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La Migración de los Puertorriqueños a los Estados Unidos (página 2)


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Una encuesta llevada a cabo en Puerto Rico a 400 personas en el mes de agosto de 2014 por la firma Gaither (Caquías Cruz, 2014) reveló resultados interesantes sobre el nuevo migrante de la Isla. Por ejemplo, las personas que se fueron a trabajar a los Estados Unidos desde 1900 hasta 1950 no tenían trabajo, eran de bajos recursos económicos y poca escolaridad. La encuesta realizada por la firma Gaither arrojó que la inmensa mayoría de aquellos que hoy desean irse tienen empleo en Puerto Rico y poseen un grado universitario; más del 60% contestó en el cuestionario que ganaba no menos de $20.000 al año. Otro asunto de importancia de la encuesta es que en la migración hacia el estado de Florida se están yendo familias enteras, y ello se observa en la venta de sus casas y automóviles. Por otra parte, la encuesta mostró, además, que los motivos principales de los que se dirigen a Florida son: el 46%, mejorar la calidad de vida, y el 28%, mejorar la situación económica personal (véanse Figura 2 y 3).

Finalmente, la encuesta corroboró que el migrante de la Isla que parte a Florida pertenece a la actual fuerza trabajadora del país y dejará atrás su casa y enlace con la banca de Puerto Rico (Caquías Cruz, 2014).

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Fuente: S. CAQUÍAS CRUZ (10 de noviembre de 2014). "Migran a Florida los profesionales y trabajadores" (encuesta firma Gaither). El Nuevo Día (versión digital): 24-25. Extraído de: http://www.elnuevodia.com/migranafloridalosprofesionalesytrabajadores-1889305.html.

Figura 2. La situación económica actual de los que parten rumbo a Florida.

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Fuente: S. CAQUÍAS CRUZ (10 de noviembre de 2014). "Migran a Florida los profesionales y trabajadores" (encuesta firma Gaither). El Nuevo Día (versión digital): 24-25. Extraído de: http://www.elnuevodia.com/migranafloridalosprofesionalesytrabajadores-1889305.html.

Figura 3. La razón para mudarse de los que parten rumbo a Florida.

La crisis económica de Puerto Rico

El Gobierno civil norteamericano se inauguró en Puerto Rico con la Ley Foraker de 1900. A partir de ese momento, la sociedad puertorriqueña sintió los vientos huracanados de dos procesos entrelazados: el desarrollo del capitalismo agrario y la "americanización" del país en todos sus órdenes. El período que va de 1900 a 1930 alberga una gran paradoja o contradicción: la economía agrícola se desarrolló ampliamente en estos años, hasta alcanzar niveles de producción y eficiencia nunca antes vistos, pero la mayoría del pueblo siguió viviendo en condiciones miserables (Scarano, 2000).

Para finales del año 1900, Puerto Rico era aún un país fundamentalmente agrícola que cursaba una etapa primaria o temprana de su desarrollo capitalista. El desarrollo económico logrado por los Estados Unidos permitió un flujo de capital cuantioso hacia Puerto Rico después de 1900. De conformidad con Francisco A. Scarano (Scarano, 2000), la Isla lucía un campo propicio a los dueños del capital norteamericano, ya que esta parecía ventajosa por varias razones: tierras fértiles que se podían comprar a un buen precio; la fuerza laboral era abundante y diestra; existía acceso al mercado de la metrópolis, y el Gobierno dominado por norteamericanos era estable y tenía interés en cooperar con los inversionistas norteños. Se estima que ya para 1930 los norteamericanos habían invertido en Puerto Rico unos $120 millones.

El capitalismo agrario trajo consigo a la Isla los siguientes cuatro aspectos notables (Scarano, 2000).

  • El número de habitantes aumentó a un ritmo más rápido que en épocas anteriores.

    • La población de pueblos y ciudades creció mucho más que la de las zonas rurales, y la de la costa creció más que la del interior.

    • Se redujeron las muertes ocasionadas por algunas enfermedades tradicionales, aunque progresaron otros males.

    • Comenzó una migración numerosa de puertorriqueños hacia los Estados Unidos, principalmente de trabajadores jóvenes.

    Veamos los siguientes datos sobre el aumento poblacional que tuvo Puerto Rico desde 1899 hasta 1930.

    1899 = 953.243

    1910 = 1.118.012

    1920 = 1.299.809

    1930 = 1.543.913

    La historia de Puerto Rico desde 1940 hasta 1968 ofrece uno de los ejemplos más claros del tránsito de una sociedad agrícola a una industrial, y este proceso que algunos estudiosos de las ciencias económicas han denominado "modernización" ciertamente fue en Puerto Rico un hecho que la propia historia registra como dramático (Scarano, 2000).

    No obstante lo arriba señalado, lo cierto es que a partir del año 1948, fecha en que se elige al primer gobernador puertorriqueño mediante el voto popular, ninguno de los gobiernos que han administrado el territorio no incorporado de Puerto Rico (colonia) le han dado una importancia verdadera a la economía agrícola, lo que la ha llevado a la crisis en que se encuentra hoy día. De hecho, cabe señalar que ninguno de los gobiernos que han dirigido los destinos de Puerto Rico se ha preocupado genuinamente por crear capital nativo y, por el contrario, su política pública fue hacer a la Isla más dependiente de los Estados Unidos, lo que es, sin dudas, una pésima estrategia económica. El Producto Interno Bruto se compone básicamente de la siguiente manera: agricultura 1%, industria 45% y servicios 54%. La mayoría de las industrias no están en manos puertorriqueñas.

    Al presente, la Isla se encuentra en la peor crisis económica conocida en la historia. Lamentablemente, las cuantiosas deudas y las malas decisiones del Gobierno por décadas fomentaron esta recesión en donde nuestro crédito es considerado "chatarra" (especulativo). El constante aumento de las contribuciones, el desempleo, el costo de la vida, la desvalorización de la propiedad, tomar prestado dinero incrementando las deudas y que los ciudadanos tengan que pagar por estas malas decisiones han promovido el éxodo puertorriqueño más crítico conocido en la historia de Puerto Rico.

    Para el decenio de 1940, surgieron cambios significativos a nivel socioeconómico. Para ese entonces, se reestructuran y expanden corporaciones importantes tales como la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), como base para constituir la economía puertorriqueña. Y así fue, ya que este notable impulso, fundamentado por la industrialización y el desarrollo de una clase trabajadora, contribuyó a ese logro. Pero, en la actualidad, tales cambios se han convertido en un dolor de cabeza porque poseen deudas millonarias y su mantenimiento es insoportable.

    Por ejemplo, la AEE carga una deuda enorme que sobrepasa los $8.600 millones para el año 2014 (González, 2014). Esto es un estimado de las deudas que tienen las principales agencias gubernamentales del Estado Libre Asociado de Puerto Rico con la AEE, que está pagando la clase trabajadora de Puerto Rico. Lo curioso es que existe un subsidio de tarifa fija para residenciales públicos que alcanza a 40.000 beneficiarios y cuyo propósito es "facilitar el pago de electricidad y así evitar que los inquilinos sean desalojados" (Tribuna Puerto Rico, 2014). Sin embargo, esta iniciativa ha sido todo un fracaso porque hay un déficit de $28,7 millones (Tribuna Puerto Rico, 2014). Esto es solo un ejemplo de la situación que están experimentando las agencias gubernamentales en conjunto y cuyos déficits realmente son impresionantes; causa mayor de nuestro declive económico.

    Otro ejemplo es el programa de alimentos traído por el Gobierno federal para el año 1975. Lo que se conoce actualmente como Programa de Asistencia Nutricional (PAN) fue (y sigue siendo) para los puertorriqueños una ayuda para combatir el alza en el costo de la vida y mantener niveles de nutrición apropiados. Para el año 1981, el 56% de la población ya se beneficiaba de este servicio (Martínez Borrás, 2014). En la actualidad, se considera parte de la crisis porque un promedio de 1,3 millones de personas se benefician de este servicio (Otero, 2014b), lo que agrava aún más la situación.

    Pero esta crisis lleva años, y no es algo que llega ahora. Las malas decisiones de los que han estado a cargo del mando del país han deteriorado poco a poco la economía local, comenzando desde la gobernación de Rafael Hernández Colón con la crisis petrolera y el aumento de contribuciones para "aliviar" la situación, que luego Carlos Romero Barceló siguió fomentando con más aumentos y préstamos. A partir de este momento se empiezan a solicitar préstamos para solventar algunas deudas que hasta la fecha no se han podido saldar.

    Ya para la década de 1990 se considera que hay una mejoría económica porque se visualiza progreso en la construcción y el desarrollo de edificios y servicios para el buen funcionamiento del país, los cuales se llevaron a cabo bajo la gobernación de Pedro Roselló. Un ejemplo de esto es el Tren Urbano, que tuvo su momento de auge, pero en la actualidad forma parte del déficit económico porque nunca se pudo saldar su inversión. Asimismo, el Gobierno estadounidense eliminó la sección 936 del Código de Rentas Internas federal que fomentó el cierre de muchas fábricas puertorriqueñas.

    Bajo la gobernación de Sila María Calderón comienza a sentirse la presión de la deuda pública y se encuentra como alternativa frenar el desarrollo de infraestructura. Finalmente, acontece la famosa recesión del año 2006 bajo el mandato del exgobernador Aníbal Acevedo Vilá, quien trae a Puerto Rico el Impuesto de Venta y Uso (IVU), e incluso detiene las operaciones de las agencias gubernamentales por un período de 15 días para "amortiguar" la crisis.

    Cuando llega Luis Fortuño a la gobernación, se crea la Ley 7 del 9 de marzo de 2009: Ley Especial Declarando Estado de Emergencia Fiscal y Estableciendo Plan Integral de Estabilización Fiscal para Salvar el Crédito de Puerto Rico, que provoca el despido de no menos de 15.000 empleados públicos. Al final, deja al país con una increíble deuda de $16.555 millones, que aumenta dramáticamente durante su cuatrienio.

    Próximamente, se verán las consecuencias de las decisiones que está tomando el actual gobernador Alejandro García Padilla, con el cierre de tantas escuelas y el "alquiler" del Aeropuerto Luis Muñoz Marín a una empresa privada para aliviar la deuda que la Autoridad de los Puertos experimenta.

    El economista Gustavo Vélez, de Inteligencia Económica, pronostica que Puerto Rico tendrá pérdidas de entre $70.000 y $80.000 millones hasta el año 2016. Su teoría es la siguiente: "La pérdida de 200.000 empleos desde el 2006 hasta el presente implica una pérdida de ingresos de entre $5.000 y $6.000 millones. A ello se suma que desde el 2005 los ingresos por concepto de salarios apenas han crecido. Esto a su vez ha generado que entre el 2005 y el 2008 los consumidores se excedieran en cuanto a sus niveles de consumo versus el ingreso. De igual forma, el país se ha empobrecido como consecuencia del colapso de las principales estructuras productivas como la manufactura, la banca y la construcción, las cuales han implicado la pérdida de más de $55 millones en riqueza local. Otro elemento que ha agilizado el empobrecimiento del país es la pérdida de valor de los bienes raíces. Se estima desde el 2006 hasta el presente en $30.000 millones como resultado de la corrección de los valores del "real estate" comercial y residencial" (Vera Rosado, 2014a).

    Asimismo, Gustavo Vélez relaciona la migración de miles de talentos que no ejercerán su profesión en la Isla y no estimularán, por tanto, la economía local.

    La historia económica del país ha tenido muchas altas y bajas. Lo interesante es que la migración hacia otro país ha sido considerada por los puertorriqueños la vía fácil para resolver sus problemas. Sin embargo, la realidad es que no es una decisión sabia para remediar la crisis.

    La crisis demográfica de Puerto Rico

    Otro aspecto a considerar es la crisis demográfica. Actualmente, la población puertorriqueña cuenta con más del 17% de personas cuya edad sobrepasa los 65 años (García Pelatti, 2014). Se dice que el 40% (304.030) de estas viven bajo un nivel socioeconómico pobre en donde no se les satisfacen las necesidades básicas. La Organización de las Naciones Unidas pronostica que para el 2025 este sector aumentará en nuestro planeta a 1.100 millones y llegará a los 2.000 millones para el año 2050 (Rodríguez Troche, 2013). Estas estadísticas se basan en la alta tasa de migración que sufre nuestra Isla actualmente, y que se predice continuará en aumento. Si como afirma Heidie Calero, de H. Calero Consulting, para finales de esta década la cifra de migrantes aumentará a 50.000 (García Pelatti, 2014), entonces esto fomentará que la población puertorriqueña siga envejeciendo aún más. En adición, la Isla se reducirá a 3,3 millones de habitantes para el año 2020 según la Junta de Planificación, con lo cual llegará a cifras parecidas a las del año 1984 y sobrepasará en 470.000 la cifra correspondiente a la crisis más grave sufrida en la historia de la década de 1950 (García Pelatti, 2014). Este déficit, además de ser un problema demográfico, también afecta a la economía local, ya que esta población requiere de cuidados especiales que cuestan mucho, lo que fomenta aún más el estancamiento económico.

    La desaparición de la clase media en Puerto Rico

    En la actualidad, considerar a una persona o familia de clase media es un tema complejo, ya que cada vez disminuye más la brecha entre la clase media y la pobre. Por ende, muchos optan por viajar fuera del país para tratar de mantener ese nivel de vida. Conforme Vera Rosado (2014b), la clase media se redujo a un 25% versus hace unos 10 años, cuando alcanzaba el 40%. Lo más alarmante es que precisamente es esta clase la que mantiene la poca economía puertorriqueña estable que conocemos y es la que estamos perdiendo por las masivas migraciones de los últimos años.

    La clase media surge dentro del período entre 1940 y 1960 debido a la inversión de industrias y fábricas que produjo el alza de empleos con buen salario (Gutiérrez, en Vera Rosado, 2014a). Gracias a esto, muchos puertorriqueños salen de la pobreza y suben a un nivel económico bastante estable para su supervivencia. A partir de ese momento, comienza el progreso del pueblo con la implementación de infraestructura en el país.

    En Puerto Rico se considera clase media a los que tienen un ingreso anual de entre $30.000 y $100.000, según el economista Jaime Benson (Vera Rosado, 2014b); no obstante, en la actualidad son muy pocos los que generan ese ingreso y Benson opina que si no se revierte o detiene la crisis económica que se ha estado intensificando desde su inicio en el año 2006, la clase media de la Isla estará en riesgo de desaparecer (Vera Rosado, 2014b).

    Capítulo VII Discusiones y conclusiones

    La migración no es la alternativa

    Quizá resulte lógico pensar que mientras menos personas vivan en el país, menor será la crisis y mayor será la repartición. Pero la realidad es que "la migración no es, ni puede ser, solución para el problema de desbalance entre población y recurso", como lo determina Vázquez Calzada (1963).

    Un estudio estadístico que desarrolló Walter H. Bruckman (1978) llegó a la conclusión de que la migración es "halada o empujada". Se dice que es halada cuando "se produce como consecuencia del atractivo que pueda ejercer la región de arriba sobre el migrante" (Bruckman, 1978). Mientras que la empujada "se produce como consecuencia de una condición socioeconómica desfavorable, que expulsa al individuo de la región" (Bruckman, 1978).

    Desde ese punto de vista, se llega a la conclusión de que antes del 2006 la migración puertorriqueña fue de tipo halada, ya que a la mayoría le atraía la idea de una mejor calidad de vida en todos los aspectos. Después del 2006, la migración ha sido empujada porque es cuando se conoce el inicio de la recesión, y esta se ha mantenido hasta estos tiempos. El alza de las contribuciones, el desempleo y el costo de vida que se incrementa cada vez más "empujan" al ciudadano a abandonar el país porque se encuentra en un callejón sin salida.

    De hecho, no es una estrategia nueva, ya que para el año 1901 declararon la Isla "sobrepoblada" según el gobernador de esa época, Charles Allen (Whalen y Vázquez Hernández, 2002). Aseguraba que tenía los trabajadores necesarios y se requería sacar a la gente pobre y atraer gente con capital. Por ende, utilizó la técnica de "halar" a esa población del sector rural preferiblemente sin trabajo fijo y le vendió sueños para que "voluntariamente" abandonara el país.

    Entonces, ¿es viable la migración? Realmente no. Cuando migran principalmente profesionales a otros países con mejores oportunidades, eso contribuye a pérdidas millonarias para la economía local. Al ser jóvenes menores de 35 años los que deciden abandonar el país, eso fomenta que la población envejezca y genera muchos más gastos para servicios públicos. De seguir esta tendencia, continuaremos dependiendo de fondos federales que en algún momento se acabarán y nos hundiremos en la extrema pobreza. Falsamente se crea la expectativa de que se reducirán el desempleo y los recursos, cuando la realidad es que dichos recursos nunca han sido manejados correctamente. En cuanto al desempleo, no tiene que ver directamente con el número de residentes, sino más bien con el cierre de industrias y manufactureras que ha sufrido la Isla desde la década de 1990. En pocas palabras, mientras menos personas haya en un país, menor será el consumo de bienes y servicios, y el estancamiento económico se agravará aún más.

    Soluciones para disminuir esta crisis

    Ya conociendo las consecuencias que provoca la significativa migración de puertorriqueños hacia los Estados Unidos, es necesario encontrar soluciones factibles. La educación es un factor determinante en un país, por ende, es importante inculcar el amor a la patria, el amor a lo manufacturado o fabricado en Puerto Rico. Para evitar el éxodo de talentos puertorriqueño, sería una gran oportunidad concienciar a estudiantes universitarios y en cierta forma "obligarlos" a que trabajen por un par de años en Puerto Rico produciendo capital local y reteniéndolo en la Isla (García Pelatti, 2014); volver a los tiempos de las grandes manufactureras e industrias que son inyecciones sumamente importantes para la economía. Puerto Rico tiene recursos valiosos que muchos países darían la vida por tener y que se están perdiendo por falta de planificación. La agricultura es otro recurso valioso que nos ayudaría a recuperar nuestra economía local. Otra iniciativa sería incentivar y ayudar a los trabajadores que aportan al país, con bonos para la compra de su vivienda principal. De la misma manera, ayudar a las micro, pequeñas y medianas empresas para que sus negocios continúen operando, y nuevamente concienciar al pueblo a consumir lo hecho en Puerto Rico.

    Se debe atender el asunto migratorio sin evasiones; el pueblo debe entender que llegó la hora de responder por los errores de los distintos gobiernos y que, por tanto, se deben hacer sacrificios. Por otro lado, el gobierno que sea elegido por el pueblo debe de echar a un lado la politiquería perjudicial y trabajar mano a mano con la oposición política; ser responsable en los asuntos fiscales, ser transparente con el pueblo de Puerto Rico, fomentar la creación de industrias que estén administradas por puertorriqueños y, finalmente, ocuparse del centenario asunto del sistema colonial de Puerto Rico, que es un obstáculo para el desarrollo económico del país.

    En resumen, más que buscar obstáculos para que los ciudadanos se cansen y decidan abandonar el país porque se sienten abandonados por el Gobierno, se deben buscar alternativas que finalmente beneficiarán a cada uno de los puertorriqueños. Pensar solamente en solucionar los propios problemas sin pensar en los demás no contribuye al progreso de un país. Está en las manos de todos los puertorriqueños dar su aporte para que todos se beneficien.

    Conclusiones

    Esta tesis presentó como meta conocer a fondo el fenómeno de la migración puertorriqueña hacia los Estados Unidos y su inseparable vínculo con la crisis económica de la Isla. Este fenómeno ha tenido sus variaciones por décadas, y las razones siempre han sido las mismas, la cuestión económica. Sin embargo, las expectativas, la situación económica y demográfica, las características de los migrantes y hasta las estadísticas han sido de constantes cambios.

    Por ende, se hizo el análisis de la situación desde la perspectiva histórica para demostrar que las causas siempre fueron las mismas aunque las circunstancias fueron diferentes. El problema es que la situación se ha agravado aún más en los últimos años y se está convirtiendo en una crisis nacional. Lamentablemente, en vez de buscar soluciones, la gente opta por huir ante la adversidad sin conocer posiblemente las consecuencias que esto conlleva. Entonces, es sumamente importante darle a esta situación la atención que amerita, y esa responsabilidad la tienen tanto el Gobierno como el pueblo puertorriqueño. Lo contrario a décadas atrás, muchos deciden realizar sus vidas en los Estados Unidos y se quedan por años; varios esperan hasta su jubilación para regresar a la Isla. Ese es uno de los grandes problemas que experimenta Puerto Rico, ya que su población se encuentra envejeciendo y se proyecta que continúe así por largos años.

    Las características de los migrantes puertorriqueños han evolucionado. Antes, los hombres se sacrificaban para viajar hacia el continente norteamericano para poder sustentar a su familia en Puerto Rico. Ahora, no solo las mujeres toman la decisión de radicarse y buscar oportunidades de trabajo en los Estados Unidos, sino que se lleva a la familia completa para que también disfrute de los beneficios que el país vecino ofrece, lo que contribuye a que las cifras sean tan alarmantes. Otro aspecto importante es que los migrantes actuales son más capacitados y con experiencia laboral suficiente como para competir en el campo laboral norteamericano.

    No obstante, estas son parte de las decisiones que han llevado a la crisis que sufre la Isla en estos momentos. Sin embargo, dicha crisis no se le puede atribuir solamente a la migración de puertorriqueños, ya que las malas decisiones de los gobiernos de turno y la corrupción acabaron con la estabilidad económica del país. La decisión de tomar préstamos y más préstamos, el cierre de tantas fábricas, de las escuelas, y la Ley 7 del 2009, entre otras atrocidades, fomentaron este declive que ahora la clase trabajadora debe pagar para "rescatar" al país.

    Por otra parte, se llega a la conclusión de que la migración no es una alternativa para reformar la crisis económica. Esta conducta impulsa al estancamiento de la construcción, de los servicios y de la banca, entre otras industrias. Hay suficientes recursos, el problema es que no saben administrarlo adecuadamente. Como se mencionó antes, a menos gente, menor consumo, y obviamente, menor movimiento económico. Y eso está demostrado conforme se analiza la historia de Puerto Rico. Hay que moverse, hay que trabajar con los recursos disponibles. Ya la espera se acabó y es momento de actuar.

    Todos los puertorriqueños que amamos el pedacito de tierra que Dios nos dio debemos poner nuestro granito de arena para enfrentar juntos los retos de la peor crisis económica de nuestro país. ¡Las generaciones presentes y futuras nos lo agradecerán!

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    WIKIPEDIA (2014). "Puertorriqueños de los Estados Unidos". Extraído de: http://es.wikipedia.org/wiki/PuertorriqueB1os_de_los_Estados_Unidos.

    Apéndice

    Apéndice A

    Distribución porcentual de los migrantes por el grupo de edad, la preparación académica y el género (año fiscal 2011)

    edu.red

    Tabla A1. La tabla superior muestra que las edades de la mayoría de los migrantes puertorriqueños, ya sean mujeres u hombres, oscilan entre 17 y 34 años (de 10,1 a 13,9), lo que confirma que el grupo mayoritario que migra es joven. La tabla inferior indica que la mujer migrante tiene mejor preparación académica en comparación con el hombre (12,8 versus 10,7 y 4,9 versus 3,5).

    Apéndice B

    Migrantes puertorriqueños conforme a siete pueblos clave

    edu.red

    Figura B1. Migrantes (año 2014). La gráfica presenta los migrantes recientes que se han mudado a los Estados Unidos de América conforme al pueblo de la Isla. Se observa que Villalba, San Lorenzo y Yauco son los municipios con más migración. Lo curioso es que estas ciudades son manufactureras importantes de la industria agrícola de Puerto Rico. El traslado de estos residentes es una pérdida significativa para la economía local.

     

     

    Autor:

    William Martinez Martinez

    ID: UB30627BBU39202

    ATLANTIC INTERNATIONAL UNIVERSITY

    HONOLULU, HAWAII

    WINTER 2014

    Partes: 1, 2
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