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Práctica educativa en un grupo de hipertensos

Partes: 1, 2

    Publicación original: Colombia Médica, 1997; 28: 130-135-ISSN 1657-9534, Reproducción autorizada por: Corporación Editora Médica del Valle, Universidad del Valle, Cali, Colombia

    Las autoras amablemente dieron permiso a Marlene Montes V., Enf., Ph.D., Profesora Emérita, Escuela de Enfermería, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali, para hacer esta traducción a fin de publicar el trabajo en Colombia Médica.

    RESUMEN

    Este estudio se caracteriza como relato de experiencia del proceso de formación de un grupo de convivencia con pacientes hipertensos en una ciudad de la región metropolitana de Curitiba, Brasil, que tuvo como objetivo desarrollar una práctica educativa centrada en el autocuidado. Se presenta una descripción del proceso que incluye las facilidades y dificultades vividas en él.

    Palabras claves: Hipertensión. Grupo de convivencia. Educación en salud.

    ******* El conocimiento de las necesidades y expectativas en una población, así como su perfil de salud, son requisitos necesarios para planear las acciones en salud y educación.

    A partir de esta premisa, el Grupo de Estudios Multiprofesional en Salud del Adulto (GEMSA), realizó un estudio sobre la demanda de los servicios de salud para la población adulta de Araucaria, donde tuvo en cuenta la identificación del problema de salud de mayor incidencia, y la creación de un grupo de convivencia de acuerdo con los resultados que se ofrecen en este estudio.

    Araucaria es una ciudad de la región metropolitana de Curitiba. Se localiza en las riberas del río Iguazú, atravesada por la vía BR 476 y está a 20 km del centro de Curitiba. Araucaria es una ciudad agroindustrial con una población de 70,062 habitantes, ubicada en el empalme que une la capital y la región oeste del Estado de Paraná. Es una ciudad rica, expuesta a los riesgos de las ciudades industriales, como contaminación, violencia, sobrepoblación, falta de saneamiento básico, estrés, intoxicaciones, además de los problemas oriundos del medio rural. Así, esta región vive con una incidencia simultánea en una misma población de enfermedades varias que se asocian con las condiciones de la modernidad y el atraso. Esto hace que cada individuo sea con frecuencia portador de distintas dolencias, cuyo efecto de interacción se desconoce.

    Esta realidad, según las autoras, produce grandes presiones en los servicios de salud, que tienen déficit técnico y material en relación con los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, aumentado además por la atención de situaciones que emergen del medio social y falta de adecuadas metodologías de trabajo.

    El papel de la educación se revela como un continuo contribuir del saber, que tiene su origen a partir de las relaciones entre los individuos y de la dinámica del proceso de vida1.

    Para el desarrollo de una práctica educativa es necesario reconocer que cada individuo tiene opiniones, valores y creencias adquiridas en su ambiente social.

    Educar también se puede ver como un proceso de elaboración del conocimiento, sujeto a las acciones del hombre: aprender, comprender y transformarse a sí mismo y a la realidad que lo rodea. En este intercambio el profesional de enfermería, junto con el usuario de los servicios de salud, no sólo desarrolla conductas que potencializan la salud2, sino que contribuyen también a la formación de un ciudadano responsable y de un trabajador productivo.

    La idea de trabajar el puente educación-salud en el desarrollo de habilidades para abordar las cuestiones de salud del paciente hipertenso, surgió del intento por alcanzar los objetivos propuestos por el GEMSA en su proyecto «Salud y calidad de vida del adulto,» que tiene como finalidad identificar las principales necesidades de salud de la población adulta de la Gran Curitiba, de la que Araucaria forma parte, y desarrollar y planear acciones asistenciales y educativas con base en las necesidades identificadas.

    Seleccionar este tema surgió de una investigación que se hizo antes, orientada con la identificación de la demanda principal de los servicios de salud para la población adulta de Araucaria. La escogencia de esa población resultó de la articulación del grupo establecida con el proyecto de Extensión Universitaria Area Articulación Docencia/Servicio con el municipio de Araucaria (CADS/Araucaria).

    La realización de este estudio se orientó en buscar respuestas a dos preguntas básicas, así:

    • Cómo se brinda la asistencia al hipertenso que busca el servicio de salud;
    • Cómo participa el hipertenso en su autocuidado.

    Para tener posibles respuestas a estas preguntas se creó un grupo de convivencia de hipertensos, donde los pacientes fueron atendidos por la enfermera a nivel individual y de grupo, a partir de reuniones que tenían el objetivo de propiciar el proceso de conocimiento y aprendizaje a través de vivencias propias, de la realización de su autocuidado y de compartir experiencias. Gayotto et al.3 comentan que «al convivir en el grupo, las personas van interiorizando formas de pensar, de actuar y de sentir de los compañeros, y cómo esos aspectos se articulan a su propia manera de ser.»

    Ese proceso se caracteriza como educación en salud donde el hipertenso tiene papel central y expresivo, y desarrolla un conocimiento que realiza en equipo con otros elementos. Para L'Abbate et al.4, la educación en salud se entiende como campo privilegiado de las relaciones interpersonales y sociales a través de las que se efectúan las prácticas de salud en las instituciones que tienen esta finalidad.

    De acuerdo con lo anterior, el presente estudio tuvo el propósito de desarrollar una propuesta educativa orientada a la promoción de la salud con los hipertensos atendidos en el Centro de Salud de Araucaria; describir el perfil de los hipertensos; asistir el individuo hipertenso durante la consulta de enfermería de acuerdo con las necesidades presentadas por el grupo y promover reuniones periódicas con el grupo de hipertensos, de acuerdo con su disponibilidad.

    La hipertensión arterial se clasifica como una enfermedad crónico-degenerativa que ataca a millones de personas en todo el mundo. Según Brunner y Suddarth5, puede surgir abruptamente y con rápida evolución, afectar la salud del portador.

    Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud y de la Sociedad Internacional de Hipertensión6, muestran que «en la mayoría de los países, 15% a 20% de los adultos presentan presión arterial elevada, y cerca de dos tercios de ellos tienen alza leve de la presión arterial.» Este valor es bastante significativo para que los servicios de salud hayan identificado el alto riesgo del hipertenso en desarrollar enfermedades cardiovasculares, manifestadas de las más diversas formas. «Es la causa más prevalente de accidentes cerebrovasculares debido a hemorragia intracelular y de insuficiencia cardíaca congestiva; y también precursor frecuente de la enfermedad de las arterias coronarias e insuficiencia renal.»7

    Al llamar la atención sobre este hecho, Willians8 informa que 30% de los hipertensos que dejaron el tratamiento de 7 a 10 años pueden tener complicaciones arterioescleróticas y 50% presentarán lesiones terminales de órganos como insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), accidente cerebrovascular (ACV), retinopatía e insuficiencia renal, aun en las formas más leves. Así las OMS/SIH6 consideran que «entre más alta la presión arterial, mayor el riesgo de accidente vascular cerebral y condiciones coronarias.»

    Para el Ministerio de Salud6, la hipertensión se considera como un proceso social que influye o transforma el componente biológico de la persona. Menciona como agentes contribuyentes la herencia, la edad, el sexo, el cigarrillo, la obesidad, el colesterol sérico, la diabetes, la ingesta elevada de sodio, el alcohol, las drogas antiinflamatorias, los descongestionantes nasales y antidepresivos, y factores sociales como tipo de ocupación, tamaño familiar, aglomeración de personas, estrés, competencia, ruidos y calor excesivo, entre otros.

    De acuerdo con tales factores, el tratamiento puede ser con medicamentos o sin medicamentos o, complementarse entre sí, con el fin de alcanzar los diversos contextos de la enfermedad.

    No se realizó la terapia con medicamentos por ser el profesional médico el principal responsable de ella. El presente estudio enfatizó la educación para lograr el cambio de hábitos que perjudican la salud del hipertenso.

    Beland y Passos9 señalan que el papel fundamental de la enfermera en relación con el individuo hipertenso es dar atención particular y personal, ayudarle en la identificación de condiciones favorables para controlar la enfermedad hipertensiva, en la comprensión de su comportamiento y en el estudio de acciones alternativas sobre las modificaciones necesarias, a fin de disminuir sus ansiedades y temores, además de proporcionar apoyo emocional y confianza. Agrega Mulquecney7 que revela el carácter vital de interacción que se basa en la comprensión como forma de explorar prácticas terapeúticas realistas y efectivas, y tiene en cuenta el contexto biopsicosocial del hipertenso. Refuerza de nuevo la aceptación de la responsabilidad de este último en el tratamiento, pues la enfermedad persiste por toda la vida.

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