Metodología cuantitativa: para demostrar gráficamente resultados de la investigación se procederá a la realización de gráfico estadísticos, a partir de datos censales, para su posterior análisis y extracción de conclusiones.
7) Hipótesis: los inmigrantes que llegaron a la provincia, durante 1880-1914, favorecieron el crecimiento económico y desarrollo industrial mediante la creación de fábricas y bodegas y su inserción en puestos de trabajo y los aportes que en ellos realizaron.
Introducción
Los inmigrantes comenzaron a llegar durante el período conocido como Gran Inmigración que va desde 1880 a 1930. Sus motivos fueron varios, tal como la depresión económica europea, las persecuciones políticas, la búsqueda de nuevos horizontes, etc
La llegada de los inmigrantes europeos se vio favorecida por las políticas promovidas por los hombres de la generación del ´80, para poblar el territorio, de modo de asegurar la soberanía sobre el mismo, y a su vez para obtener mano de obra.
A su vez, la inmigración pudo ser posible gracias a la creación de la línea férrea que unía a Buenos Aires y Mendoza, lo que posibilitó que los inmigrantes pudieran llegar a la provincia, y que posteriormente sirviera para la comercialización de mercaderías.
Desarrollo
Origen de los inmigrantes y su integración en la provincia
A la provincia arribaron durante 1880-1914, inmigrantes provenientes principalmente de países europeos y en menor medida de Asia Menor.
Los primeros se ubicaron cerca de la estación de ferrocarril, que estaba situada en las afueras, a siete cuadras de la calle San Martín. En los alrededores se encontraban pensiones, hoteles de inmigrantes, conventillos y comercios destinados a satisfacer las necesidades de los recién llegados.
Hacia 1914, el total de la población era de 277535, de los cuales 88354 eran inmigrantes.
Los países de origen de los inmigrantes que llegaron a la provincia eran diversos, pero con un fuerte predominio de inmigrantes provenientes de España e Italia. Las otras nacionalidades que se registraran son francesas, judías, libanesas, inglesas y asiáticas.
Cabe destacar que los inmigrantes no solo se dedicaron a trabajar, sino que también buscaron formas de integrarse y de mejorar su calidad de vida, por ejemplo:
La colectividad española, que era la de mayor importancia numérica, creó la Asociación Patriótica Española, fundada en 1886 y las instituciones como el centro Catalán, el Círculo Valenciano, el Centro Asturiano, el Banco Español (1886) y contribuyó con la construcción del hospital Español; y otras como: las Sociedades Españolas de Socorros Mutuos de Mendoza, de General Alvear, de San Rafael y Luján.
La colectividad italiana se organizó en distintas actividades. En 1889 se creó la Sociedad Italiana de Socorros y Mutuos y en 1904 el Círculo Italiano. En 1935 se concreta la inauguración de la escuela italiana XXI de Abril.
La colectividad judía, fundó la Sociedad Israelita de Beneficencia de Mendoza, que tenía como objetivo la construcción de un templo y un cementerio.
La colectividad británica, se agrupó en la Sociedad Británica de Mendoza. Trajeron nuevas costumbres, por ejemplo, la práctica del rugby y del golf. A su vez crearon empresas como las de ferrocarriles y los Bancos Anglo sudamericano y de Londres; y también muchos de los que llegaron trabajaron como ingenieros, técnicos, personal superior y empleados administrativos de los ferrocarriles; mientras que en los bancos fueron gerentes, subgerentes, contadores, y tesoreros.[1]
Con esto se demuestra que además de su importancia en materia laboral, es destacable como a través de sus organizaciones, pretendieron mejorar su situación e introdujeron nuevas costumbres.
El crecimiento de todas las colectividades repercutió en las bases económicas de la provincia. Entre 1880-1 925, la clase media formada en gran parte por inmigrantes, comenzó un proceso de expansión al diversificar la actividad económica.
Los inmigrantes y sus empleos
La mayoría de los inmigrantes fueron trabajadores; otros, arribaron con pequeños capitales o portando conocimientos específicos (artesanos, técnicos, profesionales universitarios) o experiencia de gestión empresaria. En general buscaron ascender social y económicamente en relación con lo que habían dejado en sus tierras de origen.
Los inmigrantes que llegaron a la provincia se emplearon como:
Empleados (como los contratistas de explotación) o propietarios de bodegas. ( se expondrá más abajo)
Empleados o propietarios de talleres metalúrgicos. ( se expondrá más abajo)
Comerciantes.
Profesionales: ingenieros, técnicos, personal superior, contratistas de explotación y empleados administrativos en ferrocarriles.
Empresarios: gerentes, subgerentes, contadores y tesoreros, y tareas administrativas en los bancos.
Contratistas de plantación
Los contratistas de explotación tuvieron gran importancia en la transformación económica y geográfica de Mendoza. Estos trabajadores pactaban con el propietario de la tierra hacerse cargo de plantar viñedos en determinadas superficies.
Las condiciones contractuales eran muy variadas (duración, tecnologías a introducir, infraestructura y edificios a construir, pago de impuestos, provisión de implementos, etc), Otra característica es que los contratistas, auto empleaban e incorporaban al mercado laboral a sus familias, incluyendo a los niños.
En general, sus ingresos resultaban considerables, y muchos de ellos no sólo accedieron a la propiedad de la tierra, sino que lograron construir grandes empresas e inmensas fortunas, algunos partiendo de un pequeño capital de trabajo propio y otros haciéndolo por su esfuerzo y la ayuda del propietario para mantenerse durante todo el primer año.[2]
Comerciantes e industriales
Una gran cantidad de empresarios vitivinícolas europeos, se iniciaron en actividades mercantiles y luego hicieron inversiones en la agroindustria; otros, en cambio, comenzaron directamente con la producción.
Estos comerciantes vieron favorecida su actividad gracias a la creación de la línea férrea que unía Buenos Aires y Mendoza, lo que significó una reducción de los costos de comercialización de las mercaderías y una mayor integración y comercialización con la región pampeana.
Un ejemplo de inmigrante dedicado al comercio y a la industria es el caso del italiano Antonio Tomba, quien fue fundador de una enorme empresa integrada que, durante décadas, tuvo un fuerte peso en la formación de los precios en el mercado nacional de vinos. Comenzó como empleado, dedicándose luego a la actividad mercantil. Fue comerciante móvil, proveedor del ferrocarril y de sus trabajadores en su avance hacia el oeste. Su actividad inicial fue una casa de zapatería y almacén En 1886 instaló su bodega. Más tarde fundó con sus hermanos la sociedad Antonio Tomba y Hermanos.[3]
Profesionales
El ferrocarril trajo a estas tierras numerosos técnicos, necesarios para las obras, el mantenimiento y la prestación de los servicios.
Una especialidad que surgió durante ésta época fue la del "director técnico" quienes se encargaban de la gestión de las agroindustrias y que además aportaron nuevas tecnologías. Debían dirigir los cultivos de las viñas, controlar a todo el personal, administrativo, encargados de las viñas, peones y obreros. Dirigía a la empresa durante 8 años.
Un ejemplo de director técnico se registra en la empresa EL Trapiche de Tiburcio Benegas, quien contaba con uno de estos profesionales cuyo nombre era el del francés Andrés Pressac.
Con todo lo expuesto anteriormente se puede ver que los inmigrantes no solo se dedicaban a trabajar como obreros o a labrar la tierra, sino que muchos traían diferentes conocimientos y capacidades que fueron de gran utilidad para mejorar la productividad, la calidad de los productos, la organización; y además muchos incentivaron el comercio, con la instalación de negocios. Todo ello dio como resultado un notable progreso económico.[4]
Principales actividades de los inmigrantes: bodegas y talleres metalúrgicos
Bodegas
Los inmigrantes veían en Mendoza, la posibilidad de concretar sus sueños de cambiar su situación, incentivados por la gran cantidad de hectáreas plantadas con viñas, la cantidad de bodegas y la capacidad de elaboración del vino, que demostraban una importante evolución de la actividad vitivinícola, que crecía constantemente y que se veía beneficiada por la aparición de nuevas cepas.
Los inmigrantes, desempañaron un papel esencial en el crecimiento de la industria vitivinícola. Favorecieron el crecimiento de los viñedos de masas que incorporaron técnicas y labores propias de sus culturas, y bodegas modernas que emplearon también tecnologías importadas.
El Censo de 1895, detectó que había 15000 hectáreas de viñas y 400 bodegas que elaboraron 28000000 de litros de vinos[5]Esto no hubiera sido posible sin la presencia inmigrante, que proveía mano de obra en abundancia y nuevas técnicas y tecnologías, que adoptaron las bodegas locales.
Gráfico 1: este gráfico muestra el aumento del número de viñedos durante 1885 y 1914 , pasando de alrededor de 10500 en 1885 a cerca de 40500en el año 1914, lo que indica que indica la expansión que se estaba llevando acabo en la industria vitivinícola. Es decir, el crecimiento de los viñedos, favoreció la producción de vinos. Los inmigrantes dueños de las bodegas pudieron crear nuevos vinos gracias al aumento de los viñedos y el descubrimiento de nuevas cepas.
Además el trabajo en los viñedos se vio favorecido por la incorporación de nuevas tecnologías que traían los inmigrantes.
Gráfico 2: en este gráfico puede verse como aumento el número de bodegas durante 1os años 1885 y 1914, pasando de 400 bodegas a 1885 a cerca de 1100 en 1914, gracias a la expansión en los viñedos mostrada en el gráfico anterior, como así también gracias a la instalación de bodegas por parte de los inmigrantes, a la incorporación de mano de obra de origen inmigrante, al aporte de tecnologías por parte de ellos, a las técnicas que trajeron y todo el aporte que realizaron.
Aquí se puede ver claramente que los inmigrantes tuvieron un papel fundamental en el crecimiento económico y el desarrollo industrial.
Las bodegas adoptaron dimensiones realmente gigantescas, lo cual generó una capacidad de producción que se multiplicó por diez.
El ferrocarril, también cumplió un papel fundamental en el crecimiento de esta industria, ya que permitió el rápido envío hacia los principales mercados de consumo; fue decisivo en la localización e las bodegas, las que se instalaron en su proximidad para facilitar labores y operaciones de carga y descarga; a través del ferrocarril llegaron los primeros instrumentos y maquinarias para equipar las bodegas y destilerías industriales.
El trabajo de los inmigrantes en las bodegas
Los que no fueron propietarios de las bodegas, trabajaron en diversos sectores de la misma, siendo variadas sus labores y aportando conocimientos teóricos que traían desde sus países de origen..
Los que fueron propietarios, fundamentalmente italianos y españoles, hicieron aportes significativos: conocimientos y tecnologías inexistentes en la provincia, que posteriormente se comenzarían a producir a nivel local.
Los inmigrantes no desarrollaron un producto con características propias, sino que siguieron los paradigmas de las vitiviniculturas europeas. Cuando obtenían un vino de buena calidad, lo llamaban con denominaciones de origen europeo, por ejemplo, Bourdeos, Borgoña para los tintos, Chablis para los blancos, Oporto, Jeréz y Málaga para los dulces, y Champagne para los espumantes[6]Los inmigrantes fueron incapaces de desarrollar vinos con identidad nacional.
La identidad de la industria vitivinícola argentina quedó marcada con nombres europeos, impuestos por los inmigrantes.
Cabe destacar que los europeos no elaboraron vinos en Argentina para el mercado internacional, sino para el mercado interno, el único que les interesaba y por el cual dieron grandes batallas políticas.
Ejemplo de un in inmigrante propietario de una bodega
Hacia fines del siglo pasado el español Don Miguel Escorihuela Gascón, dio origen a una de las empresas vitivinícolas de mayor prestigio de la República Argentina: Establecimientos Vitivinícolas Escorihuela. Desde la primera hora, el objetivo fue lograr vinos de máxima calidad. Por ello, siempre se tuvo muy en cuenta la elección y cuidado de las cepas; la elaboración bajo métodos artesanales; y la permanente incorporación de tecnología, con un equipo de calificados profesionales argentinos y el asesoramiento de reconocidos enólogos y técnicos extranjeros que permitieron mantener un alto nivel de calidad internacional. De este modo, esta casa se desarrolló a través del tiempo, logrando gracias a ello, que sus productos ocupen en forma permanente un lugar de privilegio en el mercado nacional e internacional.[7]
Talleres Metalúgicos
Los talleres metalúrgicos nacieron gracias a la expansión de la vitivinicultura que se venía dando. Era importante comenzar a producir herramientas y maquinarias de origen local. En esto cumplieron un papel decisivo los inmigrantes, que fueron los primeros en instalarse con este tipo de talleres.
Los insumos y maquinarias eran importados desde países europeos, lo que resultaba más costoso para los propietarios. Ello incentivó la creación de pequeños talleres que satisficieran dichas necesidades.
Primeros talleres en manos de inmigrantes, dedicados a la fabricación de equipos para bodegas y destilerías
La mayoría de los talleres pequeños comenzaron prestando servicios de mantenimiento y reparación y produciendo piezas para las maquinarias y equipos importados, demandados por la vitivinicultura moderna.
La importancia de Italia entre los abastecedores, debe mucho, a la fuerte participación de agricultores, bodegueros y comerciantes italianos, en la construcción del espacio y la economía agroindustrial vitivinícola, quienes demandaban máquinas y equipos de su tierra natal.
Entre los pequeños (la mayoría fundados en el departamento Capital) talleres pioneros dos son los que se distinguieron de los demás:
• En el año1886 nacía en Capital la calderería, fundición y fábrica de balanzas del español Antonio Baldé, previa corta experiencia en Buenos Aires y Rosario. En 1888, para esta y otras actividades, se asoció con su compatriota Gil Miret, quien se desempeñaba como obrero en su unidad de producción.
Los catalanes, Baldé y Miret, empezaron fabricando balanzas, básculas y cajas de hierro para caudales, para agregar después otros objetos metalúrgicos, entre ellos alambiques y algunas máquinas para bodegas, como moledoras, prensas, filtros para vino, pasteurizadores; inclusive fabricó instrumentos para toneleros.
En 1888, pero en el departamento de Belgrano (hoy Godoy Cruz) abre sus puertas el establecimiento de los italianos Carlos y Héctor Berri, aunque a principios de la década de 1890 el segundo había abandonado la sociedad dedicándose al comercio; también era dueño de una fábrica de baldosas. Carlos Berri se inició construyendo compuertas para el sistema de riego artificial en expansión y modernización, exigido por el intensivo cultivo de la vid. Pero al año siguiente ya fabricaba prensas, moledoras y bombas para trasiego de vinos y mostos. Un hecho sin duda sorprendente en Mendoza por lo prematuro -pero pasajero- fue que, en 1901, el taller de Berri produjo y comercializó cohetes antigranizo. [8]
En las primeras décadas del siglo XX abrieron sus puertas muchos otros pequeños talleres. Si bien los departamentos de Capital y Godoy Cruz eran los que concentraban la mayor cantidad de talleres, éstos también nacían en departamentos contiguos (Maipú, especialmente) o más alejados (San Martín).
Producción de los talleres metalúrgicos
Producción | Características | Productos | Ejemplos de inmigrantes |
Maquinaria y equipos para bodegas | Los inmigrantes se instalaron con pequeños talleres para satisfacer las necesidades cada vez mayores de las bodegas, que crecían a ritmo cada vez mayor. Además, también se dedicaban a la reparación de equipos y maquinarias. |
| Inmigrantes italianos: Buccolini, Ronchietto, Domizio, Arrigoni, Stasi. Inmigrantes españoles: Domingo Cilvetti, navarro, Martín Aguirre |
Piezas para destilación | Los talleres que se dedicaron a la producción de equipos para destilerías, se encontraban en reducido número, y su aparición se debe a la necesidad de incorporar maquinaria de menor precio, ya que la que se exportaba resultaba muy costosa. Algunos de estos talleres también producían equipos para las bodegas. |
| El francés Julio oscar Rouselle, el ruso Julio Marienhoff, Humberto Ambrossi y los hermanos Massarentez. |
Instrumentos agrícolas | Los talleres de este tipo se dedicaban a la reparación y producción de herramientas para la actividad agrícola. Estos talleres se ubicaban solamente en el norte de Mendoza. |
| El alemán Roberto Mayer, el francés Pablo Raimont y los hermanos Jacobo y Nazareno Massetto. Estos tres últimos inmigrantes, son los pioneros en este tipo de actividad.[9] |
El trabajo de los inmigrantes en los talleres metalúrgicos
Los inmigrantes fueron los que iniciaron la producción de equipos y maquinarias para bodegas y destilerías. La propiedad de estos talleres estaba en manos básicamente de provenientes de Italia y Francia; aunque también se destacan inmigrantes llegados de Rusia y Austria.
Uno de los rasgos destacados de los fundadores es que eran muy jóvenes y, salvo dos o tres excepciones, tenían recursos económicos muy limitados cuando abrieron sus unidades de producción.
Los metalúrgicos fundadores de los talleres fueron, en general, portadores de una cultura técnica inexistente en la región. Un hecho que debe resaltarse es que la mayoría de ellos conocía la actividad metalúrgica cuando pusieron pie en la provincia. En su niñez o en los comienzos de su juventud, habían sido aprendices y habían trabajado como operarios en fábricas o talleres de su país de origen. Otros habían realizados estudios en escuelas técnicas -es el caso de varios italianos- hecho que complementaba la práctica industrial.
El modo en que se trabajaba, se puede diferenciar según el tamaño del taller: en los talleres más pequeños operaban los propietarios, secundados por unos pocos trabajadores, incluyendo aprendices. En cambio, los establecimientos más grandes, los propietarios contaban con numerosos trabajadores, llegando a tener decenas.
Cabe destacar que los talleres tuvieron una función primordial en la formación de nuevos trabajadores . En sus talleres aprendieron el oficio, obreros y artesanos, muchos de los cuales alcanzaron una independencia económica y fundaron sus propias unidades de producción. Este es un avance muy importante, dado que en una época en que no existían las escuelas técnicas –o si existían los conocimientos sobre metalurgia no habían sido aún incorporados- los talleres desempeñaron una función formativa destacada, aceptando aprendices y adiestrando personal.
Por último se puede resaltar la importancia que tuvieron los inmigrantes en la formación de equipos y máquinas que no imitaran a los europeos. Desde comienzos del siglo XX, hubo varias innovaciones aplicadas principalmente a las máquinas y equipos para bodegas y destilerías generadas regionalmente.
También hubo adaptaciones y mejoramientos procedentes de comerciantes de máquinas y equipos importados y de algunos industriales del vino, en particular de ciertos pioneros en la modernización de las bodegas.
Gráfico 3: en el gráfico anterior se podía ver como entre 1885 y 1914 los talleres aumentaron significativamente su número, y que este crecimiento se debía gracias a la creación de nuevos talleres en manos de inmigrantes. Esto no significó solamente un crecimiento de establecimientos sino que ayudó a la creación de empleos. Al analizar el gráfico se puede notar que el número de empleos en los talleres metalúrgicos pasó de 200 aproximadamente en el año 1885, a más de 1400 en el año 1914. Esto permitió que tanto la población criolla como la población inmigrante que llegó a la provincia durante dichos años, pudiera acceder a un empleo. AL crecer el número y tamaño de los talleres metalúrgicos creció notablemente el empleo, lo que significó una mejora en la calidad de vida de los desocupados.
Una vez más se puede ver que el aporte inmigrante con la creación de los talleres metalúrgicos fue muy importante para la población mendocina e inmigrante en el sentido de poder disponer de un empleo y en el sentido de que estos a su vez abastecían con insumos y maquinarias a la industria que se encontraba en expansión: la vitivinícola.
Gráfico 4: aquí se puede ver el aumento del número de talleres metalúrgicos durante los años 1885-1914, pasando de cerca de 100 talleres durante el año 1885 a cerca de 2500 hacia el año 1914, lo que simboliza un gran crecimiento debido a la diferencia entre las cifras de los dos años.
Este aumento coincide con la época de la llegada masiva de inmigrantes a la provincia que se instalaron como dueños de estos talleres. Los pioneros en este tipo de rubro eran principalmente inmigrantes provenientes de Italia. Los talleres metalúrgicos en manos de criollos eran raras excepciones.
Este es otro indicador de que la inmigración Europa ayudó al crecimiento económico y al desarrollo industrial, ya que las bodegas, no hubieran podido realizar una plena expansión si estos talleres metalúrgicos no se hubieran dedicado al suministro de equipos para las bodegas, los cuales en ocasiones eran imitaciones de las maquinarias europeas y otras eran creaciones propias.
Lo expuesto anteriormente demuestra que las bodegas y los talleres metalúrgicos fueron el principal motor de crecimiento económico en la provincia, desde la perspectiva laboral, y en donde se llevaron a cabo las principales mejoras tecnológicas, técnicas, de calidad de los productos, etc.
A su vez dichas industrias mejoraron la situación laboral de muchos otros inmigrantes y criollos.
Además muchos inmigrantes, dejaron grabados sus apellidos, especialmente, en bodegas, manteniendo aún cierto prestigio.
Conclusión
En conclusión, tras la lectura del trabajo y del análisis de los gráficos, se puede decir que los inmigrantes, a través de si integración al mundo laboral, cumplieron un papel fundamental en lo que concierne al crecimiento económico y al desarrollo industrial en la provincia de Mendoza.
Siendo propietarios de industrias y comercios, trabajadores en las industrias y en las tierras, profesionales, empresarios; los inmigrantes aportaron sus pequeños capitales, sus variados conocimientos técnicos, tecnologías inexistentes; lo que dio como resultado el crecimiento económico y el desarrollo industrial en Mendoza.
Los inmigrantes provenientes principalmente de Europa, especialmente españoles e italianos, dejaron en Mendoza, además de los aportes anteriormente mencionados, su cultura, que aún persiste.
La llegada de inmigrantes a nuestra provincia fue muy positiva durante los años 1885-1914, de modo que con todo lo expuesto en el trabajo de investigación se puede confirmar que los inmigrantes que llegaron a la provincia durante 1880-1914, tuvieron una gran influencia en materia laboral, llevando al crecimiento y desarrollo industrial y económico de la provincia, a través de sus aportes técnicos y tecnológicos.
Bibliografía
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Romero, Luis: Breve historia contemporánea de la Argentina. Buenos Aires, ed Fondo de Cultura Económica, 1994, p.p 20-21
Luna, Félix: Breve Historia de los argentinos. Buenos Aires, ed Planeta Bolsillo, 1999
Eduardo Pérez Romagnoli, « Inmigración europea y producción artesano-industrial en Argentina: la metalurgia inducida por la vitivinicultura moderna en Mendoza (1885-1930) », Amérique Latine Histoire et Mémoire, 2004
Richard-Jorba, Rodolfo: ¿Echar raíces o hacer la América? Un panorama de la inmigración europea hacia la región vitivinícola argentina y algunos itinerarios económicos en la provincia de Mendoza, 1850-1914 en http://alhim.revues.org/document380.html
Boggia, Alicia. Mendoza como destino: la inmigración, en http://www.ateiamerica.com/pages/guiasd/vid18_g6.htm
http://www.tveduca.mendoza.edu.ar/programa4/material4.htm#etapa
Pérez Romagnoli, Eduardo: Migración,industrialización e innovación tecnológica en Argentina: industrias inducida y derivadas de la vitivinicultura en Mendoza y San Juan (1885-1930). Mendoza, 2004.
Innovación, desarrollo y medio local dimensiones sociales y espaciales de la innovación, en Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, 2000.
Autor:
Alejandro Lombarda
Gonzalo Brandi
2006
[1] Boggia, Alicia. Mendoza como destino: la inmigración, en http://www.ateiamerica.com/pages/guiasd/vid18_g6.htm
[2] Richard-Jorba, Rodolfo: ¿Echar raíces o hacer la América? Un panorama de la inmigración europea hacia la región vitivinícola argentina y algunos itinerarios económicos en la provincia de Mendoza, 1850-1914 en http://alhim.revues.org/document380.html
[3] Idem
[4] Idem
[5] En http://www.tveduca.mendoza.edu.ar/programa4/material4.htm#etapa
[6] En http://www.tveduca.mendoza.edu.ar/programa4/material4.htm#etapa
[7] http://www.escorihuela.com/f_historia.htm
[8] Eduardo Pérez Romagnoli, « Inmigración europea y producción artesano-industrial en Argentina: la metalurgia inducida por la vitivinicultura moderna en Mendoza (1885-1930) », Amérique Latine Histoire et Mémoire, 2004
[9] Eduardo Pérez Romagnoli, « Inmigración europea y producción artesano-industrial en Argentina: la metalurgia inducida por la vitivinicultura moderna en Mendoza (1885-1930) », Amérique Latine Histoire et Mémoire, 2004
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