- Introducción
- Los sueños
- El misticismo
- Los iniciados
- Los accidentes y sus consecuencias
- Los ciclos de la historia como solución
- Nuestras dos coincidencias primordiales
- El misterio de los misterios
- La mutación adaptadora
- El rey de reyes
- La cosmogonía
- Jaime
- La expedición de la Real Academia Francesa de la Ciencia
- ¿Pero, qué son?
- Las leyes de la Naturaleza
- Bibliografía
"The probability that two events will both occur together can never be greater than the probability that each will occur individually." Leonard Modlinow en The Drunkard"s Walk.
Introducción
Los sistemas aleatorios de los que hace una descripción magistral el físico Leonard Mlodinow en su obra The Drunkard"s Walk: How Randomness Rules Our Lives y su lúcida explicación de los fenómenos que nos maravillan por su apariencia circunstancial fue, de muchas maneras, tan inspiradora de esta serie de lecciones como lo fuera El Principio Antrópico como Fulcro.
En esta serie de ocho ponencias nosotros nos proponemos dar explicación satisfactoria a lo que conocemos por coincidencias o simetrías, mientras explicamos, en medio de ellas, el extraño fenómeno físico conocido como el efecto de la mariposa.
Para lograr nuestras metas hemos escogido ocho tópicos que representan hechos que aparentemente son funciones de los acasos aleatorios de la vida para unificarlos al final, ofreciendo una bibliografía de soporte.
Incubo
Prosigamos
Lo extraño, lo increíble, lo asombroso o lo raro; son asuntos considerados generalmente, como homólogos de la misma idea. Si se buscan otros sinónimos, se encuentran lo insólito, lo pasmoso, lo sorprendente o lo extraordinario — aunque, para nuestro ensayo nos limitaremos a considerar cualquier evento que nos llena de intranquilidad porque no parece originarse dentro del espacio nomológico.
Nos referimos a las cosas que nos confunden porque son inexplicables y porque existen fuera de nuestro control y entendimiento racional y lógico.
Esas impresiones, a menudo sorprendentes, nos inquietan porque a la vez nos confrontan con la presencia de entidades o de materias, para nosotros irreconocibles o impenetrables. Nos recuerdan de que puede ser que sí, que existen cosas que son o extra o sobrenaturales, o que deambulan por el mundo, como poderes o fuerzas invisibles que influyen o gobiernan nuestros destinos de manera caprichosa ajenas a nuestra influencia y lejos de nuestro control.
Por esa misma razón tan perturbadora, desde las primeras luces de nuestra vida, como los seres más inteligentes en este planeta, hemos procurado con avidez justificada explicar los misteriosos fenómenos que nos inciden, utilizando métodos ingeniosos para alcanzar esos fines.
Los sueños
Primero, trataremos de explicar el motivo y la razón por el interés imperecedero que el ser humano ha tenido en la actividad de los sueños.
Para el hombre primitivo, ese fenómeno extraño, que lo sorprendía en medio de la noche, durante una suspensión del espacio de la experiencia directa, lo asombraría desde que fuera capaz de reflexionar.
Chaman
La coalescencia del pasado con el presente. La presencia simultánea de los muertos con los vivos. La carga emotiva con que a veces estas experiencias transcurrían y la aparición importuna de una pesadilla horrorosa, lo condujo a querer explorar y a tratar de entender.
Porque, aunque parecen haberse extinguido en medio de la pereza intelectual que hoy día nos circunda, el hombre nace con una inclinación ingénita a explicar y a investigar todas sus experiencias.
Una amiga de apenas seis años hoy los explica, diciendo que "los sueños [son] viendo películas con los ojos cerrados". Pero, antes de la cinematografía, los sueños con sus extrañas manifestaciones, se presumían presagios de eventos que aguardaban suceder en el futuro del durmiente.
Para quienes soñaban, y para quienes los interpretaban, los sueños eran asuntos serios.
Tan importantes eran, que de los sueños y de sus significados, procederían dos ocupaciones básicas: La del brujo y la del curandero.
Y otra, aún más esotérica: La del adivino pronosticador del futuro, la del oráculo.
Las tres ocupaciones con sus modificaciones y adaptaciones modernas todavía persisten en todo su pasado auge; utilizando todas, los métodos básicos que aplicaran entonces.
Las tres invocan seres inefables, utilizan la psicología en todas sus formas y dependen en la autoridad y el prestigio de sus exegetas.
Las tres ocupaciones de entonces: el brujo, el curandero y oráculo hoy las conocemos como: El sacerdote, el médico y el psicoanalista.
Prosigamos con los sueños…
Arquetipos C G Jung e inconsciente colectivo
Otros han adscrito significado apocalípticos para los mismos, porque así es como frecuentemente aparecen en las escrituras sagradas. Estas últimas, invenciones nuestras, intentando explicar que es el modo oculto que los espíritus emplean para relacionarse con los vivos.
Otras teorías modernas han acogido el uso de la interpretación formal de los sueños para aplicar sus técnicas terapéuticas. Para el psicoanálisis y para su ejercicio, el lenguaje de los sueños y su simbolismo, constituyen: "El camino regio al inconsciente" ("the royal road to the unconscious"), como Freud lo expresara en su máxima famosa.
Otros aspectos del pensamiento del hombre primitivo acerca de los sueños sobreviven, en la forma de que éstos pueden predecir el futuro, como trataría de demostrarlo Freud en su artículo: Un sueño premonitorio realizado.
Pero, Freud, al igual que muchos otros, no se detuvo en la interpretación de los sueños, él también se ocupó con el origen de lo extraño y de lo espeluznante o fantasmagórico. Freud creía en la numerología y en las premoniciones. Jung, creía en arquetipos y en inconscientes colectivos, mientras que los contemplativos creían en las fuerzas de un Dios rodeado de una corte divina compuesta de una jerarquía de ángeles, arcángeles y santos.
La expresión de la deidad creada a nuestra imagen.
Los sueños resisten ser olvidados, aunque muchos los dimitan como asuntos sin valor.
Esquema de la mente de acuerdo a S Freud
Pero persisten a pesar de que su verdadera naturaleza, y aun las funciones que sirven, todavía no se han establecido.
Lo que al fin nos resta es que todos los que pretenden explicar lo inexplicable y conocer lo incognoscible, usan artilugios de diferentes naturalezas con resultados similarmente vagos. Entre todos, los sueños poseen lugar predominante.
En este respecto, porque no han podido ser descartadas, aún persisten otras tácticas usadas por nuestros antepasados para lograr hacer sentido de los misterios que siempre nos han rodeado. Estas son la clarividencia, la transmisión del pensamiento, la numerología, el uso de las cartas del tarot, la comunicación con los muertos a través de los médium, la astrología, la interpretación de los sueños en la cábala, los oráculos personales, la alquimia y muchos otros métodos como ya hemos estudiado en otras lecciones.
Ahora, prosigamos…
El misticismo
En su sentido estricto, esta palabra tiene tres significados diferentes, aunque aproximados:
1. Como religión, el misticismo, es la creencia en la revelación religiosa intuitiva. La creencia de que la comunicación personal con lo divino se logra por medio de la visión, la fe, la extasía, o la revelación repentina en lugar del pensamiento racional.
2. Como otro sistema religioso y experiencia espiritual, que plantea que los seres humanos pueden lograr, por medio de su aplicación, comunicación con lo divino.
3. Y, por último, como un formulario de ideas que son, por su propia naturaleza, vagas y no corroboradas, o especulaciones gratuitas y sin fundamento alguno. Esta es la forma peyorativa. La más en boga.
Los iniciados
Lo oculto y lo místico han adquirido significado especial para el entendimiento del ser humano y para lograr juicio en la manera como su mente funciona.
Santa Teresa de Jesús
Parece plausible que los astrónomos y sus antecesores arcaicos, los astrólogos, hurgarían la inmensidad del firmamento por las soluciones que deseaban para explicar los misterios, todavía insolubles, de nuestras existencias terrenales.
La mirada se dirigió a los cielos porque en ellos se suponía que alojándose los planetas, habitaba Dios.
Entre los personajes de mayor prestigio, en la historia universal, que creyeran en lo oculto y el poder místico se cuentan Leonardo da Vinci, Sir Isaac Newton, Nostradamus, John Locke, Sigmund Freud, Carl Gustav Jung y Santa Teresa de Jesús, algunos de entre miríadas de otros en los que muchos prefirieron permanecer anónimos, por miedo a ser escarnecidos o ser colocados en la pira de los infieles, como hiciera la Inquisición de Santo Domingo de Guzmán con tantos inocentes, notable entre las víctimas, el filósofo y poeta italiano, Giordano Bruno.
Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos91/cosmologia-biologica-multiversos/cosmologia-biologica-multiversos
Los accidentes y sus consecuencias
Cuando un suceso "accidental" o fortuito ocurre, siempre es importante conducir una exploración de los factores asociados para tratar de entender su progresión y desenlace final.
¿Era de esperarse lo que, por "accidente", ocurriera, o era una desviación inesperada de lo esperable, pero carente de bases lógicas evidentes?
El hombre de Vitruvio por Leonardo Da Vinci
¿Fue 9-11 (ó 11-S) un fenómeno que provino directamente de las acciones de personas fanáticas o enloquecidas? ¿O fue un fallo en la labor de un país de preocuparse con su seguridad? O ¿fue simplemente un capricho del destino?
¿Qué, exactamente, lo causó y cuáles serán los efectos del mismo a largo y corto plazo?
¿Dónde acudir para lograr las respuestas?
Porque es una realidad de que todo lo que nos afecta, sucede porque es parte de la naturaleza de nuestro destino mismo, el hecho de que puede suceder como se postula en el Principio Antrópico.
Para seguir leyendo: http://www.monografias.com/trabajos48/principio-antropico/principio-antropico
Los ciclos de la historia como solución
Un tesoro escondido de información explicadora, proviene de los ciclos históricos. Los períodos glaciales, las diásporas humanas, la colonización de tierras inhóspitas. Los descubrimientos de nuevos continentes, el desarrollo de alfabetos, el nacimiento de nuevas religiones, la aparición de nuevos profetas, los descubrimientos médicos, las invenciones innovadoras y sus adaptaciones; todas parecen seguir cursos establecidos que permiten su aparición y su extinción simultánea.
Así fue con la explosión o Big Bang de las artes.
Los ciclos de la historia garantizan el conocimiento de que los cambios que nos afectan, no son cambios fortuitos.
Los cambios ocurren porque son esenciales para que haya equilibrio en el universo.
Porque como parte de un sistema cósmico más extenso, nosotros vivimos fusionados con éste, de modo indisoluble e inquebrantablemente acoplados.
Nosotros formamos parte de la historia de ese mismo universo. Nuestros cambios personales son derivados universales.
Un ejemplo prosaico que puede usarse en esta coyuntura para que nos sirva de ilustración sería el contraste de la reacción del populacho americano a la guerra en Vietnam y a la guerra en Irak.
Ambos conflictos han sido decididamente impopulares, evidentemente descabellados y esencialmente disruptivos a toda una nación y su economía.
Sin embargo, la guerra en Vietnam, se luchó como un conflicto impopular y con demostraciones masivas por parte de los americanos de todas clases para lograr que terminara. La guerra en Irak, una pantomima de "victorias" soñadas por un presidente, de entre todos, considerado por muchos el más inepto — hasta la llegada de Obama — no atrae reacción negativa en la forma de protestas airadas o desobediencia pública. No sabemos aun el porqué. Aunque sospechamos que sea debido a que los soldados de hoy no son conscriptos, sino profesionales voluntarios.
Es fácil entonces, presumir, que la guerra presente es un ciclo de proporciones históricas que nos aportará consecuencias esencialmente negativas y, lo peor, que son ineludibles.
Para poder utilizar estos conocimientos intuitivos y negativos, tendremos primero, que establecer nuestra posición en el espacio.
Universo
Para empezar, analicemos las coincidencias, de nuevo.
Nuestras dos coincidencias primordiales
1. El que exista un universo y
2. Que en este mismo florezca lo que llamamos vida (http://es.wikipedia.org/wiki/Vida.)
El que exista un universo
Nosotros, los seres vivientes nos hallamos dentro de un espacio de proporciones infinitas y de misterios igualmente formidables.
Para explicar nuestros orígenes basta entender que somos meramente una acumulación fortuita de átomos inorgánicos recipientes casuales del llamado "soplo de la vida". Todos los seres vivos que residen en este planeta están constituidos por los mismos elementos minerales e inertes: carbón, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Añadimos un poco de calcio, una pizca de sulfuro, un poquito de hierro y otros elementos muy mundanos y ordinarios — nada que no pueda adquirirse en la farmacia de la esquina — y es todo lo que se requiere para dar base a la vida. Lo único importante acerca de los átomos que nos componen es que, nos componen y nos hacen. Es precisamente cuando ellos deciden transformarse en materia viviente, donde comienza el milagro de la vida y el nacimiento de la consciencia.
Para leer más: /trabajos91/cosmologia-biologica-multiversos/cosmologia-biologica-multiversos
Lo que llamamos vida
Lo qué no sabemos es cómo y por qué los elementos mencionados, se convierten en materia viva, como tampoco sabemos cómo de esa vida brota nuestra conciencia y auto-cogniciones.
Ya que, ¿no son esos mismos átomos; los que se ensamblan para crear nuestras vidas, los que forman todas las rocas, los ríos, los minerales y todos los elementos inertes que componen el universo inanimado?
Siendo los mismos, significa que vivimos por un accidente o capricho. Que siendo partes del mismo cosmos. Lo único que nos separa, entre nosotros, es que unos estamos vivos y que otras cosas no lo están.
El BIG BANG
Parece apropiado que aquí hagamos referencia a este evento singular que, hasta ahora, nos ofrece la más adecuada de las explicaciones del comienzo de todo y de todos — al menos, de todo lo conocido.
Representación artística de la explosión primordial
El término fue acuñado por un cosmólogo llamado Fred Hoyle, en un momento de broma, lo hizo para un programa de radio en el año 1952, para designar el descubrimiento del astrónomo Monseigneur Georges Lemaître. De acuerdo con el último, cerca de 11.5 a 20 mil millones de años atrás un remolino de gas y de polvo cósmico, unos 15 mil millones de millas en diámetro comenzaría a agregarse y se condensó debido a la acción de fuerzas electromagnéticas, creando una explosión que permitiría la formación de elementos atómicos y el nacimiento de planetas, estrellas, de mundos y de galaxias. El nombre "Big Bang" era el chiste, pero la teoría aún persevera como la base científica del comienzo de los tiempos y como ejemplo patente del origen de algo proveniente de la nada.
Lo, que hasta ahora aquí hemos expresado, en realidad, no es tan simple, pero con lo que se ha dicho, hasta aquí, bastará. Aunque dudas han sido sembradas acerca de la veracidad del pensamiento científico.
El misterio de los misterios
La cosmogonía, utilizando la Constante de Hubble, nos certifica una edad, para el universo, que está en conflicto directo con la edad de algunas de las estrellas. Se estima que algunas de las estrellas son más viejas que el universo, creando el problema de cómo puede ser el universo más joven que algunas de las estrellas en éste contenidas.
Avancemos con nuestra ponencia, mientras los astrónomos estudian la solución al dilema por ellos creado.
Evolución H Sapiens
La antropología nos demuestra que nuestra especie de Homo s. sapiens "nació" en África hace unos 45 a 55 mil años. Un período de tiempo nimio en la medida del espacio. Ya que el espacio no es inmenso, sino que es extremadamente e incalculablemente, infinito — de ser posible utilizar ese solecismo lingüista.
De ser cierto, que nuestra especie se originó en África, la pregunta plausible sería, por qué los africanos en general parecen ser los menos desarrollados intelectual y culturalmente y los menos inventivos de los miembros de nuestra casta.
La respuesta aparenta ser simple, ya que conjura los conocimientos de los dos genios que de modo simultáneo e independiente, nos legaran la Teoría de la Evolución: Alfred Russell Wallace y Charles Darwin.
La mutación adaptadora
Si en las Islas Galápagos existen cormoranes que no vuelan, porque sus alas se atrofiaron, ya que bucean para procurar su alimento, como asimismo se encuentran otras especies ajustadas a entornos especializados, entonces: ¿por qué nuestras existencias no pueden estar reguladas por leyes cósmicas que no pueden abandonar sus planes al albur y que nos fuerzan a adaptar a la selección natural, cuando adaptar es lo que nos conviene?
Los africanos no tenían que acomodarse a las demandas de terrenos ni de climas inhospitables. Para ellos la vida era simple. El destino no les exigió un esfuerzo mayor, ni una necesidad persuasiva para arriesgar su confort y "ganarse la vida". Ellos vivían en un mundo de plenitud garantizada, por eso el investigar o la inventiva eran superfluos.
Cormorán sin vuelo
Por el contrario, para quienes arriesgarían todo en diásporas iniciadas por razones instintivas o presiones del entorno, el trabajo y la invención marcaban la separación que existía entre la supervivencia y la extinción total como especie — porque si nuestro universo ha sido generoso en la creación de vidas, ha sido aún más prolífico en la eliminación de las mismas; ya que de todas las especies que han existido en este planeta desde su formación 99.99% ya no existen.
Cifra ésta que nos debe de hacer cavilar…
Parece ser que es cierto el aforismo que nos advierte que: natura non facit saltum. Que existe una progresión ordenada y sin interrupción hacia una supervivencia última, o destino final, sin tener en cuenta lo que en el camino se descarta. Que, al final, especies vienen y especies van en una entelequia cósmicamente fundamental.
El rey de reyes
En medio de ese universo vivimos nosotros, especie joven, sin mutaciones aparentes en nuestra efímera historia, con ínfulas de ser divinos y con una predisposición al orgullo desmedido. Especie ésta que en sus ambiciones descomunales aproxima la proeza fallida de Ícaro el desventurado de la mitología. Ícaro el de las alas artificiales, Ícaro el que volara muy cerca del Sol a encontrar su destino, mientras Dédalo escapó.
La mitología, otro método que nuestros antepasados emplearan para dar sentido al enigma de la vida y para entender las incertidumbres de una existencia donde lo único seguro es morir, nos enseña otra lección.
Pero, la lección es: que siendo mortales, vivimos siempre, como si no lo fuéramos. Por eso el ser humano se considera, el rey de la creación.
La cosmogonía
Parece que fuera un preludio del pensamiento moderno, que el bardo y genio literario; el inmortal, Lope de Vega pronunciara esta máxima: "Camina mejor quien va mirando las estrellas…" Porque es precisamente, mirando a las estrellas lo que hemos venido haciendo mucho antes de que éste nos aconsejara recorrer nuestra vida con nuestras miradas fijadas en los astros celestiales.
Caída de Ícaro por Jacob Peter Gowi
Porque nada pasa por accidente, si se detiene uno a intuir los mensajes sutiles que todo el tiempo, en el universo, se transmiten.
Tenemos el ruido persistente e inexplicable del radio magnetismo cósmico, cuyo lenguaje no entendemos, porque no lo hemos descifrado.
Si lo entendiéramos, quizás pudiéramos interpretar los prolegómenos de cualquier evento o acontecimiento que nos afectaría.
Un ejemplo clínico lo ilustra.
Jaime
El caso de Jaime, como todas las viñetas clínicas que, como ejemplos usamos, son casos ciertos, con la particularidad de que se han cambiado de manera que la identidad real de las personas envueltas no se pueda discernir.
Para Jaime, y como fuera para tantos otros, fue un golpe muy duro cuando se enteró del suicidio del tío de Raquel, su esposa distanciada. Decidió ser razonable y apareció en el sepelio, sentándose, durante la misa entre ella y sus tres hijas, quienes con la madre quedaran. Notó una frialdad glacial cuando a ella la besara y la misma impresión de alejamiento la percibió emanando de todos los familiares del partido tío.
Camino a su finca, reflexionaba: "¿Y yo, qué hice de malo? Ella fue la que me dejó con la excusa de que yo le ponía más atención a la finca que a ellas cuatro. Realmente, no lo entiendo…"
Unos días más adelante las cosas empezaron a caer en su lugar. Por medio de un alguacil, Jaime recibió unos documentos que le informaban de que sus cuentas bancarias estaban embargadas y que sus propiedades habían sido impedidas por los abogados de su cuñado, a petición de la familia de Raquel.
La razón. A Jaime lo acusaban de no haber hecho pagos en una deuda de 3 millones de dólares contraída con el occiso.
¡No existe tal deuda!, exclamó el iracundo Jaime al alguacil. Éste de manera indiferente, le aconsejó la obtención inmediata de un abogado competente.
Los dos abogados por Honoré Daumier
Jaime se dirigía al bufete de su abogado con las actas del fiscal, cuando, sin saber porqué, de manera impulsiva y poco acostumbrada, se desvió y se detuvo frente a la casa donde antes viviera con Raquel y sus hijas. Desmontándose de su vehículo descubrió que la puerta frontal de la casa estaba entreabierta y la morada totalmente vacía.
Procediendo con cautela, subió las escaleras que conducían a la habitación principal, donde encontró que la caja fuerte estaba franca, y que unos documentos habían sido metidos en una carpeta con el nombre de los abogados demandantes.
Sin pensar, y sobrecogido de ansiedad, abrió su chaqueta, escondió el sobre y salió corriendo, usando la puerta trasera de la cocina para evitar que alguien se percatara de la visita.
Llegando donde su jurisconsulto, ambos examinaron el contenido del archivo.
En éste encontraron un documento de fecha reciente, que obtenía para Jaime y Raquel un préstamo por la suma de 3 millones de dólares. Como garantía para la operación se ponían todas las propiedades que ambos hubieran adquirido, incluyendo unas que estaban solamente a nombre de Jaime. El prestador fue no otro que el tío suicida.
Como las propiedades de ellos estaban, no sólo en nombre de ambos, sino que también eran listadas como "y/o", esto le permitía a cualquier esposo el derecho de actuar independientemente del otro en toda circunstancia. Entonces el préstamo en cuestión, aunque (posiblemente) ficticio era asimismo legítimo y válido para los fines.
Alegando abandono de su esposo y de su casa, Jaime interpuso un recurso que impedía acceso a Raquel de toda propiedad sola y conjunta, "hasta que ambas partes reconcilien cualquier diferencia que condujera al abandono del hogar legítimo, por parte de la esposa y al secuestro de dos hijas, todavía menores de edad".
El documento, accidentalmente descubierto por Jaime, es todavía sujeto de una pesquisa secreta de los parientes de Raquel, cuya fortuna sufriera un revés, tan accidental como severo. Ya que el "préstamo", sin documentación, no existe.
Que Raquel y Jaime están divorciados es conclusión racional.
Quizás para explicar el caso de Jaime nos parezca suficiente pensar que fue una de "esas cosas que pasan…"
Pero, no…
La expedición francesa
Vayamos al año 1735 y veamos el destino de una expedición al Perú que montaran unos científicos europeos.
Esta expedición fue dirigida por el hidrólogo Pierre Bouger y por el matemático y soldado Charles Marie de la Condamine. La expedición tenía como misión usar al Perú para obtener medidas triangulares por todos los Andes.
Por una extraña coincidencia todos los países importantes de Europa, simultáneamente, habían sido infectados por un deseo ferviente de determinar la edad de la tierra y la distancia entre los planetas. Los franceses, en este caso deseaban establecer la mesura de la circunferencia del mundo usando como parámetro la distancia de un grado de meridiano, medida que se tomaría en una línea trazada desde Yarouqui, cerca de Quito, hasta Cuenca. Una distancia de 200 millas.
Pero coincidencias, como luego veremos, empezarían a ocurrir para que esta excursión fracasara:
Charles Marie de La Condamine (1701-1774)
La expedición de la Real Academia Francesa de la Ciencia
En Quito, de algún modo, los visitantes lograron provocar los residentes locales, quienes los sacaron del pueblo seguidos por una turba de apedreadores. Muy poco después, el médico de los expedicionarios, fue asesinado sobre un malentendido acerca de una mujer. El botánico fue víctima de una locura inexplicable y severa. Otros murieron víctimas de derrumbes o de fiebres. El tercer hombre en comando, se fugó con una niña de trece años y nadie logró persuadirlo a que retornara.
Finalmente, lo que quedara del grupo, se desbandó.
La pregunta lógica es válida tres siglos después: ¿Por qué tuvieron los franceses que hacer sus medidas en medio de los Andes, cuando hubiese sido más simple hacerlas en Francia?
¿Coincidencias… simetrías… casualidad, o simple prepotencia francesa? Muchos franco-fóbicos, creerán lo último.
Lo importante hasta este momento es la realización que eventos de esta magnitud y de naturaleza similar no son acontecimientos extraordinarios. Lo que es extraordinariamente raro es que quienes fueran testigos o participan directamente en ellos, por temor a ser considerados supersticiosos, o místicos en el peor de los sentidos, rehusarían admitir que ocurrieran. Pero, cuando, finalmente, lo admiten, lo hacen atribuyéndoselos a un santo, a un ser todopoderoso, a un espíritu o ángel guardián, a una circunstancia fortuita o a una maldición.
¿Pero, qué son?
Nadie sabe, ni con certeza comprende o explica los misterios de nuestras vidas. Nadie.
Lo que, con certidumbre sabemos, es que la Naturaleza es mantenida en su equilibrio por leyes de fijeza inflexibles que se observan, desde el nivel atómico y molecular, hasta los organismos y estructuras más complejas que conocemos. Que todos los seres que, por accidente, estamos vivos, estamos compuestos de las mismas moléculas y de los mismos elementos de los que no lo están. Que en modo directo somos parte integral del universo, ya que cuando dejamos de existir sólo pasamos de ser vivos y conscientes a ser parte material, básica y elemental del superorganismo descomunal que es el cosmos.
Gaia
Que somos partes de un todo inmenso y que ese todo es elemento fundamental de nuestra composición. Que somos simbiosis en un sentido restringido al de que, aunque nos beneficiamos de la asociación, el universo a nosotros no nos precisa en sus funciones…
¿Qué no nos precisa? ¿Quién lo dice?
Las aplicaciones de la lógica y del método científico puede que nos asistan en este instante, ya que estando arraigados en el universo, forman parte del mismo.
Es como si adaptáramos nuestro entendimiento del cosmos para definir al mismo, y para encontrarle coherencia armoniosa.
En resumen
Las leyes de la Naturaleza
Las leyes que gobiernan todo lo que comprende el espacio infinito, son estables y draconianas. La velocidad y dirección de la luz, la atracción gravitacional universal, el flujo de las mareas, la migración de las aves, la anatomía y función del ojo, el desarrollo del pensamiento científico, el fenómeno de nuestra conciencia. Todo nos obliga a pensar que un equilibrio y un plan o predeterminación existe.
Que un orden nos gobierna, como la gravitación universal es responsable por la agrupación planetaria en los sistemas solares. Que dentro de ese orden, y afectando los seres vivientes, la evolución de rasgos que garantizan la vida y la reproducción exitosa de los vivos, para que nunca cese de haber seres vivos, son elementos que han persistido por toda nuestra historia.
Leyes de la Naturaleza
De ser así, no debe de sorprendernos que cuando parezca ser necesario, que las fuerzas homeostáticas de la Naturaleza, producirán cambios. Cambios enormes o cambios discretos, para utilizarnos como agentes de sus designios.
Que los eventos que determinaron ciertas coincidencias favorables o que nos libraron de experiencias funestas, no fueron meramente accidentales. Sino que fueron simetrías naturales, respondiendo a circunstancias especiales.
Pero, para captar el significado de estas teorías es esencial que construyamos la Naturaleza como una "madre" benigna con deseos egoístas para preservar las especies y no como esencia negativa y caótica sin caridad ni piedad.
Fin de la lección.
Bibliografía
Suministrada al final de esta serie de ponencias
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca