Crisis familiar y resolución de conflictos conyugales-rol del trabajador social (página 2)
Enviado por Lisbell Beatriz Rodriguez Revollar
El conflicto, por lo general esta asociado a experiencias negativas, destrucción; se entiende como enfrentamiento, violencia, guerra o muerte; sin embargo, se ha demostrado que puede haber conflicto sin violencia. El conflicto es parte de un proceso de cambio, nos ayuda a examinar los asuntos con más cuidado, a madurar y a superarnos. Es importante porque nos ayuda a reconocer las diferencias y diversos puntos de vista. El problema del conflicto no radica en "sí" mismo, sino en la forma que lo abordamos; por tanto el conflicto no es positivo ni negativo; puede ser una oportunidad o un peligro, de acuerdo a como lo manejemos. El conflicto no existe en la realidad, existe en el pensamiento de las personas, en su esquema mental; por tanto tiene un alto poder subjetivo, basado en experiencias anteriores percibidas directa o indirectamente. No se trata de evitar los conflictos, sino de manejarlos a partir del conocimiento real de las dificultades o discrepancias e intereses comunes que puedan tener las parejas. (Curso de Conciliadores 2007)
El conflicto es una oportunidad de crecimiento humano, de aquí el potencial educativo que tiene el aprendizaje del manejo creativo de los conflictos en nuestras familias. Si lo manejamos constructivamente, nos puede brindar los siguientes beneficios. (Fortaleciendo Familias: Modulo III. INABIF, 2009)
Enseñarnos nuevas habilidades y mejores caminos para responder a los problemas.
Construir mejores relaciones y más duraderas.
Aprender más acerca de nosotros y de los demás.
Desarrollar nuestra creatividad.
Respetar y valorar las diferencias.
Desarrollar el pensamiento reflexivo.
La realidad es tan compleja que como lo señala Carlos Matus, "Hay más de una explicación verdadera. Como son varios los actores que coexisten en la realidad, con capacidad de planificación diferenciada, habrán varias explicaciones de la realidad y todas estarán condicionadas por la inserción particular de cada actor en dicha realidad, es decir por su situación. En consecuencia ya no es posible el diagnóstico único y la verdad objetiva. Sólo es posible una explicación situacional donde cada sujeto explica la realidad desde la posición particular que ocupa en el sistema". (Carlos Matus. Política, planificación y gobierno. Biblioteca Cepal – Washington, 1987) (Cesip 2009). No existe verdad absoluta por tanto todos tienen una verdad relativa, la misma que al integrarla a un objetivo común, se tendrán muchas más posibilidades de entenderla y actuar sobre ella.
Considerando que no hay verdad absoluta; que cada quien puede tener parte de esa verdad desde su punto de vista e interés; entenderemos que por lo general nos encontraremos en conflictos y enfrentamientos constantes por hacer predominar nuestro interés, lo cual no resulta muy errado si sabemos utilizar el convencimiento, la persuasión y todo aquello que conlleva una buena comunicación, hacia el objetivo común de lograr el bienestar de la pareja y familia en conjunto.
Enfrentar un conflicto, una discusión, una discrepancia, una "pelea", en verdad conlleva a tener en cuenta los elementos básicos de una buena comunicación y sobre todo, la habilidad más importante en ella, que es la habilidad de escuchar.
La comunicación.-
La comunicación es un medio de interrelacionarnos con los demás seres humanos; solo a través de él sabemos lo que piensa y desea la otra persona; es dar y recibir información, ideas, actitudes, etc. Escuchar, hablar, leer y escribir son habilidades comunicativas fundamentales para poseer competencia comunicativa y ser comunicadores eficientes.
La comunicación eficaz entre dos personas se produce cuando el receptor interpreta el mensaje en el sentido que pretende el emisor; y cuando la comunicación verbal va acorde con la comunicación no verbal; es decir, que expresa con palabras y gestos lo que quiere comunicar. Ciertas habilidades de comunicación nos ayudan a mejorar las relaciones interpersonales.
Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. La falta de comunicación que se sufre hoy día, se debe en gran parte a que no se sabe escuchar a los demás. Se está más tiempo pendiente de las propias emisiones, y en esta necesidad propia de comunicar se pierde la esencia de la comunicación, es decir, poner en común, compartir con los demás. Escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. La escucha efectiva tiene que ser necesariamente activa por encima de lo pasivo. La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a entender a alguien se precisa asimismo cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona. (Angel Marcuello García. 2006)
Existen defectos por parte del oyente que impiden la escucha activa, lo que se pone de manifiesto cuando éste: (Moraima Aguilar Benítez. 2007)
No presta la debida atención a lo que se está diciendo.
Está pensando en su respuesta. En lugar de escuchar atentamente, la va preparando mientras el interlocutor está aún hablando.
Tiende a fijarse en detalles en lugar de tomar las informaciones principales.
No hace más que prolongar el pensamiento del hablante. Repite más de lo que el interlocutor ha dicho.
Intenta encajar en sus esquemas mentales lo que él menos domina. (Alexis Codina: "Comunicaciones interpersonales efectivas en el trabajo directivo", en Rev. Espacio, (Pág. 46))
La escucha activa implica que el que escucha está tratando de comprender al que habla, requiere captar la idea central, hacer preguntas para cerciorarse de haber entendido lo que ha querido decir el interlocutor. Existe otros elementos y actitudes que dificulta una eficaz escucha activa que debemos de tratar de evitar: (Angel Marcuello García. 2006)
No distraernos.
No interrumpir al que habla.
No juzgar.
No ofrecer ayuda o soluciones prematuras.
No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: "no te preocupes, eso no es nada".
No contar "tu historia" cuando el otro necesita hablarte.
No contra argumentar. Por ejemplo: el otro dice "me siento mal" y tú respondes "yo también".
Evitar el "síndrome del experto": ya tienes las respuestas al problema de la otra persona, antes incluso de que te haya contado la mitad.
Mientras que por otro lado, podemos señalar ciertas habilidades que debemos adquirir para la escucha activa: (Angel Marcuello García. 2006)
Mostrar empatía: Es escuchar sus sentimientos y hacerle saber que lo entendemos; no significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro.
Parafrasear. Este concepto significa verificar o decir con las propias palabras lo que parece que el emisor acaba de decir. Es muy importante en el proceso de escucha ya que ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente se está entendiendo y no malinterpretando lo que se dice.
Emitir palabras de refuerzo o cumplidos. Pueden definirse como verbalizaciones que suponen un halago para la otra persona o refuerzan su discurso al transmitir que uno aprueba, está de acuerdo o comprende lo que se acaba de decir.
Resumir: Mediante esta habilidad informamos a la otra persona de nuestro grado de comprensión o de la necesidad de mayor aclaración.
Expresiones de resumen serían:
"Si no te entiendo mal妱uot;
"O sea, que lo que me estas diciendo es妱uot;
"A ver si te he entendido bien妱uot;
Expresiones de aclaración serían:
"¿Es correcto?
"¿Estoy en lo cierto?"
Qué hacer cuando surgen DESAVENIENCIAS MATRIMONIALES?.-
Es frecuente que uno de los cónyuges diga algo que irrite al otro; lo que da pie a una discusión acalorada salpicada de sarcasmo y palabras ofensivas que producen heridas emocionales que tardan mucho tiempo en sanar.
Pelear no es sinónimo de ruptura. El problema es aprender a "pelear", sin denigrar al otro, insultarlo o agredirlo, sino aprender a exponer las diferencias, y lograr acuerdos que se puedan cumplir; señala Roxana Zevallos. Lo que vemos habitualmente, son parejas que no saben pelear y por ende, tienen serias dificultades para resolver sus diferencias. ¿Qué es lo que hacen? Por lo general uno ataca al otro o lo acusa de algo y el otro responde defendiéndose de las acusaciones. La pelea termina, sin vencedor ni vencido, sino más bien, con ambos frustrados, molestos, y con el problema sin resolver, pero más grave que antes. (Roxana Zevallos: 2006)
Se dice que para que exista conflicto tienen que participar dos personas; pero al margen de quien pueda iniciar la discusión y de los argumentos a su favor que tenga cada uno de ellos; es necesario tener en cuenta tres consejos para apaciguar los ánimos y llegar a un buen término:
1. Escuche a su pareja
2. Respete su opinión
3. Responda con cariño
Siguiendo los principios de la comunicación, al escuchar, dispóngase a oír no solo las palabras, sino también a percibir los sentimientos ocultos. Tal perspicacia le ayudará a no tomar como un agravio personal lo que diga su pareja y por el contrario llegará a la raíz del problema.
Al hablar, hay que tener en cuenta los tonos de voz, gestos y palabras exactas, que vayan al fondo del problema, y no a atacar a la persona. Lo importante de esta situación es mantener la serenidad y tener en claro que lo que se desea, es resolver el conflicto y no necesariamente ganarlo; porque como ya lo dijéramos en una relación de pareja no hay ganadores ni perdedores, la pareja es una sola y por tanto ganan o pierden ambos.
Lo que suele empeorar una situación es permitir que los sentimientos heridos e incontrolados dominen los pensamientos y las acciones; por ello, para una discusión tenga un resultado adecuado, es importante tomar en cuenta ciertos factores: (Roxana Zevallos.2006)
Calmarse antes de tratar un problema, aprender a reconocer los sentimientos de enojo, furia, tristeza, etc., para poder postergar una negociación hasta el momento en que ambos tengan la posibilidad de escucharse y entenderse.
Enumerar las necesidades o pedidos, es decir, establecer prioridades, no todos los temas tienen la misma importancia y por lo tanto no todos deben ser tratados a la vez.
Asegurarse de que el otro entendió lo que le quiso decir, no todos entendemos lo mismo, es importarte cerciorarse si nuestro mensaje llegó a la otra persona.
En una pareja, habitualmente hay dos puntos de vista diferentes, que deben ser respetados, y es a partir de reconocer esto que se puede empezar a establecer acuerdos.
Algunos aspectos que mejoran la comunicación. (Angel Marcuello García. 2006)
Al criticar a otra persona, hablar de lo que hace, no de lo que es. Las etiquetas no ayudan a que la persona cambie, sino que refuerzan sus defensas. Hablar de lo que es una persona sería: "te has vuelto a olvidar de sacar la basura. Eres un desastre"; mientras que hablar de lo que hace sería: "te has vuelto a olvidar de sacar la basura. Últimamente te olvidas mucho de las cosas".
Discutir los temas de uno en uno, no "aprovechar" que se está discutiendo, por ejemplo sobre la impuntualidad de la pareja, para reprocharle de paso que es un despistado, un olvidadizo y que no es cariñoso.
No ir acumulando emociones negativas sin comunicarlas, ya que producirían un estallido que conduciría a una hostilidad destructiva.
No hablar del pasado. Rememorar antiguas ventajas, o sacar a relucir los "trapos sucios" del pasado, no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta malos sentimientos. El pasado sólo debe sacarse a colación constructivamente, para utilizarlo de modelo cuando ha sido bueno e intentamos volver a poner en marcha conductas positivas quizá algo olvidadas. Pero es evidente que el pasado no puede cambiarse; por tanto hay que dirigir las energías al presente y al futuro.
Ser específico. Ser específico, concreto, preciso, es una de las normas principales de la comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma concreta de avanzar. Cuando se es inespecífico, rara vez se moviliza nada. Si por ejemplo, nos sentimos solos/as y deseamos más tiempo para estar con nuestra pareja, no le diga únicamente algo así: "No me haces caso", "Me siento solo/a", "Siempre estás ocupado/a". Aunque tal formulación exprese un sentimiento, si no hacemos una propuesta específica, probablemente las cosas no cambiarán. Sería apropiado añadir algo más. Por ejemplo: "¿Qué te parece si ambos nos comprometemos a dejar todo lo que tenemos entre manos a las 9 de la noche, y así podremos cenar juntos y charlar?".
Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir: "últimamente te veo algo ausente" que "siempre estás en las nubes". Para ser justos y honestos, para llegar a acuerdos, para producir cambios, resultan más efectivas expresiones del tipo: "La mayoría de veces", "En ocasiones", "Algunas veces", "Frecuentemente". Son formas de expresión que permiten al otro sentirse correctamente valorado.
Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño. En todo caso, corre el peligro de que le rehúyan por pesado cuando empiece a hablar. Hay que recordar que: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".
Cuidar la comunicación no verbal. Para ello, tendremos en cuenta lo siguiente:
La comunicación no verbal debe de ir acorde con la verbal . Decir " ya sabes que te quiero" con cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si no se hubiera dicho nada.
Contacto visual. Es el porcentaje de tiempo que se está mirando a los ojos de la otra persona. El contacto visual debe ser frecuente, pero no exagerado.
Afecto. Es el tono emocional adecuado para la situación en la que se está interactuando. Se basa en índices como el tono de voz, la expresión facial y el volumen de voz (ni muy alto ni muy bajo).
Elegir el lugar y el momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo comunicativo, un modelo coherente o un contenido adecuado pueden irse al traste si no hemos elegido el momento adecuado para transmitirlo o entablar una relación. Es importante cuidar algunos aspectos que se refieren al momento en el que se quiere establecer la comunicación:
El ambiente: el lugar, el ruido que exista, el nivel de intimidad…
Si vamos a criticar o pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas con nuestro interlocutor.
Si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas significativas.
Si ha comenzado una discusión y vemos que se nos escapa de las manos o que no es el momento apropiado utilizaremos frases como: "si no te importa podemos seguir discutiendo esto en… más tarde".
Cuando hablamos de relaciones saludables nos referimos a aquellas relaciones que se dan en la familia o pequeños grupos que posibilitan que sus integrantes se sientan bien entre sí. Para ello es importante que los miembros de la familia y/o del grupo puedan expresar libremente sus ideas y opiniones, propiciando el desarrollo de sus capacidades emocionales para enfrentar la vida y/o situación que los aúne. (INABIF, 2007)
Una familia donde existen relaciones saludables presenta las siguientes características:
Los miembros se sienten muy unidos los unos a los otros.
Se piden ayuda entre sí.
Les gusta pasar juntos el tiempo libre.
Les es fácil encontrar momentos para hacer cosas juntos
Promueven la participación de todos.
Son aceptadas las sugerencias de cada uno de los miembros.
Se muestran afecto y pueden expresar libremente sus emociones
Las relaciones saludables se pueden generar incentivando:
Un clima de confianza y de libertad
La amistad entre todos los miembros
Propiciando el dialogo entre sus integrantes como forma de resolver las desavenencias.
Enseñándonos entre todos y con el ejemplo a ser responsables de sus actos.
Creando oportunidades de conversación, para escucharnos y poder comprendernos.
Brindando y expresando amor, propiciando el desarrollo de la afectividad entre los miembros
Fomentando en el espacio donde nos encontremos, una atmósfera positiva en la que se practiquen valores como: la tolerancia, el respeto, la solidaridad, etc
A fin de obtener buenas relaciones personales debemos tener la actitud positiva que se refleja en los siguientes procedimientos para controlar las frustraciones de la vida.
Procedimiento 1
No le des demasiada importancia a las cosas que no la tienen, reconoce que las fricciones y fracasos pequeños son parte de la vida.
Procedimiento 2
"toma tu tiempo y actúa fríamente". Algunas veces, cuando las cosas andan mal, es útil escapar de esa situación por algún tiempo. No permitas que tus emociones te dominen.
Procedimiento 3
"Ponte en el lugar del otro" No consideres únicamente tu parte en el asunto, trata de ver el problema desde el punto de vista de la otra persona.
Procedimiento 4
No te encierres en tu frustración. Cuando algo te preocupe, habla con alguien en quien puedes confiar.
La negociación y la mediación.-
La negociación y mediación son medios de atención a los conflictos familiares y de pareja, ya que permiten la reflexión, la sensibilización; dejar de lado el subjetivismo e individualismo y orientarse a un objetivo común, a aquel objetivo que inicialmente implícita o explícitamente tuvo la relación.
El empleo de la mediación en el ámbito de los sistemas familiares, hoy en día resulta la mejor forma de atender los conflictos conyugales; para ello no bastan los conocimientos generales de mediación; resulta imprescindible que el mediador pueda entender el sistema familiar, conducir las emociones, comprender sus pautas de funcionamiento, relacionar las disputas con el ciclo de vida y el tipo de familia, detectar rasgos de violencia doméstica y comunicarse con todos sus integrantes, más allá de las diferencias de edad y género. (Marines Suares.2002)
Negociar no es ceder; implica lograr acuerdos que satisfagan a ambos, acuerdos donde ambos se sientan representados y acuerdos que orienten a la obtención de objetivos comunes. Implica ser tolerante, saber persuadir, convencer; pactar, tranzar, dialogar.
A través de la negociación, dos o más personas con intereses opuestos pueden llegar a un acuerdo común. Para negociar es necesario que las personas desarrollen determinadas capacidades y características que permiten una mejor relación con los demás: (Maria Elena Iglesias, 2006)
Autoestima y seguridad personal, lo cual implica autoconocimiento.
Empatía, es decir, poder reconocer y respetar los sentimientos y necesidades del otro.
Asertividad, que significa que podemos expresar nuestras ideas, sentimientos, necesidades y puntos de vista, con seguridad y firmeza sin ser agresivos y también sin sentirnos amenazados.
Para negociar, es importante a su vez, seguir los siguientes pasos: (Maria Elena Iglesias, 2006)
Primer paso: Definir con claridad lo que se quiere lograr. Cuando se sabe exactamente qué es lo que se quiere, también es posible identificar hasta dónde se puede ceder.
Segundo paso: Comprender la necesidad y punto de vista de la otra persona. Para esto es necesario escuchar "activamente", es decir, tratar honestamente de comprender qué quiere y por qué lo quiere.
Tercer paso: Identificar diferencias y coincidencias entre las dos posiciones. Los puntos de coincidencia son de gran ayuda para llegar a un acuerdo.
Cuarto paso: Desarrollar opciones tomando en cuenta la propia necesidad y la necesidad de la otra persona. Esto implica estar dispuesto a aceptar posibilidades diferentes a las consideradas inicialmente.
Quinto paso: Llegar a acuerdos y compromisos. Definir que va hacer cada uno para lograr lo que ambas personas buscan.
Labor del Trabajador Social en la resolución de conflictos conyugales.-
El Trabajador Social, a igual que otros profesionales de las ciencias sociales cuya función sea la de mejorar las relaciones interpersonales y familiares para lograr el bienestar de sus miembros; juega un rol importantísimo en la resolución de conflictos conyugales.
Pese a existir muy poca, casi nula bibliografía al respecto; me atrevo a señalar que la mediación en el sistema familiar, a través de la intervención profesional del Trabajador Social, podría estar dándose hasta en cuatro tipos de actividades: Promocionales, preventivas, de atención de casos y de monitoreo; dentro de los cuales se pueda ir trabajando organizadamente.
PROMOCIÓN | PREVENCIÓN | Atención de casos | Monitoreo | |||
Desarrollo de capacidades | Actividades Socio culturales | Primaria | Secundaria | Registro | Seguimiento |
Enfatizando a su vez, tres líneas de acción que asegure el desarrollo integral de la persona: del desarrollo personal, la de integración familiar y la de promoción social.
Actividades como las que permiten el desarrollo de habilidades sociales, fortalecimiento de autoestima, estilos de relaciones familiares saludables, paternidad responsable, la promoción de derechos y equidad de género; podría conllevar a estrechar lazos de solidaridad y apoyo mutuo entre los miembros de la familia; y evitar los conflictos negativos que no conducen mas que incrementar resentimiento y odio al interior de quienes participan en ello.
Por otro lado, las técnicas que pudiéramos emplear para ello; estaría dada desde la misma charla, taller, orientación, consejería hasta la terapia individual, de pareja y de familia; que se viene dando en algunos sectores más médicos y terapéuticos que preventivo promocional.
Queda el compromiso de seguir ahondando al respecto e ir dándole una nueva orientación a la labor del trabajador social; que no solo debe consistir en palear las dificultades sino ayudar a enfrentarlas de manera reflexiva y sostenible.
Debemos entender que el objetivo de lograr mejores condiciones de vida y el bienestar de la familia debe partir por mantener una buena relación al interior de ella; y que la pobreza y crisis no siempre es económica, existe también crisis de valores, de principios que no permite la convivencia en armonía y la de luchar por encontrar la estabilidad económica y emocional de los integrantes de la familia.
Dejemos por lo pronto sistematizado las Causas y como afrontar los conflictos:
Causas del conflicto:
Falta de comunicación verbal
Extrema utilización del lenguaje expresivo, gestual
Demasiada suspicacia, subjetividad, inseguridad, baja autoestima.
Experiencias negativas
Búsqueda de poder y control
Como afrontar los conflictos:
Tomarlo como una oportunidad
Estar dispuesto a confrontar puntos de vista
Estar dispuesto a superarse, reforzando sus puntos de vista y/o asumiendo nuevos.
Ser asequible, ceder, comprometerse, colaborar
Hay que manejar la cólera弯font>
Ser tolerante, paciente, ubicarse en el lugar del otro.
Terminemos estas reflexiones con lo que el INABIF viene promoviendo:
¡ CUIDEMOS DE NUESTRAS FAMILIAS:
EL MEJOR ESPACIO PARA CRECER Y DESARROLLAR ¡
Aguilar Benítez, Moraima (2007). Reflexiones acerca de la habilidad escucharen el proceso docente – educativo. Rev. Digital-Buenos aires-Año 11 Nº 106
Apuntes Curso de Conciliadores (2007). Municipalidad de Comas
CESIP (2009). "Construcción de una estrategia concertada para la erradicación de la explotación sexual comercial de adolescentes, niñas y niños en el distrito de Comas".
Iglesias Lopez, Maria Elena (2006): Construyendo el buen trato. Cesip
INABIF (2009). Fortaleciendo Familias: Modulo III.
INABIF (2007). Folleto. Relaciones Familiares Saludables.
Lineamientos por el Día de la Familia 2006: INABIF-UGDIFPV
Marcuello García, Angel (2006). Habilidades de Comunicación: Técnica para la comunicación eficaz.
Marines, Suares (2002): Mediando en sistemas familiares.
Plan Nacional de Apoyo a la Familia (2004-2011).Principios rectores del Plan. Perú
Zevallos, Roxana (2006). Artículo extraído del internet "Conflictos de pareja"
Autor:
Lic. Lisbell Rodriguez Revollar
Nacionalidad Peruana. Licenciada en Trabajo Social UNMSM. Egresada de Maestría en Política Social UNMSM. Actualmente labora en el "Centro de Desarrollo Integral de la Familia (CEDIF) Año Nuevo"-INABIF.
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