Análisis del fruto del espíritu para aplicarlo en la vida diaria del cristiano (página 3)
Enviado por JUAN TEVES CAMARGO
A través del resto del capítulo 12, Pablo trata teológicamente con todo el rango de las carismata más espectaculares, como si fueran verdaderos dones del Espíritu (vv. 4-31). Su énfasis, como ya hemos visto, está en la diversidad de los dones y la unidad de su fuente y sus resultados.
Los cristianos deben procurar recibir de Dios "los mejores dones" (v. 31) "mas" dice Pablo, "yo os muestro un camino aun más excelente". Ese "camino aun más excelente" es más que una mera transición entre el capítulo 12 y el 14. Es la regla y la prueba del amor por el cual tiene que ser juzgado todo lo que se logra y cada don que se dice tener.
Pablo aplica la prueba del amor a cuatro de los dones que él nombró en el capítulo 12. Empieza con el último y el más controversial: el de las lenguas. Incluye también la profecía, el conocimiento y la fe. Además, compara el entendimiento de todos los misterios, la liberalidad llevada hasta los extremos imaginables, y aún el martirio mismo, con la excelencia sobrepujante del amor (13:1-3). Sea que se trate de seudo-dones, o de dones verdaderos con los que se queda la persona después de perder la gracia, todos ellos pueden ser poseídos y utilizados sin la presencia del Espíritu Santo. Pero el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5). El que no tiene amor no posee el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo Exalta a Jesucristo y al Padre, Nadie exalta y adora a Dios Padre y al Señor Jesucristo sin solo por el Espíritu Santo
Solamente el amor nunca falla. Una vez más, Pablo escoge tres de las carismata para indicar que su función es, a lo sumo un valor humano transitorio. Las profecías fallarán; las lenguas callarán; y el conocimiento se desvanecerá (v. 8). El conocimiento y la profecía representan lo incompleto. Cuando se haya alcanzado lo completo, lo parcial dejará de ser. El habla y el entendimiento del niño ceden paso a la madurez del adulto (vv. 9-11). Lo mejor que podemos hacer es ver las cosas a través de un cristal que tiende a alterar la realidad. Pero vendrá un tiempo cuando todas las alteraciones pasarán y "veremos todo claramente" y conoceremos como somos conocidos (v. 12). Quedan tres valores trascendentales: la fe, la esperanza y el amor. "Pero el mayor de ellos es el amor" (v. 13).
V. 1 CORINTIOS 14
El fundamento teológico está plantado firmemente y se ha anunciado el principio: todo debe juzgarse a la luz del tierno amor de Dios en 1 Corintios 12 y 13. Ahora Pablo se enfrenta a ciertos problemas prácticos que él ve en la iglesia de Corinto.
En 1 Corintios 14, el Apóstol se enfrenta en su capacidad de administrador, a uno de los asuntos críticos de una iglesia enfermiza. Es necesario reconocer que se dedicó todo un capítulo a la glosolalia, no porque fuera de tanta bendición sino porque era un problema de tal gravedad.
1. Diferencias entre dos capítulos
Hay diferencias notables entre los capítulos 12 y 14. En primer lugar el vocablo carismata que se usó cinco veces en el capítulo 12, no aparece en el 14. En lugar de eso, Pablo vuelve al vocablo pneumatika, término inclusivo con el que empezó la discusión (12:1 y 14:1) y que incluye manifestaciones tanto verdaderas como falsas.
Segundo, el Espíritu Santo, a quien se menciona diez veces en el capítulo 12, no es mencionado ni una vez en el 14. Nótese que el espíritu que se menciona en los versículos 14, 15, y 16, es escrito correctamente con letra minúscula, y el uso de la mayúscula en 14:2 no tiene justificación pues aquí no se alude al Espíritu Santo.
Tercero, la palabra desconocida respecto a lenguas no aparece aquí en el Nuevo Testamento griego. Nótese que en la versión de Cipriano de Valera aparece en letra bastardilla para denotar que fue agregada por los traductores aunque no aparecía su equivalente en el original. Hay mucha razón para creer que el adjetivo "extraña" (v. 4) como usa la revisión reciente (1960) es más adecuada.
Cuarto, lo que estaba pasando en Corinto, fuese lo que fuese, a Pablo no le complacía. El no escribió para estimular lo que pasaba sino para corregirlo. El Apóstol establece restricciones que jamás le habría impuesto a una manifestación directa e inmediata del Espíritu Santo.
Es posible que nuestra falta de comprensión del capítulo 14 se deba a que Pablo sabía que en Corinto había lenguajes y también lenguas. Algunos estaban hablando en los cultos usando lenguajes que serían comprendidos si personas educadas venían entre ellos. Tres veces se habla de las personas que no podrían comprender, y se les llama "simple" o "indoctos" y esto parece confirmar esa idea (vv. 16; 23-24). Otros quizás estaban expresando oralmente emociones religiosas sin comprenderlas ellos mismos, ni ser comprendidos a menos que hubiera quien interpretara.
Es tan erróneo recomendar el capítulo 14 de Corintios como una pauta para las devociones cristianas normales, públicas o particulares, como sería postular el capítulo 7 de Romanos como la norma de la vida cristiana. La norma para las devociones cristianas se encuentra en 1 Corintios 13, así como la norma para la experiencia cristiana se encuentra en Romanos 8.
2. ¿Lenguajes desconocidos o extraños?
La evidencia que tenemos en la Biblia es demasiado escasa y en ciertas partes muy ambigua para permitirnos el lujo de ser excesivamente dogmáticos acerca de las pronunciaciones de Corinto, y decidir si eran en verdad lenguas desconocidas o lenguajes extraños. Sin embargo, es posible leer todo el capítulo 14 como si se tratara de lenguajes extranjeros en lugar de lenguas desconocidas.
A través del capítulo 14 el contexto es el culto de adoración de un grupo específico. Cuando en tal grupo, alguien habla en un lenguaje extraño, nadie de los presentes le comprende y entonces él habla solamente a Dios, "aunque en espíritu hable misterios" (v. 2). Nótese que aquí, "espíritu" no tiene el artículo definido el y no se refiere al Espíritu Santo. En Colosenses 1:36, "misterio" significa las verdades que han sido reveladas en el evangelio.
El que habla misterios (lo que Dios le ha comunicado) se edifica a sí mismo (v. 4), lo que no podría decirse de la persona que expresa lo que él mismo no comprende.
Cuando Pablo dice: "Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis… (o sea, que dieseis a los hombres mensajes de edificación, exhortación y consuelo), no se está retractando de lo que escribió en 12:30, que reza: "¿Hablan todos lenguas?" No se está contradiciendo sino que está usando (v. 5) una forma de hacer comparación (muy usada en el Nuevo Testamento) y que consiste en expresar dos alternativas como absolutas. Nótese que Jesús usó esta forma, por ejemplo en Juan 6:27 que dice: "Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece…" El Señor no estaba prohibiendo el trabajo para ganarnos la comida cotidiana. Simplemente estaba expresando en una escala comparativa de valores, el valor mayor del alimento espiritual que el físico. En otra ocasión Pablo le dijo a Timoteo: "Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de… tus f recuentes enfermedades… (1 Timoteo 5:23). Pablo no estaba prohibiendo el uso del agua. Estaba comparando, en el caso de Timoteo, el uso de agua que entonces frecuentemente era impura.
Puesto que el hablar en lenguas comprensibles es esencial para el provecho de los que escuchan, Pablo recalca el valor sobresaliente de "palabras bien comprensibles" (vv. 6-9). Hay, por cierto, "tantas clases de idiomas en el mundo" (v. 10). Pablo dice: "Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí" (v. 11).
Puesto que los corintios anhelan celosamente tener pneumatika, les convendría buscar en todo la edificación de la iglesia. Los que hablan lenguajes que no son generalmente comprendidos, deben orar para poder interpretar o traducirlos para los otros. Es frecuente el caso de que una persona que habla bien un idioma encuentre difícil expresarse en otro.
Los versículos 14 y 15 han sido la fuente de mucha "mitología". Algunos han creído que Pablo dijo: "Si yo oro en una lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi mente no comprende lo que digo." Esto es creer que la palabra griega akarpos que traducimos "sin fruto" significa "no comprender", o "no entender". La Versión Popular lo traduce: …no estoy sacando provecho con mi entendimiento… pero esto no es lo que la palabra significa. Akarpos quiere decir: "sin fruto", o "que no le da nada a otros".3 Kenneth Wuest traduce la frase: "Mi intelecto no confiere provecho alguno a otros."4 No es que el que habla en lenguaje extraño no comprenda lo que dice. Más bien, el hecho de que él entienda no le sirve de provecho alguno a nadie más.
Por lo tanto, Pablo escribió: "¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento" (v. 15). En este contexto tales palabras sólo pueden significar: "Siempre que yo ore o cante, será en palabras que puedan ser entendidas."
El entendimiento típico de los que se dicen ser "carismáticos" de los versículos 14-15 presupone una separación entre nous (la mente o el entendimiento), y pneuma (el espíritu o alma), que no tiene base en las Escrituras. La mente y el espíritu no se presentan en la Biblia como funciones separables. La psiquis humana es una unidad indivisible. "Espíritu, alma y cuerpo" (1 Tesalonicenses 5:23) y "corazón", "alma", "mente", y "fuerza" (Marcos 12:30) son expresiones de totalidad o entereza, no catálogos de partes o funciones separables.
Tampoco obra el Espíritu Santo en el hombre aparte de su nous o mente. Es la mente controlada por el Espíritu la que lleva a la "vida y paz" (Romanos 8:6). Es "por la renovación de vuestro entendimiento" (Romanos 12:2) y "en el espíritu de vuestra mente" (Efesios 4:23) que se lleva a cabo la obra transformadora del Espíritu Santo. El blanco a cuya altura aspira todo cristiano es que "haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús" (Filipenses 2:5). El Espíritu Santo es el Espíritu "… de poder, de amor y de dominio propio" (2 Timoteo 1:7).
El interés de Pablo respecto al uso de palabras inteligibles es que cualquiera persona que pueda estar en las reuniones de los cristianos en Corinto, y que sea "indocta", pueda, sin embargo decir "amén" de lo que oye. El Apóstol vuelve a usar esta palabra ("indocta") en los versos 23 y 24 de 1 Corintios 14. La Versión Popular lo expresa así: "Entonces, cuando toda la iglesia se encuentra reunida, si todos están hablando en lenguas y entran algunos que son incultos o que no creen, ¿no van a decir que ustedes se han vuelto locos? Pero si todos están comunicando mensajes recibidos de Dios, y entra alguno que no es creyente o que es inculto, se va a convencer de su pecado y él mismo se va a examinar, al oír lo que todos están diciendo."
Parece evidente que hay sólo una razón por la cual se señaló de esta manera a los incultos o indoctos, y es que una persona educada podría por lo menos identificar uno o más de los lenguajes usados. Tanto los creyentes educados como los incrédulos necesitan escuchar la profecía (que Pablo mismo aclara, significa el hablar "a los hombres para [su] edificación, exhortación y consolación" v. 3), y no hablar palabras desconocidas. Tales personas no aprovecharían nada y los incrédulos llegarían a concluir que los cristianos estaban locos, si los oyeran hablar palabras incomprensibles.
Otro versículo de este capítulo que se ha traducido de manera que causa confusión es el 18, que dice: "Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros." Una traducción que daría mejor el sentido del griego original sería: "Doy gracias a Dios que hablo más lenguajes que todos ustedes." Pablo aquí usa precisamente la misma palabra, mallon que se traduce "más", en Gálatas 4:27:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes
dolores de parto;
porque más son los hijos de la desolada,
que de la que tiene marido.
Aquí el sentido de más es "mayor en número" y no mayor en "grado".
Aunque Pablo sabía bien varios lenguajes dijo: "Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida" (v. 19).
En este capítulo hay una clara referencia a los lenguajes humanos. "En la ley está escrito: En otras lenguas (heterais glossais, exactamente los vocablos griegos en Hechos 2:4) y con otros labios… (v. 21). Tanto Isaías 28:11-12 que es lo que Pablo cita aquí, como Hechos 2:4, muestran que estas lenguas eran lenguajes no comunes en Palestina pero ciertamente no eran "desconocidos". El pasaje de Isaías se refiere a la conquista de la tierra por los asirios y los babilonios. El pueblo se había negado a escuchar a sus profetas que les hablaban en los idiomas que ellos podían escuchar. Por lo tanto, escucharían la palabra de juicio por boca y en el idioma de sus conquistadores, idioma que ellos no conocían.
Pablo prosigue: "Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos; pero la profecía, no a los incrédulos, sino a los creyentes" (v. 22). Como vimos al estudiar Hechos 2, el declarar el evangelio en lenguajes desconocidos no tiene valor alguno como una señal para los creyentes de que son llenos del Espíritu Santo. Es más bien una señal para los que no creen, de que el evangelio es para ellos, y no sólo para quienes les han traído la Palabra y cuyo idioma es un idioma extranjero. El hacer, o considerar, que hablar en lenguas sea la evidencia a los creyentes del bautismo con el Espíritu es darle el sentido precisamente contrario a lo que dijo Pablo.
El Apóstol también aclara que esta práctica de hablar en lenguas que estaba causando tantos problemas en la iglesia de los corintios no era necesariamente la inspiración inmediata del Espíritu Santo. Sería difícil creer que el Apóstol se atreviera a limitar o prohibir la expresión del Espíritu Santo. Pero en vez de ello, Pablo dice: "Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas" (v. 32). Lo que tiene origen en el espíritu humano debe ser controlado por el espíritu humano, "pues Dios no es Dios de confusión… (v. 33).
Ha recibido mucha atención el mandato de Pablo en la traducción común del verso 39, que dice: "Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas." Sin embargo, Pablo sí prohíbe el hablar en lenguas (o en idiomas desconocidos) si dos, o a lo más tres, ya han hablado (v. 27), si no hay intérprete presente (v. 28), o si la persona que quiere hablar es mujer (v. 34).
Parece, por lo tanto, que la traducción de las palabras de Pablo en el verso 39 es errónea. Tal como está, se encuentra en contradicción casi directa y completa de todo lo que se había dicho. El hecho es que nadie en Corinto estaba dispuesto a prohibir el uso de lenguajes extraños. Parece que era más bien un motivo de orgullo entre esos cristianos tiernos. La palabra que se ha traducido impidáis, normalmente quería decir prevenir, o poner obstáculos. Una traducción que daría unidad de sentido a todo el pasaje es: "Por lo tanto, hermanos míos estad listos a profetizar y no pongáis obstáculos al hablar en lenguas: todo debe hacerse decentemente y con orden" (vv. 39-40).5
Podría decirse mucho más, pero cuando menos debe ya ser evidente que no hay nada en el Nuevo Testamento que justifique la doctrina de que hablar en lenguas desconocidas sea la evidencia esencial, inicial y física del bautismo con el Espíritu. También debiera ser evidente que hay poco que justifique el énfasis exagerado que muchos ponen en la glosolalia hoy día.
En cierto sentido el conocimiento, la profecía y los lenguajes dejarían de ser (1 Corintios 13:8-10). Muchos eruditos creen que esto quiere decir que al completarse el Nuevo Testamento ya no se necesitarían estos dones del Espíritu.
Es, sin embargo, muy posible que haya dones genuinos de lenguaje hoy día como los ha habido en otras épocas de la historia de la iglesia. Por todo el mundo, hay misioneros que cuentan las obras maravillosas de Dios en los lenguajes de sus oyentes. Estos misioneros no obtuvieron estas lenguas en un rapto instantáneo de inspiración. Pero en centenares de casos han podido comunicar el evangelio mucho más pronto y con más eficacia de lo que se esperaría si sólo hubieran tenido estudios o talentos humanos.
El hecho es que la mayoría de los dones en ambas listas, la de Romanos, y la de Corintios, están relacionados a las habilidades humanas. Están sujetos a su desarrollo y crecimiento bajo el poder del Santo Espíritu. Es rarísimo que la capacidad de hablar a los hombres para hacerlos crecer espiritualmente, para exhortarlos y para consolarlos ("la palabra de sabiduría" y "la palabra de conocimiento") nos sea dada instantánea y completamente desarrollada. Servir, enseñar, estimular, dar o compartir, y dirigir, todos éstos incluyen habilidades adquiridas tanto como poderes impartidos divinamente.
Aun algunos milagros de sanidad divina son casos, a menudo, en que el proceso sanador se acorta maravillosamente. No siempre son instantáneos. Nos pasa como el caso del muchacho de quien dicen los evangelios: "Desde esa hora empezó a sanar." Había pasado la crisis. Había empezado la sanidad.
Dios es el Dios de lo sobrenatural. Pero no siempre viene por medio del terremoto, el trueno o los relámpagos. A menudo, viene por medio de una voz de silbo apacible y delicado. Es tan importante reconocerle cuando viene en el terremoto, el trueno, o el relámpago como cuando viene por la voz de silbo apacible y delicado.
Los Dones y el Fruto
Hay que considerar un punto más. Puesto que los dones para el servicio son tan importantes para la vitalidad del cuerpo (la iglesia), y porque son dones del Espíritu Santo, hay una tendencia de considerar los dones como medidas de la espiritualidad.
El apóstol Pablo hace distinciones entre el hombre "natural", el hombre "carnal", y el hombre "espiritual" (1 Corintios 2:14—3:3). El hombre natural carece por completo de vida espiritual: "no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura" (1 Corintios 2:14). Está "muerto(s)… en vuestro(s) delito(s) y pecado(s)" (Efesios 2:1). Los "carnales" son niños en la fe cuya vida personal y en la iglesia están dañadas por celos y riñas (1 Corintios 3:3).
El hombre espiritual es todo lo contrario: representa la cristiandad en su norma nuevo testamentaria. Entiende y discierne las cosas del Espíritu. Vive la vida no tan sólo a base del juicio humano, sino de acuerdo con la mente de Cristo (1 Corintios 2:14-15). Así es la persona que ha hecho suya la promesa de Jesús: "Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros" (Juan 14:15-17). Esta promesa, como ya hemos visto, es tanto personal como dispensacional, puesto que cuando Jesús pidió el Consolador al Padre, dijo: "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos" (Juan 17:20).
Pero, ¿cuáles son las marcas del cristiano espiritual? ¿Hay alguna medida de espiritualidad en el Nuevo Testamento? Si la hay, ¿se encuentra en uno o aun en varios de los dones para el servicio cristiano?
Las respuestas son: Sí, hay en efecto características y medidas de la vitalidad espiritual en el Nuevo Testamento. Pero, no, el criterio de la espiritualidad no se basa en uno, ni en muchos de los dones del Espíritu Santo. Se encuentra en las enseñanzas en el Nuevo Testamento respecto a cómo es el Espíritu Santo y en lo que Pablo llamó "el fruto del Espíritu
I. CARÁCTER SEMEJANTE AL ESPÍRITU
Cuando el Nuevo Testamento dice "espiritual", la palabra es literalmente "ser como el Espíritu" (pneumatikos). Tiene que ver con la actitud, el genio, las cualidades del carácter, y con los móviles, todos acondicionados por la presencia moradora del Santo Espíritu. El cristiano espiritual todavía es netamente humano. No puede alegar perfección de personalidad ni de acción. Su semejanza al Espíritu Santo está lejos de ser completa. Más bien la semejanza está creciendo y progresando. Pero la medida de la plenitud del Espíritu Santo es una semejanza creciente a El.
¿Cómo es el Espíritu Santo? Es descrito diversamente en la Biblia como el Espíritu de Cristo, de la santidad, de compasión, del amor y del buen juicio (Romanos 1:4; 8:9; 2 Timoteo 1:7). Pero la descripción del Espíritu Santo que es más expresiva se da en la promesa de Jesús que vimos en Juan 14:16: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre."
La verdad se destaca mucho más en el Nuevo Testamento griego que en el nuestro. En griego hay dos vocablos principales que expresan el concepto de "otro". Heteros quiere decir otro de una clase diferente. Por ejemplo hablamos de la doctrina falsa como "heterodoxia", o "doctrina de otra clase diferente". El segundo vocablo es allos. Quiere decir otro de la misma clase. Jesús dijo: "Yo rogaré al Padre, y os dará allos parakletos", otro Consolador, Ayudador, o Consejero, Uno de la misma clase, Uno como Yo, literalmente, "otro Jesús".
Cuando queremos saber cómo es Dios, miramos a Jesús. "El que me ha visto", dice Jesús "ha visto al Padre" (Juan 14:9). Exactamente en la misma manera, cuando queremos saber cómo es el Espíritu Santo, debemos también mirar a Jesús: "El Padre os dará Otro como Yo."
El significado es obvio. El cristiano espiritual es aquel que se parece a Cristo. La primera medida y el primer rasgo de la espiritualidad en el Nuevo Testamento es la semejanza a Cristo. Ninguna persona es verdaderamente espiritual si no se parece a Jesucristo. Crecer en espiritualidad significa aumentar en nuestra semejanza a El. "Más cual mi Cristo" significa ser más profundamente espiritual.
II. EL FRUTO DEL ESPÍRITU
Este mismo concepto de la semejanza a Cristo adquiere nueva profundidad de sentido al considerar la lista de gracias que Pablo llama sencillamente "el fruto del Espíritu". Después de describir las obras de la carne, Pablo hace un notable contraste y escribe: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… (Gálatas 5:22-23).
Jesús mismo había subrayado la importancia del "fruto". El no sugirió nunca: "Por sus dones los conoceréis." Pero sí hizo dos veces la distinción entre lo verdadero y lo falso, diciendo: "Por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:16, 20). De igual modo que la parra produce uvas y la higuera, higos, el buen árbol produce buena fruta, y el árbol malo lleva fruta mala (véase vv. 16-18).
Jesús nunca sugirió que su Padre el Hortelano "corta toda rama" de la vid que no está dotada abundantemente de dones. Pero sí dijo: "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto… el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden" (Juan 15:1-6).
El fruto, pues, es el indicador decisivo de la calidad de la vida interior. "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos" (Juan 15:8). La calidad del fruto es lo que marca la calidad interior de la vida, y mucho fruto glorifica al Padre.
Pero la gramática del Apóstol en Gálatas 5:22-23 (especialmente en las versiones antiguas) es extraordinaria, pues él dice: "Mas el fruto del Espíritu es", y luego procede a hacer la lista de gracias o cualidades del carácter: "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza." La forma gramatical de esa frase parece demandar que se diga: "Los frutos del Espíritu son: caridad", etc.
Hay dos posibles explicaciones de la forma que usó Pablo.
1. Un racimo indivisible
Es posible que el Apóstol esté diciendo que el fruto del Espíritu es un racimo indivisible de gracias que pertenecen unidas y que no se separan. No son cualidades separables ni gracias que se puedan dividir, es decir, cuando están presentes en una persona como resultado o fruto del Espíritu Santo.
Aquí está la diferencia notable entre el fruto del Espíritu y los dones del Espíritu. Como ya vimos, Pablo insiste repetidas veces en que el Espíritu Santo reparte los dones distintamente a diferentes personas así como las diferentes partes del cuerpo tienen distintas funciones (1 Corintios 12:7-11, 14-27, 29-30). El fruto del Espíritu es exactamente lo opuesto. No ocurre que un cristiano tenga la gracia del amor, mientras que otro tenga gozo; otro tenga paz; otro, la paciencia; otro, la benignidad, etc., aunque sí es cierto que las gracias se realizan de acuerdo con el carácter y el temperamento individuales. Más bien, en conjunto, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, y templanza son, unidas e indivisibles, el fruto del Espíritu Santo.
2. Una descripción del amor que se semeja a Cristo
Hay otra explicación posible de la gramática de Gálatas 5:22-23. Se ve en la posibilidad de que Pablo haya querido decir: "El fruto del Espíritu es AMOR, amor gozoso, sereno, paciente, benigno, bueno, fiel, manso y templado." S. D. Gordon dijo una vez que el gozo es el amor cantando, la paz es el amor que descansa, la paciencia es el amor soportando, la benignidad es el amor que comparte, la bondad es el carácter del amor, la fidelidad es la costumbre del amor, la mansedumbre es el toque tierno del amor y la templanza es el amor que controla el timón.
Debe notarse que el contexto de cada lista de los dones para el servicio cristiano es la expresión del amor. Pedro dice: "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios" (1 Pedro 4:8-10).
Inmediatamente después de dar su lista de los dones para el servicio cristiano en Romanos 12, Pablo añade: "El amor sea sin fingimiento… Amaos los unos a los otros con amor fraternal… (vv. 9-10). En el capítulo siguiente, proclama el amor como el cumplimiento de la ley. Menciona lo que dicen los mandamientos y concluye: "… cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (13:9).
En su pasaje menos comprendido, el Apóstol recalca la importancia clave del amor, más que en cualquier otro pasaje. Concluye su discusión de las carismata en 1 Corintios 12 con estas palabras: "… Mas yo os muestro un camino aun más excelente" (v. 31). Es su preludio al gran "Himno del Amor", en 1 Corintios 13. Aun el capítulo 14, con su comparación desfavorable entre hablar lenguas extrañas y hablar a otros "para edificación, exhortación y consolación" (v. 3), empieza con las palabras: "Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis" (v. 1).
Nada puede compensar por la falta de amor. "Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve" (1 Corintios 13:1-3).
El usar la presencia o la ausencia de dones como la base para juzgar la espiritualidad de otro es abusar de los dones y no comprender en absoluto su propósito o su significado. El amor es el fruto y el amor es la medida, y ninguno de los dones ni todos los dones juntos significan nada en cuanto a la espiritualidad, si hace falta el amor.
¿Cómo puedo yo medir la dimensión espiritual de mi vida? Es solamente la medida en que manifiesto el amor de Dios, su amor gozoso, sereno, paciente, benigno, bueno, fiel, manso, y auto controlado.
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor" (1 Corintios 13:4-13).
3.2. Interpretación de los Resultados y Contrastación de Hipótesis
3.1. Interpretación de Resultados
3.2. Contrastación de la Hipótesis
Contrastación de la Hipótesis del :
Cuadro Nro. 9
El modelo del cristiano
Cálculo del estadístico de prueba:
fo | N° de respuestas de la Muestra | 13.5 | 23.5 | 28.5 | 25.5 | 9 | 100 | |||||
fe | N° de respuesta esperadas | 20 | 20 | 20 | 20 | 20 | 100 |
Rechazamos la hipótesis nula y aceptamos la hipótesis alternativa de que el modelo del cristiano en las ILM debe mejorarse.
Contrastación de la Hipótesis del :
Cuadro Nro. 10
La capacitación del cristiano
Nos planteamos la hipótesis siguiente:
Cálculo del estadístico de prueba:
fo | N° de respuestas de la Muestra | 5.5 | 30 | 31.5 | 28 | 5 | 100 | |||||
fe | N° de respuesta esperadas | 20 | 20 | 20 | 20 | 20 | 100 |
Rechazamos la hipótesis nula y aceptamos la hipótesis alternativa de que las capacitación del cristiano en las ILM debe incrementarse
Contrastación de la Hipótesis del :
Cuadro Nro. 11
El fruto de Espíritu
Nos planteamos la hipótesis siguiente:
Cálculo del estadístico de prueba:
fo | N° de respuestas de la Muestra | 10.5 | 19.5 | 31.5 | 32 | 6.5 | 100 | ||||||
fe | N° de respuesta esperadas | 20 | 20 | 20 | 20 | 20 | 100 |
Rechazamos la hipótesis nula y aceptamos la hipótesis alternativa de la importancia del fruto de Espíritu en las ILM debe incrementarse
Contrastación de la Hipótesis del :
Cuadro Nro. 12
La Calidad de vida Espiritual
Nos planteamos la hipótesis siguiente:
Cálculo del estadístico de prueba:
fo | N° de respuestas de la Muestra | 7.5 | 21 | 32 | 35.5 | 4 | 100 | ||||||
fe | N° de respuesta esperadas | 20 | 20 | 20 | 20 | 20 | 100 |
Rechazamos la hipótesis nula y aceptamos la hipótesis alternativa de que la calidad de vida de los cristianos en las ILM debe mejorarse
Contrastación de la Hipótesis del :
Cuadro Nro. 13
La relación con Dios
Nos planteamos la hipótesis siguiente:
Cálculo del estadístico de prueba:
fo | N° de respuestas de la Muestra | 8.5 | 21.5 | 31.5 | 30.5 | 8 | 100 | |||||||||||||
fe | N° de respuesta esperadas | 20 | 20 | 20 | 20 | 20 | 100 |
Rechazamos la hipótesis nula y aceptamos la hipótesis alternativa de que La relación de los cristianos con Dios en las ILM debe mejorarse
Contrastación de la Hipótesis especifica :
Cuadro Nro. 14
La Comunión con Dios
Nos planteamos la hipótesis siguiente:
Cálculo del estadístico de prueba:
fo | N° de respuestas de la Muestra | 9 | 9.5 | 27.5 | 34 | 20 | 100 | ||||||||||||
fe | N° de respuesta esperadas | 20 | 20 | 20 | 20 | 20 | 100 |
Decisión: Como el valor del cálculo de X2 cae en la RR
Rechazamos la hipótesis nula y aceptamos la hipótesis alternativa de que la comunión con Dios de los cristianos de las ILM debe mejorarse
CAPITULO IV
Conclusiones y recomendaciones
4.1. Conclusiones
Si llegamos ha establecer las causas por las cuales muchos cristianos practican las obras de la carne, podremos encontrar la manera de poder corregir este problema, dando lugar a que se resuelva el problema de las discusiones, pleitos y rencillas entre los hermanos de las denominaciones y mejorar la relaciones no solo entre los miembros de una iglesia sino las relaciones de los miembros de todas la iglesia cristianas.
4.1.1. Si tomamos como modelo ideal del cristiano a aquel que aplica en su
vida diaria el fruto del Espíritu, entonces el cristiano mejorara su relación espiritual con Dios
4.1.2. Si capacitamos adecuadamente acerca del fruto del Espíritu a los
miembros y lideres de las iglesias cristianas entonces su relación con Dios será más directa y eficaz en su vida diaria
4.1.3. Si los cristianos le dan mas importancia al fruto del Espíritu entonces
su relación espiritual con Dios será mejorada
4.2. Recomendaciones
Debemos de dar énfasis al estudio diario de la Biblia, escudriñando las escritura, para poder entender la importancia de que los cristianos practiquen el fruto del Espíritu, para de esta manera ser cada día más semejantes en nuestro carácter al modelo perfecto nuestro Señor Jesucristo
Bibliografía
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John Dawson : La Reconquista de tu Ciudad
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Merril F. Unger : Nuevo Manual Bíblico de Unger
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Nelson Thomas : Etica de la vida Cristiana
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Pérez Quiroz Tito : Discriminación Religiosa en el Perú
Ediciones La Verdad Lima primera edición 1000 ejemplares hechos e impreso en el Perú
P. Feiffer F. : Comentario Bíblico del Antiguo
Testamento
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Reina Valera : Santa Biblia, Sociedades Bíblicas
Edición de Estudio año 1995 impreso en Colombia Bogotá
DEDICATORIA:
Este trabajo de investigación los dedico con todo amor a los cristianos de todos los países del mundo, con la finalidad de que se pueda lograr, que en los países del mundo practiquen el fruto del espíritu, teniéndolo como su guía permanente en su vida y conducta diaria
Autor:
Teves Camargo Juan Telésforo
Tesis: Doctor Of Ministry
Año 2005
LANDMARK BAPTIST THEOLOGICAL SEMINARY
ESCUELA DE POST GRADO
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