- A modo de Introducción
- Papel de las Competencias de Dirección dentro del proceso formativo en la Universidad
- Papel de la comunicación dentro de las competencias generales de dirección
- A modo de Conclusiones
- Bibliografía
A modo de Introducción
La calidad de los graduados en la Educación Superior debe verse con un enfoque integrador, siendo las competencias una fusión de actitudes, valores, conocimientos y habilidades en un entorno, socio – económico, laboral específico para cada estudiante.
Es menester lograr graduados comprometidos, con elevado nivel de creatividad al solucionar problemas y enfrentarse a situaciones concretas, autónomos, flexibles, versátiles, concientes de su entorno, país y profesión, logrando entonces una actuación consecuente con ello.
La necesidad de talento creador, es vital en las organizaciones modernas, donde la innovación es clave para responder al entorno. No es suficiente con aprender la cultura acumulada por la humanidad en una determinada ciencia, es menester aportar nuevas soluciones a los problemas surgidos del desarrollo científico y tecnológico, de las transformaciones para adaptarse a los cambios, entre otros factores; para ello los directivos de las empresas deben desplegar todas sus potencialidades en aras de lograr fomentar el talento creador del personal a su alrededor.
En este proceso la enseñanza superior, juega un papel preponderante en la formación de los futuros profesionales que en un momento dado serán subordinados o directivos, pero insertados en la búsqueda de soluciones innovadoras y creativas para beneficio de todos.
Es por ello que la formación comunicativa dentro de las Competencias de Dirección en los estudiantes universitarios constituye un escalón al que debemos llegar.
Papel de las Competencias de Dirección dentro del proceso formativo en la Universidad
Para enfrentar con eficiencia y eficacia los desafíos que demanda la actualidad es necesario asumir y desarrollar un grupo de competencias generales de dirección, en este sentido la UNESCO las clasifica en competencias centrales, de gestión y gerenciales, dentro de ellas tenemos: El profesionalismo, dominio de materias y cumplimiento de resultados.
Las comunicación, verbal, no verbal y escrita.
Trabajo en grupo, en equipos de colaboración.
Planificación, organización y monitoreo eficiente de las actividades.
Responsabilidad y compromiso con las tareas.
Creatividad, búsqueda de alternativas, propuesta de soluciones.
Dominio de la tecnología e interés por aprender las nuevas.
Aprendizaje continuo, retroalimentación y desarrollo propio y del equipo de trabajo.
Liderazgo, visión, negociación, solución de conflictos y capacidad de juicio.
Valorar resultados, delegar responsabilidad, inspirar y construir confianza y tomar decisiones
Sin embargo Stoner, 2007 considera que dentro de las competencias necesarias para la dirección de cualquier proceso se encuentran:
El liderazgo.
La comunicación.
El comportamiento en las relaciones humanas.
La visión y el pensamiento estratégico.
El trabajo en grupos multidisciplinares.
La creatividad.
La toma de decisiones, la confianza al delegar responsabilidades.
El dominio profesional del área donde se desempeña.
Se puede apreciar que existen puntos comunes en ambos, destacándose el énfasis realizado en el liderazgo y su papel en la toma de decisiones, la comunicación desde sus diferentes aristas y el trabajo colaborativo en grupos; sin embargo se obvia el proceso formativo asociado a estas competencias, así como la motivación, la ética y el sentido de partencia, teniendo un papel vital en el desempeño posterior de la persona formada.
El sello futurista de este proceso, como mencionara Lorenzo García, R. 2008 está en los planes de estudio adaptables, donde la asistencia a clases tendrá por finalidad, más que el estudio de los contenidos curriculares, el aprendizaje del sentido de equipo, la conformación de roles y el desempeño de funciones.
Para formar competencias generales de dirección en la carrera, los estudiantes estarán vinculados a una empresa productiva o de servicios de su especialidad, en la cual tendrán que realizar su componente laboral – investigativo, además de vincularse a la vida de la misma, participando en sus actividades como un trabajador más.
Partiendo de las teorías de la administración (Stoner 2007), donde se plantea que para llegar a ser un directivo efectivo es necesario trabajar con otros directivos y observarlos, lo que significa en primer lugar, ser un buen subordinado.
Por lo que al formar a los estudiantes en la responsabilidad, integración a la esfera productiva y creatividad en la solución de problemáticas reales vinculadas a su profesión estamos formando buenos profesionales, capaces de dirigir procesos llegado el momento.
Los estudiantes en este período de práctica laboral – investigativa en la producción deben ser capaces de adquirir 3 tipos de destrezas fundamentales, según planteara Robert L. Katz, citado por Stoner 2007; las destrezas técnicas, humanas y conceptuales.
Donde las destrezas técnicas serán: La capacidad de utilizar las herramientas, procedimientos y técnicas de una disciplina o especialidad (Obtener conocimientos y aplicarlos).
Las destrezas humanas serán: La capacidad de trabajar con otras personas como individuos o grupos y entenderlos y motivarlos (Actitudes y valores)
Las destrezas conceptuales serán: La capacidad mental de coordinar e integrar todas las actividades e intereses de la empresa. Incluye la habilidad de ver la empresa como un todo y entender como sus partes se relacionan entre sí, asumiendo que un cambio en una parte puede afectarla en su totalidad (habilidades).
Todo lo anterior tributa a la formación secuenciada, paulatina y constante de competencias generales de dirección.
Papel de la comunicación dentro de las competencias generales de dirección
Las Competencias Generales de Dirección, que estamos proponiendo, estarán dirigidas fundamentalmente al liderazgo, toma de decisiones, pensamiento analítico, negociación, comunicación, motivación, sentido de partencia y preparación profesional.
Haciendo un análisis desde el proceso comunicativo, los estudiantes deben desarrollar habilidades de comunicación verbal y extra verbal, así como aptitudes personales; esto lo podemos lograr en la dimensión extracurricular a través de talleres de formación.
La comunicación es un proceso complejo, de carácter material y espiritual, social e interpersonal, que posibilita el intercambio de información, la interacción y la influencia mutua en el comportamiento humano, a partir de la capacidad simbólica del hombre
Como manifestara Mintzberg, es imprescindible en una institución recibir y comunicar información, tanto en lenguaje verbal como no verbal. Es necesaria esta información para tomar decisiones inteligentes donde muchas personas además dependen de la información recibida o tramitada. Justamente es la información el insumo básico para la toma de decisiones y su modo de comunicarlo es clave.
En la comunicación organizacional, la percepción que tengan los públicos es uno de los aspectos más importantes, ya que de ello depende la comprensión y la actitud que tomarán, lo cual repercutirá en la respuesta al mensaje y la forma de retroalimentación que generará.
En este sentido es importante delimitar e identificar el tipo de comunicación utilizada en la organización en cada momento, en ella confluyen varios tipos y en momentos diferentes predomina alguna de ellas, de cierto modo todas son importantes y mueven la dinámica de la organización o empresa.
Los actores organizacionales no tienen una actitud acrítica frente a las comunicaciones en las cuales están inmersos, no admiten irreflexivamente lo que les comunican aunque estas comunicaciones tengan "sellos" de autoridad y a veces de legitimidad, y no leen ningún documento sin preguntarse si no estarán perdiendo el tiempo haciéndolo.
Por tanto es imprescindible concientizar a nuestros directivos de la importancia de la comunicación, la que en múltiples ocasiones puede ganar o perder una actividad dentro de la organización. En nuestro caso como formadores de las nuevas generaciones de profesionales tenemos el deber de fomentar en ellos habilidades comunicativas que les permitan un mejor desempeño en sus puestos de trabajo.
Actualmente las personas son mucho más críticas y se informan cada vez más, no le basta con recibir una información, quieren saber los detalles y para asumir posiciones en diferentes momentos es menester estar preparado no solo desde el punto de vista de la ciencia, sino desde las habilidades de desarrollo humano, donde la comunicación verbal y no verbal es básica.
Las comunicaciones, como planteara José Serlín, constituyen la trama que sostiene y da vida a la dinámica organizacional. La vida de las organizaciones sucede en comunicaciones.
Adquirir competencia en habilidades comunicacionales constituye un aprendizaje necesario para cualquier miembro de la organización y constituye además una prioridad para las personas que dirigen cualquier proceso, independientemente del proceso en sí.
Justamente desde la Universidad, desde la educación, desde la clase, desde el proceso formativo propiamente dicho es donde se pueden procurar las herramientas para fortalecer y desarrollar estas habilidades comunicativas tan necesarias en la vida y en la profesión.
Se parte de la experiencia vivída, de las formas de vida, de los códigos que asume cada cual para comunicarse, y es ahí donde el educador tiene elementos suficientes para apoyarse como punto de partida o como centro de la actividad docente o extradocente.
El proceso docente por su parte, se desarrolla a partir de la interacción del profesor y alumnos, y en el grupo de estudiantes. Los procesos de enseñanza y aprendizaje no se reducen a situaciones didácticas, docente – discente, sino que es necesario tener en cuenta, además, la red de relaciones con los iguales. Surgen nuevas variantes de aprendizaje como son: aprendizaje grupal, cooperativo, interaprendizaje, donde la comunicación y la interacción es central.
Una clase tendrá más vitalidad mientras mayor sea la interacción entre sus miembros. Los hombres se educan en el diálogo, compartiendo y discutiendo sobre el saber, socializando sus conocimientos y aprendiendo por medio de la crítica. La interacción humana y la comunicación son experiencias de primer orden que toda educación debe procurar. Esta tendencia democratizadora ha llegado a la enseñanza como un ideal a alcanzar.
No podemos descuidar en la formación comunicativa como competencia general de dirección ni el lenguaje oral, ni el lenguaje escrito, cada uno es complemento del otro. En el lenguaje oral prima la espontaneidad, hay mayor riqueza de matices y mayor economía de recursos (gracias a los elementos extralingüísticos y al contexto). El lenguaje escrito por su parte es más elaborado, más perdurable, es más relevante como medio de acumulación de información cultural.
Sin embargo no podemos obviar la comunicación no verbal, siempre útil para manejar una situación social inmediata, para sustituir a la comunicación verbal o para servirle de apoyo.
Aumenta además la comunicación significativa, pues es más factible el descubrimiento de las intenciones de los interlocutores o ejerciendo una función de "fascinación", es decir, disminuyendo las resistencias a la aceptación del mensaje.
En la enseñanza, como en todo proceso de dirección, el profesor constituye el líder que dirige el proceso de aprendizaje, y de cuyo estilo, depende, en gran medida, las características de la actividad docente, el avance de los estudiantes, así como el sistema de interacción que se produce en dicho proceso.
El profesor instruye con lo que sabe, pero educa con lo que es, es por ello que para fomentar habilidades comunicativas en los estudiantes en aras de su formación como futuros dirigentes el facilitador o profesor debe ser sensible a los sentimientos de su grupo, empático con sus intereses y temores, atento a solucionar sus dudas e inspirar confianza por encima de todo, poseer convicción de lo que dice, utilizar el lenguaje adecuado y demostrar una personalidad congruente con lo que dice, para que pensamiento, palabra y proyección vallan unidos en una misma dirección.
Si el estudiante se forma bajo estos principios y paradigmas no solo desde los modos de actuación de su carrera, sino desde los procesos comunicativos asociados a la vida profesional y cotidiana, es posible desarrollar en ellos habilidades para que puedan interactuar con grupos sociales de diferentes estatus, para que puedan hacer análisis de informaciones antes de tomar decisiones, para intercambiar criterios, trabajar en grupo, tomar en cuenta la opinión de los demás, escuchar y ser escuchados, porque la buena comunicación es bilateral.
¿Es importante entonces formar en los estudiantes habilidades comunicativas como una de las competencias generales de dirección?
Es una reflexión desde nuestras posiciones de directivos o subordinados, pero siempre insertados en procesos comunicativos desde lo verbal y no verbal, desde la vida, desde la profesión y desde la educación como la clave para el desarrollo de los pueblos.
A modo de Conclusiones
Asumiendo la formación comunicativa como una de las competencias generales de dirección los estudiantes serán capaces de proyectarse como seres humanos, siendo auténticos, sin copiar estilos comunicativos, atendiendo su proyección, apariencia personal, presencia, dinamismo, pulcritud y atractivo.
Actuarán en correspondencia con las tres etapas que siempre están presentes en la comunicación: definición de la intención comunicativa, realización de esa intención, y su análisis y valoración posterior. Deben además mostrar una disposición psicológica favorable que estimule el trabajo, buen carácter y disposición solidaria y conciente.
Entre las cuestiones vitales que se les enseñan entorno a la comunicación, para que asuman una vez graduados es que:
Sea empleado siempre un lenguaje claro, asequible organizado, tomando en consideración los intereses y necesidades del auditorio.
Utilización de resortes verbales y no verbales de interacción.
No organizar la comunicación "verticalmente", de "arriba a abajo". La posición real del comunicador en el colectivo no se determina tanto por su status oficial como por su "formidable personalidad".
Tratar de verse a sí mismo como lo ven los subordinados o sus iguales.
Si somos capaces de formar en los estudiantes universitarios competencias comunicativas como una de las competencias generales de dirección, tendremos cada vez mejores directivos, mejores subordinados, mejores hábitos de convivencia y mejor formación profesional, comunitaria y familiar, lo que genera a su vez un desarrollo superior.
Bibliografía
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Serlín. J. Comunicación en las organizaciones. Edición preliminar Del texto. 1997.
Stoner, James. Administración de Empresas. Quinta edición, Tomo I y II. 2007.
Autor:
MsC. Máryuri García González (1)
Dr. Juan Silvio Cabrera Albert (2)
MsC. Blanca Amalia González González (3)
Dra. Maricela González Pérez (4)
Ing. Yonny Martínez López (5)
1. Centro de Estudios de Ciencias de la Educación Superior (CECES). Universidad de Pinar del Río. Cuba.
2. Departamento de Idiomas. Facultad de Ciencias sociales y humanísticas. Universidad de Pinar del Río. Cuba
3. Centro Provincial de Superación para la Cultura en Pinar del Río. Cuba.
4. Vicerrectora de Investigación y postgrado de la Universidad de Pinar del Río. Cuba.
5. Investigador del Centro de Investigaciones y servicios ambientales. ECOVIDA. CITMA. Pinar del Río. Cuba.