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Reflexiones sobre la formación integral del licenciado en química

Enviado por mariajose.munoz


    (Thoughts about the integral formation of Chemists)

    1. Resumen
    2. Requerimientos actuales de un licenciado en química
    3. Formación actual de los licenciados en química
    4. Algunas vías para contribuir a la formación integral del licenciado en química
    5. Conclusiones y recomendaciones

    RESUMEN

    La Universidad de Cádiz (España) y la Universidad de la Habana (Cuba), conscientes de la importancia que reviste para la sociedad la formación de profesionales universitarios y, específicamente, de Licenciados en Química, han abordado, desde 1995, un proyecto conjunto de investigación sobre la calidad del graduado considerando todos los componentes necesarios para formar Químicos capaces de asumir los retos que la actual sociedad les impone.

    En ese sentido, el objetivo del presente trabajo es incidir en la necesidad de abordar la formación del Licenciado en Química desde la óptica del enfoque integral, así como analizar algunas vías que contribuyan a ese empeño.

    Palabras Clave: Formación integral, Licenciados Químicos, conocimientos, habilidades, valores.

    ABSTRACT

    The University of Cádiz (Spain) and the University of Havana (Cuba), conscious of the importance of the formation of university professionals and, specifically, of chemists, has boarded from 1995, a joint investigation project on the quality of their respective graduated. The purpose is to consider all the facets necessary for the education, in order to educate chemists able to assume the challenges that the present society imposes to them.

    In this way, the goal of the present work is to emphasize the necessity to approach the formation of Chemists from an integral view, as well as to analyze some specific ways that contribute to that purpose.

    Words Key: Integral education; Chemists, knowledge, skills, educational values.

    INTRODUCCIÓN

    Si en las últimas décadas del siglo pasado fue trascendente para muchas Universidades lograr una definición del perfil profesional de un Licenciado en Química éste fue, en general, formulado esencialmente en términos de los conocimientos químicos que el mismo debía haber adquirido al graduarse. En los inicios del presente siglo esto resulta totalmente insuficiente pues las Universidades tienen el reto de formar profesionales capaces de dar respuesta a las demandas, cada vez más crecientes, de la Sociedad, lo cual no se logra sólo con conocimientos químicos.

    Hoy en día, un profesional por muy bien formado que esté en el plano académico, será incompetente para enfrentar con éxito los problemas que se le presenten en su vida laboral, si no han sido incluidos también en su formación los aspectos relativos a las habilidades inherentes a su profesión y los valores éticos y morales de nuestra Sociedad.

    La combinación de estos componentes (conocimientos, habilidades y valores) en la formación del profesional, formando un todo único armónicamente estructurado, es lo que constituye el concepto de formación integral.

    REQUERIMIENTOS ACTUALES DE UN LICENCIADO EN QUÍMICA

    Podemos plantear que un Licenciado en Química es un profesional con una sólida formación básica general que le permite dar respuesta, de forma consciente y responsable, a los problemas científicos relacionados con las sustancias y sus transformaciones, las reacciones químicas y los procesos a través de los cuales éstas ocurren.

    Su versatilidad le permite trabajar en sectores tales como el medio ambiente, la industria alimentaria, farmacéutica, petroquímica, metalúrgica, azúcar y derivados, perfumería y cosmética, materiales de construcción, pinturas, plásticos, agroquímica, electrónica, tratamiento de aguas y residuales, energía, biotecnología y otras.

    Para enfrentar tareas de tal magnitud el Licenciado en Química debe poseer conocimientos sobre:

    · síntesis, aislamiento, purificación y caracterización de sustancias

    · determinación de parámetros químico-físicos

    · análisis de sustancias

    · utilización de técnicas informáticas

    · realización de procesos químicos a escala de laboratorio y superior

    · obtención, procesamiento e interpretación de resultados e información científica técnica en español y en inglés

    · organización de laboratorios químicos

    · trabajos de normalización y control de la calidad

    · elaboración de informes científico-técnicos

    · impartición de conocimientos en diferentes niveles educativos

    · realización de investigación

    · control de calidad

    · trabajos en el área de medio ambiente

    · técnicas de arbitraje, peritación y tasación

    Estos conocimientos aparecen recogidos en forma de Objetivos en los documentos oficiales de la carrera de Licenciatura en Química de la Universidad de la Habana, así como en las Directrices Generales de la titulación en la Universidad de Cádiz; con lo cual se garantiza que todos los graduados posean, al menos, el mínimo de éstos conocimientos que los haga aptos para la obtención del título universitario (Yáñez y Muñoz, 2000 a).

    No obstante, para abordar con éxito la solución de los problemas científicos que se le presentan al Licenciado en Química en los diferentes campos de trabajo, es imprescindible que posean, además de los citados conocimientos, un conjunto de habilidades (Ballesteros y col., 2001; Hernández, 2003; Molina, 1999) tales como:

    · capacidad para recopilar información, y procesarla

    · saber transmitir información de forma oral y escrita

    · capacidad para trabajar en equipo

    · saber solucionar imprevistos

    · ser capaz de tomar decisiones

    · capacidad de adaptación al entorno

    · independencia en el trabajo

    · capacidad de liderazgo

    · capacidad para expresarse en público

    · creatividad e ingenio

    · poseer agilidad para razonar

    • capacidad de diálogo y asertividad
    • capacidad de debate y persuasión

    Además, las respuestas que se den a los problemas científico-técnicos presentados y las decisiones que se tomen en cada caso, deben hacerse desde una posición éticamente responsable con la Sociedad y el entorno, por lo que los Licenciados en Química deben poseer, también, un conjunto de valores éticos (tanto los relativos a cualquier ciudadano de bien, como aquéllos inherentes a la profesión), que les permitan adoptar conscientemente esta actitud (Covarrubias, 1998; Alcocer, 2002).

    Entre estos valores que nuestra formación debe reforzar, se encuentran:

    · responsabilidad individual y social

    · compromiso social

    · identidad nacional

    · honestidad científica

    · rigor científico

    · tenacidad

    · modestia

    · disciplina

    · organización

    · solidaridad

    · autosuperación permanente

    · espíritu crítico y autocrítico

    · conciencia económica de los problemas

    · conciencia ambiental y de seguridad

    Sin embargo, estas habilidades y valores que debe poseer un graduado de Química no aparecen recogidos generalmente de forma explícita en los planes de estudio de las carreras de Licenciatura en Química como objetivos a lograr, por lo que no es posible exigir al profesorado el cumplimiento de los mismos, quedando, en el mejor de los casos, a voluntad del profesor.

    FORMACIÓN ACTUAL DE LOS LICENCIADOS EN QUÍMICA

    Si bien muchas Universidades, entre ellas las de Cádiz y la Habana, logran entregar a la Sociedad un Licenciado en Química versátil, que se inserta bastante bien en el mundo laboral y se adapta a sus exigencias, no es menos cierto que existen insuficiencias en los procesos de formación del Químico que dejan determinados espacios vacíos, sólo salvables por ellos mismos, después de un tiempo ubicados en un puesto de trabajo determinado.

    Esos vacíos que tienen los Licenciados en Química que graduamos, deben ser eliminados en la propia etapa de formación universitaria y no a posteriori y, por tanto, corresponde a los factores institucionales tomar las medidas pertinentes para ello.

    A partir de estudios realizados por nuestro propio equipo de trabajo, mediante realización de encuestas a estudiantes, profesores y empleadores, tanto en la Universidad de la Habana como en la de Cádiz (Yáñez y Muñoz, 2000 b; Yáñez y col., 2000), y de la literatura consultada, puede plantearse, en general, que los aspectos más débiles en la formación del Licenciado en Química son aquellos asociados a:

    · dominio de técnicas informáticas

    · utilización de un idioma extranjero

    · capacidad para trabajar en equipo

    · expresión oral y escrita

    · toma de decisiones

    · creatividad

    · adaptabilidad al entorno

    · organización

    · resolución de problemas imprevistos

    · coherencia en la respuesta a una cuestión

    · agilidad de razonamiento

    · conocimiento del mundo laboral

    · sentimiento de capacitación para enfrentarse a la vida laboral

    Como puede apreciarse en las debilidades, hay un peso importante en los aspectos relativos a las habilidades y las actitudes o valores, lo que es consecuencia del desplazamiento del proceso de formación más hacia los conocimientos que hacia los otros dos componentes del proceso.

    Esto ocurre porque, en muchas Universidades, determinadas actividades que contribuyen a formar estas habilidades y valores, como pueden ser las Prácticas en Empresa y las Tesis o Proyectos de Fin de Carrera, no están incluidas en el Plan de Estudios como actividades curriculares o, de estar, no son de obligado cumplimiento para todos los estudiantes (Alcocer, 2002).

    Otro factor que propicia que estas debilidades estén presentes, es la preparación del profesorado. Sin profesores preparados metodológicamente para enfrentar con un enfoque integral la formación del profesional y, además, conscientes de la necesidad de hacerlo, poco se logrará, aún cuando el Plan de Estudios contemplara actividades curriculares para garantizarlo.

    Por tanto, a nuestro juicio, los dos aspectos fundamentales que hay que modificar para jerarquizar en la formación del Licenciado en Química las habilidades y los valores o actitudes al mismo nivel que los conocimientos, son: el Plan de Estudios y la preparación del Profesorado (Vega y col., 2002).

    El Plan de Estudios porque en él se define lo que se quiere lograr, y el Profesorado porque son los responsables (aunque no los únicos participantes) de la ejecución de dicho Plan.

    ALGUNAS VÍAS PARA CONTRIBUIR A LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL LICENCIADO EN QUÍMICA

    Para plantear acciones que puedan ejecutarse con la finalidad de lograr un Licenciado en Química integralmente formado y capaz de dar respuesta a los requerimientos actuales de la Sociedad, es necesario partir de determinadas premisas o principios que sustenten las acciones propuestas. Estos principios son:

    · Formación básica profunda, con amplio perfil, que le permita al Licenciado en Química tener conocimientos para resolver los principales problemas que se presenten en las diferentes esferas de su vida laboral.

    · Jerarquizar los aspectos de habilidades y valores (educativos) al mismo nivel que los conocimientos (instructivos), logrando una estrecha, coherente e indisoluble unidad entre ellos.

    · Fomentar y/o fortalecer en el curriculum el vínculo estudio-trabajo-investigación que permita durante toda la carrera un desarrollo armónico entre la formación científica y las competencias profesionales.

    · Potenciar la utilización de los contenidos propios de la Ciencia Química, en el fortalecimiento de la formación humanística.

    EL PLAN DE ESTUDIOS

    El Plan de Estudios es el documento oficial y más completo que agrupa toda la información relativa a la titulación y que contiene, habitualmente, los objetivos y los sistemas de conocimientos, habilidades y valores, así como las asignaturas, horas de cada una, orden de aparición de las mismas y otras definiciones, de forma que constituye el programa de acción para desarrollar la titulación y, por ello, es uno de los pilares fundamentales en este estudio.

    Analizaremos, pues, los Objetivos y las Asignaturas.

    1. Los objetivos también determinan qué métodos utilizar para lograr su cumplimiento y deben ser, a su vez, los criterios fundamentales para la evaluación.

      Se hace necesario, por tanto, que en el Modelo del Profesional del Licenciado en Química aparezcan los objetivos de forma explícita y formularlos de modo tal que garanticen que de ellos puedan derivarse los contenidos, las habilidades y los valores, para lo cual, es necesario combinar armónicamente en su formulación los aspectos instructivos y los educativos.

      Un ejemplo pudiera ser un objetivo formulado en el Plan de Estudios de la carrera de Licenciatura en Química en la Universidad de la Habana: "Investigar las sustancias y sus transformaciones con creatividad, independencia y honestidad, tanto de forma individual como colectiva, a partir de una valoración científica, económica y de protección del medio ambiente, que permita una adecuada toma de decisiones".

    2. Objetivos. Los objetivos constituyen la categoría rectora del proceso docente educativo. En ellos se expresa lo que se quiere lograr y son, por tanto, los que determinan los contenidos a impartir, las habilidades a crear y los valores a reforzar.
    3. Asignaturas. Todas las asignaturas incluidas en el Plan de Estudios tienen que contribuir a la formación integral del Licenciado en Química y, por tanto, deben tener también definidas sus sistemas de conocimientos, de habilidades y los valores de la profesión a la cual contribuyen.

    Esto es válido, tanto para aquellas asignaturas específicas de la profesión que se imparten generalmente en todos los Planes de Estudios de todas las carreras de Química (Química Inorgánica, Química Orgánica, Química Analítica y Química Física), como para las de formación general (Matemáticas, Historia de la Química, Ciencias Sociales, Técnicas Informáticas, Química Ambiental y otras) que aparecen de forma mucho más diversa en los diferentes Planes de Estudios.

    Tanto el primer grupo de asignaturas como las restantes, permiten propiciar situaciones que contribuyen a desarrollar habilidades de la profesión y reforzar valores.

    Desde los contenidos de esas asignaturas se contribuye a conformar en el estudiante una concepción científica del mundo, esclarecer los nexos entre Ciencia, Tecnología y Sociedad, analizar el compromiso social de la ciencia, madurar la ética de la profesión, aumentar la formación cultural –analizando el contexto histórico de los descubrimientos y hechos científicos más transcendentes-, profundizar en los aspectos económicos del trabajo del Químico –analizando costes de materiales, reactivos y equipamiento-, optimizar de las condiciones de operación, fuentes alternativas de energía, toma de decisiones y otras.

    Algunos Planes de Estudios, como el de la Universidad de la Habana, incluyen asignaturas especialmente diseñadas para desarrollar en el estudiante habilidades relacionadas con los métodos y procedimientos propios de la profesión, y que los prepare para la solución científica de los diferentes problemas que puedan presentárseles. La disciplina denominada Métodos de Investigación Química (MIQ) contempla dos actividades fundamentales que son la Investigación Científica y la Práctica Laboral. La primera para la adquisición de métodos de investigación, lo que contribuye al desarrollo de habilidades manuales en el laboratorio, el trabajo independiente, el espíritu de superación, la creatividad, la modestia, el uso de las técnicas informáticas y el idioma inglés, la dedicación al trabajo, los medios de seguridad en laboratorios, el conocimiento del sistema de normas, metrología y control de la calidad, el espíritu crítico y autocrítico, la comunicación, el trabajo en grupo, el enfoque multidisciplinario inherente hoy en día a la investigación científica y la escritura y defensa de trabajos científicos.

    La investigación científica hay que realizarla vinculando al estudiante a un Grupo de Investigación que pueda ser de la propia Facultad, de la Universidad u otras Instituciones Científicas extrauniversitarias, generalmente con vínculos investigadores con la Universidad, lo que propicia la aceptación, por parte de ellos, de estudiantes durante, al menos, un curso completo y la realización del Proyecto Final de Carrera (Tesis o Tesina), siempre bajo supervisión de un profesor de la titulación, para garantizar que se cumplan los objetivos para los cuales fue diseñada esta actividad.

    Por otra parte, la Práctica Laboral está diseñada para lograr en el estudiante hábitos laborales, tales como disciplina de trabajo, organización, puntualidad, cálculo de costes de materiales y operación, seguridad en laboratorios y plantas químicas, comparación de procesos a escala de laboratorio e industrial, educación ambiental y otras.

    La Práctica Laboral se realiza en Empresas, la mayoría de las cuales mantienen vínculos con la Universidad a través de servicios científicos y técnicos, proyectos de investigación conjuntos, y otras vías. Debe haber un profesor responsable de la Práctica Laboral de los estudiantes en cada Empresa, cuya función fundamental es garantizar que no se desvíen los objetivos para los cuáles fue creada esta práctica y, además, contribuir a fortalecer el vínculo Universidad-Empresa.

    Realmente, hasta ahora, el vínculo Universidad-Empresa se ha desarrollado más en lo referente a la introducción de los resultados de la investigación de la Universidad en la Empresa y de la realización, por parte de la Universidad, de servicios científico técnicos que la Empresa demanda (Universidad ® Empresa), que en vincular a las Empresas con la Universidad en la formación de los graduados (Empresa ® Universidad) (de la Orden, 1997; Zorrilla, 1993).

    Es necesario, pues, aumentar el vínculo de la Empresa con la Universidad en lo relativo a la formación de los Licenciados en Química, buscando las vías más efectivas para la materialización de los aspectos laborales en su formación (Díaz de Cossío, 1999).

    La reticencia inicial de la Empresa en este propósito universitario, desaparecerá cuando la misma comprenda y compruebe lo que ya la Universidad sabe: que el vínculo Universidad-Empresa enriquece mutuamente a ambas instituciones y que es además una exigencia de la sociedad actual, caracterizada por un desarrollo impetuoso del conocimiento, las comunicaciones y sujeta a las leyes del mercado (Zorrilla, 1993).

    EL PROFESORADO

    El otro elemento fundamental es el profesorado, pues es el que debe ejecutar, o poner en práctica, lo que recoge el Plan de Estudios (Rojas, 2002).

    Si se admite la necesidad impostergable de abordar la formación del Licenciado en Química de modo integral, combinando los contenidos, habilidades y valores, ya que así lo demanda la Sociedad, debe entenderse también la necesidad de provocar un cambio en la actitud del profesorado que permita enfocar de ésta forma el proceso docente. Pero el ser proactivo a estos cambios no es condición suficiente, pues se necesita preparación y entrenamiento para abordar el proceso docente con un enfoque diferente (Molina, 1999).

    Deben, por tanto, los profesores cumplimentar tres aspectos diferentes, que a su vez se complementan: la ejemplaridad, la superación y su posición ante el proceso docente.

    1. Necesita, también, utilizar métodos participativos, grupales y de resolución de problemas en cualquiera de los tipos de clases que imparta (teóricas, laboratorios, clases de problemas, seminarios, talleres) pues, los mismos contribuyen de forma comprobada a desarrollar en los estudiantes habilidades como las que queremos lograr y que se han citado en este trabajo.

      Debe ser ejemplo también como investigador, realizando investigaciones de impacto en temas de interés nacional e internacional, y mantener una autosuperación continua que le permita publicar sistemáticamente artículos en revistas reconocidas y presentar trabajos en eventos científicos.

      Esta ejemplaridad, como docente y como investigador, tiene que ser acompañada de la ejemplaridad en su conducta personal, pues el profesor debe constituir un patrón de conducta a seguir por sus estudiantes. Por ello, el profesor con su acción diaria puede reforzar valores en sus estudiantes, tales como responsabilidad, modestia, nivel crítico y autocrítico, identidad nacional, formación cultural y humanística, espíritu colectivo y otros.

    2. Ejemplaridad. El profesor ante sus estudiantes debe ser ejemplo como docente, como investigador y en su conducta personal. Como docente necesita impartir sus clases con alto rigor científico en su disciplina específica y contribuir desde ésta a reforzar aspectos tales como la conciencia ambiental, económica, el peligro del uso de armas químicas y otras.

      Sin embargo, la superación pedagógica requiere, sobre todo al inicio, estar mejor organizados y planificados a través de cursos cortos en temas tales como Métodos Participativos, Formación en Valores, Diseño Curricular, Didáctica de la Química, Técnicas de Dirección, Dirección por Objetivos y otros, en los que los profesores deben participar.

      Un movimiento de profesores en esta dirección llevará, necesariamente, a la participación en eventos científicos para transmitir las experiencias obtenidas en los experimentos metodológicos realizados; así como investigar en temas de tanto interés educativo como La Calidad del Egresado y los propios Métodos Participativos, Grupales y de Resolución de Problemas.

    3. Superación. La superación del profesorado en los aspectos científico-técnicos, tiene que ser permanente, a través de la propia investigación, con la publicación de artículos, la dirección de doctorados y la actualización continua, poniendo sus conocimientos científicos al servicio de la docencia, adecuándolos a las características del curso en cuestión.
    4. Posición ante el proceso docente. Al cambio que estamos llamados a realizar en el proceso docente, se llega por convencimiento propio y no por directivas de los superiores. Por lo tanto, será un proceso de acercamiento paulatino a lo que se pretende lograr.

    El propio concepto de proceso docente debe ser sustituido por el de proceso docente-educativo, ya que lo instructivo y lo educativo forman un todo indisoluble.

    Es necesario inculcar al estudiante su corresponsabilidad en su propia formación, donde el balance del proceso se desplaza más al que aprende que al que enseña y pierde protagonismo el profesor al jugar en ocasiones el papel de facilitador del proceso (Rugarcía, 2000).

    El profesor debe ser ejemplo en el enfoque inter y multidisciplinario de su asignatura y preocuparse, no sólo por qué enseñar, sino en igual medida, en cómo enseñarlo.

    Solamente apropiándose de manera consciente de éstos principios, el profesor estará capacitado para enfrentarse al proceso docente educativo como lo demanda el momento actual y el futuro desarrollo de la Sociedad.

    CONCLUSIONES

    1. Las investigaciones realizadas demuestran que el proceso de formación de los Licenciados en Química adolece de insuficiencias, fundamentalmente en aquellos aspectos que lo preparan para su inserción en el mundo laboral.
    2. El proceso de formación de los Licenciados en Química está mucho más desplazado hacia garantizar los contenidos que hacia crear habilidades y reforzar valores.
    3. El profesorado no está suficientemente preparado para abordar la formación del Licenciado en Química desde una óptica integral.

    RECOMENDACIONES

    1. Es necesario formular en el Modelo del Profesional, de forma explícita y precisa, los objetivos de la titulación, garantizando que de los mismos pueden derivarse con claridad los contenidos esenciales a impartir, las habilidades principales a dominar y los valores fundamentales a reforzar.
    2. Organizar un plan de superación pedagógica a los profesores que les permita modificar en algunos casos y consolidar en otros, las concepciones sobre el proceso docente educativo. Esto les permitirá abordar, como forma cotidiana de trabajo docente, los aspectos educativos desde lo instructivo.

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    SOBRE LOS AUTORES

    Mª José Muñoz Cueto () Doctora en Ciencias Químicas y Profesora de Ingeniería Química. Ha formado parte, desde 1998, de Comités Técnicos, Comités Internos y Externos de Evaluación en el I Plan Nacional de Evaluación de la Calidad de las Universidades (PNECU). Ha colaborado con la Unidad para la Calidad de las Universidades Andaluzas, (UCUA), en la elaboración de Informes Finales de Evaluación. Ha sido nombrada en 2002 Evaluadora Externa en el II Plan de Calidad de las Universidades, (PCU), por el Consejo de Coordinación Universitaria.

    Leslie Yáñez González (). Doctora en Ciencias Químicas, y profesora de Química General. Participó en el proceso de elaboración y puesta en marcha del nuevo Plan de Estudio de Licenciatura en Química en las tres Universidades del país donde ésta se estudia y posee gran experiencia en el campo metodológico y de la enseñanza de la Química, presidiendo el Comité Organizador del I, II y III Taller Internacional de Enseñanza de la Química realizados en la Universidad de La Habana, impartiendo conferencias y presentando trabajos. Es miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Cubana de Química y Coordinadora de la sección de Enseñanza de dicha Sociedad. Pertenece a la Comisión Nacional del Ministerio de Educación Superior de la República de Cuba, para la Acreditación de las Carreras Universitarias.

     Mª José Muñoz Cueto

    Dpto.de Ingeniería Química, Tecnología de Alimentos y Tecnologías del Medio Ambiente, Facultad de Ciencias, Universidad de Cádiz (UCA), España.

    Leslie Yánez González

    Dpto.de Química General, Facultad de Química, Universidad de la Habana (UH), Cuba