11.- RELACIÓN MÉDICO – ENFERMO
La relación entre el médico y el enfermo no se limita a un proceso de medicación, sino en primer lugar es un encuentro entre dos personas humanas. El peligro de la profesión médica es tratar al enfermo sencillamente como una "enfermedad" despersonalizada, mientras que por parte del paciente el peligro es considerar y esperar del médico soluciones para todo, incluso cuando no las hay.
En una primera aproximación se puede decir que en una relación entre el médico y el enfermo debe imperar un ambiente de confianza y amistad para que el paciente se sienta cómodo y confíe en la palabra del médico; pero también el médico tiene la obligación de explicar con sencillez la enfermedad y sus causas al paciente.
Al respecto podríamos señalar lo siguiente:
Es obligación del médico respetar la conciencia y la autonomía del paciente.
Es obligación del médico proporcionar la información necesaria al paciente para que éste pueda tomar decisiones adecuadas; si por razones de edad o estado psicológico no es prudente informar al paciente, entonces se debe informar a los familiares o a los responsables.
Es obligación del médico atender a cualquier paciente aunque el médico no esté de acuerdo con la causa que ha conducido a la enfermedad.
En caso de que hubiese conflicto entre la conciencia del médico y la conciencia del paciente, el médico debe respetar la conciencia del paciente con tal que no vaya contra el derecho de vivir (por ejemplo la transfusión de sangre).
El paciente tiene la obligación de respetar la conciencia del médico cuando éste considera que un tratamiento concreto es inmoral y hiere la dignidad de la persona.
12.- FORMAS IRREGULARES DE PROCREACIÓN
Intentaremos dar una pincelada sobre la paternidad múltiple, la partenogénesis y la clonación.
Algunos científicos han experimentados y han fusionado células múltiples en laboratorio; la unión de células, en el sentido de una manipulación celular controlada en el laboratorio se obtuvo solo en la década del sesenta. La técnica les hace posible a los sabios producir células híbridas; en 1972 biólogos del Laboratorio Nacional de USA lograron producir plantas híbridas partiendo de células fusionadas artificialmente, las plantas crecieron hasta su plena madurez y permanecieron fértiles.
En 1965 la Dra. Beatriz Mintz hizo experimentos con embriones de ratones y logró fusionarlos con buen resultado. Ella luego implantó los embriones híbridos en ratones que los llevaron a término; el resultado fue el de animales individuales con cuatro padres naturales en vez de dos. La estructura biológica de las crías parecía un mosaico.
Se cree que la paternidad múltiple también va a ser posible con los seres humanos; no sabemos si no se ha intentado fusionar embriones humanos.
La partenogénesis (palabra griega que quiere decir concepción virginal) es el procedimiento de reproducción que se sitúa en el polo opuesto a la paternidad múltiple. Se trata de la reproducción sin fecundación por parte de la célula sexual masculina; lo que quiere decir que la cría cuenta sólo con un progenitor. Este fenómeno ocurre de manera espontánea en ciertas plantas inferiores y en ciertos animales.
Oskar Hertwing y su esposa hicieron experimentos con óvulos de erizos de mar en 1896 y encontraron que si le agregaban estricnina al agua de mar que contenía los óvulos favorecía su desarrollo y crecimiento hasta convertirse en erizos de mar normales; el semen no había fecundado estos óvulos, lo cual la pareja investigadora logró una partenogénesis artificial.
A partir de entonces se han hecho experimentos con óvulos de rana, pava, gallina que así mismo han terminado en una partenogénesis. El primer experimento con mamíferos, aplicando la partenogénesis se hizo con óvulos de conejas; el primer conejo por partenogénesis se produjo en 1939 en Estados Unidos.
Aun no se ha realizado (lo que sabemos) con óvulos humanos para producir de modo artificial, la partenogénesis.
La clonación se ha divulgado en los últimos años. En algunos casos un pedazo de tronco de una planta, clavado en tierra es capaz de crecer y de convertirse en una nueva planta de la misma composición genética.
Esta forma de propagación asexual de la planta se ha conocido desde la antigüedad; se ha anotado así mismo que ciertos animales simples multicelulares (medusa o aguamar) se reproduce asexualmente, soltando un grupo de células que pueden reconstruir el organismo. Los individuos así reproducidos son genéticamente idénticos.
La idea de la posibilidad de la reproducción asexual de plantas, animales o de hombres a partir de una célula aislada, surgió en la década de los treinta. Se señaló que cada célula somática de un organismo vivo, contiene en su núcleo el código genético de todo el organismo.
Clonación de ranas. En 1952 los Doctoresres Robert Briggs y Thomas J. King, en el Instituto Carnegie (Washington) hicieron experimentos con huevos de ranas. Extranjeros los núcleos de huevos recién fecundados de ranas y los reemplazaron con núcleos de tejido embriónico de individuo de la misma especie; los huevos empezaron a desarrollarse y el resultado fue una serie de renacuajos genéticamente idénticos, copias exactos del donante de núcleos de las células. Este procedimiento se conoce con el nombre de clonación o trasplante de núcleo.
Clonación con peces y mamíferos, biólogos de la Universidad de Oregon (USA), lograron la primera clonación masiva de peces. Su técnica consistió en desactivar los cromosomas del semen de peces, valiéndose de rayos ultravioleta, luego el semen era usado para fecundar los óvulos. En 1981 en la Universidad de Ginebra (Suiza), habían logrado clonar mamíferos; después de 316 ensayos, clonaron con buen resultado tres ratones.
Clonación de hombre, los resultados de la clonación en plantas y animales dieron pie a la especulación acerca de la posibilidad de la misma con seres humanos. David Rorvik afirmó que un millonario le pidió reunir un grupo de sabios para que trabajaran en reproducir su clon. Rorvik aceptó el encargo y prometió guardar en secreto la identidad de las personas y el procedimiento que iba a utilizar para tal efecto; estableció los laboratorios en un país asiático y después de un buen número de fracasos, según dice, la clonación tuvo éxito. Se informó que el embrión clonado fue llevado hasta la viabilidad por una joven nativa que dio a luz un bebé sano, la copia exacta del millonario. Parece que el niño está bien y crece en forma normal. El mundo científico recibió la noticia con gran escepticismo, algunos llegaron hasta llamarlo un engaño; debido a que Rorvik no quiere quebrantar su promesa de guardar en secreto las personas implicadas en el hecho, por tanto, no existe una prueba confiable de si la primera clonación humana sucedió en efecto o no.
En cuanto al hombre, la curiosidad científica no constituye una razón válida para experimentar con seres humanos, usándolos como conejillos de laboratorio.
Los defensores del clonismo humano argumentan diciendo que aportaría grandes beneficios para la humanidad. El genotipo de hombres de talento, grandes artistas, músicos, personalidades.
La reproducción clonal amenazaría los valores de la paternidad humana, el amor conyugal y la familia. La clonación no acabaría con la diferenciación sexual y, la humanidad continuaría todavía distribuida en hombres y mujeres; el matrimonio, la unión exclusiva de amor entre un hombre y una mujer, continuaría todavía como la célula y el componente "natural" de la sociedad.
13.- HUELGA DE HAMBRE
Entendemos por huelga de hambre en su sentido más estricto como la abstención total de alimento, emprendida para obtener la satisfacción de determinadas reclamaciones, con la decisión de llevarla hasta la muerte si no se da satisfacción a las reivindicaciones que la motivan.
En la huelga de hambre existe una vinculación entre la abstención de alimentos y la muerte, el huelguista ha decidido sacrificar su propia vida si no se atienden sus reivindicaciones. Esto nos coloca ante una problemática, el derecho moral de la persona sobre su vida y la actitud de la sociedad en este punto. Se da una conexión entre abstención de alimentos y la muerte; de esa vinculación real es responsabilidad primeramente del huelguista que persiste en su decisión; también intervienen otros, quienes se niegan a aceptar las peticiones formuladas, autoridades públicas que eventualmente puedan prohibir la alimentación forzada; también pueden intervenir movimientos, grupos y personas que con sus consejos o presiones refuerzan la postura del huelguista.
La intención primera del huelguista no recae directamente en la muerte; en realidad, lo que él desea y busca es la satisfacción de unas reclamaciones. La huelga de hambre no lleva una necesaria conexión de hecho con la muerte.
Otra característica de la huelga de hambre es su publicidad, condición básica para que la sociedad pueda establecer una cierta alianza con el huelguista apoyándole en su actitud, si la sociedad lo abandona, se desentiende de él o le manifiesta su hostilidad, su gesto pierde significado y cae en el vacío.
Como habíamos mencionado la huelga de hambre nos remite a un tema de índole general, el poder ético del hombre sobre su propia vida y la actitud a adoptar por la sociedad ante quien voluntariamente pone en tan grave peligro su vida.
13.1.- Prioridad de la vida:
En este conflicto moral, un primer grupo niega la libertad ética del hombre para sacrificar su vida por medio de la huelga de hambre; esta postura ha sido y es frecuente entre cristianos, tomando como punto de partida el absoluto señorío de Dios sobre la vida humana.
13.2.- Prioridad a la autonomía:
Otros colocan como valor supremo en esta situación la libertad del ser humano. En nuestra sociedad no es raro encontrar posturas favorables al derecho radical de la persona sobre su propia vida.
13.3.- Un tercer grupo:
Llega a conclusiones parecidas a las de la opción anterior, pero por caminos diferentes: no desde el recurso a la autonomía personal, sino desde el voluntario indirecto. Sostiene que la huelga de hambre hasta la muerte puede ser una posibilidad moral, dado que la muerte no se busca directamente sino que es el resultado indirecto de una acción cuyo objetivo primario y directo es lograr el reconocimiento de ciertos derechos.
14.- FIN DE LA VIDA
Los dos extremos de la vida: el nacer y el morir, ofrecen quizá los problemas más frecuentes y más delicados desde el punto de vista moral.
La etapa final de la vida del ser humano era, en otros tiempos, poco complicada desde el punto de vista moral. Frente a la etapa final se presentan algunas cuestiones relevantes:
El deseo de una muerte digna o humana.
La eutanasia
El uso/rechazo de medios extraordinarios para prolongar la existencia.
Aunque se suele decir que la muerte nos iguala a todos, y en un sentido es verdad, sin embargo, la realidad nos ofrece imágenes muy variadas en relación con la muerte y el proceso que conduce a ella. Dentro de una misma área geográfica, el morir tiene características diferentes según los momentos históricos; la llegada de la muerte se realiza en contextos muy distintos, según las zonas de la tierra.
De principios de siglos a hoy, las causas de la muerte han variado sensiblemente, entonces tenían un gran peso las enfermedades infecciosas o contagiosas (gripes, neumonías, tuberculosis, etc.) ahora abundan muertes por trastornos cardiovasculares, cáncer, sida, accidentes de tráfico y han aumentado las enfermedades crónicas y degenerativas. La muerte llega hoy más tarde y encuentra a la persona en mayor desvalimiento, en gran dependencia, el proceso de morir se alarga.
La muerte también ha cambiado de lugar, se muere en casa mucho menos que en otros tiempos y con mayor frecuencia en instituciones y centros, lejos del marco habitual en que ha transcurrido la vida. El camino de la muerte se ve mucho más marcado por la presencia de la técnica.
14.1.- Muerte clínica:
En este punto durante mucho tiempo coincidieron la representación popular y la idea profesional médica. La muerte de la persona estaba indicaba por el cese de la respiración y del latir del corazón, eran signos fácilmente detectables de cuya validez no se dudaba.
El progreso de la ciencia y de la técnica vino a demostrar la dificultad de hacer coincidir siempre la muerte clínica de la persona con la parada de las funciones respiratoria y circulatoria.
Gracias a la reanimación es posible recuperar un corazón que había dejado espontáneamente de latir. Por otro lado, la técnica nos permite hacer un paro electivo, programado del corazón para realizar una operación y luego devolverle el normal funcionamiento.
Estos hechos han motivado una reflexión sobre la validez científica de los indicadores tradicionales. Poco a poco ha ido penetrado en los medios profesionales la identificación de la muerte clínica con el cese irreversible de la actividad cerebral.
Identificar la muerte clínica de la persona con el cese irreversible del funcionamiento del cerebro no exige necesariamente una observación específica de éste con instrumental adecuado como un requisito absoluto. En la mayor parte de los casos, la muerte es un proceso lento, los diversos órganos y sistemas que apoyan la continuidad de la vida fallan y dejan de funcionar en diferentes momentos; excepcionalmente, la muerte es un hecho instantáneo y repentino y casi instantáneo.
14.2.- Muerte digna:
El interés por una muerte digna del ser humano representa, de por sí, una conquista moral, prolongación de la preocupación por una vida digna y humana. En otros tiempos existían imágenes difundidas de lo que podríamos considerar como una muerte deseable (en el seno de la familia, rodeado de seres queridos, etc.) y no deseable (suicidio, muerte violenta, pena de muerte, etc.); este concepto es relativamente nuevo.
El imperativo ético de mirar por una muerte acorde con la dignidad personal se puede traducir en múltiples concreciones, en detalles pequeños o en atenciones básicas. El amor al ser humano, la competencia y la imaginación aunados sabrán dar formas adecuadas a esta demanda de una muerte digna, según las necesidades y deseos de las personas.
A continuación señalaremos los que podrían formar parte de una muerte humana:
14.2.a.- Solidaridad: Creo que la solidaridad es un componente prioritario de una muerte humana, más todavía que la libertad. El ser humano es un ser social, necesita de los otros para ser él mismo en la vida, y esta condición se revela igualmente decisiva en la etapa final: la soledad, el desinterés, el olvido por parte de los seres queridos impiden que la persona pueda vivir su muerte como corresponde a un ser humano. Una muerte en solitario, sin el acompañamiento y ayuda de la sociedad resulta cruel.
14.2.b.- Alivio del dolor: La eliminación del dolor o su alivio es una buena forma de colaborar a un acercamiento a la muerte en mejores condiciones humanas.
14.2.c.- Asistencia de tipo psicológico: Un acompañamiento psicológico es siempre un buen servicio a la persona, pero en pocos momentos se hace más urgente este tipo de presencia que ante la perspectiva de la muerte. No es extraño que en el proceso de morir aparezca la ansiedad, factor que hace más insoportables otras molestias; el alivio de estos sufrimientos supone el prestar atención al conjunto de la vivencia del enfermo, lo cual implica disponibilidad, escucha, condiciones difíciles de cumplir en las actuales estructuras sanitarias por diversas causas.
14.2.d.- Asistencia religiosa: El acompañamiento del enfermo creyente pide ofrecerle oportunidades para no enfrentarse solo con sus problemas religiosos.
14.2.e.- Verdad del enfermo: La información al enfermo sobre su situación es parte integrante del respeto debido a su dignidad.
14.2.f.- Libertad: Una de las ideas más acentuadas en relación con una muerte digna es la necesidad de reconocer amplios espacios de libertad a la persona en decisiones que le afectan.
14.2.g.- Otras atenciones: Existen múltiples molestias más frecuentes en la etapa final de la vida, especialmente en una enfermedad larga; el alivio de estas molestias es importante para un bienestar aceptable de la persona. Un cierto confort material: cama adaptada, espacio suficiente, armonía y gusto en la habitación, oportunidades de aislamiento e intimidad son también aspectos que pueden contribuir a que el morir de una persona transcurra en un contexto más acorde con la dignidad humana.
14.3.- Medios extraordinarios: Cualquier ética defiende la obligación de proteger la vida humana y de cuidar la salud, pero ¿hasta dónde?
En la tradición cristiana tiene un peso importante la distinción entre medios ordinarios y extraordinarios; según esta doctrina, la obligación de velar por la vida se extiende, por norma general, sólo a los medios ordinarios, no a los extraordinarios. Otros prefieren términos como medios razonables y no razonables, con sentido y sin sentido. No hemos de caer en la ingenuidad de creer que la mera sustitución de término clarificaría un problema complejo y difícil de precisar cuando intervienen factores cambiantes.
14.3.a.- Alimentación artificial: Entre los "tratamientos" para mantener la vida, uno de los que más debates está suscitando recientemente es el de la alimentación e hidratación artificial. Dentro de la Iglesia encontramos dos puntos de vista; para algunos, el respeto a la vida humana exige continuar alimentando, incluso artificialmente a los enfermos graves, sin excluir a quienes se encuentran en coma irreversible, puesto que alimento e hidratación forman parte de los cuidados mínimos exigidos por la compasión, por otro lado, diversos teólogos y filósofos sostienen que el recurso a la alimentación e hidratación artificiales no implican la misma obligación moral que el proceso connatural de ingerir alimentos sólidos o líquidos.
14.3.b.- Reanimación: Dentro de los diversos sentidos dados a esta palabra, aquí me refiero a la capacidad desarrollada en las últimas décadas para recuperar el funcionamiento del corazón después de un paro cardíaco; si el latido no se restablece en unos minutos, el cerebro sufre un daño total e irreversible. Un paro cardíaco ocurre en algún momento en el proceso de morir de todo ser humano, cualquiera que sea la causa de la muerte, de aquí que la decisión de reanimar o no presenta un interés potencial para todos.
La reanimación va muy unida al desarrollo del instrumental médico, a los avances en anestesia, cirugía y a la investigación médica general.
14.4.- Petición anticipada: La reivindicación para la persona del derecho a tomar libremente las decisiones directamente relacionadas con el proceso de morir es una manifestación dada al valor libertad. En las decisiones más directamente implicadas con la etapa final de la vida se va solicitando mayor libertad personal.
Cuando una persona en su fase terminal está todavía consciente y es capaz de expresar sus deseos de que no se prolongue la vida por medios inadecuados, la manifestación actual de su voluntad es una válida indicación para la familia y los profesionales. Las situaciones más difíciles se presentan cuando la persona está inconsciente, es incapaz de manifestar su voluntad; el silencio derivado de su incapacidad actual puede haber sido llenado con las llamadas "petición anticipada". De esta forma, el respeto a la libertad de la persona continúa como un imperativo éticamente realizable por parte de los profesionales y de la familia del enfermo. Petición anticipada es un término para designar el acto por el que una persona, disfrutando de uso normal de sus facultades, manifiesta con adelanto sus deseos sobre decisiones relativas a la salud o la vida para cuando pierda la conciencia o se encuentre incapacitada para manifestar su voluntad.
14.5.- Eutanasia: La eutanasia adolece frecuentemente de falta de claridad, en buena parte evitable.
Por encima del significado etimológico (muerte buena) y de los varios sentidos dados a esta palabra a lo largo de la historia, nos interesa deslindar los campos heterogéneos en que se usa actualmente.
La definición más clarificadora encontramos en la propuesta por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe: Acción u Omisión que, por su naturaleza o en la intención, causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor. La eutanasia se sitúa en nivel de las intenciones y de los métodos usados.
En la literatura moral se distingue entre eutanasia y distanasia.
La eutanasia es la práctica que procura la muerte y abrevia una vida para evitar grandes dolores y molestias al paciente a petición del mismo, de sus familiares o por iniciativa de una tercera persona que presencia, conoce e interviene en el caso concreto del moribundo.
La distanasia es la práctica que tiene a alejar lo más posible la muerte, prolongando la vida de un enfermo de un anciano o moribundo, ya desahuciado, sin esperanzas humanas de recuperación y para ello utilizando no solo los medios ordinarios, sino extraordinarios muy costosos en relación a sí a mismo o en relación a la situación económica o de su familia.
Existe unanimidad ética contra la eutanasia como práctica para abreviar la vida de un enfermo terminal. La afirmación de que los enfermos terminales o de los enfermos incurables no pueden ser felices es simplemente falsa, porque nadie tiene derecho de aplicar a otros sus propios criterios acerca de la felicidad en la vida. Además, la preocupación por el costo social y económico para la sociedad de mantener en vida a los seres gravemente deficientes es injusta, si se considera que la suma que se dedica a este respecto es irrelevante con el contexto de los presupuestos globales destinados a la salud y es simplemente inhumano pretender solucionar los problemas socio – económicos eliminando seres humanos.
Lo mismo diremos de la distanasia que nadie esta obligado a recurrir a tratamientos extraordinarios para prolongar la vida de un enfermo terminal, no hay que hacer siempre en todas las circunstancias el máximo por conservar la vida del enfermo, es preciso tener en cuenta: la esperanza de vida, la voluntad del enfermo y de sus familiares, las características de la terapia, el estado objetivo y subjetivo del paciente, los costos de la terapia utilizada en relación con su probabilidad de éxito, el estado posterior del paciente. La existencia biológica no significa necesariamente una vida humana.
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Autor:
Álvaro Torre
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