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La metodología de Max Weber: la Sociología Comprensiva

Enviado por Roy Marín


Partes: 1, 2

    1. La Europa de finales del siglo XIX: realidades político-económicas y concepciones teórico-metodológicas
    2. La Sociología Comprensiva: la objetividad, la acción social y el tipo ideal
    3. Herencia weberiana en el pensamiento metodológico de las ciencias de la cultura posterior

    La Europa de finales del siglo XIX: realidades político-económicas y concepciones teórico-metodológicas

    La Europa del siglo XIX está caracterizada por la imposición de un nuevo orden socio-económico y jurídico nacido del liberalismo, que se erigió a través de largos procesos culturales que desembocaron en múltiples periodos revolucionarios. Hobsbawm ubica el origen de estos movimientos en el año de 1789 con la toma de la Bastilla y es continuado por las revoluciones burguesas que se dan entre 1830 y 1848[1]El impacto de los procesos tecnológicos de la revolución económico-industrial inglesa y de la revolución político-jurídica francesa (estimulados por los crecientes cambios sistémicos de una sociedad feudal a una capitalista) modificó la estructura de las sociedades europeas y generó nuevos grupos sociales específicamente urbanos. Como resultado de la nueva división social del trabajo, estos grupos protagonizaron nuevos tipos de conflictos sociales[2]

    Es en esta arena en donde surgen las teorías marxistas herederas de los socialismos utópicos franceses. Estas teorías tuvieron un papel importantísimo en la conducción de los conflictos obreros (es en este punto en donde es preciso señalar la existencia teórica de una dualidad social dentro de las construcciones teóricas marxistas: por un lado se encuentra la burguesía y por el otro lado el proletariado). Estas luchas no sólo constituyeron beneficios para la clase obrera, sino trajeron consigo ganancias para la sociedad entera. Elementos como los sindicatos, la universalización del sufragio, las nuevas formas de representación política y sobre todo, la democratización y búsqueda de una sociedad más igualitaria y por ende, justa[3]

    Tras las guerras prusianas de la segunda mitad del siglo XIX se conforma el nuevo Estado alemán. Este hecho significó un peligro político para los vecinos europeos de esta nación. Hobsbawm ubica un segundo periodo colonial que va de 1880 a 1914, etapa en la que el imperio alemán entra en juego. Durante este periodo las potencias coloniales actuaron más osadamente, durante el cual se llevó a cabo la colonización de África y de diversas regiones de Asia y del Pacífico. Hacia 1914 se puede considerar que la red colonial mundial se había cerrado en torno al planeta. El Imperio Británico era, con mucho, el más amplio y con más diversidad geográfica, aunque Francia, Bélgica, Alemania, Portugal, Estados Unidos y Japón eran también importantes potencias coloniales. Esto lógicamente conllevaría problemas entre las naciones que desembocarían en «espíritus nacionalistas» y conflictos armados a nivel mundial[4]

    Sólo se puede entender totalmente la obra de Max Weber ubicándolo en este escenario. El pensador alemán asume una constante preocupación entre la labor del científico y la del político, además de las implicaciones axiológico-valorativas de las que se debe «limpiar» el conocimiento objetivo de las ciencias sociales. No obstante su batalla teórica-metodológica no sólo se inserta en ese plano, también tiene que abrirle camino a un modo de pensar las ciencias de la cultura respecto de otros modos, como la escuela histórica alemana de economía o el positivismo francés e inglés.

    Por un lado, como bien nos explica Pietro Rossi, a mediados del siglo XIX se vivía en la cultura alemana un debate que para determinar los métodos de las ciencias de la cultura y diferenciarlos de los de las ciencias de la naturaleza. El debate comenzó en la economía política vista desde Alemania: la economía clásica inglesa no respondía a las necesidades teóricas y sobre todo, prácticas del pueblo alemán. Schmoller y Menger fueron los máximos representantes de este conflicto, el primero sostenía –basado en instrumentos conceptuales de origen romántico- la necesidad de una indagación verdaderamente histórica de los fenómenos, tratando de encontrar un desenvolvimiento necesario de las formas históricas de economía como «espíritus de época». Menger, en desacuerdo con el planteamiento de la escuela histórica, ilustraba el alcance metodológico de los esquemas hipotético-deductivos, dándole independencia a la ciencia económica al formar sus propios modelos analíticos[5]En el fondo la idea era si las ciencias de la cultura debían ser deductivo-explicativas (como las ciencias de la naturaleza) o si deberían ser inductivas-descriptivas.

    Por otro lado la Sociología había surgido en el positivismo. Comte había explicado la necesidad de «descubrir» el orden social y ordenarlo en leyes que permitiría una previsión infalible de los fenómenos de la sociedad. Además el pensador francés sólo distinguía un método, aplicable para todas las ciencias, basado en la observación, experimentación y comprobación empírica[6]Weber, al igual que Schmoller, desechaba esa teoría. Como consecuencia de esto, tenía que construir otra base para considerar la Sociología. Entre los pensadores contemporáneos a Weber y que este último reconoce su labor se encuentra Georg Simmel, para el que la Historia estudia el contenido de nuestra experiencia, mientras que la Sociología se ocupa de las formas de interacción humana[7]

    La Sociología Comprensiva: la objetividad, la acción social y el tipo ideal

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