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Historia y anti historia (página 3)

Enviado por Rafael Herrera Robles


Partes: 1, 2, 3

Por la época en que Mariátegui escribió lo anterior (década del veinte), la crisis capitalista contribuía a la desesperanza, y el triunfo de la revolución rusa marcaba el derrotero de esperanza. La negación, el nihilismo, la duda, el repudio a todo lo existente por las vanguardias artísticas, a la vez que contribuía a socavar el orden burgués en forma progresiva o reaccionaria, buscaba nuevos derroteros para el arte y para la humanidad. Pero la esperanza en la revolución mundial se truncó con el estalinismo, el fascismo y la segunda guerra mundial, luego de la cual el capitalismo, sobre todo en Europa Occidental, Estados Unidos y Japón, a contracorriente de la Unión Soviética y su órbita, conoció dos décadas de crecimiento económico ininterrumpido -a costa del saqueo al mundo colonial y neo colonial- que permitió a la clase obrera de esos países, al igual que a finales del siglo diecinueve e inicios del veinte, conquistar grandes reivindicaciones sociales, renaciendo el espíritu reformista y evolucionista en el seno del movimiento obrero pensando en el progreso en los marcos del capitalismo.

En el terreno espiritual la burguesía –como vaticinó Mariátegui- no ha podido recomponerse. En pleno auge económico -1950-1970- en Estados Unidos y Europa Occidental, la literatura contestataria ha seguido su curso. La forma en que se organiza la sociedad ha sido cuestionada porque la violencia no cesa, menos las agresiones a culturas de otros continentes para succionar sus recursos. No obstante la opulencia material de esa época en Estados Unidos y Europa Occidental, se oprime al conjunto social, se oprime al individuo castrando sus facultades creativas. Al no cristalizarse la alternativa socialista en esos países, la opresión comprimida estalló en movimientos de huida de la sociedad establecida evidenciado además de la literatura, en el movimiento jipi, en la música en su diversidad de expresiones que comienzan "subterráneas" –progresivas y reaccionarias- que se prolongan con constantes cambios hasta la actualidad. Movimientos por la liberación sexual y por la liberación femenina alcanzan ciudadanía mundial. La defensa del medio ambiente que hoy prolifera en todos los sectores sociales estaba en la mentalidad de todos esos inconformistas que en gran parte se aislaban desafiando al sistema. Todo lo anterior, confluente con reivindicaciones emancipatorios contra el racismo, en especial en Estados Unidos y en Sudáfrica. La lucha contra la violencia y guerras fue simbolizada en la condena a la guerra en Vietnam en la que la primera potencia mundial fue derrotada.

Como corolario, la rebelión de la juventud estudiantil en mayo de 1968 en Francia que se extiende a Europa y países de otros continentes, punto de ruptura contra teorías que pregonaban un capitalismo en el "primer mundo" al margen crisis y luchas sociales. En otro contexto, en 1966 se inicia la revolución cultural china -con propuestas y acciones revolucionarias y contrarrevolucionarias – repercutiendo en el ámbito mundial.

En 1973 termina la fase ascendente de la cuarta onda larga del capitalismo iniciada luego de la segunda guerra mundial con la tercera revolución técnica científica basada en la energía nuclear y la informatización. Los estudiosos calcularon –basados en ondas largas Kondratieff- que la fase descendente terminaría como las anteriores, en el lapso de veinticinco años, es decir, a finales de siglo, pero no fue así, por lo que se presume que no obstante las innovaciones técnicas científicas, la crisis en el capitalismo en decadencia se tornaría permanente, atenuándose u agravándose.

La crisis de la democracia representativa como forma de gobierno se acrecienta por la fusión del capital financiero con el estado inmerso en la crisis de decadencia, donde la concentración de riqueza y la acumulación de capital se tornan cada vez más contrarios al interés de la humanidad. En países de la "periferia" como los andinos –Ecuador, Perú y Bolivia– la crisis social engendrada por la conquista española se atenúa o agrava de acuerdo a los vaivenes de la economía mundial, a lo cual se agrega el hecho de que los intereses de las clases dominantes no han logrado confluir en ningún momento con los intereses de la sociedad, es decir, con los intereses de las mayorías, –convirtiéndose en clases al margen de la historia– por lo que, sobre todo en los últimos tiempos, la degradación en la representación política oficial es más que elocuente.

La caída del Muro de Berlín en 1989 abre nuevos horizontes para el capitalismo en territorios de Europa del Este. Sobre todo en lo político significó un gran respiro para la burguesía mundial que desplegó sus canales de propaganda para desprestigiar al socialismo identificándolo con esos regímenes totalitarios. Uno de los apologistas del capitalismo, Francis Fukuyama, escribió bajo el título sugerente de "El fin de la historia y el último hombre", que 1989 no sólo marca el final de las contradicciones sociales y de la guerra fría porque desaparece la Unión Soviética, sino que es el "final de la historia", (…) "el punto final de la evolución ideológica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como última forma del gobierno humano" libre de confrontaciones. Con todo descaro escribe que "el igualitarismo de los Estados Unidos de hoy representa el logro esencial de la sociedad sin clases previsto por Marx". La sociedad posterior a la historia, escribe, será aburrida, -sin confrontaciones, sin coraje, sin héroes-, promovido por un proceso meramente técnico, en el que dejará de existir la imaginación, la filosofía y el arte.

El encubrimiento a la explotación y opresión capitalista, el miedo de la burguesía a la imaginación, a la fantasía, al arte, a la interrogación (filosofía) sobre el devenir humano se ha sintetizado en la propuesta de Fukuyama, cuyo mérito consiste en reivindicar como última opción la democracia liberal, a diferencia de sectores más reaccionarios que despotrican de todo ideal, incluyendo del liberalismo de las transnacionales.

Contrariamente a las afirmaciones de Fukuyama, las contradicciones del sistema capitalista mundial –que tiene entre sus ejes fundamentales a Estados Unidos- se extrema, acrecentando la desigualdad y la violencia en las relaciones cotidianas, en la represión contra las reivindicaciones populares y en las guerras de rapiña colonialista para apoderarse de recursos energéticos como el petróleo. Acción bélica que les sirve a la vez para aliviar en parte el exceso de capitales que no tienen dónde invertirlos, porque el capitalismo puede morir de exceso de capitales como por falta de ellos. Con la restauración capitalista en Europa del Este reaparecieron las peores lacras con pandillas y mafias con conexiones internacionales que se disputan el control de las grandes ciudades para sus actos ilícitos. Por ser fruto de una contrarrevolución que desemboca en una regresión, en una restauración del capitalismo, sus representantes políticos, al igual que los que asumieron el control de los medios de vida –tierra, gran banca, gran industria– salidos de los sectores más corruptos de la burocracia estalinista, no son ningún ejemplo de virtud sino todo lo contrario, son ejemplos de degeneración que no tienen nada que envidiar a los sectores más degradantes del occidente capitalista y a los peores lastres de la época zarista.

En gran parte, el descontento, el repudio al orden en forma optimista o pesimista en los últimos años –al no cohesionarse la alternativa socialista- ha tomado forma política en los "indignados", -cuyas primeras manifestaciones se dieron desde 1908 en España y fuera de ella por españoles en el extranjero- que repudian el orden vigente y buscan un nuevo derrotero mirando hacia la izquierda y hacia la derecha. Conformado sobre todo por estudiantes, jóvenes desocupados y una amplia gama de ciudadanos -que se comunican a través de las redes sociales de Internet-, se les puede comparar hasta cierto punto con el movimiento también amorfo de excombatientes y capas medias que quedaron desocupados luego de la primera guerra mundial (1914-19919), que en Italia fueron absorbidos por el fascismo. La ventaja de los "indignados" es su composición más amplia y amplia gama, reivindicando la democracia, la libertad, la justicia con participación activa del conjunto social, a lo que se agrega su repudio a la corrupción, socava los resortes del poder de la burguesía. No traen una solución bajo el brazo pero buscan caminos de solución. Tampoco se han propuesto huir de la sociedad sino que intentan reacomodarla desde adentro para una vida digna.

Mientras los intereses particulares, privados, de una clase social en ascenso –de una clase con historia- confluyen con bastos intereses sociales, el estado será menos represivo. En el caso de la burguesía en los países industrializados, durante sus épocas de bonanza ("economía del bienestar"), el estado, presionado por las reivindicaciones de los trabajadores se ve forzado ampliar su labor social como promover la educación, el trabajo, la seguridad social, la salud, la infraestructura, etc. Por el contrario, con la agudización de las crisis inmersas en época de decadencia, a la vez que se desatiende la labor social, el estado despliega su tendencia más siniestra. Al mismo tiempo que promueve la industria de guerra, promueve el crecimiento monstruoso de los órganos de represión contra las reivindicaciones sociales y contra los "enemigos externos". El "achicamiento" del estado es en su labor social contrasta con el crecimiento en su tendencia represiva.

Notas

1.- Engels, Federico: "Introducción a "La dialéctica de la naturaleza". Incluido en Marx Engels: "Obras Escogidas" Editorial Progreso, Moscú (no indica el año), p. 366.

2.- Federico Engels: "Introducción a "Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850" de Carlos Marx". Ob. Cit. p. 688.

3.- Gramsci Antonio: "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce". Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1973, p. 201.

4.- Mariátegui: Ver entre otros ensayos: "El Hombre y el Mito", "La lucha Final", "Pesimismo de la Realidad y Optimismo del Ideal", incluidos en "El Alma Matinal".

Edgar Montiel en un interesante ensayo de reivindicación de la utopía en el devenir de la modernidad, escribe: "El hombre es el único animal que sueña. La Utopía es una permanente creencia colectiva en el perfeccionamiento de la realidad, para hacerla más grata a la condición humana. Condenados a ser libres y felices, hay en el ser humano una incurable condición utópica. Para navegar en las aguas procelosas de la esperanza hay que tener presente que la esperanza es a la Historia lo que la reproducción es a la Naturaleza: principio de vida, de continuidad y no de muerte, pues toda colectividad humana lucha por conservarse. A la esperanza la mueve un ethos de vida, de armonía y trascendencia". (Montiel, Edgar: «América en las utopías políticas de la modernidad», en Ciberayllu 26 de julio del 2005).

5.- Deutscher, Isaac: "Trotsky: El Profeta Desarmado". Ed. Era, Méjico, 1971 p. 350-51.

6.- Mandel, Ernest: "Tratado de Economía Marxista", Ed. Era, Méjico, 1969, tomo II, p. 274.

7.- Tamayo Vargas, Augusto: "La Academia Peruana de la Lengua". En "El Dominical", suplemento dominical del diario "El Comercio", Lima, 30 de agosto de 1987.

8.- A inicios del siglo veinte en el Perú los colonialistas -Riva Aguero, García Calderón, etc.-, reivindicaron a Palma como uno de los suyos, mientras las nuevas generaciones con Mariátegui y Haya de la Torre lo reivindicaron como anticolonialista. Esto se explica porque políticamente Palma era conservador, pero en su arte narrativo que satirizaba a la colonia era progresivo. El mismo tono festivo que utilizaba en su obra literaria para zaherir al virreinato lo utilizaba para expresar sus convicciones políticas. Sobre Pancho Villa, uno de los caudillos de la revolución mejicana, decía: "No parece sino que Dios, en sus ratos de ocio, se entretuviera creando bandidos como ese y una turba soez que lo aclama". (Carta de Ricardo Palma a su amigo mejicano Francisco Sosa. Citado por Diego Meseguer en: "José Carlos Mariátegui y su pensamiento revolucionario". I.E.P. Lima 1974, p. 29)

9.- Lowy Michael: "Barbarie y modernidad en el siglo XXI".

En el presente estudio abordamos el problema en el acápite: "De la modernidad y la barbarie".

10.- Toynbee, Arnold: "La Historia". (Síntesis del pensamiento de Toynbee, escrito en colaboración con Jane Caplan)

11.- Engels, Federico: "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado", incluido en Carlos Marx, Federico Engels: "Obras escogidas". Editorial Progreso, Moscú, p. 607

12.- Gramsci, Antonio: "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce".

"Literatura y Vida Nacional".

Portelli, Hugues: "Gramsci y el Bloque Histórico". Siglo XXI editores, Buenos Aires, 1974.

13.- Kofler, Leo: "Contribución a la historia de la sociedad burguesa". Amorrou Editores. Buenos Aires, 1974, p. 444-445.

14.- Engels, Federico: "Introducción a "Las Luchas de Clases en Francia de 1848 a 1850". Ob. cit. p. 690.

15.- Mariátegui: "Defensa del Marxismo". Biblioteca Amauta, 8° edición, Lima, 1978, p. 77.

16.- Mariátegui: "Dos Concepciones de la Vida". Incluido en "El Alma Matinal".

17.- Mariátegui: "La crisis de la Democracia". Incluido en "El Alma Matinal".

18.- Mariátegui: "El idealismo materialista". Incluido en: "Defensa del marxismo".

19.- Mandel, Ernest: "Situación y Futuro del socialismo". (Escrito en 1990?)

20.- Chomsky, Noam: "El Control de los Medios de Comunicación" (conferencia pública, reproducida en texto por internet)

21.- Mariátegui: "Arte, revolución y decadencia", en "El artista y la Epoca". Empresa editora Amauta, Lima, 1959.

22.- Trotsky: "El arte y la revolución", en, "Sobre arte y cultura". Alianza editorial, Madrid, 1974.

*sociólogo

El texto se incluirá como capítulo primero del estudio: "Barbarie y modernidad: el Perú en la globalización capitalista".

En este espacio –Monografías.com- se puede leer del mismo autor:

Mariátegui, Trotsky y Stalin

Literatura y modernidad: el indigenismo

Vargas Llosa el premio Nóbel y la política

El marxismo en el Perú

El trotskysmo en el Perú

Alan García y el Apra

Alan García: Pizarro, el Rey de la baraja

 

 

Autor:

Rafael Herrera Robles*

 

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