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Promoción y animación sociocultural, alternativas para la cultura


  1. Promoción y Animación Sociocultural en los momentos actuales
  2. Aproximación desde lo etimológico
  3. Promoción Sociocultural
  4. El promotor
  5. Animación Sociocultural
  6. El animador
  7. Promoción y Animación Sociocultural = CULTURA
  8. Bibliografía

Resumen

Este artículo muestra elementos básicos relacionados con la Promoción y Animación Sociocultural, categorías científicas útiles para transformar la realidad cultural del hombre dentro de su comunidad con dinamismo, creatividad y sentido de pertenencia, y permitir su desarrollo; es por ello que se asumen como alternativas de la cultura.

Promoción y Animación Sociocultural en los momentos actuales

El hambre, las guerras, la desigualdad social, el deterioro del medio ambiente, las pandemias son retos que enfrenta hoy el siglo XXI. Aparejado a ello se desarrollan, aceleradamente, la ciencia y la tecnología y un proceso de globalización que impone a cada instante patrones hegemonizantes que asfixian la cultura de otros pueblos al no permitir que estos emerjan con sus propias costumbres y tradiciones.

Entre ellos constituye América Latina un continente diana, pues aún no se ha logrado el autorreconocimiento y la integración necesarias para enfrentar el deseo voraz de la gran potencia de apoderarse de todo y de todos. De ahí ese ímpetu que acompaña a los pueblos de América en la actualidad para continuar "en cuadro apretado" defendiendo no solo su independencia económica sino también su cultura, patrimonio e identidad.

Cuba no se encuentra ajena a esta situación pues constantemente es víctima del acecho del imperio y, unido a ello, se enfrenta a un proceso de reordenamiento interno, de base económica fundamentalmente pero que abarca todos los ámbitos de la sociedad, que no es asumido de la misma forma por sus ciudadanos, sino que se adopta en correspondencia con preceptos, experiencias, condiciones de vida, espacio geográfico, nivel de escolaridad, lo cual imprime al proceso un fuerte elemento subjetivo a la hora de comprenderlo y asimilarlo.

Todo esto hace que se manifiesten comportamientos socio-culturales disímiles, unos marcados por la inconformidad, la apatía, el estrés, la desmotivación, el hipercriticismo, el abandono de elementos de nuestra identidad, y otros por el optimismo, el agradecimiento, el impulso al desarrollo cultural y la seguridad del éxito futuro. Se impone entonces la búsqueda de soluciones para cambiar ese estado negativo e instaurar en la sociedad un espíritu creativo, dinámico y eficaz que permita el avance de nuestro proyecto socio-cultural, nuestra mayor necesidad en este siglo XXI.

Estas soluciones han de tener, por supuesto, como eje central al hombre, en su sentido abarcador de ambos sexos, pues constituye el ente primordial para llevar a cabo la transformación que se desea; pero no un hombre alejado de su medio natural y social sino más bien imbuido totalmente en él pues es allí donde surge y se interrelaciona para obtener experiencias que le permitan transformar y transformarse hacia formas superiores.

Este empeño no ha de lograrse de manera aislada, sino que ha de vincularse con la ciencia, pues ella ofrece elementos esenciales para explicar los fenómenos y encontrarles soluciones prácticas y coherentes con la realidad. En este caso, las Ciencias Sociales y Humanísticas permitirán un acercamiento al respecto, pues es donde se analiza ese entramado de relaciones entre el hombre y la sociedad mediadas por la cultura, aunque se tomen elementos de otras que de igual manera se interrelacionan.

Y es que en ellas encontramos disímiles herramientas teóricas que ayudan a modificar conductas y modos de pensar a partir del trabajo con la cultura en la comunidad. Es el caso de la Promoción y Animación Sociocultural, categorías que por su denominación pueden interpretarse como simples, pero en realidad encierran todo un arsenal de conocimientos útiles para transformar la realidad cultural del hombre dentro de su comunidad con dinamismo, creatividad y sentido de pertenencia, y permitir su desarrollo; es por ello que se asumen como alternativas de la cultura.

Promoción y Animación Sociocultural. Aproximación desde lo etimológico

Son varios los estudios realizados para definir ambas categorías y determinar sus características, por lo que es posible ilustrarse claramente a qué se refiere cada una. No obstante, acercarse primeramente al significado de cada vocablo por separado ayuda a comprender qué permiten en su conjunto.

A primera vista, la promoción se relaciona con difundir, dar a conocer, enseñar a la sociedad un hecho determinado; lo cual no es totalmente desacertado porque es como se asume a nivel social. Sin embargo, al investigar en el Diccionario de la Lengua Española Esencial Larousse se obtiene una mayor precisión de su significado: "promoción" es la acción de promocionar, que a su vez se refiere a dar impulso a una empresa, es decir, a una tarea o acción que se emprende.

En el caso de la animación, según el Diccionario de la Lengua Española Esencial Larousse, "animar" se refiere a dar ánimo, comunicar mayor vigor, intensidad y movimiento; impulsar, mover; dar alegría; y "sociocultural", relativo a las estructuras sociales y a la cultura que contribuye a caracterizarlas. Estamos en presencia entonces de una acción que busca romper la inercia, en este caso dónde sería, pues dentro de una comunidad y cómo, mediante la transformación de su cultura.

Es decir, que la propia comunidad posee los elementos que le van a permitir transformarse, aunque para ello deba poseer también el interés de los individuos que la conforman, por ser ellos los objetos de esa transformación.

Por tanto, Promoción y Animación están encaminadas a modificar una realidad, a permitir un avance, un desarrollo, y al estar ambas acompañadas del término sociocultural, se circunscribe entonces ese afán de transformación a una comunidad como estructura sine qua non de una sociedad y se brinda el punto de partida para lograr la transformación, la cultura. De manera que se observa un vínculo indudable entre ambas categorías, las cuales al trabajarse planificada y organizadamente permiten esa transformación de la comunidad que tanto se necesita en los momentos actuales, y, por supuesto, su desarrollo.

Promoción Sociocultural

Para conocer qué elementos componen la Promoción desde el punto de vista científico y teórico, Sonia Almazán del Olmo y Mariana Serra García proponen la siguiente definición

(…) proceso activo dirigido a estimular y organizar a los diversos actores y agentes sociales para que participen en la transformación de su realidad, donde se dan diversas fases que van desde sensibilizar a los sujetos para motivarlos a participar, capacitarlos para que adquieran las habilidades y destrezas necesarias para la intervención y facilitarles la organización que propicie su participación (2004: 213)

Este concepto se refiere solo a la Promoción, pero se analizaron otros donde se añade el elemento cultural y social, de ahí las denominaciones de promoción cultural y promoción sociocultural respectivamente que existen. No obstante, es válido resaltar que aunque en su sentido macro, se trata de una herramienta de las Ciencias Sociales para movilizar a los individuos con el objetivo de que se conviertan en protagonistas del cambio de su realidad.

Migdalia Tamayo Téllez (s.a.: 80) es una de las autoras que se refiere a la promoción cultural y la define como "el proceso portador de valores culturales históricamente acumulados a las nuevas generaciones (…) donde se imbrican de manera sorprendente la ciencia y las artes"; aquí se introduce la cultura como elemento a promocionar en aras de garantizar su trasmisión a los individuos más jóvenes de la comunidad, para que la conozcan, asimilen y enriquezcan a partir también de la promoción de sus propias experiencias.

Pero, qué sería entonces la Promoción Sociocultural, la misma autora ofrece sus valoraciones al respecto cuando la asocia "con la promoción social del arte y la cultura, encabezado por el conjunto de instituciones actuantes en escenarios locales, territoriales y nacionales, sin excluir a otras personas, organismos e instituciones culturales interesadas en ello" (Tamayo Téllez; s.a.:80)

Quiere decir que se añade a todo este proceso de asimilación de la cultura y posterior transformación como garantía de su desarrollo, la participación de todos los seres sociales organizados o no en instituciones; es decir, todo individuo contribuirá al desarrollo sociocultural de su comunidad al convertirse en protagonista del proceso de elaboración y ejecución de acciones encaminadas a ello, donde se incluyen las instituciones u organismos que forman parte de esa comunidad.

Otros autores la definen "como un sistema de acciones dirigidas a establecer o impulsar la relación activa entre la población y la cultura, para alcanzar niveles superiores en el desarrollo de ambos" (Colectivo de autores; 1995: 9) Aquí se observa cómo la labor de promoción gira en torno a todo lo que tiene que ver con la cultura, ese es su eje, pero cómo promoverla de manera eficaz, sin caer en la reiteración…Para ello resulta esencial detenerse en las concepciones siguientes:

para promover la cultura es esencial conocer las características de la realidad cultural de cada comunidad, sus potencialidades y recursos, detectar sus problemas, conocer sus valores patrimoniales, los gustos, intereses, los niveles alcanzados en la creación y percepción por la población del lugar; es decir el estado real de cada uno de los elementos del ciclo para alentar y estimular el desarrollo y reproducción sociocultural, a partir de la integración de los procesos espontáneos generados por la propia comunidad. Para llegar a todo este conocimiento es necesario la realización de una investigación diagnóstico– operativa, rigurosa y sistemática (Idem)

Se aprecia la necesidad de partir de un diagnóstico de la comunidad para conocer sus características desde el punto de vista cultural (con todo lo que encierra la cultura, pues es este el elemento a trabajar) y, sobre todo, las necesidades culturales que presenta, para entonces encaminar las labores de promoción y animación. No se trata de seleccionar un sitio y realizar allí actividades, sino de determinar el objetivo de la labor de promoción y animación que se llevará a cabo, y a partir de ahí, conformar todo un programa de acciones que ayuden a cumplirlo.

¿Qué se persigue con esto?, que los miembros de la comunidad se identifiquen con el proceso, se vean reflejados y sientan cuán importante es su participación activa para alcanzar un desarrollo sociocultural que les permita ser identificados por la sociedad, sobresalir positivamente dentro de ella.

Por tanto, la labor de Promoción Sociocultural (PSC) tiene sus funciones, no solo se lleva a cabo para dar a conocer un hecho determinado sino que la forma de promover ese hecho debe cumplir requisitos. Al respecto tienen validez las funciones que Sandra Mustelier Ayala (2000: 82) señala, estas son:

Cabría preguntarse entonces a qué se refiere la función lúdica y es que precisamente a través del juego se puede lograr la movilización de toda la comunidad, porque este aporta dinamismo y creatividad a la trasmisión de mensajes de cualquier índole. A través del juego se puede, incluso, educar a los individuos; desarrollarles un sentido de apreciación estética de su realidad; transmitirles mensajes, porque se comunica no solo con la palabra, sino también con gestos, canciones, movimientos; es decir que esta constituye una función de amplio espectro.

En cuanto a la función política, se pone en práctica porque la cultura en una sociedad debe responder totalmente a sus preceptos político-ideológicos, y en el caso de la nuestra, la cultura se ha desarrollado a la par de nuestro proceso revolucionario, que le ha dado la importancia que requiere y cada día perfecciona sus maneras de hacerla y desarrollarla. Por lo tanto, todo aquel elemento cultural que se promueva deberá contribuir al desarrollo de ese individuo o comunidad dentro del sistema social donde vive.

Los autores que trabajan el tema añaden otro elemento al trabajo de PSC y es lo relacionado con la gestión cultural, al respecto Migdalia Tamayo Téllez afirma que esta

implica la organización de todas las fases garantes de una oportuna circulación del producto, la retroalimentación constante de los cambios generados en el consumo cultural y en las nuevas creaciones. De lo anterior se deriva (…) la planificación y ejecución de las actividades a desplegar en respuesta a la circulación del producto cultural, las medidas de aseguramiento y la selección del producto en sí, los mensajes alrededor de él y el medio o los medios más convenientes para su ejecución, así como los espacios donde cada producto debe ser ubicado (s.a.:80)

Y añade que en este proceso "intervienen varios elementos como el producto cultural (…) la acción promocional donde se ubican los medios a través de los cuales se ejecuta (…) y debe significar el intento de crear la demanda en segmentos poblacionales (Idem)

Es decir que luego de conocer las necesidades culturales de una comunidad deben determinarse los modos de llevar a cabo la promoción para que sea efectiva y las acciones correspondientes. Entre estas acciones se ubican las "(…) actividades que propicien la creación, el desarrollo de la actitud creadora. Aquellas que propicien la difusión o propagación de los valores culturales. Y la que propicia la asimilación o el consenso de los valores culturales" (Colectivo de autores; 1988: 67)

El promotor

Se impone entonces acercarse a una figura sobre la que recae, precisamente, la organización y dirección del proceso de promoción, el promotor quien

debe lograr el establecimiento y desarrollo de relaciones de trabajo con todas aquellas instituciones e individuos cuya función contribuya a la promoción y al desarrollo cultural, debe lograr la coordinación y la interrelación con los diferentes componentes de la sociedad para el desarrollo de su labor (Idem)

Para algunos autores existen "dos tipos de promotores: el directo, relacionado con el trabajo directo de la promoción y el indirecto que es aquel que influye en las masas a través de acciones culturales pero no promueve directamente"(Idem)

Esto se refiere a que existe el promotor formado desde la academia, pero está también el empírico, el que se inserta en cada proceso y atrae a su comunidad, el que disfruta impulsar el desarrollo de su entorno social, este posee tanto valor como aquel. En la realidad cubana existen ambos tipos y cada día se trabaja sobre la base de que cada individuo se convierta en promotor en su propio entorno.

No obstante, existen características asociadas a esta ocupación que de no poseerse, se forman durante su preparación académica. Al respecto hay autores que afirman que "el promotor cultural tiene que poseer aptitudes que lo conviertan no sólo en facilitador de la vida cultural de los territorios, sino en un agente de cambio que propicie dinamizar las potencialidades de las comunidades y fortalecer el sentido de pertenencia y la identidad local y nacional" (El promotor cultural en Cuba, s.a y s.f.)

En el caso de Cuba, el promotor cultural asume la responsabilidad de viabilizar el acceso del individuo a la cultura desde su comunidad, y siempre se le ha dado prioridad a su trabajo; de ahí que se le haya colocado en instituciones culturales rectoras de la labor cultural (Casas de Cultura, Bibliotecas, Cines, etc) El promotor cultural se encarga de llevar la cultura a cada espacio de la sociedad y para ello no solo utiliza su imaginación, sino también técnicas y ejercicios aprendidos en sus estudios; entre ellas, la animación es una de las más utilizadas pues dispone a los receptores para su total inserción en la actividad.

De manera que la Promoción, a la vez que herramienta general de disímiles usos, se convierte en instrumento de la Animación Sociocultural (ASC) pues facilita la eficacia de su puesta en práctica y "no se debe concebir única y exclusivamente, como la posibilidad de una cultura para todos, hablando solamente en términos de acceso, sino de una cultura por todos y de todos; la cultura hacia las masas, en las masas y para las masas" (Idem)

Animación Sociocultural

A qué se refiere entonces la ASC. Luego de un primer acercamiento etimológico se pudo desentrañar que ella se convierte en una herramienta eficaz para contribuir al desarrollo de nuestra sociedad cubana actual, puesto que implica un trabajo personalizado con el hombre en su medio social para hacerlo reflexionar en torno a las potencialidades culturales que este posee y que le permitirán desarrollarse aún más y autorreconocerse como único y especial dentro de la sociedad a nivel macro.

Se impone entonces un detenimiento en algunas definiciones de ASC que ofrecen estudiosos de la temática para conocer a profundidad qué otros elementos engloba. Tal es el caso de Escarbajal de Haro, Andrés et all cuando afirman que

La ASC es un proyecto de intervención para motivar y estimular, interviene desde grupos y hacia la comunidad. Se trata de actuaciones críticas, libres, transformadoras de la sociedad. Debe generar procesos de participación en los colectivos y comunidades, usa una metodología que implica y responsabiliza a los ciudadanos. Despierta la capacidad de análisis, organización, creación y expresión. Busca cambiar la realidad existente para superarla (1989: 25)

Se observa cómo estos autores esclarecen que la ASC implica realizar críticas, las cuales han de ser constructivas, pues a partir de los problemas que se detecten en esa comunidad, se iniciará un análisis para hallar soluciones que impliquen la participación de todos en el cambio de esa realidad, pero no solo para transformarla, sino también para superarla. De ahí la importancia de la asc no solo como agente de cambio sino también como agente creador, de desarrollo de una realidad nueva, despojada de la inmovilidad.

En el estudio realizado también se encontró definida la ASC como "un proceso que conduce al logro de una real participación de los actores sociales en el conocimiento de su cultura" (Colectivo de autores; s.a.:43), y al respecto, otros autores aclaran que el concepto de cultura con que trabaja la asc es el ofrecido desde la perspectiva de la antropología por el británico Edward B. Tylor en 1871 que se refiere a la cultura como "… ese todo complejo que incluye conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad ". (1996:34)

Es decir que se toman las experiencias que ha acumulado el hombre en su devenir social, a partir del constante intercambio con sus semejantes, más que ese concepto que se trasmite biológicamente.

La Dra Rafaela Macías Reyes también ha expresado sus consideraciones en torno a la ASC, por ejemplo en la conferencia "La animación sociocultural. Situación actual y tendencias de futuro" que ofreció en el Centro de Superación para la Cultura donde plantea que esta

se asume como un proceso complejo inserto en el desarrollo cultural de las comunidades, asociaciones, instituciones, sectores y grupos dirigidos a lograr la real participación de la sociedad en la cultura. En este proceso, la asc descubre las formas prácticas de facilitar la incorporación al desarrollo cultural, no sólo la memoria histórica, las tradiciones, costumbres, sino también las nuevas propuestas de alternativas para la conservación, defensa y desarrollo del patrimonio cultural, la identidad y la cultura

Y aquí se observa un elemento nuevo con respecto a lo analizado anteriormente, y es que no solo se habla de comunidad como punto de partida para poner en práctica la ASC, sino que también esta debe llegar a las instituciones, asociaciones y los sectores existentes dentro de ella (de igual modo que en la promoción), puesto que no puede verse aislada a la comunidad de su entorno y estas instituciones, sin dudas, contribuyen a su existencia y al desarrollo de su cultura. De manera que aplicar la ASC implica expandirse, darle tratamiento y participación a todo cuanto existe dentro de la comunidad objeto, lo cual constituye un elemento positivo pues permite un mayor alcance.

Por otra parte, en esta definición se aprecia un objetivo más definido en cuanto a lo que se quiere transformar porque incluye además de esa cultura de base antropológica ya referida, el patrimonio cultural de la comunidad; se encamina por tanto el trabajo de ASC hacia la búsqueda de soluciones para insertar una comunidad al desarrollo cultural de la sociedad en general, a partir del autorreconocimiento de su propia memoria histórica y su patrimonio como singularidades que, a la vez, aportan al desarrollo cultural de la nación. Esto permite, además, la identificación de los sujetos con el proceso a desarrollar.

Existen otras definiciones acerca de la ASC, pero el análisis realizado hasta el momento muestra que aunque son diferentes hay ideas y términos comunes, tales como: comunidad, desarrollo cultural, participación, identidad. Por tanto, la autora ha podido comprender su esencia y crear su propio concepto basado en que la Animación Sociocultural constituye una herramienta de las Ciencias Sociales que permite intervenir en el desarrollo cultural de una comunidad, a partir de la interacción directa con sus individuos en aras de motivarlos para que descubran sus valores culturales y los desarrollen con su propia intervención social.

Para poner en práctica la ASC no solo basta con dominar a qué se refiere, sino también cuáles son sus objetivos, pues ello permitirá la organización del trabajo. Al respecto resulta de gran ayuda citar algunos de los que plantea Escarbajal de Haro, André et all (1989: 25), estos son:

  • Fomentar la solidaridad y el compañerismo a través de la comunicación y el trabajo grupal.

  • Sensibilizar sobre la importancia de utilizar educativamente el ocio y el tiempo.

  • Buscar la participación, planificación y desarrollo de actividades.

  • Implicar a todos en las actividades comunitarias.

  • Compensar carencias y desigualdades culturales.

  • Crear un buen clima de intercambio de experiencias.

Se percibe aquí el interés por alcanzar la transformación de la comunidad pero a partir de la transformación, primero, de sus individuos en cuanto a modos de pensar y conductas, que los preparen espiritualmente para el proceso.

De igual manera, acercarse a las características de la ASC contribuye también a su mejor aplicación, para ello fue necesario volver a la Dra Macías Reyes (conferencia "La animación sociocultural. Situación actual y tendencias de futuro", Centro de Superación para la Cultura) quien establece las siguientes:

  • La asc es un proceso

  • Las acciones las ejecutan agentes especiales, en tanto poseen rasgos personológicos que son imprescindibles para el trabajo con personas y grupos sociales.

  • Su accionar se desarrolla EN, CON y PARA grupos.

  • Su núcleo es la cultura y el patrimonio cultural.

  • Las acciones se desarrollan por lo general fuera de las instituciones.

  • Toma en cuenta el pluralismo cultural.

  • Privilegia como método de investigación a la OBSERVACIÓN y como técnica al JUEGO.

La Dra cuando habla sobre ASC centra su atención con frecuencia en que su accionar debe desarrollarse EN, CON y PARA la comunidad, pues aquí el hombre se desarrolla, transforma su personalidad, sus conductas; de manera que haciéndolo partícipe de este proceso se garantizará una transformación doble: de la comunidad y de su población.

Por otra parte, la Dra también enfatiza en que la esencia de la ASC es el desarrollo y defensa de la cultura y patrimonio de esa comunidad, y es que así es como se garantiza su reconocimiento dentro y fuera de ella.

El animador

Se impone entonces dar tratamiento a un ente protagonista del proceso de ASC, el animador, pues se convierte en ese "agente especial" al que se refiere Macías Reyes. Por tanto, tiene que "trabajar para el conocimiento de la realidad en todas sus manifestaciones y dinamizar a los diferentes grupos comunitarios para articular con ellos programas de autodesarrollo" (Escarbajal de Haro, Andrés el all; 1989: 25)

El animador lleva sobre sí la responsabilidad de mantener animados a los individuos, para ello utilizará técnicas grupales que involucren a todos y provoquen en ellos análisis, investigaciones, acciones creativas en aras de solucionar las carencias que poseen.

Una vez conscientes de lo que es la ASC, cuáles son sus objetivos y quiénes la protagonizan se requiere conocer cómo organizar el proceso, para ello los momentos que plantea Ezequiel Ander Egg (1997) son de gran utilidad. Estos son:

  • 1. Labor de sensibilización y de creación de un clima de interés en la promoción de las actividades socioculturales.

  • 2. Capacitar los animadores..

  • 3. Promover la organización de actividades socioculturales con la participación cultural de la gente.

Cada uno de estos momentos contribuye a la eficacia del proceso en general, pues si el animador no está consciente de la importancia de su labor no se mostrará interesado en realizarla con calidad, pero además, si no posee los conocimientos científicos que implica su ocupación, es imposible llegar a la transformación que tanto se espera. Por otra parte, no se puede alcanzar el éxito en la labor de asc si no se gestionan las condiciones que ella exige y la participación de los individuos implicados, sin los cuales no tendría sentido el proceso. De manera que estos pasos conforman un amasijo inseparable, pues si uno falla, se interrumpe la lógica de trabajo.

Promoción y Animación Sociocultural = CULTURA

Se ha podido lograr un acercamiento a la esencia y particularidades de la Promoción y Animación Sociocultural como categorías que aportan las Ciencias Sociales y Humanísticas para contribuir al trabajo personalizado con las comunidades en aras de lograr su avance hacia un futuro de armonía, solidaridad y funcionamiento.

Constituyen herramientas de trabajo para investigadores que buscan modificar la realidad de una sociedad, a partir de la intervención en pequeños espacios geográficos, las comunidades, pero que garantizan la llegada de los mensajes a la familia, núcleo fundamental de la sociedad.

Promocionar la cultura significa, por tanto, llevarla hacia el hombre para que este la asimile y le aporte su sello; pero una vez sucedido esto, esa cultura se vuelve a promocionar ya con ese sello y a trasmitir a otros individuos que de igual modo la volverán a asimilar y a aportar sus vivencias…de modo que esto se convierte en un ciclo, se repite una y otra vez.

Sin embargo, lo importante es contribuir a que en ese ciclo se incorporen elementos culturales cada vez más novedosos, formadores, cargados de lo mejor de nuestras tradiciones, que ayuden al enriquecimiento del individuo, que lo hagan reconocerse como miembro de una sociedad única, especial, donde él ocupa el centro de todo su funcionamiento.

En ello es de utilidad sin igual el empleo de técnicas de animación pues con ellas se logrará una mayor atención de los sujetos, una motivación que los llevará a comprender mejor su realidad y la importancia de trabajar en función de transformarla para bien. Insertar la cultura en los procesos de animación muestra su riqueza y la posibilidad de difundirla con creatividad.

Bibliografía

  • Ander Egg, Ezequiel: Metodología y práctica de la Animación Sociocultural, Ed. Lumen / Humanitas, Rep. Argentina, 1997.

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  • Cembranos, F et all: La animación sociocultural: una propuesta metodológica, Editorial Popular, Madrid, 1994 En Justo Bosch, Aliet y Liuby Leyva Molina: "Análisis de las categorías de animación, promoción sociocultural y participación", Las Tunas, 2006.

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  • Diccionario de la Lengua Española Esencial Larousse

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Autora:

Lic. Miriam Gladys Vega Marín

Las Tunas, Cuba