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Amor tántrico

Enviado por Felix Larocca


  1. Verdadera pareja
  2. En resumen
  3. Bibliografía
Amor tántrico – Monografias.com

Amor tántrico

Perdido en los albores de la civilización, mucho antes de que los arios invadieran la India trayendo su cultura y su filosofía, florecía en el Sur de la Península Índica el Tantra: la más auténtica sabiduría hindú. Una filosofía, una visión del mundo y una actitud religiosa con directas implicaciones en la vida cotidiana… Así lo desarrollaron los Dravidianos, naturales de la región. Y así permanece aun, no obstante el paso de los milenios y las embestidas culturales de otros grupos.

¿Por qué nos interesa hoy el Tantra? ¿Qué tiene para ofrecernos esta ancestral filosofía y su práctica asociada, las técnicas de Tantra Yoga? El interés de Occidente por este conocimiento se basa en la particular visión que tiene el Tantra sobre lo masculino, lo femenino y la sexualidad. Todo el Universo es explicado por esta relación de los principios pasivo y activo, caliente y frío, femenino y masculino. En la unión mística de estos principios, reproducida terrenalmente por el maithuna, la unión sexual entre el hombre y la mujer, ve la realización de la creación.

Pero cuidado: el tantrismo, como toda filosofía de la India, tiene un objetivo primario e irrenunciablemente espiritual. Aun cuando recurran a la herramienta del placer sexual (bhoga), el hombre y la mujer tántricos están buscando algo mucho más elevado: la realización total de las potencialidades divinas encerradas en el ser humano.

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La mujer, una diosa… como debe de ser…

El hombre representa al principio originario, Shiva, la pura conciencia, quien saca de sí el universo a través de su poder: Shakti. Ella es su equivalente femenino, quien desarrolla toda actividad. Shiva es conciencia, origen. Shakti es poder, acción. Todos tenemos ambos principios en nuestra naturaleza, y el Tantra ve en cada hombre a Shiva y en cada mujer a Shakti. Ambos principios son inseparables, y allí está el significado místico de la unión sexual. Shiva reencuentra a su Shakti y toma de ella poder. Y Shakti encuentra a su Shiva originario y recibe de él el principio de la vida, la semilla original, representada corporalmente con el semen.

El lugar que da el Tantra a la mujer en la relación entre los sexos es principal y activo. La expresión más patente es la posición que ella adopta durante el maithuna o unión sexual. Es ella la que domina, tomando el hombre una postura más pasiva. Por lo general, él está tendido de espaldas y ella disfruta de su pene erecto rotando sobre él su pelvis, tanto y cuanto quiere. Él debe estar preparado para darle todo el placer que ella requiera, controlando su eyaculación. Sin embargo, esta actitud pasiva tiene en el fondo mucho de control de la situación. Veamos cómo:

"Ella (la mujer, la energía femenina) es la que evoluciona sobre el hombre durante el acto sexual, ella extrae, lucha por extraer el semen masculino; pero no ha de lograrlo cuando ella quiera, sino que es prerrogativa del hombre soltarlo cuando él lo decide."

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Verdadera pareja

"El Ser Original, como veedor estático e imperturbable, es masculino y pasivo; como energía dinámica que se despliega de sí mismo, es activo y femenino. Por ello en la ejecución del acto sexual tántrico (el maithuna), el hombre adopta un papel estático y la mujer un papel dinámico, para homologar así el acto de la creación cósmica… Shiva es la luz que ilumina y se auto-ilumina. Y es, asimismo, el sol interior en cada ser humano, la esencia ontológica, el uno-sin-dos, el veedor inafectado. Para el tantrik (practicante del Tantra), la mujer es la diosa en forma carnal, otorgadora de poder. ¿Quién dentro de sí mismo no dispone de Shiva y Shakti, a la espera de encontrarse en fecundo abrazo de autorrealización? El verdadero maithuna, la auténtica ceremonia sexual, es un intento por, a través de la plenitud sexual, hallar ese estado en el que Shiva y Shakti se identifiquen".

También en este sentido la visión tántrica propone una novedad sobre una típica conducta sexual de dominio de uno sobre el otro. Por un lado, la mujer es la Diosa que lleva en sí la capacidad de crear, y a la cual el hombre deberá satisfacer tanto como lo requiera. Pero ella, a su vez, necesita de la semilla original y no se saciará hasta obtenerla de su Dios, el hombre. El semen es el símbolo del poder creador original, que remite a una energía inteligente, mental, más que a un líquido del cuerpo. Como se ve, en el maithuna tántrico ambos son dioses, ambos se veneran mutuamente, ambos se inclinan ante el otro para poder recibir lo que necesitan. Placer, fecundidad, poder, amor.

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Amar con control

El modo occidental de la relación sexual entre un hombre y una mujer es más bien machista, especialmente en las sociedades latinas. ¿Por qué? En principio porque toda nuestra cultura está teñida de un cierto machismo o privilegio del varón, el cual se expresa en la mayoría de las actividades: económicas, políticas, laborales, religiosas y sociales. Particularmente, en las relaciones sexuales, muchas parejas padecen el yugo masculino de la urgencia por la eyaculación. El hombre busca saciar su necesidad y cree que ésta se completa en ese efímero momento de la emisión del semen, el cual va acompañado de una serie de concomitantes físicos y neurológicos a los cuales se conoce como orgasmo.

Éste es definido como la culminación del placer sexual y, en ese sentido, el hombre asocia la plenitud de su sexualidad con esa descarga. Pero orgasmo también significa "exaltación de la vitalidad de un órgano", según el Diccionario de la Real Academia Española. ¿Puede hablarse de tal exaltación cuando el hombre no puede poner una pizca de control sobre esa función, a costa de la insatisfacción de su pareja y a la larga, de la suya propia?

La visión tántrica es muy diferente. Sabiamente, encuentra la plenitud del placer en el dominio de la eyaculación. Propicia relaciones prolongadas, en que la mujer pueda alcanzar tantos orgasmos como desee. Y, cuando finalmente el hombre decide eyacular, su orgasmo no resulta efímero sino que está potenciado por una gran estimulación previa.

Sexo, mente y respiración

"El hombre domina su eyaculación -dice Ricardo Daulah – cuando logra hacer desaparecer de su mente la ansiedad por obtener sexo rápido y fácil con tal de «desahogar» su instinto sexual. Esto se consigue concibiendo a la mujer no como un «recipiente» sexual sino como una diosa simbólica y terrena… como una Energía poderosa a la que hay que dar lo que desea…"

La disfunción sexual masculina

Para miles de hombres que hoy sufren una de las más frecuentes disfunciones sexuales, la eyaculación precoz, esto puede parecer una utopía. Pero para la siempre vigente ciencia y práctica tántrica el control no sólo es posible, sino indispensable para el crecimiento individual y de pareja. El tantrik sabe que en su ser coexisten funciones inferiores y superiores, que cuando están subordinadas unas a las otras hablan de una evolución superior. Así, el instinto sexual (representado por la urgencia de la eyaculación) está subordinado al control de la mente y ésta, a su vez, a los mandatos de la espiritualidad.

"Se hace sexo con espíritu, sexo con alma, cuando se aúnan la mente y la respiración tanto en los preámbulos del coito como en el desarrollo de la relación íntima." Mente y respiración van unidas, se mueven juntas. El dominio de la mente es logrado por técnicas respiratorias. Dominar la respiración es poner control sobre la mente y el semen. Cuando su emisión se controla a voluntad, el hombre se vuelve dueño de sí mismo, y el más apetecible de todos los amantes.

¿Es posible en occidente?

Tratar de interpolar técnicas tántricas a occidente sin una profunda comprensión de las bases de la cultura y espiritualidad india es, si no imposible, más bien poco provechoso. Todo en el Tantra está regido por la búsqueda de la unión con El Absoluto. El yogui y la yoguiní, tanto si deciden practicar el maithuna (acto sexual) como si eligen el camino del celibato y la sublimación de la energía sexual, lo hacen con ese objetivo espiritual superior. 

"El buscador… debe propiciar en sí mismo el amor consciente, que relevará paulatinamente a toda tendencia de amor mecánico y egoísta. El amor consciente es el resultado de la inteligencia y el discernimiento claro y aprende a poner las causas para que el otro o los otros seres sean felices." De allí las profundas diferencias con la manera individualista y superficial con la que Occidente desarrolla la mayor parte de su sexualidad.

"El amor tántrico y todas las corrientes tántricas de amor se definen como anti-conyugales y sobre todo como anticonvencionales. Hay que entender que son actitudes diferentes la de relacionarse con una yoguiní para realizar el maithuna, la de adoptar una mujer como compañera para desarrollar el amor consciente, la de convertir a una mujer platónicamente en la Reina del Mediodía…" Teniendo claros los objetivos, creemos que es posible beneficiarse con nuevos -antiguos en realidad- puntos de vista.

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Three wenches por Otto Dix

Tomar lo bueno

Queda claro que el Tantra no se reduce a una serie de exóticas posturas para realizar el acto sexual sin aburrimiento. Pero aun sin pretender recorrer ese sagrado camino de búsqueda espiritual a través de la unión sexual y el bhoga (placer), los amantes comunes pueden beneficiarse del sentido profundo que el Tantra otorga al sexo:

• Podrán reformular su actividad sexual, enaltecerla y hacerla más plena y placentera.

• Podrán aprender técnicas respiratorias para poner control sobre la más poderosa de todas las fuerzas de la naturaleza, la cual permite la creación de la vida.

• Podrán establecer nuevos modos de relacionarse desde una perspectiva más pareja, sin privilegios impuestos socialmente, sino en una relación donde cada uno adquiere la importancia que le es propia.

• Podrán revisar avejentados conceptos de masculinidad y feminidad que, por ser temporalmente más nuevos que los ancestrales modelos orientales, no siempre resultan más evolucionados.

Quienes deseen perfeccionarse en la práctica y vivencia de la sexualidad a través de los caminos del Tantra deberán, en fin, cuidarse muy bien de las falsas promesas. Muchos cursos, seminarios y talleres son ofrecidos como una rápida y fácil solución a los problemas de pareja. Buscar y encontrar fuentes fieles e instructores capacitados es esencial para no fracasar en el intento.

Lo que nos queda

Resulta claro que el Tantra no se reduce a una serie de exóticas posturas para realizar el acto sexual sin aburrimiento. Pero aun sin pretender recorrer ese sagrado camino de búsqueda espiritual a través de la unión sexual y el bhoga (placer), los amantes comunes pueden beneficiarse del sentido profundo que el Tantra otorga al sexo:

• Podrán reformular su actividad sexual, enaltecerla y hacerla más plena y placentera.

• Podrán aprender técnicas respiratorias para poner control sobre la más poderosa de todas las fuerzas de la naturaleza, la cual permite la creación de la vida.

• Podrán establecer nuevos modos de relacionarse desde una perspectiva más pareja, sin privilegios impuestos socialmente, sino en una relación donde cada uno adquiere la importancia que le es propia.

• Podrán revisar avejentados conceptos de masculinidad y feminidad que, por ser temporalmente más nuevos que los ancestrales modelos orientales, no siempre resultan más evolucionados.

Quienes deseen perfeccionarse en la práctica y vivencia de la sexualidad a través de los caminos del Tantra deberán, en fin, cuidarse muy bien de las falsas promesas. Muchos cursos, seminarios y talleres son ofrecidos como una rápida y fácil solución a los problemas de pareja. Buscar y encontrar fuentes fieles e instructores capacitados es esencial para no fracasar en el intento.

En resumen

Como en el "arte" y la actividad de comer, el ser humano ha "elevado" la sensualidad carnal a niveles inesperados.

Cuando en St. Louis, colaboráramos con Masters, Johnson y Kolodny, se nos ofreció la oportunidad de satisfacer nuestra curiosidad científica en la importancia del aprendizaje y de la educación sexual — poco podíamos prever que la educación en el "comer" se tornaría igualmente importante.

Hoy la sexualidad y el placer culinario se solapan, con resultados desagradables. Las enfermedades del comer y las disfunciones sexuales son asuntos que a todos parecen ser oportunos de entender.

Aprender más, nunca hace daño.

Prosigamos con los que nos guiaran y exploremos algo de lo que todos sabemos y preferimos nunca hablar…

Foreplay

Dr. Félix E. F. LaroccaNo hay ninguna parte del acto de hacer el amor que sea menos importante que el juego preliminar; un beso o una caricia en el lugar indicado, puede ser igual de significativo que el acto sexual en sí mismo, lo importante es no perder el sentido del mismo y darle el lugar que merece.

El conocido término "FOREPLAY" o juego preliminar, tan necesario en toda relación de pareja sexualmente sana, es el arte de mantener a su amante en permanente estado de alerta erótico: ya sea una mirada, una caricia o un simple comentario, puede lograr incrementar sustancialmente el erotismo y disposición de ambos para el encuentro; siempre y cuando usted logre desarrollar la capacidad de percibir lo que el otro quiere.

Dígale "no" a los patrones

La naturalidad y honestidad en la pareja es la clave para mantener una buena relación. Esta no debe atenerse a ninguna secuencia y puede ser iniciado ya sea por la mujer o por el hombre, según lo indique la ocasión y el estado de ánimo. El mito de la mujer romántica y el hombre erótico distorsiona la interacción natural entre ambos sexos. El alcance que se logra por medio de sentimientos, estímulos, caricias, besos y el lenguaje apropiado debe ser un esfuerzo conjunto donde los dos estén dispuestos a poner un granito de arena para que funcione el encuentro. Además que ayuda a mantener la llama encendida e invita a la experimentación tan necesaria.

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Busque el momento

La pareja debe sacar tiempo y espacio para sus relaciones íntimas, cosa que normalmente no hace, sobre todo cuando ambos tienen agendas llenas, es decir, trabajo, gimnasio, reuniones, niños. Es imposible tener una vida sexualmente interesante, y hacerlo rápido porque los niños están tocando la puerta pidiendo atención o hay trabajo de por medio, llamadas de celulares, contestación de mensajes, pues sencillamente se pierde el encanto.

Quién no tiene tiempo para vivir todos los episodios de ternura, enfrentamientos, celos, temor, confianza, seducción, rechazo que implica la relación amorosa global, no puede esperar un éxtasis gratis, sin pagar el precio de amanecer juntos, para anochecer y amanecer abrazados.

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¡Hey!…Pare…Mire…Nada de prisas…

Aprender la técnica de la intimidad sin límite de tiempo, comprende pasos básicos:

  • Empiece con serenidad y proceda despacio. Acaricie sin hacer muchos aspavientos.

  • Evite ser controlador y pause si es necesario.

  • Relaje, permita la espontaneidad, acaricie a su pareja en una forma suave y llena de ternura.

  • Invite a su amante a que le toque el cuerpo, guiándolo con suavidad para que luego lo haga usted.

  • Continúe de acuerdo con sus instintos, pero procure que sea por un tiempo prolongado y ambos sentirán la diferencia.

  • Aprenda a reconocer el mapa erótico único que el hipotálamo diseñó especialmente para quien usted ama, haciendo lo mismo para usted y para todos los demás.

Para ella:

  • En materia amorosa hay que tomar riegos, no deje que las inhibiciones la traicionen.

  • Tome en cuenta su apariencia: póngase su perfume predilecto y asegúrese de lucir bella al amar. La ropa interior sexy siempre funciona. Use joyería en su cuerpo desnudo, secreto que vuelve a muchos hombres locos de pasión.

  • Dígale a su pareja cosas bonitas enmarcados en tonos eróticos, si se e atreve.

  • Evite criticarlo o actuar en forma agresiva cuando no desea tener relaciones.

  • Dele ánimo a su pareja, déjele que entienda lo que a usted le parece excitante y lo que no, para que se concentre en ello.

Para él:

  • Tenga cuidado con la apariencia, nunca se meta en la cama sin haberse afeitado o bañado antes.

  • Planee algo hermoso para ella: casi todas las mujeres aprecian un ramo de flores y una noche con velas.

  • Piropee a su pareja: decirle que huele bien, tomar su mano, darle besos en forma afectuosa y sonreír cada vez que pueda, ambientan cada ocasión.

  • Sea atento con ella, cuando están solos o en una fiesta. No mire o admire a otras mujeres. Eso es insultante y de mal gusto.

  • Jamás la ignore por la televisión u otra distracción.

  • Una vez en la cama, póngale atención a sus deseos y siga sus juegos amorosos. Sorpréndala con un beso inesperado y furtivo en la espalda, mientras duerme, susurrando: "Te amo más que a nadie en este mundo. Tú eres la mujer más bella que he conocido". Haga éste gesto y otros parecidos sin nada más en su mente que el de halagar a su amante.

  • No se le ocurra quedarse dormido inmediatamente después del clímax, abrácela y háblele un rato, ella se lo agradecerá.

En resumen:

El ser humano es único en sus inclinaciones. Somos capaces del arte. Entonces seamos artistas y poetas para oficiar la ceremonia epicúrea de la pasión del amor; para encender la llama del deseo, en el ser a quien amamos.

Terminaremos con lo inevitable…

Relaciones de pareja

Dr. Félix E. F. Larocca

Emparejarnos y compartir la vida con otra persona responde a la necesidad que tenemos de ser amados y reconocidos, de comunicarnos afectivamente y vincularnos con alguien.

El encuentro con la otra persona tendrá dificultades para prosperar si antes no nos consideramos libres, responsables y únicos.

Elegir con quien hacerlo es importante, y elegir bien fundamental. Al fijarnos en alguien estamos respondiendo a un estímulo de atracción. Físicamente nos gusta, aunque eso es sólo el primer eslabón de una cadena de cualidades y factores que se van tejiendo, hasta que se formaliza el vínculo.

Pero hay que tener muy presente que ese vínculo será más sano y maduro cuando 'nuestra relación' con nosotros mismos sea buena. Esto es, para elegir pareja, nos encontraremos en un punto de partida más adecuado si nos conocemos, si nuestra autoestima no está por los suelos, si somos más o menos conscientes de nuestros límites y, por tanto, gozamos de libertad para decidir.

Amar es vincularse, no aferrarse

El encuentro con la otra persona tendrá dificultades para prosperar si antes no nos consideramos libres, responsables y únicos. Si no es así, lo más pro-bable es que se establezcan dependencias insanas debido a nuestras carencias afectivas.

  • Si no nos amamos, será más difícil que aceptemos el amor que se nos ofrece. Sucede como cuando se recibe un piropo: quien no está a gusto con su cuerpo no lo agradecerá ni se lo creerá, e incluso no lo tolerará.

  • Si no nos mostramos como somos y no nos comunicamos, la otra persona no puede enterarse de nuestra existencia real y leernos el pensamiento, y sólo logrará devolvernos la invisibilidad que proyectamos.

  • Si no nos reconocemos con dignidad y derecho al respeto, difícilmente pediremos ser tratados como merecemos.

  • Si no conocemos nuestros límites, potencialidades y ritmos, viviremos desdibujados, invadiendo el espacio del otro y permitiendo invasiones en nuestro espacio íntimo y personal.

¿Cuándo es más fácil caer en una relación de dependencia insana?

Hay personas con mayor predisposición a equivocarse y caer en una dependencia insana en sus relaciones de pareja. En general, estas personas responden a un perfil concreto en el que se evidencia un bajo nivel de autoestima. Fallan en el conocimiento personal, en reconocerse físicamente y en saber qué quieren, piensan y sienten. Tienden a establecer comparaciones en las que siempre se califican de manera negativa, y no se aceptan ni se quieren y se valoran poco.

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Llegar a descubrir que se sufre este bajo nivel de autoestima no es fácil. Reconocerlo es un paso gigantesco. Para empezar, podemos repasar los siguientes síntomas. Si sumamos más de tres, la autoestima puede estar en una situación precaria:

  • Bajo nivel de seguridad personal. La seguridad no se mide, pero se sabe. No es segura la persona 'echada para adelante', sino la que reconoce sus debilidades, no se las niega y las acepta.

  • Alto nivel de miedo ante el desarrollo personal de la individualidad. Existe temor a manifestarse tal cual se es. Tal vez en demasiadas ocasiones se le han reprochado rasgos de la personalidad y se opta por silenciarlos.

  • Baja tolerancia a la frustración, así como escasas expectativas personales y, por ende, baja asunción de riesgos. Se trata de evitar el dolor de errar, y el miedo es un sentimiento que paraliza y amordaza.

  • Interiorización rígida de valores, desde donde se estalla rápidamente el sentimiento de culpa. Propios o ajenos, se asumen principios inamovibles que no pueden cuestionarse, pues si se hace llega el castigo.

  • Sistema de pensamiento rígido, perfeccionista y controlador. La máscara que se crea está firmemente fijada, y se trabaja para que no se mueva — el status quo de que tanto hablamos.

  • Baja autonomía personal y, por consiguiente, se imitan de modelos de referencia, en especial de la madre o del padre (por emulación o en contraposición) y se cree en mitos de lo que supone o debe ser una pareja.

Evitemos relaciones no saludables

  • No somos media naranja. El mito de la media naranja nos lleva a pensar que somos una mitad en busca de la otra mitad que nos complemente. Aunque con carencias, somos unidades enteras que tienen que responsabilizarse de su propia felicidad.

  • No hay que ser todo de la otra persona. "Sin ti no soy nada". Este mito indica reminiscencias del vínculo materno-filial. Cortar el cordón umbilical es llegar a ser autónomo y, por tanto, libre.

  • El verdadero amor no es fundirse con la otra persona. La fusión con la pareja es imprescindible en momentos puntuales, pero precisamente para llegar a esa fusión hay que saberse un ser único y separado.

  • Juntos para todo nunca. La pareja ha de comunicarse y compartir, pero sólo se podrá compartir un espacio cuando éste se posee, cuando cada cual tiene su parcela que atesora y enriquece para uno mismo, del que después hará cómplice al otro.

  • Haz feliz a tu pareja y tu pareja te hará feliz a ti: el amor no es tan simple. La felicidad sólo puede ser compartida y ofrecida cuando cada una de las partes es feliz por sí misma. Entonces se podrá ser generoso y compartirla con el otro.

  • Hay que ser un incondicional del otro: un error. Si la pareja no nos corrige cuando debe hacerlo, tampoco nos aplaudirá. Si se impone la condescendencia generada por la obligación del vínculo, es muy fácil terminar en la indiferencia.

  • Hay que ser adivino del otro: esto no es magia. Nadie puede saber con certeza qué piensa y qué siente su pareja. Ni siquiera uno lo sabe de sí mismo. Jugar a adivinar o ser adivinado genera incomunicación.

  • Los problemas de pareja no se comentan: el silencio puede matar. No se trata de aguantar y luchar por el matrimonio, se trata de buscar ayuda para uno/a mismo/a. Hay que recuperar a la persona. Tal vez así la pareja pueda funcionar. O tal vez no.

En resumen

Cuando empezamos la exploración y cuando asumimos últimamente que deseamos compartir la experiencia única que es la de vivir nuestras vidas hacemos una decisión arriesgada. Es decisión arriesgada porque a menudo imponemos a su estructura las cargas de nuestras propias vivencias pasadas con todas sus limitaciones emocionales.

Cada persona es única y cada persona con quien deseemos compartir nuestro amor es asimismo única, aprendamos entonces a conocerla y bien. Porque el éxito final de este amor residirá en entenderse ambos, en encontrarse a uno mismo, en aumentar la autoestima del otro, mientras crece la del otro dentro de la relación misma.

Si carecemos de mutua apreciación y si se falla en la comunicación clara el futuro de toda pareja estará destinado a fracasar.

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca