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De los nuevos paradigmas de la economía boliviana (página 2)


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Desde los pueblos indígenas originarios se plantea una visión o suerte de paradigma que quiere ser totalmente distinto al llamado capitalismo. Para ello, tomando la visión aymara, se debe partir del ayllu que es su sistema de organización de vida. Ayllu es un término aymara que se traduce como comunidad. Para la mayoría de nosotros comunidad se entiende sólo como unidad y estructura social; o sea, los componentes son sólo humanos. Sin embargo desde la cosmovisión de los pueblos autodenominados originarios, comunidad se comprende como la unidad y estructura de vida, es decir que el ser humano es sólo una parte de esta unidad; animales, plantas, montañas, el aire, el agua, el sol, incluso lo que no se ve, nuestros antepasados y otros seres son parte de la comunidad. Todo vive y todo es importante para el equilibrio y la armonía de la vida; la desaparición o el deterioro de una especie es el deterioro de la vida. Por lo tanto todas las formas de relación en el ayllu deber ser en permanente equilibrio y armonía con todo, pues cuando se rompe esta regla las consecuencias son para todos.

Cuando en el capitalismo hacemos referencia a los recursos como principal fuente de desarrollo entramos en contradicción al ayllu ya que ahí no hay el termino recurso, ya que si todo vive, lo que existe son seres y no objetos y el ser humano no es el único parámetro de vida, entonces se debe buscar simplemente relacionarse bajo el principio del ayni que significa reciprocidad. Tampoco cabe el concepto de explotación de nada ni de nadie, porque nada ni nadie es útil sólo para uno, ni el propósito de las demás formas de existencia es sólo el beneficio del ser humano, todo está en una relación complementaria en un perfecto equilibrio.

El horizonte del ayllu en ayni es el suma qamaña, es decir para la economía comunitaria el horizonte de toda relación complementaria dentro de la comunidad es vivir bien, cuidando y respetando toda forma de naturaleza, cuidando y respetando la vida. En el vivir bien el ser humano no está por encima de todas las formas de existencia, está al mismo nivel de ellas; por lo tanto en la economía complementaria, los beneficios no se circunscriben a la unidad y estructura social humana, sino que están en función de la unidad y estructura de vida. La economía desde la cosmovisión de los pueblos originarios y en particular desde la visión aymara es la forma en que los seres humanos y comunidades deciden relacionarse con todas las formas de existencia que de ninguna manera son recursos, sino seres que viven y se merecen todo respeto. Se relaciona de forma recíproca, decidiendo también qué bienes y servicios se producirán, cómo se producirán, cómo se distribuirán y redistribuirán entre los miembros de la comunidad social y de vida.

Para complementar la ilustración de la economía comunitaria voy a compartir lo que observe en investigaciones económicas que realizaba por el altiplano paceño. En las comunidades, los trabajos agrícolas y ganaderos son asumidos por todos los miembros del núcleo familiar. Trabajan, hasta el último día de su vida, desde el más pequeño que aprendió a caminar hasta el más anciano. Las tareas se realizan de acuerdo a la fuerza y a la salud de cada integrante de la familia, cuya base más importante de producción es la tierra, muchas regiones del altiplano del departamento de La Paz poseen terrenos áridos sobre todo en Calamarca y Santiago de LLallagua que cuenta con tierras extensas donde se complementan el cultivo de productos como la papa y otros tubérculos y la ganadería con el pastoreo de ovejas y llamas. Las familias complementas su producción mediante la manufactura de herramientas de trabajo agrícola, con la madera que sacan de las partes más bajas de sus tierras, las mujeres también se dedican a trenzar canastas para venderlas en la feria. La comunidad de Cacachi y otra a los alrededores tiene acceso al lago Titicaca y complementan sus recursos con la pesca y cosechando la totora para utilizarla como forraje y material de construcción. En el conjunto diversificado de actividades agropecuarias, de pesca y recolección, se reconoce el papel de la mujer como organizadora de la producción, a través del consumo y la distribución. Los instrumentos de siembra, como el arma de yunta están estrechamente relacionados con el varón porque para el manejo de este instrumento se necesita más fuerza, todo que tenga que ver con mayor fuerza es instrumento y trabajo de los varones.

Como observamos los principios planteados por la economía comunitaria se cumplen; sin embargo, ello cambia cuando se habla de la propiedad de la tierra; o sea, no se utiliza el discurso teórico de reciprocidad sino el capitalista de propiedad privada, Las tierras generalmente se obtiene por herencia; así, los padres ceden tierras al hijo que se hizo jaqi, después de la irpaqa, cuando ya construyó su casa y conformó su familia en los espacios que también le han cedido sus progenitores. Debido a la existencia patriarcal, las hijas por lo general no heredan tierras ya que se trasladan a la comunidad del esposo. Otras familias que carecen de tierra de cultivo con frecuencia las arriendan de aquellos núcleos familiares que, por no tener suficiente mano de obra, no pueden cultivar toda la extensión; también, las alquilan de las familias que han emigrado de la comunidad. Otras siembran mediante acuerdos al partir que establece que una familia pone al tierra y otra el trabajo, compartiendo a mitades la dotación de semilla y abono, en estos caso la cosecha se divide en partes iguales, por surcos o por productos.

En comunidades como Calamarca y Santiago de LLallagua, donde las tierras extensas estaban organizadas en sayañas, aynuqas y anaqas, en los últimos años ha cambiado la forma de uso y de acceso a estos recursos; actualmente, ay casi no existen anaqas que son los lugares de pastoreo donde se establece la residencia temporal, para complementar la sayaña es la unidad territorial y ritual de una familia y la aynuqa es el sistema agrícola de carácter multicíclico. En la colonia, a los pobladores de estas comunidades se las clasificaba en originarios y agregados, lo cual sigue vigente ya que se habla de tierras de poblador originario y tierras de poblador agregado; las tierras del poblador originario son extensas y la de los agregados son de menor extensión de modo que hay una diferencia interna entre los descendientes de ambos grupos en términos de la cantidad de tierra que poseen.

Como las tierras son heredadas de padres a hijos en cada generación se reduce el tamaño de las parcelas que le tocaría a cada uno, el resultado de ello es la variedad de parcelas discontinuas que no están en pleno uso, por lo general no es posible vender las tierras a gente ajena a la comunidad y en forma independiente de la familia.

Indudablemente los puntos planteados por la economía comunitaria son muy arcaicos, tanto así que ni la misma comunidad ya los utiliza a cabalidad, lo que los de las comunidades buscan es cuidar su tierra, propiedad privada y vender o intercambiar sus productos, competencia nada más y nada menos que en el mercado. Pero no es el mercado y por ende el capitalismo el culpable de la pobreza que atraviesa Bolivia entonces se debe poner a consideración el siguiente nivel el modelo de socialismo comunitario.

Ante lo señalado en el párrafo precedente varios autores que enarbolan el modelo de la economía comunitaria sostienen que la economía comunitaria como su nombre lo dice antes tenía un carácter más comunitario, hoy esta penetrado por la propiedad privada y la economía mercantil, por lo tanto para su ejecución no habrá que pensarlo en simplemente repetirlo sino limpiarlo de la penetración de los instrumentos capitalistas.

El modelo económico comunitario es digno de tomárselo en cuneta, de recuperarlo pero de transformarlo o adecuarlo a los nuevos momentos históricos ya que este modelo es la base del modelo socialista comunitario. Mientras el modelo comunitario se caracteriza por el uso de los instrumentos arcaicos, el modelo del socialismo comunitario se caracteriza por el uso de la tecnología más avanzada.

En consecuencia, el modelo que se propone como una suerte de evolución histórica del modelo comunitario es el modelo socialista comunitario, que es comunitario porque la propietaria directa de los medios de producción es la comunidad, tanto urbana como rural y no el estado; y es socialista porque no se basa en procesos de trabajo y producción privados, sino establece un régimen y relaciones de producción de carácter socialista.

El sistema del socialismo comunitario está en contra de la concentración de la propiedad en manos del estado, este es el sentir de la comunidad y los socialistas deben obedecer su mandato. El sistema del socialismo comunitario está en contra de todas las formas de enajenación del trabajo, al servicio de los capitalistas, convoca al trabajo socialista en beneficio de la comunidad. El sistema del socialismo comunitario no fomenta la producción privada de sus miembros, sino convoca al trabajo comunitario organizado donde la propiedad del trabajo y de los productos del trabajo no son propiedades privadas, sino propiedades comunitarias.

No se debe negar que ambos modelos propuestos como la panacea de la economía boliviana tienen carácter socialista; sin embargo, se puede observar que el socialismo de estado no ha podido impulsar al máximo la efectividad de las fuerzas productivas por el hecho de que la comunidad no ejerce directamente la propiedad sobre los medios de producción; este problema se cree que será resuelto con el ejercicio directo de propiedad de la comunidad sobre los medios de producción, o sea, con la instauración del socialismo comunitario.

El sistema del socialismo comunitario se fundamenta en la ideología del socialismo científico y en la práctica de las comunidades, éste sistema será el de la empresa compleja, constituida de empresas simples, su parámetro de acción se extenderá a todas las actividades económicas sin restricción.

No obstante, inclusive la propuesta del socialismo comunitario ha traído opiniones divergentes entre los mismos socialistas quienes consideran que el hecho de ponerle adjetivos como comunitario, popular, revolucionario al concepto sustantivo de socialismo no hace otra cosa que manifestar la presencia de la unidad sustancial del socialismo.

La pregunta que asaltará las mentes de muchos será entonces si se considera a estos modelos como el marxistas, obviamente la respuesta sería afirmativa.

Sin embargo, es menester recalcar que el modelo económico boliviano es complejo, que está constituido de una suerte de pequeños modelos económicos simples, como ser comunitarios, estatales y privados. Al ser una economía compleja, coparticipan diferentes iniciativas, tanto estatales, individuales y colectivas.

En ese sentido no podemos hacer otra cosa que cuestionarnos sobre la factibilidad de la eventual aplicación de estos modelos, no cabe duda que sus planteamientos pueden ayudar a resolver el principal problema económico boliviano que es la pobreza.

Más allá de discutir sobre cual modelo comunitario puede ser efectivo o como aplicarlo a la coyuntura económica del país la principal preocupación de las autoridades políticas y económicas debe ser buscar un mayor desarrollo económico.

Bolivia ha hecho grandes reformas, pero su crecimiento ha sido insuficiente para reducir la pobreza. Las presiones sociales y políticas que interfieren en la gestión fiscal y amenazan la propiedad privada, así como las regulaciones que hacen que la entrada y salida de empresas en la economía sean muy costosas, han dejado secuelas a largo plazo en el sector empresarial y un clima empresarial poco atractivo para la inversión.

El crecimiento de la economía boliviana durante los últimos veinte años no ha sido suficiente para reducir la pobreza de manera significativa; por otro lado, si bien ha habido logros en los sectores sociales, aún persisten problemas de eficiencia y equidad en la provisión de servicios públicos. La raíz del problema se encuentra en los vaivenes políticos y sociales que aumentan el riesgo de una caída en los rendimientos esperados y por lo tanto inhiben la inversión. En este contexto, ha sido muy difícil atraer inversión privada a sectores que no sean de exportaciones primarias como el gas, la minería y la soya.

Por fortuna el gobierno de Evo Morales mantuvo una gestión creíble que logro una estabilidad macroeconómica, mantiene un sector financiero sólido y está en proceso de asignar eficiente y equitativamente los recursos públicos, ello es primordial para la inversión privada y por ende la generación de nuevos empleos. Sin embargo, Bolivia deberá mantener tasas positivas de crecimiento y un saldo fiscal favorable sostenido para poder contraer más deuda pública y financiar las futuras necesidades de inversión pública. La estabilidad macroeconómica es una condición necesaria, pero no suficiente, para lograr este objetivo: también deben aprobarse regulaciones y leyes que permitan que los trabajadores despedidos en un sector no productivo sean contratados por otros con más potencial y que den lugar a abundante crédito para que las empresas puedan ajustarse rápidamente a los impactos externos.

El desafío mas grande de cualquier gestión macroeconómica es minimizar los riesgos, que podrían interferir en el crecimiento y la creación de empleo. Estas trabas son los acontecimientos internos adversos y las posibles respuestas del gobierno que conduzcan a una expansión fiscal no sostenible o a una salida de capitales y a problemas en el sector financiero.

Otro aspecto positivo es que Bolivia mantuvo los actuales encajes bancarios en caso de que se necesite liquidez para proteger a los bancos de una eventual retirada de depósitos, mantuvo en nivel de reservas récord y mantuvo la economía abierta al comercio internacional para aumentar y profundizar la diversificación de las exportaciones y así mitigar ante pos posibles impactos externos como la reciente crisis financiera internacional que en Bolivia tuvo muy poca repercusión, considero por tratarse de un país pequeño y por sus limitadas relaciones económicas con otros países.

En el terreno fiscal, el equilibrio depende de que se contenga el gasto público, del aumento de la recaudación impositiva que es volátil y la deuda pública total que ya en el primer semestre del 2010 sobrepasa el nivel que tuvo en el periodo anterior.

Se puede plantear como desafío para la autoridad fiscal el aumento de la eficiencia del gasto público. El elevado endeudamiento de Bolivia sugiere que el sector estatal es demasiado grande, es decir, no recauda lo suficiente para solventar sus gastos. Indudablemente esto será un factor a hacer hincapié en el proceso de descentralización con el nuevo régimen de autonomías departamentales.

Es esencial restablecer el crecimiento económico sostenible y facilitar el desarrollo de los sectores intensivos en mano de obra para reducir la pobreza y desigualdad en Bolivia. Bolivia puede tener un mayor crecimiento en el medio y largo plazo si se vincula al desarrollo de los hidrocarburos. Sin embargo para que tenga un impacto significativo sobre la reducción de la pobreza, este nexo debe acompañarse de un conjunto de políticas que promueva, entre otras cosas, más inversión para reducir la pobreza, para mejorar la productividad y la creación de empleo.

Para ello, las reformas políticas deberían centrarse en remover obstáculos que frenan la modernización y crecimiento de las empresa, promoviendo su integración en la economía mundial; modernizar la normativa empresarial y proporcionar el marco e incentivos adecuados para que las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, participen y permanezcan en el sector formal y aumente con ello su productividad y no se debe dejar de fortalecer el capital humano y la protección social para que los más desfavorecidos puedan aumentar su productividad y su capacidad de acceder a empleos mejor remunerados.

Otro aspecto importante es el remover los obstáculos para la modernización y crecimiento de las empresas, promoviendo aumentos en la productividad y su integración en la economía mundial. Para ello se debe simplificar los procedimientos y reducir el costo de registro comercial, especialmente en los municipios grandes, ampliando los esfuerzos realizados en el municipio de La Paz y otras gobernaciones locales. También, implementar incentivos; por ejemplo, créditos fiscales parciales, para la adquisición de nuevas tecnologías, no sólo equipos y tecnologías de información, sino también técnicas gerenciales y capacitación laboral, y en el caso de la agricultura, incentivos para la adquisición de tecnología rural a pequeña escala y nuevas variedades de cultivo.

Para la concreción del objetivo señalado en el anterior párrafo no se debe dejar de lado la promoción a un acceso más amplio al financiamiento prudente para las pequeñas y medianas empresas, entre otras formas, a través de una profunda reforma de la legislación sobre garantías. Así mismo, aumentar la participación en los mercados mundiales, en particular mediante la promulgación de acuerdos de libre comercio que incrementen las exportaciones y promuevan la inversión y transferencia de tecnología; todo esto, obviamente respetando, en los acuerdos, la soberanía del país.

Se debe seguir fomentando la creación de asociaciones de productores y exportadores para reducir el costo de información, así como para aprovechar las ventajas del comercio y de otras oportunidades de mercado.

Prácticamente la primera década del siglo XXI es historia, ello nos llama a modernizarnos y también modernizar la normativa laboral y empresarial, las empresas se beneficiaran enormemente de las mejoras generales en el clima de inversión, pero además es importante adoptar medidas específicas para reducir el costo de registro y la expansión del negocio para microempresas, pequeñas empresas y medianas empresas, particularmente el costo de incorporación de socios en el registro del régimen general de impuestos y también las licencias de exportación. Un avance importante en lo mencionado se dio en la posibilidad del acceso de pequeñas y medianas empresas a los procesos de contrataciones estatales a través de las ferias a la inversa.

En lo que se respecta a la modernización de la normativa laboral que actualmente limita la capacidad de crecimiento de las empresas, se debe crear nuevos contratos laborales ajustados a los ciclos económicos; el objetivo sería en adaptar esta normativa a las mejores prácticas internacionales y reducir los costos no salariales, que actualmente representan cerca del 40 por ciento de los costos laborales que solamente benefician a una minúscula minoría de los trabajadores bolivianos.

El otro aspecto, aunque en algunas esferas considerado poco inherente a la economía, es el de la educación, el fortalecimiento del capital humano es primordial más allá del modelo económico que se implemente en el país.

Indudablemente hay mucho más para exponer sobre el tema; sin embargo, estos serán tratados en un próximo artículo; vale, decir en una segunda parte de los nuevos paradigmas de la economía boliviana.

 

 

Autor:

Vladimir Barriga Cuentas

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