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Finanza pública y política fiscal en la economía de centroamérica en tiempo de crisis

Enviado por laura garcia


  1. Finanza pública
  2. Tipos de política fiscal
  3. Dinámica de los ingresos y gastos públicos en la región: la respuesta de la política fiscal a la crisis
  4. La política fiscal durante los 90

Finanza pública

Se conoce como finanzas al estudio de la circulación del dinero.

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Esta rama de la economía se encarga de analizar la obtención, gestión y administración de fondos. Lo público, por su parte, hace referencia a aquello que es común a toda la sociedad o de conocimiento general.

Las finanzas públicas están compuestas por las políticas que instrumentan el gasto público y los impuestos. De esta relación dependerá la estabilidad económica del país y su ingreso en déficit o superávit.

  • Finanzas públicas concepto e importancia

Las finanzas públicas tienen como objetivo la investigación de los principios y formas que debe aplicar el poder público para allegarse de los recursos económicos suficientes para su funcionamiento y desarrollo de las actividades que está obligado a efectuar, que sobre todo es la satisfacción de servicios públicos.

La actividad financiera se caracteriza por:

  • El sujeto activo es el Estado, investido de su poder de mando.

  • El sujeto pasivo está representado en el resto de la sociedad, de donde surgen los recursos (ingresos) que serán recaudados y a quién va dirigido el gasto que permitirá satisfacer cierto conjunto de necesidades.

  • Tiene carácter instrumental, ya que constituye un medio para alcanzar los fines políticos, económicos y sociales.

  • Logrados a través de medios económicos (recaudación de ingresos).

  • Que involucran la instrumentalización de tres operaciones de naturaleza financiera, estos son: Presupuesto, gasto e ingresos.

Donde las condiciones económicas, sociales y políticas imperantes limitan la política del gasto público, es decir, hacia donde se dirige la inversión pública.

Actividad Financiera:

Es importante destacar la instrumentalidad de la actividad financiera, en cuanto a que ella no constituye uno de los fines del Estado, sino que representa un instrumento, medio o función de la que se vale el sector público y le permite ejecutar las actividades que le han sido asignadas en la sociedad (educaciónsalud, serviciosseguridad, etc.).

  • Derivados de la Política fiscal.

Las finanzas públicas se ejercen a través de las políticas fiscales del Estado, en ellas se indican qué impuestos existen, quiénes deben de pagarlos, por qué monto ascienden, entre otros detalles sobre los gravámenes y también se hace una definición de cómo se distribuirá el presupuesto con el que se dispone.

Se dice que si los ingresos del Estado son mayores que el gasto público, existe un Superávit, este dinero se puede ahorrar o invertir en proyectos; por otro lado, cuando el gasto público supera al nivel de ingresos, existe un Déficit público, y en estos casos se deberán solicitar préstamos en caso de querer completar los proyectos planeados.

Dependiendo del sistema de gobierno, se puede hablar de una fianza pública a nivel país, y también a nivel Estado. La distribución de recursos se puede dar de dos formas: en un sistema centralista, un poder central define la distribución de recursos; en un sistema federal, la distribución de recursos es definida por cada Estado.

La política fiscal es una rama de la política económica que configura el presupuesto del Estado, y sus componentes, el gasto público y los impuestos como variables de control para asegurar y mantener la estabilidad económica, amortiguando las variaciones de los ciclos económicos y contribuyendo a mantener una economía creciente, de pleno empleo y sin inflación alta.

El nacimiento de la teoría macroeconómica keynesiana puso de manifiesto que las medidas de la política fiscal influyen en gran medida en las variaciones a corto plazo de la producción, el empleo y los precios.

Tipos de política fiscal

  • Política fiscal expansiva

Los mecanismos a usar son:

Aumentar el gasto público, para aumentar la producción y reducir el desempleo.

Bajar los impuestos, para aumentar la renta disponible de las personas físicas, lo que provocará un mayor consumo y una mayor inversión de las empresas, en conclusión, un desplazamiento de la demanda agregada en sentido expansivo.

De esta forma, al haber mayor gasto público, y menores impuestos, el presupuesto del Estado, genera el déficit. Después se puede decir que favorece el gasto fiscal en el impuesto presupuestario.

  • Política fiscal contractiva

Es la que hace disminuir la demanda agregada, a fin de generar un exceso de oferta agregada de bienes, lo que finalmente hará reducir el nivel de ingreso.

  • Política fiscal restrictiva

Los mecanismos son los contrarios que en la expansiva:

Reducir el gasto público, para bajar la demanda agregada y por tanto la producción.

Subir los impuestos, para que los ciudadanos tengan una renta menor y en consecuencia disminuyan su consumo y así la demanda agregada se desplaza hacia la izquierda. De esta forma, al disminuir el gasto público, y aumentar los impuestos, el presupuesto del Estado, tiende a generar un superávit o disminuir el déficit.

Historia

La política fiscal es la propuesta por John Maynard Keynes, que propone teorías innovadoras. Por ejemplo:

  • dice que la ley de Say ("la oferta genera su propia demanda") no se cumple, ya que puede haber equilibrio económico aunque exista mucho paro.

  • cree que el Estado es quien debe intentar resolver el problema del paro (a diferencia de los clásicos y los monetaristas, que creen que se soluciona por sí sólo). Para hacerlo, el estado tiene que controlar la demanda agregada a través de esta política fiscal.

  • el estado de pleno empleo es algo transitorio, y la economía es fluctuante.

Estas teorías revolucionarias dan comienzo a la macroeconomía como ciencia.

Dinámica de los ingresos y gastos públicos en la región: la respuesta de la política fiscal a la crisis

Mejora en los ingresos, ¿Una alegría duradera?

La situación de los ingresos del sector público en Centroamérica mostró una mejora durante los años 2001-2010 respecto a la década anterior. En promedio, los ingresos totales del gobierno central (GC) y del sector público no financiero (SPNF), aumentaron en más del 2% del PIB, como se puede apreciar en el cuadro 25. Además, la variabilidad de los ingreso se mantuvo relativamente constante en todos los países. Aunque en general no se puede calificar de excesiva a la volatilidad de los ingresos fiscales, aún es significativa para algunos países, ya que esto significa que los ingresos fiscales pueden variar anualmente entre un 3 a un 12%. La mayor volatilidad de los ingresos se encontró en Nicaragua, ya que la variación oscila entre 7 y 12% de los ingresos con relación al PIB. Las mejoras más notorias en los ingresos fiscales a lo largo de la década se observaron en Nicaragua y Honduras. Esto fue resultado del aumento de los ingresos durante la fase de expansión, ya sea con una medición que cubra al gobierno central o al SPNF.

En el resto de países también se observó una mejora importante de los ingresos, aunque con menor intensidad. En la tercera fase, bajo la sombra de la Gran Recesión, los ingresos totales se estancaron, como puede apreciarse en la gráfica 28. De todos los países centroamericanos, el más afectado durante la fase recesiva fue Guatemala, pues fue el único en el que los ingresos fiscales cayeron.

Las mejoras en los ingresos van de la mano de la carga tributaria.

La tendencia de la carga tributaria hasta el año 2007 había sido de un incremento sostenido, como se puede apreciar en la grafica 29. Tal tendencia no es en modo alguno evidente en el caso de Guatemala y la evolución en Panamá es muy distinta: no un alza gradual pero continua, sino un periodo de estabilidad, un alza discreta y un nuevo período de estabilidad, como se puede apreciar en la gráfica 29. A pesar de las mejoras observadas en la recaudación de impuestos, Guatemala y Panamá siguen teniendo las cargas tributarias más bajas de la región. No obstante, la situación entre uno y otro país es bastante distinta, porque el segundo cuenta con otros ingresos fiscales. En el otro extremo, llama la atención que Honduras y Nicaragua, los países más pobres de la región, sean también los que tienen la mayor presión tributaria. No teniendo estos países estructuras tributarias significativamente distintas que el resto de países de la región, esto podría atribuirse a una de tres causas, o a una combinación de ellas: un grado más alto de eficacia de la administración tributaria; un mayor grado de cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias o, finalmente, una subestimación del PIB. La última hipótesis parece más plausible que las otras dos. Durante el año 2009, debido a la crisis económica, se observaron contracciones de los ingresos fiscales de entre 1 y 2% del PIB. El caso más severo fue Honduras, donde la baja en los ingresos del SPNF representó casi el 3% del PIB, tanto por la crisis económica mencionada, como por la crisis política derivada del golpe de Estado de junio de ese año. En su orden, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica fueron los más afectados ese año, con una baja de entre 1 y 2 puntos del PIB. Los efectos han sido duraderos porque los ingresos fiscales no han recuperado los niveles máximos observados durante los años 2007 o 2008, con la excepción de El Salvador.

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Los siete paises que compone centroamerica.

La política fiscal durante los 90

Es en estos años que los países comienzan a realizar ajustes fiscales más estrictos teniendo en mente alcanzar la estabilidad en el menor lapso. Para ello, Centroamérica aplica con más rigor las políticas de las organizaciones financieras internacionales y consigue, con altibajos, mejores resultados que en el decenio pasado principalmente en términos de déficits fiscales y de tasas anuales de inflación. A ello contribuye también el hecho de que se fueran absorbiendo los efectos del segundo choque petrolero. Así mientras en los 80, los precios en Costa Rica tuvieron un crecimiento anual acumulativo de 17%, luego de un agravamiento en 1990 y 1991, la inflación cedió hasta ubicarse en torno a un 12% en los últimos años.

En El Salvador el progreso fue más notable todavía ya que a una tasa media de 23.5 en el decenio anterior le ha seguido un proceso de alza de entre 14 y 15% anual. El mismo patrón se advierte en Guatemala con tasas de inflación moderadas en los 90 (menores a 15%) si se exceptúa la inestabilidad de comienzos de este decenio, frente a más de 20% de promedio en los 80. Honduras por el contrario ha sido la economía que ha mostrado mayor resistencia a adaptarse a la apertura comercial y a las condiciones de liberalización externa que se dan en Centroamérica en los 90. Este país mantuvo una trayectoria de baja tasa de inflación prácticamente en todos los años de 1980, determinada por la rigidez del tipo de cambio en esos años. Recién en el último trienio de los 80, se instrumentaron diferentes expedientes devaluatorios. Sin embargo, aún con la devaluación progresiva, el mercado de cambios se mantuvo segmentado y para las transacciones derivadas del pago de la deuda pública y un considerable contingente de importaciones (combustibles, medicinas, alimentos, insumos agrícolas), así como para el cálculo de la base tributaria de los aranceles de importación y otros impuestos directamente ligados al comercio exterior, rigió el tipo de cambio oficial convertido en el ancla inflacionaria de esta economía. Se generó entonces un importante déficit cuasi-fiscal en el Banco Central especialmente en 1990 y 1991 cuando pese a la liberación del tipo de cambio, el pago de la deuda externa pública continuó ligado al tipo oficial.

Finalmente en el caso de Nicaragua las condiciones fueron totalmente particulares no sólo a nivel de la región sino de toda América Latina. Al desorden financiero provocado por la contienda se sumó la enorme escasez de abastecimientos del exterior y la orientación del aparato productivo hacia las necesidades planteadas por la emergencia.

La inflación llegó a más de 14 mil por ciento en 1988 y se requirieron 3 años de control financiero, reducción del tamaño del gobierno y ayuda externa considerable para que el país se pudiera acercar a un desarrollo razonablemente estable. Con todo, las secuelas del conflicto fueron muy graves y Nicaragua regresó muy atrás en el tiempo.

Política fiscal en Centroamérica enfrenta nuevos desafíos.

La política fiscal en Centroamérica enfrenta nuevos desafíos derivados del bajo dinamismo de los ingresos fiscales en momentos en que las demandas sociales crecen y ponen a prueba las incipientes democracias de los países de la región.

Así lo advirtieron los economistas Hugo Noé Pino y Maynor Cabrera, ejecutivos del Instituto Centroamericano de Estudios Sociales (ICEFI), al presentar ante diferentes sectores en Tegucigalpa el Segundo Informe de Política Fiscal Centroamericana "La política fiscal en Centroamérica después de la crisis".

Pino destacó que, además de los nuevos desafíos enmarcados en la política fiscal, Centroamérica está enfrentando el comportamiento de la economía internacional y "nuevos y complejos retos como el de la inseguridad ciudadana, el tráfico de drogas y los crecientes efectos del cambio climático".

 Esos problemas "se suman a los tradicionales de combatir la pobreza y generar un crecimiento económico equitativo", añadieron Pino, director del ICEFI y ex presidente del Banco Central de Honduras.

 Pino recordó que el primer informe del ICEFI sobre la política fiscal de Centroamérica, de 2007, señaló que estaba "en una encrucijada" y que existía "la posibilidad de dar un salto" que le permitiera "al istmo encarrilarse por una nueva senda de crecimiento económico con equidad y bienestar para toda la población".

 Para lograr ese crecimiento, según el primer informe del ICEFI, Centroamérica necesitaría "un esfuerzo por aumentar la tributación y mejorar la eficacia del gasto público con transparencia".

 Pero cinco años después, la región sigue en la "encrucijada" y "cuenta con mayor sentido de urgencia después de que la economía internacional ha sufrido una de sus peores crisis desde la gran depresión del siglo pasado", indicó el economista hondureño.

 El segundo informe del ICEFI, de unos 200 folios, señala que "el esfuerzo por la reforma fiscal debe aunarse a la recuperación de la confianza ciudadana y la movilización de los sectores populares, especialmente de los que se perfilan como los beneficiarios de las reformas".

 "En este sentido -añade el estudio- una reforma integral de la política fiscal es fundamental para fortalecer la democracia y gobernabilidad en la región centroamericana", donde la pobreza, la violencia y otros problemas en materia de educación, salud, desempleo e inseguridad afectan más a El Salvador, Guatemala y Honduras.

 Maynor Cabrera dijo a Acan-Efe que en Centroamérica se ha visto "una política fiscal orientada a cubrir la emergencia", y que aunque los países han hecho esfuerzos en incrementar los ingresos fiscales, las reformas que han impulsado, salvo Costa Rica, se han enfocado "a detener la caída en los ingresos fiscales".

 Agregó que en Costa Rica se están adoptando medidas de emergencia, mientras que en Honduras y Guatemala no han logrado recuperar los niveles de recaudación que tenían previo a la crisis económica internacional.

 En el caso de El Salvador, "a pesar de que ha logrado incrementar de forma satisfactoria los ingresos fiscales, tiene presiones de gastos muy fuertes por el tema social, lo cual le ha generado una brecha fiscal muy fuerte", acotó.

 El estudio del ICEFI también resalta que los ingresos fiscales de Centroamérica aumentaron en la década anterior por las mejoras en la carga tributaria, pero la recaudación se vio interrumpida en 2009 por la crisis económica, pues en el período se observaron contracciones de entre 1 y 2 % del Producto Interno Bruto (PIB). 

"La política fiscal de Centroamérica en tiempos de crisis" concluye que, a pesar de algunas mejoras, los desafíos fiscales de la región se mantienen y que ahora se les suma los posibles efectos de la crisis económica mundial que todavía se cierne sobre las economías del istmo. Para hacer frente a los nuevos y los antiguos retos, ICEFI sugiere mejorar la eficacia y la eficiencia del gasto, determinar las prioridades de cada país en las asignaciones presupuestarias y conseguir que todos sus actores políticos se alíen para aprobar reformas fiscales que promuevan el desarrollo de la mayoría.

 

 

Autor:

Laura Garcia