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- Consecuencias políticas, sociales y económicas
- Bibliografía
La provincia de Santa Fe, situada entre los meridianos de 59º y 63º, y los paralelos de 28º y 34º 30’ de latitud sur, limitan: por el norte con Chaco, por el sur con Buenos Aires, por el este con Corrientes y Entre Ríos y por el oeste con Córdoba y Santiago del Estero.
Abarca una superficie de aproximadamente 132.373 km2, tiene una longitud de 720 km. en sentido norte-sur y transversalmente 380 km. en sentido este-oeste. Su altitud oscila entre 10 y 125 metros sobre el nivel del mar. Se halla incluida íntegramente en la gran planicie argentina llamada Pampasia, se caracteriza por la nivelación de su suelo, de pendientes muy suaves, su relieve no da lugar a diferencias notables que justifiquen una división en regiones. En cambio los factores climáticos al incidir sobre los suelos y la vegetación, han logrado romper la fisonomía de su monótona horizontalidad, permitiendo diferenciar dos regiones naturales limitadas al este por el Río Paraná: El Chaco, al norte, y a La Pampa, al sur, con una zona central de transición entre ambas regiones.
La temperatura media anual oscila entre los 15º y los 21º en los extremos sur y norte. La amplitud anual de los valores medios mensuales está entre los 12º en el extremo norte y los 16º en el extremo sur-oeste.
Los vientos regulares que penetran por el nordeste, cálidos y húmedos se hacen sentir en todo el territorio de la provincia, en especial durante el verano. Además se observa la existencia de otros vientos locales, como el pampero, el norte y la sudestada. El pampero corre en dirección sudoeste-noroeste y alcanza a veces grandes magnitudes. Sopla hasta los 30º de latitud sur, y contribuye al cambio de tiempo. Se lo divide en "sucio y limpio". Cuando el papero sucio sopla, lo hace acompañándose de lluvias violentas de corta duración, truenos y relámpagos, mientras un pronunciado descenso de temperatura rubrica la energía puesta en movimiento. Le sigue luego el pampero limpio, cuyo viento fresco estabiliza el tiempo.
Nuestra provincia en general tiene clima medianamente húmedo en verano y muy húmedo en invierno, ya que la humedad media relativa oscila alrededor de 65 % en enero y de 75 % en julio.
Santa Fe se encuentra comprendida en la zona de lluvias de régimen Atlántico, parte de ella en la región tropical, y parte en subtropical. En la primera influyen los vientos alisios y las precipitaciones pluviales son abundantes, con un máximo en verano y un mínimo en invierno, entre el este y el oeste, la diferencia entre la estación lluviosa y la seca se amplía. En la segunda las precipitaciones son menos abundantes, y la diferencia existente entre las estaciones lluviosa y seca no es tan pronunciada como en la región tropical. En general las precipitaciones oscilan entre los 800 y 1000 mm, excepto en los extremos nordeste y noroeste, más húmedos, que se hallan entre los 1000 y 1200 mm, y las de 600 y 800mm respectivamente.
La temperatura y las precipitaciones pluviales, permiten determinar distintos tipos de clima, clima subtropical sin estación seca, clima tropical con estación seca y clima templado pampeano.
Está comprendida íntegramente en la Cuenca Del Plata, enorme cuenca hidrográfica de más de 4.500.000 km2, ubicadas entre las más grande del mundo y entre las de mayor riqueza potencial.
El Río Paraná, colector principal de esta cuenca, marca el límite oriental de la provincia, a lo largo de un recorrido de aproximadamente 800 km. Luego de su confluencia con el Río Paraguay, en el tramo que se suele llamar "Paraná Argentino", el Paraná toma una dirección norte-sur, hasta desembocar en el Río de la Plata. Santa Fe capital, es muy baja y anegadiza, presentando numerosas islas de construcción aluvional, es decir, formadas por los materiales que acarrea incesantemente el río con su enorme caudal. Por el contrario, la margen izquierda, opuesta a Santa Fe, el alta y barrancosa. Los desbordes producidos por el Paraná sobre la provincia durante las crecientes, y las filtraciones que se producen a través de terrenos no muy compactos, forman arroyos y ríos que corren paralelos al Paraná, en dirección norte-sur, devolviendo las aguas al gran río a medida que descienden. Entre estos el río principal es el San Javier, que corre por una falla paralela a la del Paraná. A partir de la altura de Diamante, el cauce principal se dirige a las costas santafesinas. Estas presentan barrancas altas que posibilitan numerosos puertos, entre los que el de Rosario es el de mayor importancia. En esta zona, al contrario, las islas bajas y anegadizas se extienden sobre la margen entrerriana. El caudal medio es de alrededor de 15000 m3 por segundo, siendo febrero y marzo los de mayor caudal y setiembre y octubre los de menor caudal.
Atravesando la provincia llegan al Paraná, dos grandes colectores; el río Juramento-Salado y el Carcarañá.
El río Salado del norte es solo en su último tramo un río santafesino. Ingresa por el oeste, a los 29º 30’ de latitud sur en las inmediaciones de la ciudad de Tostado, y tras correr al oriente durante 150 Km, encuentra una falla de dirección norte-sur por donde continúa hasta verter sus aguas en el Paraná, a la altura de Santa Fe capital, donde recibe las crecientes de enero a mayo.
El río carcaraña esta formado por la unión de los cauces de los ríos tercero y cuarto, de la provincia de córdoba, que nace en la cierra Grande y Comechingones. El tercero es el principal de los dos, ya que lleva hasta seis veces más agua que el cuarto. Cuando el carcaraña, que atraviesa totalmente la provincia en dirección Suroeste-Noroeste se aproxima a su desembocadura, su cauce va adquiriendo mayor horizontalidad, y mayor tranquilidad sus aguas, como cansadas de recorrer las provincias encajonadas entre barrancas.
Al sur del río carcaraña corren, de Este a Oeste, unos arroyos colectores de las lagunas y cañadas de la zona. Los principales son el Saladillo y el pavón.
Por lo que, el río Paraná, a pesar del extenso recorrido que efectúa, no recibe ningún afluente santafesino de importancia suficiente como para hacer variar su enorme caudal en forma perceptible.
AGUAS SUBTERRANEAS:
La provincia, tiene grandes depósitos de agua subterráneas profundas, pero la gran salinidad que presentan en amplias áreas las hacen inutilizables para el consumo humano, animal o vegetal.
La provincia en cifras:
Santa Fe se divide administrativamente en 19 departamentos. Tiene una superficie de 133.007 km2. En 1991 su población era de 2.828.596 habitantes: 1.385.134 varones y 1.443.462 mujeres. Una proyección de población para el año 2000 es de 3.067.507 habitantes: 1.499.797 varones y 1.567.710 mujeres (datos del instituto Nacional de Estadística y censos -INDEC). La capital es Santa Fe y sus principales ciudades son: Rosario, Rafaela, Venado Tuerto, Cañada de Gómez y Villa Constitución. La población por departamento se distribuye como figura a continuación:
Censo de INDEC de 1991
Departamento Tamaño Habitantes |
Belgrano 2.386 38.818 hab |
Capital, La 3.055 441.982 hab |
Caseros 3.449 76.690 hab |
Castellanos 6.600 141.994 hab |
Colonias, Las 6.439 86.046 hab |
Constitución 3.225 79.419 hab |
Garay 3.964 16.253 hab |
General López 11.558 172.054 hab |
General Obligado 13.683 145.265 hab |
Iriondo 3.184 62.838 hab |
9 de Julio 16.600 27.285 hab |
Rosario 1.890 1.079.359 hab |
San Cristóbal 14.850 63.353 hab |
San Javier 6.929 26.369 hab |
San Jerónimo 4.282 69.739 hab |
San Justo 5.575 36.887 hab |
San Lorenzo 1.867 129.875 hab |
San Martín 4.860 57.118 hab |
Vera 18.611 47.078 hab |
Santa Fe ocupa un lugar muy importante en la economía nacional. El mayor desarrollo económico, por sus actividades agropecuarias e industriales, se localiza en los departamentos centro-sur de la provincia, que se encuentran dentro de la pampa húmeda. La conquista y colonización de esta región se realizó a través de sus ríos. Así se fundaron Santa Fe por el norte y Buenos Aires por el sur. En esta zona altamente favorecida por el clima templado y la cercanía de fuentes de agua importantes, se fueron estableciendo las ciudades más populosas. junto al poblamiento surgió, entonces, la explotación del suelo fértil para la producción de cereales y carnes; como consecuencia, la formación de grupos industriales transformadores de los productos del agro con miras al consumo interno y externo. si se suma a esta provincia las de Buenos Aires y Córdoba, juntas concentran el 65 % de la población argentina y proporcionan casi el 60% de los productos de origen agropecuario y más del 85 % de los del sector industrial.
Agricultura:
La provincia contiene el 21 % del área sembrada en la Argentina, es la primera productora de cereales y la segunda en cuanto a la extracción de semillas oleaginosas, esto es, destinadas a producir aceite comestible y sus derivados. La producción de cereales abarca trigo, maíz y sorgo; la de oleaginosas comprende lino, girasol y sola. Además se practica la horticultura y la fruticultura. En el norte, más cálido, se cultiva el algodón. No obstante, el grano que ha tenido mayor expansión en los últimos anos ha sido la soja.
La soja:
En relación a esta oleaginosa, el rendimiento por hectárea conseguido en los últimos años supera al de los Estados Unidos o Brasil, grandes productores tradicionales, con una producción de 5.500.000 toneladas. se trata de un esfuerzo destinado a la exportación, que permitió la construcción de puertos privados especializados al norte de Rosario. De esta manera, Santa Fe se convirtió en la primera productora de soja del país y la segunda de trigo. En la región maicera por excelencia (el sur), durante los últimos quince anos se produjeron cambios en los sistemas de producción. Hubo un desplazamiento de la actividad ganadera por la agrícola. En diversas regiones comenzó a cultivarse con mucha fuerza la soja. También los campos destinados a la agricultura y la ganadería alternativamente, se volcaron a los cultivos de maíz, trigo y girasol. Pero de esta forma los suelos iban perdiendo su fertilidad; todo lo contrario ocurre con la soja, que después de su cosecha deja los campos fertilizados, con un gran aporte de nitrógeno, sustancia muy necesaria para el posterior desarrollo de los vegetales. Debido a esto cada vez más agricultores optan por cultivar esta leguminosa.
Frutilla:
Otro cultivo muy especial de santa Fe es el de la frutilla. En Coronda, grandes extensiones están dedicadas a este fruto, que necesita tres meses de cultivo en suelo arenoso (característico de esta ciudad) periódicamente abonado. cada hectárea de cultivo de frutillas puede producir hasta 14.000 kilos por cosecha.
Explotación forestal:
La explotación forestal se practica tanto en los bosques de madera dura del norte (los quebrachales), como en los de maderas blandas del sur, utilizados para muebles y envases. también existen áreas con especies de maderas blandas, producto de la forestación. La superficie boscosa es de más de un millón de hectáreas.
Ganadería:
En Santa Fe la actividad ganadera es muy importante. se cuenta con un plantel de unos 6.500.000 cabezas de ganado vacuno; a la actividad de cría y de engorde se suma la producción de carne y leche. En santa Fe se encuentra una parte muy importante de la llamada cuenca lechera del país, donde se producen, aproximadamente, unos 2.600 millones de litros de leche: la tercera parte de la producción de la Argentina, Toda esta actividad está facilitada por las buenas pasturas, que posibilitan la cría de un ganado vacuno de excelente calidad. La raza más difundida es la Holando Argentina, productora de leche, que se distribuye especialmente en la región central de la provincia. Ahí se establecieron los tambos, alrededor de 5.600, cremerías y otras industrias de lácteas. más al sur existe una zona de explotación mixta, cría e invernada, donde las razas que predominan son la Shorthorn, la Aberdeen Angus y la Hereford. Desde 1993 no se registran focos de infección de aftosa.
Apicultura:
En esta provincia se desarrolla una gran actividad en la cría de abejas y la producción de miel para el consumo. se cuentan unas 25.000 colmenas, repartidas en 11 localidades, de las que se extraen y fraccionan la miel y otros derivados, como néctar, polen o cera.
La industria:
En la margen del río Paraná se localiza el mayor desarrollo industrial. Forma parte de una zona denominada cordón industrial, que desde Rosario y San Lorenzo se extiende hasta La Plata, en la provincia de Buenos Aires, y constituye el área industrial más importante del país. La clasificación por potencia económica de los establecimientos instalados allí es muy variada aunque predominan las pequeñas y medianas empresas. Las actividades a las que se dedican también son muy diversas: procesamiento de las materias primas de origen agropecuario, producción de alimentos, textiles, petroquímica, acerías, metalmecánica, maquinarias industriales, máquinas e implementos agrícolas, complementos agrícolas y madereras. Entre ellas se encuentran los mayores productores del país en variados rubros, como molienda de trigo, producción aceitera, industria frigorífica, láctea (en la zona de Sunchales), y de dulces (especialmente en Coronda).
Un oleoducto procedente de la región noroeste llega hasta San Lorenzo, donde se ha instalado la industria petroquímica. Es En San Lorenzo y Rosario existen establecimientos dedicados a la elaboración cerámicas.
La cerveza, producto típicamente e santafesino, se produce en la capital en Rosario y en San Carlos.
El comercio exterior:
Esta provincia tiene un papel destacado en las exportaciones nacionales de productos alimenticios; para ello cuenta con una amplia red ferroviaria y de carreteras y con varios puertos, entre ellos los de Rosado, Santa Fe, Villa Constitución y San Lorenzo. La provincia tiene un gran puesto exportador en Rosario, desde el cual salen al exterior cereales, harina, forrajes, carnes y preparados, productos lácteos, pieles, cueros y lana, azúcar, madera, productos químicos y petroquímicos, aceite de linaza, miel, productos frutihortícolas procesados, huevos, cerveza, leña y carbón vegetal, además de hierro y acero. El conjunto de puertos privados que se extiende entre las localidades de Rosario y San Lorenzo exporta el 65% de los cereales de nuestro país; alrededor del 55% del total de las exportaciones argentinas salen por los puertos santafesinos.
Los buques de mayor calado que llegan hasta la ciudad de Rosario, a través del Paraná , encuentran problemas por el continuo arrastre de limo que obliga a dragar periódicamente el canal entre la ciudad y el río de la Plata.
Esta región ha sufrido cambios por la acción del hombre. Los animales eran escasos. Los más comunes eran el venado , el zorrino, el ñandú, el peludo, Ia mulita, el zorro pampeano, la vizcacha, el puma y el gato de los pajonales. Entre las aves destacaban las carniceras, como el chimango y el carancho, además del tero, el chajá y el loro.
Además de la fauna mencionada para la llanura, a orillas de los ríos, especialmente sobre el Paraná existía allí una gran variedad de reptiles, como la temible serpiente yarará, junto a lagartos, batracios y muchas aves. Entre estas últimas se contaban las perdices, el chorlo, la lechuza, el búho, el colibrí, el hornero, el benteveo y el tordo.
Al llegar los primeros europeos a la llanura pampeana, a mediados del siglo XVI, comenzaron los grandes cambios. Trajeron caballos y vacunos que se hicieron cimarrones y empezaron a poblar la llanura. La abundancia de alimento y la ausencia de grandes carniceros favorecieron su rápido desarrollo, compitiendo con especies autóctonas como el venado y el ñandú.
La fauna ictícola de Santa Fe está compuesta por más de 200 especies, entre las que se destacan diversas clases de peces: armado, surubí, patí, dorado, sardina, sábalo, manduví, anamengüí, boga, pacú y dientudo
Esta región ha sufrido cambios por la acción del hombre. Las hierbas que lo cubrían, formando un mar de pastos, fueron reemplazadas por cultivos y montes de árboles exógenos, como paraíso, el álamo, el eucalipto, la acacia, el pino y el plátano.
Antiguamente esta pradera se veía interrumpida por algún solitario ombú, especie que toda se observa en la región. Al no haber gran can dad de herbívoros, los pastos se desarrollaban luego morían, formando pajonales secos que enriquecían el suelo con materia orgánica, pero dejaban pobre en nitrógeno.
Estos pastos, generalmente gramíneas, eran azotados en ocasiones por incendios que arrastraba con los pocos árboles existentes. A orillas de los ríos, especialmente sobre el Paraná, la vegetación era distinta, con montes de sauces, ceibales, aromitos, ombúes, laureles, aguaribayes y algarrobos. Su multiplicación hizo posible que sus excrementos y residuos enriquecieran el suelo con nitrógeno, siendo reemplazado el pasto duro paulatinamente por pasto verde y tierno.
En el verano, el calor y las lluvias irregulares ralean la vegetación. Durante el resto del año prosperan los cardos, el yuyo colorado, la manzanilla, la malva, la verbena, el alfilerillo, la cepa caballo, el abrojo, la cicuta y el cardo. Bordeando el do Paraná, como prolongación de la selva misionera que en esta zona se encuentra disminuida, crecen bosques que cubren más de un millón de hectáreas, en los cuales se pueden distinguir ceibales, laureles, timboes blancos, sauces criollos , alisos del río y el ombú.
LA DÉCADA DE LAS INUNDACIONES:
La última década ha sido, en la Argentina, una década de inundaciones. Esta han afectado principalmente tres áreas del país: El nordeste, el área metropolitana de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires.
Para entender este fenómeno no basta con conocer las características generales de las cuencas hidrográficas, es necesario entender su funcionamiento en profundidad y tener en cuenta la forma de uso del suelo y de la ocupación humana.
ANTECEDENTES:
Desde 1978 se viene estudiando el comportamiento del Salado.
Detalles de los estudios realizados por la UNL y otros organismos de ciencia y técnica de la región sobre el comportamiento del río Salado.
Los estudios presentados por la UNL y por otros entes como el Instituto Nacional del Agua (INA), datan de muchos años. Ya en 1978, el INA desarrolló estudios hidrológicos en el área de la cuenca inferior del río Salado, que fueron financiados por el propio instituto (en aquel momento con la denominación Instituto Nacional de Ciencia y Técnica Hídricas (INCyTH).
El segundo antecedente refiere a la delimitación de áreas de riesgo hídrico en Santa Fe-sistema Paraná y sistema Salado. En el plano correspondiente se puede observar que, para el caso del Río Salado, las líneas de máxima afectación coincidieron con la inundación que se produjo en el año 2003. Este trabajo realizado por el INCyTH con financiación del Consejo Federal de Inversiones fue realizado para el Gobierno de la Provincia de Santa Fe en el año 1992.
En el año 1998 se realizó un estudio hidrológicos de modelación hidrodinámica y de erosión fluvial para la nueva conexión vial Santa Fe-Santo Tomé. En esta investigación se actualizó el estudio de crecidas y se determinó que el caudal de recurrencia para 100 años era de 3010 m3/seg. Este trabajo fue realizado por la UNL y el INA para el Gobierno de la Provincia de Santa Fe.
En el año 1998, la empresa AUFE (Concesionaria de la Autopista Rosario-Santa Fe) encargó un estudio para el redimensionamiento hidráulico del puente sobre el Río Salado en dicha autopista. Este estudio hidrológico de crecidas es coincidente con el anterior, y en él se propone la ampliación del puente en dos variantes de 300 y 400 metros para disminuir los efectos de erosión y de sobreelevación que provoca el puente y terraplén actual de la autopista. A posteriori, la empresa CONSULSER realizó el anteproyecto de ampliación del puente de la autopista para la misma empresa.
En relación a la Obra de defensa asociada a la avenida Circunvalación Oeste en su tramo 1 y 2 desde el puente carretero Santa Fe-Santo Tomé hasta el Hipódromo se proyectó en el año 1994 y se construyó en los años posteriores con cota de coronamiento que no fue superada por esta crecida en ningún punto. Merece destacarse que el ingreso de gran parte de los caudales del río Salado por el sector no construido de esta defensa (Tramo 3) se debió además al efecto de sobreelevación de niveles mencionado anteriormente.
También a pedido del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, la UNL -a través de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas- participó junto con otros organismos oficiales en la redacción del proyecto de la Ley 11.730 "Regulación del uso del suelo en áreas inundables" y del proyecto de reglamentación de la misma en el año 2001, Proyecto de Reglamentación que a la fecha no ha sido dictado.
Considerando que las obras de defensa no garantizan por sí mismas la seguridad ante una inundación, la UNL también ha desarrollado propuestas para elaborar Planes de Contingencia que permitan actuar con eficacia cuando los fenómenos naturales no pueden ser controlados. Además, la UNL ha desarrollado Proyectos de Extensión de Interés Social (PEIS) para la comunidad local editando manuales de difusión social sobre terraplenes de defensa, inundaciones y mitigación de riesgo. En estas publicaciones se abordan temas relativos a las inundaciones en la zona, los desastres naturales, la evaluación del riesgo, las políticas de mitigación y los planes de emergencia.
Lunes, 5 de Mayo de 2003 UN FENÓMENO PREVISIBLE El rector de la Universidad Nacional del Litoral realizó una conferencia de prensa. Participaron también el decano y especialistas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas. |
En una conferencia de prensa realizada en la sede del Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), el rector de la casa de altos estudios, Ing. Mario Barletta brindó detalles sobre la emergencia hídrica que afecta a gran parte de la provincia de Santa Fe. Acompañado por el vicerrector de la UNL, Dr. Mariano Candioti, por el decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), Ing. Cristóbal Lozeco, y por diversos especialistas de esta unidad académica, el rector se explayó y enumeró detalladamente los estudios realizados por la UNL y otros organismos de ciencia y técnica de la región desde el año 1978 sobre el río Salado. Por su parte, Barletta también remarcó la "excelente labor y el compromiso del personal docente, no docente y alumnos de la universidad, como así también de las emisoras radiales para estar a disposición de la ciudadanía y brindar las respuestas necesarias ante la inundación". Articular esfuerzos "Nuestra intención siempre ha sido -y sigue siendo- articular esfuerzos con los distintos entes municipales, provinciales y nacionales. Los ejemplos de la innumerable cantidad de veces que lo hemos hecho, son la cabal muestra de la importancia de trabajar en conjunto y no superponer esfuerzos" señaló Barletta. "No es competencia de esta universidad determinar cuándo, cómo y en qué plazos se deben realizar las obras" explicó el rector y agregó que "escapa a nuestra posibilidad de acción si nadie decide considerar los estudios ya realizados". Ante reiteradas consultas acerca de la falta de comunicación entre la UNL y el gobierno provincial, el rector enfatizó que "ante la catastrófica situación de nuestra ciudad, no es el momento de hacer hincapié en este tipo de cuestiones. Tampoco voy a realizar interpretaciones personales de expresiones puntuales del gobernador de la provincia de Santa Fe. Es el momento de trabajar por toda la ciudadanía santafesina e intentar encontrar de qué manera encontramos las mejores soluciones". La respuesta apuntaba a las declaraciones del gobernador Carlos Reutemann, que un día antes, había señalado que a él "nadie le había avisado" lo que podía suceder. "En esta ciudad hay mucho ingenieros hídricos pero nadie me dijo nada" había advertido el primer mandatario, omitiendo decir que en el ministerio de Obras Públicas de su gobierno hay (o debería haber) especialistas que deberían haber estudiado y advertido esta inusual creciente del río Salado, ¡además de considerar los proyectos encargados por el propio gobierno! De todos modos, ¿por qué ingresó el agua a la ciudad?. En respuesta a ello, Barletta explicó que "básicamente porque faltó construir un tramo de la defensa asociada a la avenida Circunvalación Oeste". En tal sentido, el rector agregó que "hay estudios o, aún más, proyectos sobre eso: fueron encargados por el Gobierno Provincial hace aproximadamente tres años a la empresa INCOCIV, para que realice estudios y proyectos para los accesos a la ciudad de Santa Fe en la Avenida Alem, Mar Argentino, y la continuación de la avenida circunvalación mencionada hacia el norte". Éste proyecto se basó en los estudios previos realizados por el Instituto Nacional del Agua (INA) y la FICH, y fue aprobado primero por Vialidad Provincial y luego por Vialidad Nacional. . |
Sábado, 3 de Mayo de 2003 INUNDACIONES EN SANTA FE La semana trágica Por Exequiel Kay Las crónicas que de ahora en más se difundan por elcronistaregional.com -al margen de la información de prensa complementaria- responde a la cobertura que este cronista realizó desde el martes 29 de abril en adelante. La exigencia profesional del fenómeno impuso una actualización distinta a la habitual. |
El texto será diverso. Cambiante. Crónicas y relatos de observaciones sueltos. No hay estilo para redactar semejante catástrofe y todas las palabras que se difundan tendrán un valor enorme para la historia de la provincia de Santa Fe y su capital. La vivencia de este cronista está condicionada por un evento que experimentamos (y sufrimos) en carne propia, como ciudadanos, como periodistas, como vecinos, como seres humanos. Este sábado 3 de mayo se cumplen cinco días de la máxima catástrofe que sufriera la ciudad de Santa Fe en su historia. Más de 35.000 personas evacuadas de populosos barrios de la zona oeste, todos bajo agua. Más de 100.000 personas afectadas que se autoevacuaron. Hasta este día, 19 muertos confirmados oficialmente, aunque los numerosos testimonios de los vecinos condenados por esta inundación hacen pensar que esa cifra se elevará y mucho. No hay palabras que dimensionen la catástrofe: un vecino del barrio Centenario, contaba, que el martes 29 de abril, cuando caía la noche, una masa de agua proveniente que los barrios ya inundados, como una ola "de cuatro metros", invadió ese barrio barriendo todo cuanto encontraba a su paso, inclusive personas. En ese sentido, mujeres y niños empezaban a salir con alguna de sus pertenencias, desde un sector Fonavi ubicado detrás del estadio del Club Atlético Colón hacia el centro de la ciudad, y -según testimonios- habrían sido arrastrados por las aguas a enorme velocidad. Eran las 19.30 horas aproximadamente. En menos de una hora el agua llegó a los techos de las casas. Todos los barrios del oeste ya tenían hasta 6 metros de agua. ¿Alguien se imagina qué puede hacer un anciano de 60 años con el agua en la cintura, en caso que nadie pueda socorrerlo? Morir, en silencio o a los gritos. Este cronista observó cómo bomberos voluntarios retiraban el cuerpo de una mujer mayor que quedó atrapada en su propia casa, de acuerdo al testimonio de sus vecinos. Su casa era su tumba. Otras personas contaron su trágica experiencia: "con los remos tocamos cuerpos". Otros apuntaron que una mujer anciana murió ahogada en su silla de ruedas. Dos niñas quedaron sobre el techo de su vivienda esperando a sus papás cuando fueron a buscar ayuda. Al regreso no estaban más. Este relato de la muerte, sin dobles intenciones, permite tener una dimensión para quienes no vivieron en carne propia -al menos mínimamente- la catástrofe. No se trata de contar muertos. Es el costo humano de un evento natural sin prescendentes, aunque no por ello imprevisible por parte de las autoridades provinciales y municipales. Desde hace meses el río Salado, recurso hídrico que ocasionó la inundación, presentaba una altura poco usual, cercana a los registros históricos. Durante abril, lluvias extraordinarias se sucedían en localidades de los dptos San Cristóbal, Las Colonias y La Capital, sobre la cuenca del Salado. Más cerca en el tiempo, desde el miércoles 23 de abril, el intendente de la ciudad, Marcelo Alvarez, estaba en conocimiento de la fuerte crecida. Ante este cronista, el funcionario describió los trabajos que se estaban haciendo en el norte de la ciudad. El domingo 27 de abril, día de elecciones presidenciales en Argentina, "estábamos con los vecinos hombreando bolsas", reveló. Los medios televisivos locales mostraban notas con vecinos de esos barrios que advertían del problema a las autoridades. Y queda preguntarse, no sólo ya si las defensas resistirían o no, sino ¿no había forma de advertir a la población, no para que salve sus pertenencias materiales, sino para que salve su vida? Más allá del análisis sobre la eficiencia de las obras hidráulicas, que seguramente se realizará más adelante, la magnitud del fenómeno, de la creciente y las lluvias, presagiaba algo grave. Cuando entre la noche del lunes y la madrugada del martes el agua ingresaba al casco urbano de la ciudad de manera increíble, quedó en evidencia la ausencia del Estado: la falencia informativa precedió a la desorganización para atender a las miles de personas que estaban siendo anegadas. La provincia de Santa Fe no cuenta con un plan de acción para las emergencias (y ante este realidad, dudamos que tenga un plan en materia hídrica). El martes por la mañana, el intendente de la ciudad solicitaba desde el estudio de una emisora de radio local (?) recursos humanos y técnicos para enfrentar la catástrofe. Lugares para evacuados, voluntarios, vehículos para trasladar personas… ¿No hay registros oficiales de entidades que provean recursos humanos y técnicos para enfrentar -no solo fenómenos hídricos- sino cualquier tipo de problemas sociales? ¿No hubo estudios técnicos que anticipen eventos de esta magnitud? ¿Porqué no se advirtió a la población acerca de un posible evento natural extraordinario? Insistimos: los funcionarios enfrentaron la presión de la prensa poniendo en el centro de las respuestas la magnitud del fenómeno hídrico, nunca visto. Un análisis minucioso permitirá sacar conclusiones más concretas en ese sentido, fuera de la conmoción que incluso llega a nosotros. Pero nadie, absolutamente nadie, puede soslayar es el deber que tienen los gobiernos de proteger a sus ciudadanos y, como en este caso, prevenir los problemas que pueden atentar contra su vida. La inundación estaba a la vista. Un llamado de urgencia debió alertar a la población, puntualmente de los barrios ubicados al oeste de la ciudad, para que salven sus vidas. Primero las mujeres, los niños y los ancianos. Nunca llegó. Y hoy empieza otra historia para los santafesinos. |
CONSECUENCIAS POLÍTICAS, SOCIALES Y ECONÓMICAS:La falta de previsión y la negligencia del gobierno fueron más dañinas que las aguas desbordadas del Salado. Los desastres como el de Santa Fe no son casuales Se notaron claramente la incapacidad de aprender de los errores (propios o ajenos); el desinterés por la información científica , la mirada incompleta de la realidad y indiferencia en la función pública. En esta catástrofe se evidenciaron la sordera ante las advertencias y la increíble falta de velocidad ante semejante acontecimiento. Santa Fe podía no estar preparada para un terremoto, para una erupción volcánica o para la caída de un meteorito. Pero es absolutamente inaceptable lo sucedido en una ciudad que desde siempre ha sido azotada por las inundaciones. Después de la crecida histórica del Paraná de 1905, la generación actual padeció crecidas extraordinarias en 1983, 1992 y 1998. Y siempre en el otoño e invierno. La caída del símbolo de la ciudad, el Puente Colgante, en la crecida del ’83 a causa de una ruta construida a modo de terraplén transversal a las aguas dejó enseñanzas muy claras que hacían ahora evitable los problemas derivados del mal diseño de la Autopista Santa Fe – Rosario. Este desastre es también el fruto de una extensa lista de reiterados errores. Quienes echan la culpa a una lluvia extraordinaria o a la "naturaleza" deben saber que esas razones irritan a la opinión pública.
¿Para qué sirvieron los estudios realizados?
No sirvió que 1978 el INCyTH estudiara la cuenca inferior del Salado, que se delimitara el área de riesgo hídrico en 1992, que en 1998 se analizara la modelación hidrodinámica y de erosión fluvial para la conexión vial entre Santa Fe y Santo Tomé. Tampoco ayudó el redimensionamiento hidráulico del puente sobre el Salado. Después del desastre anunciado Lo que viene ahora es un largo invierno. El más duro desde que Juan de Garay fundó la ciudad en 1573. La ayuda oficial se dirige principalmente afectados que se refugian en los centros de evacuación. Pero hay todavía unos autoevacuados que siguen en casas de parientes o amigos. Están bajo techo pero perdieron todo. No son pocos los que peregrinan buscando ropa, comida y medicamentos. Muchos eran cuentapropistas que perdieron sus medios de trabajo. Cuando lleguen los créditos del Banco Mundial habrá que ver. Si van a hacer como siempre, contratar grandes empresas para hacer terraplenes dejando a la gente con los techos de sus casas a una altura por debajo del nivel del agua en las crecidas. Si serán destinados a reconstruir la ciudad con nuevos criterios. O si además los fondos se destinarán a un plan consistente para atenuar "la inundación que viene", la de una extrema pobreza y desocupación. No sea que lleven a los afectados a barrios recién construidos pero sin trabajo. Que esto sea una lección para todos La tragedia de Santa Fe, el mayor desastre evitable de la historia argentina, debe servir de lección para todos. Definitivamente: no pueden librarse a su suerte a poblaciones en zonas de riesgo. Cuando una maestra recibe una alarma de bomba en su escuela, saca los chicos a la calle. Después chequea la veracidad del alerta. Es lo que aquí hizo falta. Usar el sentido común. Si hablamos de amplias zonas de riesgo hay que tomarlo en serio. Los gobiernos de las ciudades y Estados del litoral fluvial deben comenzar a preparar con los mejores expertos los necesarios planes de contingencia y los manuales de emergencia. También un sistema de monitoreo y alerta temprana. Deben informar, educar, capacitar y entrenar a la gente y a los líderes sociales para que todos sepan exactamente qué hacer y hacerlo a tiempo. En cada zona de riesgo hídrico, sísmico, químico o nuclear -y Argentina los tiene todos-, deben hacerse simulacros de alerta y evacuación, entrenando a la población vulnerable. La terrible lección del Salado debe hacer también que los organismos de gobierno decidan mirar de frente al río Paraná y su cuenca. La Cuenca del Plata, la segunda en importancia en Sudamérica después del Amazonas y la cuarta a nivel mundial. Convocando a la cooperación internacional frente el riesgo que representan para el país, y especialmente para las poblaciones del litoral fluvial, sus graves amenazas. Que no sólo son el cambio climático y El Niño, sino la deforestación, monocultivos insustentables, obras públicas y planes de desarrollo mal planificados. Si, como propone Reutemann, hay que "refundar Santa Fe", también hay que "refundar el Estado". Crear mecanismos para que los más capaces ocupen los puestos vinculados a la seguridad y la vida de miles de personas. La generación de políticas públicas realmente eficaces frente a los desafíos sociales y ambientales es imposible sin participación social. Se debe planificar con la gente, implementar con la gente, cuidar con la gente.
Provincia de Santa Fe: Santa Fe el paisaje y los hombres. Editorial Imagen
Santa Fe es así. Libro de 4to grado
Diario "El Litoral" de Santa Fe
Trabajo enviado por
Matias Tolisano