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El Adolescente en la Escuela Secundaria

Enviado por monica


    El Adolescente en la Escuela Secundaria – Monografias.com

    El Adolescente en la Escuela Secundaria

    El trabajar con adolescentes, a decir de mi propia experiencia, puede llegar a ser una tarea desgastante, la relación maestro-alumno durante esta etapa se caracteriza por ser un constante estira y afloja. En cierta ocasión, mientras trataba de impartir mi clase a un grupo particularmente difícil, me invadió la sensación de que habían seleccionado a los jóvenes más terribles de la ciudad y los juntaron en el grupo a mi cargo con el único propósito de hacerme la vida de cuadritos; les aseguro que no hay nada más lejano de la realidad, las conductas que observamos en nuestros queridos alumnos son mucho más comunes de lo que imaginamos.

    Es el maestro quien imprime la diferencia al momento de tratar con sus alumnos, él decide si solo transmite los conocimientos que le marca el programa, o si crea una verdadera relación de enseñanzaaprendizaje, en donde la adquisición de conocimientos pasa a un segundo término, para dar paso a otros aspectos formativos que serán determinantes en la vida futura de los jóvenes.

    Algo que nosotros como maestros nunca debemos olvidar es el hecho de que también fuimos adolescente, "éramos menos tremendos, más respetuosos" dirán algunos, pero el hecho es que pasamos por esa etapa y los sentimientos que se generan siguen siendo los mismos (aislamiento, rebeldía, resentimiento, curiosidad, etc.), quizás lo que ha cambiado son las manifestaciones conductuales de esos sentimientos, sin embargo, el echar mano de la propia experiencia estudiantil vivida, nos será de gran ayuda para mejorar la relación con nuestros alumnos, no olvidando que cada adolescente posee personalidad y capacidades diferentes.

    Es responsabilidad del mentor descubrir las demandas educativas reales de cada grupo, escogiendo los métodos adecuados que logren en el alumno los cambios de conducta requeridos para que sus capacidades sean aplicadas en la forma correcta. El día que dejemos de ver la relación maestro-alumno como un problema a resolver y se convierta en parte fundamental de nuestra práctica docente, ésta tarea se volverá menos angustiosa para el maestro formando parte activa del proceso educativo.

    El papel que juega el docente para llevar a buen término la educación secundaria es determinante. Durante estos años es cuando el cerebro infantil llega a su máximo desarrollo, es decir, a los 16-18 años las personas son tan inteligentes como lo serán de adultos, lo que marca la diferencia son los conocimientos y habilidades que cada individuo llega a desarrollar o dominar. Esto nos lleva a reflexionar sobre lo importante que es generar en los estudiantes de secundaria la experiencia de nuevos procesos más que de nuevos contenidos, preparándolos realmente para enfrentar los retos futuros que puedan presentarse a lo largo de sus vidas.

    Otro aspecto que debemos entender es que la adolescencia es una etapa de cambios constantes, tanto físicos como emocionales; dado que estas transformaciones varían de un adolescente a otro, podemos encontrarnos jóvenes plenamente concientes de su sexualidad y otros que aún no se explican las conductas de sus compañeros hacia el sexo opuesto. Lo que sí es una constante es el hecho de lo difícil que le resulta al adolescente asumirse como una persona que dejó de ser niño, pero que aún nos es lo suficientemente maduro para ser considerado un adulto y que por lo tanto requiere ser orientado en la toma de decisiones (él quisiera que nadie le dijera lo que tiene que hacer); esto explica, en parte, la problemática que parece caracterizar la relación de los adolescentes con las figuras de autoridad. No es extraño que como consecuencia a su rebeldía, nuestro juicio social haya elegido tratarlos de delincuentes, sin embargo entender a los adolescentes es un esfuerzo que bien vale la pena.

    Comprender a los jóvenes no significa dejarlos hacer lo que ellos quieran, la conducta del adolescente debe ser normada, sobre todo dentro de una escuela; conocí un alumno que se empeñaba en usar dentro del salón de clases las esclavas y cadenas que cubrían sus muñecas y cuello, cuando un maestro le pedía que se las quitara se negaba a hacerlo, su argumento era que "no lo dejaban ser"; con paciencia le hice ver que él podía "ser" todo lo que quisiera siempre y cuando respetara la norma establecida, al cabo de un rato él solo se quitó los accesorios y no volvió a usarlos en el aula. Inmerso en la maraña de batallas que día a día el adolescente enfrenta consigo mismo, se encuentra un ser perdido, carente de identidad, sin un criterio propio; ya que el alumno no sabe quién es debe al menos saber lo que se espera de él, y es la normatividad escolar la que debe marcar los parámetros que le indiquen claramente que procesos serán los que juzguen determinada conducta o bien bajo que parámetros será evaluado un trabajo escolar.

    Un tema que merece tratarse por separado son las conductas sexuales; es muy importante precisar que la educación escolar puede plantear guías de una educación sexual en los niveles informativos, nunca morales, debido a que la sexualidad está intrínsecamente ligada a una valoración moral y que no es en la escuela donde se construye la moralidad sexual, sino en la familia. La escuela debe ser neutral en este aspecto, sin embargo es necesario que los alumnos reconozcan el entorno escolar como un lugar público en donde debe imperar el respeto hacia las costumbres y valores de los demás, aceptando que las manifestaciones sexuales no deben darse dentro de este entorno. Nosotros, como adultos, debemos ser sumamente cuidadosos en el trato con adolescentes, quienes poseen a flor de piel una emergencia sexual que puede llegar a ser perturbadora, evitemos caer en tentaciones dejando nuestro propio deseo para nuestra vida privada adulta.

    En un desesperado afán por encontrarse a sí mismo, el adolescente asume diferentes roles, siendo práctica común que el mismo joven que hoy es un aguerrido defensor de los animales, ayer gozaba haciendo sufrir a su mascota y quizás mañana desate una cacería de ranas. Esto es entendible si comprendemos que el adolescente se esfuerza igual por mantener su individualidad que por pertenecer e identificarse con un grupo en especial.

    La mejor manera de desarrollar en el alumno el sentido de pertenencia es el trabajo en equipo, sin embargo, esta práctica pierde validez cuando el maestro se limita encargar un trabajo en equipo, permitiendo que los propios alumnos resuelvan la distribución de responsabilidades, cuando es realmente papel del maestro asignar los roles que cada integrante tendrán para la elaboración de cada trabajo, siendo muy conveniente que los roles sean cambiados según la naturaleza de las tareas asignadas. Claro, todo esto implica un mayor esfuerzo para el maestro, pero se verá recompensado al palpar los resultados que se observan en los cambios de conducta de los alumnos.

    Por último, el adolescente toma como marco referencial al maestro, por ello debemos cuidar nuestras acciones, para que ellas tengan una influencia positiva en su vida futura. El maestro estricto en extremo, que nos permite ni un parpadeo durante su clase y los alumnos no se atreven por consecuencia a pedir una nueva explicación de algún tema que les resulta confuso, no logra establecer una comunicación adecuada entre alumno y maestro. En el extremo opuesto, se encuentra el maestro paternalista, apapachador, que todo le resuelve a sus queridos alumnos y les disculpa cualquier travesura o broma que hagan en clase; lo peor es que el maestro asume esta actitud no para proteger a los alumnos, sino para protegerse él mismo. Otro tipo de maestro es el que se baja totalmente al nivel del adolescente, habla su mismo lenguaje, se viste como tal, en pocas palabras se hace su cuate, hasta el punto que los alumnos realmente lo tratan como uno más de ellos, perdiendo el sentido de autoridad, creando un caos en sus clases.

    Lo mejor es ofrecer al alumno un maestro que haga valer su autoridad, pero que al mismo tiempo los haga sentirse cómodos, con la confianza de acercarse a él para que les resuelva cualquier tipo de duda, ayudándoles de esta manera a encontrarse consigo mismo y superar de la mejor manera posible tan difícil etapa.

    Narda Marizela de la Garza Gil

    Sec. No. 4 "Profr. José Santos Valdés Salazar"

    Cd. Victoria, Tamaulipas

    Trayecto de las Prácticas y de la

    Investigación Educativa: Sujetos y Contextos

    "EXPECTATIVAS DE LOS ADOLESCENTES

    ACTUALES"

    Profesora:

    Roldán, Silvia.

    Responsables:

    Alarcón Natalia

    Guerra Jessica

    Benítez Juan

    Gutiérrez Ernesto

    Rojas Hugo

    Curso:

    Primer Año

    Ciclo Lectivo:

    2011

    Es importante conocer todos los aspectos directa o indirectamente relacionados con los adolescentes y la vida escolar actual, ya que el entorno en el cual ellos se desenvuelven tiene mucha influencia en lo que son y en su forma de concebir el mundo.

    Por otro lado, es necesario que desde el inicio de nuestra formación, nos acerquemos a las escuelas donde serán nuestros futuros ámbitos laborales pretendiendo conocer la realidad, y así, familiarizarnos con los contextos educativos, posibilitándonos el contacto con situaciones que involucren a los sujetos y sus prácticas.

    En base a esto y haciendo una mirada sobre los adolescentes que se hallan a comienzo del secundario (y de nosotros mismos en esa situación), despertó en nosotras la inquietud de abordar el siguiente tema: Expectativas de los alumnos con respecto a la educación, el futuro y los valores.

    El interés de este tema, para nosotros como futuros formadores reside en conocer sobre la realidad de los adolescentes, lo que piensan y sienten sobre dichos aspectos, para entenderlos y comprenderlos profundamente, sabiendo que lo que son y lo que están viviendo no es algo que escapa del aula, sino que más bien puede significar una valiosa oportunidad de desarrollar virtudes, potenciar habilidades y canalizar todo esto que el entorno les ofrece en forma desordenada.

    La situación anteriormente descrita sugiere algunas preguntas que tienen que ver con nuestra inquietud respecto a los intereses de los alumnos. Las cuestiones que nos planteamos en éste análisis son las siguientes: ¿qué pretenden ellos que les brinde la escuela?, ¿qué desean para su futuro?, ¿cuáles son sus valores?, ¿qué o quiénes influyen en todo esto (condiciones socio-económicas, emocionales, familiares, etcétera)?.

    Los supuestos que exponemos en este sentido son:

    • Los adolescentes concurren a las escuelas para que éstas sean un medio que aumenten su nivel económico en el futuro.

    • Los chicos de grupos carenciados concurren a las escuelas para recibir refrigerios, mientras que, aquellos de niveles más favorecidos, lo hacen con el fin de que les brinde conocimientos especialmente en actividades deportivas, inglés y computación.

    • El valor más importante para los jóvenes es conseguir trabajo rápidamente y conservarlo para asegurar su futuro.

    Los objetivos fijados en relación a esto son:

    • Contrastar lo que exponen las fuentes bibliográficas, aportadas desde el área de Investigación Educativa: Sujetos y Contextos, en relación a las investigaciones que se realizarán a los sujetos concretos en el contexto villangelense.

    • Interpretar las distintas sensaciones, concepciones, ideas de los adolecentes de Villa Ángela en el contexto actual, para comprender mejor cómo piensan, los sentimientos encontrados, y que expectativas poseen.

    • Reflexionar, comprender y describir la situación educativa en nuestra ciudad desde los sujetos que en ella se presentan, para comprender las distintas realidades y problemáticas por las que están atravesando.

    Las respuestas a los interrogantes expuestos anteriormente pueden tener un acercamiento a través de una investigación que se llevó a cabo en el año 1996 y que analizó distintas características del numeroso grupo de jóvenes que iniciaron el nivel secundario en los EE.UU. Esos estudiantes estaban poco interesados en los aspectos académicos de la educación y la consideraban crecientemente como una manera de aumentar sus ingresos económicos, y, cada vez menos, como una oportunidad de expansión mental. Efectivamente, cuando se les pregunta acerca de los objetivos considerados importantes o esenciales para sus vidas, el 75% estima esencial o muy importante "estar muy bien desde el punto de vista financiero". En cambio sólo el 41% asigna similar trascendencia a "desarrollar una filosofía significativa de vida".

    Otra investigación realizada en el año 1994, en la ciudad de Buenos Aires por Tatiana Merlo Flores, demuestra que el 46% de los padres encuestados cree que ellos son quienes más influyen en la conducta de sus hijos, seguidos muy de cerca por quienes piensan que es la televisión la que ejerce ese control absoluto (32%). También sostienen que los ídolos musicales influyen más que los maestros en la conducta de sus hijos (6% y 3% respectivamente). Cuando se les pregunta a los padres a quienes creen más sus hijos, el 38% responden que les creen a ellos, mientras que el 26% se inclina por señalar a la televisión.

    El trayecto de las prácticas y la investigación plantea la articulación y la aplicación de

    los saberes propios de cada disciplina en la práctica concreta, desde los distintos escenarios y protagonistas. Así, es que desde el espacio Investigación Educativa: Sujetos y Contextos (el primer tramo de este trayecto) iniciamos el camino en la investigación educativa. Camino en el cual transitaremos por experiencias que nos pondrán frente a frente con la realidad educativa: desde nuestros sujetos y nuestros contextos. A partir de la ya mencionada área, nos es posible aprehender distintos saberes que nos permiten experimentar el encuentro teoría-práctica: desde los conceptos adquiridos hasta su aplicación en lo concreto.

    Es necesario que nos aventuremos en el conocer para comprender, hacer que lo que dice la teoría cobre sentido desde sujetos concretos, desde chicos villangelenses, desde sus inquietudes, realidades, desde lo que les pasa actualmente. Esto nos impulsa a reflexionar y pensar a fondo desde el presente, sobre lo que nos encontraremos en el futuro como docentes y para que asumamos un papel activo aprovechando cada uno de los matices y la diversidad que hay en el adolescente, siendo conscientes que está en nuestras manos la posibilidad de ser cauces para la formación de esa persona como sujeto que vive en la sociedad.

    Los sujetos con quienes desempeñaremos nuestra tarea, y que en un futuro tendremos la responsabilidad de educar, son los adolecentes; individuos con diversas expectativas e incertidumbres sobre la educación, el futuro y los valores. Dichas expectativas hacen referencia a una suposición, que puede o no ser realista, algo que el alumno espera que le brinde el medio en el que se forma, la escuela, cuya función es transmitir conocimientos, valores, costumbres, y formas de actuar que le permitan desenvolverse correctamente en un futuro en la sociedad.

    Se puede decir que la existencia de un valor es el resultado de la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo, importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje, de una experiencia, la existencia de un ideal, e incluso de la noción de un orden natural que trasciende al sujeto.

    La etapa escolar debe potenciar y hacer cristalizar las sanas expectativas e ilusiones de los jóvenes. La evolución y el conocimiento de las propias capacidades orientan con realismo a la hora de tomar decisiones en la elección de estudios y de orientación vocacional. Pero queda en la matriz de la vida escolar saber dar oportunidades y cauces a todas las expectativas de los alumnos. Éste es un desafío para cada centro educativo al proponerse criterios, unas metas y niveles de calidad educativa, según sus medios, y, por lo mismo, podríamos afirmar que el auténtico fracaso de un proyecto educativo está en defraudar las esperanzas formativas y de futuro de los jóvenes.

    Las expectativas de los alumnos no se pueden generalizar, hay que discernirlas con prudencia porque dependen mucho de la disposición personal, de la educación recibida y del tipo de orientación familiar que tienen.

    Los alumnos no sienten explícitamente muchas necesidades, pero es indispensable suscitarlas en ellos para posibilitar su completo crecimiento.

    Para comprender la dinámica planteada desde la teoría, recurriremos a sujetos concretos y reales del contexto de nuestra ciudad: adolescentes de entre doce y catorce años que se hallan cursando séptimo u octavo año del secundario.

    En nuestra investigación nos enfocaremos desde el punto de vista del paradigma interpretativo, utilizando un muestreo intencional que abarque por un lado a todos los alumnos de un aula para una determinada técnica y, por otro lado, a dos alumnos para trabajar con otro tipo de método.

    Observaremos a los adolecentes desde el campo en que se desarrollan, abordando su mundo desde los distintos saberes, y focalizándonos en el saber científico, desde el paradigma ya expuesto anteriormente, es decir, a partir del planteamiento de un tema, problema, objetivos, y supuestos que permitan su esclarecimiento. De esta manera, podremos comprender los sucesos e interpretar los significados de las acciones de los sujetos en el contexto en el que se encuentran.

    El tiempo estimado para llevar a cabo nuestra investigación es de aproximadamente tres meses.

    En cuanto al uso de técnicas para la contrastación empírica, emplearemos la entrevista y la encuesta, mediante las cuales interactuaremos con los protagonistas desde lo concreto, desde lo que les pasa y desde lo que están viviendo en el hoy.

    La encuesta será suministrada personalmente a cada uno de sus destinatarios y en ella

    utilizaremos un cuestionario con preguntas abiertas y cerradas, con el objetivo de develar distintos sentimientos, expectativas y valoraciones de los adolescentes investigados.

    Asimismo realizaremos un total de dos entrevistas, donde estará involucrado un alumno que adeude varias materias y otro que no adeude ninguna. Dicho método se efectuará cara a cara en forma individual, utilizando el efecto llamado lanzadera, de manera que los sujetos elijan por donde comenzar.

    • CUALES SON LAS CARACTERISTICAS DE LOS ALUMNOS DE 3ª 1ª.

    • QUE ESTRATEGIAS UTILIZA EN EL DESARROLLO DE SUS CLASES.

    • CUAL ES LA FORMA DE EVALUAR A LOS ALUMNOS.

    • CON QUE RECURSOS MATERIALES CUENTA LA INSTITUCION.

    • DE QUE MANERA TRABAJAN LOS ALUMNOS: GRUPAL, DUAL O INDIVIDUAL.

    • HAY INDISCIPLINA EN EL GRUPO DE ALUMNOS.

    • QUE MATERIAL BIBLIOGRAFICO UTILIZA.

    • QUE ESPERA DE LA PRACTICANTE. QUE ACTIVIDADES LE DELEGA EN LA AYUDANTIA.

    • PERMITIRA QUE SE REALICEN POR PARTE DE LA PRACTICANTE CLASES INNOVADORAS .

    • CUAL ES EL HORARIO DE ATENCION DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR.

    • CUANTOS LIBROS DE QUIMICA HAY.

    • CUAL ES LA MANERA DE SOLICITARLO , EN CASO QUE LA PRACTICANTE QUIERA

    • UTILIZARLO EN EL AULA CON EL GRUPO DE ALUMNO.

    • ADEMAS DE LIBRO LA BIBLIOTECA CUENTA CON VIDEOS DE QUIMICA.

    • A LA ENTRADA IZAN LA BANDERA. A QUE HORA LO HACEN.

    • EN QUE HORARIOS SON LOS RECREOS.

    • ME PODRIA FACILITAR LA LISTA DE 3ª 1ª.

    • USTED TOMA LA ASISTENCIA A LOS ALUMNOS.

     

     

    Autor:

    Mónica