero. El tipo de trabajo es un factor ambiental que influye la aparición de la hipertensión.
Según el Ministerio de Salud6, el calor excesivo, ruidos, vibración, tensión, exigencias y el estrés pueden llevar a un aumento de la presión arterial. Campos16 explica que «estímulos excesivos provenientes de dentro o de afuera del individuo determinan la respuesta exagerada del sistema cardiovascular y producen alteraciones en la estructura de los presorreceptores y de las paredes arteriolares.»
De los hipertensos entrevistados, 56% manifestaron haber tenido conocimiento de la enfermedad hace más o menos 5 años, y 24% entre 5 y 10 años. La presencia de otra enfermedad ocurrió en 32% de los entrevistados, pues citaron «problema del corazón,» «cálculos en los riñones,» «reumatismo,» «infección en los pulmones,» «nerviosismo,» y «jaqueca.» Se observa que las enfermedades preexistentes ocurren en 10% de los hipertensos, y producen la llamada hipertensión secundaria. Las enfermedades vasculares, cardíacas o renales establecen, por medio de sus cuadros clínicos, alteraciones de la presión arterial, y llevan a su aumento7,8,16.
La mayoría de los entrevistados, cerca de 60%, señaló que sus padres sufrían de hipertensión arterial (50%) como también sus hijos (28%). Esta información confirma lo encontrado en la literatura sobre el papel de la herencia como influencia en la manifestación de la hipertensión. Según Lipp y Rocha12, «más de 70% de las personas que tienen presión alta vienen de familias hipertensas,» lo cual no quiere decir que obligatoriamente un padre hipertenso tendrá un hijo hipertenso, porque otros factores ambientales y constitucionales contribuyen para su aparición. Willians8 informa que la causa la puede determinar una herencia multifactorial, o por diferentes efectos genéticos con expresiones fenotípicas propias que resultan en aumento de la presión.
Al determinar el lugar de residencia de los hipertensos se confirmó que 60% viven en regiones por fuera del área que abarca la unidad de salud; sin embargo, 68% de ellos realizaron el control de la presión arterial en la unidad. Como razones que influyen a buscar el servicio están: la facilidad de transporte, la falta de consultas en las unidades próximas a sus casas y la localización de la unidad.
Datos relacionados con el autocuidado. Cuando se preguntó acerca del uso de medicamentos para controlar la presión arterial, 80% mencionaron que utilizaban hipotensores todos los días y 8% comentaron este uso sólo si presentaban algún síntoma de aumento de la presión, como lipotimia y dolor de cabeza intenso en la región occipital. Se sabe que en estudios relacionados con la adherencia a la terapeútica de medicamentos es extremadamente baja, como informa Furtado15. En su estudio analiza la terapéutica sin medicamentos de la hipertensión y comenta diversos aspectos. De acuerdo con Lipp y Rocha13 el descanso se justifica por la negligencia u olvido del uso de medicamentos (que en forma gratuita ofrece la unidad de salud), y compromete así el éxito del tratamiento.
Los valores mayores de la presión diastólica, relacionada con la presión de la sangre en movimiento durante el relajamiento ventricular, se encuentra por encima de 80 mm Hg. Eso demuestra que 40% de la población hipertensa atendida posee, de acuerdo con Willians8 y con la OMS/SIH6, hipertensión leve o moderada y 36% hipertensión grave, lo que enfatiza la necesidad de modificar hábitos a fin de prevenir problemas.
Para evaluar la presión arterial la frecuencia más común fue cuatro veces al mes (56%). En la literatura consultada no se encontró referencia sobre el intervalo necesario para su comprobación. Se hace necesario recordar que el control de la presión no está solamente en su medida, sino que abarca cambios de hábitos tanto de quien sufre la hipertensión como de las personas con las que convive pues ellas son importantes para estimular el autocuidado del enfermo7,9,13,15.
CONCLUSIONES
La formación de un grupo de convivencia de hipertensos a pesar de las dificultades vistas fue bastante positiva tanto para los investigadores como para la comunidad. Se comprobó que en la medida en que se comparten el saber y la vivencia, se propicia un crecimiento mutuo en el paciente y en los demás, a partir de las experiencias diarias.
Respetar los valores y autoestima del hipertenso, demostrar interés por su cuidado, discutir sobre nuevas orientaciones, fueron pasos que permitieron la interacción en un contexto de confianza y libertad de expresión no sólo individual sino en conjunto. El grupo formado por hipertensos, a pesar de no constituirse de manera estable, mostró que cada uno de los miembros está abierto a compartir experiencias con los demás, lo que contribuye en el cuidado del otro.
Vivir este estudio en una unidad de salud proporcionó reflexión sobre el papel de las enfermeras en la promoción de la salud. No basta apenas cumplir lo que el programa de salud ofrece; es necesario actuar en la realidad de la población atendida y buscar la creación de estrategias que consideren sus necesidades reales. Igual importancia tienen la cooperación del equipo de enfermería en la ejecución de la asistencia propuesta.
Se destaca que este trabajo es un marco inicial que servirá de base a otros, donde la consulta de enfermería y la formación de grupos de convivencia son importantes para valorar lo vivido por cada uno, y donde se incluyen también el conocimiento y el cómo ayudar a convivir con problemas crónico-degenerativos. Otra contribución importante de los grupos de convivencia es la aproximación del servicio al usuario de salud.
La experiencia fue interesante tanto en el proceso de enseñar y aprender como por la convivencia con personas sencillas, sobre todo como experiencia de vida, para construir el conocimiento día a día, lo que reforzó la importancia del aspecto académico para discutir y edificar propuestas en relación con cuestiones de salud junto con las personas interesadas.
SUMMARY: This paper reports the experience of a process for forming an intercourse hypertensive group in a city of the metropolitan region of Curitiba, Brazil. Its main purpose was to develop an educative practice based on self-care. Descriptions of several factors of the process, pointing out facilities and difficulties which emerged during the course, are given.
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Ymiracy N. de S. Polak, Enf., Ph.D.1, Maria de Fátima Mantovani, Enf.2, Dilma Regina G. Kalegari, Enf.3, Maria Aparecida Thiengo, Enf.41. Profesora Titular, Livre Docente del Departamento de Enfermería, Universidad Federal del Paraná (UFPR), Brasil. Coordinadora del Grupo de Estudios Multiprofesional en Salud del Adulto (GEMSA). 2. Profesora Auxiliar III, Departamento de Enfermería de la Universidad Federal del Paraná, Brasil. 3. Profesora, Departamento de Estadística, Universidad Federal del Paraná, Brasil. 4. Estudiante de Enfermería. Becaria Universidad Federal del Paraná, Brasil.
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