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Plan bicentenario: Perú al 2021


  1. Plan Bicentenario: Perú hacia el 2012 (Año 2011)
  2. Plan estratégico de desarrollo nacional actualizado

El Perú viene sentando las bases para asegurar su competitividad. La gestión responsable de nuestras finanzas públicas, la estabilidad macroeconómica y las reformas de segunda generación que se vienen implementando son nuestros principales activos. La economía mundial está encaminada hacia un nuevo equilibrio caracterizado por menores precios de materias primas, mayores costos financieros y tasas de crecimiento ajustadas en las economías emergentes y, bajo estas nuevas condiciones, estamos poniendo en marcha las herramientas de base necesarias para acompañar al sector privado en una senda de crecimiento sostenible.

Más del 90% de la reducción de la pobreza en los últimos años en el Perú se debe al crecimiento de la producción y su impacto en el empleo. Para evitar caer en la "trampa del ingreso medio" y mantener tasas de crecimiento superiores al 6% que permitan seguir generando empleo formal y reduciendo la pobreza, se requieren seguir profundizando en acciones públicas y privadas que estimulen el crecimiento del PBI potencial de forma "extensiva, con mayor acumulación de capital y mano de obra capacitada, e "intensiva", con mayor productividad. Varias reformas de mediano y largo plazo ya están en marcha, como la mejora del servicio civil, del mercado de capitales, del sistema de pensiones, de la administración tributaria y del sistema educativo, entre otras. Muchas de ellas requerirán un tiempo de maduración para visualizar su impacto.

El Perú se ha propuesto ingresar al selecto grupo dela OCDE. Ello ampliará nuestra capacidad para atraer inversiones y adquirir conocimiento y tecnología; así como acelerará la implementación de reformas para la reducción de las brechas de infraestructura, de la calidad de la educación, de la productividad de la mano de obra, de la inversión en ciencia, tecnología e innovación, del acceso a financiamiento para las micro, pequeñas y medianas empresas y de la eficiencia de las instituciones.

Hacia el 2021, el Perú busca posicionarse como uno de los países con mayor crecimiento en el mundo, teniendo a la inversión privada como su principal motor. Por ello, el incremento de la competitividad resulta fundamental. Desde el Consejo Nacional de la Competitividad, donde trabajamos de manera articulada los actores públicos y privados, planteamos esta Agenda 2014-2018 como orientadora de las acciones que requerimos para llegar a nuestro bicentenario con un país más competitivo.

El primer objetivo nacional del Plan Bicentenario es lograr la vigencia plena de los derechos fundamentales y de la dignidad de las personas. Ello requiere erradicar la pobreza y la pobreza extrema y eliminar las barreras sociales, de género, culturales y de todo tipo que limitan las libertades humanas y la posibilidad de que todas las personas puedan realizar su máximo potencial como seres humanos. La libertad, la justicia, la paz y la dignidad intrínseca de las personas son derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, y el desarrollo es un proceso integrado de ampliación de las libertades fundamentales, articulado a consideraciones económicas, sociales y políticas, que incluye el reconocimiento de los valores sociales y culturales.

Para garantizar los derechos fundamentales a todos los peruanos se requiere de políticas que busquen lograr la equidad social, lo que implica asegurar la igualdad de oportunidades para todos y el acceso universal a los servicios básicos, como son una buena educación y salud, una adecuada alimentación, servicios de agua y desagüe, electricidad y telecomunicaciones. En esta materia, el Plan propone dejar atrás, progresivamente, el asistencialismo y reorientar el gasto social y la lucha contra la pobreza hacia programas habilitadores de capacidades y promotoras del desarrollo productivo; asimismo, concentrar el esfuerzo público en reducir de manera sustantiva, y de ser posible erradicar, la desnutrición crónica y la mortalidad infantil para el año 2021.

Plan Bicentenario: Perú hacia el 2012 (Año 2011)

En este documento se definen seis ejes estratégicos: (i) derechos fundamentales y dignidad de las personas; (ii) oportunidades y acceso a los servicios; (iii) Estado y gobernabilidad; (iv) economía, competitividad y empleo; (v) desarrollo regional e infraestructura y (vi) recursos naturales y ambiente.

El análisis nos confirma que se ha progresado en la recuperación de la institucionalidad, aunque faltan reformas muy importantes. La descentralización aparece como la reforma del Estado más profunda y significativa de nuestra vida republicana. La transferencia de competencias y recursos así lo demuestra, lo cual incentiva la calidad de la gestión. La educación se ha universalizado, aunque su calidad es muy deficiente en todos los niveles, y la salud pública se encamina en esa dirección. Asimismo, el diagnóstico presenta avances en la lucha contra la pobreza y en la reducción de graves problemas sociales como la desnutrición crónica y la mortalidad infantil. También deja constancia del severo déficit en materia de infraestructura y de la necesidad de fortalecer la calidad de la administración pública para contar con un Estado eficiente y transparente.

El Plan Bicentenario no puede dejar de evaluar el contexto internacional ni las megatendencias que se perfilan en el momento actual. La crisis del año 2008 parece marcar el fin de un ciclo y el ingreso a otro de larga duración, en el que el Estado recupera la capacidad reguladora a fin de evitar la repetición de la descontrolada espiral especulativa que condujo a la mayor crisis de la economía mundial en las últimas ocho décadas. La estabilidad macroeconómica y el equilibrio a los que aspiran los países no son ajenos en absoluto a la recuperación de la dinámica internacional. El siglo anuncia la redefinición de las hegemonías planetarias, el surgimiento de nuevas potencias y el afianzamiento de los entornos regionales. El avance de las tecnologías de las comunicaciones y los nuevos inventos abren un panorama promisorio para la humanidad. Una sociedad planetaria diversa pero intercomunicada hace que el progreso y los beneficios de la globalización sean reclamados por todos. El reto de la inclusión, el desarrollo sostenible y la preservación del medio ambiente impulsan la universalización de la democracia.

Existen tendencias negativas y hay que saber afrontarlas, en particular la violencia terrorista y el narcotráfico, que parecen ser los flagelos del nuevo siglo. La extrema violencia de las redes internacionales del terror que remece al mundo y el poder que alcanzan las mafias en el tráfico de drogas y en el contrabando deben ser enfrentados con rigor. En el Perú, el terrorismo subsiste y trata de exacerbar los conflictos sociales mientras se alía con el narcotráfico, cuyas redes cruzan el continente y los océanos.

La pobreza debe reducirse a menos del 10% del total de la población. La mortalidad infantil y la desnutrición crónica deben ser disminuidas drásticamente o, de ser posible, eliminadas. El Perú debe tener un coeficiente de Gini que indique una clara reducción de la desigualdad, consolidándose como un país de renta media alta y de desarrollo humano elevado.

El Plan Bicentenario propone objetivos generales y específicos, precisa indicadores para avanzar hacia las metas fijadas y plantea programas estratégicos. Una vez promulgado, se avanzará decisivamente en la formación del SINAPLAN. Así se articulará el Plan con los instrumentos financieros para que los programas estratégicos empiecen a ser provistos en el presupuesto general de la República. Luego se diseñarán los planes de mediano plazo y los planes multisectoriales, en coordinación con los planes regionales y municipales.

La propuesta del Plan Bicentenario: El Perú hacia el 2021, plan estratégico de desarrollo nacional, concibe el ejercicio universal de los derechos fundamentales por las personas como la finalidad esencial de toda sociedad humana. Esto es reconocido en el primer artículo de la Constitución, donde se establece que "La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado". De allí que el primer objetivo nacional del Plan Bicentenario, que determina y orienta la propuesta de este plan de largo plazo, es lograr la vigencia plena de los derechos fundamentales y de la dignidad de las personas. Ello requiere erradicar la pobreza y la pobreza extrema y eliminar las barreras sociales, de género, culturales y de todo tipo que limitan las libertades humanas y la posibilidad de que todas las personas puedan realizar su máximo potencial como seres humanos. Este objetivo concuerda con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que reconoce la libertad, la justicia, la paz y la dignidad intrínseca de las personas como derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. Asimismo, dicho objetivo asume los postulados de Amartya Sen, quien concibe el desarrollo como un proceso integrado de ampliación de las libertades fundamentales, articulado a consideraciones económicas, sociales y políticas, que incluye el reconocimiento de los valores sociales y culturales. En este enfoque se considera que las diferentes libertades son, al mismo tiempo, el fin supremo del desarrollo y un medio para alcanzarlo.

Para garantizar los derechos fundamentales a todos los peruanos se requiere de políticas que busquen lograr la equidad social, lo que implica asegurar la igualdad de oportunidades para todos y el acceso universal a los servicios básicos. Esto incluye en particular la igualdad de oportunidades para el acceso a una buena educación y salud, a una adecuada alimentación, así como a los servicios de agua y desagüe, electricidad y telecomunicaciones. En esta materia, el Plan propone dejar progresivamente atrás el asistencialismo y reorientar el gasto social y la lucha contra la pobreza hacia programas habilitadores de capacidades y promotores de desarrollo productivo. Asimismo, plantea concentrar el esfuerzo público en reducir de manera sustantiva, y de ser posible erradicar, la desnutrición crónica y la mortalidad infantil para el año 2021, así como garantizar el acceso a los servicios de aguay desagüe y una buena atención de salud para todos los peruanos. El acceso a una educación de calidad es un requisito esencial para lograr el desarrollo humano, y constituye la base para la superación individual y el éxito económico de las personas, y también para la conformación de una sociedad solidaria y con valores éticos.

Pero en el Perú se requiere, además, que la educación se conecte adecuadamente con las necesidades del crecimiento económico y el mejoramiento social y ambiental. De allí la importancia de vincular la educación con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, de manera que la innovación y el conocimiento sean elementos clave de la transformación hacia una economía de alta productividad, y el progreso social y la gestión del desarrollo sean ambientalmente sostenibles.

Plan estratégico de desarrollo nacional actualizado

PERÚ HACIA EL 2021 (Abril 2015)

El Consejo Directivo del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) aprobó el viernes 29 de noviembre la actualización del Plan de Desarrollo Estratégico Nacional denominado Plan Bicentenario: El Perú hacia el 2021. En tal sentido, CEPLAN cumple con presentar hoy, lunes 2 de diciembre del 2013, ante la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) la propuesta del PLAN BICENTENARIO, debidamente actualizado para su aprobación de acuerdo a las normas sobre la materia.

Como se recuerda la disposición contenida en el Decreto Supremo N° 051-2012-PCM, establece que dicha ampliación se realiza considerando que, para la formulación de la actualización de la propuesta de Plan de Desarrollo Estratégico Nacional, el CEPLAN deberá realizar coordinaciones multisectoriales con distintos niveles de gobierno, así como con las diversas instituciones de la sociedad civil y gremios empresariales.

Cabe señalar que el proceso de actualización del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional, se realizó con la finalidad que se afiance el crecimiento con inclusión social en democracia; la igualdad de derechos, oportunidades y metas sociales alineadas con los objetivos del milenio; se alcance la concertación económica y social en el ámbito nacional, regional y local; y se logre el reencuentro histórico con el Perú rural.

Entre las instituciones con las que CEPLAN efectuó coordinaciones para este fin, figuran los sectores, los colegios profesionales, gremios empresariales y sindicales, universidades a nivel nacional, ciudadanía en general, entre otros.

El Plan Bicentenario se sustenta en el concepto del desarrollo como libertad, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la Declaración del Milenio y los Objetivos del Milenio de dicha organización y en las políticas de Estado del Acuerdo Nacional.

El Plan contiene seis ejes estratégicos que son: (i) derechos fundamentales y dignidad de las personas; (ii) oportunidades y acceso a los servicios; (iii) Estado y gobernabilidad; (iv) economía, competitividad y empleo; (v) desarrollo regional e infraestructura; y (vi) recursos naturales y ambiente.

El Plan, formulado por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), permitirá articular el Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico (SINAPLAN), que integra al gobierno nacional, a los gobiernos regionales y a los organismos constitucionalmente autónomos. De este modo, el país tiene a partir de ahora el primer plan estratégico de desarrollo cuyo horizonte temporal es el bicentenario de nuestra fundación republicana. San isidro, 02 de Diciembre del 2013.

El 2021 no solo marcará el segundo centenario de la independencia del Perú, puede ser también el año del ascenso del Perú al grupo de países de alto desarrollo humano, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE. Para entonces, podremos exhibir orgullosos una trayectoria de crecimiento económico sostenido e inclusivo, habiendo mostrado 30 años de crecimiento del PBI a una tasa anual promedio del seis por ciento, con una estructura productiva más diversificada y una economía más competitiva, gracias a las mejoras en capital humano (fruto de efectivas reformas en educación y salud) así como los avances en la infraestructura (transporte, tecnologías de la información, comunicaciones, energía, saneamiento y servicios básicos) los que harán posible que muchos más peruanos se incorporen a los mercados nacionales e internacionales, dejando para siempre la pobreza y que así se haga realidad una autentica inclusión social.

Ciertamente, hacia el 2021, el Perú no habrá eliminado la pobreza, pero la habrá reducido significativamente, y la pobreza extrema –para todo efecto práctico– será una cosa del pasado. Seguiremos siendo un país con desigualdad, pero seremos mucho más inclusivo que en la actualidad. Debido al peso de la historia, las diferencias entre lo urbano y lo rural persistirán, principalmente en materia de servicios básicos como salud y educación, agua y saneamiento, electricidad, pero sus devastadores efectos serán mucho menores que en aquellas "décadas perdidas" de fines del siglo XX, gracias a la acción de un Estado que entiende a cabalidad su papel en la búsqueda de la justicia social.

Hacia el 2021, los peruanos tendremos más oportunidades, producto de una sociedad que abraza la globalización y el cambio tecnológico con un sentimiento de genuina emoción. La economía peruana mostrará una mayor diversificación productiva que se habrá potenciado gracias al incremento de las capacidades cognitivas, productivas e innovadoras de su gente y no sólo a partir de su stock de recursos naturales (como los provenientes de su minería, su biodiversidad y su riqueza bioclimática) los que, por su vulnerabilidad o reducida complejidad productiva, pudieron haber retenido al país en la llamada "trampa de los ingresos medios".

La implementación de la estrategia nacional para el desarrollo de la ciencia, tecnología e innovación "Crear para Crecer" habrá empezado a dar frutos al articular los resultados de la investigación con el sector productivo, al incrementar el número de investigadores y profesionales debidamente calificados, al mejorar los niveles de calidad de los centros de investigación y generar nuevos incentivos para la innovación. Las políticas de educación y la salud, articuladas con el Plan Nacional de Diversificación Productiva (PNDP) habrán empezado a constituirse en los motores de un crecimiento sostenido, sustentable e inclusivo. En el 2021, el 100% de los peruanos contará con la cobertura de un seguro de salud y la inversión en educación habrá alcanzado el 6% del PBI, llegando a la meta planteada por el Acuerdo Nacional en el 2002, lo que sumado a las reformas emprendidas por el actual gobierno en la revalorización de la carrera docente, la inversión en infraestructura educativa, la mejora en la calidad de aprendizajes, la modernización de la gestión y la política.

Al 2021, las brechas en infraestructura entre lo que necesitamos para impulsar al máximo nuestra capacidad productiva y lo que tendremos –producto de un masivo programa de inversiones– seguirán siendo significativas, pero con una clara tendencia a reducirse gracias a la inversión pública y privada, potenciadas mediante las asociaciones público-privadas, sobre todo en materia de logística para la producción, así como en la construcción de infraestructura social y productiva.

El Plan Estratégico de Desarrollo Nacional fue aprobado mediante el Decreto Supremo Nº 054-2011-PCM, lo cual permitió que las entidades conformantes del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico ajustaran sus Planes Estratégicos a los objetivos de desarrollo nacional previstos en este documento, previamente aprobados por el Foro del Acuerdo Nacional. A su vez, los decretos supremos Nº089-2011-PCM y Nº051-2012-PCM determinaron los parámetros de actualización y ampliaron el plazo original de su preparación en dos años más.

La actual administración del Presidente Ollanta Humala entiende que existe la necesidad de incluir en el Plan Estratégico los lineamientos fundamentales de su actual política de gobierno, como son los de construir un "Perú con Progreso para todos". Esto se concreta en un país con un crecimiento económico sostenido, con avances sustantivos en inclusión social, con una mayor diversificación productiva, con reformas en educación y salud ya en marcha, con las reformas contenidas en el "Plan de Nacional de Seguridad Ciudadana 2013- 2018" ya encaminadas, con la Reforma del Servicio Civil, la Reforma Tributaria, la Reforma del Mercado de Valores, y la Reformas del Marco Fiscal ya dando sus frutos, así como también, con una mayor inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación, que conjuntamente con la suscripción de 21 acuerdos comerciales, nos acercan más a convertirnos en un país miembro de la OCDE.

El gobierno de Presidente Humala ha propuesto líneas de acción de mediano plazo, como la erradicación de la pobreza extrema, la reforma política, la igualdad de derechos y de oportunidades, el reconocimiento de la diversidad cultural como un activo de nuestra identidad nacional y metas sociales que están alineadas con los objetivos del milenio, las que sumadas a la concertación económica y social en el ámbito nacional, regional y local harán posible una gestión y gobernanza territorial más racional y que vaya al reencuentro histórico con el Perú rural.

Dado que la visión estratégica de un país se enfoca en el largo plazo, en el presente proceso de actualización del PEDN, se ha buscado mantener los elementos estructurales de su versión original. No obstante ello, advertimos que en la versión que presentamos se ha revisado, delimitado y actualizado el contenido temático de los ejes siguientes: (i) Derechos humanos e inclusión social; (ii) Oportunidades y acceso a los servicios; (iii) Estado y gobernabilidad; (iv) Economía, competitividad y empleo; (v) Desarrollo territorial e infraestructura productiva, y (vi) Ambiente, diversidad biológica y gestión de riesgos de desastres.

Asimismo, como parte de este proceso de actualización se han determinado seis lineamientos de política y se han establecido catorce prioridades nacionales. El diseño metodológico del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional Perú hacia el 2021 contiene los enfoques participativo, econométrico y prospectivo, que buscan armonizar las diversas propuestas a fin de conferirle solidez, coherencia, así como viabilidad social y política. Además, el enfoque general del mismo es el desarrollo humano, el cual sitúa a las personas en el centro del desarrollo, potenciando sus capacidades, el goce de sus derechos y el aumento de sus oportunidades para mejorar sus condiciones de vida.

edu.red

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Autor:

Dr. Johnny Félix Farfán Pimentel

Doctor en Administración de la Educación

Magister en Ciencias de la educación

Lima, Perú – 2015