De igual modo, al leer y analizar íntegramente este texto, se evidencia como el autor crea –o más bien transcribe, esa problemática social, de la cual él, personalmente como trabajador de la Compañía, fue testigo vivencial. Por eso, trata en la medida de lo posible, hacer una reproducción objetiva de la realidad, tratando de ahondar en el ámbito social, económico, político, religioso y cultural. Y todo ello, con la intención de venderle al espectador una historia realista en donde se denuncia al imperialismo norteamericano contra la explotación del hombre y la tierra, y la desigualdad entre seres humanos. Por ende, Fallas inserta inteligentemente en su novela, a través de sus personajes, una denuncia principalmente contra el latifundismo, la explotación de campesinos e indios y la tiranía en toda su extensión. Asimismo, convergen una serie de elementos valorativos que se unen para conformar un escenario único y real; en esta novela la ficción, efectivamente, supera la realidad. Y es una realidad reflejo del modo en que operaba el modus vivendi de las personas dominadas y marginadas. En busca de una mejor calidad de vida, fueron absorbidas por el hambre voraz del imperialismo, que como bien lo explica Fallas, se asentó en la Zona Atlántica del país.[4]
Costa Rica desde la colonia siempre fue un territorio pobre. Su desarrollo, en gran parte, ha dependido de una serie de etapas y procesos sistematizados, que dieron lugar a una evolución económica lenta, pero asertiva. Situación de la cual no todo el territorio tenía oportunidad. La mayor parte del desarrollo económico, social, político de Costa Rica se concentró en el Valle Central. Ese hecho, produjo diferencias sociales y económicas, en cuanto a desarrollo, con relación a las demás zonas del país. Para el caso de la provincia de Limón –llámese Caribe Costarricense, para muchos historiadores, y según datos importantes, a pesar de que fue una zona muy importante para los españoles durante la conquista por ser un punto de entrada y salida, siempre ha sido una franja olvidada. Su falta de atracción social, en parte, se debió a los continuos ataques de los piratas corsarios y los zambos mosquitos que asolaban la franja. Sin embargo a pesar de su despoblamiento, se encontraban establecidos grupos indígenas importantes. Tal vez, se trataba de todos aquellos prófugos que se internaron en la montaña, para evitar el yugo español, pero que pronto serían victimas de otro opresor, igualmente atroz. Fallas los llama los conquistadores imperialistas yanquis, los cuales era segundados por los criollos serviles, representados por los políticos corruptos.
El desarrollo del Caribe costarricense –si es que se puede hablar de desarrollo social integral, se dio según lo refleja la novela, desde que ingresa al país el dominio yanqui a través del imperialismo, en aras del desarrollo de una actividad lucrativa para acrecentar sus intereses económicos. El expansionismo imperialista, se da desde que esta empresa con poder económico compran, además de todas las prerrogativas que un gobierno corrupto les podía brindar, las tierras para crear grandes extensiones dedicadas al cultivo del banano, lugares que a palabras de Fallas, se convertían en los cementerios de los denigrados, creando con sus cuerpos el abono para nutrir la tierra y con ello, los bananales.[5] De ese modo, la novela nos describe como la United Fruit Co., comienza por rentar tierras, en las cuales estableció sus grandes latifundios, y de esta manera, construir los ambientes laborales más sórdidos para la concentración humana, su sobreexplotación y denigración. Con ello se dan una serie de abusos en contra de los dueños de pequeñas propiedades, siempre en beneficio de sus interese y en detrimento de la parte más vulnerable.
Si lo vemos desde esa perspectiva histórica, el autor pretende mostrarnos un mundo, que desde la óptica social, es sosegado y marginado. Universo social no muy distante de la realidad circunscrita, y que es reflejo de las vidas de los personajes, que así lo evidenciaban. Gente que representaba al proletariado pobre y víctima. Vemos configurarse un mundo más desigual, más confuso y mucho más universal que el resto del país, en especial con el Valle Central, en donde estaba la mayor concentración de población. Un mundo que es testigo de las peores muestras de esclavitud solapada, en donde hay ganadores y perdedores. Al parecer son más las victimas que mueren como presas en las fauces del liberalismo económico, profesado por una corriente basada en el origen de la riqueza y capitalismo salvaje. Tendencia muy arraigada en Centroamérica y el resto de Latinoamérica en esa época, y del cual nuestro país no se escapó. En su visión, Fallas nos muestra como la compañía, utilizaba las formas más sutiles de explotación humana. Los trabajadores van a ser degradados a través de tratos inhumanos, vgr., falta de escuelas, de servicios de salud, de agua potable, de medicina y salarios bajos, que ha palabras de los personajes, "…no alcanzaban ni pa"comer". Por otro lado, contribuye, para cerrar el ciclo de violencia, un Estado que se entrega expeditamente al poderío económico foráneo. Ese Gobierno que decía sentar sus bases sobres principios supremos, como la libertad, la igualdad y la democracia, ve a los pobladores de la zona del Caribe como gentes fáciles de manipular, especialmente a los indígenas de Talamanca. Personas que son manejadas en determinados momentos, según las necesidades que los comicios presenten, pero que, la mayor parte del tiempo, son ignorados. El autor nos crea un esbozo literario sui generis, en donde las autoridades electorales ante la necesidad de comprar votos, utilizaba mecanismos para engañar a los indígenas, a través de chantajes insignificantes, como era ofrecer guaro y comida.[6] La novela, en su primer capítulo, nos muestra indirectamente que la política de la época la determinaba quien tenía dominio económico, y quienes ostentaban esas prerrogativas podían perfectamente manipular los comicios en aras de sus intereses, y colocar en el poder a la persona que llenara sus expectativas. Es evidente, el fraude electoral en Costa Rica antes del año de 1948. El autor, se encarga de brindarnos un esquema detallado de la manera en que operaba dicha simulación. Lo ilustra bien, con el ejemplo de los indios de Talamanca. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de llevar a cabo votaciones justas y libres, al final los fiscales terminaban cediendo terreno, sin derecho a alegar porque era demasiado difícil controlar la corrupción.
Fallas, siguiendo con la idea anterior, es muy meticuloso en cuanto a su discurso. No deja de lado ningún detalle, y contribuyó de ese modo a esclarecer mis dudas. Al analizar la novela, quedaron varias interrogantes en mi mente, ¿Dónde estaba el Estado para denunciar y limitar todos esos tratos inhumanos? ¿y la democracia y el Estado de Derecho, que había sido promulgado en las consiguientes constituciones políticas? ¿Realmente era el Caribe costarricense una zona de olvido? ¿O acaso en esa época no había quien controlara los excesos del poder político corrupto? Serán los años siguientes, y las grandes luchas sociales las que vengan a dar respuesta a estas interrogantes. A través de ellas, se dará paso a una reivindicación de los derechos y garantías aclamadas por los sectores laborales, altamente explotados. Y aunque estas luchas fueron lentas, pero con paso seguro, al final dieron sus frutos. Permitieron que se fuera modelando la nación costarricense; muestra de ello se ejemplifica con la gran huelga bananera de 1934, de la cual el autor hace alusión en el último capítulo de su novela.[7] Y nada hubiera tenido sentido, sin el viaje inmerso de iniciación y de descubrimiento, que el personaje principal tiene para la toma de conciencia. Y posicionarse dentro del gremio de trabajadores, como un líder sindical que va a motivar a las masas sociales para apoyar la huelga y lograr la reivindicación de los derechos. Al final con la conformación y emancipación de la ideología comunista, se terminan por reclamar los derechos y garantías, que pronto va ser positivisados a través de leyes y van a servir de mecanismo para suprimir todas estas injusticias y hacer más humano la relación obrero-patronal. Mamita Yunai, muestra la génesis, no solo para reclamar los derechos de los trabajadores, sino una manera para engrandecer los principios constitucionales que establece la Carta Magna. Esfuerzos que se verán reconocidos y proclamados en la Constitución Política de 1948, con José Figures como caudillo.
Para los años veinte, según la visión histórica que nos brinda Fallas, la situación era totalmente bifurcada. Se encarga el autor de llevarnos por un viaje inexpugnable a los confines del territorio de Costa Rica, o sea a la zona del Atlántico para mostramos un Estado y una nación ilusorios. De paso, pretende que visualicemos, por debajo de esa concepción de estado ficticio, todos esos sitios o lugares velados donde la democracia, no es más que un ideal plasmado en el papel. Por el contrario, el concepto de república se convierte en un instrumento para manipular y distorsionar la realidad, siempre en beneficio de una minoría poderosa, sedienta de poder. De ese modo las votaciones se tornan un drama, que converge en situaciones de carácter racista y discriminatorio, por el trato evidenciado hacia los indígenas como subhumanos.[8] No es más que un evento que se vuelve grotesco y degradante, principalmente para los habitantes de la zona. Constantemente utilizados estas artimañas, a favor del partido político fraudulento. Entonces, al evacuar estas dudas, este viaje que Fallas hace a través de su obra, representa la visión de un mundo en el cual las ficciones de una Costa Rica, que dice profesar un liberalismo filosófico, se muestra de manera dicotómica e invertida, totalmente contrapuesta con los principios constitucionales aclamados; para las personas, -y aquí está la contradicción, no existe el acceso a "…una educación gratuita y obligatoria" como lo promueve la constitución, ni aplica los principios que "…todo hombre es igual ante la ley" y "…la vida humana es inviolable", porque según Fallas no existe nación homogénea debido a las grandes diferencias sociales. Y es esto lo que da paso a que se susciten toda es violación de derechos e injusticias contra la humanidad. En síntesis, la democracia, para esa época, no era más que una utopía, un mero ideal abstracto.
Otro aporte significativo que nos brinda el autor, es la conformación de la actual provincia de Limón, en cuanto a costumbres y tradiciones. Como bien se explico con anterioridad, la zona del Caribe costarricense tuvo un desarrollo social diferente. Se dio una mezcla de culturas, que dieron origen a la actual provincia de Limón. Su primer núcleo de población, como se menciono antes, lo conforman los indios que huían a las altas e inaccesibles zonas montañosas, para evitar el dominio hispano. Por largos años este éxodo que se prolongó hasta la independencia, según lo reconoce la historia. Por otro lado, Fallas expone en su libro muy detalladamente la presencia de negros en la zona. Podríamos afirmar que el Atlántico tuvo su primer poblamiento urbano desde el momento en que se trajeron esclavos negros para trabajar en las bananeras. Inconscientemente, la raza negra, contribuyó a configurar y moldear la cultura afroamericana en Costa Rica, la cual se evidencia en su comida, su música, bailes, etc. Por tanto, son los jamaiquinos los que aportaron su lengua, cultura, religión y gastronomía, a toda la zona. Todo esto constituye la provincia de Limón, su actual población con tradiciones y costumbres disímiles al resto del país y que se conserva aún en la zona atlántica.[9] Interesante ver, como Fallas, pretende que se configure en el lector la idea de dos mundos totalmente heterogéneos. Por lado las personas que venía del Valle Central, y de algunos países centroamericanos, compartían ideales similares; para ellos, según lo establece el autor, "…los negros los asemejaban con los congos". Por otro lado los negros afroamericanos, traídos de las Antillas, además de su idioma eran diferentes en cuanto a su percepción de mundo, "…eran lujuriosos y salvajes"; eso conformaba parte de su etnografía. También se nos presenta otra dicotomía importante, la visión del tico en relación con la de los demás países centroamericanos, que vivían en conflictos sociales permanentes. La presencia de nicaragüenses, hondureños permite tener una visión social de estas culturas a la luz de los criterios del autor. Así, es evidente la conocida y arraigada oposición entre la imagen de paz y armonía de Costa Rica en comparación con la imagen de conflicto y discordia de Nicaragua.[10] También los estadounidenses, juegan un papel importante en dinámica social, porque son los que aportan la inversión para llevar a cabo este salvaje proyecto económico. Y siempre este grupo social, va estar en una posición superior con referencias a los demás.[11] Sin embargo, aunque Mamita Yunai, describa a estos conjuntos de grupos étnicos y nacionales, los desafortunados principalmente negros, nicas y ticos, ninguno escapaba del mundo opresivo, decadente y deprimido que creó la compañía, la cual, según el argumento, estaba en proceso de abandono de la región, para trasladarse a Pacifico Sur de Costa Rica, para hacer más gravosa la situación socioeconómica de sus pobladores.
Por otro lado, Fallas pretende de igual forma, darnos una visión clara de las condiciones laborales y la vida de los trabajadores de las plantaciones bananeras, durante los años de 1920, que como se mencionó anteriormente, va ser esta situación el detonante para activar las fuertes luchas sociales en contra del dominio extranjero. Se describe en la novela un ambiente inhóspito, un mundo para bestias de carga, personas que no tiene derecho a ningún trato humano.[12] Es el reflejo de un lugar para hombres fuertes. Por momentos viven sometidos a fantasías, para tratar de suprimir esas adversidades. Pero, es imposible escapar de esa realidad que les carcome cada pedazo de su vida, hasta la muerte. Imaginando historias ficticias tratan de suprimir los efectos nocivos de su entorno. Se trata de un escape hacia unos lugares inalcanzables a los cuales nunca llegaran. Nunca llegará a concretarse los proyectos jamás porque los medios son insuficientes al igual que las oportunidades. Y todo proyecto de vida devenga un esfuerzo pecuniario. Ante esto, no queda más remedio, que aferrarse a su existencia y aceptar su condición infrahumana. Por más que deseen algo diferente, las oportunidades parecen dilucidarse ante la voracidad de un opresor, que los desgasta indiferentemente, hasta querer desear la muerte. Ante el yugo opresor, igualmente las personas debían ser mansas, sin tan siquiera hacer la más mínima denuncia de destrucción del medio ambiente. Y, aunque Fallas hace una denuncia en contra de la compañía, que estaba devastando gran cantidad de bosque y destruyendo la naturaleza, el mismo nos narra la imposibilidad de hacer algo. Bastaba con observar, como millones de árboles se consumían en la tierra que seria del bananal.[13]
Asimismo, estos hombres, sin importar su etnia, se construyen bajo el ideal de hombres machos, capaces de soportar las más duras inclemencia del tiempo, los trabajos más duros, las hambres y las enfermedades. Sin embargo, a pesar de su hombría, también saben llorar. Mitigan su dolor, buscando paz y serenidad en el licor y en las falsas compañías de prostitutas, pues al fin y al cabo solo se tienen ellos mismos. [14]Luchan incansablemente contra un mundo sórdido, impúdico y roñoso en el cual impera el aprovechamiento, la injusticia y la inmoralidad. A pesar de esto, siempre queda aquella incertidumbre de querer cambiar la situación. La libertad para buscar soluciones, siempre va ir de la mano de aquellos líderes, que a través de sus experiencias, poseen los argumentos necesarios para atacar todo un sistema impuesto. Uno de estos grandes dirigentes, reflejando en el Partido Comunista, fue sin lugar a dudas Carlos Luis Fallas. A través de su obra pretende hacer una autobiografía de los momentos cuando laboraba para la compañía como liniero.
Creo que hasta aquí, Fallas nos deja una idea clara, a través del discurso pronunciado en la Asamblea de Solidaridad con los Huelguistas de Puerto Gonzales Víquez, celebrado en San José el 18 de septiembre de 1955, "…si es posible luchar". En verdad que la lucha fue ardua. Todo eso sirvió para dinamitar los más importantes movimientos sociales, que traerían consigo una reivindicación de las garantías sociales y de la promulgación de un Código de Trabajo. Todo eso en beneficio de los trabajadores. También reconocer que nada de eso hubiera sido posible sin el desarrollo de una ideología comunista, que apoyo fuertemente el establecimiento de estos logros. Como bien, lo expone Fallas en el tercer capítulo, "La Brecha", quedaron las lecciones de vida, acaecidas bajo las experiencias de los bananales. La forma en que desarrolla la novela temporalmente, nos trasmite la idea de un viaje de instrucción y hallazgo, sin el cual no se hubiera podido crear la conciencia para iniciar un amplio camino hacia lo que hoy somos. La lucha, siempre hay que hacerla constantemente en cualquier estadio de nuestras vidas. Al final, vendrán los frutos.
[1] Carlos Luis Fallas (1909-1966). Nació en Alajuela el 21 de enero de 1909. Fue Regidor Municipal de San José. Diputado. Jefe Militar improvisado de los batallones obreros durante la guerra civil de 1948. Escritor. Entre sus obras literarias están: “Mamita Yunai” escrita en 1940, obra que pasó desapercibida hasta que Pablo Neruda se propuso que fuera conocida en el mundo entero. “Gentes y Gentecillas”, “Marcos Ramírez”, “Mi Madrina”, “Tres Cuentos”, “Un mes en la China Roja”. En 1962 la Fundación William Faulkner le otorgó el Premio La Novela Iberoamericana por su libro “Marcos Ramírez” y el 11 de abril de 1966 la Dirección de Artes y Letras le otorgó el premio nacional de literatura “Mogón”. La Asamblea Legislativa lo nombró “Benemérito de la Patria”, por acuerdo Nº 1793 del 14 de noviembre de 1977. Murió en San José el 7 de mayo de 1966.
[2] La United Fruit Company (UFC) (1899-1970) era una multinacional estadounidense que destacó en la producción y el comercio de frutas tropicales (especialmente plátanos y piñas) en plantaciones del Tercer mundo, sobre todo en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Sus intereses comerciales abarcaban grandes extensiones de Centroamérica y el Caribe donde la empresa era conocida como Mamita Yunai, (Nótese que "Yunai" es una deformación del término "United"). Para ampliar más la concepción, cfr., http://es.wikipedia.org/wiki/United_Fruit_Company
[3] Según Fallas, “…la frutera necesitaba esclavos para sus nuevas plantaciones…” cfr., Carlos Luis Fallas. “Mamita Yunai” Editorial de Costa Rica. San José, Costa Rica. 2008, pág. 91.
[4] Una reproducción objetiva de la realidad, se ve evidenciada en el siguiente extracto: “…pareciera que para los negros se ha detenido la rueda de la historia: para ellos no floreció la Revolución Francesa, ni existió Lincoln, ni combatió Bolívar, ni se cubrió de gloria el negro mancebo…” Fallas, Op. cit. pág. 34.
[5] Fallas utiliza de manera dramática la muerte de Calero, para hacer alusión a la manera en que morían los derrotados y con ello nos narra: “…cuando le pedí al viejo una mula para sacar el cuerpo mutilado hasta Andrómeda- movió la cabeza y me hizo un gesto que quería decir: “¿Para qué sacarlo?” lo mismo se pudre en el suampo allá afuera, que aquí, sirviendo de abono en este bananal…” Fallas, Op. cit. pág. 223.
[6] Radiografía del fraude electoral ante de 1948, esta descrito en la primera parte de la novela “Politiquería en el Tisingal de la Leyenda”, por ejemplo, narra el autor: “…al poco rato pasaron unos indios llevando una latas vacías, después pasaron otros con un toro y una vaca flaca sin rabos. Esa era la carne que, con el guaro que ya tenían allá, completarían el festín con que las Autoridades iban a entretener a las indiadas (…)”Fallas, Op. cit. pág. 58.
[7] Discurso pronunciado por Carlos Luis Fallas en la Asamblea de Solidaridad con los Huelguista de Puerto González Víquez, celebrada en San José el 18 de setiembre de 1955. Fallas, Op. cit. pág. 245. (Arreglo de la versión taquigráfica)
[8] La forma en que se discrimina al indígena, Fallas lo narra de la siguiente manera: “…la doma, el embrutecimiento del indio, la destrucción de la raza bravía, quedó para otros conquistadores mil veces menos valientes, pero infinitamente más crueles y rapaces que aquellos españoles ¡mas arteros!: para los conquistadores imperialistas yanquis, segundados por los criollos serviles…” Fallas, Op. cit. pág. 91.
[9] Era nada más y nada menos que el campamento de enfrente, donde estaba la peonada negra, con una visión de mundo diferente. Fallas los describe en la novela diciendo, (los negros): “…discutían gritando horrorosamente y gesticulando como diablos, cualquiera creía que ya se iban a matar. Un momento después se oían sus estruendosas carcajadas a dos millas de distancia; reían parando los ojos, enseñando los dientes y el galillo. Todos sus gestos eran aparatosos y exagerados…” Fallas, Op. cit. pág. 167.
[10] Entre bromas y risas, salía a la luz los recuerdos amargos de un sociedad sumida en la violencia social, el autor se encarga de hacernos ver esa percepción de mundo, de la siguiente manera: “…pobres hermanos nicas. Vienen cantando, arrullando ilusiones, en busca de libertad y trabajo, a caer nuevamente en las manos del gringo…” Fallas, Op. cit. pág. 206.
[11] El poder económico lo compra todo, por ejemplo, el autor se refiere a la siguiente aseveración: “…Los gringos de la United no trajeron arcabuces ni corazas. Trajeron muchos cheques y muchos dólares para corromper a los gobernante venales y adquirir perros de presa entre los más destacados hijos del país…” Fallas, Op. cit. pág. 91.
[12] Las condiciones infrahumanas, se describen en la novela de la siguiente manera: “…y así había que trabajar bajo el sol de fuego y bañarse en su sudor. Ni el más feroz de los inquisidores imaginó nunca un suplió más cruel…” Fallas, Op. cit. pág. 178.
[13] Fue inmenso el impacto ambiental, al punto de Fallas tomarlo como algo que iba a generar problemas a futuro, por ejemplo, narra: “…-son millones y millones de metros cúbicos de robles, y cedros y laureles y toda clase de maderas buenas que se pudren de abono p’al banano…, …pero, ¡qué l’importa la madera a los machos si no les cuesta nada! Hasta el clima nos van a cambiar botando las montañas…” Fallas, Op. cit. pág. 152.
[14] Fallas describe esa situación, de manera muy detallada, por ejemplo: “…los hombres más hombres tiene el alma de un niño y necesitan mimos y arrullos como los chiquillos. Por eso lloran cuando están borrachos o con la cobija oculta entre las cobijas para que nadie los vea. Solo los cerdos no pueden llorar. El liniero llora cuando esta borracho…” Fallas, Op. cit. pág. 171.
Autor:
Luissiani Cruz C.
Estudiante de Derecho
Universidad de Costa Rica
Invierno, 30 de mayo 2010
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