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Juan de Espinoza Medrano: El Demóstenes de Indias (página 2)


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En el aspecto político, el poder del Virrey era complementado con un régimen de Audiencias, las cuales se dedicaban a impartir justicia y en su caso, sustituir al Virrey; abarcaban extensos territorios dentro de los límites del virreinato, subsistiendo hasta fines del siglo XVIII, cuando se transformaron en Intendencias. La creación del Consejo de Indias (1571), encargado de ver todo lo concerniente a los dominios españoles en América complicó, en diversos aspectos, la toma de decisiones y el ejercicio de autoridad en el virreinato, pues debía ser consultado, en muchos casos, lo cual unido a la distancia hacia engorroso cualquier trámite oficial.

En el aspecto social, las ciudades tomaron importancia preponderante para la dominación española y los centros de proyección cultural más complejos; algunas fundadas sobre importantes centros urbanos incaicos y otras sobre nuevas localizaciones. En ellas la sociedad virreinal se organizaba de acuerdo a pautas bien definidas; existía una "República de españoles" y una "República de indígenas", siendo todos ellos vasallos del Rey de España. Esta separación tuvo varias razones, la más resaltante fue de carácter económico: para una mejor tributación los indígenas debían estar censados y "reducidos" en pueblos o rancherías cercanas a alguna parroquia. El conocimiento exacto de su número permitía al corregidor establecer las formas del tributo (o ir a la mina, o debían pagar en especias). El problema con este registro es que muchos indios huían de sus reducciones o se hacían pasar por mestizos para evitar el pago. Hay que tener en cuenta que la tributación fue excesiva en muchos casos, debido a que los sobrevivientes de enfermedades debían cargar con el tributo de los muertos de estas pestes. En las ciudades y en el campo vivían tanto españoles nacidos en la península como nacidos en el Perú, además de una masa indígena que comprendía diferentes estratos, entre ellos la nobleza incaica, reconocida como tal por la Corona, los caciques y autoridades locales y la masa popular; también estaban presentes numerosas formas de mestizaje que involucraban una parte muy importante de la población, sin olvidar la existencia de una minoría negra esclavizada; todas esas gentes convivían en un espacio extenso y pleno de riquezas.

La economía virreinal se implantaba en la extracción de recursos naturales y humanos del país; favorecida en principio por la existencia de metales preciosos que definieron una imagen del Perú lleno de riquezas, se apoyaba también en otras actividades económicas como el comercio, la agricultura y la textilería, que alcanzó gran desarrollo hasta el s. XVII. Las condiciones beneficiaban a los propietarios europeos, a sus descendientes y a la Corona, que recibía su parte a través de los impuestos. Por otro lado, la aplicación de diferentes mecanismos de explotación, como el sistema de trabajo obligatorio llamado "mita", que afectó profundamente a la masa indígena, no lograron alcanzar niveles de rendimiento correspondientes.

En suma, la política aplicada por la Corona, los intereses de grupos contradictorios y la exagerada atención a la explotación de metales, propiciaron la definición de una economía poco sólida, sujeta a los hechos circunstanciales y sin un marco teórico orientador. Esas condiciones se manifestaron hasta fines del s. XVIII, cuando España intentó realizar reformas económicas profundas, que no hicieron más que generar resistencias por parte de grupos de poder beneficiados por el antiguo sistema.

El levantamiento de Túpac Amaru II, en 1780, significó un punto de quiebre en el virreinato, pues terminó las aspiraciones de la población fundamentalmente andina y a la vez acentuó la intención de la Corona en aplicar reformas profundas en el Perú. Si bien el espíritu rebelde de la masa indígena no desapareció por completo, la derrota y ajusticiamiento del caudillo, significó el fin de una larga historia de resistencias y rebeldía, así como también de un relativo equilibrio de paz social y convivencia. Con el final trágico de la rebelión llegaban otros vientos de cambio que sellarían el final de la dominación española.

En el aspecto racial, el cruce entre mujeres originarias del Perú, hombres españoles y esclavos negros dio origen a una mezcla "racial" que no estuvo prevista por la corona durante el inició de la conquista. Los hombres resultantes de estas mezclas fueron los que cargaron con toda la crudeza del aparato social colonial. Los mestizos, (hijos de padre español y madre indígena), si bien no eran parte de la república de indios, no estuvieron exentos del tributo, pero lograban trabajar en oficios menores y como ayudantes de artesanos. Fueron rechazados tanto por los criollos así como por los indígenas, pues ambos grupos le reclamaban su lado "infecto" que no los hacía parte de ellos. Los mulatos (hijos de padre español y madre negra esclava) fueron considerados esclavos y no tuvieron mayor suerte, durante su vida colonial. Al igual que los mestizos ocuparon cargos menores (barberos, escribanos, artesanos, agricultores). Los zambos (hijos de padre negro y madre indígena) fueron los que corrieron con mayor suerte pues como eran hijos de madre libre fueron igualmente libres (a pesar de que el padre era esclavo) y al no ser inscritos en los padrones indígenas no pagaron tributo alguno.

La educación colonial era manejada fundamentalmente por la Iglesia, a través de las órdenes religiosas. Entre los establecimientos educacionales más importantes deben mencionarse el Convictorio Carolino y el Colegio de Naturales de Chillán. La instrucción se reducía a la enseñanza de la lectura, escritura, catecismo y matemática básica. Estudios más avanzados solo se podían seguir en Lima.

En 1595, se fundó el Colegio de Santo Tomás y el de San Miguel, donde se impartían clases de latín, filosofía y teología. En 1608, se creó el Seminario de Santiago, destinado a formar sacerdotes. Más tarde, ambos colegios fueron elevados a la categoría de universidades pontificias, en 1619 y 1621, respectivamente, por autorización papal, aunque después desaparecieron cuando se creó la Real Universidad de San Felipe, en 1738.

Al igual que en el resto de América, durante el siglo XVII se impuso el barroco en todas las manifestaciones artísticas. En plástica floreció la llamada escuela cuzqueña, representada por cuadros de arcángeles alados vestidos a la usanza europea, y la escuela quiteña, caracterizada por el tallado de figuras policromadas. A mediados del siglo XVIII, en la arquitectura se adoptó el estilo neoclásico, traído por Joaquín Toesca.

La educación colonial orientada por el escolasticismo medieval o el esteticismo renacentista (cultura clásica) que tuvo graves consecuencias sobre la formación de las nuevas generaciones americanas. En esta época la educación ha sido instrumento de dominación porque careció de:

  • 1. Un claro propósito de para qué se educa.

  • 2. Un conocimiento científico, basado en la naturaleza misma d educando, de cómo puede éste lograr los objetivos educativos.

  • 3. Un método educativo, fundado en ese conocimiento, que permita al educador guiar al educando al logro de los objetivos.

  • 4. Una concepción objetiva de las experiencias educativas, del conocimiento y su organización, que el educador deberá suscitar en el educando

El término 'literatura colonial' (o 'literatura de la Colonia') hace referencia al estado del territorio del Perú, durante los siglos XVI al XIX (1821 marca la fecha de independencia).

La literatura se cultiva en círculos ilustrados, estrechamente vinculados con la Iglesia (que imparte la educación entre las élites sociales, ya que todos los colegios y convictorios estaban dirigidos por órdenes religiosas).

  • Características de la literatura virreynal o colonial.

La producción literaria durante el inicio de la etapa colonial se limita a círculos de influencia principalmente hispánica, producida en las grandes ciudades por hijos de españoles (españoles americanos).

  • Etapas de la literatura colonial.

Como proceso social, la literatura sufrió cambios durante el establecimiento, desarrollo y culminación del periodo colonial. Por ello, se presentan tres marcadas etapas en cuanto a las manifestaciones literarias del Perú virreinal.

El primer periodo, denominado clásico, recibe la influencia de los renacentistas españoles, que a la vez fueron influenciados por los renacentistas italianos. Se expresa en los refinados modelos grecolatinos en verso y prosa.

Luego, se dio el periodo culterano o barroco; también gongórico. Recibió la influencia del florecimiento de la literatura española (Siglo de Oro) expresada en la lírica la cual buscaba una mayor fuerza expresiva.

Finalmente aparece el denominado periodo neoclásico o afrancesado, que se caracteriza por la influencia de obras que estaban al servicio de la causa independentista. Predominan ideas de Voltaire, Rosseau, Montesquieu.

  • Autores y obras representativos.

De entre muchos escritores que desenvolvieron la pluma para plasmar el arte, existen unos cuantos que por su calidad en sus ideas o en la forma de expresión, los cuales mencionaremos:

  • Inca Garcilaso de la Vega, autor de la célebre obra Los comentarios reales de los incas y La florida del inca.

  • Diego de Hojeda, autor de La Cristiada.

  • Amarilis, desconocida poeta huanuqueña, que escribiera Epístola a Belardo (dirigida al dramaturgo español Lope de Vega).

  • Juan del Valle y Caviedes, autor de Diente del Parnaso.

  • Juan Espinosa Medrano, su obra Apología a favor de Don Luís de Góngora y Argote.

  • Pedro Peralta y Barnuevo, escribió numerosas obras de las que se destaca Lima Fundada.

  • José Hipólito Unanue.

  • Toribio Rodrigues de Mendoza

  • José Baquijano y Carrillo.

Juan de Espinoza y Medrano

  • Datos biográficos.

Juan de Espinosa (o Espinoza) Medrano, clérigo, uno de los mejores escritores y representantes del siglo de oro del Perú nació en Calcuso, en la actual provincia de Antabamaba (Apurimac), posiblemente el año 1629, conocido con el apodo de "El Lunarejo", fue un clérigo y literato del Perú.

De linaje indígena como lo testifica Clorinda Matto de Turner en algunas de las anécdotas que protagonizara. La más conocida nos lo muestra predicando a templo repleto de personas en la que interrumpiendo su sermón pide a la multitud: "Señores, den lugar a esa pobre india que es mi madre". Pero en realidad, salvo su obra, se ignora casi todo sobre este escritor, uno de los más importantes de la Hispanoamérica colonial.

Desde niño fue aficionado a la música. De adolescente demostró su personalidad polifacética; creó comedias y autosacramentales; componía música sacra; y, un fenomenal políglota, pues dominaba el latín, el griego, el hebreo y, por supuesto, el quechua.

Dice la tradición que no habiendo cumplido los quince años escribe su primera obra El rapto de Proserpina, que llegó a ser representado en países europeos.

Gracias al prematuro talento, que junto al apoyo que recibió del cura del pueblo, pudo ingresar a cursar estudios en el Seminario San Antonio de Abad de Cuzco. En 1648, tuvo la cátedra de Artes en este centro; tiempo después, la de Teología. También estudió en la Universidad San Ignacio del Cuzco. Diez años más tarde, como cura, se encargó de la Catedral.

No obstante sus méritos académicos y literarios, se desempeñó con humildad durante muchos años como párroco de la iglesia de San Cristóbal, donde sus elocuentes sermones convocaban multitudes.

Fue conocido como el Lunarejo, debido a un lunar grande que tenía en el rostro. Era reconocido por su sabiduría y excelente oratoria. Sus homilías gozaban de enorme concurrencia por la calidad de su mensaje.

Murió el 13 de noviembre de 1688 en la ciudad del Cuzco, en medio del sentimiento general de un pueblo que lo había acogido como suyo.

  • Producción bibliográfica.

Su producción literaria se vio influenciada por la corriente barroca o gongoriana de España. Destaca su prosa profunda. Escribe con un estilo erudito o culto.

Su creación se puede delinear de la siguiente manera:

  • Apologético a favor de Don Luis de Góngora.

  • La novena maravilla, colección de treinta bellos sermones.

  • El hijo pródigo (autosacramental en quechua).

  • El rapto de Proserpina (autosacramental).

  • Sueño de Endimión (autosacramental).

  • El amar su propia muerte (comedia).

  • C. OTRAS OBRAS:

  • Psique y el amor

  • Eligio a la música

  • La muerte

  • El pavo

  • Curso de Filosofía Tomística 1688 (barroco de Indias)

  • Clérigo y literato: Dos facetas de El Lunarejo.

Desde su infancia, Espinosa estuvo ligado a la vida sacra o religiosa. Enumeremos hechos: Sus estudios los llevó en instituciones relacionadas ampliamente con el mundo sacramental, aprendió lenguas exclusivas de la enseñanza clerical, realizaba composiciones sacras como lo son los autosacramentales, sus famosos sermones fueron compilados y publicados en La novena maravilla.

  • Críticas literarias.

Debido a la injuria lanzada por el portugués Manuel de Faría y Souza, Espinoza publica Apologético en favor de Luis Góngora, en la cual hace una defensa férrea del mencionado.

Pero también le sirvió para aplicar y poner en práctica los versos aprendidos de Góngora, las ideas que eran avanzadas para la época en que vivió.

A decir de Mariátegui, El Lunarejo sólo sobresalió como gongorista, esto es en una actitud característica de una literatura vieja que, agotado ya el renacimiento, llegó al barroquismo y al culteranismo.

Conclusión

El estudio de Espinosa comprende un análisis de la obra poética de Góngora. Por un lado, explora la estructura del verso castellano; y por otro, incursiona en la renovación de la teoría literaria. Hasta antes de que Espinoza publicara El Apologético la crítica se inclinaba por resaltar el buen uso de la gramática. El propósito central de su estudio estaba dirigido a modificar los modelos de la crítica literaria expuestos por Faria y Sousa, antes que prejuzgar al ensayista portugués.

La temprana atención que el Lunarejo señala en la métrica y los procedimientos retóricos para con el discurso poético conllevan a establecer al hipérbaton, y sus distintas licencias poéticas, como uno de los ejes para definir una nueva concepción del discurso barroco. En conclusión, a mi juicio, el análisis literario que realiza Espinosa Medrano gira en torno a dos aspectos importantes: 1) plantea los efectos del lenguaje poético desde un rigor eminentemente científico y; 2) produce el primer análisis crítico interdisciplinario al consultar los aportes filosóficos y retóricos de textos grecolatinos.

Bibliografía consultada

TEXTOS IMPRESOS:

  • VENTURA VERA, Jorge. LENGUAJE Y LITERATURA PERUANA. Edit. DESA.

  • TORO MONTALVO, César. GRANDES OBRAS MAESTRAS. LITERATURA HISPANOAMERICANA. Ediciones San Marcos. 1998.

REFERENCIAS VIRTUALES:

  • http://ajosyzafiros.perucultural.org.pe/textos/07gal7.doc

  • http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_del_Per%C3%BA#Siglo_XVII

  • http://es.wikipedia.org/wiki/Virreinato_del_Per%C3%BA#Literatura

  • http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Espinosa_Medrano

  • http://www.diarioinca.com/2009/03/biografia-de-juan-espinoza-medrano.html

  • http://www.librosperuanos.com/autores/espinosa-medrano.html

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Jahide Yonali Flores Velasque

Datos de la autora:

Jahide Yonali Flores Velasque. Ica. Perú (1992). Estudiante del segundo ciclo de Ciencias Contables en la Universidad Privada Alas Peruanas.

edu.red

Ciudad. Pisco – Ica

País. Perú.

Año. 2010

[1] MARIATEGUI, José Carlos. SIETE ENSAYOS DE INTERPRETACIÃ"N DE LA REALIDAD PERUANA. Edit. AMAUTA

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