Las dificultades para arribar a conclusiones sobre el aspecto y constitución física del ciboney Guayabo Blanco, que señalamos en el capítulo anterior, son válidas también cuando nos referimos al ciboney Cayo Redondo. Ni referencias precisas de los cronistas ni estudios antropológicos adecuados pueden hasta el momento, avalar criterios ni solventar opiniones científicas.
Le siguió en tiempo el 'Siboney'; el verdadero cubano. Pertenecía al Período Segundo o Cultura de la Piedra. Sus instrumentos característicos eran la gubia, bola y dagas. Sus asientos típicos fueron: Pico Tuerto del Naranjal, Cayo Redondo y Soroa. Su cráneo pequeño, sin deformar, 1165 c.c., Mesosubbraquicéfalo; ha sido denominado 'Hombre de Montané'. Habitó en toda la isla y cuando ocurrió el descubrimiento ya había sido sojuzgado por el Taíno.
Las fuerza productivas
En la sección de Arqueología se ha tratado de los instrumentos más característicos del ajuar ciboney Cayo Redondo, y ello se ha hecho teniendo en cuenta los artefactos típicos con exclusión de algunos que efectivamente no constituyen piezas de mayoría. Pero al tratar de las fuerzas productivas en general, aplicadas a este complejo cultural, es necesario referirse a algunas de esas piezas de excepción porque pueden tener alguna significación en el desarrollo económico y tecnológico de estas comunidades.
Aún haciendo un análisis ligero de los instrumentos y técnicas de producción, así como del estudio de los patrones de asentamiento y de los entierros de los ciboneyes Cayo Redondo, podemos sacar la conclusión de que éstos representan un nivel relativamente más alto dentro del proceso histórico de nuestras comunidades primitivas.
Las relaciones de producción
Como en los grupos estudiados anteriormente, la propiedad y el trabajo eran colectivas, así como también la distribución del producto para el consumo. El nivel de desarrollo de las fuerzas productivas exigían un sistema cooperativo simple, si bien el cierto grado de especialización de los instrumentos debió implicar también una diferenciación de las tareas, aunque sin división social del trabajo. Esa especialización de la labor concuerda con la existencia de comunidades más grandes y con las mayores posibilidades que se reflejan en los instrumentos de más alta calidad, que hemos analizado en páginas anteriores.
A pesar de lo expuesto, nada sabemos acerca de las relaciones de producción entre los ciboneyes. Los datos aportados en el presente trabajo para ambos grupos, no pasan de ser meras especulaciones teóricas, que seguramente se verán confirmadas en la práctica arqueológica, a medida que progresen las excavaciones e investigaciones realizadas con verdadero rigor científico.
Taínos
El hombre: su aspecto físico
Los cronistas de Indias, al hacer las descripciones sobre el aspecto físico de los aborígenes de Cuba, no distinguieron entre subtaínos y taínos, englobando ambos grupos en sus informaciones. Así lo señalan como indios de estatura normal, aspecto agradable y frentes muy anchas y aplastadas.
Los restos óseos taínos colectados, confirman esas descripciones, ya que los rasgos coinciden con los señalados por los cronistas y los descritos para los subtaínos en el capítulo correspondiente de esta monografía.
Luego, podemos decir que los rasgos somáticos de ambos grupos no son por el momento diferenciables desde el punto de vista antropológico, y que las descripciones de los cronistas se adaptan tanto a los del grupo subtaíno como a los del taíno. Consideramos, pues, ocioso, repetir aquí todo lo que hemos expuesto acerca del aspecto físico de los primeros que son varios, por el momento, para los segundos.
Este es el último y más adelantado de nuestros indígenas. Pertenecía al Período Tercero o Cultura de Barro o Alfarería; siendo sus instrumentos característicos, las hachas petaloides y las vasijas de barro. Sus lugares típicos fueron: Baracoa, Banes, Morón y Cienfuegps. Su cráneo tenía deformación tubular oblicua, y un promedio de 1435 c.c. de capacidad craneal (según Broca la capacidad media del cráneo de la raza germánica en el siglo XIX era de 1534 c.c., la de la negra 1371 y la de la australiana 1228). El Siboney pobló desde Maisí hasta la porción occidental de Cuba, en tanto el Taino sólo hasta Cienfuegos; sojuzgó al Siboney al que tenía como sirviente; pero no como esclavo, según afirmación del padre Las Casas. El y el Siboney eran de origen Aruacos, procedentes de la América del Sur; pues sus lenguajes eran muy parecidos y con raíces semejantes, los Taínos se supone que arribaron 50 años antes del descubrimiento por Colón.
Las fuerzas productivas
Los conceptos emitidos en general para los grupos subtaínos, son válidos también para las comunidades taínas de Cuba y en cierta forma pueden ser tenido en cuenta para todos los grupos aruacos del área antillana. Por esa razón consideramos innecesario insistir en estos aspectos de las fuerzas productivas, porque constituirían solo una repetición de lo expresado anteriormente.
Sí es oportuna una aclaración y es que cuando nos referimos a los taínos del extremo oriental de nuestra Patria, los datos arqueológicos y de laboratorio no son tan abundantes como los que tuvimos al realizar el análisis de los subtaínos. Eso se debe no solamente a lo limitado del área ocupada por estos aborígenes, sino también a que en esa zona apenas se ha trabajado por medio de excavaciones controladas del tipo estratigráfico, como pudimos apreciar en la sección de Arqueología. Solo las verificadas recientemente por los arqueólogos de la Academia de Ciencias merecen situarse en esa categoría, pero aún éstas han sido, en realidad, limitadas.
Las relaciones de producción
Al tratar de presentar algunos aspectos de las relaciones de producción de los taínos, es imposible desligarlos de lo expuesto anteriormente para los subtaínos. Puede considerarse que el estudio anterior está hecho para los dos grupos conjuntamente. Resulta muy difícil por el momento establecer diferenciaciones precisas al respecto, aunque un análisis científico de las evidencias, muestra que estamos en presencia de dos estadios de desarrollo y ello no solo debió manifestarse de las evidencias materiales. Pero, por el momento, eso es todo lo que podemos decir.
En las referencias que nos dejaron los cronistas, ellos no distinguieron entre subtaínos y taínos, ni apreciaron los matices del proceso evolutivo ascendente que representan los segundos en relación con los primeros. Aparentemente, nuestros taínos, trajeron ese nivel más alto de desarrollo desde La Española, pero al tratar de las relaciones de producción esos detalles se escapan a la vista de los cronistas, en los que tenemos que basarnos, en parte, para realizar estas investigaciones.
Esperemos a que en un futuro no lejano, las evidencias arqueológicas nos permitan delimitar las fases de desarrollo de nuestras comunidades aborígenes agricultoras y ceramistas y salvar la omisión de los cronistas, que no pudieron precisar los matices que detectan las técnicas modernas de investigación.
En la Localidad de Mayajigua
En nuestro territorio, incluyendo al resto del municipio, principalmente en las zonas costeras y cayos adyacentes se han encontrado evidencias de la presencia de todos los grupos aborígenes por lo que esta zona es considerada una de las más pobladas en el país en la época precolombina.
En el lugar que ocupa actualmente la Villa San José del Lago se encontraron restos de utensilios aborígenes pertenecientes al período Neolítico durante la construcción del lago.
En la zona que ocupa el Parque Nacional Caguanes se encuentra el mural pictográfico en rojo y negro y en las cuevas Los Chivos y El Pirata tambiçen fueron encontradas pictografías y restos aborígenes.
En las cuevas 1 y 2 de Punta Judas también se encontraron restos y pictografías.
Después que llegó Colón
Fue Pánfilo de Narváez, uno de los más crueles conquistadores de la época, quien conquistó el territorio de Mayajigua. Desde época tan temprana como 1530, el escribano del rey, Don Juan de la Torre, escribió al monarca una carta desde Santiago de Cuba en la que refiere: "Se encomendaron a Francisco Velásquez y Diego de Osorio el cacicazgo Yahuahay de Cubanacán" .
En 1600 se entregó "por merced del Rey" las tierras desde Jagüeyales hasta el río Jatibonico del Norte, en esta época la población indígena era escasa y estaba muy dispersa en diferentes comunidades, la barbarie de los españoles los aniquiló prácticamente en menos de un siglo. El lugar fue dedicado a la cría de ganado para suministrarlo a los territorios de La Florida. Sus ricos bosques fueron talados indiscriminadamente para la construcción de barcos para la flota de Su Majestad el rey de España. Posteriormente se inicia el cultivo de la caña de azúcar en las fértiles tierras y se molían en un pequeño trapiche ubicado cerca de lo que hoy conocemos como El Paradero.
En 1656 la hacienda Mayajigua estaba en manos del capitán Fernando Guevara de la Vega, quien la vendió en 1677 al contador Jacinto de Rojas quien nunca entró en posesión de la misma, pasando en 1686 a manos del cura de la iglesia mayor de Remedios José González de la Cruz, quien la vendió a Bartolomé Manso de Contreras. Durante estos años hay pocos cambios en la economía del territorio, que formaba parte de la jurisdicción de Remedios.
En 1723 el capitán Ignacio Rojas disputa las tierras a los Manso de Contreras pero el cabildo de Remedios mantiene la posesión de las mismas a favor de Bartolomé. Al morir este, en 1726, su viuda, Doña Isabel Hernández aumenta en gran medida la cantidad de cabezas de ganado e introduce los primeros esclavos traidos de África, ya en 1793, la población comienza a aumentar y también los esclavos. Los pobladores de la localidad debían pagar altos impuestos a la jurisdicción de Remedios de donde eran enviados los recaudadores sistemáticamente.
Durante todo el siglo XVIII se suceden los litigios entre los colonos para adueñarse de la tierra. Los esclavos comienzan a fugarse y se establecen Palenques en la Cordillera Norte. Durante este período la comarca es asolada por una epidemia de viruelas que dejó un elevado número de víctimas entre los esclavos y sus propietarios.
Ante la amenaza de la invasión inglesa, en 1741, se formó la primera milicia al mando de Francisco Carrillo para defender el territorio.
En 1797 la población esclava había aumentado notablemente y es entonces que se desata una epidemia de fiebre amarilla que duró hasta principios del siguiente siglo causando una elevada mortandad.
Paralelo a esto por los alrededores de la comarca pululan los bandoleros y salteadores de caminos que asesinaban y secuestraban a los pobladores indiscriminadamente, fue el más famoso de ellos un indio cimarrón llamado Martín quien cometía todo tipo de atrocidades y mantuvo aterrados a los vecinos por más de una década, hasta su muerte en 1802.
Es en este mismo año que se introduce en el territorio la primera vacuna contra la viruela por el Licenciado José León Valdés.
El 1819 es la fecha de la fundación del pueblo ya que en este año se construyó la parroquia de San Antonio de Mayajigua, una edificación de madera que se erigió en el lugar que hoy ocupa el parque Modesto Pérez. La misma contaba con dos libros para asentar los bautizos, uno para blancos y otro para negros. El primer párroco de esta iglesia fue el padre Juan Virgil, quien efectuó el primer bautizo el 9 de junio de 1819 a un niño negro que fue nombrado Isidro, hijo del moreno José Francisco Delgado y la parda María de los Dolores de Ramos, ambos propiedad del subteniente Don Juan Evangelista Pérez. El primer matrimonio fue ejecutado en junio de 1820 y los conyugues fueron Eugenio José Gómez y Juana Nazareno Crespo. Es indispensable mencionar que en este año 1820 solamente existían en la jurisdicción la iglesia mayor de Remedios y la parroquia de Mayajigua.
En 1824 se produce un aumento de la población con la llegada de un grupo de familias procedentes de San Fernando de Camarones, poblado de la actual provincia de Cienfuegos, los cuales se asentaron en las afueras para explotar los recursos madereros de los bosques cercanos, que todavía eran muy abundantes, fueron estos los que abrieron una trocha y construyeron un camino hasta la costa en un lugar conocido como El Estero Real. Hasta este momento el único camino que salía de Mayajigua era el que conducía a la villa de remedios a través del caserío de Rojas.
En 1829 los vecinos del poblado encabezados por el cura de la parroquia, piden al cabildo de remedios que se cree una capitanía de partido para cuidar el orden, lo que se autoriza en mayo de este mismo año. Esta capitanía abarca las haciendas de Mayajigua, La Magdalena, Alunao, La Legua, Llanadas, Zaguanes, Arroyo Prieto y El Junco. Su primer capitán fue José Antonio de Rojas Loyola y su teniente Martín Hernández, quienes asumieron el cargo el 20 de mayo.
En el año 1836 comienza a circular por la costa el primer barco de vapor nombrado "Príncipe Heredero" constituyendo todo un acontecimiento.
En 1838 se funda la primera escuela bajo la dirección del cura Antonio Sierra, quien fue su primer maestro, situada en el lugar que hoy ocupa la ESBU Orlando Nieto.
Avanzaba el siglo XIX cuando el rico hacendado Luis Miguel de Rojas y Loyola conoció por intermedio de esclavos la existencia de unos manantiales en sus predios en Mayajigua, que eran utilizados por ellos para curar sus llagas y aliviar dolores, resultado de los castigos y malos tratos a que eran sometidos por el amo.
Refieren los escasos documentos y versiones orales conservadas desde esa época que causaba asombro la rapidez con que sanaban las heridas y dolencias de los africanos, quienes acudían furtivamente a los manantiales por las evidentes propiedades curativas de las aguas y el lodo por donde corrían.
Las bondades de los manantiales y las condiciones del entorno motivaron que ya a mediados de ese siglo se construyeran por la familia las dos primeras cabañas para hospedaje y una piscina que permitiera el baño en las cálidas aguas.
Por la decadencia económica de la región los pobladores comienzan a emigrar y disminuye considerablemente el número de habitantes hasta el número de 161, según documentos de la época, de ellos 76 blancos y 81 negros, con apenas 11 casas de madera y 30 de barro y guano.
En 1858 se inaugura el ingenio Rosa María, actualmente Aracelio Iglesias, propiedad de Eduardo Echarte, con una línea férrea hasta el mar para embarcar el azúcar. Además el pueblo comienza a hacerse famoso por "Los Baños de Mayajigua" como se llamó a la instalación construida por Don Luís Miguel de Rojas Loyola que fue visitada por muchas personas para aliviar sus dolencias.
En un Boletín de la Época el patriota y maestro mayajiguense Francisco Moreno, publicó los siguientes versos al respecto:
Si curan fuerte los penosos males
Tus aguas y fecundos manantiales
Que la infeliz humanidad deplora,
Tiene santa virtud consoladora
Y brinda su influencia protectora
Que esparce beneficiosos a raudales
Dando salud y vida a los mortales.
En 1860 el poblado tenía dos escuelas para ambos sexos y la actividad económica se extendía al cultivo de caña para el ingenio, el tabaco, la ganadería, la producción de carbón. Había un colmenar y tres tejares. Además se producían en pequeñas cantidades los frutos menores. Para este entonces y según un censo realizado en este año la población de Mayajigua alcanzó la cifra de 252 habitantes, el poblado estaba compuesto por una casa de mampostrería de dos plantas, 14 de tablas y tejas, 25 de tablas y guano y 80 de yaguas y guano, como medios de transporte contaba con un quitrín y cinco carretas.
En 1861 se construye el trapiche San Rafael en la Canoa, para viajar fuera de la jurisdicción se utilizaba el vapor "Perla del francés" que hacía el recorrido de Sagua la Chica a Puerto de San Juan, pasando por Caibarién, Carbó, El Estero Real y Los Perros.
Guerra del 68
Al conocerse en la zona la noticia del alzamiento de Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre del 68 los patriotas mayajiguenses que ya conspiraban bajo la dirección de Don Luís Miguel de Rojas Loyola y Francisco Moreno entran en esfervecencia revolucionaria y se produce gran agitación en la zona. Por ello el capitán de partido Ramón Espinosa arma 50 voluntarios para mantener el orden. El primer enfrentamiento ocurre el 3 de diciembre de 1868 en el lugar conocido como Paso Real. En enero de 1869 la guarnición recibe el refuerzo de una compañía de infantería procedente de remedios. En febrero de este mismo año ocurre el levantamiento en varios lugares de la comunidad encabezados por los patriotas Salomé Hernández, Carlos Roloff, los hermanos Balmaceda, Serafín García y otros, el día 23 del propio mes atacan el pueblo apoderandose de mercancías y pertrechos e infrigiendole una aplastante derrota a la guarnición española y los voluntarios comandados por Luis Artigas y Antolín Arechavaleta pero tuvieron que retirarse por la llegada de una tropa española al mando del comandante Herrero, quien en represalia cometió grandes atropeyos contra la población civil lo que provocó que se adelantara el alzamiento de los vecinos al mando de Don Miguel de rojas y Loyola. En represalia los españoles confiscan e incendian sus propiedades.
Ante el empuje de las fuerzas insurrectas el gobierno español construye varios fortines, uno en la plaza pública en el lugar que actualmente ocupa la iglesia, otro en el actual varrio El guayabal, otro en La campana, cerca de la actual tienda de viveres, otro en las propiedades de Don Miguel de rojas y Loyola donde actualmente se encuentra la piscina termal, otro en la entrada del camino de Nela, otro en Calienes, y otro en Las Llanadas.
En lo económico también hubo cambios, se construyó un camino entre el ingenio Rosa María y el poblado y se extiende la línea férrea también hasta mayajigua. Se construye otro ingenio en la zona de La Elvira llamado Constancia, pero su vida útil fue corta ya que fue atacado e incendiado por los insurrectos.
El 18 de noviembre de 1876 una columna española que se dirigía al poblado fue atacada y diezmada por las fuerzas de Serafín Sánchez y Francisco Carrillo, lo que provocó que el general en jefe del ejercito español Arsenio Martínez Campos visitara la zona de Mayajigua y reforzara la guarnición del poblado.
La Tregua Fecunda
El 9 de noviembre de 1879 se producen alzamientos en la comarca al mando de los patriotas Serafín Sánchez, Francisco Carrillo, Emilio Núñez, Pedro Díaz(Natural de nuestra localidad y participante en las tres guerras), Jesús Pérez entre otros. Al producirse el fracaso de la Guerra Chiquita nuestra zona es la última en deponer las armas al capitular el General Emilio Núñez en diciembre de 1880 .
En los años 1882 y 1883 comienza una llegada masiva de emigrantes canarios en busca de trabajo, aumentando considerablemente la actividad agrícola. En 1884 se crea el Juzgado de Mayajigua, siendo su juez Don José Martínez González. La primera inscripción que realiza dicho juzgado fue el acta de nacimiento de Marcelino Isidoro Oca Crespo, el 18 de enero de 1885, actuando como secretario Leonardo Triana.
En 1886 se nombra el Alcalde de Barrio para la zona de Mayajigua, siendo ocupado el cargo por el juez José Martínez González bajo una epidemia de escarlatina que causó muchas defunciones entre la población sobre todo en los niños.
Es bajo el mandato de este alcalde que es abolida la esclavitud, conjuntamente con el incremento de las áreas cultivables crea un déficit de mano de obra que frena el desarrollo de la comunidad. En este período se incrementa también el bandolerismo, siendo sus mayores exponentes Lengue Romero, Nicasio Mirabal y "El Tuerto" Rodríguez.
En 1887, el 4 de septiembre, azotó el poblado un fuerte huracán causando pérdidas en las cosechas, derribó 4 viviendas y destruyó el trapiche "San Rafael" en La Canoa, a pesar del huracán el ingenio Rosa María realizó una zafra excelente de 3000 sacos de azúcar.
En 1892 por primera vez se admiten a los niños negros en la misma escuela que los blancos, siendo un paso de avance en la disminución de la discriminación racial.
Este mismo año las autoridades españolas aumentaron sus actividades contra los bandoleros capturando varias bandas.
La Guerra del 95
En nuestro territorio ante las noticias de los preparativos para recomenzar la guerra encabezados por José Martí el veterano patriota Basilio Guerra comienza a organizar algunos hombres y en compañía del General Pedro Díaz, natural también de esta comarca se lanzan a la manigua en junio de 1895.
El 5 de diciembre de 1895 es atacado Mayajigua por fuerza al mando del General Francisco Carrillo, para ese entonces a las fortificaciones construidas antes de la Guerra Chiquita se aumentaron la Iglesia que se fortificó y otras edificaciones en el perímetro del poblado. Este se encontraba defendido por más de 50 hombres entre soldados españoles y voluntarios todos al mando del oficial García Fujel. La acción insurrecta no logró tomar el poblado ya que el cañón que utilizaron los mambises estalló causando heridas a varios de los combatientes. Ante esta situación los insurrectos se retiran a la finca Agua Santa, próxima al poblado donde se atiende a los heridos y posteriormente se dirigen a Las Maravillas hoy Máximo Gómez donde pasan la noche y se retiran al día siguiente.
En octubre de 1896 cuando el Capitán general Valeriano Weyler dicta el decreto de la Reconcentración en el poblado se procede a darle cumplimiento al mismo, esto trajo como consecuencia el fallecimiento de gran cantidad de personas, sobre todo de ancianos, mujeres y niños, estas defunciones quedaron asentadas en los libros del juzgado.
Esto no detuvo a los patriotas en enero de 1898, las fuerzas al mando de Tello Sánchez atacaron un batallón español enviado a reforzar la guarnición de Mayajigua el que fue literalmente destruido por los mambises.
El 20 de Agosto de 1898 es tomado el pueblo por el General Carrillo y hombres de la escolta de Máximo Gómez, izándose por primera vez nuestra enseña nacional por el coronel Rafael Trejo.
La información que se brinda en el presente artículo fue recopilada en los libros de las iglesias Mayor de Remedios, Mayajigua, Yaguajay. Además investigando con personas que nos transmitieron datos y nos facilitaron acceso a documentos de la época.
Autor:
MsC Ing. José González Saavedra
Ing. María de los Ángeles González Saavedra
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