- Escuela y modelo económico
- El área de los penalti…….el aula
- Cultura y contra cultura escolar
- Bibliografía
La sociedad le ha encargado a la Escuela la tarea de apoyar a la familia en la formación y educación de los niños, adolescentes y jóvenes .El vertiginoso desarrollo que ha alcanzado el mundo contemporáneo, exige una preparación calificada de los jóvenes para insertarse socialmente; la familia no puede responder a tal demanda por si sola y es la escuela quien complementa esta tarea con la colaboración de otros agentes de la comunidad y de la sociedad en general.
Con el propio desarrollo social de la humanidad, la Escuela no solo es una necesidad, pues materializa un derecho de hombres y mujeres de acceder a la educación escolarizada. Hoy en día el concepto de Educación se ha ampliado, excediendo los marcos de la familia y la escuela, propendiendo claramente, no solo al aprendizaje de conocimientos, sino que a un marcado acento en la preparación para la vida.
La Escuela tiene como objetivo la socialización y la promoción del desarrollo del individuo, e implícito en ello, el facilitar el acceso a la experiencia histórico- cultural. En este sentido es que la Escuela como tal, se ha ido transformando en una Institución social cada vez más compleja, con demandas que abarcan los aspectos más relevantes y fundamentales del devenir humano y por consiguiente con una necesidad creciente de perfeccionar su estructura, su organización, su funcionamiento, sus relaciones. Esto la predetermina como un sistema dinámico, permeable a los cambios, con expectativas, metas, planes, proyectos y necesariamente sujeta a permanente evaluación y auto evaluación de todos sus componentes.
La Escuela representa un tipo particular de organización y una forma de ver el mundo. Todo sistema social intenta alcanzar dos objetivos sociales principales: lograr sus metas y mantenerse en el tiempo.
En ocasiones, se observa divergencia entre los miembros de un organismo social entorno a sus objetivos y normas de comportamiento de sus integrantes, provocando una amplia variabilidad en la conducta de los miembros y en los objetivos del organismo. Sin embargo, lo que garantiza la eficacia y permanecía en el funcionamiento de la Escuela, es la estabilidad relativa en cuanto a sus objetivos y la conducta de sus integrantes. Con respecto a su pertinencia en la sociedad actual, es harina de otro costal.
Cuando la Escuela se propone la preparación para la vida, o el desarrollo integral de los alumnos y eso se traduce en los objetivos en los niveles y de los grados de enseñanza, no se describe de manera clara las conductas cotidianas de sus diferentes agentes y su contribución para alcanzar dicho objetivo. En el caso del profesor, no se puede medir el éxito en el cumplimiento de su rol ya que no depende solo de su desempeño sino que representa una tarea colectiva en la que participan numerosas personas: otros maestros, el personal de apoyo a la docencia, administrativos y de servicio con diferente preparación académica.
La actividad del maestro también es evaluada por los directivos y en los últimos años se ha ido incorporando la opinión de los estudiantes en la evaluación oficial.
Por su parte, los padres y la sociedad en su conjunto emiten juicios de valor de la calidad de la gestión de la Institución y de los maestros. La Escuela resulta ser una institución evaluadora y evaluada por la sociedad, por los expertos y la población en general en función del cumplimiento de las expectativas que entorno a su desempeño poseen todos.
No se ingresa a la escuela ni se continúa en ella por una decisión personal de los alumnos y alumnas. Los padres preparan a sus hijos para este momento, en algunos casos no suficientemente informados, por falta de orientación para emprender acciones en esta dirección, y a lo largo de los años de escolarización, no siempre la actividad de estudio se ubica en los primeros lugares de su jerarquía motivacional, no obstante, el estudiante asiste a clase y transita por diferentes niveles de enseñanza.
Escuela y modelo económico
La Escuela prepara a los escolares en función de un currículo oficial de estado y una acción pedagógica en la que se diseña lo que deben aprender durante su escolaridad los sujetos. La institución escolar responde a los intereses de la clase en el poder y a la ideología oficial. El tema conceptual acerca del cómo y qué enseñar también forma parte de la orientación pedagógica dictada por el interés. El maestro media entre la estructura social y los alumnos fomentando relaciones de clase acordes al modelo.
En los países que existen escuelas privadas algunos proyectos educativos defienden una educación no clasista, con una pluralidad de ideologías que queda en el plano declarativo, en el currículo oficial, el propio proyecto educativo se estructura en dependencia de los intereses de los propietarios de la institución, de los padres de los alumnos y alumnas que ayudan a financiarla y que en ultima instancia responden a determinada clase, por tanto es una falacia plantear la educación no clasista.
La Escuela representa un espacio irrepetible de experiencias en la conformación de la subjetividad del niño. Representa un ámbito de aprendizaje de cómo convivir en sociedad, a compartir con otros niños y adultos, a contener sus deseos de hacer lo que quieren porque no son los únicos y a escuchar opiniones divergentes.
Es un aprendizaje difícil y complejo. En la escuela se producen conflictos y se traen tensiones generadas en otros ambientes sociales; se ayuda a interpretar la realidad y a comprender su entorno; y a profundizar en lo aprendido por otras vías informales (amigos, tv. en la calle, la música etc.) La diversidad de influjos estimula el desarrollo psicológico del niño y del adolescente, Sin embargo, la escuela juega un rol protagónico después de la familia. Los distintos contextos educativos mencionados anteriormente, intervienen directamente aunque no siempre en el sentido de la continuidad y complementariedad necesaria para el crecimiento armónico de la personalidad.
El área de los penalti…….el aula
Dentro de una concepción de pedagogía moderna, el aula es uno de los subsistemas que integran a la institución escolar. Representa un escenario social conformado por los maestro y los alumnos, pero además se incluyen los contenidos, las actividades de enseñanza, los materiales, los instrumentos para realizar las prácticas y las evaluaciones de los que interactúan entre si para imprimir a cada individuo un sello identitario.
El aula posee una dinámica interna que se encuentra inserta en una red de relaciones provenientes de diferentes sistemas de los cuales depende como la propia escuela, el sistema escolar. Con las decisiones de tipo curriculares, organizativas y administrativas así como las influencias de la comunidad en que esta enclavada la escuela y sociedad en su conjunto, contemplan la organización sociopolítica, económica y cultural por excelencia del estado nación.
La consigna que parece tener un sentido común para los diversos proyectos de modernización en América Latina, en relación al hecho educativo declara básicamente, que se reconoce a la educación como una garantía esencial para toda persona. En base a un punto de vista histórico podemos observar, que sus énfasis han circulado desde la libertad de enseñanza, cumplir con la obligatoriedad elemental para todos, ampliar la acción y la cobertura de la escuela, diversificar lo que enseña, hacer más equitativo el financiamiento hasta asegurar la calidad de la instrucción para toda la nación. Estas nociones son parte de modelos amplios de desarrollo destinados a reforzar el crecimiento cultual, social y económico de la región.
No obstante, pese a las buenas intenciones declaradas a partir del sesgo ilustracionista, la educación y sus campos de acción se han convertido en importantes mecanismos de control social a nivel de influencia de los procesos de Globalización y Mundialización presentes en nuestro planeta.
A la luz de estos planteamientos y considerando el contexto en el cual está inserta nuestra realidad chilena, es preciso hacer referencia a las causas que están repercutiendo significativamente en las actuales concepciones, en base a este recorrido histórico, y en la perspectiva del surgimiento de la necesidad de replantear los esquemas y paradigmas educativos, más allá de una visión teleológica.
La transformación de la economía y el " imperio indiscutido del mercado"; la nueva división social del trabajo, está provocando situaciones que afectan el empleo, la fuerza de trabajo, los salarios reales que no se condicen con las alzas que ha experimentado el costo de la vida, intensificado aún más la brecha existente entre los que obtienen mejores sueldos, y por ende tienen una mejor calidad de vida, y los más pobres cuya suerte está supeditada a los criterios empresariales.
Las conquistas laborales, y la multiplicación de las microempresas, han generado un creciente desplazamiento de los sectores obreros al llamado "sector informal de la economía". El distanciamiento existente entre los diversos estratos sociales, aumenta además, el problema de la brecha cultural que existe entre ellos, como resultado de las grandes disparidades en los bienes culturales, en cuanto a sus usos y a la manera de disfrutar de ellos. Diferencia que coincide, generalmente con la perspectiva de clase; por una parte una minoría con toda clase de acceso a los bienes culturales, y por otra parte una mayoría sin ningún tipo de acceso, en este último caso se pone en condición de inferioridad a las clases más desposeídas, por cuanto desconocer la ciencia y los avances tecnológicos, es otra de las causas que dificulta tomar el protagonismo de sus propias vidas.
Por las razones especificadas y en el contexto de la realidad vigente en la cual está inserta nuestra práctica educativa, la Escuela se erige como uno de los pilares fundamentales para reconstruir el sentido humano y esperanzador del hombre, cuyo desafío se debiera fundar en la definición de alternativas que promuevan procesos efectivos, referidos al mejoramiento de la calidad de vida, la organización social y una reconstrucción pedagógica que contribuya a una mayor presencia de los sujetos sociales con propensión al desarrollo de un trabajo educativo más participativo y dialógico, que promueva actividades que animen a superar la actitud de desesperanzadora y pasiva en los educandos y en la sociedad en general.
Siguiendo los argumentos mencionados anteriormente y apuntando a una visión más general. El sistema educativo está cubriendo hitos históricos en su cobertura y calidad. En este sentido, no podemos seguir juzgando la actual educación con la mentalidad anterior de enseñanza selectiva. Así, nos enfrentamos a una comunidad escolar mucho más heterogénea, no obstante, la escuela sigue siendo uno de los caminos de integración social a la vida adulta de relevancia primordial.
Las principales dificultades y contradicciones en la enseñanza en el mundo de hoy, tienen que ver con la socialización divergente, con la sociedad mosaico que implica una pluralidad de objetivos para la educación, a veces contradictorios; y una multi culturalidad de sujetos, alumnos, padres, comunidades, etc. que exigen un espacio educativo especializado que los acoja y asuma sus conflictos.
Cultura y contra cultura escolar
Esta realidad, afecta diariamente a una concepción tradicional de la identidad de la escuela, centrada en el dominio de las materias escolares. Dentro de esta mirada, La cultura escolar de los profesores parece tender a centrarse en el trabajo docente de aula y a las materias típicamente escolares, cuando la demanda actual se orienta por lo multidisciplinar y el proyecto institucional escolar abierto a las demandas de la comunidad local, de la sociedad del conocimiento y de las TICS.
Finalmente la implementación pedagógica de nuestra demanda, depende sobre todo, de las herramientas con las que cuente la escuela, que se traducen en la calidad de las relaciones psico sociales en los entornos educativos y en que estas relaciones son la que posibilitan la construcción de conocimientos y aprendizajes.
La educación se ha conformado como una construcción que prescinde de la asimetría social, arrojando productos diferenciados dependiendo de los factores que la ordenan. Desde el Estado, el discurso oficial a partir de los años 90, estaba destinado a promover equidad y calidad como elementos de la resignificación social de su currículo. No obstante, estos esfuerzos las desigualdades persisten de manera notoria, en un contexto de exclusión evidente, por ejemplo entre la educación municipalizada y la particular subvencionada. El sistema educativo observa toda esta especificidad sin mayores canales para poder procesarla a nivel institucional, siendo además extraordinariamente sensible a los ritmos y comportamiento de todos sus agentes. El funcionamiento y dinámica de la escuela en la modernidad absorbe toda esta tensión y la transporta hacia escenarios y esquemas que no siempre desatan sus nudos críticos.
Una escuela que es excluyente, que suele resaltar los espacios de diferencias sociales es una escuela al servicio de la desigualdad, al servicio de la cultura del handicap. Para Tiramonti (2001) tanto en la escuela como su profesorado persisten elementos de un discurso que vertebra el lenguaje de las diferencias. Para la autora no se constata esto fundamentalmente como un problema pedagógico o que surja más bien de un enfoque educativo determinado, sino como un parámetro ideológico. Aquí el tema de la pérdida de la acción liberadora de la escuela, según Tiramonti, no radica solo en un argumento epistemológico o de teoría de aprendizaje. Se sobre entiende, a partir de un texto ideológico y político que ha trasformado el pensamiento y la práctica pedagógica de las escuelas, en función de la falta de sentidos de una sociedad fragmentada, moderna, volcada.
"La crisis de la que hablamos, esta afectando al núcleo central de la escuela ya que se cuestiona su idoneidad como institución pedagógica, conmueve su relevancia social y genera un proceso de readaptación a un contexto que se ha vuelto turbulento para ella". (Tiramonti, Pág. 270)
La problemática de esta situación, es que la escuela porta en la actualidad, un discurso seudo incluyente que no tiene que ver con el presente institucional. Mirando tan solo ejemplos, que tiene que ver con la integración de niños que presentan necesidades educativas especiales, nos encontramos con una serie de resistencias al interior de las organizaciones escolares. Nos percatamos, con un gran número de valores han sido desvirtuados como consecuencia de la globalización y el pensamiento único en el que nos encontramos hoy. La escuela se encuentra en la necesidad de enfrentarse al pragmatismo de la eficacia "enlatada" de las verdades impuestas o perecer.
A una escuela de la desigualdad, se opone una escuela del encuentro en las diferencias naturales que compartimos como seres humanos. Se requiere de este modo, una escuela volcada a dotar de mayores sentidos y pertinencia al curriculum tornándolo en una herramienta de construcción para la diversidad y mejoramiento de las técnicas pedagógicas que puedan abrir espacios educativos hacia la comunidad.
Bibliografía
Blanco, Rosa. (1999). "Hacia una Escuela para Todos y con Todos", Boletín 48. Proyecto Principal de Educación. Texto disponible en línea www.inclusioneducativa.cl
Coll, C. Palacios; J. Marchesi, A. (1999). "Desarrollo psicológico y Educación". I-II. Ed. Alianza.
Coll, C.; Colomina, R. (1990): "Interacción entre Alumno y Aprendizaje Escolar". Madrid. Alianza.
Espech, Magali. (2003). "Diseño de una propuesta Metodológica para la Educación en la Diversidad". Ed. Universidad Católica Raúl Silva Henríquez.
Godoy, Lenz. (2001). "Educación Inclusiva: Condiciones para Avanzar en Chile ".Fundación Hineni. Santiago. Chile
.Hargreaves, A. (1996). "Profesorado, Cultura y Postmodernidad" Madrid, Morata
Imbernón, Francisco. (1998). "La Formación y el Desarrollo del Profesorado". Ed. Graó.
Tiramonti, Guillermina y Ziegler, Sandra. (2008). La educación de las elites.
Aspiraciones, estrategias y oportunidades. Buenos Aires: Paidós.
Autor:
Roberto Mallea Ayala