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DESARROLLO

Enviado por hectoralfredo


    Indice1. Estructura Económica de la Venezuela Colonial 2. Propiedad territorial y agraria y la evolución de la mano de obra 3. La producción agropecuaria venezolana y el mercado capitalista mundial.

    1. Estructura Económica de la Venezuela Colonial

    Las actividades económicas en el proceso colonizador estaba estructurada en diferentes sectores capitalista. Estos sectores conformaban las primeras actividades financieras existentes de la época como lo son: La minería: Conforme al principio regalista, todas las minas existentes en América eran de la Corona. La actividad económica minera no llegó a tener en Venezuela la importancia que tuvo en otras regiones como México y Perú, pero sin embargo todas las expediciones llevaban como incentivo el conseguir el oro y dio origen al mito de El Dorado. Posteriormente Ambrosio Alfinger consiguió oro al sur del Lago de Maracaibo y en la región de Tacarigua de la Laguna. Los indígenas que poblaban esas costas trabajaban con oro y en el occidente la tribu indígena Timoto-cuica lo trabajaban y le daban forma de "águila" para utilizarlo como medio de trueque por productos que necesitaban. La actividad minera resultó insignificante. El alto impuesto, el quinto real no le daba aliciente a los explotadores. Estos lograron su reducción primero a un décimo y luego a una veintena. Además tenían que pagar derechos de función, que equivalían al uno por ciento del metal limpio.

    Estas actividades de extracción del producto lo realizaban mineros que eran puestos por las capitulaciones con los Welsers. En las primeras décadas del siglo XVI no lograron explotar oro en las cantidades que anhelaban encontradas en el territorio venezolano; saben que existe por los relatos y las muestras de los indígenas que, culturalmente extraños al mundo, mercantilistas de los europeos lo truecan por objetos desprovistos de valor especulativo. Además de las minas de Cocorote, el cobre fue explotado en las lomas de La Grita, cuya actividad comenzó en 1625 y ya en 1630 producían 63 arrobas y 21 libras. La producción anual ascendió progresivamente hasta llegar a cerca de 800 quintales en el año de 1649. sobre las minas de La Grita, se informa una relación que estaban localizadas a tres leguas de aquella ciudad y que el mineral se presentaba en "planchas de dos, tres y cuatro y hasta doce arrobas sin género de misturas de tierras" y con "un género de piedra azul en los cóncavos de las piedras". Esto último de mucha utilidad a los pintores, y que además había la posibilidad de encontrar plata conjuntamente con el cobre según los ensayos hechos en la casa de la moneda de Sevilla, con las muestras envidas desde Venezuela.

    La pesca de perlas: La pesca de perlas fue la primera actividad económica extractiva de los descubridores españoles. Ya en el tercer viaje de Colón tuvieron noticias de la perlas. Las expediciones de Alonso Ojeda, Cristóbal Guerra y Per Alonso Niño en la región de Margarita, fueron con el objeto de "rescatar" perlas. El "rescate", es decir, el trueque de las perlas, contribuyó a la colonización en Cubagua y en la tierra firme, toda la economía de Cubagua se basó en la pesca de perlas. Allí se desarrolla una ciudad con casas de piedra, de cal y canto. Es centro activo de comercio de mercaderes. La explotación directa y racional exterminó los ostiales y ya para 1535 la producción es ínfima. Luego se descubren placeres en el Cabo de la Vela. Para la segunda mitad del siglo XVI se pide por el Gobernador Osorio que las perlas corriesen como monedas. La pesca de perlas por el sistema de explotación directa fortaleció el desarrollo de las relaciones de producción esclavista que se presentaban de manera insipiente en el llamado sistema de rescate. La Evolución de la ganadería: La capitulación firmada con los Welsers los autorizaban para introducir en la Provincia de Venezuela el ganado de mayor y menor que desearan; sin embrago, parece que el número de cabezas no fue suficiente ni siquiera para satisfacer las necesidades de los colonos, porque entre sus quejas, además de señalar la tiranía ejercida por los alemanes, los hacían responsables de la carencia de viveros ganado y bestias de carga.

    Hay noticias ciertas sobre el desarrollo de la ganadería en los siglos XVI y XVII; cuando Diego de Losada invade los valles centrales no lleva menos de doscientas (200) bestias de cargas, 4000 carneros y considerable número de ganado vacuno; en el 1578, en El Tocuyo la actividad dominante es la ganadería, en el 1579, los alcaldes de Barquisimeto informan que "los animales traídos de España: yeguas, vacas, ovejas, cabras y puercos se dan muy bien". En este mismo año, la ganadería en Maracaibo presentaban halagadoras perspectivas; en 1555-1560 se fundan los primeros hatos de ganado en tierras del Lago de Valencia, y en 1569 Diego Fernández de Zerpa obtiene licencia para desembarcar en Cumaná "Hasta 800 bestias y ganado".

    Los Welsers. Papel que desempeñaban: Eran una familia de comerciantes y banqueros alemanes. Estos financiaron la campaña política de Carlos V con quien pactaron la colonización de Venezuela. Esta familia era la encargada de introducir los esclavos en Venezuela para comercializar con ellos. En 1528 firman con Carlos V contrato de arrendamiento de la región de Venezuela, que se extendían desde el Cabo de la Vela hasta Maracapana. El contrato lo firmaron Enrique Ehinger y Jerónimo Sayller, como poderdantes de los Welsers.

    Papel que desempeñaban: Introducían trabajadores mineros en el territorio venezolano y obtenían la concesión de percibir el uno por ciento del valor del oro y plata fundidos y marcados en la Provincia de Venezuela y Santa Marta. Obligaciones de los Welsers: Envío de una cuadrilla en auxilio del Gobernador. Los habitantes se habían revelado al anterior Gobernador. Fundar dos pueblos y tres fortalezas a sus expensas Las poblaciones serían fundadas dentro de los dos años siguientes Llevar 50 alemanes técnicos en minería, para servir en la industria minera.

    2. Propiedad territorial y agraria y la evolución de la mano de obra

    La formación de la Propiedad agraria en Venezuela en un fenómeno desarrollado en el contexto de la conquista de estos territorios por los colonizadores europeos; en este período se establecen las condiciones propias del dominio privado sobre el suelo por vía de las mercedes, composiciones, confirmaciones y remates. Conjuntamente con la aplicación de estas figuras jurídicas, que justifican la posesión de la tierra y otorgan título en forma, se configuran dos tipos de mano de obra conectados con la explotación del suelo y esos tipos de mano de obra están representados por indígenas y negros sometidos a relaciones económicas-sociales y de servidumbre.

    En aquel entonces las denuncias contra la explotación de los indios contribuyeron a la promulgación de una cédula que ordenó suprimir definitivamente el servicio personal de los naturales en el territorio de Venezuela. Pero la clase de terratenientes – encomendadores en defensa de los intereses materiales que fundamentaban su condición de categoría social dominante, reaccionó contra el contenido de esa cédula, y ellos decían que si se les quitaba el servicio personal que ellos brindaban, estos sería ocasión para que dejasen de convertir muchos de los indios a nuestra fe católica. Se decía que estos iban a volver a sus ritos y ceremonias y que iban a vivir forzadamente como suelen hacerlo. En 1591 la Corona emite una cédula ordenando al Gobernador y al obispo que permitieran el servicio personal de los indígenas, y que entre tanto velaran por que los aborígenes a ser bien tratados, doctrinados y pagados de su servicio y trabajo. Las cédulas destinadas a eliminar el servicio personal de los naturales, especialmente las emitidas entre 1549 y 1601, no tuvieron aplicación práctica en el territorio venezolano, porque los encomenderos obtuvieron gracia real contra aquellas disposiciones". Tan cierto es lo que digo que con motivo de la cédula del 11 de febrero de 1609, que decía que los indios debían pagarle a los encomendadores, el Gobernador y el Obispo redactaron unas ordenanzas. En aquellas ordenanzas después de considerar que los indios solo pueden pagar el servicio personal, se ordenaba que los indígenas dieran a sus encomendadores "por su doctrina conservación y buen tratamiento", tres días de servicios a la semana, quedando libre los demás días para dedicarse a sus cultivos, tierras y familias. Aparte de esto los encomendadores debían pagar sus encomendadas por cada día de trabajo un real en especies como maíz, sal, lienzos o cuchillos, y como en ese entonces la moneda no existía, al final de cada mes y en presencia del cura se les pagarían en aquellas especies los días extras de trabajos. Pos otra parte a los indios que se ocupaban del servicio doméstico se les debía pagar anualmente dos mantos o vestidos y una hamaca.

    Los encomendadores tenían que darle cada uno 10 libras de algodón a cada india para que de este hilen cinco para ellos y cinco para los indios, pero de los indios estaba encargado un funcionario al que se le denominaba protector de los indios, él estaba encargado de visitar las poblaciones de los aborígenes y velar por el cumplimiento de las ordenanzas. Estos funcionarios recibían como salario una gallina o el valor de esta o en cualquier otra especie que los indios pudieran pagarles. La clase de terratenientes venezolana, es representada en esta oportunidad por los encomendadores hacendados de Caracas. Otorgaron poder a Juan de Arrechedera y a Antonio José Rengifo para que representaran contra la cédula de aquella misma fecha, destinadas a eliminar el servicio personal de los indios.

    Los terratenientes criollos beneficiaban sus haciendas con el servicio que brindaban a sus encomendados paralelamente a la sujeción de la población indígena, se asentaron las bases para la formación de la propiedad territorial agraria a través de las mercedes y de reparto de tierras. Se repartían casas, solares, tierras a todos los que fueran a poblar tierras nuevas haciendo distinción entre escuderos, peones y los de menor grado, pero se les dieron tierras para que hicieran de estas su morada y labor. La encomienda en que en términos económicas transformó al indígena en una categoría social que no puede ser definida sino como servidumbre, se complementa con la entrega de tierras en usufructo a las comunidades indígenas. Los actos del Cabildo de Caracas suministran suficiente información sobre el proceso de desarrollo de la propiedad territorial en los Valles de Caracas, Aragua y Tuy. Se observa que el primer elemento son las mercedes de tierra otorgadas a encomendaderos y dependencias que por otra parte eran beneficiadas por sus encomendados. Los indígenas como fuerza productiva valorizaban las mercedes y mediante el trabajo y asentaba las bases para el desarrollo de una categoría social de propietarios que se orientaron hacia el monopolio de la tierra. La composición es una figura jurídica que desempeñó importante papel en el desarrollo de la propiedad territorial agraria.

    ¿Cómo funcionaba la composición? Partiendo de una merced de tierra, generalmente de límites imprecisos, o de la simple ocupación sin documento legal alguno, los poseedores extendían sus propiedades en tierras reservadas para indígenas. Basados en su poder económico, los dueño de tierras usaban el soborno y la intimidación para que los componedores de las tierras le otorgaran los títulos de propiedad. En fin, el ascendente proceso de dominio sobre la tierra por parte de los colonizadores constituían una base de relativa riqueza, pero el trabajo humano fue el que valorizó la tierra adquirida a través de las Mercedes, composiciones y otras figuras jurídicas, pero el trabajo no estuvo representado nada más por los indígenas sino también por los negros esclavos. La esclavitud y comercio de negros, como todos sabemos, comenzó antes del descubrimiento de América, pero fueron los nuevos descubrimientos geográficos y elementos típicos de la estructuración del capitalismo como sistema los que impulsarán el tráfico de negros y lo transformarán en una basta empresa concebida con crédito capitalista comercial.

    En el sistema colonial organizado con criterio capitalista, prosperarán el comercio y la navegación, los monopolios y dentro de ellos el tráfico de negros. El régimen de producción es el único responsable de la transformación del nuevo continente en una zona de observación de mercancía-esclavos. El tráfico de negros esclavos arraigó rápidamente en la vida económica y el desarrollo mercantil, transformándose en una de las causas fundamentales para el afianzamiento de la colonia. Los negros eran salvajemente cazados en el continente africano, se incendiaban sus aldeas y se les capturaba, llevándolos encadenados con collares de acero y a latigazos hacia las costas. En 1516 el tráfico esclavista había adquirido tal intensidad que el Cardenal Cisneros la estimaba peligrosa para la propia estabilidad del régimen colonial, pues al multiplicarse se alzaron infaliblemente imponiendo a los españoles las mismas cadenas que ellos han llevado. Por otra parte, Inglaterra obtuvo el privilegio de suministrar al América 4.800 negros al año. Los esclavos negros fueron introducidos al territorio venezolano conjuntamente con el desarrollo de los primeros centros de población; en 1525 la Corona otorgó licencias para importar a tierra firme 400 negros más y en abril de 1528 se concedió a los Welsers, representados por Enrique Ehinger y Gerónimo Sayller, para introducir 4000 piezas de esclavos. En las primeras décadas del siglo XVI ingresó más o menos un centenar de negros que iban a trabajar en las Minas de Buria. Ya para 1556 el preci de un esclavo en las costas venezolanas era aproximadamente de 111 ducados (monedas de oro); Sancho Briceño obtuvo licencia para importar 2000 piezas de esclavos, también los contrabandistas franceses inundaban de negros las costas de Coro.

    Desde febrero de 1715 hasta agosto de 1730, llegaron a Venezuela 1792 negros, pero en años siguientes se multiplicó hasta que fueron importados 3792 negros. En 1761 la Compañía Guipuzcoana ofreció cubrir la demanda de mano de obra esclava en las Provincias de Caracas y Maracaibo, luego ratificó la oferta y ofreció de Guinea, porque se había ocasionado una epidemia También es necesario considerar el comercio clandestino de negros, que cambiados por mulas, tabaco, cacao, sebo, cueros, etc. llegaban periódicamente a las costas venezolanas. En 1776 se importaban 500 negros costando cada uno un barril de harina. Por otra parte, 1555 un negro valía 100 ducados en las Antillas, 120 en las Costas de México y del Mar Caribe y 140 ducados en Chile. El precio iba aumentando en razón de la lejanía del mercado antillano (que era uno de los más activos en la compra y venta de esclavos). En Venezuela, un esclavo joven valía 123 pesos. Al pasar los años el precio aumentó a 212 pesos, luego se fijó el precio en 224 pesos, el valor que luego descendió a 150 pesos.

    De acuerdo a una estimación llegaron a Venezuela en el siglo XVI 6595 negros y en el siglo XVII había 10147 negros y en el XVIII se estimaban 34099 negros en total. Las comarcas venezolanas recibieron 50.541 negros. A esta cifra se la va a añadir los negros de India y viene dando una cifra 100.000 negros introducidos en Venezuela. En fin la mano de obra esclava sustituye progresivamente la mano de obra indígena, que no desaparece, subsiste pero no como primordial sino como servidumbre. Paralelamente se observa en la segunda mitad del siglo XVIII la existencia de una categoría social de campesinos enfeudados, que no eran indios ni negros, se trataba de personas libres atados a la tierra y en situación de dependencia.

    ¿Cómo se forma esa categoría? Esta se forma por diversas vías: una fue la manumisión en artículo de muerte: era donde los amos antes de morir otorgaban libertad a sus esclavos . En fin el mestizaje favoreció el proceso de enfeudamiento. El mestizo-negro era un hombre jurídicamente libre, pero en relaciones y patrones culturales no tenían perspectivas económicas más que el cultivo de tierras en centros urbanos como servidumbres domésticas y en los llanos como peones.

    Lamentablemente, hasta ahora la investigación no permite estimar cuantitativamente en volumen de la mano de obra enfeudada en Venezuela, pero en un patrón de población del año 1800 que corresponde a la provincia de Caracas, de 94512 negros y 60880 eran esclavos y 33662 eran libres.

    3. La producción agropecuaria venezolana y el mercado capitalista mundial.

    La agricultura de plantaciones se impuso definitivamente. El cacao fue el cultivo que, a partir de la segunda mitad del siglo XVII adquirió mayor desarrollo, hasta tal punto que era el producto más valioso después de los metales preciosos. Después del cacao, la grana y la vainilla eran los productos más valiosos. El cacao se transformó en el principal fruto del comercio exterior y permitió que Venezuela pasara a ser la principal colonia agrícola de España. "El cacao pese a su color oscuro adquirió el brillo del oro". El cacao fue el producto agrícola de mayor importancia en la economía colonial, es necesario tomar en consideración otros cultivos como maíz y especies vegetales de uso medicinal. En el siglo XVII el tabaco y los cueros. El contrabando obligó al estado a prohibir el cultivo del tabaco en toda la provincia de Venezuela pero dejando en manos del Gobernador la facultad de otorgar licencias. El tabaco se cotizaba a 62 ½ reales . El trigo se cultivó al norte de la Victoria, en los Valles del Tuy, en Barquisimeto, en los Andes y especialmente en El Tocuyo. El cultivo del algodón fue abandonado hasta mediado del siglo XVII, cuando volvió a estimularse por el comercio exterior. En cuanto al café, su cultivo comenzó en 1740. En el año de 1786 se exploraron 5210 libras llegando a 155813 libras en 1797.

    En 1775 el cacao representaba 75,1% del valor total de los efectos exportados por La Guaira, siguiéndole los cueros con el 17,1 por ciento, luego el tabaco con el 6,7% y finalmente del añil, con 0,87% En el territorio venezolano se producía en función de las necesidades del mercado de los países más avanzados, que marchaban por las vías del desarrollo capitalista, y de aquellos países llegaban mercancías y esclavos negros a cambios de cueros de ganado vacuno, mulas, tabaco y cacao.

    El contrabando o comercio ilícito fue uno de los lazos más firmes de la producción agropecuaria colonial con las burguesías europeas coloniales rivales de los mercaderes españoles; los holandeses monopolizaron esta actividad comercial con las costas y pueblos, villas y ciudades de tierra adentro en el siglo XVII. La penetración de los holandeses se realizaba a lo largo de las costas venezolanas: los puertos centrales y occidentales recibían cacao, ganado, cuero y tabaco y en los orientales sal y productos de capital importancia para Holanda en este período; en uno y otros lugares depositaban negros esclavos y mercancías . El estado metropolitano, para combatir el contrabando prohibió en noviembre de 1717 y en junio de 1718 la introducción en la Península de mercancías transportadas en barcos extranjeros; en octubre de 1720 exoneró de los impuestos de tonelaje a las embarcaciones de sus nacionalidades que transportaron cacao desde el territorio venezolano, y en diciembre de este último año rebajó los derechos de exportación sobre el cacao de 75 a 33 maravedíes la libra.

    El monopolio concedido a la Compañía Guipuzcoana no eliminó la corriente de comercio clandestino con los traficantes holandeses, franceses e ingleses; muchos funcionarios de ella participan en aquella actividad, y ella en conjunto "Era responsable, ya que las ventajas que ofrecían los holandeses a los mercaderes venezolanos no se limitaban solo a venderles la mercancía más barata; el cónsul español en Ámsterdam, Agustín Moreno Henríquez, escribe a Gálvez en 1778 que los holandeses burlaban a los guardacostas ayudados por coloniales amigos y que mientras la compañía pagaba sólo 8, 10 o 12 pesos por cada fanega de cacao de 110 libras, los contrabandistas valoran la fanega de 90 libras a 24 o 26 pesos en las costas de Venezuela y a 30 o 32 puestas en Curazao. Concluía en cónsul proponiendo el establecimiento del comercio libre".

    En el oriente venezolano las autoridades venezolanas, informaba la real compañía de comercio de Barcelona en 1770, participaban y protegían el comercio clandestino, hecho al cual los representantes de aquella atribuían el escaso desarrollo de sus actividades del los seis primeros años de su actuación. El estado metropolitano luchó para reducir la corriente del comercio ilícito de Venezuela con las Antillas, el Gobernador De la Torre publicó un bando por medio del que hacía saber que para transportar mercancías hacia el interior era indispensable presentarse ante el factor de la Compañía Guipuzcoana; Todas las personas a quienes se le encontraban mercancías sin licencias serían procesadas como contrabandistas, y para disipar dudas de que los terratenientes y comerciantes criollos eran contrabandistas se ofrecía la libertad a esclavos y una gratificación de 200 pesos a los criados y servidumbre "si descubriesen a los contrabandistas".

    Las relaciones comerciales con México suplieron las provincias venezolanas de instrumentos de trabajo y fundamentalmente de plata y oro amonedados ,hasta el punto que el dinero en circulación en el siglo XVII llegó a depender de las exportaciones a Veracruz, valoradas en aquel período en cuatro millones de reales anuales, en tanto que el valor de las mercancías importadas de México representaban 10000 pesos; y el resto regresaba a La Guaira y Maracaibo en monedas de plata y oro, que suplían la ausencia casi absoluta de dinero proveniente de España. Todavía en las últimas décadas del siglo XVIII Venezuela continuó recibiendo de México uno 500.000 pesos anuales a cambio de cacao y en 1766-1775, en 90% del cacao venezolano exportado a México era revendido a las colonias extranjeras. Las plantaciones de tabaco venezolano estaban ligadas a las necesidades de materia prima de Holanda, países del Báltico y España y en esta especialmente con fábrica de rapé de Sevilla. Las explotaciones del oriente venezolano suministraron materias primas a importantes sectores del industria ligera de Cataluña, donde en 1764 no se fabricaba "una sola vera de tejido de algodón" y hacia 1792 después con 91 fábricas y 49 no asociadas, que en total concentraban 80.000 trabajadores. En este mismo período se desarrolló la industria del cuero en Cataluña con una capacidad de exportación de 700.000 pares de zapatos al año.

    La libertad de comercio favoreció el trafico comercial de las provincias orientales y de otras comarcas del territorio venezolano con Cataluña; en 1799, de un total de 5.321.668 reales el valor de las mercancías exportadas de Barcelona con destino a Venezuela, correspondieron a 4.474.535 a La Guaira; y 441.932 a Cumaná, y 345.785 a Guayana y 99.385 reales a Maracaibo; En este mismo período, Cádiz exportaba para La Guaira mercancías españolas y extranjeras valoradas en 13.709.151 reales. La economía colonial venezolana continúa en íntima conexión con la capacidad de consumo y el desarrollo del mercado único mundial en el auge de la agricultura de plantaciones; la cosecha de cacao anual asciende de 115.980 a 193.000 fanegas anuales, de las que el comercio licitó e ilicitó absorbe a 145.000 y el mercado interior a 48.000 fanegas en la época de 1789.

     

     

    Autor:

    Héctor Alfredo Luna Sanabria